Rolando Arellano, presidente de Arellano Marketing, analiza y explica en la siguiente entrevista cómo el avance de los mercados está generando la verdadera descentralización del Perú, que es económica y social.
¿Cómo compara la ampliación del bienestar en provincias y en Lima?
Este es otro de los grandes cambios que se están dando en el país y que no solamente se está dando en una forma de rombo y en términos en que el bienestar está llegando a todos los grupos sociales, sino también geográficamente. Por primera vez en la historia del Perú, en los últimos tres años el (crecimiento) PBI de Lima ha sido menor que el PBI de provincias. Las provincias han crecido más que Lima, lo cual significa que realmente el bienestar está yéndose a todas las regiones del país. Esto tiene la gran ventaja de que está empezando a generar desarrollo auto sostenible, porque cuando empiezan a haber inversiones en las zonas de las ciudades, por decir inversiones comerciales, ya las personas de Trujillo, de Arequipa, no tienen que venir a Lima a comprar las cosas, por lo tanto se queda lo producido en la zona, se genera trabajo en esa misma zona, se generan lugares donde es interesante vivir, por lo tanto las migraciones, sobre todo de los mejores profesionales, que antes se venían a Lima, ya no se producen en la misma magnitud. Se genera entonces un círculo virtuoso muy interesante que es, de hecho, la primera vez en la historia del Perú. Este es un dato que muy pocos han remarcado, pero es el momento en que el Perú realmente se descentraliza.
¿Se puede afirmar entonces que por primera vez en la historia del Perú existe una descentralización económica y social en base al mercado?
Se está dando un fenómeno bien interesante que se da paralelamente. Por primera vez en la historia, por lo menos desde nuestro punto de vista, que vemos a la sociedad desde el punto de vista de los mercados, hay un sentimiento nacionalista; es decir, empieza a aparecer, sobre todo por las migraciones de la gente viniendo a Lima y las mezclas, un concepto del Perú que antes no existía. Antes eras trujillano o eras arequipeño, o eras limeño, o eras huancaíno. Hoy el concepto de Perú empieza a tener más consistencia y lo vemos en cosas como la gastronomía, o en temas como sentirnos orgullosos de Kina Malpartida y todo eso: un sentimiento de peruanidad. Pero a la misma vez se están empezando a fortalecer algunas ciudades fuera de Lima que están convirtiéndose en ejes de sus propias regiones. Por ejemplo Arequipa es hoy, sin ninguna duda, el centro del sur. Si uno va a Arequipa hay arequipeños sin duda, pero también hay puneños, hay tacneños, todas las regiones están representadas en la ciudad y, de alguna manera, poco a poco, está empezando a volverse un centro neurálgico. En el norte lo mismo está pasando entre Trujillo y Chiclayo, que se han convertido en el centro del norte, y empiezan a tener vida propia, y empiezan a generar su cultura propia. Tu vas a Chiclayo y el 50% son cajamarquinos de segunda o tercera generación. Y una tercera ciudad muy importante que se ha fortalecido es Huancayo, que se ha convertido en el centro del Centro. Donde uno va en Huancayo hay ayacuchanos, huancavelicanos, cerreños. Esto también es muy importante para el desarrollo que se viene porque ya empezamos a tener ejes de desarrollo descentralizado. Si a eso le añadimos que los pequeños pueblos, como nos muestran los estudios de Richard Webb, crecen más rápido y han crecido sus ingresos y su bienestar más que los grandes, realmente sí tenemos un proceso de descentralización real, por primera vez en el Perú