En la siguiente entrevista, el experto ecologista y ex ministro del Ambiente Antonio Brack Egg, contrapone una minería formal respetuosa de los estándares ambientales con los verdaderos problemas del sector: los pasivos ambientales y la minería ilegal.
– ¿Es verdad que la actividad minera es siempre una amenaza para el medio ambiente?
En el aspecto minero, los dos más grandes problemas que tiene hoy el Perú son los pasivos ambientales del pasado, porque antes del año 1990 no había legislación que regulara nada, y hay hoy 6,000 pasivos ambientales en todas partes de los Andes porque tiraban los relaves donde les daba la gana, etc., porque no había legislación; y lo segundo es la minería ilegal. Lo de informal a mi no me gusta nada porque el que no cumple la ley es ilegal y punto. La informalidad es una forma de decir para suavizar el asunto. La minería ilegal no construye campamentos para sus trabajadores, no paga impuestos, no respeta las normas laborales, no respeta las normas ambientales, no hace estudios ambientales, etc., está al margen total de la ley. Por desgracia son muchos, se dice que son 200 mil en el país, especialmente en la cuestión del oro, desde la selva a todos los Andes. Entonces esta minería ilegal tiene que llevarse en procesos, poco a poco, porque acá no hay milagros. El estado ha descuidado mucho tiempo este aspecto, ha cerrado los ojos ante este problema, a que sean legales y respeten las normas. La minería legal, que son las empresas grandes y medianas, que difícilmente alguna se puede escapar de la fiscalización, porque están supervisadas y localizadas, pagan impuestos, están en la SUNAT. Las que están en las bolsas de valores extranjeras, por ejemplo la de Nueva York, tienen que tener estándares internacionales ambientales para entrar a la bolsa. De manera que no es una cosa así nomás, en Lima eso todavía no se exige. Y luego hacen campamentos, cumplen las leyes laborales, pagan impuestos, hasta dan donaciones, como lo hacen Xtrata y otros en un fondo para las comunidades, etc., de manera que esto hay que distinguirlo muy claramente. Solo que los opositores de la minería no hablan de la minería ilegal porque eso no trae réditos. Es la minería, dicen, de los pobres. Tienen que ir contra las empresas porque son más visibles
– ¿Qué está ocurriendo hoy en Tambogrande y qué significa para usted la minería informal?
Tambogrande es para mí la expresión de una enorme hipocresía ambiental. Y lo digo: Hipocresía ambiental. Hubo una empresa formal, en aquel tiempo no había minería informal en toda esa zona de Tambogrande. Se quiso explotar ese yacimiento que, por desgracia, en parte estaba sobre el pueblo de Tambogrande. Hubo protestas, hubo referendum, decían que sin limón ya no hay cebiche, una campaña interesante, y el proyecto se paralizó. Hoy día en toda la zona de los alrededores de la represa de San Lorenzo, donde se cultiva mango, donde se cultivan limones, hay huecos por todos lados explotando ilegalmente el oro,, especialmente. El río Sapillica lo he recorrido todo, uno entra al reservorio de San Lorenzo y está lleno de mineros que usan mercurio, que usan cianuro, sin ningún control. Y ahí nadie dice nada hoy. ¿Dónde están aquellos que antes decían que sin limón no había cebiche, que se iba a afectar toda la producción? Hoy día no dicen una sola palabra, y eso, para mí, es una tremenda hipocresía, falta de ética; por eso, hay que ser claros. Yo no digo que la Manhattan estaba bien, que no se cuantos, pero hoy día estamos en un proceso de miles de mineros desde la frontera con Ecuador hasta no sé donde en Piura, que ya es difícil de controlar. ¿Cómo hacemos, cómo regularizamos eso, como legalizamos eso? Y peor aún – yo he estado allí – del mineral que ellos procesan, y usan mercurio para separar el oro, los relaves los embolsan y van en camión hasta Nazca y Chala para ser procesados. ¿Cómo ese mineral circula tanta distancia – porque allí todavía hay mineral para extraer – sin control de nada? Allí está un tema, tenemos que ponernos a decir el Estado tiene que ser consecuente, aplicar la ley para todos, porque al final de cuentas todos los ciudadanos somos iguales y todos tenemos que cumplir la ley.
«Una cosa es la minería formal y otra los pasivos ambientales y la minería ilegal»
«Tambogrande es para mí la expresión de una enorme hipocresía ambiental y falta de ética»