La izquierda y algunos medios desarrollan campañas afirmando que la agroexportación no genera beneficios a sus trabajadores ¿Cuál es su opinión?
Bueno, más que una opinión es un hecho objetivo que se ha generado una industria nueva en el sector, y lo primero que quiero es cambiar la imagen de qué cosa son los trabajadores de la agroexportación. Acá no hay trabajador cortando caña con un machete, como seguramente hay en Cuba. Acá estamos hablando de trabajadores que trabajan detrás de una computadora, detrás de una máquina, que trabajan con máquinas de precisión, con equipos de precisión, con tecnología, con viajes de capacitación, y por supuesto también hay obreros, gente de campo, pero que trabajan con otro instrumento y con otra visión. El Perú ha generado de alguna manera un sector nuevo que hoy día alberga a 600 mil ó 700 mil trabajadores, y de manera indirecta a un millón y medio de trabajadores. La agro-exportación ha cambiado la industria del Perú. Hoy día las Sociedad Nacional de Industrias, el gremio de Los Laureles, en San Isidro, es la sociedad nacional de industrias exportadoras: Exportamos 80 millones de cajas, exportamos 600 millones de bolsas, que se fabrican en el Perú. Se ha cambiado, y así como la minería tiene una gran locomotora que jala vagones de la industria, la agroexportación también tiene una locomotora que jala vagones de la industria y de los servicios. En el caso singular de los trabajadores – para terminar de contestar la pregunta – lo que ha ocurrido es que gente que antes estaba en el extremo más bajo en términos de beneficios, es decir que eran informales, que no tenían protección social, que no tenían protección contra el abuso del mal patrón, que no tenían AFP (sistema de pensiones), vacaciones, CTS (compensación por tiempo de servicio), es decir ningún tipo de protección, hoy día son formales y trabajan con idéntica protección social que el resto de la economía, pero además supervisados no solo por el débil Ministerio de Trabajo, por la débiles Direcciones Regionales de Trabajo, sino por las poderosas divisiones de trabajo ético y de cumplimiento de las normas sociales y ambientales de los grandes clientes del mundo: Wallmart, Tesco en Iglaterra, Saysbury, Ikeda, El Corte Ingles, etc. Creo que lo que ha pasado en los últimos 15 años en la agroindustria es un ejemplo que se debe imitar en todos los sectores del Perú.
Se pretende eliminar el régimen laboral de la agroexportación ¿Qué efectos tendría sobre el empleo y el sector?
No es verdad que se pretenda eliminar el régimen. Un muy pequeño, aislado y marginal grupo, que tiene mucha capacidad de hablar, pretende que se elimine. Pero no se pretende eliminar, el piso está parejo. Este régimen, que en su primera versión se dio en el año 98’, con el Decreto Legislativo 885, se perfeccionó el año 2000, y después se dio un Decreto Supremo –creo que en el 2002 – , es un régimen que ya tiene cinco presidencias, cinco Congresos: Desde el gobierno de Fujimori, luego Paniagua, Toledo, García y hoy día Ollanta Humala. Ha pasado por cinco Congresos de la República, y cuando este pequeño grupo politizado lo llevó al Tribunal Constitucional, éste, que tiene siete miembros, por seis votos a favor y cero en contra – un miembro estaba de licencia por razones de salud– falló a favor de que es constitucional. Es decir, los congresos de la república, ni éste ni el anterior, ni los ministerios de Agricultura, ni de Economía, han pretendido cambiarlo. Hay un pequeño grupo politizado que, de la misma forma en que ataca todo lo que genera desarrollo, y todo lo que es empresarial. Hoy hemos visto los problemas sociales en Pataz, en la mima Retama en el norte, en Conga, u otras minas, y así como se quiere impedir esto, el sector agrícola, el sector agroindustrial que exporta 4,500 millones de dólares, que tiene un millón de empleos, que por su naturaleza es descentralizado –porque no se hace agricultura en las plazas de armas-, que por su naturaleza emplea mujeres, que por su naturaleza emplea a gente poco capacitada – a diferencia del turismo, que requiere más capacitación – , entonces como es un gran factor de inclusión y de desarrollo social hay un grupo que quiere ponerle la puntería, pero es un grupo marginal. Ni los Congresos, ni el poder Ejecutivo, ni la sociedad en su conjunto, pretenden eliminar el régimen.