En la presente entrevista el economista Roberto Abusada analiza los desfases entre el crecimiento del mercado y el avance del estado, y reflexiona sobre los problemas de nuestra apresurada regionalización.
¿Como aprecia usted el desempeño del estado en la última década?
Hay un fenómeno muy interesante que se ha desencadenado en los últimos 20 años en el Perú, que está representado por la mantención de las líneas generales de la política económica, sobre todo en la parte macroeconómica; es decir, se ha respetado la disciplina fiscal, se le ha dado independencia al Banco Central, y en general los temas macroeconómicos, monetarios y fiscales han sido manejados de manera homogéneamente bien. Entonces, un Perú estancado ha encontrado un lienzo sobre el cual desencadenar las fuerzas del mercado. La población está en contra de la inflación. Cuando en un año la inflación, por razones de shock externo, subió a 660, hubo un clamor popular y la popularidad del presidente (Alan) García en esos meses cayó de manera sustancial. Es decir que ya tenemos un aliado en la población en contra de la inflación, y por lo tanto se refuerza el buen manejo económico. Alguien que antes decía “no, hay que gastar más etc.etc.,”. No, pero no da la caja fiscal. Ahora este argumento se respeta. En segundo lugar, se ha respetado, a diferencia de otros países, la independencia del Banco Central. Hoy día el Banco Central, a diferencia inclusive de algunos países de Europa, está prohibido constitucionalmente de prestarle plata al estado, eso es muy importante. Ahora, todo eso está muy bien, pero tenemos ahora un tema: el estado que desapareció para fines prácticos después del gobierno estatista de Alan García 1. Un gobierno estatista hizo desaparecer al estado porque no cuido ello que ahora estamos manejando bien. Entonces el estado se convirtió en una especie de cascarón: reglamentos de organización y funciones, ministerios por acá, instituciones por acá, pero los ingresos no alcanzaban ni para pagar los sueldos y la hiperinflación estaba llevando a la desesperación a los pobres. Entonces ese estado se ha ido recuperando pero no plenamente, y es un estado hoy día disfuncional.
¿ Por qué el estado no ha avanzado al mismo ritmo del crecimiento del mercado en nuestro país?
En general el estado no ha acompañado esta explosión económica del mercado. No es solamente esto de la judicialización de los actos de los funcionarios del estado sino también la demagógica decisión de bajar los sueldos y de no establecer una política de servicio civil meritocrática. Entonces cada gobierno trae a decenas de miles de gentes de puestos de confianza con quienes el sector privado tiene que empezar a tratar, es decir que el privado trata con el gobierno y no con el estado. Eso es sumamente grave porque ahora hay que ver quien está en el poder, dónde está la persona con quien hay que hablar, quien tiene en realidad las riendas de una municipalidad o de un ministerio.
¿Cómo ve usted el proceso de regionalización iniciado en la década pasada?
La regionalización es quizás la destrucción de un activo más grande que tenía el Perú que era su carácter unitario. Se ha hecho a tontas y a locas, se ha pintado una capa más de gobierno sobre las tres existentes. Se les ha dado títulos de presidentes regionales a caudillos básicamente, porque no pertenecen a partidos políticos organizados y por lo tanto son una especie de sindicatos contra Lima cuando en realidad debería haber una cooperación, un intercambio, y debería el estado, como un todo, tener una visión de adonde quiere ir el Perú y cómo apoyar la iniciativa privada.
“Tenemos un aliado en la población en contra de la inflación, y por lo tanto se refuerza el buen manejo económico.”
“En general el estado no ha acompañado esta explosión económica del mercado.”