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¡Vamos peruanos que tenemos que ganar!

¡Vamos peruanos que tenemos que ganar!

Rafael Venegas
Para Lampadia

Agosto de 1969. Dos goles de Cachito Ramírez. Perú clasificó al mundial de México 70 eliminando a Argentina en la Bombonera. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Perú campeón, Perú campeón, es el grito que repite la afición!

Octubre de 1975. Gol del cholo Sotil. Perú campeón de la Copa América. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Arriba Perú!

Noviembre de 2017. Goles de Farfán y Ramos. Perú clasificó para el mundial de Rusia 2018. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Contigo Perú! ¿Cómo no te voy a querer? ¿Cómo no te voy a querer? ¡Si eres mi Perú querido el país bendito que me vio nacer!

Estas multitudinarias y patrióticas manifestaciones callejeras se han dado varias veces en el país y en ellas una enorme cantidad de peruanos, especialmente los jóvenes, se han confundido entre abrazos, cánticos y vítores, cargados de pasión y patriotismo generado por la selección blanca y roja: el orgullo de todos los peruanos.

Esta pasión y fuerza colectiva de los hinchas peruanos fue reconocida internacionalmente, al otorgársele el premio a la mejor hinchada del mundial Rusia 2018.

Entonces, las preguntas que todos nos hacemos son:

¿Dónde está esa pasión y fuerza colectiva patriótica de los jóvenes peruanos, frente a la posibilidad de que destrocen nuestro país?

¿Qué les pasa? ¿Por qué esta pasividad e indiferencia?

La verdad es que no debería haber respuestas, pero lamentablemente si las hay. La mas clara es porque existe un tremendo desconocimiento, en la gran mayoría de jóvenes peruanos, de las terribles experiencias impulsadas por el comunismo, que se vivieron en el país en las décadas de los años setenta y ochenta.

Felizmente, con gran esfuerzo y mucho sufrimiento, fuimos capaces de superarlas. Sin embargo, los que las vivimos, hemos cometido el gran error de no haberlo transmitido adecuadamente a las siguientes generaciones, para que no se repita. ¡Craso error!

Además, no se hizo nada por impedir la infame y malévola penetración de la doctrina socialista al sector educación, permitiéndose que en los colegios y universidades se distorsione la verdad histórica y se enseñen versiones totalmente sesgadas y muy distintas a la realidad. ¡Otro craso error!

El resultado es que ahora la gran mayoría de los menores de 60 años (88% de la población), saben poco o nada del miedo y la miseria que se vivió en los años 70 durante el nefasto régimen militar comunista de Velazco.

De igual manera, la mayoría de los menores de 40 años (65% de la población), no conocen nada o casi nada de la terrible década de los 80, con el sanguinario terrorismo a manos del genocida grupo comunista sendero luminoso, que asesino a miles de peruanos inocentes.

Estas lamentables taras se han complementado negativamente con un sentimiento triunfalista de estabilidad política y crecimiento económico, que se vivió por mas de 25 años en las décadas recientes y que generó una falsa ilusión de estar en camino al desarrollo.

Ese periodo de ¨bonanza¨, enfocado casi exclusivamente en lo económico y casi nada en lo político y social, aburguesó a la gran mayoría de la población, especialmente a los mas jóvenes. La clase media se duplicó y supero el 50%.

Esta mala combinación ha generado un peligroso adormecimiento y desinterés político en la mayoría de los jóvenes peruanos, ¡del cual tienen que despertar ya, sino será muy tarde!

El nuevo gobierno comunista tiene planes muy claros, pero totalmente equivocados y están dispuestos a implementarlos a como de lugar. Esto, sin duda, llevará al país a la debacle. Por eso tenemos que hacerle frente rápidamente y con mucha firmeza y decisión.

Para eso contamos con tres líneas de defensa, amparadas por nuestra actual constitución: El congreso; la población alzando su voz de protesta en las calles y como último recurso, las FFAA, siempre y cuando se viole la constitución.

En cuanto a la segunda línea, es cierto que la población está protestando en las calles, pero lamentablemente no está funcionando adecuadamente por falta de liderazgo, por la presencia de políticos desgastados y por la tibieza de su formato.

Además, la participación de los jóvenes es muy pobre, contrastando con el enorme patriotismo y fuerza colectiva que demuestran cuando se trata de la selección de fútbol. Esto es preocupante y sobretodo muy decepcionante.

Los jóvenes peruanos tienen que ser conscientes que su voz de protesta no es solo su derecho, sino también es su deber y que, si no se logra detener este avance comunista, ellos y sus hijos serán los mas perjudicados.

Es absolutamente necesario que nosotros, los mayores, actuemos de inmediato transmitiendo y difundiendo a los jóvenes de nuestro entorno, las terribles vivencias de las décadas de los 70 y 80 causadas por el comunismo. Al mismo tiempo debemos impulsarlos para que participen activa y patrióticamente en las marchas y protestas públicas, con la misma entrega y emoción con que lo hacen cuando se trata del fútbol.

La prensa, que mayoritariamente jugó un papel vergonzoso en las últimas elecciones, afortunadamente se ha dado cuenta de su error y está rectificando valientemente. Su enérgica y firme participación es absolutamente necesaria para hacerle conocer a los jóvenes, las crudas experiencias que se vivieron en el pasado por culpa del comunismo y así complementar el esfuerzo de defensa del país.

Hay una nueva generación de políticos y también de ejecutivos que están interesándose en el tema y que son los indicados para liderar este cambio. A ellos tenemos que interesar, impulsar, empoderar y apoyar para que participen activamente en estas lides.

Lucas Ghersi, Adriana Tudela, Rosangella Barbaran, Vivian Olivos, Alejandro Cavero, Vanessa Quiroga y Vania Thais, entre otros, deben convertirse en los nuevos líderes políticos del país y deben contar con todo nuestro apoyo.

Vamos jóvenes peruanos, despierten y defiendan a su país y a su futuro, con la misma fuerza colectiva y patriotismo con el que apoyan ¨a muerte¨ a nuestra selección.

Y como se canta en la tribuna cuando juega la blanca y roja:

            ¨Vamos peruanos, que tenemos que ganar¨

P.D. Favor difundan este artículo entre los jóvenes de su entorno e impúlsenlos a participar activamente en la defensa de nuestra democracia. Gracias.

Lampadia




El gobierno confirma su línea confrontacional

El gobierno confirma su línea confrontacional

Jaime de Althaus
Para Lampadia

En el gobierno hay aparentemente dos líneas, una radical y confrontacional, y otra más moderada, pero los últimos acontecimientos indican que se está imponiendo la corriente confrontacional, impulsada por la competencia entre Castillo y Cerrón. En efecto:

  • El premier Guido Bellido terminó su respuesta final en el Congreso pidiendo voto de investidura para cambiar la Constitución, luego de un feroz ataque a la Carta Magna del 93. Esto fue lo que dijo Bellido: “La Constitución de 1993, en 20 años, no sólo no ha solucionado la situación de marginación de las mayorías, sino la ha profundizado… Este sistema político y social terminará de todas maneras… Nosotros queremos realizar este cambio en democracia y paz. Buscamos el voto de investidura con este fin”.
  • El   presidente   Castillo   sostiene   al   ministro   Maraví  (vinculado   al senderismo) con argumentos populistas y radicales.
  • Hay diferencias entre Castillo y Cerrón, pero son de poder, no de radicalismo.  Sin embargo, contradictoriamente, en un momento de lucidez política Castillo habría querido formar un gabinete más conciliador, quizá con Francisco Eguiguren a la cabeza, y Cerrón, como sabemos, lo impidió. Castillo quisiera autonomizarse de Perú Libre y para eso está alentando, a falta de uno, dos partidos. Pero uno de ellos está vinculado nada menos que al ex Conare Movadef.

Es claro que el gobierno mantiene su programa maximalista y está buscando una confrontación con el Congreso, para terminar cerrándolo. El Premier Bellido amenazó con plantear cuestiones de confianza si se intenta censurar ministros, dejando al Congreso relativamente desarmado. Y el presidente Castillo, apelando al clásico juego populista del ataque al Congreso, fustigó a los parlamentarios que piden la salida del indefendible Maraví:

“Invito a estos señores que están pregonando tantas cosas y tildando a los ministros de tal cosa, vamos a debatir allá, al mismo corazón del Vraem. A los congresistas, vamos al Vraem a debatir sobre la gran crisis y problemas que tiene el país.“Vamos sin zapatos, señores. Vamos a conversar allá. Salgan de sus pupitres, salgan de esos espacios cerrados”.

Por eso la cuestión de confianza otorgada al gabinete, pese al rechazo que suscita por razones principistas, tuvo sentido estratégico. Ahora es importante que el Congreso se blinde a la brevedad contra eventuales cuestiones de confianza planteadas por reformas constitucionales, mediante la ley interpretativa que está elaborando la comisión de Constitución.

La persistencia del gobierno en la línea confrontacional y radical, destructora del país, deberá llevar al Congreso a considerar la vacancia presidencial. Para que ello sea viable, sin embargo, la popularidad presidencial deberá descender aún más en las regiones a las que pertenecen los parlamentarios. Para prevenir esa caída, probablemente veremos a Castillo exacerbando su populismo contra los políticos y congresistas y también contra los monopolios, acusándolos de ser los responsables del alza de los precios -cuando la causa es la incertidumbre generada por el gobierno.

Incluso la moderada política económica de Francke le ayudará, cuando los bonos y recursos que se repartan para paliar el alza de los precios generada por el propio gobierno generen el agradecimiento de la población beneficiaria. Un populismo perverso que genera incertidumbre para repartir dinero y levantar popularidad.

Pero si el Congreso ha quedado relativamente desarmado, como decíamos, el contrapeso está ahora más en manos del sistema judicial y la prensa, que mantienen aún su independencia y su firmeza denunciando los antecedentes delincuenciales y filo terroristas de algunos de los miembros del gobierno y del partido. Las Fuerzas Armadas, por su parte, han logrado defender hasta ahora su institucionalidad e incluso jugaron un papel en la salida de Béjar, pero la Policía es un terreno de disputa con resultado incierto, donde los intentos de impedir investigaciones a personajes del gobierno y de Perú Libre y de tomar las unidades de investigación, encuentran a un comandante general dócil.

En este contexto, un factor clave han de ser las movilizaciones ciudadanas, que deberían calentarse luego de la inaudita defensa presidencial a un ministro claramente vinculado al senderismo y de una decisión confrontacional a ultranza que puede llevar al país al despeñadero. Lampadia




La narrativa anti modelo de economía de mercado

La narrativa anti modelo de economía de mercado

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Los mismos argumentos, las mismas mentiras se repiten en Colombia, Chile y Perú.

Asumiendo buena voluntad por parte de los activistas anti mercado, habría que decirles que sus ideas ya no son parte de una utopía esperanzadora, son solo un remedo de todas las ‘ideas muertas’ trajeron fracasos políticos y sociales en TODOS los países que las adoptaron.

El comunismo nunca generó bienestar. Solo generó pobreza generalizada, abuso de los derechos humanos y enriquecimiento de las satrapías que se hicieron del poder.

Mientras tanto, las ideas de las economías sociales de mercado (ESM), están coronadas por múltiples éxitos económicos, sociales, institucionales y políticos.

Para probarlo, solo basta recordar los casos de:

  • Alemania, que después de la Segunda Guerra Mundial, optó por la ESM y fue espectacularmente exitoso.
  • Singapur, que convirtió un territorio sin esperanza en un modelo de desarrollo.
  • Nueva Zelanda, donde una izquierda moderna guardó las ideologías en cajones, y le dio un gran bienestar a su población.
  • China, que después de Mao alejó la ideología comunista de su economía, afirmando que no importa de que color sea el gato, siempre que cace ratones, sacando de la pobreza a 800 millones de chinos.
  • Igual hicieron los países nórdicos sus ESM adaptadas a sus realidades.

Pero igual podemos ver de las experiencias de Chile y Perú.

  • Chile, después del fallido experimento comunista de Allende, tanto las izquierdas como las derechas, generaron un desarrollo social revolucionario con una ESM que prácticamente eliminó la pobreza extrema y mejoró sustancialmente los ingresos de todos sus habitantes.
  • Perú, le dio vuelta al fracaso de 30 años de un izquierdismo torpe que nos llevó a la condición de ‘Estado Fallido’ en 1990. Con nuestra incipiente ESM, bajamos la pobreza de 60% a 20%, disminuimos la desigualdad, mejoramos los ingresos, en mayor proporción, de los pobres y de la población rural, creamos una nueva clase media emprendedora, y generamos confianza en el futuro. Ver en Lampadia: Prosperidad sin precedentes en el Perú.

Desgraciadamente, desde el 2011 se produce una creciente ocupación del Estado por personajes de las izquierdas retrógradas, que no aprendieron nada de las experiencias propias y ajenas. Llegando el año 2020, amparados en la pandemia y ad-portas de las elecciones generales, a prácticamente sabotear nuestra ESM, para llevarnos de rodillas a recibir los peores sermones.

Así de desubicados en términos históricos y desconociendo los hechos duros, las izquierdas decimonónicas ganan terreno por ‘walk over’. Sin competencia en la batalla cultural, por la defección de las clases ilustradas y empresariales en el debate nacional, siembran confusión y hasta odios, que malogran el tejido social de países que están en la mitad del camino a la prosperidad. Momento en el que se requiere mucha claridad de ideas, para no flaquear en los avatares de la gesta del desarrollo.

Veamos la entrevista de La Tercera a Sebastián Claro, ex vicepresidente del Banco Central chileno, sobre el ataque al modelo económico y la sincronía del verbo político:

“Dicen que Chile tiene un modelo de desarrollo agotado, pero lo que proponen a cambio es un modelo que fracasó en el mundo”

La Tercera – Chile
Olga Bustamante
10, de julio, 2021
Glosado por Lampadia

Sebastian Claro, economista y ex vicepresidente del Banco Central. Foto: Andrés Pérez

El ex vicepresidente del Banco Central se pronuncia contra el juicio de que la economía chilena está asentada sobre un grupo que vive de las rentas y que requiere de un Estado que la dinamice. “Es una caricatura”, afirma y advierte que “el Estado, cuando domina la economía, también es un gran extractivista”. Agrega que pensar que éste va a ser el gran promotor de la innovación es totalmente errado y pregunta: ¿alguien cree que Cornershop hubiese salido de una oficina pública?

El ex vicepresidente del Banco Central analiza la actual discusión económica en el país, en el contexto de las propuestas presidenciales y de las definiciones de los constituyentes de la convención. Y su juicio al respecto es enfático: Los datos y las experiencias local e internacional no apoyan la idea de que la economía chilena se ha desacelerado porque acá hay un modelo agotado, en el sentido de un grupo empresarial cómodo, sentado sobre ciertas rentas, y que por lo tanto lo que tiene que pasar es que debe venir el Estado a reemplazarlo”.

Desde el estallido social y tras el resultado de la elección de constituyentes y las propuestas presidenciales, el eje de la discusión económica se ha corrido hacia un ideario más de izquierda. ¿Es así y cómo lo evalúa?

-Hay que distinguir entre problemas y soluciones. Visualizo dos temas que subyacen a la discusión económica en el país. Uno es de oportunidades, crecimiento y empleo. La economía chilena ha venido perdiendo dinamismo, con fuerza, a partir de mediados de la década pasada. Eso es una música de fondo respecto de lo que ha pasado.

Lo otro, es una demanda de mayor protección social, en el sentido de que para mucha gente la salida de la pobreza es un estado frágil y así lo mostró la Casen 2020. Eso se podría asociar también a una demanda de mayor participación, en el sentido de que la participación en la vida social y económica, para que sea efectiva y de verdad libre, requiere de ciertas seguridades.

Yo no pienso que ninguna de esas dos cosas sea una agenda de izquierda, en absoluto, por lo tanto, la discusión está más bien en la solución de esto.

¿En las soluciones a esas demandas están predominando las ideas de izquierda?

-En efecto, en ese ámbito es donde se ha instalado un mensaje erróneo. Ese mensaje dice que Chile tiene un modelo de desarrollo agotado, pero lo que nos proponen a cambio es un modelo que fracasó en el mundo. Esa es la tensión que subyace a la discusión económica hoy. Se hace el juicio de que nuestra economía es poco diversificada, poco dinámica, y que el Estado va a ser capaz de innovar, de revitalizarla. Los datos y las experiencias chilena e internacional sugieren que eso no es así. El juicio de que la economía chilena no tiene dinamismo, de que está asentada sobre un grupo de personas que viven de las rentas, y que requiere de un Estado que la dinamice, no habla con la evidencia. En el pasado, cuando el Estado tuvo un rol muy significativo en la economía chilena, era una economía mucho menos diversificada, innovadora y dinámica. Ese es el eje del debate y la solución de pensar en un Estado empresario, promotor de la innovación, como la mejora a nuestros problemas, es completamente errada.

Usted es economista de centroderecha, ¿no hay un fracaso del ideario de su sector?

-No hablo como representante de ningún ideario político, sino simplemente como economista. Los datos dan cuenta de una economía más dinámica de lo que se cree. Si bien el cobre representa un porcentaje muy grande de las exportaciones, parte importante de eso es un efecto precio en la actualidad y en la última década. Tanto así, que la actividad minera creció cerca de cero en los últimos 15 años y la economía es más diversificada de lo que se dice.

Segundo: las exportaciones como porcentaje del PIB en Chile, de cerca de un tercio, no son muy diferentes de países como Nueva Zelanda, 27%; Israel, 28%; y Finlandia, 36%. [En el Perú son de aproximadamente 20%] Por tanto, el estancamiento de las exportaciones en el último tiempo da cuenta de un fenómeno global. Tercero, se pierde de vista que la inversión extranjera es un sustituto de las exportaciones y la inversión extranjera de empresas chilenas es muy sustantiva. Como porcentaje del PIB, Chile está dentro de los 10 primeros países de la OCDE, superando a Alemania, Israel y Finlandia. Eso también da cuenta de sectores ligados a los servicios que han logrado innovar.

Por último, hay una ola de emprendimiento que se ve no solo en los datos, sino que también en los estudiantes, que más que emplearse quieren ser emprendedores. Por lo tanto, hay una cierta caricatura de una economía chilena poco dinámica.

Sin embargo, la expansión del PIB se trancó hace ya un buen rato.

-Podemos discutir por qué Chile ha crecido poco en los últimos años, pero la caricatura de que esta es una economía sentada, pasmada y que el Estado será el que impulsará la innovación, no tiene evidencia.

Si es una caricatura, como dice, ¿por qué el crecimiento ha sido tan bajo y por qué la desigualdad sigue tan alta?

-Ha habido un estancamiento de la productividad y una caída muy fuerte de la inversión. Esta llegó a representar cerca del 27% del PIB y hoy está en el 20%, lo que es muy bajo. Obedece a múltiples factores, pero uno de ellos es que a la preocupación medioambiental y de las comunidades, que es muy legítima, no se le ha logrado dar una institucionalidad adecuada. En Canadá, Australia, etc., también existe esa preocupación, pero han construido una institucionalidad más robusta y predecible para efectos de los proyectos de inversión. En Chile el Estado no ha sido capaz de construir esa institucionalidad. No es un problema de estándar, es cómo, dado un estándar, aseguramos que las grandes inversiones puedan hacerse en un tiempo y con costos predecibles. Hoy hacer inversiones grandes en Chile es muy incierto y caro por los plazos y permisos involucrados. Esto también afecta la productividad, porque es justo en aquellos sectores en que el país tiene ventajas donde es difícil invertir. ¿Hace cuántos años no se amplían autopistas interurbanas o se construyen grandes obras de riego?

Pero un sector no menor de la Convención Constituyente y los precandidatos presidenciales del bloque PC-FA consideran que el actual modelo se basa en una economía extractivista y de poco valor agregado, y que por eso ya se agotó y debe cambiarse.

-Eso no es cierto. Hay un sector minero que representa cerca del 10% del PIB, no el 50%. [En el Perú la minería representa también el 10% del PBI] Hace varias décadas la minería representaba el 90% de las exportaciones. Por eso hago el punto sobre la inversión extranjera chilena afuera, ya que da cuenta de un sector servicios más dinámico y desafiado por nuevas tecnologías. Entonces, acá se construye esta frase de una economía extractivista, cuyo concepto fundamental apunta a un modelo basado en la captura de rentas.

¿Y eso tampoco es así?

-No hay evidencia de eso, pero incluso, si así fuera, metámosle más competencia y no un Estado que va a bloquear la competencia. El Estado, cuando domina la economía, también es un gran extractivista. Así como el control de la política por parte de los negocios es muy negativa para el desarrollo y la innovación, porque propicia que las leyes se hagan en favor de los incumbentes, también es muy negativo que el Estado se haga cargo de los negocios, porque también es extractivista y quienes viven del Estado tienen incentivos a hacerse de las rentas y a reelegirse. Por lo tanto, si hay un juicio respecto de rentas excesivas que no se compiten, lo que falta es más competencia y más apertura, y no un Estado que tome un rol que finalmente también va a ser capturado.

Los promotores de este otro modelo de desarrollo hablan de una política industrial moderna y no del tipo de la CEPAL en los 60.

-Lo que plantean no es muy distinto a las ideas de la Cepal de esa época. Hablan de guiar la innovación, de una política industrial donde el sector público define, a través de una agencia, los sectores a privilegiar. ¿Alguien cree que Cornershop hubiese salido de una oficina pública? Es un rol que ha fracasado mayoritariamente en el mundo.

El otro gran tema que se ha instalado es la necesidad de elevar la carga tributaria para allegar los recursos que el Estado requiere y como política redistributiva.

-Efectivamente hay una necesidad de allegar recursos, pero el gran problema de querer redistribuir en exceso a partir de los impuestos, es que eso genere una distorsión que termine afectando el crecimiento y el empleo. Redistribuir a partir de gastos y transferencias es más eficaz.

Pero buena parte de los precandidatos presidenciales lo ha planteado, y Jadue propone subir hasta 10 puntos del PIB en el próximo gobierno. ¿Es factible?

-Lo que conocemos de los programas de los candidatos en la materia es mucho titular y poco contenido. Además, percibo cierto voluntarismo en el sentido de que se manifiesta como algo fácil recaudar en poco tiempo y con poco efecto. Y la experiencia es que es difícil, por varias razones. Por ejemplo, en las exenciones, cuando se discuten en detalle, los candidatos empiezan a decir ‘mira esta no, porque es muy complicada políticamente’. Entonces, no es algo fácil y así con varios otros de los cambios que se plantean, como royalty, impuesto a los super ricos y la disminución de la evasión. Y si estos esfuerzos de mayor recaudación tienen como consecuencia que la economía seguirá creciendo muchos años bajo el 2%, las demandas sociales no se van a solucionar.

Ramón López, de la candidatura de Jadue, puso de ejemplo a Dinamarca que subió cerca de 12 puntos del PIB su carga tributaria en pocos años. ¿Es suficiente referencia?

-Ese es un argumento muy frágil, por dos razones. No se pueden sacar grandes conclusiones de un caso en particular sin controlar todas sus particularidades. En la mayoría de los países los aumentos tributarios son mucho más suaves, porque son difíciles de hacer y no son inocuos. Dos, la gran diferencia entre la recaudación tributaria chilena y la de países OCDE está en un menor impuesto a las personas. Sobre todo las personas de ingresos medianos en Chile, pagan pocos impuestos versus Europa, y esa discusión hoy no existe, porque nadie encontraría viable políticamente decir que habrá un aumento de impuestos a la clase media. Así, veo candidaturas promoviendo con mucho voluntarismo soluciones fáciles para los problemas, y eso me preocupa por la frustración que se puede generar.

“La autonomía del Banco Central también se juega en la responsabilidad fiscal”

Los objetivos y autonomía del Banco Central (BC) serán parte de la discusión constitucional y presidencial. ¿Se requieren cambios importantes al respecto?

-No. Lo que la Constitución dice del BC, más lo que establece su Ley Orgánica, han permitido tener una institución que ha hecho bien su trabajo en base a sus objetivos, y que ha contribuido a la estabilidad macroeconómica de Chile. Nadie podría cuestionar eso. Y hay dos dimensiones de la autonomía. Una es la legal o constitucional, donde lo fundamental es que la autonomía descanse en objetivos acotados y observables, en una rendición de cuentas de esos objetivos y en la independencia de sus autoridades para cumplirlos. Si se pretende ampliar los objetivos del BC a cuestiones que van más allá de lo que puede cumplir dados sus instrumentos, y se abre la posibilidad de un juicio político a los consejeros, esa es una combinación que pone en riesgo, abiertamente, la autonomía del BC.

Lo segundo es que la autonomía del BC, no en términos legales, sino que, en términos prácticos, también se juega en la responsabilidad fiscal. El rol del BC no puede entenderse sino fruto de la autonomía legal, pero además de la responsabilidad fiscal con que ha actuado la política en Chile por varias décadas. Si la Constitución o el quehacer de la política pública terminan minando esa solvencia fiscal, lo que vemos en muchos países es que, de facto, el quehacer de la política monetaria se modifica. Una situación fiscal frágil genera más volatilidad en las tasas de largo plazo, más temor a dejar flotar el tipo de cambio y, por tanto, más dificultad para el BC de manejar su política de corto plazo. Por eso la discusión constitucional debe promover la estabilidad macroeconómica y ello exige sustentabilidad de las cuentas fiscales.

¿Por qué el BC no puede sumar otros objetivos explícitos como el crecimiento o el empleo, como lo hace, por ejemplo, la Reserva Federal de EE.UU.?

-El BC de Chile tiene una política monetaria orientada a la estabilidad de precios en el mediano plazo y eso le permite compatibilizar los objetivos de empleo y de actividad, con el objetivo de inflación. Pero son objetivos de empleo y de actividad en el ciclo económico. Ningún BC tiene herramientas para afectar el crecimiento de largo plazo.

¿Eso significa que aunque no sea explícito, el BC de Chile vela por el crecimiento económico y por el empleo?

-El BC ha aceptado en varias ocasiones desviaciones, en algunos casos importantes, de la inflación, para suavizar el ciclo económico. Y compatibilizar esas dos cosas es, precisamente, el arte de la política monetaria. Así está manifestado por el BC en una serie de documentos y es lo que hacen también los principales bancos centrales del mundo.

El economista Nicolás Grau, del FA, señaló que “al BC se le ha pasado un poco la mano en la independencia que tiene respecto a los intereses del país en general”, cuestionando su política cambiaria, ya que tiene impacto en la estrategia de desarrollo de Chile…

-Esa lógica da cuenta de poca confianza en lo que significan los contrapesos institucionales o la independencia del BC. Por eso digo que es importante que al BC se le pongan objetivos claros. La discusión de hoy de los bancos centrales en el mundo no dice relación con la diversificación de las exportaciones. Además, la política cambiaria, como en la mayoría de los bancos centrales del mundo, es un instrumento que el BC debe tener para efectos de cumplir con sus objetivos.

¿Al ser parte del instrumental para cumplir con su mandato, la debe definir él?

-Así es, al igual que el manejo de la tasa de interés y de las operaciones de crédito. La mirada alternativa, donde se declara autonomía, pero se le exigen determinadas decisiones de política, no respeta esa autonomía. Lampadia




La leona de dos mundos

La leona de dos mundos

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNPME
Para Lampadia

El Perú ha tenido una historia política, social y económica muy azarosa, baste revisar las sucesiones de gobiernos, golpes de estado, carreras políticas y traiciones. La evolución de sus indicadores económicos; crecimiento del PBI, estructura productiva, comportamiento de la inflación, evolución de su deuda pública, estructura y comportamiento de su comercio exterior, cerrazón o apertura comercial y a la inversión. En lo social; magnitud de la pobreza, evolución de la cobertura de las necesidades básicas y del acceso a la salud, nutrición, educación y seguridad.

Perfectamente podríamos hacer un corte entre el antes y el después de la década de los 90 del siglo pasado. Ya hemos explicado los números en oportunidad anterior y por lo tanto no los repetiré y, aunque es cierto que no es suficiente el crecimiento económico para brindar a nuestros ciudadanos las condiciones de vida que merecen, sí es una condición indispensable para lograrlo.  Si nos hubiéramos ocupado de tener una adecuada regionalización y gobernanza para ese proceso, hoy nuestra población estaría disfrutando de los beneficios de tal crecimiento económico.

En el país, hemos manejado dos mundos diferentes; uno corporativo, moderno, con exigencias propias de países de la OCDE, al que le hemos exigido, con toda justicia y más allá del respeto a la ley, una adecuada “Gobernanza Corporativa”, respeto a la institucionalidad, la ética y la moral, como elementos fundamentales para el desarrollo de nuestra economía, quienes además deben actuar con responsabilidad social y ambiental. Reglas aplicadas a menos del 30% de nuestros ciudadanos y empresas, pues para los demás ciudadanos y empresas, estos conceptos jamás existieron, como no existen en la práctica tampoco, tales exigencias y reglas para los gobiernos regionales y locales, pues no se han sometido a estas instituciones.

Hoy, como parte de la campaña de segunda vuelta, sale el profesor Castillo a plantear; cambio de Constitución, eliminación del Tribunal Constitucional, desaparición de la Defensoría del Pueblo, disolución del Congreso, eliminación de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) y la SUTRAN. Estoy seguro que se me están escapado otras instituciones que desea reformar o simplemente eliminar. Ya no se trata únicamente de respetar las reglas de juego y las instituciones creadas al efecto, sino de desconocer todo. Por ejemplo; hasta antes de la llegada de la pandemia, los accidentes de tránsito eran la principal causa de muerte en el Perú y, además, el generador de la mayor cantidad de lesiones incapacitantes, sin embargo, el profesor no quiere que haya reglas, permisos, ni sanciones. ¿Habrá pensado el profesor y su principal grupo de electores, que la población más afectada por petardear esas instituciones, son ellos mismos como usuarios de transporte público informal e ilegal?

El Perú se ha convertido en un país de pequeños empresarios y emprendedores, quienes se han desarrollado durante la bonanza económica de estos últimos 30 años, tiempo durante el que han disfrutado del arrastre que les ha significado la existencia y crecimiento de empresas medianas y grandes. Muchos pequeños empresarios de la hotelería y restaurantes descentralizados, empresarios que atienden alimentos y bebidas de grandes operaciones mineras y de construcción fuera de Lima, transportistas, fabricantes textiles de ropa de trabajo, calzado industrial y fábricas metal-mecánicas y múltiples empresas de servicios, han nacido y crecido a la sombra de esta creciente actividad empresarial nacional e internacional. La bonanza trajo como consecuencia; demanda de más y mejores edificios de vivienda y de oficinas, más servicios de tecnología y comunicaciones y una creciente demanda de actividades de entretenimiento, un florecimiento de actividades culturales y oportunidades para aristas de todas las ramas del arte y folklore.

Todo lo mencionado, ha permitido que sólo aproximadamente entre un 25 a 30% de los ciudadanos, sean los contribuyentes responsables que, creando oportunidades y riqueza, aportan para alcanzar entre 14% y 16% de presión tributaria en el Perú. Cifra que escandaliza a muchos analistas y observadores de nuestra economía, ya que ésta debiera alcanzar entre 20 y 22%. Nos podríamos imaginar; ¿qué pasaría si nos tiramos abajo a las empresas formales, quienes soportan cargas de hasta 50%, para que en promedio se alcance esa despreciada presión tributaria? No olvidemos que, en el primer gobierno de García, llegamos a 3% de presión tributaria. Así empezaron Cuba, Venezuela y Nicaragua, entre otros. Esa es la razón por la que hoy existe más de 5 millones de emigrantes venezolanos en el mundo, muchos de ellos, gente educada y profesional, que se ha visto obligada a aceptar cualquier oportunidad de trabajo y sub-empleo, con tal de subsistir en un país extranjero, que muchas veces les es hostil.

No quiero ver a mi Patria sumida en ese dolor y, por eso, debemos exigirle a quien gane las elecciones, un trabajo urgente, prioritario e intenso en la solución de las necesidades básicas de los eternos olvidados por los sucesivos gobiernos municipales y regionales de izquierda, que fueron insensibles e incapaces de resolverlas. Deben estar obligados a que, tales necesidades sean atendidas, bajo injerencia directa de un gobierno nacional debidamente motivado y bajo pena de destitución inmediata de funcionarios, debidamente supervisados por la Contraloría General de la República. El nuevo Congreso debe comprometerse, con urgencia, a trabajar de la mano del ejecutivo, para llevar a cabo la reforma política necesaria.

La población, después de haber conocido el progreso y la modernidad, se vería obligada a regresar a una situación de angustia y miseria peor que antes de los 90s (más de 96% de pobreza y de 79% de pobreza extrema en Venezuela), como “la leona de dos mundos”.

¡Si no acometemos la tarea hoy, en cinco años estaremos nuevamente en este trance y con más razón! Lampadia




Candidaturas y Vacunación

Candidaturas y Vacunación

Ing. Antonio Pratto
Miembro del Comando Vacuna
Para Lampadia

Estamos exactamente a una semana de las elecciones generales y con encuestas que nos ponen los pelos de punta de ver que los próximos cinco años seguirán siendo complicados para nuestro país. No solo por las propuestas populistas de los candidatos presidenciales sino por el fraccionamiento que tendría el nuevo congreso.

Los planes de gobierno de los diferentes candidatos no presentan propuestas para las grandes reformas que el país necesita en lo político, económico y social. Y mucho menos en la estrategia más básica y urgente que el país necesita para terminar con la pandemia: LA VACUNACIÓN, para que de esta manera se pueda terminar también con la crisis sanitaria y económica que nos agobia desde hace más de un año.

Las propuestas demuestran un desconocimiento de la crisis sanitaria y de lo que significa el proceso de vacunación, pero principalmente una ignorancia absoluta del proceso de adquisición de vacunas. Propuestas disparatadas como la cura del Covid con cañazo y sal, o tomar el avión presidencial a Chile y traerse 10 millones de vacunas, o pedir las fórmulas a los laboratorios farmacéuticos para fabricar las vacunas localmente, entre otras, demuestran el desconocimiento mencionado o una demagogia muy usual en este tipo de campañas. Que el candidato presidencial no conozca en profundidad estos temas podría ser aceptable, pero lo que no es aceptable, y es lo que parece ser, tampoco tienen un equipo de asesores en el área de salud que conozcan del tema, y eso si es preocupante.

Lo que no se han enterado todavía los candidatos es que hay muy poca o casi ninguna disponibilidad de vacunas en el mundo, por los menos en el corto plazo. Según el Global Innovation Center de la Universidad de Duke al 26 de marzo, indica que se ya se han vendido 15.1 billones de dosis a los diferentes países del mundo de los cuales ya se han pagado 8.3 billones de dosis. Sin embargo, la producción sigue siendo insuficiente para abastecer esta inmensa demanda. Esto hace que haya retrasos en las entregas y por consiguiente dificulta tremendamente las negociaciones.

Para que el próximo gobierno, que inicie su gestión el próximo 28 de julio, será demasiado tarde para empezar a diseñar una estrategia para el proceso de vacunación, el actual gobierno es el que debe dejar la estrategia planteada como proponemos más adelante. Lamentablemente la incapacidad e incompetencia, por decir lo menos, de los dos últimos exministros de salud y sus ineficientes equipos de negociadores nos dejaron en la situación tan complicada en la que estamos. No firmaron un solo contrato bilateral con ningún laboratorio y le dejaron la “papa caliente” a este gobierno que está negociando un bien escaso, difícil de conseguir a estas alturas.

Sin embargo, también hay ejemplos de países que lo han hecho muy bien, como Gran Bretaña, Chile, Israel, o Serbia. Comento sobre Serbia porque tuve la oportunidad de trabajar en esa zona de Europa Central y conozco bastante bien la idiosincrasia de su gente, muy similar a la de Perú. Un país pequeño, pero con un ingreso per cápita también similar al peruano, pero con la gran diferencia que ellos manejaron el problema de la vacunación de forma muy eficiente. Una de las claves que explica el éxito de la nación balcánica es la variedad de vacunas que adquirieron con gran anticipación. Además de disponer de dos de las occidentales, la de Pfizer y la de AstraZeneca, también ha adquirido dosis de la rusa Sputnik V y de la china Sinopharm. 

La consecuencia es que ahora mismo Serbia tiene más vacunas que gente dispuesta a ponérselas. Así que ha permitido que residentes de países cercanos como Croacia, Macedonia del Norte, Bosnia o Montenegro puedan desplazarse a suelo serbio para ponerse las inyecciones, provocando gran afluencia de visitantes al país.

Volviendo al Perú, es importante que el actual gobierno siga negociando contratos y los firme a la brevedad posible, aparte de las 48 millones de dosis ya contratadas. La situación de la pandemia tiene por lo menos para 1 o 2 años más y no debemos caer nuevamente en la incapacidad de firmar contratos en el momento que se deban hacer.

Si este gobierno quisiera salir el 28 de julio con la frente (medianamente) en alto, está en la obligación de firmar 4 o 5 contrato bilaterales, como lo propusimos desde junio del año pasado, para comprar por lo menos 80 millones de dosis de vacunas, con un cronograma estricto de suministro y un cronograma de vacunación ordenado por edades, por fechas y lugares de vacunación de toda la población adulta mayores de 18 años, y que el próximo gobierno se comprometa con la ejecución eficiente de este proceso.

Este sería el mejor legado que podrían dejarle a la ciudadanía quien tiene el derecho de recibir información ordenada y certera de manera que disminuya su ansiedad e incertidumbre. Una forma también de recuperar confianza y credibilidad que últimamente es prácticamente inexistente en el gobierno de emergencia y transición. La ciudadanía les quedaría eternamente agradecida. Lampadia




A poner la carne en el asador

A poner la carne en el asador

Editorial de Lampadia
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Luego de treinta años de empobrecimiento, inflación y violencia terrorista, desde mediados de los años 90, el Perú tuvo una recuperación espectacular, con un alto crecimiento de la economía, una gran reducción de la pobreza, una importante reducción de la desigualdad, disminución de la mortalidad infantil y un sostenido crecimiento de los ingresos en todas las regiones del país.

Esto fue posible porque la Constitución de 1993 permitió el regreso de la inversión privada al campo, la minería, la pesca y el turismo, entre otros.

El nivel de los ingresos del Estado muestra con claridad la diferencia de la Constitución del 93 con la del 79. El año 1990 los ingresos del Estado cayeron al 3.8% del PBI, pero con la nueva Constitución los llevamos a 21% el 2011 y a 15% en los últimos años.

En 1990 el Estado no podía cubrir ninguna necesidad de gobierno.

Veamos otros indicadores de como nos fue con la Constitución de 1979 y la de 1993:

Lamentablemente, durante los últimos 10 años, perdimos la consistencia de nuestras políticas de desarrollo. Desde el 2011 se desincentivó la inversión privada, se reclutó muchos funcionarios públicos de orientación anti mercado, y se instaló en el Estado una suerte de desprecio por la inversión privada.

Así fuimos bajando la inversión, el ritmo de crecimiento y debilitando los avances sociales.

Para colmo de males, el 2020 nos tocó enfrentar la pandemia del Covid-19, acompañada de la desgracia de un gobierno incapaz que llevó al país a tener la mayor cantidad de fallecimientos por millón de habitantes y a la mayor caída de PBI en el mundo.

La única manera de salir de la crisis sanitaria del Coronavirus y de recuperar la salud de la economía es vacunando a la mayor parte de la población.

Y por supuesto, el mundo ya lo está haciendo a toda velocidad. Veamos el avance de vacunación en el mundo:

En el Perú, hasta ahora no iniciamos un proceso de vacunación masiva que nos permita cubrir pronto a toda nuestra población. El gobierno de Vizcarra fue incapaz de conseguir vacunas, y Sagasti se demoró en reaccionar. El gobierno dice ahora, a través de un tuit, que ya consiguió suficientes vacunas. Mientras no empecemos la vacunación masiva, no podremos recuperar el bienestar.

Una de las peores consecuencias de esta situación ha sido el aumento de la pobreza. Varios estimados locales indican que la pobreza podría subir en 9 o 10%. El FMI estima el aumento en alrededor de 6%, con lo que la pobreza podría pasar del 21.7% el 2019, a 27.5% este año.

En consonancia con las decisiones de muchos países, de hacer el 2021 otro esfuerzo para recuperar sus economías mediante apoyos extraordinarios a sus poblaciones, el FMI le plantea al Perú la posibilidad de repartir otro bono de mayor impacto, que podría llevar este año la pobreza de regreso a los niveles pre pandemia.

El FMI muestra que un bono de S/ 2,760 podría reducir la pobreza a 20.8% de la población. Para ello, el bono debería dirigirse a los beneficiarios de los programas Juntos y Pensión 65, hogares en condiciones de pobreza en zonas urbanas o rurales, y aquellos con miembros que no son asalariados formales en el sector público o privado, y que ganan menos de S/ 3,000 cada uno (Gestión).

En el siguiente gráfico se puede apreciar la reducción de la pobreza desde un 27.2% sin aplicar medidas, hasta 20.8%, dependiendo del nivel y focalización del bono. El bono de S/ 2,760 sería el de mayor impacto.

Fuente Gestión

El costo de esta medida es de S/ 17,250 millones, el 2.3% del PBI.

Esta propuesta ha generado cierta alarma en círculos económicos por su tamaño en momentos que todavía sufrimos importantes déficits fiscales, 8.9% del PBI el 2020 y un estimado (BCR) de 4.4% para el 2021; y además, con un aumento de la deuda pública a niveles del 35% del PBI.

En mi opinión hay que seguir la propuesta completa del FMI con el bono de S/ 2,760. No hay nada peor que mantener niveles altos de pobreza, tanto en términos económicos, como sociales y políticos.

De lo contrario, el costo de mantenernos en un mayor nivel de pobreza no solo sería muy alto en términos sociales y económicos, políticamente se generaría un ambiente de cuestionamientos generalizados y confusión, en los que se desordena la acción del Estado, tanto desde el lado del Ejecutivo, como del Congreso. El subsecuente costo de malas medidas de gobierno puede ser inmensamente mayor que el del bono sugerido por el FMI.

Este es el momento de poner la carne en el asador. Hay que buscar la recuperación más rápida posible y además, demostrar a tirios y troyanos, que el Perú, gracias a su fortaleza macroeconómica, puede defender a su población de la crisis.

Además del tema macroeconómico, el Perú tiene muchas fortalezas, empezando por su gran potencial productivo. No dejemos que la crisis del 2020 mine la calidad de vida y la confianza en el futuro de los peruanos.

Mientras tanto, tenemos por supuesto, que exigir mayor celeridad en la compra y aplicación de las vacunas, base fundamental para iniciar la recuperación del país. Lampadia




La felicidad de los peruanos

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por Infraestructura Institucionalidad y Gestión – IIG, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre la felicidad de los peruanos.

Participa como invitado Jorge Yamamoto, profesor principal de la PUCP, junto con Jaime de  Althaus, Gonzalo Prialé y Sebastián Otero, asociados de IIG.

Las opiniones vertidas no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.




Desarrollo interruptus

Desarrollo interruptus

La ruptura de nuestro desarrollo que impidió la evolución del Perú hacia la unión y la prosperidad

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Después de la Guerra del Pacífico, el Perú inició un largo y continuo proceso de crecimiento económico, casi ininterrumpido, hasta que en 1968 un golpe militar instaló una dictadura de izquierdista estatista y nacionalista, que desbarató nuestro desarrollo hasta entrados los años 90.

En 1980, once años después, regresó la democracia, pero esta no supo corregir el descalabro social, económico e institucional producido por la dictadura.

Lo que es peor, tanto el gobierno de Belaunde, como el de García, mantuvieron la orientación estatista de la economía y se sumaron al pésimo manejo macroeconómico y fiscal que en los años 70 instaló la gran inflación peruana, que García llevó al extremo de 7,649% en un solo año.

Casi 30 años de malas políticas económicas provocaron ‘una ruptura tectónica de nuestro desarrollo’. Mirando el siguiente gráfico, reflexionemos un momento sobre lo que eso implica en la historia de un país.

Esta ruptura se manifestó dramáticamente desde 1973 hasta inicios de los años 90.

Una desgracia que sucedió en muy pocos países. Por cierto, no ocurrió en ninguno de nuestros vecinos. Por eso, nuestro desarrollo no es comparable con el de los otros países. Una ruptura de la vida nacional, de esa profundidad y duración, que malogró la vida de varias generaciones de peruanos, establece una carga, una cicatriz, que marca el futuro del país por mucho tiempo. Entre otros impactos, si ignoramos este trauma, podemos nublar nuestra capacidad de análisis político, social, económico e institucional sobre la realidad nacional.

Registremos algunos impactos originados por esta ruptura tectónica, que muchas veces no tenemos presente:

Caída de la inversión privada

La dictadura estatista militar, pretendió reemplazar la inversión de los peruanos en todas las actividades económicas. Se estatizaron todo tipo de empresas y se crearon monstruos burocráticos dilapidadores de recursos y creadores de corrupción.

Se destruyó la economía y todas las actividades productivas. El año 1990 estábamos todos empobrecidos, 60% de la población cayó en la pobreza; las empresas más grandes no facturaban más de US$ 600 millones anuales, mientras nuestros pares ecuatorianos vendían más de US$ 1,500 millones; y el Estado, que pretendió crecer y regular nuestra vida, el año 90 solo tuvo ingresos de 3.8% de un PBI diminuto. Hoy día nos quejamos de que los ingresos del Estado solo llegan al 14% del PBI, de un PBI S/ 546,000 millones, 3.6 veces mayor que el de 1990 (comparado en soles constantes del 2007).

Nótese que el 2011, cuando empezó el retroceso de nuestra economía de mercado, por las políticas populistas y nacionalistas, los ingresos del Estado llegaron al 21% del PBI.

Hiperinflación y destrucción de la clase media y de los servicios públicos

La hiperinflación destruyó los ingresos de la clase media tradicional, dependiente, cuyos ingresos eran fijos. Esa clase media desapareció, todos cayeron en la pobreza.

Además, tuvo efectos desastrosos en los servidores públicos, en los maestros, médicos, enfermeras y policías, gente que tenía ingresos fijos y que por lo tanto, sus fuentes de vida fueron licuadas, prácticamente desaparecidas por la inflación, sin que su efecto pudiera ser compensado por aumentos salariales.

Efectivamente, a partir de mediados de la década de 1970, la dictadura militar de Velasco y Morales Bermudez nos metió en una de las mayores inflaciones de la historia de la economía mundial. Una de las mayores en dos aspectos, por su incidencia y su duración. La hiperinflación peruana descalabró a nuestra sociedad por más de 20 años y en un solo año (1990), llegó a generar un aumento de precios de 7,482%.

Nuestros funcionarios públicos, entonces muy buenos y comprometidos en su gran mayoría, tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos, cachuelando de cualquier forma para mantener a sus familias. El propio Estado tuvo que recortar los horarios de trabajo de maestros, médicos, enfermeras y policías, para permitirles sobrevivir.

Así se destruyó la calidad de los servicios públicos. Los trabajadores perdieron su relación de exclusividad con sus labores públicas. En escencia, nos quedamos sin servidores públicos.

El caso de los maestros es muy significativo. Sin posibilidades de tener ingresos dignos en la labor magisterial, tuvieron que recurrir a la acción gremial para arrancarle, por la fuerza, algunos aumentos al Estado. Tuvieron que politizar su acción gremial y cayeron en manos de extremistas, tan es así que hasta hoy el Sutep (en sus estatutos), adscribe a la lucha de clases en vez de tener un compromiso educativo.

Destrucción de la clase política

Se dice que Fujimori destruyó a los partidos políticos. Pero en verdad, en los 80s, durante los diez años de democracia después de la dictadura militar, Acción Popular, el Apra y los demás partidos políticos, lo hicieron muy mal en lo económico, social y en seguridad, y llegaron muy desprestigiados al año 90, donde dos personajes ajenos a la política (MVLl y AFF) se disputaron la presidencia.

Fujimori desconoció la importancia de reconstruir los partidos y ayudó a profundizar su crisis, y ya en el siglo XXI arrancamos con Toledo, otro personaje ajeno a la tradición partidaria.

Confusión de académicos, periodistas y analistas

Como indicamos líneas arriba, si no tenemos presente esta ruptura de la vida nacional en nuestro análisis político, social, económico e institucional, podemos caer en el error del inmediatismo y de plantear atajos y saltos al vacío.

En general, no somos conscientes que nuestra historia, con esa brutal ruptura de nuestra vida ciudadana, nos marca y nos limita para ver nuestra situación con perspectiva histórica y en comparación con otros países. Recuperarse de 30 años de errores graves no es fácil.

Empezamos a hacerlo desde 1993, con la nueva Constitución:

  • Que permitió el regreso de la inversión privada.
  • Que permitió eliminar la inflación, ese horrible impuesto a los pobres. Hace años tenemos una inflación que no pasa de 3% anual.
  • Que ayudó a bajar la pobreza de 60% de la población el año 90 a 20% el 2019.
  • Que permitió que recuperáramos el crecimiento de la economía. Entre 1993 y 1997 crecimos 7.5% anual, proceso que lamentablemente se interrumpió en 1998 con el innecesario corte de la cadena de pagos y la consecuente recesión, que solo superamos hacia el 2004. Luego recuperamos el crecimiento alto y sostenido superando el 6.5% anual hasta que el 2011 empezamos nuevamente con el desaliento de la inversión privada. Llegando el 2019 a un paupérrimo crecimiento de 2.16%.

Sin embargo, hasta ahora no recuperamos la calidad de los servicios públicos. Nuestras instituciones dejan mucho que desear y nuestros indicadores sociales no llegan a los niveles de desarrollo que el Perú tiene capacidad de lograr por la abundancia de nuestros recursos naturales y capacidad de trabajo y creatividad de nuestra población, que ha mostrado altos niveles de longanimidad, o perseverancia y constancia de ánimo en situaciones de adversidad. La longanimidad, a diferencia de la resiliencia, que es un concepto de la física, conlleva benignidad, clemencia y generosidad.

¿Qué pasa con los académicos, periodistas y analistas que opinan sobre la situación del Perú?

Que en buena medida nos juzgan como si nunca hubiéramos interrumpido nuestro desarrollo. No se dan cuenta que tenemos que seguir con la gesta del desarrollo continuo para cerrar las brechas económicas, sociales e institucionales, que todavía no podemos superar. No se dan cuenta que recuperar nuestro potencial productivo y de generación de empleo toma mucho tiempo. Las inversiones importantes, las de largo aliento, toman mucho tiempo en consolidarse y en sacar al país de la economía especulativa y mercantilista que se desarrollo hasta 1990.

Por eso no sorprende que varios analistas pierdan la perspectiva y nos comparen con Colombia y Chile, que nunca tuvieron que empezar de nuevo su desarrollo.

Por eso molesta que no entiendan que tenemos procesos inconclusos y que tenemos que aprender a sumar. No podemos empezar de nuevo cada cierto tiempo, tenemos que corregir y avanzar.

Esta trampa de desconectar nuestros períodos históricos va más allá de los últimos 50 años. Permítanme invocar un mejor análisis, citando al historiador Mario Arce Espinoza, director de la Biblioteca Municipal de Arequipa, cuando dice de Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco: “Para Belaunde, el Perú es resultado de una continuidad, de un proceso que se ha gestado en el tiempo. En este territorio se han asentado culturas preincas, incaicas, sociedad colonial y la república. Todos esos sistemas de gobierno y culturas nos han enriquecido y formado la peruanidad”.

El Perú es muy grande, no nos equivoquemos con visiones parciales, y no caigamos en los mismos errores, una y otra vez. Lampadia




Los congresistas viven en Júpiter

Los congresistas viven en Júpiter

Alejandra Benavides
Para Lampadia

Desde que Martín Vizcarra cerró el Congreso de la República violentamente – en su desesperación de mantener control del Tribunal Constitucional y sin respetar la facultad del congreso de nombrar a los miembros de dicho órgano, el país se fregó. Notables salieron a condenar dicho acto, mientras que los medios de comunicación y sus “especialistas” favoritos encontraron los argumentos más forzados para dar la hoy tan famosa “legitimidad” a algo absolutamente ilegítimo. Asimismo, encontraron eco en el mismo grupo que iba a ser renovado – es decir, los miembros del Tribunal Constitucional, quienes evidentemente tenían conflicto de interés en esta jugarreta.

Este congreso, que se eligió hace menos de un año, el 26 de enero de 2020, sería sin duda peor. Estaba claro que quienes postularan serían improvisados (en su mayoría), con sueños de fama de corto plazo, y con intereses particulares a flor de piel. La votación ciudadana de ese entonces fue dominada por el hígado y no por el cerebro, y terminamos con un congreso populista, arrebatado y tirano, tal como el padre que lo engendró. A pesar de que este congreso sí fue elegido con el voto popular, fue producto de una pataleta del primer mandatario, y resultó en la postulación del “concolón” de los partidos políticos – y no por lo rico, sino por el “raspado de olla” que hicieran dichos partidos para armar sus listas a último minuto con candidatos que estarían poco más de 1 año en el cargo.

Y así es como estos “representantes” se han embarcado en aventuras que insisten en petardear al país. Las últimas aventuras de dicho congreso comprenden cambios fundamentales y sientan precedentes nefastos. Ponen en riesgo todo lo avanzado en materia económica y social en los últimos 30 años, y hoy, los más irresponsables, plantean un referéndum para el próximo 11 de abril – en conjunto con las elecciones presidenciales y congresales. Esto, para, a través de la consulta ciudadana, poder convocar a una Asamblea Constituyente que sería la encargada de elaborar la nueva “Constitución Plurinacional del Bicentenario”. Dicha Asamblea estaría comprendida por 130 asambleístas, que según, el PL presentado, gozarían de las mismas prerrogativas que los congresistas.

Resulta increíble que, ante una situación en la que estamos, los congresistas sigan sin reconocer el rechazo de la población (73% según última encuesta de IPSOS). Y este rechazo viene de la percepción de un aprovechamiento de sus cargos y de esta crisis para impulsar sus propias agendas. Los congresistas son incapaces de trabajar en conjunto por el país, poniendo sus ideologías e intereses a un lado (¡sólo por un año!) para trabajar por lo que se necesita hoy: estabilidad para atraer inversión, promoción del trabajo y la formalización, educación – enfocada en la capacitación y formación de jóvenes que hoy no encuentran oportunidades laborales y usar su rol fiscalizador para asegurar que el ejecutivo cumpla su rol en materia sanitaria COVID-19.

La simple discusión de una Asamblea Constituyente va a frenar la salida del país de una crisis económica, social y sanitaria terrible. Con una deuda pública de 38% en 2021 (10 puntos más que en 2019), una caída del PBI a cierre de año de 12%, un déficit fiscal de 9% y una caída en el empleo en Lima en más de 1 millón de personas en el trimestre móvil ago.-sep.-oct 2020 y una disminución en empleo adecuado de 44%.  Estos congresistas ¿en qué planeta viven? Lampadia

Referencias

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/11-informe-tecnico-mercado-laboral-ago-set-oct-2020.pdf

https://elcomercio.pe/economia/rimac-seguros-es-inevitable-que-el-gobierno-tenga-que-recurrir-a-emision-de-deuda-el-2021-ncze-noticia/

https://canaln.pe/actualidad/francisco-sagasti-aprobacion-presidente-44-segun-encuesta-ipsos-peru-n428736




El Acuerdo Nacional desestimó el cambio de Constitución

El Acuerdo Nacional desestimó el cambio de Constitución

EDITORIAL DE LAMPADIA

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En agosto del 2004, después de un amplio debate, el Acuerdo Nacional descartó el cambio de Constitución. Espero que hoy los peruanos tengamos la misma sensatez para descartar un debate constitucional y abocarnos a consolidar nuestro camino al desarrollo integral y sostenido.

Yo participé en ese debate por encargo de Confiep. Tuve el privilegio de debatir con importantes representantes de nuestra sociedad, como:

  • Valentín Paniagua Corazao, Ex Presidente de la República
  • Javier Alva Orlandini, Presidente del Tribunal Constitucional
  • Aurelio Pastor Valdivieso, Presidente de la Comisión del Congreso de la República
  • Henry Pease García, Ex Presidente de la Comisión de Constitución del Congreso de la República
  • Ernesto Blume Fortini, Miembro de la Comisión de Estudio de la Bases de la Reforma Constitucional del Perú conformada por el Gobierno de Transición del Presidente Valentín Paniagua
  • Pablo Bustamante

En la reunión, ninguno de los ponentes hizo una presentación, excepto el autor de esta nota. Ellos solo se limitaron a compartir sus reflexiones con el auditorio.

Yo presenté un Power Point, que adjunto al final de estas notas.

Mi presentación incluyó una breve descripción de la realidad peruana, y la propuesta de diseñar una estrategia de desarrollo integral (económico, social e institucional), en vez de abocarnos al diseño de una nueva Constitución.

Veamos unos pasajes de la presentación:

Ver la descripción de la realidad en el Power Point líneas abajo, la siguiente es la sétima lámina.

Hay metas que todos podemos compartir:

Necesitamos entender el desarrollo como algo integral en lo económico, lo social y lo institucional.

“Para eso Necesitamos una Estrategia de Desarrollo Integral:

Veamos el desarrollo como el devenir de una vía férrea, no se puede avanzar si ambas vías no van en paralelo.

El desarrollo de un país puede verse de la misma manera, no puede avanzarse en lo económico si en lo social nos atracamos y viceversa, no puede avanzarse en lo social si nos atracamos en lo económico.

En el Perú, cuando hemos enfatizado el desarrollo económico, descuidando lo social, produjimos malestar social y tensión política. Cuando enfatizamos el desarrollo social, ignorando los requerimientos económicos, terminamos creando déficit fiscal e hiperinflación. En ambos enfoques se frustró el desarrollo y reaccionábamos erradamente, cambiando hacia la estrategia contraria en un inútil movimiento pendular.

Veamos que podemos hacer si a lo largo del riel izquierdo vemos el Desarrollo Económico y a lo largo del riel derecho el Desarrollo Social. Pero no olvidemos que ambos requieren bases sólidas, los durmientes o el Desarrollo Institucional”.

Sobre esta base, pregunté: ¿Cuál debe ser la Agenda Nacional?

“No queremos más de lo mismo

A lo largo de esta presentación me he permitido mostrar con crudeza, nuestra Realidad Nacional y plantear una agenda más amplia que la constitucional, la Agenda del Desarrollo. También he tratado de ilustrar cómo podríamos emprender el Desarrollo Económico, Social e Institucional de manera balanceada, convocante, estable y compatible con nuestras capacidades y con el mundo de hoy.

Ahora permítanme referirme brevemente al debate constitucional”.

“El Debate indispensable es sobre nuestra Estrategia de Desarrollo

No me toca a mí entrar en mayores detalles sobre otros temas más específicos de aspectos jurídicos y constitucionales. En lo esencial la Constitución del 93 es suficientemente buena como base del desarrollo económico y social. Lo que nos falta es aprender a tener éxito en el logro del bienestar de nuestra población, no en las etiquetas, ni en los slogans, sino en la realidad de cada día, la de la calle, como la ve el ciudadano común”.

“Acá estamos debatiendo si debemos convocar o no a una Asamblea Constituyente.

Insisto, el tema es otro, lo importante es nuestra Agenda de Desarrollo. Por ejemplo, en Colombia, el presidente Uribe invita periódicamente a los partidos políticos, a los empresarios, gremios laborales, académicos e intelectuales a las Tertulias del Desarrollo, donde discuten como hacer para que Colombia pueda crecer sostenidamente por encima del 5% anual.

Estoy seguro que nuestros ciudadanos reaccionarían muy favorablemente si vieran a nuestra clase política y a nuestra clase dirigente debatir sobre cómo crecer, cómo desarrollarnos, cómo derrotar la extrema pobreza, cómo promover la inversión, cómo generar empleo y cómo retener a nuestros hijos en el Perú, ofreciéndoles el futuro digno, que todos ellos merecen.

¡Asumamos el Reto del Desarrollo!

¡Es la demanda de Nuestros Hijos!”

El artículo presentado líneas arriba describe la esencia del pensamiento nacional, en cabeza de diversos personajes de nuestra historia reciente. Entonces, el Acuerdo Nacional, con sus figuras más representativas, empezando por el ínclito don Valentín Paniagua, no vio conveniente abrir un proceso constitucional.

El 2004 el secretario del acuerdo era Rafael Roncagliolo, y su actual secretario, Max Hernández, era miembro de su Consejo Consultivo. El presidente de la República era Alejandro Toledo y el presidente del Congreso, Carlos Ferrero Costa, (que me parece recordar que también participó en el debate de agosto del 2004)

Esperemos que ahora, como entonces, los peruanos no nos dejemos confundir por agendas políticas partidistas, ni reacciones impetuosas alejadas del interés general. Como dice el presidente Francisco Sagasti, hay otros temas que atender. Lampadia  

Enlace al Power Point:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/200a3-acuerdo-nacional.pdf




Un gabinete para otro tiempo

Un gabinete para otro tiempo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El tiempo presente mandaba un gabinete de guerra para derrotar la angustia de la población, la pandemia y la crisis económica y social que ha destruido el empleo, la salud de las empresas y la caja fiscal.

Así lo esperábamos después de escuchar el discurso de investidura de Francisco Sagasti, que ofreció un gabinete pluralista.

Pero en lugar de un gabinete pluralista con capacidades ejecutivas tenemos uno de habilidades discursivas, orientado a los derechos humanos y la igualdad de género, formado por ONGs y reductos universitarios de izquierda como la PUCP y la Universidad del Pacífico.

Para la lucha contra la pandemia necesitábamos un gabinete que recogiera las experiencias internacionales exitosas para el control sanitario, y supiera enmendar los errores del gobierno de Vizcarra, empezando por adoptar el uso de las pruebas moleculares y comprometerse con la estrategia de identificación y seguimiento de los infectados. Pero el gobierno de Sagasti ha preferido mantener en el ministerio de salud a Pilar Mazzeti, que no supo contrarrestar la inclinación política del manejo de la pandemia del gobierno de Vizcarra.

El otro difícil frente que tenemos que enfrentar es el de la crisis económica y de empleo. Para hacerlo se necesitaba una orientación estratégica dirigida a reconstruir la economía. Algo que solo se podía hacer privilegiando el crecimiento del empleo y de la inversión, especialmente la inversión privada. Teníamos que flexibilizar, como mínimo, el empleo temporal, corregir los protocolos obstruccionistas, eliminar los excesos regulatorios e impulsar los grandes proyectos en irrigaciones, minería y comunicaciones.

¿Permite el perfil del gabinete prever un buen manejo de los conflictos sociales vinculados a los proyectos de inversión? ¿O un manejo equilibrado de las protestas, sin validarlas y haciendo uso legítimo de la fuerza pública?

No parece ser el caso. Por ejemplo, el flamante gobierno no ha dado ningún mensaje en cuanto las indebidas presiones contra periodistas, académicos y empresas que no se acomodan a la voluntad de los activistas políticos. Es el caso de los ataques y amenazas a Beto Ortiz, a los auspiciadores de Willax, como Blanca Chávez del Rocoto, a Juan Sheput para que se le corte la cátedra en San Marcos, las críticas absurdas contra Diego Macera, etc. etc.  

La caída de nuestra economía ha sido muy abrupta y profunda. Para recuperarnos tenemos que tratar de hacerlo muy rápido, de lo contrario, la crisis nos puede acompañar por muchos años. La pobreza está creciendo de 20 a 30% de la población. El Perú tiene suficientes recursos y capacidades para volver a crecer rápido y sostenidamente, pero eso requiere una agenda asertiva y enfocarnos en movilizar las inversiones con claridad, liderazgo y comunicaciones inteligentes a la población.

No aprovechar nuestras capacidades es condenar a muchísimos peruanos a una innecesaria pobreza y postración. Repito lo dicho en otras ocasiones, pudiendo hacer las cosas bien y pudiendo superar la pobreza aceleradamente, no hacerlo, es profundamente inmoral. Lampadia




Vizcarra no da más

Vizcarra no da más

Editorial de Lampadia

El Perú no puede seguir desarmado para enfrentar las múltiples crisis que nos afectan, la sanitaria, social, económica y política. Para enfrentarlas necesitamos un liderazgo firme y autoridad moral para convocar a todos los peruanos a esa difícil tarea.

El presidente Vizcarra ya no representa un liderazgo adecuado y menos tiene autoridad moral para dirigir la recuperación del país. Los últimos acontecimientos y denuncias lo incapacitan para representarnos en una situación de tanta gravedad.

Sin embargo, no somos partícipes de ir hacia un apurado proceso de vacancia, como el que nuevamente se está empezando a gestar. En Lampadia insistimos en nuestro planteamiento del 14 de setiembre pasado: seguimos considerando que un eventual gobierno del Congreso, con Merino de Lama a la cabeza, puede llevarnos a una situación de mayor debilidad y desorden.

 

Pero algo importante tiene que cambiar. Una salida alternativa puede ser ver que se forme un nuevo gabinete presidido por un Primer Ministro independiente que asuma la representación de los mejores valores de los peruanos, y que pueda conducir los destinos del país en la lucha contra la pandemia, la recuperación de la economía, y el proceso electoral; manteniendo a Vizcarra, des-empoderado, en la representación nacional. Ver en Lampadia: Tras cuernos palosPero esta crisis requiere equilibrios.

Se trata de que un gabinete de salvación nacional asuma la conducción del país y convoque a la ciudadanía a un esfuerzo de armonía nacional. Evidentemente, la selección del nuevo Primer ministro debe ser conversada con el Parlamento y los principales partidos políticos. Sobre todo, hay que enfatizar la necesidad de contar con una figura reconocidamente independiente. No podemos caer en otro personaje del entorno de Vizcarra, que ha hecho una pésima gestión en lo sanitario, en lo social, en lo económico y en lo político, y que ha perdido su tarjeta de presentación, la lucha contra la corrupción.

Esta múltiple crisis no puede continuar agravándose, tenemos que pararla a la brevedad, y esa tarea tendrá que recaer en todos los peruanos.

Invocamos a la clase política y a los medios de comunicación a mantener la cabeza fría. No es momento para acciones disparatadas ni para exacerbar el escándalo.

La salud de la República llama a que pongamos por delante el sentido de responsabilidad para servir los mejores intereses nacionales. Lampadia