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Absurda y destructiva propuesta de reforma

Absurda y destructiva propuesta de reforma

EDITORIAL DE LAMPADIA

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

La gran limitación de los sistemas de pensiones en el Perú es la falta de cobertura, pues más del 70% de los peruanos no tienen acceso efectivo a un régimen pensionario.

Por lo tanto, la obligación del Estado es facilitar el acceso de todos los peruanos a un sistema de pensiones, obligación que ha sido ignorada olímpicamente por la comisión del Congreso. La comisión Omonte, se dedicó más bien a malograr el único componente pensionario que funciona bastante bien, el Sistema Privado de Pensiones (SPP), sistema que ha sabido cautelar los ahorros de los ciudadanos, multiplicar sus aportes y mejorar sustancialmente nuestras experiencias con los sistemas de reparto.

Lo que propone la malograda comisión es que el Estado tome el control del sistema de pensiones, estatizar su manejo y poner, en manos de la política de turno, el destino de los ahorros pensionarios. Una propuesta absolutamente desenfocada que no resuelve ningún problema, solo destruye.

El nuevo monstruo estatal estaría a cargo de

  • recaudar los aportes de los ciudadanos,
  • de acreditarlos a algún operador financiero,
  • de determinar el destino de las inversiones de los fondos de pensiones y
  • de licitar las empresas financieras que administrarían los fondos. Un sistema claramente ineficiente y vulnerable a la mala política.

Ver en Lampadia: El asalto ha llegado. Estatizan las pensiones.

El ciudadano perdería su capacidad de elegir donde cautelar su ahorro previsional. Además, se propone que el Estado capture parte de los ahorros individuales para alimentar un sistema solidario de reparto, una función que debiera recaer en el erario nacional.

Este es el producto de una comisión que escucha, pero no entiende. Ha hecho caso omiso de las advertencias del BCR, de la SBS, del MEF, y de cuanto experto desfiló por el espacio congresal, para solo calentar asientos.

¿Torpeza? ¿Mala leche? ¿Politiquería? ¿Agendas políticas escondidas? Juzgue usted estimado lector.

Hasta ahora, la única propuesta que permitiría universalizar las pensiones y hacerlas sostenibles, es humildemente, la propuesta de Lampadia, que se basa en usar parte de los pagos por IGV que hacen los ciudadanos desde los 18 años, a cuentas individuales.

Para facilitar el análisis de este importante tema, líneas abajo presentamos los antecedentes del SPP, la situación actual y el detalle de nuestra propuesta de solución. 

Antecedentes

El Perú fue uno de los primeros países en el mundo, en adoptar un sistema previsional de capitalización individual, que permite superar la trampa de los quiebres de financiamiento que han perseguido a todos los países desde la instauración de los sistemas de pensiones estatales en 1883, por iniciativa de Otto von Bismark, el ‘Canciller de Hierro’ de Prusia y unificador de Alemania.

En 1980, José Piñera ideó un sistema de pensiones contributivo de capitalización individual. Desde entonces, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) ha sido adoptado por muchos países, que han encontrado en él, la posibilidad de ofrecer pensiones sostenibles que no absorban parte importante de los siempre escasos recursos públicos.

Como toda creación humana, este sistema tiene que irse adaptando en el tiempo a cambios estructurales, como, por ejemplo, el incremento de la esperanza de vida. Una realidad demográfica que afecta todos los esquemas pensionarios, que eventualmente debería llevar a incrementar los años de trabajo. Sin embargo, las políticas populistas propician jubilaciones más tempranas.

Más allá de las necesidades de hacer ajustes, el SPP es una clara expresión de capitalismo popular, que liberó a los jubilados del Estado, de su condición de rehenes de la politiquería de las izquierdas de las ‘ideas muertas’. Razón por la cual, el sistema fue víctima de largas campañas de desprestigio y formación de mitos, que, en el caso del Perú, terminaron por desdibujarlo ante la opinión pública.

Veamos donde estamos

En el Perú, el talón de Aquiles de los sistemas pensionarios, tanto del SPP, como del Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la ONP, es que su cobertura solo alcanza a los trabajadores del sector formal. Esto deja fuera de los beneficios previsionales al 75% de la PEA. 

Nuestra propuesta

La verdad es que el sistema de pensiones sí necesita una reforma de raíz. No pensamos que este sea el mejor momento para emprenderla, pero ante la soltura de huesos de los congresistas para abocarse al tema, reiteramos nuestras propuestas al respecto.

Actualmente, el 70% de los trabajadores están excluidos de la cobertura de un sistema mínimo de pensiones. El 40% pertenece el SPP, pero menos de la mitad cotiza; el 27% pertenece el Sistema Nacional de Pensiones (SNP), pero solo el 7% tiene beneficios. Además, un 1% pertenece a otros regímenes.

La cobertura de pensiones es largamente insuficiente. En buena medida porque el sistema está basado en los asalariados, los formales que deben aportar parte de su renta, cuando el 70% de los trabajadores son informales y no tienen obligación de cotizar.

Todos los intentos de llevar a los informales a afiliarse a un sistema de pensiones, han fracasado. Por esta razón, en Lampadia, en enero del 2014, propusimos un modelo de generación de pensiones que no se basara en recaudar parte de la renta, como actualmente, sino en parte del gasto. La idea es usar los pagos individuales de IGV como fuente de aportes individuales para la formación de fondos previsionales.

El sistema establecería que todos los ciudadanos, desde la edad de 18 años, aporten a su fondo individual de pensiones una parte de lo que paguen por IGV cada vez que consuman. En otras palabras, cada vez que un ciudadano consuma, el Estado le devolvería para su fondo individual, digamos cinco puntos de los 18 pagados por IGV.

Veamos una simulación de rangos de aportes:

Estos cálculos están basados en que una persona con un ingreso mensual de S/. 1,500, que consume el 80% de su ingreso, podrá obtener, con sus consumos realizados entre los 20 y 65 años, destinando un punto de IGV de sus compras a su fondo individual, con una rentabilidad real anual de 7%, una renta vitalicia equivalente de S/. 181. Esto le daría una tasa de reemplazo (es decir la pensión obtenida como fracción del ingreso obtenido durante la etapa laboral) de 12.1%. Con 5 puntos de aporte, la pensión llegaría a 905 soles y la tasa de reemplazo sería del orden de 60.5%.

Este modelo previsional permitiría lograr un sistema de las siguientes característica:

  • Universal
  • Voluntario
  • Formalizador
  • Autofinanciado

Universal

Al definirse que los aportes se den mediante devoluciones de una parte de los pagos de IGV por parte de todos los ciudadanos desde los 18 años de edad, se supera la exclusión de los trabajadores independientes y se alargan los aportes al empezar a darse con anterioridad.

Voluntario

Algunos analistas criticaban que los aportes sobre la base de planillas de remuneraciones fueran obligatorios. Pues los aportes vía IGV no necesitan ser obligatorios, pues el incentivo del canje es más que suficiente para su adopción universal.

Formalizador

Una de las grandes ventajas del sistema propuesto es que propende a una acelerada formalización, puesto que, bastando el DNI, todos los ciudadanos mayores de 18 años pueden pasar a formar parte de los registros de aportantes y llevar la evasión del IGV hacia su eliminación. El canje de IGV por aportes individuales a fondos privados de pensiones, es muy atractivo para que se deje de hacer y, por lo tanto, que se deje de exigir comprobantes por todas las transacciones de los ciudadanos. Un aporte de 10 Soles a los 18 años, con un rendimiento promedio de 7% anual, representa 240 Soles a los 65 años.

Autofinanciado

Este es el tema que le cuesta más entender a la mayoría de economistas. Veamos:

  • Actualmente se evade IGV por aproximadamente 6.5 puntos (de 18), algo que disminuiría sensiblemente.
  • Con el sistema propuesto se puede cerrar el defectuoso sistema de la ONP que tiene un déficit fiscal de S/. 70,000 millones. Ver en LampadiaONP: Inclusión o Exclusión 
  • El nuevo sistema permite que se vayan eliminando las exoneraciones de IGV, generando otra fuente de compensación financiera.
  • Nuestro IGV nominal es muy alto, 18%. El IGV real no pasa de 8%, entre evasión e inafectaciones.
  • Si asumimos una recaudación neta de IGV de 10% como sostenible a largo plazo, tendríamos espacio para promover el canje por aportes pensionarios.

Por lo tanto, puede estimarse que, en el largo plazo, el canje de IGV por pensiones individuales puede ser de una buena parte de 18 puntos del IGV nominal, suficiente para establecer un incentivo poderoso y volúmenes adecuados de pensiones. Ver en LampadiaEl IGV y las Pensiones.

Esta propuesta tiene seis años, solo ha sido recogida por algunos economistas y ha sido descartada por las AFPs, que prefieren seguir con un sistema cojo como el actual, que ya nos ha llevado a reacciones y normas equivocadas, como la del 95.5% y las que se airean estos días.

La propuesta de Lampadia debe ser complementada con una pensión mínima que compense a quienes no lleguen a acumular suficientes aportes.

En su ámbito de vigencia, el SPP, para los afiliados aportantes, ha sido muy exitoso en rentabilidad y pensiones. Debemos pues rescatar lo bueno que se ha logrado y llevarlo de manera realista hacia una cobertura universal. Lampadia




La reforma pensionaria tiene muchos riesgos y no resuelve lo esencial

La reforma pensionaria tiene muchos riesgos y no resuelve lo esencial

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El proyecto de ley marco de creación del sistema integrado universal de pensiones aprobado ayer en la comisión especial, obliga a pasar los fondos privados de los aportantes a las AFP (y también los aportes de los afiliados a la ONP), al Sistema Integrado Universal de Pensiones (SIUP), que es administrado por la Autoridad del Sistema Integrado de Pensiones (ASIP), organismo público técnico especializado con autonomía funcional, económica, técnica, financiera y administrativa.

Una parte no determinada de los fondos de cada afiliado irá al Fondo de Riesgo Compartido (FRC), que será administrado por el organismo público de pensiones y que tendrá un “mecanismo redistributivo y solidario”. La otra parte irá al Fondo de Riesgo Individual (FRI), que será administrado por gestores privados de fondos que serán elegidos mediante subasta pública internacional. Desaparecen entonces las actuales AFP, o tendrían que reconvertirse en dichos gestores privados y ganar las subastas. Se desprende que los aportantes no podrán escoger al gestor privado de su preferencia.

Todos, incluso los que vienen de la ONP, tendrán una “Cuenta Personal Previsional” asociada al Documento Nacional de Identidad. Esto es lo mejor del proyecto, porque ayuda a prevenir una bomba de tiempo fiscal en el largo plazo.

De otro lado, ahora los empleadores tendrán que poner parte del aporte del empleado.

Los riesgos de este proyecto de ley son los siguientes:

  1. Siendo todos los aportes centralizados y administrados por un organismo público, cabe la posibilidad que un gobierno populista en dificultades eche mano de esos fondos para financiar sus gastos, como ya ha ocurrido en el pasado con el Seguro Social.
  2. La inversión del Fondo de Riesgo Compartido podría realizarse de manera poco técnica o poco honesta, afectando el volumen de los fondos lo que, de paso, afectaría el tamaño del ahorro nacional necesario para financiar proyectos de inversión públicos y privados.
  3. Se incentivaría la informalidad de los trabajadores al saber estos que parte de su aporte iría a un fondo compartido.
  4. Se incentivaría la informalidad empresarial al obligar al empleador a contribuir con parte del aporte del empleado, elevando los costos de producción.

En lugar de buscar un sistema pensionario desligado en lo posible de la condición laboral de las personas, se lo sigue atando a la condición de trabajador dependiente. Pero el problema en el Perú es que la mayor parte de los trabajadores son independientes o informales. Para que ellos aporten voluntariamente, se propone “incentivos”. El principal de ellos, que permitiría precisamente desligar las aportaciones de la condición laboral –aportar parte del IGV que se paga cuando se compra algo-, aparece con una redacción confusa y solo como posibilidad:

32.1 Aportes mediante consumo
La subcuenta FRI de la CPP, del Pilar Contributivo, podrá ser cofinanciada mediante un porcentaje de lo recaudado por IGV, respecto a las operaciones afectas de tal impuesto realizadas por los aportantes consumidores finales.

Ni el proyecto de ley ni la exposición de motivos parten de reconocer lo evidente: que la principal causa de que la cobertura del sistema de pensiones apenas alcance al 30% de la población en edad de trabajar es la enorme informalidad, que justamente fluctúa alrededor del 70%.

Una reforma del sistema de pensiones debe ir de la mano con una reforma de la legislación laboral que establezca una normatividad inclusiva, una formalidad laboral menos rígida y onerosa, para que las empresas de todo tamaño pongan en planilla a sus trabajadores y para que haya más inversión.

En resumen, de aprobarse este proyecto de ley, no cambiaría mucho la situación actual caracterizada por la bajísima cobertura del sistema de pensiones. Eso sí, se habrá incrementado la burocracia estatal con un nuevo organismo público y se habrá incrementado el gasto público al ampliar el llamado pilar no contributivo y establecer pensiones mínimas, lo que estaría bien si ello formara parte de un modelo general formalizador que permitiera el crecimiento acelerado de la inversión y de la economía. Lampadia




Un monstruoso despropósito

Un monstruoso despropósito

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

La reforma del sistema de pensiones tenía que priorizar la falta de cobertura, el mayor problema actual. El 70% de los peruanos no tienen respaldo para la vejez.

Pero la bendita ‘comisión especial multipartidaria encargada de evaluar, diseñar y proponer el proyecto para la reforma integral del sistema previsional peruano’, se dedicó a malograr lo que mejor funciona, el Sistema Privado de Pensiones (SPP).

Actualmente, el SPP da una pensión promedio de S/. 1,181, a diferencia de los S/. 784 que da el sistema público de la ONP, que solo cubre a los que hayan aportado 20 años (el 60% se queda sin nada).

Además, es muy notorio que, a la fecha, de los 100,000 millones de soles que se han generado en el SPP, dos tercios son producto de la rentabilidad acumulada, gracias al efecto ‘mágico’ de la tasa de interés compuesto. (Por ejemplo, 10 soles aportados a los 18 años, con un rendimiento anual de 7%, genera 240 soles a la edad de 65 años).

Fuente: AFP Horizonte

Todos los intentos de llevar a los informales a afiliarse a un sistema de pensiones, han fracasado. Por esta razón, en Lampadia, en enero del 2014, propusimos un modelo de generación de pensiones que no se basara en la renta, como actualmente, sino en el gasto. La idea es usar los pagos individuales de IGV como fuente de aportes individuales para la formación de fondos previsionales.

El sistema establecería que todos los ciudadanos, desde la edad de 18 años, aporten a su fondo individual de pensiones una parte de lo que paguen por IGV cada vez que consuman. En otras palabras, cada vez que un ciudadano consuma, el Estado le devolvería para su fondo individual, digamos cinco puntos de los 18 pagados por IGV.

Veamos una simulación de rangos de aportes:

Estos cálculos están basados en que una persona con un ingreso mensual de S/. 1,500, que consume el 80% de su ingreso, podrá obtener, con sus consumos realizados entre los 20 y 65 años, destinando un punto de IGV (1 de 18) de sus compras a su fondo individual, con una rentabilidad real anual de 7%, una renta vitalicia equivalente de S/. 181. Esto le daría una tasa de reemplazo (es decir la pensión obtenida como fracción del ingreso obtenido durante la etapa laboral) de 12.1%. Con 5 puntos de aporte, la pensión llegaría a 905 soles y la tasa de reemplazo sería del orden de 60.5%.

Este modelo previsional permitiría lograr un sistema Universal, Voluntario, Formalizador y Autofinanciado. Ver en Lampadia: Pensión para todos.

De esta manera, los trabajadores independientes, informales o no, que no cuentan con ingresos por planilla, pueden tener acceso al sistema de pensiones. El incentivo de recibir una pensión por pagos de IGV ya efectuados (a pérdida desde el punto de vista del ciudadano), debe ser suficiente para que todos pidamos comprobantes de pago, formalicemos el empleo y aumentemos la recaudación efectiva de IGV, que hoy no pasa de 10%.

El sistema previsional no es un juego. Es un tema que determina la calidad de vida de nuestros ciudadanos después de su vida laboral y, además, la salud fiscal del Estado.

En general los sistemas pensionarios son un fracaso en la gran mayoría de países, incluyendo a los países más ricos. El modelo tradicional para el manejo de las pensiones es el sistema de reparto. Un sistema en el que los trabajadores mantienen con sus aportes corrientes a los jubilados, una suerte de ruleta, en la cual ellos también serán mantenidos por los futuros trabajadores.

Más allá de la ineficiencia de los estados para administrar fondos, todo funcionaba teóricamente hasta que se empezó a alargar la esperanza de vida. Todos los modelos de reparto entraron en déficit, creando inmensos huecos fiscales que muchas veces superan el PBI de sus economías, o en países más pobres dejando a los jubilados con pensiones miserables.

Afortunadamente, hace unos 40 años, en Chile, se creó el sistema de cuentas individuales de ahorro para pensiones sujetos a capitalización individual, manejados por especialistas financieros privados.

Esto transformó el tema de las pensiones y lo hizo sostenible financieramente. Este modelo fue adoptado por muchos países, con distintas variantes, entre ellos el Perú desde 1993.

Pero en el Perú, sobre la base de un desconocimiento generalizado del tema pensionario, y por la natural preferencia de lo actual sobre lo futuro, nuestros políticos han encontrado un espacio para hacer populismo con propuestas engañosas. Entre el retiro del 95.5% al momento de la jubilación, los retiros anticipados, y las devoluciones de aportes, se está condenando a millones de peruanos a no tener pensiones, y eventualmente al Estado, a tener que responder con alguna variante de la limitada pensión 65.

La comisión de reforma ha recibido múltiples recomendaciones, que han tirado en saco roto. En lugar de construir sobre lo avanzado y de mejorar el sistema, pretende regresar a pensiones administradas por el Estado con un componente importante de reparto, con una canasta común financiada por aportes individuales. Ver en Lampadia: Se viene un camello para el manejo de las pensiones.

La propuesta de la comisión de reforma es regresiva, anti moderna y empobrecedora de la calidad de vida de los peruanos. Tenemos que salir al frente para evitar semejante despropósito. Lampadia




El arduo camino hacia una pensión universal

El arduo camino hacia una pensión universal

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos nuestro vídeo semanal esta vez sobre el arduo camino hacia una pensión universal. Participan Aldo Ferrini, gerente general de AFP Integra y Pablo Bustamante como invitados, y Jaime de Althaus.

Las opiniones vertidas por los participantes no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




Lo importante es lograr cobertura universal

Lo importante es lograr cobertura universal

Desde hace varios años, el Sistema Privado de Pensiones (SPP), conformado por las AFP, ha vendido sufriendo fuertes golpes en el plano político – alimentados por el populismo y la ignorancia económica y financiera de muchos de sus críticos – que vienen promoviendo constantemente su desarticulación.

Recientemente se ha desatado una nueva campaña contra las AFP, como reacción a la publicación de la caída del valor de la cartera del sistema en el año 2018. Efectivamente, al cierre del 2017 el valor de la cartera fue de Soles 156,247 millones, y al cierre del 2018 bajó a Soles 153,258 millones. Sin embargo, al 31 de enero del presente año, el valor de la cartera ya se había recuperado a Soles 158,189 millones. Ver gráfico:

La caída de valor del 2018 fue producto de las correcciones de precios de los mercados de valores y de commodities del último trimestre del año. Pero como se aprecia, a enero del presente, esto ya se había superado.

Por lo demás, siendo que el fondo es de carácter previsional, el monitoreo de su rendimiento debe apreciarse en el largo plazo. Por ejemplo, para los últimos 12 años, el Fondo Privado (FP) compara muy positivamente con otras alternativas. Veamos:

Por otro lado, si vemos la evolución del fondo desde su creación y el impacto de su rentabilidad, podemos apreciar que la rentabilidad corresponde al 45% del fondo y los aportes directos al 55%:

Si vamos al plano internacional, un estudio reciente de la OCDE denominado Pension Markets in Focus 2018, indica que la rentabilidad real obtenida por el SPP en el Perú, a 15 años, es la cuarta más alta del mundo.

En resumen, no hay motivo de alarma, todo lo contrario, el SPP funciona muy bien en el ámbito de su cobertura. El problema del sistema, como veremos luego, es su cobertura, que no alcanza a los trabajadores independientes.

Lamentablemente, coincidiendo con esta campaña, se está dando otra desde el sector financiero, criticando la falta de competencia del sistema como lo han hecho recientemente el BCRP y la SBS. Además, seguramente desde alguna parte interesada, se está deslizando la posibilidad de que otros agentes financieros (bancos) puedan manejar pensiones. Este no es un tema menor, pues para empezar habría que dilucidar que las inversiones no sufran conflictos de interés con otras líneas de negocio.

No es pues el mejor momento para abundar propuestas de ajustes, máxime si estas no se dirigen a lo sustancial, la necesidad de ampliar la cobertura del sistema.

En conclusión, todo este miedo generado por los medios, acerca de que existe “abuso de poder” por parte de las AFP de cara a los aportes de los pensionistas es completamente infundado. Por el contrario, como indicó recientemente Aldo Ferrini, Gerente General de AFP Integra en una entrevista concedida a Milagros Leiva (ver el video), en los últimos años el SPP no solo ha venido obteniendo altísima rentabilidad para los afiliados, sino que además ha ido reduciendo drásticamente sus comisiones e inclusive ha propuesto cobrar comisiones en función a la rentabilidad de los fondos.

Ver entrevista de Aldo Ferrini: https://youtu.be/hLDiUBYPLCI

Como se puede observar en la siguiente tabla, actualmente la comisión por flujo promedio se ubica en 1.58%, mientras que en el caso de la comisión mixta, esta se encuentra en 1.68%, habiendo bajado desde 3%.

En ese sentido, consideramos que la discusión central acerca de la reforma del SPP no debe girar en torno a leyes populistas como la que permitió el retiro anticipado del 95.5% de los fondos desde el 2016 – que, según la SBS, ha reducido la edad de jubilación promedio de 65 a 59 años. Estamos haciendo el absurdo de promover pensiones más tempranas con una población que incrementa su esperanza de vida.

Por el contrario, insistimos en que el problema central es la baja cobertura del sistema, que apenas abarca a 1 de cada 4 peruanos a nivel nacional y cuyo principal determinante es la informalidad laboral, flagelo que venimos arrastrando por varias décadas.

Al respecto, hemos venido difundiendo una propuesta hace varios años para atacar este problema de baja cobertura, la cual incluye usar una parte del IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones, lo cual contribuiría no solo a elevar la formalidad sino también a incrementar la recaudación tributaria (ver en Lampadia: El IGV y las Pensiones).

Asimismo, en línea con esta iniciativa, recientemente hemos recogido la propuesta de Victor Shiguiyama, ex jefe de la Sunat (ver en Lampadia:  Incremento de recaudación por transformación digital de SUNAT), que propone que el ciudadano reciba un incentivo directo para comprar formal, aportando 1, 2 y 4 puntos del IGV de sus compras de la siguiente manera:

  • 1% cash back (devolución) por pago mediante algún medio electrónico
  • 2% para su seguro de salud, y
  • 4% para sus pensiones

Emprendamos acciones de política que nos lleven hacia un sistema de pensiones formalizador, voluntario y sobretodo, universal. Nuestros pensionistas nos lo agradecerán. Lampadia




Una reforma hacia sistemas individuales de capitalización

Mientras el mundo real produce cambios que inviabilizan los sistemas de pensiones de reparto y piden más años de aportes pensionarios, dado el aumento de la esperanza de vida, nuestros políticos siguen organizando falsos regalitos populacheros como jubilaciones a menores edades.

Esperamos que las reflexiones siguientes les ayuden a reflexionar, o por lo menos a darles vergüenza cuando hacen propuestas contraproducentes. 

El envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad causarán problemas en el sistema de pensiones de jubilación. El desafío principal es que las personas viven más tiempo y, mientras que es un gran logro que el Perú tenga una mejor expectativa de vida, podría generar una situación inviable para los sistemas de jubilación de reparto en el país, ONP y Pensión 65.

¿Cuál es el problema a nivel global? Si bien la dramática expansión de las expectativas de vida es uno de los logros de la humanidad, lo que una vez fue solo una década de subsistencia en los planes de ahorro y pensión, a menudo se ha convertido en dos o más décadas. Al mismo tiempo, el número de trabajadores jóvenes que los reemplazaron se ha reducido, poniendo en duda el sostenimiento de los modelos de los sistemas de pensiones de reparto.

Rafael Puyol, el Director del Observatorio de Demografía del Instituto de Empresa Business School, realizó una presentación titulada El envejecimiento de la población y el futuro de las pensiones, en un evento organizado por la Asociación de AFP y la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas.

En el evento, el experto explicó que el bono demográfico se inicia en América Latina en la década del 70 y prevé que puede durar 50 años, lo que significa que ya se estaría acabando en aproximadamente una década. Por lo tanto, el sistema de jubilación de reparto (establecido en Alemania en el siglo XIX por Otto von Bismarck) ya no es viable porque fue pensado para una población cuyas expectativas de vida activa no superaban los 40 años y debían jubilarse a los 70 años. 

¿Y en Perú? Nuestro país refleja las mismas tendencias generales. Su tasa de fecundidad es de 2.4 hijos por mujer, una reducción muy marcada desde los años 70 cuando el promedio era de 6 hijos, y, según el INEI, en los últimos 14 años, la población mayor a los 65 años pasó de 7% a 12%, mientras que la participación de los menores de 15 años bajó de 37% a 26%.

“La tasa de fecundidad en el Perú está en declive. Según el World Population Prospects del 2017, esta será de 2.12 hijos por mujer entre el 2025 y 2030, y de 1.84 entre el 2045 y 2050, con lo cual el Perú estará por debajo de la tasa de reemplazo; es decir, que el número de los nacidos será menor a de los fallecidos”, afirmó Puyol.

De hecho, Puyol inició su conferencia haciéndose la pregunta más básica: ¿cómo definimos el envejecimiento? Mientras que durante mucho tiempo se definía el envejecimiento de la población cuando cruzaban el umbral de los 65 años, eso está cambiando. Dado el exponencial crecimiento de la esperanza de vida de la población en el mundo, el porcentaje de personas que supera ese umbral crece continuamente. Así que el experto propone que esta definición es obsoleta y que, más bien deberían usarse un umbral móvil en vez de uno fijo, basado en la esperanza de vida al nacer.

Según Puyol, estas tendencias hacen inviable mantener mucho tiempo o volver al sistema de reparto (la Oficina de Normalización Previsional se rige bajo este sistema). Los instrumentos de capitalización, con una pensión básica para las personas sin recursos, es mucho mejor procedimiento. Al menos, el modelo europeo puede servir de ejemplo de lo que es necesario evitar. Esto significa que, en el 2050, el Perú no tendrá la cantidad suficiente de trabajadores en actividad para cubrir las pensiones de los jubilados, cuyo número seguirá subiendo por el aumento en las expectativas de vida.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Lo que propone Puyol es que abandonemos el sistema de reparto y que sigamos la tendencia de los sistemas individuales de capitalización “porque van a ser los únicos [sistemas] que permitirán que un trabajador (con la ayuda del Estado mediante bonificaciones y otros instrumentos fiscales) pueda planificar su futuro”.

Advirtió que dichos sistemas de capitalización requieren la ayuda del Estado mediante bonificaciones u otros instrumentos fiscales que permitan incrementar el fondo de capitalización del trabajador y así financiar su jubilación. Lampadia




Chile tiene el octavo mejor sistema del mundo en pensiones

Muchos han venido elogiado a Chile como uno de los primeros en adoptar un sistema de pensiones más sostenible. Ahora, según el Índice Global de Pensiones de Melbourne de Mercer 2018, nuestro país vecino tiene el mejor sistema de pensiones de Latinoamérica y el octavo a nivel mundial. El Perú fue incluido en el estudio por primera vez y nos encontramos en el puesto 16 de un total de 34 países con una calificación de C+.

El Índice Global de Pensiones de Melbourne es la comparación más completa a nivel mundial de sistemas de pensiones globales. Este año destacan en la región Chile (69.3), Colombia (62.6) y Brasil (56.5). El índice utiliza tres subíndices: Adecuación, Sostenibilidad e Integridad; para medir cada sistema de ingresos de jubilación con más de 40 indicadores.

Con la medición de 30 países y el 60% de la población mundial, la novena edición del Índice Global de Pensiones de Melbourne Mercer tiene el objetivo de incentivar a los países con sistemas de pensiones insostenibles a aprender de los países líderes. De lo contrario, corren el riesgo de crear problemas de equidad intergeneracional y jubilados decepcionados, frente a los que deberán tomar medidas aún más drásticas en el futuro.

La siguiente tabla muestra el valor general país por país, junto con el valor para cada uno de los tres subíndices: adecuación, sostenibilidad e integridad. Cada valor de índice representa una puntuación entre 0 y 100.

Fuente: Índice de Pensión Mundial de Mercer de Melbourne 2018

El ejemplo de Chile

Según el índice, el sistema previsional chileno tiene un total de 69.3 puntos, ubicándose dentro del top ten en el listado de 34 países analizados. “Chile, a diferencia de otros países, tiene un sistema muy sustentable, es decir, hoy no tiene el Gobierno un gran pasivo para financiar las pensiones como son los sistemas de reparto que suceden en otras naciones. Ejemplo de estos sistemas son los países europeos, como España, Italia o Francia, que otorgan buenas pensiones, pero que no son sustentables en el tiempo”, dijo Diego Guaita, CEO de Mercer Chile.

A pesar del alto puntaje, el informe advierte que el sistema chileno presenta desafíos que deben corregirse, puesto que se mantuvo en la categoría B del ranking, definiéndolo como un “sistema que tiene una estructura sólida con numerosas características positivas, pero tiene áreas de mejora que lo diferencia de un sistema de categoría A”.

Fuente: Índice de Pensión Mundial de Mercer de Melbourne 2018

El estudio enfatiza que el modelo nacional debe modernizarse, elevando el porcentaje de cotización obligatoria, incrementando la edad de retiro y promoviendo la participación del adulto mayor en la fuerza laboral.

Recordemos que Chile fue un precursor mundial de la privatización de la seguridad social. Según su página web, el objetivo del Sistema de Pensiones de Chile es “proveer ingresos de reemplazo para los trabajadores que dejan la vida activa o laboral y cubrir los riesgos de invalidez y de muerte del trabajador (sobrevivencia), de manera de proteger al afiliado y a su grupo familiar”.

El actual sistema de pensiones consiste en que los ciudadanos depositan sus ahorros de jubilación en cuentas individuales manejadas por entidades privadas del sector financiero, conocidas como Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). El rendimiento de esos fondos determina el monto de la pensión a que cada individuo tiene derecho cuando llega el momento de su jubilación.

Sin embargo, todos los países son víctimas de campañas que se apoyan en mentiras, falsedades y distorsiones. A pesar de ser uno de los mejores sistemas de pensiones, hace dos días, el movimiento NO+AFP (en referencia a las Administradoras de Fondos de Pensiones), convocó a la ciudadanía a expresarse de distintas formas en su rechazo al sistema previsional y el enfrentamiento con la policía dejó a 12 detenidos. Como dice José Piñera, retornar a un sistema de reparto sería expropiar a 10 millones de chilenos al peor estilo kirchnerista.

¿Cómo está el Perú?

En el caso del Perú, obtuvimos un puntaje de 62.4 y una calificación de C+, con algunas características positivas, pero el informe también advierte de importantes riesgos y/o deficiencias que requieren de atención. Mercer, propone las siguientes medidas para incrementar nuestro puntaje:

  • Introducir un nivel mínimo de apoyo para las personas de edad más pobres.
  • Aumentar la cobertura de los empleados en los planes de pensiones ocupacionales, aumentando así el nivel de contribuciones y activos.
  • Permitiendo a las personas retirarse gradualmente mientras reciben una pensión parcial
Fuente: Índice de Pensión Mundial de Mercer de Melbourne 2018

Como hemos afirmado en Lampadia, evidentemente, la mayor debilidad del sistema es la cobertura de los sistemas pensionarios que solo cubren al 25% de la población. Sin embargo, ni el Estado, ni los operadores del sistema privado de pensiones, muestran el más mínimo interés de enfrentar esta deficiencia estructural. Por ello, insistimos en nuestra propuesta de pasar el esquema a uno basado en el canje, voluntario, de pagos por IGV, a cuentas individuales. Ver: El IGV y las Pensiones.

Peor aún, lo que funcionaba razonablemente bien, la proporción de población que estaba afiliada al sistema privado de pensiones, está quedando paulatinamente descubierta, en la medida que los ciudadanos optan por retirar sus fondos en un 95.5% al momento de la jubilación y dedicando el dinero a fines no previsionales.

El autor del informe y Senior Partner de Mercer, David Knox, reitera en este informe que el impacto del aumento de la esperanza de vida y el bajo rendimiento de las inversiones están teniendo efectos significativos a largo plazo en la capacidad de muchos sistemas de todo el mundo de brindar suficientes beneficios de retiro, tanto en la actualidad como en el futuro. De hecho, en el informe plantea que actualmente, la mayoría de las naciones están lidiando con los efectos sociales, económicos y financieros del envejecimiento de la población.

Las AFP fueron las generadoras de capital interno de largo plazo. Por eso, es importante que tomemos las medidas adecuadas para que los peruanos logren llegar a tener un respaldo previsional. Lampadia




Congresistas consolidan destrucción de las pensiones

Congresistas consolidan destrucción de las pensiones

Alonso Polar Campos decía: “En todas partes se cuecen habas, pero en el Perú, solo se cuecen habas”.

Ayer los congresistas de todos los partidos aprobaron casi por unanimidad la insistencia de la ley que permite el retiro del 95.5% de los fondos privados de pensiones a los 65 años.

En Lampadia hemos aportado varios argumentos, debidamente sustentados, para tratar de hacer reflexionar a los congresistas sobre las múltiples implicancias de seguir adelante con esta norma, que el propio Ejecutivo había observado y calificado de inconstitucional. Además, por supuesto, han habido otras muchas sugerencias en el mismo sentido, igual o mayormente calificadas que las nuestras.

Por supuesto, también hemos tenido en el país, la difusión de opiniones a favor de la eliminación del sistema de pensiones con argumentos libérrimos, medios que solo le ponían música al ruido de la calle y un gremio que nunca involucró en el debate a los afiliados del sistema.

Como hemos dicho muchas veces, el daño de esta norma será inmenso, especialmente para los adultos mayores que, eventualmente, no tengan sustento de vida y a sus hijos que tendrán que apoyarlos. Esta barbaridad normativa dejará definitivamente sin pensiones a los trabajadores independientes, que no se pudieron incorporar al sistema y que con mejoras adecuadas podrían haber llegado a ser parte del mismo. Ver en Lampadia: El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo.

Finalmente, queremos mostrar un ejemplo del nivel de irresponsabilidad  y manipulación de la prensa nacional, compartiendo con ustedes la portada del diario de negocios del Perú (parte de la oferta periodística de el Grupo El Comercio), el diario Gestión:

Lampadia




Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones

Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones

Compartimos con nuestros lectores el magnífico ensayo que David Tuesta, experto internacional en inclusión financiera y conocedor de los sistemas de pensiones de todo el mundo, ha preparado para Lampadia sobre los incentivos de ahorro para la vejez.

Como hemos indicado anteriormente, lo natural del ser humano es preferir el goce actual versus el futuro. Tuesta nos explica esto y otros factores que los Estados deben considerar para velar por la mejor condición de sus poblaciones mayores.

La política menuda nos puede estar empujando a cometer un gran error en el tema previsional. Aún estamos a tiempo de evitarlo.

El Caballo de Troya, ejemplo clásico de un disparate (folly en ingles)

Esta publicación se inscribe en nuestro esfuerzo por promover un debate serio sobre el tema pensionario, antes de que el Congreso apure una norma votada sin ningún sustento técnico. Esperamos que el Presidente del Congreso, Luis Iberico, pueda manejar adecuadamente esta imperiosa necesidad. Veamos qué nos dice Tuesta:

El poder de los incentivos para incrementar el ahorro para la vejez en el Perú

Por David Tuesta, Jefe de la Unidad de Inclusión Financiera del BBVA Research, Madrid

En un país donde cerca del 70% de los trabajadores están en la informalidad, traduciéndose en un ridículo ratio de cobertura pensionaria, preocupa enormemente la viabilidad futura del Perú desde una perspectiva económica y social. Algunos dirán que esto es exagerado y que hasta hoy no ha pasado ninguna catástrofe, pues las redes familiares se encargan del que no tiene pensión y así seguirá. Yo diría que esa afirmación es muy cándida e imprudente, si se tiene en cuenta que la población en vejez es hoy sólo el 3% de la población y que en 35 años cuando empiecen a jubilarse los que hoy ingresan a trabajar, este porcentaje se aproximará al 10% del total de la población. ¿Seguiremos pensando que en un país donde más que se triplicará el porcentaje de ancianos, las cosas seguirán igual? ¿Queremos cargarles un mayor problema a nuestros hijos y nietos? Hay que actuar pronto en promover en las personas un mayor ahorro para la jubilación. Solucionar el problema de la informalidad será clave, pero no podemos esperar a que ese día llegue. Se debe y se puede actuar desde ya.

¿Qué puede hacer el Estado para que la gente ahorre más para la vejez? El Estado tiene responsabilidad para solucionar una falla de mercado existente. Los agentes económicos no están suficientemente informados ni capacitados para tomar las decisiones más eficientes en este ámbito. Malas decisiones significarán luego mayores costes para otros colectivos como los datos demográficos anteriores nos lo indicaban, y que eventualmente puede terminar costándole más al contribuyente y por ende al Estado.

Adicionalmente, la teoría del comportamiento económico confirma que el comportamiento de los seres humanos al tomar decisiones no es el más afortunado, por decir lo menos. Como hallarían reputados economistas (Kanheman, Tversky, Thaler, Shiller, entre otros), los agentes económicos racionales que aparecen en los libros de economía, son cualquier otra cosa menos seres humanos (Thaler hablaba de los Econs versus los Humans). Los seres humanos suelen tomar decisiones de manera impulsiva y dejando para después algunas que son importantes (sorprendentemente, de manera consciente). Solemos priorizar el consumo presente antes que el futuro. Este ser humano está muy alejado de aquel individuo que tomaría decisiones al estilo del “ciclo vital” o basados en la “teoría del ingreso permanente”. En el caso de pensiones, nuestro ser humano tiene problemas de inconsistencia temporal (prefiere más el presente que el futuro) y va a preferir consumir más que ahorrar. Varios estudios de experimento de campo demuestra esto recurrentemente. Por tanto, pregonar el argumento de la “libertad de elegir” no es lo más recomendable para la sociedad en el caso de pensiones.

Lo anterior no significa que el Estado deba adoptar un rol intervencionista. El espacio para la obligatoriedad podría existir para que los individuos ahorren en sus pensiones bajo una tasa de aporte razonable. Pero también debemos entender que el pragmatismo sugiere que el cumplimiento de “deberes” requiere un marco económico-institucional que lo haga factible. La informalidad se constituye en un obstáculo para que esta intervención directa bajo criterios de obligatoriedad funcione en este amplio colectivo de la sociedad peruana.

Adicionalmente los desincentivos para ahorrar para la vejez de forma regular y constante para un trabajador informal que recibe su paga de manera irregular, no guardan consistencia. Así mismo, si este tuviera posibilidades de destinar 10% a algún tipo de ahorro/inversión tendría una lista larga de preferencias muy importantes para la familia antes que ahorrar en pensiones: comprarse una casa, educación para sus hijos, salud, entre otros. La primera conclusión al respecto es que “el mismo traje o vestido no le acomoda a todo el mundo”.

Por tanto, deberemos entender que al sector informal no podremos emplearle el mismo “traje” que le aplicamos al sector formal. El sector formal, en su mayoría trabaja para una empresa bajo una ley laboral que le permite percibir determinados beneficios sociales contemplados en la ley, y donde la firma se encarga del trámite de retenerle su porcentaje de ahorro para la jubilación obligatoria y trasladársela a su fondo de pensiones. En el sector informal, nada de lo anterior sucede, y el Estado no tiene capacidad de control.

Dicho lo anterior, hay que pensar en un sistema de pensiones a la medida del colectivo informal. Se necesita empezar a construir un sistema de pensiones donde la clave sea una participación voluntaria muy bien incentivada, tomando ventaja de todo lo que nos vienen enseñando la teoría del comportamiento.

Lo primero que habría que pensar, es en la búsqueda de un circuito masivo donde los trabajadores informales interactúen con la formalidad. Hay algunas pistas respecto a actividades por donde este colectivo transita: el pago por el consumo de minutos para comunicación celular, consumo de telefonía fija, consumo de luz, entre otros. Otros circuitos pueden ser el uso de servicios financieros. Finalmente, otra vía de transito es el que tiene el Estado, a través del pago de tasas municipales, tasas por circulación vehicular y licencias de conducir. El pago del IGV (IVA en otros países) puede ser otra vía a considerar para este esquema de ahorro voluntario.

Por tanto, habría que pensar cómo hacer operativa estas vías para incorporar en su circuito de valor un “porcentaje de ahorro para las pensiones”. El uso de estas vías masivas ya viene siendo testeado en forma de programas pilotos de ahorro en algunos países, tales como recordatorios de ahorro a través de mensajes de mensajes SMS  que ayuda a la gente a planificarse y automatizar el ahorro (http://juntosglobal.com/blog/), o mecanismos de descuento el recibo de telefonía para el ahorro para el retiro (http://www.ideas42.org/wp-content/uploads/2015/11/I42_571_MexicoPensionsReport_ENG_final_digital.pdf).

Los ejemplos anteriores tienen el objetivo de movilizar, darle un “empujón” (nudge), al comportamiento de los individuos, tomando ventaja de la “inercia” que manifiestan sus acciones. Por ejemplo, imaginemos que se pueda incorporar “por descarte” un incremento para todos de un 3% en el recibo del celular, o en el recibo de la tarjeta, el mismo que se transfiera directamente a su cuenta de ahorro para pensiones en la institución financiera de su preferencia, dándole al mismo tiempo, la opción de poder renunciar expresamente a dicha retención. Esta “afiliación automática a pensiones”, ha demostrado en varios países que funciona para diferentes fines que las personas consideran útiles e importantes, y que las tasas de renuncia al descuento suelen ser bajas. El caso de enrolamiento automático a pensiones en Inglaterra bajo el sistema NEST, viene mostrando tasas de renuncia a la contribución bajísimas. Se puede también aplicar esquemas del tipo “Save More Later”, en el que automáticamente le programen una mayor tasa de contribución a su fondo de pensiones, digamos por ejemplo, de 2 puntos porcentuales más cuando usted cumpla los 40 años, siempre con la opción de decir que no en cualquier momento. La clave de hacer automático este ahorro y dejar que la intervención de la medida sobre la inercia en las acciones del individuo haga el resto.

Otros incentivos que pueden ayudar a complementar esto es el de los esquemas de transferencias de recursos o apoyo, sujeto a un compromiso de ahorro de las personas. Los esquemas de matching contributions para pensiones, han venido incorporándose paulatinamente en varios países del mundo tal como se observa en un libro que edité con colegas del Banco Mundial (https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/11968). Buscar un esquema en el cual las personas contribuyan un determinado aporte y el Estado se comprometa a realizar otro similar que lo acompañe (que haga el matching), ha sido la base de esquemas como el 401K en los Estados Unidos, el Reister en Alemania, y en otros esquemas de pensiones como en Nueva Zelandia, Japón, Corea y China. En Colombia, recientemente han incorporado el esquema de los Beneficios Económicos Periódicos (BEPs), con un esquema de matching para incentivar a los trabajadores informales (http://www.beps.gov.co/inicio/index.php) y cuenta ya con casi 200 mil personas del mundo informal activamente vinculadas a este programa. Chile desde hace algunos años ha incorporado también un esquema de matching para incentivar el ahorro a pensiones de los trabajadores jóvenes que se ha implementado gradualmente (https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/11968).

Otra medida para fortalecer el poder de los incentivos, es el de hacer más tangible para las personas el ahorro en pensiones. El ahorro para la vejez suele verse como un tema muy lejano y que compite directamente con otras necesidades de gasto-inversión más urgentes como el ahorro para la compra de una vivienda, la inversión en educación para los hijos (que a la postre puede ser el “plan de pensiones” de muchos padres) o el capital de trabajo para el pequeño negocio familiar. En ese sentido, es necesario que los fondos de pensiones logren alinear los objetivos de corto y largo plazo. Por ejemplo, se podría pensar en que si las personas ahorran durante 10 años continuos, se pueda permitir que un porcentaje de su cuenta se use para la cuota inicial de una vivienda; incluso el Estado podría pensar en que el crédito tenga algún tipo de subsidio por parte del gobierno como lo fueron los programas Mivivienda. También se podría pensar que el matching a pensiones otorgado por el Estado a la fecha pueda ser usado en su totalidad para la compra de vivienda. Similar esquema podría pensarse con salud, educación o el pequeño negocio. Esta “apertura mental” de los hacedores de política para permitir que una parte de los fondos de pensiones se utilicen para otros fines, existen en los modelos del Kiwi Saver en Nueva Zelanda (https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/11968) así como los BEPs en Colombia mencionado arriba.

El poder que tienen los incentivos para intervenir positivamente sobre las decisiones económicas de los agentes es sorprendentemente muy efectivo. Hay muchas ideas y medidas ya aplicándose en el mundo que pueden valorarse para ayudar a incrementar la participación para el ahorro en la vejez en el Perú, en particular en el amplio colectivo informal que no contribuye. La experiencia internacional es una excelente vitrina para brindar inspiración a los hacedores de política económica en el Perú. Si hay ganas de mejorar la cobertura en el Perú esta es una vía que nuestros políticos y técnicos deberían revisar pronto. Lampadia