1

Las dos únicas destrezas que necesitarás para el resto de tu vida según Yuval Noah Harari

Las dos únicas destrezas que necesitarás para el resto de tu vida según Yuval Noah Harari

El historiador y filósofo autor de “Sapiens: De animales a dioses” advirtió que la revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante, y dos habilidades principales marcarán la diferencia entre sobrevivir y sucumbir a las perturbaciones sucesivas en el trabajo, las relaciones y la política

Infobae
27 de Setiembre de 2020

“La gente imagina la revolución de la inteligencia artificial y la automatización como un evento único,
pero vamos a enfrentar una cadena de revoluciones”, advirtió Yuval Noah Harari

La revolución tecnológica es el tema indiscutible del siglo XXI: aun en un mundo polarizado como el contemporáneo, al menos sobre eso existe un acuerdo. Sin embargo, y paradójicamente, es quizá el tema que peor se comprende, observó Yuval Noah Harari.

Tanto para los optimistas como para los pesimistas, la revolución tecnológica parecería ser un acontecimiento que ponga al mundo de cabeza, tan concreto como la Revolución Francesa. Hasta podría tener una fecha. “Pero ese escenario es altamente improbable”, objetó el historiador y filósofo israelí.

“La revolución de la inteligencia artificial y la automatización no será un evento único, sino una cadena de revoluciones cada vez mayores. Así que la verdadera gran pregunta —argumentó— es psicológica: como seres humanos, ¿tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente?

Si se piensa en la rigurosa educación formal del siglo XX, con sus distintos niveles académicos de gran costo y exigencia, estas dos destrezas, que ni siquiera se enseñan, parecen poca cosa. Sin embargo, insistió Harari, en diálogo con Tom Bilyeu, marcarán la diferencia entre los que se adaptan y los que sucumben al escenario de variabilidad constante que presenta el siglo XXI.

Tanto para los que juegan en el equipo de Los Supersónicos —quienes siempre soñaron con un porvenir radiante de máquinas— como para los que advirtieron sobre un destino más similar a 1984 y otras distopías futuristas, la fantasía de la Gran Revolución presenta una crisis, un período de reajuste y una nueva armonía. “Todos los conductores de camiones, los taxistas, los médicos, lo que sea, se quedan sin trabajo en 2025”, puso como ejemplo Harari; pasamos unos años difíciles, hasta que nos acostumbramos y finalmente llegamos a un mundo feliz de inteligencia artificial, con un nuevo equilibrio”.

Final. Dichoso o amargo, pero final.

Difícilmente suceda de ese modo, argumentó el autor de Sapiens: De animales a dioses, de Homo Deus: Breve historia del mañana y de 21 lecciones para el siglo XXI, tres volúmenes sobre la evolución de la humanidad “que se leen como una trilogía”, elogió Bilyeu, orador motivacional y cofundador y CEO de Impact Theory University. Porque “no estamos siquiera cerca del potencial máximo de la inteligencia artificial”.

“La velocidad a la que se desarrolla solo se va a acelerar, probablemente. Así que lo que realmente vamos a enfrentar es una sucesión de revoluciones en el mercado laboral, en las relaciones, en la política y en otros ámbitos de la vida”. Una serie: “Tendremos una gran perturbación en 2025, sí. Y tendremos una mayor en 2035, y tendremos una aun mayor en 2045. Y así”.

Harari —uno de los pensadores más originales, a la vez que accesibles, del presente: sus libros superaron los 27,5 millones de ejemplares en 60 idiomas— cree que los individuos y los Gobiernos ignoran cuestiones cruciales como esta y ha asumido, como su misión, “traer más claridad a la conversación pública sobre lo que sucede en el mundo”, explicó a Bilyeu para un episodio de Impact Theory que ya vieron 1,5 millones de personas.

“Creo que demasiado de nuestra conversación pública se aboca a los temas equivocados o es en extremo confusa y opaca“, siguió. “Nos inunda una cantidad enorme de información y no sabemos cómo entenderla. Para mí es importante orientar la atención de la gente hacia las preguntas principales. Trato de brindar algunas respuestas, también, pero no me importa mucho si no concuerdan conmigo en lo que respecta a las soluciones. Lo que importa es que estemos de acuerdo en las preguntas”.

El historiador y filósofo israelí tiene la singularidad de ser uno de los pensadores más originales
y respetados del presente y a la vez uno de los más accesibles y populares

Entre ellas se destacan las macrohistóricas, porque este profesor de la Universidad de Jerusalén es, por su formación original, un historiador: la relación que hay entre el desarrollo de la humanidad y la biología del hombre; la diferencia entre el Homo sapiens y otros animales; el vínculo entre la tecnología, la cultura y la naturaleza; la deriva de la historia y la realización del individuo; los desafíos de la sociedad contemporánea, sobre todo la guerra nuclear, el cambio climático y las perturbaciones sociales que causan los saltos tecnológicos.

En esta conversación de 40 minutos destacó cinco asuntos que son, en su opinión, las claves del porvenir inmediato de la humanidad.

1) Nadie sabe cómo será el trabajo en 2040

Cuando Bilyeu le preguntó por el futuro del mercado laboral en esas circunstancias, Harari ironizó que si alguien se las da de gurú y asegura que será de tal manera y hay que prepararse haciendo determinada cosa, conviene aplicar un poco de sano escepticismo. “Lo primero que tenemos que comprender es que nadie sabe realmente cómo va a ser el mercado laboral en 2040”, dijo.

“Tú eras un conductor de camiones y ya no eres necesario —siguió—, pero se creó una nueva demanda de instructores de yoga”. Y así el camionero de 40 años se reinventa, aplica los saberes que le puedan servir de su experiencia antigua y adquiere nuevos conocimientos. “Es muy difícil, pero de algún modo lo logras”, agregó. “Entonces, 10 años más tarde, ya no hacen falta instructores de yoga”.

En efecto, en la “cadena de revoluciones cada vez mayores” que se avecinan, es muy difícil no pensar que surgirá una aplicación perfecta, conectada al cuerpo mediante sensores biométricos que controlan la actividad completa del organismo en la secuencia de poses de una práctica de yoga. “Ningún instructor humano de yoga puede competir con eso. Te quedas sin trabajo”, imaginó el escenario más probable.

Te tienes que reinventar otra vez, como diseñador de juegos virtuales. Y de algún modo lo logras. Pero 10 años más tarde… también esto se ha automatizado. Te tienes que volver a reinventar”.

2) La casa de bloques de piedra vs. la carpa

Bilyeu quiso saber, dado que es imposible estimar qué demandará el mercado de trabajo en apenas 20 años, qué puede hacer una persona para prepararse. Pero Harari reorientó su inquietud: ya no existe, como a comienzos del siglo XX, una opción segura de profesión. Se sabrá sobre la marcha, aventuró; mientras tanto, la mejor inversión no es en —por ejemplo— una carrera determinada, sino “en inteligencia emocional y en equilibrio mental, y en esta clase de habilidades sobre cómo continuar cambiando, como seguir aprendiendo”.

“No estamos siquiera cerca del potencial máximo de la inteligencia artificial”, dijo Harari. “Lo que realmente vamos a
enfrentar es una sucesión de revoluciones en el mercado laboral, en las relaciones, en la política” (Nicolás Stulberg)

¿Y eso cómo se adquiere? En principio, no se estudia: “No tenemos una universidad de flexibilidad mental”. Son herramientas para cultivar curse uno derecho o ballet: “Hay que tener presente que mucho de lo que hoy aprendemos podría dejar de ser relevante en 20 o 30 años, así que, sea lo que sea aquello que uno haga, también tendría que invertir en el desarrollo de la inteligencia emocional, el equilibrio mental y la capacidad de mantenerse cambiando y aprendiendo y reinventándose a lo largo de la vida”.

Ofreció una imagen como comparación: “Si en el pasado la educación se parecía a construir una casa de materiales sólidos, como la piedra, y con cimientos profundos, ahora se parece más a construir una carpa que se pueda doblar y llevar a otro lugar con rapidez y sencillez”.

3) El ser humano ya es un sistema hackeable

Harari destacó que otra gran consecuencia de la aceleración tecnológica es que el ser humano se ha convertido en “un animal hackeable”. Es algo que ningún sistema totalitario del siglo XX logró: “Aun si el KGB o la Gestapo te seguían 24 horas por día, escuchando cada conversación que tenías, observando a cada persona con la que te encontrabas, no tenían el conocimiento biológico suficiente para comprender qué sucedía dentro de ti. Y por cierto no tenían el poder de computación necesario para entender siquiera los datos que sí lograban obtener”.

 

Hoy, en cambio, existe la tecnología que permite descifrar a los humanos como sistema, “saber qué pensamos para anticipar nuestras elecciones, para manipular nuestros deseos humanos de maneras que nunca antes fueron posibles”, sintetizó.

¿Qué hace falta para hackear a un ser humano? Solamente dos cosas, aunque son dos cosas complejas: “Un montón de datos, en particular datos biométricos, no solo sobre dónde vamos y qué compramos, sino qué sucede dentro de nuestros cuerpos y dentro de nuestras mentes, y mucho poder de computación para comprender todos esos datos”, enumeró.

“Esto nunca antes fue posible en la historia”, subrayó. Pero aquello que el KGB o la Gestapo no lograron, que fue entender de verdad a una persona, al punto de predecir sus elecciones y manipular sus deseos, hoy es posible. “Lo que el KGB no pudo hacer, hoy las corporaciones y los Gobiernos comienzan a poder hacerlo”, argumentó.

“Lo primero que tenemos que comprender es que nadie sabe realmente cómo va a ser el mercado laboral en 2040”,
dijo Harari, por lo cual la flexibilidad es una característica clave a cultivar

“Esto se debe a la fusión entre la revolución en biotecnología (por la que cada vez somos mejores a la hora de entender lo que sucede dentro de nosotros, en el cuerpo y en el cerebro) y la revolución simultánea en tecnología informática (que nos da el poder de computación necesario). Cuando sumamos las dos cosas, logramos la capacidad de crear algoritmos que me entienden mejor de lo que yo me comprendo a mí mismo. Estos algoritmos no solo pueden predecir mis elecciones: también pueden manipular mis deseos y, básicamente, venderme cualquier cosa, ya sea un producto o un político”.

4) Conócete a ti mismo (porque el algoritmo ya te conoce bien)

A diferencia de la mente humana, que “es una máquina que produce relatos constantemente” —y sobre todo un relato muy importante, que es la identidad—, la tecnología recoge datos del sistema humano. Eso hace que, más temprano que tarde, los algoritmos puedan conocer a una persona mucho más de lo que ella se conoce a sí misma, algo que tampoco había sucedido nunca antes en la historia, subrayó.

El yo es un relato, no es algo real”, resumió. “Si tomamos el perfil que la gente crea sobre sí misma en Facebook o Instagram, debería ser obvio: no refleja su existencia real. Por ejemplo, el porcentaje de tiempo que uno aparece sonriendo en la cuenta de Instagram es mucho mayor al porcentaje de tiempo que uno sonríe en la vida real”.

En esa forma de “tercerización del cerebro”, como describió a la mejora en la capacidad de construir relatos que ofrecen las plataformas sociales, se produce una separación significativa: allí donde los algoritmos solo ven datos, el ser humano “tiende a cometer un error fundamental”, calificó, que es pensar que él realmente es ese relato que ha construido.

Aquello que el KGB o la Gestapo no lograron, que es hackear a una persona, hoy es posible.
“Hoy las corporaciones y los Gobiernos comienzan a poder hacerlo”, argumentó Harari

“Una de las cosas más importantes de mi vida, y creo que más importantes de mi carrera científica, fue comprender de lo poco que sé sobre mí mismo”, puso como ejemplo. “Yo tenía 21 años cuando finalmente comprendí que era gay, y cuando lo pienso me resulta completamente asombroso, porque tendría que haber sido algo obvio a los 16 años, a los 15 años, y un algoritmo lo habría advertido rápidamente”. Y hoy se podría crear un algoritmo como ese, que —por ejemplo— siga el movimiento ocular cuando una persona ve a otras, y sistematice dónde va su mirada, en quién se concentra. “Debería ser muy sencillo. Un algoritmo así podría haber dicho, cuando yo tenía 15 años, que yo era gay”, agregó.

Las implicaciones de eso son extraordinarias. Y no son solamente positivas, ni remotamente de dirección única. “Realmente depende de dónde vive uno y qué se hace con esa información. En algunos países, uno puede meterse en problemas con la policía y con el Gobierno”, señaló por caso. Y en otros, quizá una persona no sabe que es gay pero las corporaciones sí, “y lo quieren entender porque necesitan saber qué clase de publicidades mostrarle”.

Ante esos costados negativos, ante las consecuencias múltiples de la pérdida de privacidad —y hasta de intimidad de pensamientos y emociones de profundidad extrema—, ¿por qué querría la gente continuar con este progreso tecnológico?

5) Nuevos enemigos: la salud y la privacidad

La respuesta es simple, arrojó Harari como un golpe de realidad: “Porque tiene un lado bueno, mejorar el cuidado de la salud”. Que es lo más parecido que puede haber a la inmortalidad: comprar años de vida y de calidad de vida.

“Hoy es posible crear algoritmos que me entienden mejor de lo que yo me comprendo a mí mismo”,
alertó Harari. “Pueden predecir mis elecciones y manipular mis deseos” (Nicolás Stulberg)

“Es tremendamente tentador —desarrolló— porque la tecnología nos puede brindar el mejor cuidado de la salud de la historia, algo que va realmente mucho más allá de cualquier cosa que hayamos visto hasta ahora. Esto puede significar que quizá en 30 años la persona más pobre del planeta puede obtener mejor atención médica en su teléfono celular que la persona más rica de hoy obtiene en los mejores hospitales y con los mejores médicos”.

Dio el ejemplo de la detección temprana del cáncer.

“El proceso usual sucede por medio de la mente, no se lo pueda tercerizar. En la mayoría de los casos hay un momento crucial, cuando uno siente que algo en su cuerpo está mal, y va aun médico y a otro, y hace un estudio y otro hasta que finalmente se descubre que tiene cáncer. Como se basa en nuestros propios sentimientos —en este caso, de dolor— con mucha frecuencia cuando comenzamos a percibirlo es tarde, el cáncer se ha expandido. Y acaso no es demasiado tarde, pero tratarlo va a ser costoso y doloroso y complejo”.

“En 30 años la persona más pobre del planeta puede obtener mejor atención médica en su teléfono celular
que la persona más rica de hoy obtiene en los mejores hospitales y con los mejores médicos”, ilustró Harari

¿Qué pasaría si se pudiera tercerizar esa percepción, emplear un algoritmo que controle la salud 24/7 mediante sensores biométricos? “Podría descubrir este cáncer cuando es apenas un puñado de células que comienzan a dividirse y proliferar”, postuló Harari. “Y es mucho más fácil, y barato e indoloro, ocuparse en esa instancia que de dos años más tarde, cuando ya es un gran problema. Creo que todo el mundo aceptaría esto”.

Y en eso, cree, radica la gran tentación, aunque tenga un reverso oscuro. “Una de las grandes batallas del siglo XXI se va a librar entre la privacidad y la salud”, aseguró. “Y creo que la salud va a ganar. La mayoría de la gente va a estar dispuesta a renunciar a una importante cantidad de privacidad a cambio de un mejor cuidado de la salud”.

Y allí, arriesgó, es donde el sapiens vuelve a intervenir con las herramientas de la historia, que lo distinguen: “Necesitamos tratar de disfrutar de ambas cosas, de crear un sistema que nos dé gran cuidado de la salud pero sin poner en peligro nuestra privacidad”. Y Harari concluye, como es característico de su pensamiento, con un interrogante: “Que podamos, o no, lograr ese equilibrio, es una pregunta política enorme”. Lampadia




El fracaso no es del modelo, sino de sus defensores

El fracaso no es del modelo, sino de sus defensores

Líneas abajo compartimos un artículo muy esclarecedor de la situación de crisis que vive Chile. Recomendamos su lectura.

Fundación para el Progreso
Mauricio Rojas
Publicado en El Libero, 04.11.2019

Lo ocurrido recientemente en Chile no es producto del fracaso de su modelo de desarrollo, sino de su éxito. Lo que sí ha fracasado es una centroderecha miope e incapaz de liderar las profundas transformaciones que ese éxito hacía imprescindibles. En suma, no es el modelo sino sus defensores los que han fracasado.

El progreso chileno durante estos últimos treinta años ha sido extraordinario y convirtió a Chile de un país bastante mediocre en la estrella más brillante del firmamento latinoamericano. Ha sido, con distancia, la sociedad con mayor reducción de la pobreza, aumento generalizado del bienestar, expansión de la educación superior, ampliación de las clases medias y movilidad social. Incluso la desigualdad, aun siendo todavía demasiado alta, se ha reducido. Según los datos entregados por el exministro de Hacienda de Michelle Bachelet, Rodrigo Valdés, el coeficiente de Gini bajó de 0,573 a 0,477 entre 1990 y 2015. La razón de ello es que los ingresos disponibles de los más pobres aumentaron mucho más rápido que el de los más ricos (el ingreso del decil más rico aumentó 208% entre 1990 y 2015, mientras que el del decil más pobre lo hizo con 439%).

Este extraordinario progreso ha generado un país totalmente distinto a aquel que existía hace treinta años. Su composición social y sus estándares de vida se han modificado sustancialmente, pero también las formas de percibir lo justo y lo injusto, lo aceptable y lo inaceptable, lo digno y lo indigno. Con ello se han alterado profundamente las demandas sociales y lo que hasta hace no mucho definía las aspiraciones y el sentido común de la sociedad ha quedado obsoleto.

A los defensores del modelo, pero no sólo a ellos, les pasó lo que hace poco sintetizó el Presidente Sebastián Piñera usando una conocida frase difundida por Mario Benedetti: “Cuando creíamos tener todas las respuestas, de pronto, nos cambiaron todas las preguntas”. En este caso, sin embargo, esto no ocurrió tan de pronto. Ya en 2011 se hizo evidente, cuando vimos cómo a las nuevas preguntas cualitativas sobre la justicia de la sociedad se les daban viejas respuestas cuantitativas acerca de las tasas de crecimiento o el nivel del PIB per cápita, pero este desfase entre preguntas nuevas y respuestas viejas se ha hecho aún más evidente en estos últimos días.

En lo fundamental hubo, y todavía hay, una profunda incomprensión acerca de aquello que ya en 2007 llamé el “malestar del éxito”, que tiene que ver con lo que en los años 50 del siglo pasado se denominó “revolución de las expectativas crecientes”. Este fenómeno es especialmente prominente en un país como Chile, que en un período tan corto de tiempo deja la pobreza absoluta tras de sí, ve surgir amplias capas medias y experimenta una expansión educacional sin precedentes que en unas tres décadas multiplica por diez la cantidad de estudiantes de la educación superior. Una situación así pone de golpe al país ante la paradoja de la pobreza relativa, por la cual el sentimiento de pobreza puede incrementarse al mismo tiempo que la pobreza se reduce drásticamente. La pobreza absoluta trata de la lucha por las cosas más elementales para la vida, mientras que la relativa trata de todo aquello que uno puede desear, pero no obtener, y esto último crece exponencialmente cuando podemos levantar la vista por encima de lo más apremiante y nuestros horizontes se amplían por el mayor acceso a la educación y a los medios de comunicación. Por ello puede crecer la frustración y el descontento a pesar de nuestros progresos, no menos cuando sabemos que otros sí pueden gozar de todo aquello que nos falta.

Paralelamente, crece la angustia ante la posibilidad de perder aquel bienestar tan recientemente alcanzado, surgiendo así lo que el sociólogo alemán Ulrich Beck llamó una “sociedad del riesgo (Risikogesellschaft), dominada por el sentimiento de inseguridad y precariedad frente a un sinfín de contingencias que puede amenazar los fundamentos de nuestras vidas.

“No hay un proyecto social común, pero si un rechazo común, y es justamente ello lo que crea las condiciones que, sumadas a un ‘vacío de representación’ de parte de las élites políticas existentes, hacen posible un momento caótico y abierto como el que estamos experimentando.”

Al mismo tiempo, en la medida en que las necesidades más básicas se van satisfaciendo, se produce, especialmente entre los jóvenes, un desplazamiento valórico de la mayor importancia. De acuerdo a los conceptos que Ronald Inglehart acuñó para entender la revuelta juvenil europea del 68, en la medida en que el bienestar aumenta, las sociedades se mueven desde “valores materialistas”, propios de la dura lucha por la subsistencia, hacia “valores pos-materialistas”, donde las preferencias tienden a direccionarse hacia “la buena vida” y la autorrealización personal. De esta manera se desvalorizan, o incluso desprecian, las conquistas materiales previamente alcanzadas para orientarse hacia la búsqueda de una sociedad distinta, definida como más humana, colaborativa, altruista e igualitaria.

Se trata, por tanto, de una confluencia de situaciones y demandas de muy variada naturaleza, que en un momento dado –el que estamos viviendo ahora, por ejemplo– se combinan creando aquello que Ernesto Laclau ha llamado, en su libro sobre La razón populista, una “cadena equivalencial” de descontentos y negaciones, donde el repudio a una serie de situaciones muy disímiles une y hace equivalente un espectro muy amplio y diverso de voluntades de rechazo y cambio. No hay un proyecto social común, pero si un rechazo común, y es justamente ello lo que crea las condiciones que, sumadas a un “vacío de representación” de parte de las élites políticas existentes, hacen posible un momento caótico y abierto como el que estamos experimentando.

El pánico cunde hoy entre muchos que no supieron defender, reformándolo a tiempo y atendiendo de manera contundente las urgencias sociales, el modelo de desarrollo que tanto progreso nos ha traído.

El surgimiento de este rechazo amplio y polifacético a algo difuso que algunos denominan “el modelo (neoliberal)” o, para decirlo de una manera más concreta, a una sociedad del abuso, la injusticia y la inseguridad, es el paradojal resultado del progreso registrado cuando éste coincide con el fracaso de sus defensores para entender las nuevas demandas que surgen de ese progreso y plantear, de una manera vigorosa, las reformas necesarias para estructurar un nuevo pacto social que esté a la altura del desarrollo alcanzado, especialmente en términos de inclusión, equidad, lucha contra los abusos, igualdad de oportunidades y solidaridad.

No es que no se hayan hecho algunos esfuerzos valiosos en esa dirección, como lo atestigua la agenda social del gobierno actual, pero los mismos han sido claramente insuficientes. La prolongación de una serie de “urgencias sociales” –como el nivel en general miserable de las pensiones, el alto costo de los medicamentos o el impacto brutal de las “enfermedades catastróficas”–, de abusos manifiestos –como las alzas automáticas del TAG o peajes de las autopistas– o las violentas alzas de precios de servicios básicos –como la electricidad o el transporte– han sido fatales. Pero junto a ello están las carencias más de fondo, como las que afectan a la salud o la educación públicas, y, más en general, la falta de una red de protección social que nos asegure un mínimo de dignidad y un resguardo contra los imprevistos, especialmente pensando en las demandas desatendidas de las nuevas clases medias.

La dogmática defensa de un cierto nivel de la carga tributaria, en particular para los sectores de mayor fortuna e ingresos, ha sido un impedimento clave para progresar en esta dirección, pero también lo ha sido la fijación, hoy anacrónica, en una política social focalizada a lo Chicago, es decir, que sólo apunta a las necesidades de los más pobres. Ignorar la necesidad de construir un Estado de bienestar moderno, es decir, sin monopolios y que conjugue significativos niveles de redistribución e igualdad de oportunidades con el empoderamiento ciudadano y la libertad de elección y empresa en las áreas del bienestar garantizadas para todos los ciudadanos (como en el caso de países como Suecia), ha sido nefasto.

Hoy estamos enfrentados a tal crisis de legitimidad del sistema imperante que se abren las puertas para plantear, e incluso aceptar, todo tipo de despropósitos, como el asambleísmo chavista, la democracia plebiscitaria, los monopolios públicos o la indisciplina fiscal. El pánico cunde hoy entre muchos que no supieron defender, reformándolo a tiempo y atendiendo de manera contundente las urgencias sociales, el modelo de desarrollo que tanto progreso nos ha traído. Cuando se le cierran las puertas a la evolución, se le pueden abrir a la revolución y al descriterio. Como tantas veces lo dijo Arturo Alessandri, es necesario avanzar “sin vacilaciones por las vías de la evolución para evitar la revolución y el trastorno”. Esta debería ser la gran lección de estos días aciagos. Lampadia




La economía de la inteligencia artificial (IA)

La economía de la inteligencia artificial (IA)

Hemos dedicado numerosos artículos para abordar las implicancias que tiene el uso de la inteligencia artificial (en adelante, IA) en una serie de tópicos que van desde el mercado laboral (ver Lampadia: La revolución de la IA en el trabajo), hasta la misma ética empresarial (ver Lampadia: La ética en la inteligencia artificial (IA)); así como sus impresionantes prospectos futuros que podrán ser posibles gracias a la robótica (ver Lampadia: Visiones de un experto robotista hacia el 2069).

Sin embargo, aún no hemos ahondado lo suficiente en los mecanismos, a través de los cuales, las empresas y los modelos de negocios pueden ir introduciendo esta nueva tecnología en sus procesos productivos, de manera que generen enormes ganancias de productividad.

En esta línea, queremos compartir una excelente entrevista realizada por Mckinsey a Ajay Agrawal – profesor de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto y uno de los autores del reciente libro “Máquinas de Predicción: La Economía Simple de la Inteligencia Artificial” publicado en octubre del año pasado – en la que señala, de manera simple y didáctica, la forma en que la IA actúa en la economía, particularmente, a través de los costos de predicción (ver artículo líneas abajo).

Asimismo, provee de una guía muy útil hacia los líderes de las organizaciones para facilitar la búsqueda de espacios y áreas de la empresa en donde esta tecnología pueda ser implementada satisfactoriamente, así como de tips para aprovechar su potencial al máximo.

Es importante destacar que la tesis central del profesor Agrawal indica que conforme la IA recopila mayor información del comportamiento humano, va reduciendo cada vez más los costos de predicción de las actividades económicas que intenta replicar. Esto último genera que el precio de bienes sustitutos como la predicción humana se reduzca, y de bienes complementarios como la data, el juicio humano y la acción empresarial aumente.

Así, las posibilidades que tiene esta tecnología para seguir generando transformaciones en los modelos de negocio son ilimitadas en tanto los problemas que antes consideraban los empresarios como ajenos a la predicción – por los altos costos arraigados en este proceso -,con dicho avances, ahora pueden ser tratados como tales. Este es el caso pues de los automóviles autónomos o de la predicción de compras por e-commerce.

Esperamos que conforme el uso de la IA se masifique en el ámbito empresarial de los países de Occidente, esta pueda penetrar con mayor facilidad en los negocios de los países emergentes como el Perú, los cuales se muestran ávidos por incrementar su productividad, a través de la innovación disruptiva provista por la IA. Lampadia

La economía de la inteligencia artificial

Ajay Agrawal,  profesor del Rotman School of Management, explica cómo la IA cambia el costo de la predicción y lo que esto significa para los negocios.

McKinsey Quarterly
abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Con tantas perspectivas sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) que inunda la prensa de los negocios, cada vez es más raro encontrar una que sea verdaderamente original. Entonces, cuando el profesor de estrategia Ajay Agrawal compartió su brillante y simple visión sobre la inteligencia artificial, nos levantamos y lo notamos. Agrawal, que enseña en la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto y trabaja con empresas emergentes de IA en el Creative Destruction Lab (Laboratorio de Destrucción Creativa), que él fundó, postula que la IA cumple un único objetivo económico, pero potencialmente transformador: reduce significativamente el costo de predicción.

El presente comentario es una adaptación de una reciente entrevista con Rik Kirkland de McKinsey, resume la tesis de Agrawal. Considérelo como una guía del CEO para analizar y priorizar las oportunidades de IA.

Efectos de la caída de los costos

Cuando observamos la inteligencia artificial desde la perspectiva de la economía, nos hacemos la misma pregunta que hacemos con cualquier tecnología: ¿Qué reduce el costo? La respuesta revela por qué la inteligencia artificial es tan importante en relación con muchas otras tecnologías interesantes. La inteligencia artificial puede ser refundida, lo que provoca una caída en el costo de un insumo de primer orden en muchas actividades en los negocios y en nuestras vidas: predicción.

Podemos ver el ejemplo de otra tecnología, los semiconductores, para comprender los profundos cambios que se producen cuando la tecnología reduce el costo de un insumo útil. Los semiconductores redujeron el costo de la aritmética y, al hacerlo, sucedieron tres cosas:

  • Primero, comenzamos a usar más aritmética para aplicaciones que ya aprovechaban la aritmética como insumo. En los años 60, estas fueron en gran parte aplicaciones gubernamentales y militares. Más tarde, comenzamos a hacer más cálculos para funciones como la previsión de demanda porque estos cálculos ahora eran más fáciles y más baratos.
  • Segundo, comenzamos a utilizar esta aritmética más barata para resolver problemas que tradicionalmente no se habían enmarcado como problemas aritméticos. Por ejemplo, solíamos resolver la creación de imágenes fotográficas empleando química (fotografía basada en películas). Luego, a medida que la aritmética se hacía más barata, comenzamos a utilizar soluciones basadas en aritmética en el diseño de cámaras y la reproducción de imágenes (cámaras digitales).
  • Lo tercero que sucedió al disminuir el costo de la aritmética fue que cambió el valor de otras cosas: el valor de los complementos aritméticos aumentó y el valor de sus sustitutos disminuyó. Entonces, en el caso de la fotografía, los complementos fueron el software y el hardware utilizado en las cámaras digitales. El valor de estos aumentó porque usamos más, mientras que el valor de los sustitutos, los componentes de las cámaras basadas en películas, disminuyó porque comenzamos a usar cada vez menos.

Expandiendo nuestros poderes de predicción

A medida que el costo de la predicción continúe bajando, lo usaremos más para los problemas de predicción tradicionales, como la administración de inventario, porque podemos predecir más rápido, más barato y mejor. Al mismo tiempo, comenzaremos a usar la predicción para resolver problemas que históricamente no hemos considerado como problemas de predicción.

Por ejemplo, nunca pensamos en la conducción autónoma como un problema de predicción. Tradicionalmente, los ingenieros programaban un vehículo autónomo para moverse en un entorno controlado, como una fábrica o un almacén, diciéndole qué hacer en ciertas situaciones, si un humano camina delante del vehículo (luego se detiene) o si un estante está vacío (luego pasar al siguiente estante). Pero nunca podríamos poner esos vehículos en una calle de la ciudad porque hay demasiados “si”, si está oscuro, si está lloviendo, si un niño corre a la calle, si un vehículo que se aproxima tiene su luz intermitente encendida. No importa cuántas líneas de código escribamos, no podríamos cubrir todos los posibles “si”.

Hoy podemos replantear la conducción autónoma como un problema de predicción. Entonces, una IA simplemente necesita predecir la respuesta a una pregunta: ¿Qué haría un buen conductor humano? Hay un conjunto limitado de acciones que podemos tomar al conducir (“thens”). Podemos girar a la derecha o a la izquierda, frenar o acelerar, eso es todo. Entonces, para enseñar a una IA a conducir, ponemos a un humano en un vehículo y le decimos que maneje mientras la IA está figurativamente sentada junto al humano observando.  La IA toma los datos de entrada a medida que entran a través de sus “ojos” y mira al humano y trata de predecir, “¿Qué hará el humano a continuación?”

La IA comete muchos errores al principio. Pero aprende de sus errores y actualiza su modelo cada vez que predice incorrectamente una acción que el humano tomará. Sus predicciones comienzan a mejorar cada vez más hasta que se vuelve tan bueno en la predicción de lo que haría un humano que ya no necesitamos que el humano lo haga. La IA puede realizar la acción misma.

La creciente importancia de los datos, el juicio y la acción

Como en el caso de la aritmética, cuando el precio de la predicción cae, el valor de sus sustitutos disminuirá y el valor de sus complementos aumentará. El principal sustituto para la predicción de la máquina es la predicción humana. Como seres humanos, hacemos todo tipo de predicciones en nuestro negocio y en nuestra vida diaria. Sin embargo, somos pensadores bastante ruidosos y tenemos todo tipo de sesgos cognitivos bien documentados, por lo que somos bastante malos en la predicción. La IA se convertirá en un predictor mucho mejor que los humanos, y a medida que la calidad de la predicción de la IA aumenta, el valor de la predicción humana disminuirá.

Pero, al mismo tiempo, el valor de los complementos de predicción aumentará. El complemento que más se ha cubierto en la prensa son los datos, y las personas usan frases como “los datos son el nuevo petróleo”. Eso es absolutamente cierto: los datos son un complemento importante para la predicción, por lo que si el costo de la predicción disminuye, el valor de los datos de la empresa aumentan.

Pero hay otros complementos a la predicción que se han discutido con mucha menos frecuencia. Uno es el juicio humano. Utilizamos tanto la predicción como el juicio para tomar decisiones. En realidad, nunca antes hemos desagregado esos aspectos de la toma de decisiones; por lo general, consideramos la toma de decisiones humanas como un solo paso. Ahora estamos desagregando la toma de decisiones. La máquina está haciendo la predicción, lo que hace que el papel distintivo del juicio en la toma de decisiones sea más claro. Por lo tanto, a medida que el valor de la predicción humana disminuye, el valor del juicio humano aumenta porque la IA no hace juicios, solo puede hacer predicciones y luego entregarlas a un humano para que use su juicio y determine qué hacer con ellas.

Otro complemento a la predicción es la acción. Las predicciones son valiosas solo en el contexto de alguna acción a la que llevan.

Un experimento mental para el mejor equipo

Un enfoque para identificar maneras de utilizar la IA en los negocios es revisar los flujos de trabajo organizacionales, los procesos de conversión de entradas en salidas, y desglosarlos en tareas. Luego, busque las tareas que tienen un componente de predicción significativo que se beneficiaría de una máquina de predicción. A continuación, determine el retorno de la inversión para construir una máquina de predicción para realizar cada tarea, y simplemente clasifique esas tareas en orden de arriba a abajo.

Muchas de las IA creadas a partir de este ejercicio serán herramientas de mejora de la eficiencia que le darán a la empresa cierto impulso, posiblemente un aumento del 1 a 10 por ciento en el EBITDA o alguna otra medida de la productividad.

Sin embargo, para anticipar qué herramientas de IA irán más allá de aumentar la eficiencia y, en cambio, conducirán a la transformación, empleamos un ejercicio llamado “ciencia ficción”. Tomamos cada herramienta de la IA e imaginamos que es una perilla de volumen de radio, y al girar la perilla, más bien en lugar de subir el volumen, está aumentando la precisión de predicción de la IA.

Para ver cómo funciona esto, imagine aplicar el ejercicio al motor de recomendaciones de Amazon. Hemos encontrado que su herramienta tiene una precisión de alrededor del 5 por ciento, lo que significa que de cada 20 cosas que recomienda, compramos una de ellas y no la otra 19. Esa precisión suena mal, pero cuando se considera que la herramienta extrae 20 artículos del catálogo de millones de artículos de Amazon y de esos 20 compramos uno, no es tan malo.

Al hacer solo una cosa, al girar el botón de precisión de predicción, el cambio realizado por IA va de uno que es incremental (que ofrece recomendaciones en el sitio web) a uno que es transformador: todo el modelo de negocio cambia de compras y luego se envía a envío y luego compras.

Cinco imperativos para aprovechar el poder de la predicción de bajo costo

Hay varias cosas que los líderes pueden hacer para posicionar a sus organizaciones para maximizar los beneficios de las máquinas de predicción.

1. Desarrollar una tesis a tiempo para el impacto de la IA

La pregunta más importante que los ejecutivos de cada industria deben formularse es: ¿Qué tan rápido creo que girará el mando para una aplicación de IA particularmente valiosa en mi sector? Si cree que tomará 20 años para convertir esa perilla en el punto de transformación, entonces hará un conjunto de inversiones muy diferente hoy que si cree que tomará tres años.

Mirar las inversiones que varias compañías ya están haciendo puede darle una idea de su tesis sobre qué tan pronto la perilla llegará al punto de transformación.

2. Reconocer que el progreso de la IA probablemente será exponencial

A medida que los ejecutivos desarrollan su tesis sobre el tiempo, es importante reconocer que el progreso en la IA en muchos casos será exponencial en lugar de lineal. Ya el progreso en una amplia gama de aplicaciones (por ejemplo, visión, lenguaje natural, control de movimiento) en los últimos 12 meses fue más rápido que en los 12 meses anteriores. El nivel de inversión está aumentando rápidamente. El costo de los sensores ajustado a la calidad está cayendo de manera exponencial. Y la cantidad de datos que se generan está aumentando exponencialmente.

3. Confiar en las máquinas

En la mayoría de los casos, cuando las IA están diseñadas y desplegadas adecuadamente, son mejores predictores que los humanos. Y, sin embargo, a menudo todavía somos reacios a entregar las riendas de la predicción a las máquinas.

4. Saber lo que quiere predecir

Las organizaciones que se beneficiarán más de la IA serán las que puedan especificar sus objetivos de manera más clara y precisa. Veremos que muchas de las declaraciones de misión difusas se vuelven mucho más claras. Las empresas que más pueden mejorar sus visiones obtendrán los mayores beneficios de la inteligencia artificial. Debido a los métodos utilizados para entrenar a las IA, la efectividad de la IA está directamente relacionada con la claridad de la especificación del objetivo.

5. Gestionar el bucle de aprendizaje.

Lo que hace a la IA tan poderosa es su habilidad para aprender. Normalmente, pensamos que el trabajo es ser aprendices y que el capital es fijo. Ahora, con la IA, tenemos capital que aprende. Las empresas deben asegurarse de que la información fluya hacia las decisiones, siguen las decisiones hacia un resultado, y luego aprenden del resultado y devuelven ese aprendizaje al sistema. Gestionar el ciclo de aprendizaje será más valioso que nunca. Lampadia

Ajay Agrawal es profesor de gestión empresarial y estratégica en la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto.




La revolución que el SIS necesita

La revolución que el SIS necesita

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Acabada la guerra con el Congreso por conseguir la aprobación de las reformas institucionales, que le permitió elevar su popularidad, el presidente Vizcarra deberá conducir ahora otras cruzadas, pero esta vez para resolver los problemas de la población, si quiere mantener indefinidamente los altos niveles de aprobación que ha conseguido. Y uno de esos problemas es la atención de la salud. En el siguiente gráfico, por ejemplo, vemos que el porcentaje de la población que considera que el gobierno viene manejando bien o muy bien los servicios de salud en postas y hospitales, ha bajado de 12% en junio del 2017 a 9% en setiembre del 2018. Es decir, la gente percibe que los servicios de salud, lejos de mejorar, se vienen deteriorando.

Los extraordinarios resultados de Lima Este

Lo increíble es que el gobierno tuvo a la mano y empezó a aplicar el instrumento para mejorar radicalmente los servicios de salud, pero incomprensiblemente se deshizo de él. Y el piloto de ese instrumento ya se había probado el 2006. Es lo que descubrimos asistiendo al Congreso Peruano de Administración de Salud, llevado a cabo en el colegio médico, donde el 20 de julio el Dr. Moisés Rosas Febres hizo una presentación titulada: “Reforma de Financiamiento vs Reforma de Pago”. Allí el doctor Rosas explicó el piloto que el SIS ejecutó el año 2006 en la Dirección de Salud (DISA) Lima Este, con resultados extraordinarios. Esta región estaba conformada por un hospital nacional (Hipólito Unanue), 4 hospitales de menor jerarquía y 99 centros y puestos de salud. Y atendía a alrededor a de 400 mil beneficiarios directos (afiliados al SIS), y 1.6 millones de personas viviendo en Lima Este como beneficiarios indirectos.

Como sabemos, los problemas de nuestro sistema de salud se expresan en que:

  • No hay los medicamentos que debería haber
  • Muchos pacientes del SIS deben pagar por medicinas y exámenes
  • No hay cupos para atención en los hospitales porque el primer nivel de atención no funciona

Pues bien, la intervención que se hizo en la región Lima Este mejoró todos estos problemas el año 2006. Como se pudo apreciar en los gráficos mostrados, el porcentaje de pacientes a los que se les cobró por la atención, medicamentos, exámenes de laboratorio y/o imágenes, o no se les entregó todos esos servicios de manera completa, disminuyó dramáticamente en sólo 60 días. También disminuyó abruptamente el no cumplimiento de guías o protocolos de atención, así como el número de historias clínicas que no tuvieran todos los actos médicos registrados de acuerdo a las normas del MINSA.

La realidad hasta ese momento en la DISA Lima Este era que casi el 40% de los pacientes que se atendían por el SIS tenían que pagar por los exámenes, imágenes y medicamentos recetados, o estos sencillamente no existían en los establecimientos, y por lo tanto tenían que comprarse fuera. Gracias a la reforma implementada ese déficit se redujo casi a cero. La atención plena y gratuita mejoró sustancialmente. Esto está documentado en el sistema de auditoría de SIS de entonces.

Este resultado, realmente espectacular, quedó confirmado por la encuesta ENAHO del INEI: comparando con el año previo, el porcentaje de atendidos por el SIS que declararon que les dieron sus medicamentos completamente gratis durante la experiencia subió 44% (de 29% a 73%) en Lima Este, mientras que en el resto de Lima y Callao solo subió 4% (de 54% a 58%).

No solo eso. También mejoró el problema estructural de falta de cupos para atención en los hospitales. El primer nivel de atención empezó a funcionar. De hecho, la ENAHO confirmó que el porcentaje de pacientes que declaró que los servicios de salud en Lima Este le habían resuelto el problema por el que acudió a dichos servicios aumentó 23% (de 53% a 76%), mientras que en el resto de Lima y Callao disminuyó 10% (de 78% a 68%).

Y además, resulta que esa mejora absoluta en la calidad del servicio de salud se hizo con menos recursos presupuestarios que los que se hubiesen usado si se seguía con la metodología tradicional, liberando 30% del presupuesto anual del SIS destinado a la DISA Lima Este para que pueda ser reinvertido en la propia DISA. De modo que, con este nuevo modelo de gestión del SIS, se lograba mucho mejores resultados a menor costo. Más no se puede pedir.

Lamentablemente esta experiencia no se pudo continuar en los años siguientes porque la denuncia de corrupción en la adquisición de raciones por el SIS luego del terremoto de Pisco, generó un quiebre en la gestión, de modo que se regresó a las prácticas anteriores.

El secreto: cambio en la forma de pago y administración de riesgos

¿Cuál fue el secreto de este nuevo modelo de gestión del SIS? Hubo varios cambios, pero acaso el principal fue el que se produjo en la manera en que el SIS pagaba a los establecimientos de la DISA Lima Este, que modificó radicalmente el sistema de incentivos.

El SIS pagaba –y sigue pagando- por atenciones médicas, no por resultados. Lo que eso fomenta, por supuesto, es que se multiplique el número de atenciones, encareciendo el presupuesto y muchas veces sin que se le resuelva al paciente su problema de salud, y que además estas atenciones se concentren en los hospitales. 

Lo que hace el SIS es devolver la plata por todo lo que se gasta en medicamentos, insumos, análisis, imágenes, etc. Esto, naturalmente, fomenta el gasto. Y, además, de una manera perversa, porque no es solo que pague, digamos, por una operación quirúrgica, sino por todo lo que los médicos digan que gastaron en esa operación. Por supuesto, aumentará la cantidad de insumos usados a placer, y por eso es que el presupuesto del SIS nunca alcanza hasta final de año. Como me decía un experto: “Si uno compra una mesa, no hay forma que te engañen, pero si uno le dice al carpintero que le pagará lo que gaste, él dirá que le puso mil clavos a la mesa y habrá que pagarlos”. Entonces, cuanto más desagregado es el gasto que hay que devolver y más fragmentada la atención, más dispendio y fraude habrá y más difícil controlar insumos y calidad.

La experiencia del 2006 cambió radicalmente el modo de pago. Ya no se pagaba por atenciones ni por insumos, etc., sino por resultados. La consecuencia inmediata de no pagar por atenciones, es que desaparece el incentivo a inflar el número de atenciones, análisis, exámenes e insumos de todo tipo. El nuevo modelo de pago contemplaba el pago de una cantidad determinada para reposición de insumos (cuyo costo bajaba) y un pago adicional por gestión si es que se cumplía con los siguientes objetivos:

  • Que no se le cobrara al paciente
  • Que se entregaran todos los medicamentos e insumos
  • Que se resuelva la enfermedad por la que consultó
  • Que no se tercericen los servicios si se puede evitar hacerlo
  • Dar mantenimiento a los equipos
  • Trabajo coordinado y complementario entre los niveles de atención

La idea era que si el porcentaje de pacientes al que no se le cobra nada, al que se le entrega todos los medicamentos, al que se le resuelve la enfermedad por la que acudió, etc., desciende por debajo de un cierto nivel, previamente acordado, pues se le entrega una cantidad a la red o a la región por el cumplimiento de esa meta. Lo que se produce entonces es un alineamiento de los actores en la dirección de adquirir más medicamentos a mejor precio y no venderlos por lo bajo, así como resolver el problema del paciente en lugar de ordenarle múltiples atenciones. También a no tercerizar sino solo lo indispensable y a dar mantenimiento a los equipos.

Con el nuevo modelo de pago, al hospital ya no le conviene concentrar todas las atenciones –porque no percibirá más por eso- sino desconcentrarlas a los centros y postas, fortaleciéndolos, porque al final, al gastar menos como hospital, le quedará más dinero para adquisiciones de equipos, por ejemplo. Se produce así una redistribución de la carga hacia los niveles básicos de atención, de modo que desaparece la congestión para los turnos en las operaciones quirúrgicas y en la atención ambulatoria en el hospital, ya que mejora la prevención.

Verificación

¿Cómo se verifica el cumplimiento de esos indicadores? Pues con auditorías muestrales directas a la historia clínica, a diferencia de las auditorías actuales que no son muestrales y que demandan mucho gasto de las entidades prestadoras para subsanar miles de observaciones relativas a supuestas fallas en los llamados “formatos de atención”, donde se suele copiar defectuosamente lo que el médico ha prescrito y lo que ha recibido el paciente.

Normas anti corruptelas

Además, se implementan normas y mecanismos para reducir el costo de reposición de medicamentos, insumos y equipos. Para comenzar, se diseñaron mecanismos para atar el inventario de medicamentos e insumos al número de ítems reportados en los formatos de atención de cada paciente. Es decir, se establece un control informático del uso del inventario en función de las recetas de los médicos.

Porque lo que ocurre en los hospitales es que de pronto medicamentos caros empiezan a desaparecer y aparecen en farmacias cercanas. Una de las razones por las que ocurre esto es que muchos hospitales compran esos medicamentos caros al menudeo, pagando, de paso, mucho más por ellos. Allí ya puede haber arreglos. Pero desaparecen. Terminan en farmacias cercanas. La solución que el modelo ha planteado para esto es obligar al hospital a comprar para todo el año cualquier medicamento que el año anterior se haya comprado. Así, el SIS paga por adelantado para compra medicamentos todo el año. Esto abarata considerablemente las compras. Hay que tener en cuenta que el sector como tal realiza compras corporativas de 400 ítems, pero el SIS paga 26,000 ítems, comprados por los hospitales. 

Pero la razón principal por la que los medicamentos pagados por el SIS terminan en las farmacias vecinas, es que cualquier vecino, asegurado o no, puede ir a comprar medicamentos en un establecimiento público, con receta. Entonces lo que ocurre es que se genera gran cantidad de recetas falsas, y mediante compras hormiga, pacientes o supuestos pacientes sacan los medicamentos, sobre todo los caros. Y después los venden a las farmacias.

Una solución propuesta es dar una ley que establezca que los medicamentos que se venden en los establecimientos de Salud son solo para pacientes del SIS, y que, si se quiere mantener una venta subsidiada al público en general, esta se haga, por ejemplo, en farmacias municipales.

Otra corruptela es la que se da en el pago a los proveedores. Cuando el 2017 el SIS pagó la deuda a los hospitales, esto no se expresó en un pago inmediato por parte de los hospitales a los proveedores privados. Había una cola de facturas por pagar, situación que podía prestarse para que algunos quizá cobraran algún porcentaje de la factura al proveedor para pagarle antes que a otros.  Lo que intentó hacer el SIS el 2017 fue dar una norma según la cual con dinero del SIS solo se podía pagar en orden de ingreso. Pues esa norma no llegó a salir. Los intereses corruptos lo impidieron.  

En cuanto al mantenimiento de equipos, los contratos adquisición deben venir con un paquete de mantenimiento. Además, en el convenio que firma el SIS con la unidad prestadora (una región) debe colocarse una cláusula que establezca que, si el equipo sufre un desperfecto o queda inutilizado, y el establecimiento no cumplió el protocolo de mantenimiento, entonces sufre una penalidad económica. Y ante una penalidad económica, la intervención de control interno es inevitable para identificar y sancionar a los responsables de hacerle causado una pérdida de ingresos a la entidad. 

Por supuesto, todas estas normas generan resistencias en las redes que viven de estas corruptelas. Por eso es que, hasta ahora, no se aplican.

Conclusión

La verdadera reforma de la Salud, entonces, comienza por poner en marcha una reingeniería del SIS como la que se aplicó el 2006 y como la que empezó a ejecutarse el 2017, que lamentablemente abortó. Si se hiciera, habríamos hecho una revolución. Los pacientes serían atendidos, se les resolvería el problema por el cual acudieron al establecimiento de salud, y recibirían sus atenciones y medicamentos de manera gratuita. Habríamos dado un salto histórico. Lampadia




Implicancias sobre la revolución de los autos eléctricos

Algo más de 100 años después de la revolución del automóvil, liderada por Henry Ford, quien transformó el transporte, hoy se desenvuelve una nueva revolución en el sector: la de los automóviles eléctricos y la de los vehículos sin conductor. En esta ocasión veremos el primer caso.

Así como la revolución de Ford se expresa con la célebre cita “si le hubiera preguntado a la gente qué necesitaban, me hubieran pedido caballos más rápidos”, la nueva revolución se ha disparado de la mano de los innovadores, las empresas de tecnología como Tesla, que han tenido un desarrollo sorprendente. Hoy, muchas de las empresas automovilísticas ya se han embarcado en una carrera por desarrollar vehículos eléctricos que prometen ser ‘cero emisiones’.

Pero es importante recalcar que el sector automovilístico todavía atraviesa el catastrófico escándalo de Volkswagen, en el que los vehículos fueron diseñados para engañar a las pruebas de emisiones, arrojando niveles de emisiones peligrosamente altas, las cuales contribuyen a una mayor contaminación, humo y problemas respiratorios. (Ver en Lampadia: Las sucias mentiras de VW exigen un escarmiento ejemplar). Increíblemente, lo mismo sucedió luego con Mitsubishi en Japón.

Sin embargo, los autos eléctricos pueden ser el comienzo de una revolución en la industria de los automóviles. Su éxito puede llegar a ser el punto de inflexión en el mercado, cambiando los criterios para la adquisición de automóviles. Ver en Lampadia: Tesla innova en el mundo del automóvil.

Según un análisis de McKinsey Global Institute, que recogemos líneas abajo, “La demanda de vehículos eléctricos (VE) va a cambiar. Mientras que los EV representaron solo alrededor del 1 % de las ventas anuales mundiales de vehículos en 2016 y solo 0.2 % de los vehículos usados en las carreteras, para el 2030 las ventas globales de los EV podrían subir a casi 20 % anual.” Esto trae 3 implicancias, muy importantes sobre la demanda de los recursos:

  1. La adopción de EV no afectará en gran medida el petróleo, pero sí significativamente la demanda de gas natural. Más EVs significa que se tendrá que producir más electricidad. Si bien el carbón será parte de la ecuación, se espera que aproximadamente el 80 % del crecimiento previsto en la demanda de electricidad de EEUU se cubra con gas natural.
  2. Se tendrán que aumentar significativamente los puntos de recarga para abastecer los millones de vehículos eléctricos en todo el mundo, lo cual tendrá implicancias en la disponibilidad de terrenos para las estaciones.
  3. Si las ventas de vehículos eléctricos van a cumplir con los niveles previstos, la capacidad de fabricación de la baterías también tendrá que aumentar hasta triplicarse en 2020, estresando la producción de cobalto y litio.

Queda claro que el futuro de la industria del automóvil tiene por delante muchos desafíos, pero también de ofrecer muchas nuevas oportunidades. Lampadia

Tres sorprendentes implicancias para los recursos por el aumento de los vehículos eléctricos

Russell Hensley, Stefan Knupfer y Dickon Pinner
McKinsey Global Institute
Mayo de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Es posible que las consecuencias económicas para la energía, las materias primas y la tierra no sean las esperadas.

La demanda de vehículos eléctricos (VE) va a cambiar. Mientras que los EV representaron solo alrededor del 1 % de las ventas anuales mundiales de vehículos en 2016 y solo 0.2 % de los vehículos en la carretera, McKinsey estima que para el 2030 las ventas globales de los EV (incluyendo vehículos eléctricos con batería e híbridos) podrían subir a casi 20 % anual (y casi al 35 % de las ventas en Europa). Estas tasas podrían aumentar incluso más rápido en escenarios agresivos. La demografía está demostrando ser el destino. Encuestas recientes sugieren que el 30 % de las personas que compran automóviles y casi el 50 % de los de la generación de millennials considerarán comprar un EV como su próximo automóvil en lugar de uno impulsado por un motor de combustión interna tradicional (ICE).

El aumento de la adopción de EV afectará a más y a diferentes recursos naturales, así como a múltiples industrias, diferentes geografías y niveles de emisiones de carbono. De hecho, las preocupaciones ecológicas figuran en la mayoría de las decisiones de los consumidores para comprar un EV. Querer ayudar al medio ambiente fue la razón número uno (por un margen sustancial) de que los compradores estadounidenses eligieran un EV en una encuesta CarMax 2017. Un estudio realizado por AAA ese mismo año también descubrió que las inquietudes ambientales son la principal consideración de los compradores de vehículos eléctricos: una asombrosa tasa de 87%. Sin embargo, nuestra investigación revela que varias suposiciones comunes sobre los EV y los recursos de la Tierra están fuera de lugar. Y en algunos casos, la sabiduría común es casi completamente errónea.

Combustibles fósiles: EVs no deletrean el pico del consumo de petróleo

Comencemos con el petróleo crudo. Más vehículos eléctricos reducirán drásticamente la demanda de petróleo, en realidad, no. Se espera que tener más vehículos eléctricos e híbridos en la carretera reduzca la demanda de petróleo solo modestamente en los próximos 10 a 15 años. En la medida en que exista una presión a la baja sobre la demanda de petróleo, se deberá en gran parte a las mejoras en la eficiencia de ICE y a que los vehículos sean más livianos. Esas eficiencias ya han aumentado en aproximadamente un 2 % anual desde 2005 (aumentando las millas por galón para un vehículo ICE promedio en los Estados Unidos de 26 en 2005 a 32 en la actualidad). Anticipamos que continuarán aumentando en más del 2.5 % anual hasta el 2025.

Sin embargo, incluso a medida que los vehículos propulsados ​​por combustión interna se vuelven más eficientes y menos predominantes, la demanda mundial de petróleo crudo seguirá creciendo, mientras que los vehículos eléctricos experimentarán un aumento significativo como proporción de vehículos en la carretera. El aumento de la demanda de petróleo provendrá de una variedad de fuentes, incluidas industrias como la química y la aviación; regiones en crecimiento, especialmente China y otros mercados emergentes; y la venta de más automóviles a nivel mundial, incluidos más automóviles con motor ICE, y por lo tanto más millas recorridas por vehículos en todo el mundo.

Sin embargo, la adopción de EV afectará significativamente la demanda de un combustible fósil diferente: el gas natural. Más EVs significa que se tendrá que producir más electricidad. Si bien el carbón será parte de la ecuación, se espera que aproximadamente el 80 % del crecimiento previsto en la demanda de electricidad de EEUU se cubra con gas natural. Si la mitad de los automóviles en las carreteras estadounidenses fueran vehículos eléctricos, se esperaría que la demanda diaria de gas natural en Estados Unidos aumente en más del 20 %.

Terrenos: ¿un ajuste inesperado?

Actualmente hay más de 400,000 puntos de recarga públicos que soportan los más de tres millones de vehículos eléctricos en uso en todo el mundo. Este número tendrá que aumentar significativamente para cumplir con la previsión global de aumentos de adopción de EV para 2030. Simplemente reemplazar las estaciones de servicio con puntos de carga o agregar más puntos de carga que tengan el tamaño de las estaciones de servicio no será suficiente para atender el número esperado de vehículos eléctricos. Tomará múltiples estaciones de carga de 120 kilovatios con ocho salidas para dispensar una cantidad similar de alcance por hora que la gasolinera de tamaño estándar de hoy.

La posibilidad de un déficit de terrenos será mucho mayor en Europa y China que en los Estados Unidos. Solo el 40 % de los propietarios europeos de VE y el 30 % de los vehículos eléctricos tienen acceso a estacionamiento privado y a la carga en pared, en comparación con el 75 % de los propietarios de vehículos eléctricos de EEUU. Además, el desafío no es simplemente una cuestión de dónde enchufar o encender; la generación y la distribución también son factores. Las instalaciones eléctricas de hoy en día pueden acomodar el aumento significativo en el número de vehículos eléctricos en el futuro, siempre que los vehículos estén cargados al máximo. Sin embargo, una carga más rápida durante la demanda máxima tendrá un impacto. De hecho, la demanda pico de un solo EV que usa un cargador rápido de alta gama es 80 veces mayor que la demanda máxima esperada de un hogar típico.

Es probable que estas limitaciones potenciales deban abordarse a través de una variedad de enfoques, desde la innovación hasta mandatos de arriba abajo. China ha establecido un objetivo de 4.8 millones de estaciones de carga para 2020; McKinsey espera que el registro gubernamental del país y la implementación obligatoria aseguren que el país cumpla su objetivo. El financiamiento fuera de China, sin embargo, será más desafiante. Los servicios públicos de California, por ejemplo, buscan aumentar las inversiones financiadas con fondos públicos, con rendimientos regulados.

Minerales y metales: entre la espada y la pared

No es sorprendente que más vehículos eléctricos en el camino se traduzcan en una mayor presión sobre los precios de sus componentes. El costo de un EV se puede dividir en gran parte en el costo de su batería (40 a 50 %), tren de potencia eléctrica (alrededor del 20 %) y otros elementos del vehículo en sí (30 a 40 %). De estos, los costos de la batería serán los más importantes a mediano plazo.

Actualmente, los costos de la batería son de aproximadamente $ 200 a $ 225 por kilovatio hora. Estimamos que se requerirá un costo de batería de $ 100 por kilovatio hora para lograr la paridad de costo con vehículos ICE para la mayoría de los vehículos del segmento C y D4 y $ 75 por kilovatio hora para los más grandes, a menos que se continúen los subsidios del gobierno, una proposición poco probable, dado que los subsidios en todo el mundo ya están siendo eliminados. Si las ventas de vehículos eléctricos van a cumplir con los niveles previstos, la capacidad de fabricación de la batería también tendrá que aumentar, según nuestros análisis, hasta triplicarse en 2020. Las mejoras tecnológicas también deben continuar a buen ritmo.

Las mayores ventas de VE ayudarán a reducir los costos de la batería, y los principales fabricantes de baterías competirán para ampliar la capacidad. Al mismo tiempo, el crecimiento de VE ejercerá presión sobre los costos de las baterías, incluidos el cobalto y el litio, para los cuales la demanda aumentará drásticamente. Esa dinámica ya comenzó a desarrollarse; los costos del cobalto y el litio se han más que duplicado desde 2015, un efecto que ha resultado en un aumento neto en los costos de producción de VE durante ese tiempo.

¿La disponibilidad de estos materiales limitará una mayor penetración de VE? Optimistamente, no. Incluso con el aumento previsto en los costos de los insumos, las baterías aún pueden acercarse lo suficiente al umbral de $ 75 a $ 100 por kilowatt necesario para acercarse a la paridad de precios de ICE. Si bien existen preocupaciones tales como un “acantilado de cobalto” y las implicaciones de la demanda podrían presentar un acelerador de velocidad temporal, las restricciones e incertidumbres deberían ser manejables. El cambio a otros químicos aptos para las baterías puede mitigar los riesgos de escasez. También será necesario extraer más materias primas, lo que, estimamos, requerirá inversiones de $ 100 mil millones a $ 150 mil millones. Además, las duras realidades de la minería seguirán siendo válidas, incluidos los plazos de ejecución de varios años y las preocupaciones ecológicas y sociales en regiones de África y Sudamérica donde se encuentran gran parte de estas materias primas. Incluso como una solución verde, en otras palabras, los vehículos eléctricos tendrán costos y beneficios para la sociedad, nuestro medio ambiente y los recursos que consumimos. Lampadia




El Estudiante Desconocido

El Estudiante Desconocido

Ante la ligereza de los medios tradicionales para movilizar a la opinión pública en la denominación del Hombre del Año en el Perú, hemos decidido terciar y hacer nuestra propia nominación.

Hombre del Año en el Perú:

El Estudiante Desconocido

Aquél niño o niña, o joven, que estudia en nuestras escuelas públicas, maltratado por la huelga magisterial, sujeto pasivo del corte de estudios, que terminó siendo rehén de los movimientos políticos orientados a tomar el control de la representación sindical del magisterio, e ignorado como objetivo central de la educación.

Fuente: pastoralsj.org

Como sabemos, la educación escolar en el Perú es una de las peores del mundo. No solo en términos de los niveles de educación aún prevalecientes hoy en el planeta; sino, peor aún, en términos de la transformación de la educación con la ‘cuarta revolución industrial’, que transita, con las nuevas tecnologías, hacia una educación muy rica, que empodera a cada niño según su potencial. Una educación ‘UNO a UNO’, que capacita al alumno a ser parte de un mundo de aprendizaje continuo.

En agosto pasado publicamos en Lampadia: El ‘putsch’ de los maestros (de la política) – SUTEP: Llegó el momento de decir ‘BASTA’, en el que decíamos:

Hace 20 días publicamos en Lampadia ‘Putsch’ del Movadef (Sendero) en Cusco, afirmando: ante la debilidad mostrada por el gobierno para contrarrestar los levantamientos socio-políticos, los sindicatos y federaciones están llevando adelante una suerte de ‘putsch’ táctico para mejorar sus posiciones estratégicas.

Lamentablemente, el gobierno solo avanza para afirmar su debilidad. Sin el diagnóstico correcto, sin visión y sin capacidad política, la semana pasada claudicó y aceptó adelantar los aumentos ofrecidos al magisterio, sin la contraparte de un compromiso por la educación de parte de los maestros y anunciaron el reinicio de clases para hoy lunes. Sin embargo, las dirigencias del magisterio ya adelantaron que “la huelga continua”. Efectivamente, hoy lunes no se reiniciaron las clases.

El gobierno anunció que los que no trabajen desde hoy, 7 de agosto, por tres días consecutivos, se les descontará. En otras palabras, les están perdonando los días no trabajados desde el inicio de la huelga. Además, no se conoce de arrestos, ni de una sólida acción de defensa del orden interno. A los maestros huelguistas y a los demás gremios en estado de protesta se les ha dado ‘licencia’ para hacer lo que quieran. Un verdadero papelón.

Nosotros estamos convencidos que este es el momento de optar por una verdadera transformación de la educación en el Perú. No podemos seguir con:

  • Un Ministerio centralizador, ideologizado, regimentador, uniformizador y anti educación privada
  • Un Magisterio capturado por la política de la lucha de clases e ideologías extremistas
  • Unos Padres de Familia ausentes
  • Unos Directores de colegios sin poder de decisión
  • Una Sociedad desinformada y desentendida, que no prioriza una verdadera revolución educativa

Una de las primeras exigencias de cambio es la del compromiso que debemos establecer con el magisterio. Darles las mejores condiciones de trabajo y de vida, a cambio de su dedicación exclusiva a la gesta educativa:

Este compromiso de base del magisterio, que ya no necesita una militancia sindical reivindicativa, debe ser la base del ‘Pacto Social por la Educación’ (PASE). Pero este pacto tiene que ser producto de un debate nacional serio, en el cual podamos sopesar los retos, oportunidades, riesgos y recursos que debemos destinar a la educación.

La propuesta del PASE de Lampadia, puede servir de base para el debate, como se propuso en CADE 2017:

El sujeto, el centro, el único objetivo de la educación, es el estudiante. Hoy con las tecnologías del mundo exponencial podemos dar educación individualizada y accesible a todos nuestros niños y jóvenes. Pero tenemos que reconocer que el Perú tiene limitaciones estructurales de recursos para la educación, pues hasta ahora no hemos podido crear una sociedad más rica.

Esta limitación debiera ser razón suficiente para que nuestros gobiernos busquen el apoyo del sector privado para complementar el esfuerzo educativo. Pero, increíblemente, desde el Estado se ha venido combatiendo el aporte del sector privado; a veces simplemente desconociendo su aporte equivalente a más del 3% del PBI, otras veces mintiendo sobre su calidad relativa.

En lugar de sumar esfuerzos y potenciar ambos aportes educativos, se estableció un ambiente de desconfianza mutua y hasta de intrigas y agravios. Cuando nos preguntamos cómo se puede llegar a atentar contra el objetivo de educar, solo encontramos una explicación en la politización e ideologización de varios estamentos del Estado.

En esa dirección es alarmante que en los últimos años se hayan multiplicado, fuera de toda proporción, las consultorías de gente vinculada a la PUCP, una universidad muy ideologizada, y que el personal del ministerio se haya multiplicado hasta en ocho veces desde el inicio del gobierno del nacionalismo.

Mientras la ideología siga siendo el hilo conductor de nuestros gobiernos, o de ciertos estamentos del Estado, el Perú jamás podrá aspirar a alcanzar los niveles de desarrollo de países que hoy nos deslumbran con sus logros económico, sociales e institucionales.

Si tuviéramos una incapacidad estructural para lograr el pleno desarrollo, tendríamos que resignarnos; pero nuestro país tiene todo lo necesario para apuntar a ser un país de éxito. El problema es que nos tropezamos con nuestra propia cola, y no logramos salir de la trampa ideológica abandonada por todos los países más ricos que nosotros.

El ejemplo del agua ayuda a entender como la ideología malogra la educación. Resulta que para los políticos, en los servicios de agua y desagüe, es más importante quién provee el servicio, el sector público o el privado, que el acceso y la calidad del mismo.  Al igual que en educación, el sindicato de Sedapal, controlado por todo tipo de mafias, le arrancó al candidato PPK el compromiso de no cambiar el statu quo; siendo el tema del agua, uno de los ‘pet projects’ del presidente.

Nominar al ‘Estudiante Desconocido’, como el Hombre del Año 2017 en el Perú, debe ser un punto de quiebre en nuestro enfoque sobre la educación en el país:el estudiante es el objetivo número uno, dos y tres de la educación. Lampadia




Reflexiones sobre la educación para el futuro

Reflexiones sobre la educación para el futuro

Meditemos, debatamos y diseñemos un ‘Pacto Social por la Educación’

Pablo Bustamante Pardo
1 de diciembre, 2017
Ex presidente de IPAE
Director de
Lampadia

En las siguientes líneas comparto mi presentación sobre la educación en el Perú:

Educación, un tema que hemos hablado tantas veces, miles de diagnósticos, hemos dado la vuelta a la tierra varias veces hablando de educación y nunca hemos podido concretar una acción positiva de cambio. No voy a hacer un diagnóstico, tampoco quiero proponer cosas específicas. De lo que se trata es de que miremos las cosas un poco diferentes y que podamos inspirarnos para ir hacia la acción. Otra deficiencia que nos ha hecho mucho daño en educación es que cuando aparece un ministro que habla bien y que parece conocer el tema, pasa también en otros sectores, inmediatamente nos desentendemos del mismo y pensamos que él va a arreglarlo, lo delegamos, una gran irresponsabilidad, el tema de la educación, y muchos de los temas que aquejan a nuestro país, son responsabilidad de todos nosotros, no podemos delegarlos, no podemos dejar que alguien los resuelva por nosotros.

Para ir hacia estas ideas, quiero recorrer rápidamente qué ha pasado con la educación.

En un principio se trasmitía de padre a hijo, de maestro a alumno, uno a uno, una riquísima forma de trasmitir los conocimientos de generación en generación.

En la ilustración se procuró la universalización, pero fue inevitablemente elitista, no se pudo lograr.

Pero la Segunda Revolución Industrial, hace algo más de 100 años, trajo en el mundo un cambio dramático hacia la masificación y la estandarización que permitió el acceso a bienes y servicios de millones de personas en el mundo.

Esto por supuesto se llevó a la educación, la educación escolar se masificó y se estandarizó.

Eso por supuesto también lo adoptamos en el Perú, hicimos las Grandes Unidades Escolares bajo el mismo concepto.

Pero esto terminó siendo disfuncional porque cada niño es un universo, cada niño tiene su propia inteligencia, su potencial, y una educación masiva, estandarizada, que es lo que nos permitía la tecnología de entonces, no era pues la que necesitamos para crear en nuestros niños su potencial, sus vidas plenas, evitar estos fracasos de tantos niños, acusados por el sistema de malos alumnos, el rebote hacia los profesores y, en fin, todo este tema.

Increíblemente lo mismo y ese mismo paradigma lo seguimos utilizando en el Perú. Hace poco hicimos una nueva ley universitaria y esta pretende regimentar el proceso de educación superior, en el mundo de hoy, el mundo que reclama libertad, espacio, elevación, creatividad, no se puede tener un ciclo de verano, se tiene que tener tantos créditos, se tiene que hacer esto, se tiene que hacer el otro, y encima tenemos una autocalificada madre mala o algo por el estilo en publicidad engañosa de la SUNEDU, a mí me parece clamoroso.

Por supuesto eso es absolutamente disfuncional, ojalá reaccionemos a estos conceptos.

Todo esto por supuesto es producto de los paradigmas de la Segunda Revolución Industrial, lo lógico, todos hemos actuado bajo esa inspiración.

Pero el mundo se mueve, y todo cambia.

En las últimas décadas hemos tenido cambios sustanciales, en estos gráficos, por ejemplo, originados en el software de Gapminder, podemos ver que en el año 50, yo nací en el 50, hasta el año 2015, la humanidad ha pasado de tener una esperanza de vida de algo así como 40 años a 75, en promedio, y el ingreso de las personas a nivel global se ha multiplicado por 16.

Hemos superado la pobreza de una manera espectacular, hemos pasado de 57% de la población debajo de la línea pobreza a menos de 11%, otras mediciones dicen que es menos de 10% hoy día, un proceso década tras década, sin embargo, la conciencia que tenemos y lo que recibimos en los medios normalmente en lo contrario, el mundo va mal, las cosas van peor, hoy día tenemos el triple de población que el año 50, pero esa población tiene mejor esperanza de vida, mejores ingresos, mejor salud, mejor educación también a pesar de las limitaciones que vamos a mirar.¿Y por qué no vemos eso? Hace poco Steven Pinker nos dijo, ¿por qué las noticias malas son las que aparecen en los medios?, porque estas noticias son eventos, sucede algo malo, sale, sucede un accidente, sale, pero los temas buenos son procesos, la lucha contra la pobreza, la derrota de la malaria, la superación de la polio, la reducción de la pobreza, repito otra vez, porque es lo más importante, son procesos que toman mucho tiempo. ¿Cuando se convierten en noticia?, si no hacemos el esfuerzo por verlos de vez en cuando nos quedamos con las noticias malas, aumentadas por esa vocación por la sociedad del espectáculo de los medios.

En el Perú hemos tenido terribles experiencias de estancamiento, aquí podemos ver, con el mismo software, cómo estuvimos paralizadosmás de 30 años, mientras el mundo avanzaba, nosotros estábamos estancados, apagamos las luces, se prohibió la inversión privada en todos los sectores, se regimentó a la sociedad, albergamos desde entonces esa inflación que terminó en híper inflación que destruyó la vocación de nuestros servidores públicos, porque una vez que la inflación destruyó sus ingresos y tuvieron que recurrir a agenciarse ingresos en otro lugar, perdieron su identidad como servidores públicos, los maestros, los policías, las enfermeras, el propio Estado les concedió tiempo libre para que vean cómo obtenían más ingresos, esa inflación que empezó con el gobierno de la dictadura militar y terminó en euforia con García I. Esa inflación destruyó el alma de los servidores públicos.

Hoy día amigos estamos con una nueva revolución industrial, ya nos han hablado varias veces de ella, esta es la cuarta, pero esta es un poco diferente, en verdad dramáticamente diferente, porque como dice YuvalHarari, el historiador israelita, el que no suba a este tren no va a tener otra oportunidad, la brecha que se va a armar para los países, las sociedades que no se enganchen con el cambio que se viene, imparablemente, va a ser inmensa, no nos va a afectar a los que estamos acá o a nuestros hijos seguramente, porque seguramente podremos darles mejores niveles de educación y de ingresos y de trabajo, pero qué hay de nuestros pobres, si nosotros no hacemos el esfuerzo por nivelar nuestro país hacia arriba, los grandes perjudicados serán los pobres.

Hace pocos días estuvo en Lima, Peter Diamandis, el fundador de SingularityUniversity, y nos habló de un mundo de abundancia, las tecnologías actuales van a producir abundancia, abundancia de energía, abundancia de agua, abundancia de recursos, de alimentos, ese mundo que ha estado progresando y que he descrito rápidamente va a continuar aceleradamente.

También tuvimos acá hace un par de días a Juan Luis Cordero, que nos habló descarnadamente de esta cuarta revolución, no es broma amigos, todo va a transformarse dramáticamente para las personas, las empresas, las ciudades y los países.

Una de estas tecnologías, por ejemplo, ayuda a entender mucho el nuevo paradigma, las impresoras 3D, puedes hacer el producto que quieras, en minutos, donde quieras, lo que viaja ya no es el producto, es la ingeniería, es el diseño, son dos dígitos, construyes en el lugar de consumo, es el paradigma de la producción uno a uno.

Esto por supuesto ya llegó a la educación y se están dando una serie de procesos como los que nos han descrito hoy día muy bien.

Vale la pena rescatar a esta profesora de la India que tiene un Estado del mismo tamaño del Perú y que cuando acá en el Perú reclamábamos más dinero para poder hacer la revolución educativa, ella nos explicó que no se necesita dinero.

Hoy día podemos empoderar a cada niño y a cada joven, podemos convertirlo en una apuesta de desarrollo máximo de sus vidas, con la tecnología, con el paradigma uno a uno, tenemos que enseñarles a aprender y la educación será continua, no podemos regimentar, no, hoy día la educación universitaria tiene que ser de cinco años en el Perú, Dios mío, espero que no tome mucho tiempo hacer los cambios.

En el Perú, por supuesto, ya se está haciendo grandes innovaciones, tenemos ejemplos extraordinarios en Innova Schools, acabamos de tener a Coco Yzusquiacá arriba explicando algunas de sus ideas, Futura Schools, que lo maneja GonzaloGaldos que también está por aquí, nuestro amigo León Trahtemberg, también, un innovador, no sé por qué no está, yo lo extraño hoy día acá, pero hay varios otros colegios que han hecho cosas muy buenas y que nos pueden ayudar a que la educación sea pues una experiencia maravillosa para todos los niños. Lamentablemente el Estado Peruano y los gobiernos han estado contrariando a la presencia de la inversión privada en educación.

Tenemos a este gran señor en el mundo, Ken Robinson, que nos dice que los colegios de los paradigmas antiguos matan la creatividad. Gillian Lynne fue candidata a Ritalin, gracias a Dios descubrieron que movía bien el cuerpo, la pusieron en una academia de baile y nos regaló Cats y el Fantasma de la Ópera.

Veamos qué ha pasado en términos de paradigmas, como decía hace un rato, en la parte inferior vemos, teníamos educación uno a uno, pero elitista; pasamos a educación masiva, pero disfuncional; y hoy día tenemos nuevamente educación uno a uno, universal, si aplicamos las tecnologías modernas.

Esa es la educación para el futuro.

Vamos a renunciar los peruanos a eso, vamos a estancarnos en educación como lo hicimos en economía hace poco tiempo.

Vamos a seguir con:

  • ¿Un ministerio centralizador, ideologizado, regimentador, uniformizador y anti inversión privada?
  • ¿Un magisterio capturado por la política de la lucha de clases e ideologías extremistas?
  • ¿Padres de familia ausentes?
  • ¿Directores de colegios sin poder de decisión?
  • Y lo peor de todo, como decía al principio, ¿una sociedad desinformada y desentendida que no prioriza una verdadera revolución educativa?

En Lampadia propusimos ya hace muchos meses, más de un año, un Pacto Social por la Educación, que hablaba de los compromisos del magisterio, de los padres de familia, de la sociedad, de los directores de colegios y por supuesto el ministerio. En verdad nadie recogió la idea, no se trataba de adoptar lo que nosotros decíamos, se trataba de empezar a hablar de la necesidad de hacer un pacto social.

En el tema del magisterio, por ejemplo, ¿qué cosa decíamos?

  • Hay que darle muy buenos salarios, capacitación, tecnología, infraestructura

¿A cambio de qué?

  • De despolitización, meritocracia y lucha por la calidad de la educación de los niños y de los jóvenes.

¿Es ésta una mala idea? Solo falta, queridos amigos, liderazgo y coraje político.

Es muy difícil que nuestro gobierno pueda, con las limitaciones que tenemos en la vida política, convocar, que es lo que creo que hay que hacer, seis meses para que discutamos, debatamos y podamos desarrollar todos los peruanos, un Pacto Social por la Educación.

No creo que lo pueda hacer el Estado, yo ya fracasé tratando de que eso suceda, le toca a IPAE. Otra de las banderas que tiene que agarrar Julio Luque (Presidente de IPAE), y creo que tenemos que empezar por privilegiar la libertad y la creatividad, entender la fuerza de esas dos cosas para la educación exitosa del futuro, invitemos pues para empezar este proceso a Ken Robinson.

Muchas gracias.

Lampadia

Ver además:

Informe completo

Presentación en el CADE (video)




Las ciudades inteligentes (smart)

Las ciudades inteligentes (smart)

Teléfonos inteligentes, autos inteligentes, ciudades inteligentes… la etiqueta de “smart” (“inteligente”) se ve en una gama cada vez más amplia de la vida contemporánea. Las ciudades deben buscar innovar y ser disruptivas constantemente, para mantenerse a la vanguardia de la tecnología y aprovechar todos los beneficios que puede brindarle a sus ciudadanos. Esta es la tendencia a futuro que marcará, finalmente, qué países mejorarán y cuáles se quedarán atrapados en el pasado.

Vivimos en la era de la urbanización. En los últimos diez años, más o menos, más de la mitad de la población mundial ha migrado a las grandes ciudades. Además, las últimas previsiones de la ONU predicen que el 70 % de la población mundial vivirá en ciudades para 2050. En ese momento, la población urbana total del mundo será casi igual a la población total de la tierra en la actualidad. Dentro de un siglo, la cantidad de personas que vivan en las grandes ciudades habrá pasado de mil millones a casi seis mil millones. Esta tendencia también conducirá al aumento de más y más mega-ciudades, ciudades que tienen más de diez millones de habitantes. Mientras que en 2014 había 28 mega-ciudades, se espera que sean 41 en 2030. También se espera que las demandas de infraestructuras aumenten y que las ciudades más pequeñas crezcan considerablemente. En 2016 había alrededor de 500 ciudades con más de un millón de habitantes; para 2030 bien podría haber más de 650.

Muchas ciudades ya sufren de escasez de viviendas, infraestructuras sobrecargadas y suministros de agua y energía inciertos. A medida que más y más ciudades avanzan hacia objetivos inteligentes o “Smart”, dependerán cada vez más de recursos digitales que, por ejemplo, monitorearán las cifras de emisiones y la densidad del tráfico y coordinarán el transporte público local y los tiempos de cambio de semáforos gracias al monitoreo. En última instancia, también utilizarán tecnologías digitales para informar a las personas sobre las mejores formas de llegar a sus destinos, independientemente de si conducen sus propios vehículos, comparten automóviles, utilizan un sistema de transporte público o combinan modos de transporte.

Una ciudad del futuro

Entonces, ¿cómo se verá realmente una “ciudad inteligente”? Una publicación del World Economic Forum (ver nuestra traducción líneas abajo) afirma que la futura ciudad inteligente empleará una serie de programas de inteligencia artificial (IA) y algoritmos de aprendizaje automático para procesar la gran cantidad de datos “sensoriales” entrantes. Estos programas aprovecharán las mejoras rápidas en computación y redes neuronales en las próximas décadas. De hecho, las ciudades inteligentes pueden presenciar el nacimiento de las primeras IA verdaderamente “a escala humana” capaces de cognición reactiva e independiente.

Las ciudades inteligentes usarán dispositivos y sensores de Internet de las cosas (IoT = Internet of Things) para recopilar y analizar información a través de la infraestructura. Esto ayuda a las autoridades de la ciudad a administrar inteligentemente sus activos, aumentar la eficiencia, revolucionar el transporte, reducir los costos y, en teoría, mejorar la calidad de vida de los residentes. Para los vehículos, esto representa un gran potencial de mejora. 


Fuente: tynmagazine

Con las infraestructuras interconectadas, los conductores podrán recibir y enviar una cantidad de datos sin precedentes para facilitar su trabajo y ser más eficientes. Existen dos tecnologías clave que están impulsando ciudades más inteligentes.

  • Primero está la promesa de alta velocidad de transferencia de datos. Esto generará un movimiento de datos mucho más rápido de un punto a otro, lo que significa que los datos se podrán recopilar, procesar y analizar más rápido que nunca.
  • Los sensores son la segunda pieza del rompecabezas. Las ciudades inteligentes estarán impulsadas por una red inteligente de sensores que recopilarán y transmitirán datos que se utilizarán para recopilar ideas e información.

Esto abrirá mercados completamente nuevos para tecnologías y servicios. Un informe de McKinsey de 2016 estima que se deberán invertir un total de US$ 49 mil millones en proyectos de infraestructuras en todo el mundo entre 2016 y 2030. Esto es un promedio de US$ 3.3 mil millones por año, o alrededor del 3.8% del PBI mundial. Aproximadamente el 60 % de estas inversiones deberían realizarse en mercados emergentes.

Los satélites geoestacionarios y las plataformas orbitales supervisarán la atmósfera, los niveles de contaminación, los sistemas meteorológicos y el entorno local de la ciudad en todo el espectro electromagnético, prestando especial atención a las amenazas potenciales de terremotos, tsunamis, huracanes, tornados y otros desastres naturales.

La energía suficiente para alimentar una ciudad inteligente se generará a partir de fuentes limpias y renovables (eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica e incluso fusión), con cada sistema de potencia compartimentado para un aislamiento rápido y equipado con sistemas de respaldo en caso de falla. 

Ya podemos ver algunos cambios

Las ciudades de todo el mundo ya están comenzando a adoptar un “enfoque de ciudad inteligente”. En Barcelona, ​​estos enfoques se están utilizando para tomar decisiones sobre los horarios de los autobuses de la ciudad, permitiéndoles a las autoridades optimizar las rutas y los horarios basados ​​en datos precisos.

En Singapur, el avance es aún mayor, muchas instituciones municipales utilizan sensores IoT para mejorar los servicios públicos. Singapur también tiene Robocars, uno de las primeras pruebas públicas de autos sin conductor para los consumidores.

Estos son solo primeros ejemplos de cómo un enfoque de ciudad inteligente ayudará a los gobiernos y planificadores urbanos a entender cómo se usa la infraestructura de transporte y tomar mejores decisiones de infraestructuras para el futuro. Mejores infraestructuras en combinación con una planificación de rutas impulsadas por ciudades inteligentes harán que las ciudades sean más accesibles para los vehículos, lo que significa más eficiencia y menos tiempo en el tráfico.

Estas son solo algunas de las características más notables de una futura ciudad inteligente. Dado que más de la mitad de la especie humana vive en densas áreas urbanas, es inevitable que nuestras ciudades necesiten ser mejoradas. Las ciudades del futuro estarán menos definidas por sus horizontes y más por la sofisticación de su “inteligencia”.

Para hacer que una ciudad sea verdaderamente inteligente, se necesitará una gran cantidad de inversiones en infraestructuras, pero los beneficios probablemente superen con creces los costos.

Estos requerimientos de nuevas inversiones en infraestructuras, deben sumarse a los cálculos hechos hasta ahora, requerimientos que ya demandan niveles de inversión muy altos. Otra exigencia de buen gobierno. Las tareas pendientes que tenemos los peruanos son inmensas. Lamentablemente, nuestra realidad cotidiana, distas mucho de satisfacer lo que el país demanda. Lampadia

Este es el por qué

Las ciudades del futuro se verán muy diferentes

Al impulsar la economía global, las ciudades se han convertido en los motores de la sociedad moderna.
Imagen: REUTERS / Issei Kato

World Economic Forum
05 de setiembre, 2017
Jeff Desjardins, fundador y editor de Visual Capitalist
Traducido y glosado por Lampadia

A medida que las ciudades más grandes del mundo continúan expandiéndose con millones de nuevas personas, incluirán muchas de las tecnologías y tácticas cubiertas en la infografía de Raconteur (ver líneas abajo) para trabajar de manera más inteligente con sus habitantes.

¿Por qué las ciudades?

Las ciudades son los motores de la sociedad moderna.

Potencian la economía mundial, consumen grandes cantidades de recursos, albergan a la mayoría de la población mundial y crean gran parte de la contaminación y las emisiones que preocupan a los científicos por el futuro.

Y mientras que las grandes ciudades ya consumen muchos recursos, esto apenas se compara con las megaciudades del futuro cercano. De hecho, en nuestras vidas, veremos áreas urbanas masivas en África y Asia con poblaciones que se elevarán a 50 millones de personas o más.

Así es, habrá una creciente población urbana que consumirá más alimentos, energía y materiales que la mayoría de los países.

 

El momento correcto

Si bien la perspectiva de optimizar los problemas de las florecientes metrópolis puede parecer desalentadora, el momento es realmente perfecto. La llegada del Internet of Things (IoT), gracias a las innovaciones en tecnología de sensor, big data y análisis predictivo, están haciendo posible abordar todo tipo de problemas urbanos.

Integrar esto, junto con otros avances en la tecnología de comunicación de la información (TIC), en la planificación urbana es la visión de las ciudades inteligentes:

Así es como se están produciendo estos cambios

Trabajando más inteligentemente (smart), no más duro

Estas son algunas de las iniciativas tomadas por las personas que administran las ciudades más inteligentes hoy en día:

Carreteras inteligentes

Monitoreando los niveles de vehículos y peatones para optimizar o desviar el tráfico de acuerdo a las condiciones. Se crean carriles rápidos y lentos adaptables e inteligentes para caminar y andar en bicicleta.

Edificios inteligentes

Jardines en la azotea o vegetación a los lados de los edificios para ayudar con el aislamiento. Optimización de calefacción, uso de energía, iluminación y ventilación. Integración de energía fotovoltaica y turbinas eólicas en diseños de edificios.

Iluminación inteligente

Iluminación inteligente y adaptada al clima para aumentar la eficiencia energética.

Gestión inteligente de residuos

Monitoreo de niveles de basura en contenedores en tiempo real para optimizar las rutas de recolección.

Energía inteligente

Control y gestión del consumo de energía. Utiliza tecnología para detectar y reaccionar a los cambios locales en el uso.

Lampadia




El efecto disruptivo de los blockchains

El efecto disruptivo de los blockchains

En Lampadia priorizamos el seguimiento de algunos temas. Uno de ellos es el de la Cuarta Revolución Industrial, con el crecimiento de tecnologías exponenciales que cambiarán la vida de las personas, empresas y países. Un asunto que hemos puesto encima de la mesa, más de un año antes de que se vea en otros medios. Para facilitar el seguimiento de esta revolución, hemos creado una biblioteca virtual: Revolución Tecnológica. En esta ocasión veremos por primera vez, lo vinculado a los ‘blockchains’.

La tecnología Blockchain es más conocida por ser la magia que está detrás de Bitcoin, pero hay decenas de otras industrias que se están beneficiando de esta revolucionaria tecnología. Pero, antes de echar un vistazo a las industrias y empresas innovadoras que crearán una gran disrupción en sus sectores, analicemos esta tecnología

Fuente: infotechnology.com

La tecnología Blockchain es una gran palabra que describe el acto de registrar eventos, en cadena, en una base de datos. La base de datos en sí se conoce como un blockchain (cadena de bloques, en español). Una vez que los datos se agregan al blockchain, no pueden ser eliminados de la base de datos o alterados de ninguna manera. Por lo tanto, el blockchain, al tener sus registros replicados en ‘n’ ubicaciones y medios, contiene un registro verificable de la historia de dichos registros. Don Tapscott, autor de Blockchain Revolution, dijo lo siguiente:

“Bitcoin u otra moneda digital no se guarda en un archivo en alguna parte; es representado por transacciones registradas en un blockchain (cadena de bloques), como una hoja de cálculo global o un libro mayor, que aprovecha los recursos de una red bitcoin peer-to-peer (par-a-par) grande para verificar y aprobar cada transacción de Bitcoin. Cada bloque, como el que usa Bitcoin, se distribuye: funciona en computadoras manejadas por voluntarios alrededor del mundo; no hay una base de datos central para hackear. El blockchain es público: cualquier persona puede verla en cualquier momento porque reside en la red, no dentro de una única institución encargada de auditar transacciones y llevar registros. Y la cadena de bloques está encriptada: utiliza un cifrado de gran capacidad que incluye claves públicas y privadas -como el sistema de dos teclas para acceder a una caja de seguridad- para mantener la seguridad virtual.”

¿Cómo funciona?

La plataforma de blockchain proporciona el libro mayor y la forma de verificar la transacción de una cadena. El bloque registra públicamente cualquier transacción que se esté llevando a cabo y, a continuación, el bloque está encadenado junto con otros bloques del libro mayor a través de nodos en cualquier red que esté utilizando, Internet pública o algún conjunto privado de servidores y redes.

La transacción se registra y luego se utiliza un algoritmo por cada nodo o computadora en la red para verificar la transacción. Todo esto sucede en tiempo real. Todo el libro mayor se mantiene en cada nodo, proporcionando así un rastro de “auditoría” de todas las transacciones en múltiples lugares, en computadoras propiedad de diferentes entidades alrededor del mundo.

Esta combinación de bloques y nodos, es la que crea el concepto de “Blockchain”.

¿Por qué Blockchain es una tecnología disruptiva?

Blockchain es una tecnología disruptiva debido a su capacidad de digitalizar, descentralizar, asegurar e incentivar la validación de las transacciones. Esto implica eventualmente, alterar y mejorar, un servicio muy importante y extendido, no muy notorio en general, el de la confianza. Por ejemplo, servicios contables, de auditoría, de resguardo de datos y registros, etc. Y todos ellos pueden ser dramáticamente alterados. Además, una amplia gama de industrias están evaluando blockchain para determinar qué diferenciadores estratégicos podría existir para ver si sus negocios pueden apalancarse con los blockchains.

Las industrias que pronto podrían sufrir disrupciones incluirán los servicios financieros, la atención sanitaria, la aviación, la logística global y el envío, el transporte, la música, la manufactura, la seguridad, los medios, la identidad, el automóvil, los registros de propiedad y el uso de la tierra y el gobierno. Blockchain está ganando mucha atención porque puede cambiar gran parte de las industrias.

Existen muchos casos de uso potenciales para la plataforma blockchain para empresas y particulares. Mover libros contables a una plataforma de blockchain, por ejemplo, proporcionaría información contable en tiempo real y es extremadamente seguro, lo que simplificaría el registro de transacciones y los procesos de contabilidad necesarios como cerrar los libros.

En ciertas industrias, el uso de la plataforma sería transformador. El comercio de valores hoy en día es un proceso complejo que toma días. El uso de una plataforma de blockchain cambiaría el proceso a tiempo real, y lo haría mucho más seguro mientras se reducen los costos. Las transacciones inmobiliarias podrían trasladarse a una plataforma de blockchain, simplificando drásticamente la transferencia de propiedad, eliminando la necesidad de múltiples personas en el proceso y, de nuevo, reduciendo los costos de manera significativa. Casi cualquier tipo de transacción entre entidades (individuos, empresas, gobiernos, etc.) podría utilizar una plataforma de blockchain y, al hacerlo, mejorar en gran medida el proceso de transacción.

Desafíos futuros

No hay duda de que blockchain traerá cambios fundamentales y un cambio generacional en la forma en que se realizarán las transacciones en el futuro. Sin embargo, también es importante reconocer que la adopción generalizada de la tecnología de peer-to-peer requerirá abordar grandes desafíos tales como satisfacer las necesidades regulatorias y de cumplimiento. La seguridad y la privacidad también presentarán retos a resolver, especialmente con las industrias financieras. Esto es algo que la revista THE WOLRD IF analiza en su artículo “¿Y si los Blockchains dirigieran el mundo?” compartido líneas abajo.

Una cosa segura es que la tecnología blockchain ya ha comenzado a traer cambios disruptivos al mercado. Si las organizaciones quieren seguir siendo competitivas y relevantes, tendrán que supervisar el desarrollo de blockchain muy de cerca y empezar a prepararse para adaptar y transformar sus negocios en un futuro próximo. Lampadia

¿Y si los Blockchains dirigieran el mundo?

Publicado en la revista THE WORLD IF 2017
The Economist
6 de julio, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Fuente: forobits.com

El negocio de la confianza no es muy notorio, pero es enorme. Los startups que despliegan la tecnología blockchain amenazan con disrumpir

“Nos gustan los listados porque no queremos morir”. Lo que dijo Umberto Eco, un escritor italiano, sobre los seres humanos se aplica aún más a las instituciones que crean. Sin listados que controlen a las personas y a las cosas, la mayoría de las grandes organizaciones se derrumbarían.

Los listados van desde simples roles de comprobación hasta complejas bases de datos, pero todas tienen un inconveniente importante: debemos confiar en sus guardianes. Los administradores tienen el poder. Pueden modificar cuentas corporativas, borrar títulos de registros de propiedad o agregar nombres a los listados de partidos políticos. Para evitar que los guardianes hagan algún mal manejo, e identificarlos si lo hacen, la sociedad ha llegado a confiar en todo tipo de herramientas, desde las auditorías hasta los consejos de supervisión. Juntos, los encargados de los listados y los que los regulan forman una de las industrias más grandes y menos notorias del mundo, el negocio de la confianza.

Ahora imagine un universo paralelo en el que las listas se han declarado independientes: se mantienen por si solas. Esto, en términos generales, es la promesa de “blockchains”, el sistema que subyace a bitcoin, una moneda digital y tecnologías similares a las del “libro mayor distribuido”. Si blockchain toma vuelo, como los fans aseguran que sucederá, ¿cuáles serían las implicancias del negocio de la confianza?

No sería la primera vez que una nueva forma de hacer listados cambia el mundo. Hace más de 500 años, surgió en el norte de Italia una nueva técnica contable, más tarde conocida como la contabilidad de doble entrada. Fue un gran paso en el desarrollo de la empresa moderna y la economía. Werner Sombart, un sociólogo alemán que murió en 1941, argumentó que la contabilidad de doble entrada marcaba el nacimiento del capitalismo. Esto permitió que las personas que no eran los dueños de una empresa pudieran realizar un seguimiento de sus finanzas.

Si la contabilidad de doble entrada liberó la contabilidad de la memoria del comerciante, el blockchain la libera de los confines de una organización. Probablemente no es lo que Satoshi Nakamoto, el elusivo creador de Bitcoin, tenía en mente cuando diseñó este proyecto. Su objetivo era crear una “versión puramente peer-to-peer (par-a-par) de efectivo electrónico”, como lo puso en un “white paper” publicado en 2008. Para ello, creó un nuevo tipo de base de datos, el blockchain. Proporciona la prueba, o el registro,  de quién posee qué, en un momento dado. Contiene el historial de pagos de cada bitcoin en circulación; la pesada encriptación hace que sea teóricamente imposible alterarlo una vez que se registra una transacción; las copias se distribuyen alrededor de las computadoras, o “nodos”, que forman la red bitcoin, para que cualquiera pueda comprobar si algo está mal. Un “mecanismo de consenso”, un complejo proceso criptográfico que reemplaza al encargado del listado, convierte a blockchain en una entidad independiente.

Las mentes inteligentes rápidamente vieron que tal puesta en marcha se puede utilizar para cosas que no sean dinero. Ahora abundan diferentes tipos de listados. Entre ellos destaca Ethereum. Al igual que bitcoin, cuenta con su propia cripto-moneda, llamada “éter”, pero también permite a los usuarios añadir “contratos inteligentes”, el código que encapsula los términos de un acuerdo comercial y se ejecuta automáticamente.

Las organizaciones descentralizadas podrían crear disrupciones en los gigantes de la tecnología

Cuando Luca Pacioli, un fraile franciscano, escribió el primer libro de texto sobre la contabilidad de doble entrada a finales del siglo XV, no podría haber predicho lo que traería la técnica contable. Pero hoy en día muchas startups sugieren maneras en que el blockchain podría cambiar el mundo.

Everledger, por ejemplo, realiza un seguimiento de activos valiosos. La firma ha registrado el ID de más de un millón de diamantes, lo que facilita comprobar si las gemas fueron robadas o minadas en zonas de guerra.

Otras empresas quieren ayudar a mantener un registro de las personas. Una de las primeras cosas hechas para un bebé podría ser darle al recién nacido una entrada en un blockchain, el equivalente criptográfico de un certificado de nacimiento. Esto suena orwelliano, pero no tiene por qué serlo. Por el contrario, si la identidad de la gente está anclada en una o varias blockchains, esto les daría más control sobre ella y sus datos personales. Si un inquilino potencial, por ejemplo, quiere demostrar a un propietario que sus ingresos son lo suficientemente altos para pagar el alquiler, sólo necesita revelar ese poco de información, en lugar de permitir el acceso a su historial de crédito completo, como suele ocurrir hoy.

En un mundo de blockchains, tener tal “identidad auto-soberana” puede ser un derecho humano fundamental. Moxie Marlinspike, un empresario anarquista, y otros ya han pedido la abolición de la “esclavitud de la ID” impuesta por los actuales sistemas nacionales de registro. Una serie de start-ups, incluyendo Evernym, Jolocom y uPort, están trabajando en servicios que permitirán a las personas registrar identidades.

Una vez que las personas sean capaces de manejar su identidad, se abren otras posibilidades, dice Kevin Werbach de la Universidad de Pennsylvania de la escuela de negocios de Wharton. La gente será capaz de unirse en países virtuales y establecer sus propias reglas. Uno ya existe: Bitnation. Cualquiera puede ser ciudadano aceptando su constitución. Para hacer negocios en Bitnation, la gente tiene que construir su reputación, por ejemplo, mediante el comercio en la plataforma.

Reacción en cadena

Este también es un ejemplo de la otra gran función de este tipo de libros de contabilidad: servir como una fuente de la verdad. Todo tipo de información podría adjuntarse a una entrada en blockchain. En el caso de un auto, digamos, esto podría ser de dónde vino, su historial de reparaciones e incluso dónde fue conducido. Tomados en conjunto, estos datos forman la “verdad” sobre un vehículo determinado.

Muchas personas ya están trabajando en “servicios de la verdad”. Los investigadores han propuesto la creación de identificadores criptográficos únicos, o “hashes”, de las descripciones de los ensayos clínicos y su registro en un blockchain, por lo que no se puede cambiar para ajustarse a los resultados deseados. Georgia, Suecia y Ucrania están probando la tecnología como una forma de digitalizar partes de sus registros de propiedad de tierras. Y en el estado Delaware, EEUU, que ha hecho un gran negocio con el registro de empresas de todo el mundo, se está preparando para permitir el uso de blockchain para el mantenimiento de registros corporativos.

Las transacciones en blockchains también podrían servir como entrada para contratos inteligentes. Slock.it, otra startup, está desarrollando cerraduras físicas que tienen una existencia digital en Ethereum. Cuando se envía algún éter, este contrato de alquiler inteligente abre la cerradura. Esto podría permitir nuevas formas de compartir las cosas. Si alguien quisiera alquilar un auto, por ejemplo, podría simplemente transferir dinero a su contrato inteligente y alejarse.

Los contratos inteligentes prometen cambiar la economía más que cualquier otra característica de blockchain. Podrían hacerse cargo de la mayoría de los procesos comerciales habituales. Algunas empresas no pueden ser más que un paquete de contratos inteligentes, formando verdaderas empresas virtuales que viven sólo en un blockchain. Como era de esperar, el primer intento de crear una “organización autónoma descentralizada” terminó en un desastre. Nombrado “El DAO”, la entidad fue creada hace un año como una especie de fondo virtual de capital riesgo. Recaudó más de 160 millones de dólares, pero luego los piratas informáticos retiraron 60 millones de dólares, lo que llevó a su desaparición.

Sin embargo, las versiones más simples de tales estructuras, llamadas ofertas iniciales de monedas (ICOs por sus siglas en inglés), han despegado desde entonces y han creado la primera burbuja de la economía de blockchain. En la forma automatizada de crowdfunding, startups establecen un contrato inteligente en Ethereum y publican un “white paper”, o prospecto. Los inversionistas pueden enviar ‘ether’ al contrato inteligente, que automáticamente crea “tokens” que se pueden negociar como acciones. Ya se han invertido más de 550 millones de dólares en ICOs.

Algunos de estos proyectos son estafas. Y muchos proyectos honestos dejan a los outsiders desconcertados. EcoBit apunta a construir un mercado para créditos de carbono. Aragon quiere utilizar las herramientas blockchain para gestionar organizaciones enteras, con tribunales de arbitraje descentralizados. SONM es “un superordenador de ‘niebla’ descentralizado”: los usuarios pueden comprar poder computacional con los tokens del proyecto o ganarlos agregando sus máquinas al proyecto.

¿Se mantendrá el centro?

Estos esfuerzos dan una muestra de lo que será posible, dice Albert Wenger de Union Square Ventures (USV), una empresa de capital de riesgo. Él piensa que tales organizaciones descentralizadas podrían un día disrrumpir a los gigantes de la tecnología. En su corazón, los titanes tecnológicos son gigantescas bases de datos centralizadas, manteniendo un registro de los productos e historiales de compra (Amazon), los usuarios y sus amigos (Facebook), y el contenido web y las consultas de búsqueda anteriores (Google). “Su valor deriva del hecho de que controlan toda la base de datos y deciden quién ve qué parte de ella y cuándo”, dice.

USV ha invertido en alternativas descentralizadas, como OpenBazaar, un mercado de comercio electrónico. En lugar de visitar un sitio web, los usuarios descargan un programa que los conecta directamente con otras personas que desean comprar y vender bienes y servicios. Otros han comenzado a construir redes sociales basadas en bloques que pagan a los usuarios que aportan contenido. Steemit es un sitio de blogs que permite a los autores ganar fichas. Synereo permite a los usuarios recomendar a los proveedores de contenido individuales.

En un mundo dirigido por blockchain, la descentralización podría ser empujada aún más, para incluir objetos. Una vez que tienen su identidad propia y pueden ser controlados a través de un blockchain, es posible imaginarlos convirtiéndose, de alguna manera, en autodeterminados. Hace unos años, Mike Hearn, un antiguo desarrollador de bitcoin que ahora trabaja para R3, un consorcio blockchain, sugirió la idea de automóviles autodirigidos que también son financieramente autónomos. Guiados por los contratos inteligentes, que guardan parte del dinero digital que hacen mediante el transporte de personas, a fin de pagar por las reparaciones o para reemplazarse a sí mismos cuando ya no valen la pena las reparaciones. Si no van a hacer utilizados en un bueno tiempo, se podrían poner en un estacionamiento a largo plazo, o emigrar a otra ciudad. Podían emitir fichas para recaudar fondos y permitirle a los propietarios obtener parte de sus ganancias.

Si incluso los objetos controlan su propio destino, ¿qué le queda a los gobiernos y al Estado? Mucho, en realidad. A pesar de los sueños libertarios de la descentralización completa, en muchos casos alguien todavía tiene que asegurarse de que la información en blockchains sea real. En China, por ejemplo, los reguladores forman parte de un proyecto piloto dirigido por IBM y Walmart para hacer más transparente la red de suministro del retail, por ejemplo trazando la procedencia de la carne de cerdo y los alimentos orgánicos.

En algunas áreas, la cadena de bloques puede incluso facilitarle la vida a los gobiernos. El año pasado, Dubai anunció que quiere que todos los documentos del gobierno se aseguren en un blockchain para 2020, un requisito previo para que las agencias ya no utilicen papel. La tecnología también podría utilizarse como una plataforma barata para generar una de las mayores carencias de los países pobres: un gobierno más eficiente y la confianza en los contratos. Y algunos esperan que el blockchain pueda hacer que las Naciones Unidas funcionen mejor ayudándola a llevar un registro de todos sus programas, creando transparencia y reduciendo el desperdicio.

Otro ejemplo, contra-intuitivo, es el dinero. Aunque el blockchain se creó para reemplazarlos, los banqueros centrales se han interesado en la tecnología desde el principio. Cuando los bancos comparten un libro mayor, en lugar de mantener su información en bases de datos separadas, será más fácil para los reguladores observar los flujos financieros. Varios bancos centrales están jugando con la idea de emitir su propia moneda criptográfica; el Banco de Canadá y el Banco Popular de China están realizando pruebas. Si las monedas digitales reemplazaran el efectivo, esto abriría nuevas posibilidades para la política monetaria. Para aumentar la demanda en una crisis económica, por ejemplo, las monedas podrían ser programadas para perder parte de su valor si no se gastan en un tiempo determinado.

Advertencia: Se avecinan blockchains

Hoy en día, esta tecnología está lejos de ser capaz de soportar muchas de estas aplicaciones. Dichos libros de contabilidad pueden no ser tan inmutables como parecen, y los blockchains aún no han demostrado que pueden multiplicarse suficientemente (el sistema bitcoin gestiona siete transacciones por segundo, en comparación con miles en una típica red de tarjetas de crédito). Pero si la historia de la tecnología digital es una guía, estas barreras serán superadas.

Una cuestión más importante es la resistencia institucional, algo que muchos entusiastas de blockchain están descubriendo de la manera más difícil. Los departamentos corporativos no están dispuestos a renunciar al control de sus listados porque ello significa una pérdida de poder. En muchos casos, tampoco está claro cuánto valor añade los blockchains. Algunos sistemas centralizados parecen estar haciéndolo muy bien. Por ahora, los servicios convencionales de pago parecen más eficientes que sus homólogos descentralizados.

La política también será un obstáculo. La razón por la cual muchos campeones de la tecnología muestran una emoción casi religiosa sobre blockchains es porque creen que estos reemplazan la toma de decisiones desordenada con código criptográfico limpio. Pero Bitcoin en sí demuestra que incluso preguntas técnicas simples pueden convertirse en peleas interminables entre ganadores y perdedores potenciales. Incluso después de años de discusión, los involucrados en bitcoin aún no están de acuerdo en cómo aumentar la capacidad del sistema.

Esto apunta a la pregunta más grande de todas. ¿Deberían los blockchains dirigir el mundo? Se están escuchando voces de advertencia. Si los libros distribuidos crean una disrupción en el negocio de la confianza, entonces muchos trabajos administrativos se perderán, quizás incluso más que a través de la inteligencia artificial. Algunos han llamado a los blockchains a una conspiración libertaria. Otros se preocupan por el desmantelamiento de las instituciones que los humanos han construido con esmero. “Cada vez que utilizamos un libro mayor distribuido participamos en un cambio de poder de las autoridades centrales a estructuras no jerárquicas y de igual a igual”, escribieron recientemente investigadores del Parlamento Europeo. Luego está la preocupación de que blockchain duras, frías y contratos demasiado inteligentes osifiquen a la sociedad o hagan que funcione mal.

A medida que la descentralización del mantenimiento de listados se hace más fuerte, el listado de preocupaciones sobre ella, será seguramente más largoLampadia

 




La muerte del motor de combustión interna

La muerte del motor de combustión interna

Así como la revolución que lideró Ford fue conducida por el innovador: “si le hubiera preguntado a la gente qué necesitaban, me hubieran pedido caballos más rápidos” (sentenció Henry Ford); el cambio tecnológico en la industria automovilística está acelerándose globalmente. Además de responder a las necesidades del consumidor en un futuro bajo en carbono, se ha abierto otro espacio de innovación, la autonomía y la seguridad de los nuevos autos.

Muchos gobiernos europeos están prohibiendo el uso de autos a de gasolina y diésel para el 2030 o 2040, e incluso para el 2025. La prohibición de motores de combustión interna afectaría, directa o indirectamente, a más de 600,000 empleos sólo en Alemania, o el 10 % de la mano de obra de la nación, según un estudio encargado por la Asociación Alemana de la Industria Automotriz.

Francia y Gran Bretaña han puesto como objetivo el 2040. Por su lado, el gabinete holandés propuso 2035. En Europa hay alrededor de 126 plantas que fabrican motores de combustión, empleando a 112,000 personas. La mayor planta de motores de Europa es la de Volkswagen en Kassel.

Volvo dijo en julio que todos sus modelos tendrán un motor eléctrico a partir de 2019 en adelante. Sin embargo, muchos de esos vehículos serán híbridos, por lo que también tendrán un motor de combustión interno.

La cuestión de eliminar los contaminantes motores tradicionales ha sido empujada a la vanguardia por los escándalos y las crisis. La admisión de Volkswagen de que había manipulado las pruebas de emisiones de diésel de los Estados Unidos ha sido un detonante significativo. Ver en Lampadia: Las sucias mentiras de VW exigen un escarmiento ejemplar.

Otro importante factor es la rápida caída de los costos de las baterías de litio, lo cual hará que los vehículos eléctricos de cero emisiones sean tan asequibles como los de los motores de combustión interna en los próximos 10 años, según un reciente análisis de Bloomberg New Energy Finance.Ver en Lampadia: Litio: Uno de los materiales del futuro.

El afán político de deshacerse de los motores tradicionales encontrará un buen número de obstáculos. Es necesario establecer más estaciones de recarga a nivel mundial, a un costo potencialmente alto. Y millones de puestos de trabajo dependen de la producción de motores de combustión interna, lo que hace la decisión políticamente difícil en muchos lugares.

¿Qué pasará con la industria automotriz a medida que se aproxima el plazo? ¿Qué pasará con las gasolineras y sus propietarios? ¿Qué sucederá con las personas que trabajan en el sector de la manufactura automotriz? Esas son enormes preguntas que los políticos realmente no han analizado todavía.

El modelo de negocio de la industria se está transformado. De hecho, el concepto mismo de autos como máquinas autónomas puede cambiar notablemente en los próximos años. A este impulso se suma la tendencia del “consumo colaborativo” y las empresas de tecnología como Apple, Alphabet (Google) y Uber están transformando los paradigmas del transporte. Ver en Lampadia: El mundo del automóvil: Una nueva revolución después de 100 años.

Estas son solo algunas de las grandes tendencias que están marcando la disrupción de un mercado tan importante. Como el Presidente Ejecutivo de Ford Motor Co., Bill Ford, afirmó recientemente en The Wall Street Journal, la industria automovilística debe empezar a verse a sí misma como una parte de los cambios tecnológicos. Al mismo tiempo, el transporte en sí se está transformando, con la aparición de combustible alternativo y vehículos eléctricos, interconexiones y vehículos de auto-conducción. “Las empresas orientadas hacia el futuro van a redefinirse a sí mismas y pasar de ser sólo fabricantes de automóviles y camiones a convertirse en empresas de movilidad personal. Henry Ford redefinió la movilidad para la gente promedio, y ahora nosotros tenemos la oportunidad de hacer lo mismo”, escribió.

El futuro de la industria del automóvil tiene por delante muchos desafíos, pero también muchas nuevas oportunidades. Este sector tiene mucho por desarrollar y esperamos ansiosos a ver qué novedades traerá. Lampadia

La muerte del motor de combustión interna

Tuvieron un buen tiempo. Pero el fin de la máquina que cambió el mundo,está a la vista.

The Economist
12 de agosto de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

“La inventiva humana… todavía no ha encontrado un proceso mecánico para reemplazar a los caballos como fuente de propulsión de vehículos”, lamentó Le Petit Journal, un periódico francés, en diciembre de 1893. La respuesta vino con la organización de la carrera París-Rouen para carruajes sin caballo. Los 102 participantes incluyeron vehículos impulsados ​​por vapor, gasolina, electricidad, aire comprimido e hidráulico. Sólo 21 clasificaron para la carrera de 126 kilómetros, que atrajo multitudes. El claro ganador fue el motor de combustión interna,que durante el siguiente siglo, este seguiría impulsando la industria y cambiando el mundo.

Pero sus días están contados. Las constantes mejoras en la tecnología de las baterías favorecen a los motores eléctricos. Los autos eléctricos de hoy, alimentados por baterías de iones de litio, pueden hacer un buen trabajo. El Chevy Bolt tiene un alcance de 383 km; los fanáticos de Tesla condujeron recientemente un modelo S por más de 1,000 kilómetros con una sola carga. UBS, un banco, calcula que, el próximo año, el “costo total de propiedad” de un automóvil eléctrico alcanzará la paridad con la gasolina, a pesar de que sea a pérdida para su fabricante. Se pronostica con optimismo que los vehículos eléctricos representarán el 14% de las ventas globales de automóviles en 2025, frente al 1% actual. Otros tienen pronósticos más modestos, pero los revisan apresuradamente a medida que las baterías se hacen mejores y más baratas: el costo por kilovatio hora ha caído de US$ 1,000 en 2010 a US$ 130-200 hoy. Las regulaciones también están cambiando. El mes pasado, Gran Bretaña se sumó a una lista cada vez más larga de países que sólo utilizan electricidad, diciendo que todos los vehículos nuevos deben tener una emisión cero para 2050.

Es poco probable que el cambio de combustible y pistones a baterías y motores eléctricos demore tanto tiempo. Los primeros sonidos del fin del motor de combustión interna ya están reverberando en todo el mundo y muchas de las consecuencias serán bienvenidas.

Para medir lo que está por delante, debemos pensar cómo es que el motor de combustión interna ha dado forma a la vida moderna. El mundo rico fue reconstruido para vehículos con motor, con enormes inversiones en redes de carreteras y la invención de los suburbios, junto a centros comerciales y restaurantes. Aproximadamente el 85% de los trabajadores estadounidenses viajan en automóvil. En la posguerra de EEUU y en otros países, la manufactura de automóviles también fue un generador de desarrollo económico y la expansión de la clase media. Ahora hay cerca de mil millones de automóviles en las carreteras, casi todos alimentados con combustibles fósiles. Aunque la mayoría de autos permanecen apagados la mayor parte del tiempo, los motores de automóviles y camiones de Estados Unidos pueden producir diez veces más energía que sus centrales eléctricas. El motor de combustión interna es el motor más poderoso de la historia.

Pero la electrificación ha hecho que la industria del automóvil se vuelva turbulencia. Sus mejores marcas se fundan en su patrimonio de ingeniería, especialmente en Alemania. En comparación con los vehículos existentes, los autos eléctricos son mucho más simples y tienen menos partes; son más como computadoras sobre ruedas. Eso significa que necesitan menos personas para utilizarlos y menos sistemas subsidiarios de proveedores especializados. Los trabajadores de automóviles en las fábricas que no hacen automóviles eléctricos están preocupados de que podrían ser para la eliminación de empleos. Con menos posibilidades de fallas, el mercado de mantenimiento y piezas de repuesto se reducirá. Mientras que los fabricantes de automóviles de hoy en día se enfrentan a su costoso legado de viejas fábricas y mano de obra encarecida, los nuevos entrantes estarán libres de todo eso. Las marcas premium pueden destacarse por el estilo, pero los demás tendrán que competir principalmente por el costo.

Suponiendo, por supuesto, que la gente quiere tener autos en primer lugar. La propulsión eléctrica, junto con la tecnología de conducción automática, podría significar que la propiedad es en gran parte reemplazada por el “transporte como un servicio”, en el que las flotas de autos ofrecen serviciosa pedido. En las estimaciones más extremas, la industria se podría reducir en un 90%. El uso de autos eléctricos compartidos y autónomos permitirían a las ciudades reemplazar los estacionamientos (que pueden ocupar hasta el 24% del área en algunos lugares) con viviendas nuevas y dejar que la gente se traslade desde lejos mientras duermen: la suburbanización a la inversa.

Incluso si no se cambiara por una opción más segura y autónoma de vehículos, la propulsión eléctrica ofrecerá enormes beneficios para el medio ambiente y la salud. Cargar las baterías de los automóviles de las centrales eléctricas es más eficiente que quemar combustible en motores separados. Los autos eléctricos existentes reducen las emisiones de carbono en un 54% en comparación con las de gasolina, según el Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales de Estados Unidos. Esta cifra aumentará a medida que los autos eléctricos se vuelven más eficientes y la generación de la energía se vuelva más ecológica. La contaminación del aire local también caerá. La Organización Mundial de la Salud dice que es el mayor riesgo para la salud ambiental, con la contaminación del aire exterior contribuyendo a aproximadamente 3.7 millones de muertes al año. Un estudio encontró que las emisiones de automóviles matan a 53,000 estadounidenses cada año, contra 34,000 que mueren en accidentes de tráfico.

Autos y autocracias

Y luego está el petróleo. Aproximadamente dos tercios del consumo de petróleo en EEUU se encuentra en las carreteras. La industria petrolera no llega a un consenso sobre cuándo se llegará a la demanda máxima; Royal Dutch Shell dice que podría ser en poco más de una década. En el futuro, la perspectiva del petróleo será aún más importante, porque nadie quiere quedarse con petróleo inútil en el suelo, habrá una escasez de nuevas inversiones, especialmente en nuevas áreas de alto costo como el Ártico. Por el contrario, los productores como Arabia Saudita, con grandes reservas que pueden ser aprovechadas a bajos precios, estarán bajo presión para bombearlo antes de que sea demasiado tarde. Aunque todavía habrá un mercado para el gas natural, que ayudará a generar la energía para todos esos vehículos eléctricos, los volátiles precios del petróleo tensionarán a los países que dependen de los ingresos del hidrocarburo para llenar las arcas nacionales.

Mientras tanto, una lucha por el litio está en marcha. El precio del carbonato de litio ha aumentado de 4,000 dólares la tonelada en 2011 a más de 14,000 dólares. La demanda de cobalto y otros elementos esenciales para motores eléctricos también está en alza. El litio se utiliza no sólo para alimentar vehículos: las empresas de servicios públicos quieren baterías gigantes para almacenar energía cuando caiga la demanda y liberarla a medida que alcanza su punto máximo. ¿Todo esto hará que Chile, rico en litio, sea la nueva Arabia Saudita? No exactamente, porque los vehículos eléctricos no lo consumen; las baterías de iones de litio de los autos pueden ser reutilizadas en las redes eléctricas y luego recicladas.

El motor de combustión interna ha tenido una gran vida útil – y podría todavía dominar el mercado de los buques y la aviación por décadas. Pero en tierra, los motores eléctricos pronto ofrecerán libertad y comodidad más barata y limpia. A medida que el cambio a los vehículos eléctricos invierta la tendencia en el mundo rico hacia la caída del consumo de electricidad, los encargados de formular políticas tendrán que ayudar, asegurando que haya suficiente capacidad de generación -a pesar del arcaico sistema de regulación de muchos países. Se necesitarán nuevas reglas y estándares para las estaciones de recarga públicas y para el reciclaje de baterías, motores y otros componentes. Y tendrán que hacer frente al cambio que creará en el mercado laboral, ya que los viejos trabajos de fábrica desaparecerán.

Probablemente, en el siglo XXI, los automóviles eléctricos sin conductor mejorarán el mundo de maneras inesperadas, al igual que lo hicieron los vehículos accionados por motores de combustión interna en el siglo XX. Pero será un camino lleno de baches. Habrá que ponerse un cinturón de seguridad. Lampadia

 




En el Camino del Pensamiento Exponencial

En el Camino del Pensamiento Exponencial

El viernes 02 de junio fue la conferencia de Pascal Finette, de Singularity University, orgnizada por The Edge Group. La conferencia titulada “Innovación disruptiva para momentos de crisis” es un viaje hacia el futuro (no tan lejano) de tecnologías que aceleran exponencialmente

Finette narró historias y conocimientos de los tecnólogos más importantes  de Silicon Valley y compartió lo que se necesita para cambiar el pensamiento más tradicional y natural, ‘lineal’, al   impulsado por el avance tecnológico, el pensamiento ‘exponencial’ y la mentalidad que nos permita el transito mental de los escenarios de ‘escasez’ a los de ‘abundancia’. Según Finnet, las últimas e influyentes tecnologías de los próximos diez años crearán un mundo completamente nuevo.

Ante todo, ¿quién es Pascal Finette? Es el vicepresidente de SU Labs, presidente de la iniciativa empresarial y global de la Singularity University. Como director de las iniciativas de lanzamiento de la Universidad de Singularity, Pascal es un líder en el mundo de las startups y un orador importante sobre el pensamiento exponencial, tema central de su reciente charla en Lima.

Pascal Finette Speaking At Unreasonable

Fuente:  hello.finette.com

Pascal comenzó su charla explicando las grandes oportunidades que han sido creadas gracias a la aceleración exponencial del progreso tecnológico. Ahora tenemos (literalmente) supercomputadoras en nuestros bolsillos, acceso a la información del mundo a nuestro alcance, podemos secuenciar genes en nuestros laboratorios y hacer prototipos de impresión en 3D en nuestros escritorios. La predicción de Gordon Moore, que tiene más de cincuenta años de antigüedad, dice que ” el número de transistores en un ‘circuito integrado’ (IC, siglas en inglés) denso se duplica aproximadamente cada dos años” (se conoce comúnmente como la Ley de Moore) y se ha extendido a otras tecnologías e industrias: El antiguo iPhone 5S tenía 1,000 veces el poder computacional de una supercomputadora Cray 1 de mediados de los años 70 (y cuesta 1/50,000-avo). La energía solar alcanzó la paridad en su relación precio/rendimiento con las fuentes convencionales de energía como el carbón, convirtiendo un recurso natural escaso, en algo que estará disponible, en abundancia y a un costo bajísimo (y hasta costo cero) en un futuro cercano.

Image result for pascal finette

Fuente:  hello.finette.com

Según Finette, el poder computacional ya es abundante, al igual que el almacenamiento de todos los datos que producen nuestros sistemas. Todo este progreso, a un ritmo cada vez mayor, crea una gran cantidad de nuevas oportunidades y crea una disrupción en los mercados existentes con más fuerza que nunca. Ray Kurzweil, de Singularity University, formuló esto en la “Ley de Rendimientos Acelerados”.

Luego Pascal Finette enfatizó algunas diferencias entre el pensamiento lineal y exponencial. “El pensamiento lineal es el camino hacia la perdición para nuevos emprendimientos. Estamos perdiendo muchas oportunidades en un mundo donde el pensamiento lineal choca con tendencias exponenciales”, dice Finette.

Sus palabras reflejan las del físico del siglo XX, Albert Allen Bartlett, quien una vez dijo: “El mayor defecto de la raza humana es nuestra incapacidad de entender la función exponencial”

Fuente:  hello.finette.com

Finette citó a Peter Diamandis, cofundador de Singularity University, quien explica cómo nuestras mentes no están entrenadas para pensar en una escala exponencial: “30 pasos lineales terminarían a 30 pasos o aproximadamente a 30 metros de distancia y todos podríamos ver que tan lejos sería esta distancia. Pero si tomamos 30 pasos exponenciales, ¿dónde terminaríamos? Muy pocas personas dirían a mil millones de metros de distancia, que es veintiséis veces alrededor del planeta.”

https://cdn-images-1.medium.com/max/800/1*NFo9KkJBX-MCwRE6o6-fxQ.png

Fuente:  hello.finette.com

Cuando una tecnología se vuelve digital, su tasa de crecimiento ya no obedece a una ecuación lineal. Este es un concepto difícil de entender. Si queremos utilizar la tecnología para resolver todo tipo de problemas, entonces la “alfabetización exponencial” debe ser un curso obligatorio en todas las escuelas y un elemento esencial del enfoque de cualquier empresario para construir un negocio.

Así que, insiste Finette, ahora es el momento de empezar a pensar exponencialmente. Es la única manera de adelantarse a las tendencias en esta era de la información. Esta época es especialmente importante porque estamos haciendo una transición de tecnología análoga a digital. “Las mayores oportunidades en la vida son aquellas en las que transforma un negocio analógico en digital”, dice Finette. Cuando se hace la transición del mundo físico al mundo de la información, el crecimiento de su empresa tiene el potencial de convertirse en una curva exponencial exitosa.

Finette terminó la charla respondiendo a una pregunta que generalmente se le hace en estos eventos: ¿Qué se necesita para que resolver un problema? No sólo para resolverlo temporalmente, sino para que se vaya por completo (en cualquier sector o situación). Dependiendo de cuán grande es el problema, él sabe cuán grande puede ser una empresa. Para eso, afirma:

“Soy pacifista, pero en la primera página del manual para los Navy SEALs de los Estados Unidos hay una fórmula que resume esto: Su tasa de crecimiento es igual a la magnitud del desafío multiplicada por la intensidad del ataque. Así que si tomas eso como verdad, ¿por qué no tomarías los mayores problemas -pobreza, desempleo, calentamiento global, desnutrición- para enfrentarlos? Esa será la tasa de crecimiento. No hay razón para no enfrentarse a los problemas más difíciles, porque todo lo que nos importa como empresarios es nuestro crecimiento”.

Fuente:  hello.finette.com

El resumen de la charla podría ser que los empresarios necesitan una nueva mentalidad, necesitan dejar de pensar linearmente y empezar a pensar de manera exponencial. Hace poco, Finette estuvo en la fábrica Mercedes Benz y vio un auto que saldría a la venta en 7 a 8 años. Este auto tenía una radio, y botones para cambiar de emisora. Entonces él se volteó y preguntó: ¿por qué le ponen botones? En 7 años todo será digital y no serán necesarios, se cambiará de emisora con un comando de voz o con una pantalla táctil.

Ese es tan solo un pequeño ejemplo del radical cambio que tenemos que dar en nuestra manera de pensar para poder aprovechar el gran potencial que tenemos por delante. Lampadia




Cada vez más lejos de una mejor ‘Gobernanza Global’

Las grandes potencias están renunciando a diseñar un mundo para todos en el siglo XXI y su cuarta revolución industrial. El mundo ha cambiado y está cambiando aceleradamente y, las instituciones que nos permitieron armonizar las relaciones internacionales en la Pos-Guerra se hacen débiles e inapropiadas.

Increíblemente, países como el Reino Unido y Estados Unidos, por mencionar los ejemplos más notorios, se muestran incapaces de propiciar un mejor espacio global y reaccionan hacia la crítica de procesos basados en la realidad de nuevos jugadores internacionales, contra mecanismos de integración y se refugian en el aislacionismo y la búsqueda de sus intereses de corto plazo.

Estos países están abandonando al mundo en manos de un nuevo entusiasta jugador global, la China de Xi Jinping, que se muestra deseosa de liderar el libre mercado y la propia globalización.

La pregunta que cae por su propio peso es: ¿Qué debemos hacer los países más pequeños, como el Perú, que hemos tenido capacidades de diversa naturaleza para aportar al mundo, ya sea con los alimentos oriundos de estas tierras, que en su momento salvaron las hambrunas del planeta, o con las contribuciones de peruanos de vocación internacionalista, como el Inca Garcilazo de la Vega, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco, José Luis Bustamante i Rivero, Cesar Vallejo, Javier Pérez de Cuéllar  y Mario Vargas Llosa? ¿Debemos limitarnos a observar y a acomodarnos, o debemos recurrir a nuestras mejores mentes para contribuir a diseñar nuestro futuro, el futuro de todos los ciudadanos y países del mundo global?

Anticipándonos a los hechos, en ocasión de la última reunión de APEC en el Perú, en noviembre pasado, le pedimos al gobierno que aprovechara la presencia de los líderes mundiales del libre comercio y la globalización, para plantear una gesta por su defensa de cara a las amenazas que se cernían en su contra. Lamentablemente, no se aprovechó la ocasión.

Nos toca ahora a las naciones más pequeñas, a los países emergentes, propiciar espacios de diálogo y pensamiento sobre el futuro de la humanidad y la gobernanza global. En esta dirección presentamos líneas abajo un importante ensayo sobre la gobernanza global, que recomendamos especialmente a nuestros lectores.

Ver artículos anteriores sobre gobernanza global en Lampadia: 

¿Se llegará a formar una gobernanza global?

WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar?

El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo XXI

Macintosh HD:Users:pablobustamante:Desktop:ENERO-2017:2017-01-11-1484136234-62707-iStock494062690.jpg
Fuente: www.celsianstaffroom.com

HACIA UNA NUEVA GOBERNANZA MUNDIAL

Texto preparado para el Foro China-Europa 2010
Michel Rocard, Gustavo Marin y Arnaud Blin

El feudalismo, al dejar de ser una institución política, se había convertido en nuestra mayor institución civil. Reducido como estaba, excitaba aún más odios y podemos decir con certeza que, al destruir una parte de las instituciones de la Edad Media, lo que quedaba lo habíamos tornado cien veces más odioso. Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución, 1856

Esta famosa reflexión de Alexis de Tocqueville, formulada en el contexto de la Revolución Francesa, señala vigorosamente la gran paradoja de las revoluciones, a saber: que éstas se inician cuando las cosas comienzan a mejorar y no, como solemos creer, cuando las cosas se degradan irremediablemente. En otras palabras, cuando un sistema que ya está fijo se abre, es cuando sus rigideces tienen mayor dificultad para ser aceptadas, sobre todo si la apertura es parcial, tal como ocurre la mayoría de las veces. Todas las grandes revoluciones que tuvieron lugar desde 1789 en adelante tienden a corroborar este análisis, como el caso de Rusia, por ejemplo, cuyo impulso revolucionario echó raíces en la apertura social buscada por el zar Alejandro II, o bien Irán, donde la revolución islamista tuvo su cuna en las moderadas medidas de modernización emprendidas por el Sha.

¿Qué decir de las grandes revoluciones geopolíticas? En este ámbito, los ejemplos de revoluciones no abundan. No obstante ello, la gran revolución geopolítica que generó el sistema de relaciones internacionales, base de la geopolítica europea y luego mundial, también obedece en grandes líneas a ese esquema. La revolución westfaliana, es de ella que estamos hablando, puso fin a la hegemonía del sistema imperial y al antagonismo entre la Iglesia y el Estado, sentando al mismo tiempo las bases del Estado moderno, el derecho internacional y el sistema de equilibrio de potencias, sistema altamente imperfecto pero que funcionó con relativo éxito hasta 1914. Ahora bien, el sistema westfaliano fue una consecuencia indirecta, y desfasada, de un siglo particularmente violento y de las tibias medidas de la paz de Augsburgo de 1555. Esa paz de compromiso sólo exacerbó las tensiones dentro de una Europa en estado de crisis, y luego la crisis no hizo sino hervir antes de explotar en un baño de sangre con el horror de la Guerra de los Treinta Años (1618 -1648).

No compararemos aquí épocas completamente diferentes. Sin embargo, al igual que a comienzos del siglo XVII, estamos atravesando actualmente y sin duda alguna, un período de ruptura donde el antiguo orden ha dejado de existir (si cabe calificar de “ordenada” a la época precedente, la de la guerra fría), donde el mundo está en busca de un nuevo orden, de una gobernanza por ahora difícil de encontrar, capaz de aprehender los problemas del momento, anticipar las crisis del mañana y escribir la historia de un probable futuro. En otros términos, en busca de una gobernanza adaptada a un mundo de aquí en más globalizado, de una “gobernanza mundial” que permita que los problemas colectivos se resuelvan colectivamente, tomando en cuenta la interdependencia que define hoy en día las relaciones entre los pueblos.

El período westfaliano terminó al iniciarse los treinta años de crisis agudas, que a su vez desembocaron en la creación de las Naciones Unidas, pero también en el inicio de la guerra fría que constituyó, por su extrema polarización y por la amenaza nuclear, una anomalía geoestratégica. Esa anomalía produjo, paradójicamente, cierta forma de paz que perduró de manera imperfecta hasta el desmoronamiento de la Unión Soviética. Pero esa paz imposible asociada a una guerra (global) improbable según las palabras del filósofo Raymond Aron, por su carácter indefinible, no logró engendrar un replanteo del sistema cuando la guerra fría murió de muerte natural. A guerra ambigua corresponde paz ambigua, podríamos decir. Es por ello que la situación actual está más cerca, a fin de cuentas, del compromiso de Augsburgo que de la revolución westfaliana, con todos los riesgos que eso representa para el porvenir.

Y de hecho, estamos actualmente en un período de gran cuestionamiento, puesto que todos los esfuerzos de cooperación internacionales fracasan uno tras otro. Los acuerdos de Oslo no pudieron hacer avanzar el espinoso problema del Cercano Oriente; la Ronda de liberalización de Doha va por su quinto fracaso; el largo ciclo de la Convención-Marco de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos empezó con el relativo éxito de Kyoto para terminar en el fracaso rotundo de Copenhague; la conferencia sobre la no proliferación nuclear que generó esperanzas con las promesas de Obama es probable que fracase. No se ha adoptado nada serio ni completo, en ningún lado, sobre la regulación de los movimientos financieros, sobre los paraísos fiscales, los productos derivados y ni siquiera sobre las insoportables remuneraciones de los banqueros que fueron relanzadas con más fuerza aún.

A situación inédita, remedios inéditos. Idealmente, claro, puesto que no puede hacerse tabla rasa del pasado y que los métodos de gobernanza ya probados son aquéllos a los cuales nos atamos naturalmente. Ahora bien, en la actualidad, hay de algún modo tres regímenes de gestión colectiva de los problemas globales que están en competencia unos con otros, sin llegar a cubrir sin embargo el espectro de problemas cada vez más numerosos a los que nos vemos confrontados y sin dar a ver tampoco, en sí mismos, el comienzo de una reconstrucción de la gobernanza mundial.

Tres grandes regímenes de gobernanza transnacional

El primero de estos regímenes, por importancia y por antigüedad, es el régimen de las potencias, basado en el entendimiento de las relaciones de fuerza, o en el equilibrio de las potencias. Este régimen propicia una gestión de los problemas colectivos a través de la competencia “colaborativa” entre las grandes potencias del momento. También es lo que se denomina como el sistema “multipolar” o bien el de los “polos de potencia”. El final de la guerra fría y el surgimiento o resurgimiento de países como China, India, Brasil o Rusia han alimentado la idea de que el planeta puede ser guiado, incluso dirigido, por un pequeño grupo de países poderosos que verían en una “buena gobernanza mundial” una manera de promulgar sus intereses nacionales respectivos, haciendo avanzar al mismo tiempo la causa de la humanidad al salvaguardar el statu quo geopolítico global. Pero históricamente este tipo de régimen muy conocido presenta una enorme falla pues, invariablemente, una de las potencias del concierto de los grandes intenta, en un momento dado, invertir el statu quo en beneficio propio. Aun cuando la visión de una potencia obligatoriamente predadora nos remite a un esquema occidental alimentado por el análisis de Tucídides -esquema al cual no adherirían necesariamente los chinos o los indios, por ejemplo-, no hay más remedio que constatar que el equilibrio logrado por la potencia es a menudo precario, y privilegia a los poderosos en detrimento de los débiles.

Cabe señalar que, comparada con la visión de la hegemonía de un solo país sobre el resto del mundo -como la de Estados Unidos durante los años 1990-2000-, que nos remite al modelo imperial, esta alternativa “multipolar” parece marcar un avance con respecto al pasado reciente. Hoy en día, este régimen se organiza en torno al G8 y el G20, teniendo últimamente mayor relevancia el segundo que el primero. Por supuesto que es un progreso, pero no una revolución, pues se trata de un régimen que sigue basado en el Estado-nación, en el principio de inviolabilidad de la soberanía nacional, en una jerarquía rígida de las potencias, aun si se ampliara el círculo de los privilegiados. Por lo demás, este régimen constituye una realidad, e incluso una realidad importante cuyo alcance sería peligroso minimizar: en el siglo XXI, el mundo sigue estando regido en gran parte por las relaciones de fuerza, con todo lo bueno y lo malo que esto implica.

El segundo régimen, que designamos de manera un poco reductora como el de la “seguridad colectiva”, es mucho más nuevo. Filosóficamente, data del siglo XVIII; en lo que respecta a su aplicación, del siglo XX. Históricamente, marca un avance significativo con respecto al modelo de la caridad, primer signo de referencia mundial común que aparece después de la guerra de 1870 (Cruz Roja, Convenciones de Ginebra, etc.).

En la actualidad, como todos sabemos, es el régimen que encarna la Organización de las Naciones Unidas. Criticada a menudo, y muchas veces con razón, la ONU logró no obstante crear un dispositivo duradero de gestión de los problemas relacionados con la guerra y la paz, el desarrollo económico y, en un futuro, la seguridad del medioambiente. Este dispositivo, aun cuando sigue siendo limitado en su alcance, ha demostrado de todos modos que una gestión colectiva de los problemas del momento es posible. Con un Consejo de Seguridad permanente e inmutable, no puede decirse que se trate de un sistema verdaderamente “democrático”, pero sí más democrático que el primero.

La ONU, organismo del que se espera que resuelva un abanico de problemas cada vez mayor sin darle sin embargo los medios necesarios para hacerlo, sigue siendo una de las piedras angulares de la gobernanza mundial del futuro. A lo largo de décadas, algunas de sus falencias han sido paliadas por el fuerte ascenso de lo judicial a nivel internacional (tribunales especiales, Corte Penal Internacional).

Las insuficiencias actuales, relacionadas en parte con el hecho de que el derecho sin coacción no tiene la fuerza que debería tener, hacen pensar cotidianamente que es necesario reformar la ONU, tal como se repite constantemente en diversos ámbitos. Ahora bien, aunque la ONU haya evolucionado a lo largo de las décadas, no ha demostrado tener hasta ahora las capacidades para transformarse en profundidad. Este fenómeno tiene que ver sobre todo con la limitación inherente a los sistemas de seguridad colectiva, a saber: que existen a través de los Estados constitutivos del sistema. Estos últimos, por múltiples razones, incluyendo las complicadas relaciones entre unos y otros, impiden que haya transformaciones profundas que darían mayor amplitud a un sistema del cual ellos forman parte.

Así como la ONU se superpuso a la Sociedad de las Naciones en 1945 antes de que esta última caducara (1946), ¿veremos nacer una tercera organización global de seguridad colectiva, de algún modo un modelo de tercera generación para el siglo XXI? Por el momento nada parece indicar esa eventualidad. Será pues la ONU quien seguirá jugando el papel que le pertenece desde su fundación. Pero tendrá que evolucionar, aunque más no sea para poder mantener su rango.

Con ese propósito, hay que empezar desde ya por mejorar la organización limitando el derecho a veto, ampliando el Consejo de Seguridad, amplificando los medios de experiencia y competencia, creando un Consejo de Seguridad Económica y estableciendo una Organización Mundial para el Medioambiente. También habría que utilizar más la Asamblea General y las conferencias de consenso. En lo ideal, la ONU debería hacer adoptar una Declaración de Interdependencia regida por el principio de que la comunidad de destino llama a la proclamación del principio de intersolidaridad mundial, vale decir el reconocimiento de una diversidad basada en un espíritu de tolerancia y pluralismo, y en la organización de procesos de integración que asocien a las diversas partes involucradas que representan a los individuos, a las organizaciones que detienen los poderes, a los Estados y, de manera general, lo que se designa como la “comunidad internacional”.

El tercer modelo, el de la Unión Europea (UE), también tiene sus raíces filosóficas en la Europa del Siglo de las Luces. En su aplicación, en cambio, su energía proviene de la experiencia negativa de las tres décadas de crisis en torno a las dos guerras mundiales, así como los resortes de la paz de los acuerdos de Westfalia procedían de la (“primera”) Guerra de los Treinta Años. Ahora bien, no existe en la historia un sistema (que no sea el de la UE) que haya transformado con tanta rapidez, por un medio que no fuera la fuerza, una zona de resentimiento y guerra casi perpetua en una región de cooperación y de paz sólida, estable y duradera. En muchos aspectos, la UE desafió muchas prácticas e ideas preconcebidas sobre la política de los Estados. Demostró sobre todo que la solidaridad entre Estados y entre pueblos no es una palabra vana, puesto que supo consentir importantes esfuerzos por parte de las naciones privilegiadas para integrar en su seno a países menos favorecidos.

Sin embargo, ya puesto en jaque por la ampliación extremadamente rápida de la UE, ¿el modelo europeo es aplicable a escala mundial?

Por el momento, el paso de la Unión Europea a una unión mundial parece muy lejano. La idea de un reagrupamiento de uniones regionales tampoco parece estar próxima, sobre todo cuando la crisis financiera, el endeudamiento, el desempleo persistente y el agravamiento de las divisiones políticas y culturales hacen que la UE ya tenga mucho trabajo por delante para salir ella misma del atolladero. Pero desde un punto de vista filosófico, la idea de un gobierno mundial basado en el modelo de la Unión Europea nos reconcilia con una noción que, desde el Leviathan de Hobbes, era poco atractiva y evocaba sobre todo la idea de un Estado global omnipotente y autoritario.

Del principio de la soberanía al principio de la interdependencia

Además de una voluntad más o menos expresada de engendrar paz y estabilidad, estos tres regímenes -competidores y complementarios a la vez- tienen un punto en común: los tres se articulan en torno a la problemática del Estado y la soberanía nacional, cada uno nutriendo un enfoque particular de la noción de soberanía, ubicándola en el centro del problema o bien tratando de trascenderla de una manera u otra, planteándola como condición previa para la elaboración de un régimen de gestión internacional o transnacional (pero no supranacional). El artículo 2, 7 del  capítulo 1 de la Carta de la ONU[1], que retoma de algún modo la noción de inviolabilidad de la soberanía nacional de los tratados westfalianos, es ejemplar en este sentido.

Superar el principio de la soberanía -sin predicar por ello con ingenuidad el fin del Estado-nación-: allí radica el nudo del problema de la gobernanza mundial actual. Ahora bien, tal como lo señala el filósofo alemán Peter Sloterdijk, Mientras tanto, las naciones siguen siendo entidades peligrosas, porque nadie está dispuesto allí a sacrificar las ventajas adquiridas en el interior de ese contenedor de la buena vida para adquirir protecciones de un orden superior[2].” El Estado-nación sigue siendo, con certeza, el actor central de la gobernanza transnacional, aun cuando a veces quede desamparado o sea ineficiente ante los problemas actuales. Su papel es vital, aunque más no sea porque sin Estado la sociedad se disgrega peligrosamente, tal como puede constatarse en algunos lugares, con desastrosos efectos para los pueblos y la comunidad internacional (caso de Somalia). Pero los países tienen que adaptarse también, imperativamente, a la mundialización. Ahora bien, vemos que esta última tiene con frecuencia el efecto de alentar a unos y otros a replegarse sobre sí mismos por miedo a perder un poco de su soberanía o de su identidad. Para ilustrar este fenómeno de repliegue, podemos constatar que las fronteras son mucho más rígidas que antes.

Por ello, si el principio de la soberanía (y su inviolabilidad) viene constituyendo el hilo conductor de las relaciones internacionales desde el siglo XVII, hoy en día es el principio de interdependencia el que debe jugar el papel de principio director para una gobernanza mundial digna de ese nombre. Y ese principio debe tener valor de norma universal. Las nuevas normas, los nuevos modos de funcionamiento y tal vez algunas nuevas formas institucionales para el futuro deben pensarse y desarrollarse a través del principio de interdependencia.

La elaboración de una gobernanza mundial articulada en torno a ese principio se traduce en la aplicación por un enfoque sistemático que pasa, necesariamente, por un trabajo de consenso. Los basamentos éticos y políticos subyacentes de una gobernanza de esa índole hay que buscarlos en un sentimiento de responsabilidad y de solidaridad de orden global, todo ello en un espíritu de pluralidad, dignidad y sustentabilidad, lo que podríamos definir como los “cinco pilares de una gobernanza mundial para el siglo XXI”.

Así como los padres fundadores de los Estados Unidos de América habían reinventado la democracia implementando un sistema eficaz de contrapoderes (que por otra parte existía anteriormente en otras culturas: mapuche de Chile o iroqués por ejemplo), hoy en día tenemos que elaborar soluciones a través de un consenso lo más amplio posible, generando la adhesión necesaria para la cooperación de todos los actores. Se trata de una tarea titánica, pues hay que legitimar el ejercicio de ese poder, conformándose al mismo tiempo al ideal democrático y al ejercicio de la ciudadanía. También hay que desarrollar esos modos de gobernanza no ya en relación con formas institucionales rígidas, sino según un principio de eficacia y competencia cuyos criterios son desde ya difíciles de definir. Por sobre todo, esa nueva arquitectura debe estar en condiciones de coordinar las relaciones y cooperaciones entre los diversos tipos de actores y partes involucradas. Por último, esta gobernanza mundial debe ser compatible y complementaria con los demás niveles de gobernanza, de lo local a lo nacional y de lo regional a lo continental.

Pero la elaboración de una verdadera gobernanza mundial también pasa, necesariamente, por un replanteo de los modos de pensamiento subyacentes a la elaboración de una nueva arquitectura de la gobernanza que refleje la pluralidad del planeta. Para ello, la confrontación de los sistemas de pensamiento constituye el primer paso hacia la construcción de una gobernanza mundial. Obviamente, el problema no consiste únicamente en comparar o confrontar modos de pensamiento, sino en proyectar un pensamiento realmente pluriversal sobre el horizonte del mundo del mañana. En otras palabras, no hay que intentar solamente mundializar los conocimientos sino también, y sobre todo, como lo dice justamente Chen Lichuan : pensar una simbiosis de civilizaciones donde lo mejor de cada civilización tenga derecho de ciudadanía y donde se trate concretamente de conciliar dos enfoques de la sociedad humana: uno basado en los derechos, el otro basado en el saber convivir, y de encontrar un equilibrio entre el espíritu colectivo, la exigencia de la comunidad y la necesidad de autonomía y libertad del individuo”. Lampadia

[1] Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta.

[2] Periódico Libération, Francia, 13 de marzo de 2010.