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Las vías de desarrollo del Perú

Las vías de desarrollo del Perú

El Perú, como lo indican los resultados de la primera vuelta de las elecciones, elegirá un presidente pro-mercado el 5 de junio. A pesar que la carrera política antes de las elecciones de junio será dura, la posibilidad de se hagan cambios importantes en el panorama económico ha sido aniquilada. Ambos candidatos, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, son partidarios de políticas de libre mercado y se espera que permanezcan en línea con el desarrollo económico del Perú que se basa en las políticas liberales.

Este potencial económico del país también se reflejó en los datos de actividad económica de febrero, que registraron una notable expansión del 6.0% respecto al mismo mes del año pasado. Además, el IPE presentó recientemente  su primera propuesta de políticas públicas sobre el crecimiento y desarrollo del país, titulado “Desarrollo Perú”, el cual propone medidas para mantener el desarrollo sostenido del país, una prioridad para asegurar el crecimiento del país y de esa forma generar mejores empleos.

Fuente: arqhys.com

El informe plantea que el progreso y la mejora del bienestar recién han sido notables desde la década de 1990, principalmente debido a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Ver en Lampadia: Aumentar la productividad para acelerar el crecimiento.

Después, se analiza la productividad total de factores, que es la relación entre la producción final y los insumos o recursos utilizados en el proceso productivo. Un aumento de la productividad significa que se está produciendo más con los mismos recursos. Para ilustrar la productividad en la historia peruana, el IPE utilizó una estimación de Bruno Seminario, profesor de la Universidad del Pacífico, publicada en su último libro “El Desarrollo de la Economía Peruana en la Era Moderna”. 

Esta estimación permite observar que el principal periodo de retroceso de la productividad ocurrió entre 1975 y 1992, periodo durante el cual se sufrió la crisis de la deuda, el terrorismo y la hiperinflación. Luego de esto, la primera generación de reformas estructurales permitió el rebote de la productividad en 1993 y su crecimiento sostenido desde 2001 hasta el 2012. Así, recién en el 2006 se superó la productividad de 1975.

Según el IPE, “en los últimos 25 años, el crecimiento de la productividad peruana ha sido mayor que el del resto de la Alianza del Pacífico, y segunda en el mundo”, lo cual explica el gran crecimiento de la década pasada. Esto se puede observar en el gráfico inferior, el cual muestra un desagregado del crecimiento del Perú en los últimos 50 años, y se ve claramente que la zona gris (la productividad) es la mayor contribución al crecimiento. 

Lo más importante es notar como el crecimiento económico experimentado por el país fue compartido entre sus habitantes. Desde el año 2000, casi una cuarta parte de la población ha logrado salir de la pobreza. A lo largo del país, los hogares de menores ingresos se han beneficiado más del crecimiento que el promedio nacional.

Asimismo, la desigualdad cayó significativamente en el mismo periodo, con uno de los ritmos más rápidos de la región: 12.6% frente a un promedio regional de 5.3%. Ver en Lampadia: Confirmado: solo con crecimiento económico se supera la pobreza y Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento.

El Banco Mundial también lo confirmó, afirmando que “el crecimiento económico fue el principal impulsor de la reducción de la pobreza y la desigualdad a través de un mejorado ingreso laboral más que por medio de políticas de redistribución, que solo explican 15% de la reducción de la pobreza.” Ver en Lampadia: Perú: Crecimiento disminuye la Desigualdad.

El principal componente del crecimiento de la economía es la inversión privada y, como se observa en el gráfico inferior, es mucho mayor a la pública. Sin embargo, gran parte del debate nacional se centra en esta última, cuando debería hacerlo en la privada, que ha representado (en promedio durante el periodo de 1990 – 2014) 16.3% del PBI, mientras que la pública tan solo un 4.4%. Solo en 2015, la privada fue de 19.9% y la pública de 5.8%.

Mientras que la tendencia hasta el 2012 fue al alza, hubo dos momentos claros de caídas antes del 2014. Uno fue en el 2009, fácilmente explicado por la crisis financiera mundial del mismo año. El otro fue en el 2011, año electoral de gran incertidumbre política y el desastre de la suspensión del proyecto minero Conga en Cajamarca, en el cual no sólo se perdió la inversión de US$ 4,000 millones, sino que generó un efecto domino negativo y paulatino en toda la economía peruana y fomentando el discurso anti-minero que solo ahuyenta la inversión extranjera, la cual, en casi 20 años, ha significado en promedio 4.2% del PBI.

Existe una clara relación entre la confianza empresarial y el desempeño de la inversión privada, el crecimiento y el bienestar. En los últimos años, ambos han ido cayendo, reflejando el mal manejo del gobierno. En Lampadia ya veníamos afirmando esto desde hace mucho y se ha analizado que en el 2011, coincidiendo con el inicio del gobierno de la inclusión, se han producido dos puntos de inflexión muy graves, tanto en aspectos sociales como económicos. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Para poder retomar recuperar el crecimiento económico,el principal camino para la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la recaudación fiscal(fuente de la acción redistributiva del Estado) es necesario hacer varias reformas estructurales. Según el IPE, los principales limitantes a la creación y desarrollo de negocios son la Ineficiencia del Estado, la rígida legislación laboral y la corrupción.

Con respecto a la Ineficiencia del Estado, uno de los temas más importantes especialmente en la coyuntura actual, se afirma que la gobernabilidad en el Perú es la más baja de la Alianza del Pacífico, y volvió a retroceder en 2014.

La segunda vuelta electoral entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski se presenta como una extraordinaria oportunidad para que todos vivamos una lección de civismo y un período de aprendizaje y reflexión sobre propuestas serias que nos permitan ponderar las políticas públicas que pueden terminar de llevarnos al desarrollo integral. Aquellas que necesitamos emprender para ocupar nuestro espacio entre los mejores países de la tierra. Ver en el editorial de Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado

Ambos candidatos a la segunda vuelta electoral se distinguen por ser esencialmente propositivos. Como explicamos en nuestro editorial, se nos presenta una gran oportunidad de llevar la contienda de la segunda vuelta a un nivel en que podamos tener un período de aprendizaje de los ciudadanos, si en vez de trifulcas y acusaciones mutuas, contrastamos propuestas, análisis causa-efecto de las alternativas políticas públicas y revisamos nuestra realidad sin apasionamiento político o ideológico. “Si construimos sobre lo avanzado”. Lampadia




Increíble error de una de las mejores revistas del mundo

Increíble error de una de las mejores revistas del mundo

El 9 de abril, The Economist presentó su artículo sobre las elecciones peruanas en términos inaceptables por su falta de objetividad, pues su análisis fue muy pobre y sesgado.

“Las elecciones en Perú”

“Una farsa peligrosa”

“Tontas decisiones de la autoridad electoral subvierten la democracia y socavan el estado de derecho”

 

The Economist afirma que: “Los peruanos están descubriendo, para su desconcierto, que el árbitro puede determinar quién gana en la política, también. El 10 de abril van a ir a las urnas para elegir un nuevo presidente. Dos nombres, los de Julio Guzmán y César Acuña, no estarán en la cédula, aunque las encuestas les daban casi una cuarta parte de los votos. Sin embargo, apenas un mes antes de las elecciones y después de semanas de giros legales, la autoridad electoral los ha descalificado”.

Rápidamente, los peruanos también estamos descubriendo, para nuestra rabia y frustración, que The Economist, una de las revistas más admiradas en el mundo, no es tan rigurosa como siempre hemos creído. Es muy sorprendente que para su artículo sobre las elecciones peruanas tome por sentadas las sesgadas explicaciones de Guzmán y Acuña o la de sus colegas.

Análisis y perspectiva

1. La legislación peruana ha pasado, durante los últimos 15 años, a través de un proceso de reproducción y multiplicación masiva. Este ha sido el caso para todos los aspectos de nuestra sociedad, cubriendo el poder judicial, las autoridades electorales, las regulaciones de negocios y las relaciones de los ciudadanos con todas las instancias de gobierno.

Un ejemplo: Julio Velarde, Presidente del Banco Central de Perú, presentó recientemente la siguiente información: “En 2001, las regulaciones legales del sector minero incluían 9 procedimientos diferentes. En 2014 llegan a 204”.

La mayoría de estas regulaciones, que asfixian todas las actividades del país, son inútiles o francamente estúpidas. Sin embargo, todos tenemos que cumplirlas, especialmente las autoridades. Reconociendo que tenemos normas muy absurdas, ¿se pueden imaginar lo que pasaría si todo el mundo decidiera si cumple con ellas o no?

2. Las autoridades electorales están en una especie de trampa. Probablemente considerarán nuestra legislación como absurda y, en lugar de excluir inmediatamente a Guzmán, trataron de ganar un poco de tiempo y se fueron por caminos complicados para tratar de superar esta situación tan peculiar.

3. Guzmán debería haber sido excluido de inmediato porque su partido, en realidad, no cumplió las normas que estaban claramente establecidas y que ellos conocían. Es más, cuando Guzmán se hizo cargo del partido, las personas a cargo de los procedimientos legales con la autoridad electoral, le pidieron mantener el proceso bajo su control. Estúpidamente, Guzmán decidió excluirlos del proceso y asignárselo una de sus hermanas.

4. Unos pocos días más tarde, las personas con la experiencia relevante en el partido detectaron una serie de errores y le solicitaron nuevamente a Guzmán tomar esa responsabilidad en sus manos. Guzmán insistió en mantener a su hermana como la única responsable del proceso y los resultados hablan por sí mismos.

5. Cuando la autoridad electoral objetó los procedimientos del partido de Guzmán, a fines del año pasado, éste tenía tan sólo el 1% de aprobación en las encuestas. El partido de Guzmán no reaccionó como debería haberlo hecho y dejó pasar el tiempo.

6. Después, la trampa fue perfecta: Guzmán había subido en las encuestas, nadie entendía los procedimientos legales y Guzmán hizo mucho ruido presentándose como una víctima.

7. Una vez más, las autoridades (presionadas por la conciencia de que esas normas eran estúpidas, las cifras de Guzmán en las encuestas y el rugido de los medios de comunicación) en lugar de cortar a Guzmán, decidieron pasar por todos los procedimientos posibles para ver si podían manejar la situación sin más ruido. Al final, el escenario fue inmanejable, el Jurado tuvo que excluir a Guzmán, y este tomó la posición oportunista de acusar a todos de sus propios errores.

8. El caso de Acuña es la consecuencia de otra ley muy estúpida, que estipula que los candidatos no pueden dar ningún tipo de regalos a los votantes con el riesgo de exclusión, pura y simple, de las elecciones (sin graduación de la pena y por regalos de un valor ínfimo de  S/. 19, menos de US$ 6).

9. Acuña violó sistemáticamente esta norma, dando los regalos personalmente y promoviendo públicamente esa actividad. Mientras que Keiko Fujimori negó explícitamente su apoyo para financiar el concurso de baile, materia de la acusación, y sólo fue invitada a estar presente en la ceremonia en que se dieron los premios.

10. El Jurado Nacional de Elecciones excluyó al candidato para la segunda vicepresidencia de Keiko Fujimori porque el sí dio regalos, una botella de agua y una lata de atún. Estúpida como parece, es la consecuencia de una ley increíble que sí fue aplicada correctamente y sin favoritismos.

Desafortunadamente, The Economist no es la única publicación internacional que emplea corresponsales locales que tienen visiones sobre la política y sobre las  políticas públicas, que son contrarias a las de sus empleadores.

En este portal admiramos y seguimos muy de cerca los análisis y reportes de The Economist. Esperamos con entusiasmo un nuevo informe suyo sobre las elecciones en el Perú. Lampadia

Leer nuestra carta en ingles, tal como ha sido remitida a The Economist:

Open letter to The Economist




La Cuarta Revolución Industrial y las Finanzas

La Cuarta Revolución Industrial y las Finanzas

El famoso analista económico del Financial Times plantea una crítica muy fuerte al sistema financiero, al comentar el eventual impacto de las nuevas tecnologías en este negocio de intermediación financiera.

Desde la crisis del 2008/9, la banca internacional a sido objeto de muchos ataques por los excesos de los bancos más grandes de EEUU y Europa, que pusieron al mundo al borde de una crisis generalizada. A pesar de las intervenciones de los estados, la crisis fue muy grande, pero se evitó el colapso de la economía global, de haberse cortado el crédito. Esto hubiera tenido consecuencias catastróficas para toda la humanidad, con un costo social imposible de calcular.

Sin embargo, esas instituciones financieras enormes ‘to big to fail’ (muy grandes para fallar), que de alguna manera les aseguran una inadecuada protección estatal en casi cualquier circunstancia, no se han llegado a reformar y regular de manera de disminuir la concentración excesiva de poder y, tampoco se han evidenciado los castigos suficientes a los responsables de la crisis.

Sin lugar a dudas, una buena parte de las regulaciones y castigos, siguen pendientes, pero de ahí a transmitir una evaluación parcial de la crisis, hay un gran paso.

En cuanto a las nuevas tecnologías, se espera efectivamente que tengan un gran impacto en la estructura del sector financiero. Introducirán mayor competencia, menores costos de transacción, más transparencia, mayor cobertura y mejores servicios. Veamos las expresiones de Wolf.  

Buenas noticias: “Fintech” puede ser disruptivo de las finanzas

Escrito por Martin Wolf

Financial Times

Publicado el 8 de marzo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Actualmente, la banca es ineficiente, costosa y plagada de conflictos

La tecnología de la información ha afectado los negocios del entretenimiento, de los medios de comunicación y del comercio minoristas y, más recientemente, la oferta de habitaciones de hotel y taxis. ¿Va a suceder lo mismo con las finanzas? Mi primera respuesta es: ¡por favor! Mi segunda respuesta es: Sí. Como Bill Gates ha dicho, “Siempre sobrestimamos el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimamos el cambio que se producirá en los próximos 10 años. No te dejes llevar hacia la inacción”. Este consejo no sólo se aplica a las personas en los negocios, también a los hacedores de políticas.

Las finanzas son un negocio de información. El negocio de las finanzas gasta una mayor  proporción de sus ingresos en tecnología de la información, que cualquier otro negocio. Parece  listo para experimentar los efectos disruptivos de las tecnologías de la información. Consideremos sus tres funciones esenciales: pagos; intermediación entre ahorros e inversiones; y seguros. Todas estas actividades son intensivas en información.

Los bancos y las aseguradoras son el corazón de las instituciones financieras. Los bancos gestionan los sistemas de pago; crean la mayor parte del dinero de la economía; son responsables de una gran porción de la intermediación financiera; son los creadores de instrumentos financieros; y actúan como creadores de mercado y agentes. Las aseguradoras desempeñan un rol fundamental en la evaluación y gestión de riesgos.

¿Por qué podría esperarse que la nueva tecnología financiera, o “Fintech” (por sus siglas en inglés) vaya a transformar estos negocios? La respuesta, en especial para la banca, es que actualmente no se están llevando a cabo adecuadamente. La banca parece ser ineficiente, costosa, plagada de conflictos de intereses, con tendencia a un comportamiento poco ético y, no menos importante, capaz de generar enormes crisis.

En un reciente discurso sobre las posibilidades de una revolución financiera, Andrew Haldane del Banco de Inglaterra señaló que, sorprendentemente, el costo unitario de la intermediación financiera de EEUU parece no haber cambiado en más de un siglo. Además, los ingresos de las finanzas simplemente aumentan y disminuyen con el valor de los activos. Esto connota una enorme cantidad de extracción de rentas. Además, 10 millones de hogares en EEUU y 1.5 millones de adultos en el Reino Unido, todavía no tienen cuentas bancarias. A nivel mundial, los bancos generan una alarmante cifra equivalente a US$1.7 mil millones en ingresos — un 40% del total por la función de hacer pagos. En la era de la computadora, un pago todavía puede tardar horas o días.

En relación con el comportamiento, tal y como John Kay lo ha escrito, “partes del sector financiero en la actualidad… muestran los estándares éticos más bajos de cualquier industria lícita”. Parece que el pago de inmensas multas se considera, simplemente, parte del costo de hacer negocios. Por último, las crisis bancarias posteriores a 2007 fueron tan extensas como cualquiera otra en el pasado. El hecho de que su impacto económico no haya sido peor que en  las anteriores se debió a la disposición de los gobiernos de rescatar a los bancos. [Esta es una declaración irresponsable. Si la llamada crisis de Wall Street hubiera llegado al sector real, se hubiera cortado el crédito a la economía y las consecuencias hubieran sido catastróficas. Otra cosa es si después de salvar la crisis, se hizo o no, el escarmiento suficiente por las malas prácticas].

La nueva tecnología pudiera ayudar a cambiar esto en, por lo menos, dos formas. En primer lugar, pudiera transformar los pagos. Una posibilidad es el pago en tiempo real a través de libros de contabilidad distribuidos.

Una segunda transformación pudiera ocurrir a través de los préstamos parte a parte (P2P), en el que las nuevas plataformas desintermedian el negocio tradicional entre ahorradores e  inversionistas. Este tipo de préstamos está creciendo rápidamente.

Los optimistas imaginan un futuro en el que los pagos, la creación de dinero (incuestionablemente de activos líquidos y seguros), y la intermediación se separarían. En este caso, la capacidad del sector bancario para crear el caos se reduciría. Sin embargo, también existen oportunidades de malversación en las plataformas P2P; de hecho, son inevitables en las transacciones que dependen de las promesas para un futuro inherentemente incierto.

Una potencial fuente de transformación adicional es la que proporciona ‘Big Data’ (los datos masivos). Éstos pudieran transformar la calidad del crédito, pero es más probable que los efectos más impactantes se observen en el negocio de los seguros. En el negocio de los seguros, una cierta cantidad de ignorancia es una bendición para los clientes.

En balance, las oportunidades que ofrece la aplicación de las tecnologías de la información a nuestro sistema financiero parecen ser amplias. La dificultad pudiera estar más bien en el asegurar que, en esta ocasión, los beneficios sean a favor del público en lugar de que sean a favor de una pequeña cantidad de operadores tradicionales o incluso de sus reemplazos más dinámicos. Las finanzas, en particular la banca, necesitan una revolución. Sin embargo, ésta es un área en la que los hacedores de políticas no pueden simplemente suponer que todo va a salir bien. La importancia de las finanzas hace que se necesite una revolución. Pero, por esa misma razón, dicha revolución requiere también una observación muy cuidadosa. Lampadia

 

 




El Perú sigue perdiendo atractivo en inversiones mineras

El Perú sigue perdiendo atractivo en inversiones mineras

El Perú ha caído 10 puestos en el Índice de Atracción de Inversiones, según la Encuesta del Fraser Institute entre Compañías Mineras (Survey of Mining Companies 2015). Este informe presenta los resultados de la encuesta anual de empresas mineras y de exploración, que evalúa las políticas públicas, la incertidumbre regulatoria y otros factores que afectan la inversión en exploración e inversiones mineras.

La encuesta se distribuyó a más de 3,800 personas entre el 15 de septiembre y el 27 de noviembre de 2015. Las preguntas estuvieron mayormente relacionadas a la incertidumbre en relación con la administración, interpretación y aplicación de las regulaciones existentes. Las respuestas fueron utilizadas para clasificar provincias, estados y países en función de la medida en que los factores de política pública alientan o desalientan la inversión. Estos resultados se dividen en dos principales indicadores: el Índice de Atracción de Inversiones y el Índice de Percepción de la Política.

El Índice de Atracción de Inversiones tomó en consideración tanto la percepción minera como la política. Se construye combinando el índice de Mejores Prácticas del Potencial Minero, que clasifica las regiones sobre la base de su atractivo geológico, y el Índice de Percepción de la Política, un índice compuesto que mide los efectos de la política de los gobiernos sobre las actitudes hacia la inversión en exploración.

Según este informe, el Perú bajó 10 posiciones en el Índice de Atracción de Inversiones (del puesto 26 al 36). Esto se debe principalmente a los innumerables conflictos anti-mineros que el Estado ha sido incapaz de poner en su real contexto. Como hemos informado en diversas ocasiones, en el Perú se ha desarrollado una campaña para llevarnos a rechazar el desarrollo de este sector. A esta han contribuido una serie de ONGs, algunos académicos y muchos políticos, incluyendo a representantes del gobierno de Ollanta Humala. A diferencia de lo que sucede en Canadá y Australia, seguimos hablado de primarización de la economía, de exportación de “piedras sin procesar” y de que la inversión minera no tiene futuro por las condiciones de los precios de los commodities, que siguen siendo relativamente adecuados, y por la desaceleración de China. (Ver amplia información sobre la realidad de la conflictividad minera en el Perú, en nuestra biblioteca virtual: Recursos Naturales y Desarrollo).

No se quiere entender que, innecesariamente, estamos tirando por la borda una riqueza que ha producido muchos beneficios económicos y sociales y que, aún hoy, con las condiciones de los mercados internacionales, puede crear mucha riqueza adicional para muchos peruanos, entre ellos al propio Estado. Esta riqueza es esencial para generar los recursos que nos permitan superar nuestras brechas sociales y económicas y, sobre todo, para que ante la revolución tecnológica en ciernes, podamos nivelarnos, lo más pronto posible, con los países más desarrollados.

Regresando al índice, es importante notar que a nivel regional, sin embargo, nuestro país todavía ocupa el segundo puesto, sólo detrás de Chile. Nos siguen México (posición número 37), Colombia (55), Brasil (56), Nicaragua (65), Salta en Argentina (71), Panamá (74), San Juan en Argentina (75), República Dominicana (81), Uruguay (99), Honduras (107) y Venezuela (108).

Para analizar la situación del Perú en perspectiva, hemos comparado sus resultados de los sub-indicadores con los de Noruega y Chile. Noruega, un país que ha sabido crear riqueza desde su sector extractivo, es uno de los líderes mundiales y Chile, a pesar de Bachelet II, sigue siendo el líder de la región. Como podemos observar en el gráfico siguiente, todavía tenemos mucho camino que recorrer para mejorar:

El segundo indicador es el Índice de Percepción Política, en el que el Fraser Institute afirma que las  decisiones para la inversión a menudo no se basan solo en el potencial minero puro de una jurisdicción. De hecho, los encuestados indican consistentemente que aproximadamente el 40% de su decisión de inversión está determinado por factores de política.

En este ranking, el primer puesto fue de Australia Occidental. El Perú, por su lado, obtuvo el tercer puesto de la región. Mejoró 3 lugares con respecto al año pasado, avanzando del puesto 58 al 55 de 109 países, con un puntaje total de 66.8.

En este indicador, nuevamente, Chile obtuvo el primer puesto en la región, con un score de 83.5, lo cual lo coloca en el puesto 26 a nivel internacional. En segundo lugar se encuentra México, en el puesto 47. Después de nosotros está Uruguay (56), República Dominicana (57), Panamá (68), Brasil (69), Colombia (70), Nicaragua (71), Argentina (85), Ecuador (86), Bolivia (95) y Venezuela (109).

En general, según el informe. La media de la atracción de inversión de América Latina y el Caribe se redujo ligeramente este año, sin embargo, Chile, Perú y México se mantienen liderando el puntaje de la región.

En las observaciones finales, es interesante remarcar los comentarios que algunos de los encuestados hicieron sobre el Perú. Un miembro de la directiva de una empresa de exploración minera que fue encuestado (que se mantiene anónimo en la encuesta), afirmó que: “La nueva declaración de 2012 afirma que todas las empresas de exploración están obligadas a dar un trato especial a las poblaciones indígenas antes de empezar con sus actividades, lo que resulta en un mayor alargamiento del tiempo requerido para la permisología.”

Por otro lado, Chile tiene un proceso más eficiente para permitir programas de exploración estilo ‘Brownfield’, afirmó el presidente de una compañía minera. Además: “Es fácil asegurar los derechos de explotación minera en el país”.

Esto muestra lo que nos hace falta en el Perú: destrabar nuestro crecimiento mediante la reducción de permisos y trámites que solo desalientan el sistema y reducen nuestro atractivo a la inversión. Para esto se debe facilitar el impulso de grandes proyectos, atrayendo a los inversionistas para desarrollar su potencial. Se tienen que eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrenta la actividad minera y los proyectos de infraestructuras.

Por ejemplo en minería se requiere superar los siguientes trámites: En exploración (6), explotación (84), ambiente (47), agua (10), tributos (9), cierre de minas (13) más regulaciones generales llegando a un total de 241 normas que hoy regulan la minería en 130 instancias distintas.

Para retomar la senda del crecimiento y el ciclo virtuoso del Perú, urge seguir promoviendo un alto nivel de inversión, sobretodo en el sector minero. Esta es nuestra fuente principal de crecimiento de la economía, el empleo y de encadenamiento con los demás sectores. Hoy, sin embargo, estamos atrapados entre la tramitología y el caos político. Ver en Lampadia: El Perú sucumbe a la ‘urdimbre regulatoria’.

Lampadia




KPMG: Consejos sobre las inversiones en infraestructuras

KPMG: Consejos sobre las inversiones en infraestructuras

Los 100 proyectos más innovadores e impactantes de infraestructura en el mundo se exhiben en el último reporte de ‘Infraestructuras 100: Informe Mundial de Mercados’ de KPMG. El informe se centra en la infraestructura de cuatro mercados clave: mercados internacionales maduros, las potencias económicas, los mercados más pequeños pero establecidos y los mercados emergentes.

Estos proyectos “transformacionales” como los llaman, tienen la capacidad de cambiar las naciones e impulsar el crecimiento económico, tienen un valor aproximado de US$ 1.73 millones de millones de dólares.

Richard Threlfall, jefe de Infraestructuras, edificación y construcción de KPMG en Gran Bretaña, afirma que: “Nuestro último escaparate de proyectos de todo el mundo resalta la visión, la determinación y la innovación necesaria para impulsar la prosperidad económica y el impacto social a través del desarrollo de infraestructuras”.

“Cada país tiene su propio enfoque para el desarrollo, pero el financiamiento para las infraestructuras es un reto que todos comparten: crear las condiciones adecuadas para atraer inversiones. Vemos la inversión en infraestructura como un conducto para mejorar la calidad de vida, crear oportunidades y conectar al mundo – llegando al objetivo de la creación de un mundo mejor”.

[En CADE 2015, el banquero internacional, peruano, Alberto Verme nos dijo que: “Para un buen proyecto siempre habrá financiamiento”].

El estudio identifica 10 tendencias que están definiendo el debate global en infraestructuras:

1. Las medidas de los gobiernos para destrabar proyectos en infraestructura

Según el informe, el debate ha migrado de simplemente hablar de infraestructuras y la elaboración de listas de proyectos necesarios a una fase de discutir cómo hacer las cosas. Esto ha llevado a algunos gobiernos a tomar un rol más importante en destrabar los proyectos propuestos[Algo que falta que entienda el Gobierno peruano].

Uno de los ejemplos de éxito que menciona es el mecanismo de garantía de US$ 60 mil millones del Reino Unido, en el que se garantiza este monto para asegurar que los proyectos prioritarios de infraestructurasobtengan la financiación que necesitan a pesar de las difíciles condiciones del mercado de crédito. Es un gran modelo de cómo los gobiernos han comenzado a adoptar un enfoque intervencionista para reforzar la capacidad bancaria de proyectos de infraestructura.

2. Los riesgos políticos y regulatorios manejan la agenda

La política es un rol importante en la infraestructura, ya que algunos proyectos a largo plazo no siempre corresponden con los ciclos electorales o expectativas de presupuesto y financiación a corto plazo.Los debates en las economías desarrolladas han comenzado a centrarse en cómo despolitizar la toma de decisiones de infraestructura y dar prioridad a la selección de los proyectos de infraestructura clave.

3. Las reformas de mercado: situación actual no es apta para el futuro

Los sistemas de regulación están luchando para mantenerse al día con la evolución del mundo y las tecnologías de punta.Los organismos reguladores y las nuevas leyes promulgadas tendrán que evolucionar para seguir el ritmo de estos cambios.

En primer lugar, ambos necesitan proporcionar seguridad a los inversores de que el régimen de regulación se mantendrá estable, consistente y apoyarán las inversiones en curso y en segundo lugar, un mecanismo que equilibre la necesidad de proteger a los consumidores con la necesidad de garantizar que los inversores reciban suficientes ingresos como para permitirles continuar invirtiendo en activos.

4. El cambiante rol de los organismos multilaterales y de los bancos de desarrollo

Los bancos multilaterales han sido los proveedores del financiamientode infraestructuras. Ahora el Banco Asiático de inversión es un ejemplo notorio de un nuevo banco multilateral.

Sin embargo, ha habido un cambio significativo en los modelos de funcionamiento y los objetivos de rendimiento de muchos de los bancos multilaterales y de desarrollo del mundo. Antes, para los organismos multilaterales, el éxito se medíaen la cantidad de dinero prestado. Ahora se trata de la medida en que ayudan a establecer la estrategia de proyectos para ayudar en las primeras etapas de desarrollo y atraer a otros inversores.

5. Complejidades impiden grandes proyectos

A medida que crecen las necesidades de infraestructura, los proyectos son cada vez más grandes y más complejos. Los proyectos tienen que lidiar no sólo con una multitud de actores con diferentes intereses, sino con distintos reglamentos y leyes locales e internacionales.

6. Lograr el equilibrio entre la oportunidad y necesidad

Se trata de balancear lo que podría percibirse como una solución a corto plazo para un problema en relación con lo que pueda necesitarsea largo plazo.Por ejemplo, con las carreteras y la congestión del tráfico, no se sabe si la tecnología automatizada será capaz de resolver los problemas de los próximos 20 años. Por lo tanto, existe la duda de si se está invirtiendo en la construcción de una gran cantidad de carreteras que serán redundante en los próximos años.

Otra gran pregunta es si se debe dar prioridad a la infraestructura física (como carreteras y puentes) o a la infraestructura social (como la formación de los ingenieros que construyan en el futuro).Encontrar el justo equilibrio entre la necesidad y oportunidad es crucial para la inversión de infraestructura mundial.

7. La lucha por un mejor desempeño de los activos

La infraestructura no se trata sólo de la construcción de nuevos proyectos sino en maximizar su retorno, optimizando el mantenimiento para dure más tiempo. Esta es una gran tendencia emergente, cómo sacar el máximo provecho de lo que ya tenemos.

Además, ya es ampliamente reconocido que los activos pueden obtener mejores resultados en términos de eficiencia, costo y experiencia para los clientes que sus contrapartes estatales. Los gobiernos también están muy interesados en la privatización de activos por razones financieras en parte debido a que la privatización significa que la inversión futura puede ser una carga menos para los libros públicos.

8. La escasez de recursos moviliza las inversiones

Energía, agua y seguridad son los recursos que siguen representando la mayor parte del gasto en infraestructura.Más de un tercio de los proyectos que figuran en el último informe se relacionan directamente aestos recursos.El desarrollo de nueva y más eficiente infraestructura será la clave para reducir el impacto de la escasez de recursos.

9. Los participantes en Infraestructura se globalizan

Cada vez son más los inversores,operadores y desarrolladores internacionales que buscan oportunidades en todo el mundo. Una vez que se desarrolla con éxito un sector de infraestructura en su propio país, es probable que este modelo se pueda replicaren otro lugar o, al menos, utilizar la misma experiencia.

Ya se han estado viendo ejemplos de esto durante la última década con el surgimiento de “desarrolladores globales” como las casas comerciales japonesas, firmaschinas o contratistas españoles obligados a buscar nuevas oportunidades fuera de su mercado nacional. Todos ellos han desplegado con éxito el capital y los recursos en docenas de proyectos fuera de su país de origen.

10. Las ciudades agudizan su enfoque en la movilidad urbana

El crecimiento de las zonas urbanas ha servido tradicionalmente como un centro del crecimiento económico en la mayoría de los países y algunos como China están tratando de hacer frente a las crecientes demandas de la rápidamente cambiantes demografía.

Más y más personas están viviendo vidas más prósperas y viven más tiempo. El hecho de que tengan vidas activas más largas crea más demanda de energía y transporte.Como resultado estamos viendo un creciente interés en los proyectos de movilidad urbana, particularmente prevalentes en una ola de proyectos ferroviarios de metro en todo el mundo.

La brecha de infraestructuras es una de las carencias que impiden que en el Perú tengamos una mejor calidad de vida y una economía más competitiva. Junto con las brechas de educación y salud, es una de nuestras necesidades más imperiosas. En Lampadia estamos siguiendo este tema lo más cercanamente posible. Ver nuestras publicaciones anteriores:

  1. Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones
  2. Estrategia para el financiamiento de las Infraestructuras

Reflexionemos sobre las tendencias que nos presenta KPMG, para privilegiar y dirigir las inversiones que necesitamos para cubrir la crecientebrecha de infraestructuras. No podemos quedarnos atrás, es hora de gobernar con sentido de propósito y seriedad. Lampadia




Reinventando las empresas

Reinventando las empresas

Los emprendedores están rediseñando la materia prima del capitalismo

Comentario de Lampadia

La revolución tecnológica que se despliega en el mundo, no solo está referida a nuevos procesos, productos y servicios, también incide en nuevas formas de organización de las empresas, las relaciones entre la propiedad y la administración de las mismas, las formas de financiamiento y hasta nuevas estrategias de tercerización que permiten el desarrollo de nuevos negocios casi de la noche a la mañana.

El siguiente artículo de The Economist es un excelente referente de las nuevas tendencias de desarrollo empresarial:  

Publicado por The Economist, 24 de octubre de 2015

Traducido y glosado por Lampadia

Ahora que Uber está aumentando su actividad, los taxistas de Londres se encuentran aún más afligidos de lo habitual. Mientras tanto, los hoteleros del mundo están lidiando con Airbnb y los creadores de hardware con la computación en la nube. Al otro lado de las industrias, los disruptores están reinventando cómo funcionan los negocios. Menos evidente, pero igualmente importante, también están reinventando lo que es ser una empresa.

Para muchos gerentes, la vida corporativa todavía involucra tratar con una gran parte de propietarios anónimos, la mayoría de ellos representados por los gestores de fondos que compran y venden acciones que cotizan en bolsa. En las empresas de los insurgentes, por el contrario, el acoplamiento entre la propiedad y la responsabilidad es estrecho. Los fundadores, el personal y los sponsors ejercen un control directo. Todavía es temprano pero, si esta innovación se extiende, podría transformar el funcionamiento de las empresas.

El atractivo del modelo insurgente es, en parte, resultado de la creciente insatisfacción con las empresas de capital abierto. Es verdad que las mejores empresas de capita abierto son organizaciones notables. Ellas establecen un equilibrio entre los resultados trimestrales (que los mantienen atentos) y las inversiones a largo plazo (que los mantienen en crecimiento). Producen una gran cantidad de talentosos gerentes y productos innovadores. Saben movilizar talento y capital.

Pero, después de un siglo de dominación absoluta, la empresa de capital abierto está mostrando signos de desgaste. Una de las razones es que los directivos tienden a poner sus propios intereses por delante. Se suponía que la revolución de la década de 1980 del accionista y el valor de las empresas resolvería esta problemática incentivando a los gerentes a pensar como propietarios, pero ha sido contraproducente. Con el poder de opciones de compra de acciones, los directivos actuaron en su propio beneficio, impulsando los precios de las acciones con el fin de aumentar sus ingresos.

El auge de las grandes instituciones financieras (que controlan alrededor del 70% del mercado de valores de Estados Unidos) ha debilitado aún más el vínculo entre las personas que nominalmente son dueños de las empresas y las propias empresas. Los gestores de fondos tienen que lidiar con un grupo cada vez mayor de intermediarios, desde reguladores hasta sus propios empleados, y cada uno tiene sus propios intereses y beneficios. No es sorprendente que los gestores de fondos no logren controlar eficazmente a las empresas individuales.

Por último, listar una compañía en la bolsa se ha vuelto oneroso. Las regulaciones se han multiplicado desde el escándalo de Enron de 2001-02 y la crisis financiera de 2007-08. Aunque los mercados tienden a proyectarse a largo plazo, muchos administradores consideran que sus puestos de trabajo dependen de producir buenos resultados a corto plazo, trimestre tras trimestre.

Intereses contrapuestos, el cortoplacismo y las excesivas regulaciones imponen costos. Ese es un gran problema en un momento clave, en el cual las empresas de capital abierto están luchando para exprimir ganancias de sus operaciones. En los últimos 30 años las ganancias en el índice S&P 500 de las grandes empresas estadounidenses crecieron un 8% al año. Ahora, por segundo trimestre consecutivo, se espera que caigan en un 5%. El número de empresas que cotizan en las bolsas de valores de Estados Unidos ha caído a la mitad desde 1996, en parte debido a consolidaciones, pero también porque los gerentes más talentosos prefieren que sus empresas permanezcan privadas.

No es casualidad que otro tipo de organizaciones corporativas estén aumentando. Las empresas familiares tienen una nueva oportunidad. Los hombres de negocios están experimentando con “híbridos” que aprovechan los mercados públicos manteniendo un monitoreo constante. Inversionistas astutos como Jorge Paulo Lemann, de 3G Capital, se especializan en la compra de empresas de capital abierto y las opera como privadas, con una dotación de personal magro y un enfoque de largo plazo.

Pero la alternativa más interesante para las empresas de capital abierto es una nueva generación de nuevas empresas con un alto potencial con nombres exóticos como ‘unicornios’ y ‘gacelas’. En las mismas ciudades donde Ford, Kraft y Heinz construyeron imperios hace un siglo, miles de jóvenes están creando nuevas empresas en espacios de oficinas temporales, alimentadas con café y grandes sueños. Sus empresas son pioneras de una nueva forma de organización.

La diferencia central radica en la propiedad: mientras que nadie está seguro de quién es dueño de las empresas de capital abierto, las nuevas empresas hacen todo lo posible por definir claramente quién es dueño de qué. Desde el inicio de la vida de una empresa, los fundadores y los primeros reclutas poseen una participación mayoritaria e incentivan a las personas con participaciones de la propiedad o premios relacionados con el rendimiento. Esto siempre ha sido así para las nuevas empresas, pero hoy en día los derechos y las responsabilidades están meticulosamente definidas en contratos elaborados por abogados. Esto alinea los intereses y crea una cultura de trabajo esforzado y camaradería. Debido a que son privadas y no de capital abierto, miden los indicadores de desempeño (como la cantidad de productos que han logrado) en lugar de elaborados estándares contables.

Las nuevas empresas también aprovechan las nuevas tecnologías, lo que les permite ser globales sin ser grandes. Las startups solían enfrentar dificiles decisiones acerca de cuándo invertir en activos grandes, como los sistemas de propiedad y de computadoras. Hoy en día se pueden expandir muy rápido mediante la compra de servicios como y cuando se les necesita. Pueden incorporarlos en línea con unos pocos cientos de dólares, recaudando dinero de sitios como Kickstarter y Crowdsourcing, contratando a programadores de Upwork, alquilando equipo de procesamiento de Amazon, encontrando fabricantes en Alibaba, organizando los sistemas de pago en Square y conquistando el mundo rápidamente . Vizio fue la marca más vendida de la televisión en Estados Unidos en 2010 con sólo 200 empleados. WhatsApp persuadió a Facebook de comprarlo por US$ 19 mil millones a pesar de tener menos de 60 empleados y ventas de solo US$ 20 millones.

Existen tres críticas sobre la idea de que esto es una revolución. La primera es que se limita a una esquina de Silicon Valley. Sin embargo, la economía insurgente se está convirtiendo en la corriente principal. Las startups se encuentran en todos los negocios desde la venta de gafas (Warby Parker) hasta finanzas (Sinfonía). Airbnb coloca a casi 17 millones de personas en un verano y Uber transporta a millones de personas todos los días. WeWork, un equipo estadounidense que ofrece alojamiento para nuevas empresas, cuenta con 8,000 empresas con 30,000 trabajadores en 56 localidades en 17 ciudades.

La segunda es que las empresas eventualmente se volverán de capital abierto, porque la mayoría de nuevas empresas quieren, finalmente, venderse a una empresa de capital abierto. De hecho, un número cada vez mayor opta por quedarse privada y les resulta cada vez más fácil recaudar fondos sin tener que recurrir a los mercados públicos. Las empresas tecnológicas que se listan en las bolsas de valores lo hacen después de 11 años, cuando en 1999 lo hacían en cuatro. Incluso cuando se vuelven de capital abierto, los emprendedores tecnológicos mantienen el control a través de acciones de clase “A”.

La tercera objeción es que la propiedad de estas nuevas empresas está aislada del resto de la economía. Las empresas de capital abierto le brindan a la gente común una participación en el capitalismo. Las startups están dominadas por un pequeño grupo de capitalistas de riesgo con acceso privilegiado. Eso es cierto, pero la gente común puede invertir en startups directamente a través de plataformas como SeedInvest o indirectamente a través de los principales fondos de inversión como T. Rowe Price, que invierte en ellas desde sus inicios.

Las nuevas startups de hoy no van a tenerlo todo a su favor. Las empresas de capital abierto tienen su lugar, especialmente para las industrias de capital intensivo, como en petróleo y gas. Muchas startups fallarán inevitablemente, incluyendo algunas de las más famosas. Pero su enfoque sobre la construcción de negocios va a sobrevivir y servirá como una adición llamativa a la caja de herramientas capitalista. Airbnb y Uber y el resto se adecuan mejor a las redes virtuales y a las tecnologías que cambian rápidamente. Ellos son los pioneros de un nuevo tipo de empresa que puede hacer un mejor trabajo convirtiendo sueños en negocios. L

 

 

 




La corrupción de las élites

La corrupción de las élites

Por Manuel Sanchís i Marco

(El País, 02 de Diciembre del 2014)

España no está plenamente atravesada por el espíritu del capitalismo. Sigue destilando resabios de ese intervencionismo y miedo a la competencia que ha sido seña de identidad de la derecha española y, en buena medida, también de la izquierda. Desde la dictadura de Primo de Rivera, nuestro capitalismo ha estado interferido por un océano de regulaciones, corporativismos, y ayudas de Estado, garantía de la reserva de mercado interior para grupos privilegiados. Una realidad convertida en caricatura durante la autarquía franquista, mala copia de las recetas económicas del totalitarismo nazi y del corporativismo italiano.

Aunque se suavizó con el desarrollismo, esa obsesión intervencionista por restringir la competencia ha esterilizado muchos esfuerzos por mejorar la productividad. Ha primado el interés de los grupos privilegiados —desde monopolios u oligopolios hasta corporativismos gremiales— por encima de los avances en productividad. Así lo documentan estudios concienzudos (Viñas, et al.: Política comercial exterior en España, 1931-1975, Banco Exterior de España, 1979), y también lo reflejaba de un modo plástico la película de Berlanga La escopeta nacional. En España se ha competido más en proximidad al poder que en calidad y precios. Es sobre todo la prebenda, no el mercado, lo que guía la acción empresarial, para mayor desgracia nuestra.

Cierto es que la lucha política por los favores del poder también tiene lugar en países que no han sufrido dictaduras, como EE UU. Pero es otro el escenario. La maraña de regulaciones que sufrimos en España sería algo inaudito en EE UU, donde se disfruta de mayor libertad y transparencia en los mercados, y donde la acción de los lobbies está admitida y regulada. Este rechazo español al libre mercado ha desembocado en un capitalismo de corte asistencial y garantizador de privilegios. Si quienes se acercaban a los aledaños del régimen franquista eran antes los políticos, sindicalistas, patronal, banca, Iglesia, universidades, mundo de la cultura y las artes, funcionarios, gremios y corporaciones, ahora siguen siendo estos mismos quienes cortejan a las élites corruptas del Estado democrático para parasitarlo y obtener así sus gabelas a costa del bien común.

Tanto el PP como el PSOE se han alimentado electoralmente de esa cultura del capitalismo asistencialista que padecemos, lo que ayuda a comprender por qué tanto uno como otro, al burocratizarse, se han convertido en una extremidad más de las estructuras del Estado. Tampoco cabe extrañarse de que Podemos busque la centralidad política, pues su objetivo tácito es, en mi opinión, capturar votos de la base electoral de ese capitalismo asistencialista. Si en 1789 fueron los sans culottes y la burguesía los que se unieron para hacer triunfar la Revolución Francesa, esta vez han sido los desfavorecidos, las clases medias, profesionales y funcionarios de cierto nivel los que van a votar a Podemos como revulsivo contra la política tradicional. Al perfil del votante potencial de Podemos responden ciudadanos de entre 35-54 años, con un nivel educativo respetable (21% con nivel universitario, según la encuesta Metroscopia) y que entienden de qué va el asunto.

Aunque las élites no crean en la revolución, esta puede adoptar una expresión más sosegada pero igualmente amenazante para sus privilegios. Y los poderes políticos deberían también recordar que es la sociedad civil, no los partidos, la encargada de transformar la realidad. La sociedad civil, mediante el poder comunicativo ejercido a modo de asedio, puede hostigar al sistema político, como el que asedia una fortaleza, pero sin intención de asaltarlo (Habermas: Facticidad y validez, Trotta, 2010, p. 612). Los partidos, sin embargo, constituyen prolongaciones del aparato institucional de los Estados, cuyo fin último es su supervivencia en tanto que organizaciones. Ello explica que solo sean reactivos, y no proactivos, ante las presiones sociales, y que se muevan a remolque de la realidad hasta verse desbordados por ella.

¿Dónde están los cuadros que dieron consistencia interna al proyecto político que tenían en mente para España Adolfo Suárez o Felipe González? Algunos, los mejores, volvieron a sus quehaceres profesionales, a sus despachos de abogado, a sus cátedras, a sus estudios de arquitectura, etcétera. En el interregno, la nomenclatura de los partidos ha ido ascendiendo por capilaridad y ha ocupado los puestos clave de su estructura de poder. Allí se ha instalado una feliz aurea mediocritas: el mejor caldo de cultivo para el chalaneo y la corrupción de las élites. Esta perversión de la política ha llevado a considerarla como un medio para ganarse la vida, en lugar de entenderla como un servicio público que se debe ejercer de manera transitoria. La situación es vieja, Max Weber, en su conferencia de 1919 La política como vocación, nos alertó de que la empresa política quedaba en manos de “profesionales” a tiempo completo que se mantenían “fuera” del Parlamento, y que unas veces eran “empresarios”, y otras, funcionarios a sueldo fijo (El político y el filósofo, Alianza, 2010, p. 129).

Hace unos años, al igual que muchos otros, expresé mis temores de que el PSOE se pudiese convertir en un epifenómeno de nuestra historia política si continuaba sin proyecto para España (EP, 14-12-2011). En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, las elecciones recientes han confirmado la tendencia a que el PSPV-PSOE obtenga peores resultados en las autonómicas que en las generales: pasó del 41,3 % en las generales (2008) al 28,7 % en las autonómicas (2011), es decir, un desplome de 12,6 puntos. Cierto es que el enorme desgaste que sufría el PSOE a escala nacional en 2011 —cayó al 27 % en las generales—, terminó por afectar también al PSPV; además, el factor táctico del voto útil en las autonómicas siempre ayuda a dispersar el voto hacia otras formaciones. A pesar de ello, los datos revelan que el elector socialista de la Comunidad Valenciana penaliza al PSPV frente al PSOE y envía un mensaje claro y manifiesto a sus líderes: socialdemocracia sí; PSPV, no. Sin embargo, a los propietarios del partido en Valencia, no les inquieta lo más mínimo esta sangría de votos, convencidos como están, interesadamente, de que estas cifras reflejan tan solo un fenómeno cíclico. Se equivocan de principio a fin, no es un ciclo, es el final.

No soy un profeta de las desgracias, pero si el PSOE no quiere reunir los huesos que se exhumen de las distintas sepulturas autonómicas para quedar definitivamente enterrado en el osario político nacional, está obligado a proponer con claridad un nuevo proyecto socialdemócrata para España. Lo contrario supondrá cerrar a piedra y lodo su papel histórico, y entregar en bandeja al PP una alternativa que resultará inquietante tanto para la socialdemocracia española como para la propia estabilidad constitucional de España: o bien el bipartidismo de PP-Podemos, o bien el binomio PP-PSOE versus algún tipo de unión popular.




Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

El Perú ha logrado salir del infierno (1990) al que nos llevaron las políticas económicas del velascato, que increíblemente, no fueron corregidas por Belaunde y se profundizaron en el primer gobierno de García. Nuestros logros no son cualquier cosa, basta comparar los indicadores económicos y sociales que alcanzamos con la Constitución del 79 y la del 93 (ver en Lampadia: Quieren bajarle la llanta a la prosperidad) para reconocer los beneficios que trajo al país el retorno de la inversión privada, después de 30 años de ausencia.

Nadie niega que aún falta mucho por avanzar, como cerrar las brechas que mantenemos en educación, salud, instituciones, infraestructuras y tecnología; pero el avance de 24 años, no la foto de lo que hoy falta, es innegable y ha sido destacado por todo el mundo (agencias internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID, y hasta por economistas muy estrictos y pesimistas, como Nouriel Roubini, que nos dijo hace pocos días en el Perú. Ver en Lampadia: “El Perú crece por sus buenas políticas más que por suerte”). 

Por increíble que parezca, hay peruanos que se dedican a negar nuestros logros, a relativizarlos como producto de factores externos, o proponer el regreso a la Constitución que nos empobreció y lisió.

Algo que tampoco se puede negar, a no ser que sea por intereses políticos o ideológicos personales o de grupo, es que el extraordinario crecimiento del Perú fue liderado por el ritmo de inversión privada, especialmente en minería. Mientras que en la última década invertíamos y crecíamos, se reducía la pobreza, la desnutrición infantil, la desigualdad, etc.; varias cúpulas políticas se dedicaron, por un lado al negacionismo en los medios (que los acogen con el mismo entusiasmo con que se pelean por mostrar el primer muertito de la mañana), especialmente en provincias, y por otro lado, aún más pernicioso, se infiltraron en la administración pública para ir sembrando trampas anti-inversión (regulaciones, instancias de permisos inacabables y absurdos, multas y oposición abierta al empresario, como si fuera una fuerza de invasión extranjera). El objetivo político preferido de estas cúpulas, de las que formó parte notoria el partido nacionalista, con todos sus dirigentes y colaboradores, como Salomón Lerner (quién terminó como primer ministro del gobierno de Ollanta Humala), fue paralizar la inversión en minería e hidrocarburos.

Peor aún, los que nos percatamos de este proceso y pudimos combatirlos con información e ideas, callamos. Por ejemplo la propia SNMPE (que se dedicó a hacer publicidad en vez de comunicación) calló, asumiendo indirectamente una suerte de complicidad con las falsedades con las que se endilgaba al milagro peruano, que conocían más que nadie. Dejamos un vacío que hoy estamos pagando con la parálisis de la inversión, una caída en nuestro crecimiento con el que los enemigos del modelo, pretenden hacernos creer que siempre tuvieron razón, que crecimos porque hubo viento a favor y que ahora hay que inventar nuevos motores.

Sin ir muy lejos, nuestro socio de la Alianza del Pacífico, Colombia (mientras el otro socio, Chile, pone marcha atrás) hace lo que los peruanos hicimos en el primer lustro de los años 90: leyes que promovían la inversión y la atraían de todas partes del mundo. ¡Un éxito innegable!

En Lampadia ya hemos escrito sobre las brechas que nos están alejando de Colombia, ver: Colombia supera al Perú en inversiones y crecimiento, pero en esta ocasión queremos rescatar algunas políticas específicas de este país para promover el crecimiento. Para ello queremos relevar y glosar lo esencial de un magnífico informe periodístico de Portafolio de El Comercio del último domingo (20/7/14), escrito por Darwin Cruz Fiestas con el título: ¿CÓMO LO HACES, COLOMBIA?

A continuación, compartimos dichas glosas:
El ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, anunció un crecimiento de 6.4% para el primer trimestre del año, intensificando su crecimiento. En el 2012 creció 4% y 4.3% en el 2013. Las previsiones para el 2014 son de 4.7%.

“¿Qué medidas ha implementado Colombia para crear un ambiente de confianza y que su economía siga avanzando, a pesar de la coyuntura electoral y de un escenario global menos auspicioso que en años previos?

Cerrar brechas en las cinco áreas que evalúa el Doing Business del Banco Mundial: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad, pago de impuestos y comercio fronterizo.

“Desde hace ocho años Colombia ha tomado medidas para mejorar su entorno regulatorio, fortalecer sus instituciones e incentivar la inversión”.

El sector de la construcción creció 17.2% en el primer trimestre del año.

El Gobierno Colombiano emitió el año pasado la Ley de Infraestructura, que levanta los obstáculos al desarrollo de los proyectos en materia de predios, licencias ambientales y adecuación de redes de servicios públicos.

Factor interno
Todo este crecimiento no hubiera sido posible sin la demanda interna constituida por una clase media en aumento. El Estado ha eliminado varias cargas parafiscales a los empleadores. Diego Castrillón, afirma que este proceso de eliminación de sobrecostos laborales es una medida efectiva para dinamizar la economía y que debería ser imitada por el Perú. “Esta sí es una inyección directa a la vena y no una medida cortoplacista”, dice.

Componente inversión
El crecimiento de la economía colombiana también se explica por el hecho de que en Colombia la inversión privada se ha dinamizado.

La inversión extranjera directa (IED) está en alrededor del 30% del PBI colombiano. En el primer semestre Colombia recibió US$13,761 millones de IED, 29% más que en el mismo período del 2013.

¿Pero qué tipo de inversiones recibe Colombia? El sector petrolero representa el 29.3%, seguido de minas y canteras con un 17.4%, la inversión en industrias manufactureras llega al 15.9%.

En los últimos años ha comenzado a recibir inversión minera. Colombia prepara el terreno discutiendo la aprobaciónde una ley ambiental que le permita captar inversión responsable. [El lema del Ministerio del Ambiente en el Perú, debiera ser: “Estamos para que las cosas se hagan bien, no para evitar que se hagan”].

Ante la pregunta: ¿Con esto no se ‘primariza’ la economía? Los colombianos responden que buscan aprovechar sus recursos naturales para captar dinero y mejorar su competitividad.

Sin complejos, sin ideología, con realismo, Colombia toma la posta del Perú. Lampadia