1

¿Es posible planificar seriamente?

Ing. Fernando Ortega San Martín, MBA
Chair del Nodo Perú – The Millennium Project
Para Lampadia

Conforme se acerca el 2030, los políticos y los académicos comienzan a pesar cuál debe ser el próximo horizonte temporal para los procesos de planeamiento global. Y al parecer, el año 2050 se viene imponiendo por la simplicidad de ser un número “redondo”. Pero, dada la velocidad del cambio tecnológico, muchos preferirían que sea un año más cercano: ¿2040?, ¿2045?

En realidad, el problema mayor radica en la capacidad que tenemos hoy de poder conocer, aunque sea a grandes rasgos, las principales características de la economía y la sociedad en la fecha escogida como horizonte temporal.

En este artículo me propongo presentar una breve descripción de las tendencias tecnológicas que aparentemente irán moldeando el futuro del próximo cuarto de siglo:

  1. Educación global on-line de calidad: Existiría una enorme oferta educativa en todos los niveles (desde inicial hasta doctorado) alcanzable en línea y de naturaleza global. Los estados deberían haber entendido que su rol es la provisión de talento humano actualizado y altamente competitivo a escala global.
  2. Economía GIG global: El trabajo formal en planilla iría quedando en el pasado para favorecer el trabajo altamente especializado y temporal (freelance) a escala global. Así se alcanzaría altas productividades, con reducción de costos para las empresas, y con mejores ingresos a los trabajadores (siempre y cuando tengan las competencias adecuadas).
  3. Nuevos usos de los recursos naturales: Las nuevas demandas de productos y servicios exigirán nuevos materiales e ingredientes, muchos de los cuales nacerán en los laboratorios a partir de recursos naturales. El litio, el sodio, el flúor, e incluso el cobre tendrían nuevos usos, muy diferentes a los actuales, así como las proteínas provendrían de otras fuentes distintas a la ganadería y la agricultura tradicionales.
  4. Economías de carbono 0 (neutral): Las energías renovables serán capaces de satisfacer las demandas de energía, por lo que la transición a una economía con emisión cero sería altamente posible, y la huella de carbono sería un elemento crucial de competitividad a la hora de la selección de los productos en los mercados.
  5. La prolongación de la vida: El descubrimiento de las razones por las cuales envejecemos y el origen genético de las enfermedades permitirían que los seres humanos (y más exactamente, aquellos que puedan pagar los tratamientos) superen con holgura los cien años de vida. Menudo problema para los sistemas previsionales.
  6. El uso comercial del espacio exterior: El turismo espacial sería una alternativa más para aquellos que desean destinos exóticos, incluso pasar unos días en la Luna. La captación de energía directamente del Sol a través de espejos fuera de la atmósfera sería una fuente inagotable a bajo costo. Y la explotación de los recursos minerales de la Luna, Marte y el cinturón de asteroides alteraría el mercado mundial de los metales.
  7. La inteligencia artificial general (automodificable): Salvo que se produzca y acepte una regulación global sobre los usos de la IA, al 2050 ya se habría consumado el fenómeno de la Singularidad Tecnológica descrito por Ray Kurzweil, es decir, la IA habría alcanzado todas las capacidades de la mente humana, y habríamos aprendido a convivir con ella.
  8. La comunicación con el pensamiento: Compartir los pensamientos y comunicarnos sin necesidad de aparatos externos sería un sentido adicional a los cinco que ya poseemos como resultado de la evolución tecnológica, no biológica, del cuerpo humano, y que nos permitiría comunicarnos con las computadoras y la IA sin inconvenientes.
  9. Moneda digital común: Para facilitar los negocios, pero sin la volatilidad de las criptomonedas, se desarrollaría una moneda digital aceptada internacionalmente, pero respaldada con reservas físicas privadas, con convertibilidad al mundo real. Existirían fondos virtuales de ahorro e inversión, que permitirán a las personas ahorrar en los entornos virtuales.
  10. Los multiversos: La capacidad de realizar actividades de todo tipo, incluso negocios, en el mundo virtual como si fuera reales permitirá ampliar nuestras formas de obtener ingresos y diversión, participando en múltiples universos virtuales simplemente usando “nicknames” (alias), con lo cual a las oficinas de impuestos les será muy difícil seguir el rastro de las operaciones para determinar la base imponible de personas naturales y jurídicas. La informalidad virtual será un dolor de cabeza para los gobiernos.

Conclusión: El futuro ya llegó. Ahora lo que nos queda es irnos adecuando a estas nuevas realidades, que irán llegando poco a poco o quizás, violentamente. Pensar que en el 2050 tendremos un mundo del 2023 “mejorado”, es el peor error que pueden cometer naciones y empresas. Lampadia




¡Sin crecimiento económico no hay desarrollo!

Iván Arenas
Para Lampadia

Días atrás se realizó un evento denominado inPERU “Juntos por la reactivación del Cusco y la promoción de inversiones” que congregó a miles de personas, entre estudiantes, investigadores, empresarios y autoridades nacionales, regionales y locales quienes dialogaron sobre la visión de futuro de la región cusqueña. Antes de continuar vale mencionar que inPERU es una asociación sin fines de lucro – cuyo principal propósito es promover el desarrollo de los mercados financieros y de capitales nacionales a nivel local e internacional.

Ahora bien, una de las grandes conclusiones es que sin crecimiento económico no hay ni habrá jamás desarrollo de la región cusqueña.

Es decir, sin la inversión pública y, sobre todo, la inversión privada, que generan crecimiento de las economía, es imposible la reducción de brechas sociales, la disminución de la pobreza y pobreza extrema así como la generación de miles de empleos formales.

Atrás quedaron los días donde, de acuerdo a una investigación del Instituto Peruano de Economía (IPE) durante el periodo 2008- 2013, la región Cusco superó en crecimiento acumulado (PBI real) a la propia China, 59% y 54 respectivamente.

Esos días, donde el crecimiento económico aumentaba y generaba empleos, creaba clases medias y reducía pobreza no se han repetido.

Para redondear con mayor detalle el asunto: solo durante el 2008 al 2013, la pobreza pasó de 50% a 27%.

¿Qué debería pasar para que Cusco, la otrora ciudad pujante que competía con Arequipa en el sur peruano vuelva por la senda del crecimiento y el desarrollo? De las diversas reuniones y ponencias en inPERU, se desprende de manera clara que hay dos fuerzas que atraen las inversiones privadas, que son casi el 80% de la inversión en toda la región.

  • La primera es la confianza, que dicho sea es un factor determinante, sin embargo, como se sabe las minorías políticas anti inversión logran posicionar agendas que en lugar de promover inversiones privadas, las espantan.
  • La segunda es la eficiencia del gasto estatal. En otras palabras, la cantidad y la calidad del gasto. En la última década, la región ha recibido más de S/26 mil millones por concepto del canon minero, regalías mineras, canon hidroenergético, canon gasífero y derecho de vigencia. ¿Adónde fue a parar semejante dineral?

La región aún no se recupera luego de la pandemia y de las insurrecciones que orquestaron grupos zurdos en el sur peruano. El sector turismo apenas ha comenzado a moverse y la minería moderna sigue siendo el pan de Cusco, amén de grupos anti mineros (sobre todo en Chumbivilcas y Espinar)

Como alguien lo escribiera por ahí, la historia es la eterna lucha entre la libertad y los colectivismos. Decimos lo anterior porque inPERU ha puesto el dedo en la llaga de los relatos zurdos que criminalizan la inversión privada, como lo decíamos, fuente de empleos dignos, reducción de pobreza y oportunidades para los más pobres, además de tributación e impuestos.

Quizá, también uno de los aciertos de los organizadores es haber empezado en la región cusqueña, una suerte de guerra de relatos a favor del crecimiento y el desarrollo. Lampadia




La OCDE, una vez más

Por: Maite Vizcarra
El Comercio, 8 de Junio del 2023

“El Perú, el gobierno de Dina Boluarte y los sucesivos gobiernos que han de venir, deben trazar acciones de acuerdo con esa sucesión de metas y tareas que, si bien recaen en el ámbito de los actores públicos, requieren de un ‘partnership’ potente con el sector privado”.

El Perú ratificó ayer su voluntad de continuar el proceso para ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La entrega de un memorándum expresando tal interés fue calificado por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, como un hecho histórico para la gobernabilidad peruana, dado que nuestro país se encauzará en una serie de esfuerzos institucionales que demandarán decisiones a nivel de gobierno que –siendo optimistas– le permitirán al país definir un rumbo de futuro más claro, pese a todo.

En concreto, ¿cómo podría beneficiar a la gente de a pie el ingreso a ese club de campeones de la prosperidad? Si miramos a los países latinoamericanos que lograron su admisión –Chile, Costa Rica, Colombia y México– se constata que esas naciones se caracterizan por una institucionalidad –un mix de reglas, consensos e instrumentos– moderna, que echa mano de la innovación digital para mejorar la vida de los ciudadanos, siendo ellos el centro de cualquier tipo de política pública. Incluyendo las de carácter económico, obviamente.

De ahí que, entre las acciones que el país debe empezar a desplegar pronto, se encuentren las de digitalización, gobernabilidad, crecimiento inclusivo, comercio exterior abierto, entre otras. Hay que destacar que, para todo efecto práctico, haber ratificado la voluntad de ser parte de la OCDE, con todos los ajustes que ello implique, nos da cierta certeza que definitivamente es del agrado de ‘tirios y troyanos’.

¿Y cómo se concreta el logro de tremendo reto? Tal y como se suele hacer en cualquier tipo de proyecto de alta envergadura, la palabra clave aquí es “hoja de ruta”. Esto quiere decir que el Perú, el gobierno de Dina Boluarte y los sucesivos gobiernos que han de venir, deben trazar acciones de acuerdo con esa sucesión de metas y tareas que, si bien recaen en el ámbito de los actores públicos, requieren de un ‘partnership’ potente con el sector privado.

En promedio, los países latinoamericanos que lograron esta meta lo hicieron en un lapso de entre tres y siete años. En ese tiempo, lo que la OCDE le solicita al equipo aspirante es que muestre su estrategia desplegada en hitos temporales, una hoja de ruta para consolidar su pase. El proceso de adhesión supone una reingeniería profunda que, si bien no garantiza nuestro ingreso al club, sí puede ayudarnos fuertemente a volver a poner la mira en lo realmente importante.

Y es que ingresar al club de la prosperidad supone también suscribir ciertas premisas. Por ejemplo, los países seleccionados hablan de un “crecimiento compartido” que supone armonizar el aporte y los roles entre el sector público y el privado. Eso implica reconocer que le corresponde al Estado un rol promotor –tipo un “inversionista ángel”–, mientras que al privado le correspondería uno de emprendedor.

Cabe aquí preguntarse quién y cómo se gestionará la mencionada hoja de ruta. Todo parece indicar que nuestro reingreso al cauce de la OCDE va a requerir de un ‘campeón’ que pueda coordinar eficientemente entre el sector público –que se ha mantenido ralentizado– y el privado –que ha venido avanzando–, poniendo el énfasis en lograr más acciones efectivas usando más digitalización, por ejemplo.

Tal vez por ello ese ‘champion’ debería ser también una entidad del sector privado que aglutine a emprendedores –individuales o colectivos– y cuente con un claro norte apuntando hacia el futuro.




Oportunidades Minero-Energéticas del Perú (13)

Jorge Chamot
6 de junio, 2023
Para Lampadia

La última semana, el Perú estuvo otra vez en las noticias internacionales ya que el ministro de Energía y Minas ha mencionado dos “nuevos” proyectos mineros que estarían listos para iniciarse: Zafranal y los sulfuros de Yanacocha.  No es mi intención, contradecir al ministro, pero hasta donde entiendo, estos dos proyectos todavía están pendientes del FID (Final Investment Decision) que, en el mejor de los casos, serían tomados en el 2024, y todavía no está claro si serían a principios o a finales del año. El ministro sin duda tiene más información y parecería que algo está ocurriendo y quizás estamos despertando del letargo de más de 20 años.

 

Espero esto se traduzca en apoyar abiertamente e incentivar en todo lo posible, estas y otras inversiones frescas e interesantes en nuestro catálogo de proyectos por hacer. El entonces primer ministro del año pasado en Arequipa ofreció un empuje a la exploración minera en el Perú, quizás reconociendo que en mucho tiempo no había un proyecto nuevo en el país. No sé dónde está ese empuje a la exploración, creo que quedó en nada.

En fin, las noticias serían positivas si es que efectivamente el gobierno toma verdadera acción de apoyo, como es cuando se publicita en estos días que el MEM estaría facilitando el inicio del proyecto de Litio en Puno. Pero dar la noticia, no es actuar y si bien es cierto existen dos interesantes inversiones en camino, en Toromocho y Antapaccay, éstas son ampliaciones a minas ya en funcionamiento que ante la disminución de su producción y la disminución en su contenido de metal en los recursos por explotar demandan una inversión constante para mantener o extender la vida de la mina y por supuesto continuar con un flujo positivo de dinero.

Pero así como hay interpretaciones positivas en el mercado internacional de que el Perú finalmente estaría saliendo del letargo y parecería que hay un nuevo interés de los inversionistas extranjeros, hay otra narrativa internacional paralela que ya está siendo mencionada, con sorpresa varias veces, y esta no es positiva.

El Congo (DRC o la República Democrática del Congo, que no debemos confundir con Congo-Brazzaville), ya estaría sobrepasando en producción de cobre al Perú, para ocupar el 2do lugar de mayor productor de cobre en el mundo después de Chile. El ministro ha mencionado que no nos vamos a dejar quitar el puesto de 2do productor de cobre en el mundo y me imagino que se refiere al futuro impacto de los proyectos mencionados arriba.

Vale la pena indicar, que los recursos cupríferos de Congo tienen una peculiaridad, no en todas las minas, pero si en la mayoría, y es que también contienen Cobalto. Congo es el mayor productor de Cobalto en el mundo (produce más cobalto que todo el resto del mundo junto) y de paso viene con el Cobre, que con el Litio (que Congo también tiene Litio) son la punta de lanza de la demanda de los metales que se necesitan, y que todo indica que no va a haber suficiente, para la esperada transición energética en el mundo. Además, tiene una variedad de otros metales y los famosos 3T (estaño -tin- en inglés, tantalio y tungsteno) y otros metales críticos (que ya deberíamos estar investigando seriamente nosotros también si los tenemos).

Es curioso que los artículos internacionales ahora hablan del éxito del Congo en menos de 20 años en convertirse en una potencia minera internacional cuando hasta no hace mucho se le criticaba abiertamente en muchos aspectos tanto políticos como sociales. Hay acusaciones muy serias por instituciones multilaterales y gobiernos al gobierno de Congo, hasta juicios a empresas que explotan y compran minerales de allí, debido al empleo de menores en las minas, corrupción, tráfico de influencias, contrabando, violencia, informalidad, terrorismo, falta de las menores exigencias sanitarias, extrema pobreza en las zonas de informalidad, etc. A lo mejor nos suena conocido con lo que está pasando en el Perú.

¿Qué nos ha pasado en el Perú en estos últimos 20 años?

Obvio que seis presidentes en cinco años, y el alto número de ministros, no son señal de estabilidad, seguridad y garantía para la inversión. Si añadimos los últimos sucesos de desorden y terrorismo que el gobierno no afronta con decisión, que sumada a la falsa narrativa de izquierda en los medios internacionales que todavía nuestra Cancillería no contrapone activamente, decididamente no ayudan.

Ya sabemos en el caso de la minería los proyectos son de plazos muy largos, ¿es entonces que debemos aprender algo de Congo? Nunca pensé que diría esto. Como anécdota contaré que como miembro de CONNEX, Iniciativa del G-7 (ya lo mencioné en un artículo anterior), cuando en Berlín se me preguntó cómo podíamos apoyar al Perú en temas mineros, hoy reconozco que equivocadamente dije, “nadie nos va a enseñar a hacer minería, negociar contratos mineros, ni atraer inversión extranjera a la minería”.

A lo mejor tenemos que aprender todavía y parecería que estamos ante uno de esos momentos. Es más que preocupante, que la misma prensa internacional especializada que hace hincapié en el Perú perdiendo su 2do puesto en la producción de cobre, lo haga reportando que Congo ha sido capaz de atraer inversiones en un mundo tan convulsionado, a pesar de situaciones muy graves con sus problemas internos. Pero, el tema es que parecería que abiertamente toman medidas para solucionarlos.

¿Y nosotros? Vivimos de la minería y ¿no nos damos cuenta de su importancia? Por supuesto que sabemos de su importancia, pero no actuamos, ¡no actuamos!

En este caso, mi propuesta:

  1. Enviar un grupo técnico especializado al Congo integrado por 3 profesionales. Sugiero dos miembros del Ministerio de Energía y Minas y un representante de SNMPE para averiguar qué han hecho y qué están haciendo sobre una serie de problemas comunes que afectan a la minería. Glencore, empresa minera activa en el Perú, es una de las empresas extranjeras con más inversiones en Congo. Estoy seguro darían una mano para coordinar y asegurar el éxito del grupo técnico.
  2. El país es miembro de muchas organizaciones internacionales que podrían apoyar en los temas sociales y políticos. Pero estas solicitudes deben hacerse seriamente. Hace unos años en el OECD en París, pregunté sobre cómo andaba el tema de la posible membresía del Perú que estaba anunciada en ese entonces por el presidente de turno. Se repitieron visitas de la Vice Presidente de ese gobierno y varios congresistas a París con este propósito, pero en la OECD nadie me pudo informar. Quiero convencerme de que en realidad fui yo el que no supo a quién preguntar, ni en qué parte dentro de la OECD averiguar.
  3. Una vez más, insisto en la necesidad de lanzar al mercado uno de los proyectos mineros de cobre ya existentes, pero promocionarlo con bombos y platillos, bajo el esquema utilizado por Pro-Inversión mediante una licitación internacional, en un plazo y con los incentivos a la inversión que sean necesarios para asegurar su éxito incluyendo la revisión y el aceleramiento de permisos. Esta vez no esperemos que vengan los inversionistas, vamos agresivamente a buscarlos.

No se trata de perder o no el puesto de 2do productor de cobre en el mundo, se trata de que vivimos de la minería, vivimos del cobre. Tenemos las reservas, pero enterradas no sirven. Riqueza enterrada no es riqueza. Lampadia




La maldición del ganador

Por: Diego Macera
El Comercio, 6 de Junio del 2023

“La empresa que crece aquí, en vez de beneficiarse ella y sus trabajadores, es víctima de su propio éxito”.

En teoría de subastas hay un fenómeno popularmente conocido como la “maldición del ganador”. La lógica es simple. En una subasta tradicional –en la que gana el postor de la oferta más alta–, con suficientes participantes e información incompleta sobre lo que se está subastando, es muy posible que el ganador esté pagando de más. Imaginemos, por ejemplo, la subasta de un campo petrolero sobre el que se sabe poco de la cantidad real de hidrocarburos que contiene. La feliz empresa ganadora bien podría darse con la terrible sorpresa de que el resto de los participantes tenía razón en valorar mucho menos ese mismo campo.

Pero en el Perú se cultiva otro estilo de la “maldición del ganador”, uno más elemental. Este consiste, en resumen, en hacer más difícil el trabajo de quien sea que esté haciendo las cosas bien. Los casos abundan. Se pueden tomar, por ejemplo, la Ley de Promoción Agraria (LPA). Aprobada hace más de dos décadas, la norma fue un pilar fundamental en el ‘boom’ agroexportador que permitió al Perú estar entre los primeros exportadores globales de espárrago, uvas y arándanos, entre otros alimentos.

Eso significó no solo más inversión y divisas, sino también más trabajo. De hecho, la agroexportación fue el sector que más empleos en planilla creó en los últimos años y estos estuvieron mucho mejor remunerados que el promedio agrícola. De acuerdo con el estudio de Renzo Castellares y Omar Ghurra, del Banco Central de Reserva (BCRP), “en el largo plazo la LPA habría aumentado los ingresos de los trabajadores formales entre 52% y 115%”. ¿Cuál fue la respuesta, entonces, de parte del Congreso de ese momento ante el éxito del sector? Buscar mecanismos que lo hagan menos dinámico, y eso fue lo que hizo en diciembre del 2020. En cierto sentido, en donde aplica la “maldición del ganador”, la agroexportación ganó demasiado protagonismo para su propio bien.

La misma reflexión se puede hacer para el crecimiento empresarial. Bajo el sistema peruano actual, una empresa a la que le va bien y empieza a captar cada vez más clientes se topará pronto con obstáculos administrativos, laborales y tributarios que hacen muy cara su expansión. La contratación de su trabajador número 21, por ejemplo, le costará entre el 5% y el 10% de sus ganancias anuales, porque es a partir de entonces que arranca la repartición de utilidades entre trabajadores. ¿Qué incentivos tendrá entonces la empresa emergente para contratar a un trabajador adicional tan costoso? Muy probablemente, perderá plata con esa contratación, aun si el trabajador es muy productivo. Lo mismo sucede con esa venta adicional que empujará a la compañía por encima del umbral a partir del cual se empieza a pagar un 29,5% de impuesto a la renta. En suma, la empresa que crece aquí, en vez de beneficiarse ella y sus trabajadores, es víctima de su propio éxito.

La solución es obvia. Si hay sectores o empresas que crecen y a los que les va cada vez mejor, lejos de penalizar su progreso, debe promoverse su expansión continua y tomarse las lecciones que hicieron posible su despegue para intentar emularlas en otros destinos. Hoy, nuestra versión criolla de la “maldición del ganador” es uno de los grandes obstáculos para dinamizar la economía, y se repite en cualquier empresa o sector que destaca, con presiones políticas para jalarlos hacia abajo. La diferencia con la maldición original es que en estos casos el castigado no es el que calculó mal su apuesta, sino precisamente el que la calculó bien.




Inversión minera cayó 19.2% entre enero y abril del presente año

Por: Minería
Gestión, 6 de Junio del 2023

Las inversiones reportadas al Ministerio de Energía y Minas (Minem) por los 257 titulares mineros registrados alcanzaron los US$ 335 millones en abril, significando un retroceso del 19% frente a los US$ 414 millones del mismo mes del 2022.

Este resultado contrasta con lo que había previsto el Minem este año para las inversiones en minería, que según el ministerio alcanzarían los US$ 5,600 millones, y serían 6.4% mayores que en el 2022.

Rubros de mayor caída

En el cuarto mes, los rubros que se contrajeron fueron: el gasto en plantas de beneficio (-30.6%), exploración (-6.1%), infraestructura (-8.6%), desarrollo y preparación de minas (-11.2), entre otros (-63.5%); creciendo solo el gasto en equipamiento minero, en 64.3%.

De esta forma, en el periodo de enero a abril de este año, lo invertido en estes sector extractivo acumuló US$ 1,170 millones, que comparado con lo gastado en el mismo periodo del 2022 (US$ 1,448 millones) resulta en una contracción de 19.2%.

Estos resultados van más en línea con lo proyectado en el último Reporte de Inflación del BCR, en el sentido de que las inversiones en minería más bien podrían registrar una caída de 16.7% al cierre de este año, que resultaría siendo la mayor caída desde la pandemia (en el 2020 se contrajo 26.3%) (ver gráfico).

El ente emisor recordó que la inversión privada en general se contrajo0.5%enel2022, explicado por la contracción del sector minero, debido a los conflictos sociales y por el menor ritmo de desembolsos de inversión del proyecto Quellaveco.

De hecho, las inversiones mineras en los primeros cuatro meses del 2023 cayeron más en las regiones del sur, donde se centraron los conflictos sociales contra la minería (que hasta febrero pasado mantuvieron cerrado el corredor minero del sur).

Así, las zonas donde más cayeron las inversiones del sector minero en el citado periodo fueron Puno (con -50.8%), seguido de Apurímac (-46.0%), Moquegua (-56.4%), Tacna (-10.7%), Ica (-28.0%); aunque en Arequipa crecieron 20.2%.

Empleo no se recupera

Además, en abril último se registraron 219,362 trabajadores en el rubro minero, y si bien esa cifra es mayor en 5,573 trabajadores respecto a marzo último, igual está debajo del promedio del 2022, que fue de 231,479 trabajadores. Con respecto a abril del 2022, la mencionada cifra resulta inferior en 4.3%.

Vale recordar que el cierre del corredor minero del sur a raíz de los bloqueos de vías y protestas sociales llevó al cierre de varias minas y a la suspensión de labores de muchos trabajadores.

Riesgos

Sobre el tema, el exviceministro de Minas, Rómulo Mucho, señaló que si bien el precio del cobre subió en enero ante las expectativas del despertar de China tras la aplicación de medidas contra el covid, sin embargo hay indicios de que se podría crecer a menor ritmo.

Explicó que en las últimas semanas ha surgido información que revela una pérdida de impulso en la actividad económica de China, es decir que podría seguir cayendo la cotización del metal rojo.

“Aunque Perú aumente su oferta de cobre en los siguientes años, es posible que el país asiático reduzca su demanda, pues el mal momento de su economía se traduce en la menor construcción de viviendas y redes eléctricas, donde el insumo principal es el metal cobrizo”, advirtió.




Mal de muchos, consuelo de tontos

“América Latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante”

Por: Julio Velarde
Presidente de Banco Central de Reserva
El Comercio, 2 de Junio del 2023

Pese a la ralentización de la economía el presidente del BCR destacó el crecimiento del Perú frente a los demás países de la región. Según las expectativas empresariales, se espera un mayor crecimiento en el 2024 que en este año.

El presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde se refirió al crecimiento de la economía peruana y a la recuperación de la confianza que viene siendo “paulatina”, en medio de un escenario en el que hay un deterioro de América Latina en su conjunto.

Tras señalar que aunque el crecimiento de este año viene siendo un tanto “mediocre” a nivel nacional, las expectativas de empresarios y otros actores económicos para el próximo año sobre el Perú han mejorado bastante. “No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre”, lamentó en un evento en el Cusco.

El sesgo de crecimiento -señaló- probablemente sigue siendo a la baja en este año, “pero lo que hay que señalar, es que en las encuesta que hacemos a empresas, analistas financieros, y bancos de inversión del mundo, la proyección (del 2024) es mayor a la de este año, es decir que sí esperan cierta recuperación”.

“No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre (..) Hace 40 años, Asia emergente pesaba 7%; Latinoamérica pesaba 22%, ahora las cifras se han invertido. América latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante, eso es una tragedia”, dijo.

Dentro de los factores que han influido al deterioro de la confianza a lo largo de los últimos años, haciendo que se pierda ese optimismo que vivió el Perú en los años 2017 y 2018, se encuentran la inestabilidad producto de los conflictos sociales, el Covid-19 y el mal manejo gubernamental.

“El Covid nos golpeó mucho, tuvimos uno de los confinamientos más estrictos, la gente se comió su capital de trabajo para sobrevivir, al no haber una red para sobrevivir. La inestabilidad política nos pasó factura y todo esto nos ha afectado bastante”, apuntó

“La calidad de la gestión publica fue muy mala. Ahora hay un cambio radical en cuanto a ministros. Se está tratando de impulsar gestiones, es un proceso”.

Sobre el empleo, avizora un crecimiento “pobre”, destacando, sin embargo, que el empleo formal está por encima del 2019 y creciendo casi 8%.

De otro lado, Velarde destacó la importancia del desarrollo de proyectos como Chavimochic y Majes; y adelantó que el proyecto minero Zafranal (Arequipa) “está casi listo y podría salir en setiembre”, por lo que se mantienen las expectativas.

“Felizmente está comenzando (el interés), gracias a la demanda potencial de cobre que va a haber en el mundo, no solo carros eléctricos que demandan más de cuatro veces lo que demanda un carro convencional, sino la infraestructura eléctrica que debe construirse y que requiere mucho cobre (..) De nuevo hay interés y si hay las condiciones adecuadas, estos nuevos proyectos podrían salir”, destacó.




“Oportunidades como esta pocas veces se repiten”

Por: Mariela García de Fabbri
Perú21, 4 de junio del 2023

“El mundo consume hoy 25 millones de toneladas de cobre al año, y el Perú abastece el 10%”.

¿Por qué es importante que los peruanos valoremos la minería? Responder esta pregunta supone entender su enorme impacto hoy, así como el potencial de su aporte a futuro, que se amplía con la inmensa oportunidad vinculada a la transición energética, que ya comenzó.

En relación con su impacto actual, imaginemos un Perú sin la minería formal. El país perdería el 10% de su PBI; se privaría de una inversión anual de más de US$5 mil millones, en cifras del último par de años, o de US$8 mil millones en años pico; reduciría en casi 60% sus exportaciones; y dejaría de crear miles de puestos de trabajo directos e indirectos. En la última década, Perú no habría percibido más de S/66 mil millones por recaudación fiscal, que financia infraestructuras, servicios básicos, programas sociales y otros temas vitales para los ciudadanos, y las regiones no habrían recibido más de S/53 mil millones por conceptos de canon y regalías (con la tarea urgente, para gobiernos regionales y locales, de garantizar su gasto integral e idóneo).

Mirando al futuro, el impacto puede ser mayor si llegamos a un consenso como país para empujar el desarrollo de la cartera de cerca de 50 proyectos mineros con US$53 mil millones de inversión. Debemos decididamente aprovechar la oportunidad que ofrece la transición a una energía más limpia, en la que el cobre juega un papel central. El Perú –hoy segundo productor después de Chile– podría llegar a ser el primero si se promueven políticas proinversión y una cultura minera en la ciudadanía.

El mundo consume hoy 25 millones de toneladas de cobre al año, y el Perú abastece el 10%. Las reservas del país y posibles proyectos de nuevas minas ya identificados y con estudios avanzados muestran que sí es posible duplicar nuestra producción y alcanzar el primer lugar, al producir el 20% del volumen global futuro. La demanda está garantizada: se estima que ascenderá a 50 millones de toneladas hacia 2035 por la transición energética. Pero, para lograrlo, y ampliar el aporte minero al país, debemos invertir en los nuevos proyectos. La última inversión importante, de US$5,500 millones, se inició hace más de cinco años y comenzó producción en 2022. Los proyectos de inversión salen a producción después de unos siete años; países como el Congo ya lo entendieron y están realizando inversiones que podrían arrebatarnos el ansiado lugar. ¡Recuperemos el tiempo perdido! Oportunidades como esta se presentan pocas veces, ¡no la desaprovechemos!




Visión del Perú

Por: Jaime de Althaus
El Comercio, 3 de Junio del 2023

“Está en ejecución en nuestro país el puerto de Chancay, una inversión de más de US$3.000 millones que convierte al Perú en un país eje en el comercio intercontinental”.

Nuestro país carece de una visión de futuro, digamos al 2050, que oriente la mirada de los peruanos y sirva de base común a los programas de los partidos políticos o de los candidatos presidenciales. Una visión compartida ayudaría mucho a retomar el crecimiento acelerado que necesitamos para volver a reducir la pobreza y renovar la esperanza en un país viable para todos.

Hay determinadas actividades y proyectos que contienen una proyección de muy largo plazo y que en sí mismos señalan claramente un norte. Es cuestión de reconocerlo y comenzar por allí.

Uno de ellos es la minería en general, y la de cobre y litio en particular, dos minerales que tendrán gran demanda porque son componentes claves de las energías renovables hacia las que transita el planeta. El Perú puede convertirse en un jugador global si desarrolla su potencial como proveedor de esas materias y, más aún, si construye un clúster de industrias y servicios que provea de insumos a esa minería y también una industria de procesamiento de esos minerales, en lo que resulte posible y rentable.

Lo interesante es que simultánea y casi milagrosamente, gracias a la visión de algunos peruanos, está en ejecución en nuestro país el puerto de Chancay, una inversión de más de US$3.000 millones que convierte al Perú en un país eje en el comercio intercontinental, reafirmando nuestra vocación de integración al mundo vía el libre comercio, haciéndola aún más rentable gracias al hecho de que los productos que vengan de Asia o de América del Norte llegarán más baratos porque vendrán en megabarcos sin escalas intermedias, y los productos que exporte el Perú tendrán mayor competitividad –es decir, se podrán vender más barato en los mercados de destino– por la misma razón.

Entonces, el puerto de Chancay también contiene en sí mismo una visión del futuro del Perú. Nos hace más integrados al mundo, y con ventaja. Lo extraordinario es que ambos proyectos, el minero que mencionábamos arriba y el megapuerto de Chancay, se complementan y potencian mutuamente, porque será interesante y rentable establecer, en el gran parque industrial que se construirá anexo al puerto, industrias que aprovechen parte de cobre y el litio que produciremos para la fabricación, por ejemplo, de baterías o de carros eléctricos para la exportación, acaso con un régimen tributario especial sobre todo los primeros años, al estilo de una zona franca. U otras industrias de distinto tipo.

Pues, si el Perú va a jugar un papel estratégico en la transición energética global, también puede aprovechar ese rol para avanzar en otros encadenamientos vinculados.

Para no hablar del desarrollo vial que demandará la operación del puerto y las posibilidades de exportación de la aún embrionaria industria forestal desde Pucallpa o la agroexportación del norte, y otras, que se volverían aún más rentables.

Un puerto, entonces, que tiene implícitos un plan macrorregional de desarrollo infraestructural y productivo, un salto industrial exportador y un posicionamiento geopolítico internacional.

La propia ciudad de Chancay se transformaría en una ciudad moderna con gran cantidad de oportunidades de trabajo y de negocios, vinculadas a la operación del puerto y del parque logístico e industrial.

Por supuesto, el turismo en todas sus variantes forma parte de esta visión de un país que recibe al mundo. Y con claridad respecto de esta hoja de ruta nacional será más fácil orientar la oferta de la educación básica y superior.

En general, tener clara una visión del Perú a largo plazo ayudará a la gobernabilidad de nuestro país, porque discutiríamos sobre la base de un acuerdo general previo. Sabremos hacia dónde vamos.




Mediante devolución de pagos de IGV

POR CONSUMOS DE PERSONAS NATURALES

El estudio de Juan Carlos Odar que presentamos líneas abajo, analiza y sustenta el impacto previsional y fiscal de la eventual devolución de parte de los pagos por IGV que efectúan los ciudadanos por sus consumos, según la propuesta que Lampadia ha venido difundiendo.

El estudio muestra que una devolución uniforme a todos los segmentos de la población no favorece tasas de reemplazo adecuadas para los informales de menores recursos y conlleva un costo fiscal que dificultaría su adopción.

Pero, si se establecen mayores porcentajes de devolución del IGV para dichos segmentos y menores devoluciones a los trabajadores formales, que ya tienen mecanismos de acumulación de aportes pensionarios, se logran mejores tasas de reemplazo y hasta una mayor recaudación fiscal.

Pablo Bustamante Pardo,
Director de Lampadia

Juan Carlos Odar Zagaceta
Economista y director de Phase Consultores
Para Lampadia

La presente nota evalúa el impacto de asignar una fracción de las cargas por IGV que enfrentan las personas naturales como parte del precio que pagan por los bienes y servicios adquiridos a un fondo individual que opere de manera similar a los fondos administrados por las AFP, y les sea devuelta bajo la forma de pensiones mensuales después de cumplir 65 años, incluyendo la rentabilidad generada. El análisis se realizará por quintiles para el año 2019 debido a que es el año más reciente no distorsionado por la pandemia.

 

Cruzando información de distintas fuentes, como Banco Mundial, INEI y Grade, calculamos los montos de IGV que paga un consumidor representativo según quintil de ingreso y condición de informalidad, lo que se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1.
IGV Mensual Estimado según Quintil de Ingreso y Condición de Informalidad (S/)

Fuente: Estimaciones propias sobre reporte de Banco Mundial INEI y Grade

A continuación, se ha supuesto que del IGV aportado mensualmente, se destina 5/18 con fin previsional a un fondo administrado de manera similar a los fondos previsionales actualmente gestionados por las AFP. Se ha supuesto además que la gestión genera una rentabilidad anual promedio del 5% y que la misma se mantiene a lo largo de distintos horizontes, los que dependerán de la edad actual del trabajador. Para facilitar la comparación intertemporal, se ha considerado todo el ejercicio en términos reales (en soles de 2019).

Según lo estimado, las tasas de reemplazo más altas corresponden, como era previsible, al sector formal. Dentro de este grupo, las más altas serían las de los trabajadores de menores ingresos y podrían alcanzar, tras 50 años de aporte a este sistema, una tasa de reemplazo superior al 160% por los 5 puntos del IGV asignado con fines previsionales, tal como se aprecia en el Gráfico 1. Para las personas en el mayor quintil de ingresos formales, su tasa de reemplazo por los 5 puntos de IGV en el mismo horizonte apenas bordearía el 53%.

Sin embargo, las tasas de reemplazo para las personas en condición de informalidad son sustancialmente menores independientemente de en qué quintil se ubiquen. Además, en este caso se encuentra que las tasas de reemplazo correspondientes al quintil de menor ingreso son las menores de todas: bordean el 20% por cada 5 puntos de IGV tras 50 años de contribución al fondo financiado con IGV (ver Gráfico 2). Cabe destacar que el quintil informal de mayor ingreso termina en una situación ligeramente superior, mientras que los segmentos más favorecidos son el tercer y el cuarto quintil.

Gráfico 1. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV, Trabajadores Formales
(% del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Gráfico 2. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV, Trabajadores Informales (% del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Consideremos ahora que la propuesta que se planteará busca mejorar la situación en la vejez de las personas que en la actualidad están iniciando o están por iniciar su vida laboral ya que ése es el grupo que podría verse más favorecido por las devoluciones de parte del IGV aplicado a sus consumos. De esa manera, centraremos el análisis en el grupo de personas que podrían aportar por 50 años, iniciando este esquema de ahorro al momento en que cumplen 18 años.

Los trabajadores formales del Quintil 1 podrían obtener, con una rentabilidad promedio de 5% anual, una tasa de reemplazo equivalente a casi 165% de su ingreso por cada 5 puntos del IGV de sus compras utilizados con fines previsionales. Esta tasa de reemplazo sería decreciente con el nivel de ingreso hasta llegar a 52.9% para las personas en situación formal que se ubiquen en el quintil superior.

En el caso de las personas en condición de informalidad, la tasa de reemplazo por 5 puntos de IGV en el mismo horizonte de 50 años bordea el 20% en los quintiles 1 y 5, con resultados algo superiores al 30% para las personas que se encuentren en la parte media de la distribución (ver Gráfico 3).

Gráfico 3. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV para Aportantes por 50 Años
(% del Ingreso en cada caso)

 

Fuente: Estimaciones Propias

De lo anterior se concluye que la propuesta puede ayudar a construir pensiones para quienes se ubiquen en el sector formal, favoreciendo sobre todo a quienes en este segmento cuenten con menores ingresos. Ésta es una conclusión importante que muestra el potente efecto que la formalización puede tener para la construcción de ahorro previsional. Por supuesto, éste sería el efecto máximo, ya que las personas que ya han empezado su vida laboral o han superado los 18 años de edad no alcanzarían las tasas estimadas.

Gráfico 4. Tasa de Reemplazo Estimada Tras Efecto Formalización para Aportantes por 50 Años
con rentabilidad de 5% anual (Por cada 5/18 del IGV pagado, % del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Sin embargo, este análisis no considera el impacto de los incentivos. En particular, asumamos que el atractivo para formalizarse es creciente con el nivel de ingreso, lo que nos lleva a establecer el supuesto de que mientras en el quintil 1 solo una de cada diez personas encuentra incentivo a pedir boleta por sus consumos, en el quintil 1 esta proporción llega a una de cada dos. ¿Cómo afectan los incentivos a las estimaciones anteriores de tasa de reemplazo? Como se aprecia en el Gráfico 4, que toma el caso de los aportantes por 50 años, las tasas de reemplazo aumentarían de manera significativa para el quintil de menor ingreso que salte del sector informal al formal, lo que evidencia el doble impacto positivo en la economía de esta medida: promoción de la formalización y mejora de la situación previsional para las personas de menores ingresos, especialmente en los jóvenes.

De lo visto anteriormente, los informales de menores ingresos mantienen -a pesar de la mejora- una tasa de reemplazo particularmente baja, de manera que una propuesta que apunte a mejorar la provisión de pensiones para las personas de menores ingresos no puede basarse en un esquema de redistribución homogéneo, sino que el mismo debe establecerse de manera focalizada. Así, plantearemos -considerando que el quintil de mayores ingresos formal cuenta ya mayoritariamente con ahorro previsional- que con fines previsionales se destinen los siguientes montos de sus pagos por IGV:

– 10/18 a los informales del quintil 1.
– 8/18 al resto de informales.
– 3/18 a quienes se ubican en el quintil 1 y formalizan sus consumos debido a que pasan a solicitar comprobantes de pago.
– 2/18 a las personas que se formalizan y se ubican en otros quintiles.
– 1/18 a los formales de todos los quintiles.

Cuadro 2. Comparación de la Tasa de Reemplazo asignando 5 puntos del IGV de manera generalizada frente a alternativa usando tasas diferenciadas

Fuente: Estimaciones propias

Los resultados de dicha asignación se presentan en el Cuadro 2. En el esquema diferenciado propuesto, lo que se busca es obtener tasas de reemplazo similares entre quienes ya se encuentren actualmente en situación de formalidad y quienes pasen a dicha situación como consecuencia de la implementación de esta propuesta. Asimismo, si bien se obtienen tasas de reemplazo comparativamente bajas entre las personas que se ubican en el quintil de mayores ingresos, justamente ellas tienen una mayor probabilidad de tener otras fuentes de ahorro, incluso si se mantienen en situación de informalidad.

Cuadro 3. Comparación de los costos fiscales de asignar parte del IGV con fines previsionales
(Millones de Soles)

Fuente: Estimaciones propias

En esta propuesta, ¿cuál sería el costo fiscal? Para ello, debemos indicar que hay un efecto indirecto sobre la recaudación que hasta ahora no hemos considerado, que se refiere a que una mejora en la recaudación del IGV puede llevar a una mejora en la recaudación del impuesto a la renta de tercera categoría al generar una mayor presión para que las empresas formalicen sus ventas.

Nuestra estimación es que por S/ 1 adicional de IGV se puede recaudar adicionalmente S/ 0.30 por concepto de impuesto a la renta.

Considerando que la formalización generará una mejora en la recaudación tanto de IGV como de Impuesto a la Renta y que focalizar la transferencia sobre todo en el sector informal reducirá el costo de la medida al tiempo que la hará progresiva, mostramos en el Cuadro 3 una comparación de los costos aplicando la devolución de manera generalizada (panel superior) frente a la del esquema presentado en el Cuadro 2 (panel inferior).

En este último esquema, la reforma no solo es financiada por todos los demás quintiles en favor del quintil 1 sino que adicionalmente deja un saldo fiscal anual positivo de alrededor de S/ 637 millones. Este superávit incluso resulta mayor si se considera que más de 600,000 personas que forman parte de los informales en el quintil 1 ya son actualmente beneficiarios del programa Pensión 65, por lo que la estimación de la tasa de reemplazo para este segmento debería considerar que la devolución de los pagos por IGV sería menor a la aquí presentada ya que solamente sería complementaria a la pensión que aquellas personas reciban por dicho programa.

Asimismo, en la medida que la economía crezca y la tasa de formalización aumente a nivel nacional, la capacidad de consumo tendería a crecer, lo que incrementaría los aportes mensuales, que rentabilizados aumentarían la tasa de reemplazo aquí calculada. Por otro lado, es posible que haya negocios que actualmente sean formales, pero realicen sub-declaraciones de sus ingresos, lo que tendería a reducirse conforme sea más generalizada la práctica de solicitar boleta o comprobante de pago.

Presentado todo lo anterior, el análisis se puede afinar en varios sentidos. Por ejemplo, se ha supuesto que:

  • El perfil de gasto se mantiene a lo largo de todo el horizonte de vida a pesar de que típicamente los trabajadores tienen un perfil de ingreso que mejora consistentemente hasta alrededor de la mitad de la vida laboral, momento desde el cual empieza a decrecer. Este inconveniente se puede salvar si se tiene en cuenta que el consumo suele ser más estable a lo largo del tiempo que el ingreso y que el IGV es finalmente una proporción del consumo.
  • Asimismo, supone que los precios y los niveles de informalidad son similares en todo el país; por no ser así, es probable que el perfil resultante aplicando una corrección en este sentido lleve a una mejora mayor para las personas de más altos ingresos en las ciudades más grandes del país, quienes probablemente a la fecha ya estén realizando ahorros con fin previsional.

Pese a ello, las cifras presentadas dan inicio a una primera discusión sobre el tema planteado incluyendo efectos redistributivos intertemporales.

Finalmente, consideremos que volver a una tasa universal de IGV aumentaría el potencial recaudador. Si bien esto generaría un salto inicial en el nivel de precios, sobre todo de alimentos, para compensarlo la medida debería ser complementada con un bono para las personas de menor ingreso. Acotando este bono solo para quienes trabajen de manera formal, se alinearían los incentivos para mejorar tanto la recaudación como el ahorro con fin previsional. Lampadia




Economía peruana podría crecer solo 0.8% este año

Por: SBS/IPE
Perú21, 31 de Mayo del 2023

Es el escenario previsto por estrés por problemas climáticos y reinicio de las protestas. El Instituto Peruano de Economía está evaluando a la baja su proyección de avance del PBI de 2023.

La economía peruana corre el riesgo de crecer este año solo 0.8%, según el Informe de Estabilidad del Sistema Financiero de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).

Según el documento, para que se dé un avance tan lento se tendría que generar un escenario de estrés en el que los conflictos sociales se activen nuevamente en la segunda mitad de 2023, “acentuando la inestabilidad política nacional”.

“Se debe considerar la posibilidad de que se mantenga la incertidumbre política y que se desarrollen nuevos conflictos sociales, lo que podría afectar las expectativas empresariales y la actividad productiva de algunos sectores como la agroexportación y minería, entre otros”, se precisa en el documento de la SBS.

En el escenario de estrés también se incluyen las condiciones de un Fenómeno de El Niño costero de magnitud moderada hasta el invierno del presente año.

Ambos eventos tendrían un impacto principalmente en el sector agrícola, pesquero, comercio, turismo y minería.

Al respecto, el economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Teodoro Crisólogo, manifestó a este diario que están revisando a la baja la proyección de 1.9% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que tiene el IPE.

Este cambio responde principalmente al pobre desempeño de la inversión privada durante el primer trimestre del año. Este indicador registró un retroceso de 12% en los tres primeros meses.

La proyección que tiene la institución para el desembolso privado 2023 es de un descenso de 3%, aunque también se está revisando.

“No solo es por lo ocurrido en el primer trimestre. Hay indicadores que demuestran que la debilidad de la inversión privada ha continuado en el inicio del segundo trimestre”, precisó a este diario.

Datos:

La SBS precisó que a marzo, el sistema financiero ha recuperado el dinamismo de años anteriores.

Señaló que el crecimiento anual de la cartera total, sin considerar programas de gobierno, ha sido de 9.2%, con un mayor dinamismo en los créditos de consumo.




La apuesta por el Perú

Por: Miguel Palomino
La República, 31 de Mayo del 2023

“Lo importante es entender que sin inversión la población de un país se empobrecerá al mismo ritmo que aumenta su gente…”

Muchos lectores cuando escuchan hablar de lo importante que es la inversión para el empleo y el crecimiento piensan que esto es en gran parte un cuento para lograr el apoyo a medidas a favor de la inversión, que sería solo una justificación para que “se deje hacer negocios a los ricos”.
Nada más falso y aquí veremos por qué.

Imaginen un país en el cual durante años no se ha invertido nada mientras su población en edad de trabajar ha seguido creciendo. ¿Cuál sería la situación del empleo en dicho país? Los nuevos trabajadores tendrán que encontrar qué hacer con su tiempo y al no haber equipo nuevo (porque no hay inversión) tendrán que aceptar un salario más bajo o recursearse. Así, el empleo total crecerá.

Sin embargo, la calidad del empleo y de la vida en ese país estará cayendo permanentemente. Mientras más tiempo pase, más pobre será la población.

Sabemos por la historia del Perú de los 70 y 80 que el tiempo durante el cual un país puede empobrecerse es muy largo.

La calidad del empleo (la productividad, en términos económicos) y de la vida solo puede mejorar si mejoran los medios con los que un trabajador produce. Solo la inversión permite esta mejora en las condiciones de vida de un país.

La inversión puede tomar muchas formas, claro. Podrá ser en capital humano (alcanzando un nivel superior de educación para la población), en más maquinaria (para que un trabajador pueda producir más) o en tecnología (para que, usando mejor los recursos, un trabajador produzca más).

Lo importante es entender que sin inversión la población de un país se empobrecerá al mismo ritmo que aumenta su gente. ¿Por qué esto, que explicado así resulta sencillo de comprender, no nos lleva a todos a apoyar la inversión para mejorar nuestra productividad y con ello la calidad de nuestras vidas?

Una primera respuesta es que “invertir” suena a algo que hacen los ricos, no la gente común. Al pensar en inversión, lo que nos viene a la mente es una gran fábrica, mina o puerto, algo que, en resumidas cuentas, no hacemos nosotros.

Pero la inversión también es ese segundo piso que construimos en nuestra vivienda, esa fruta que compramos para venderla en el mercado, ese pequeño tractor para trabajar la chacra, esa camioneta que nos sirve para transporte o esa plata que utilizamos para que nuestra hija esté mejor educada que nosotros. En realidad, casi todos somos inversionistas.

Estimo que, entendida así, cerca del 50% de la inversión que se realiza en el país es a pequeña escala. Por ejemplo, a pesar de todos los edificios y centros comerciales que se construyen, cerca del 65% de la actividad de construcción de viviendas es lo que se llama autoconstrucción.

Una segunda respuesta es que los efectos de la inversión se confunden en el tiempo. La inversión tiene efectos duraderos y es difícil ver su efecto en un periodo dado. Pero, usando largos periodos de tiempo, los resultados son evidentes. Entre el 2004 y 2013, la inversión aumentó a un ritmo de 14% anual.

Del 2014 al 2019 (no quiero usar los años de pandemia porque serían desastrosos), la inversión en el Perú fue casi plana. En el primer periodo, el empleo adecuado en el Perú creció en 550.000 puestos de trabajo anualmente. En el segundo periodo, la cifra comparable fue de solo 250.000.

La inversión privada en el primer trimestre de este año cayó 12%, el tercer trimestre consecutivo de caída. Es urgente revertir esta tendencia. Si queremos que nuestros hijos vivan mejor que nosotros, necesitamos que la inversión crezca de manera fuerte y sostenida. Debemos apostar todos por el Perú.