1

Los paquetes de emergencia en la región

Los paquetes de emergencia en la región

Las cifras de contagio y defunciones por coronavirus en América Latina siguen creciendo a pasos acelerados. Inclusive Chile, un país que había logrado desacelerar considerablemente las infecciones, recientemente ha sufrido un fuerte rebrote provocando el retorno a la cuarentena en su ciudad capital.

Por su parte, el estado peruano ha extendido el estado de emergencia hasta fines de junio por el poco avance que se ha tenido en la contención del virus. Si bien prevalece la cuarentena, se ha dispuesto la liberación de varias actividades económicas arraigadas a los servicios además de la reactivación de numerosos proyectos de minería, vivienda e infraestructura productiva.

Sin duda estas acciones de política reflejan la imposibilidad de inducir el aislamiento social a una población, cuya proporción de trabajadores es mayoritariamente informal y sobre la que, tras dos meses de estricto bloqueo, resultaba imposible acatar con una cuarentena que no considerase su alta vulnerabilidad económica.

Resultó obvio pues que los bonos entregados por el gobierno y el paquete Reactiva Perú resultaron poco eficaces para paliar el batacazo que recibió la economía de los hogares en las últimas semanas. El primero por la no disponibilidad de padrones certeros para la adecuada identificación de la población pobre, además de las complicaciones logísticas que entrañó la baja bancarización de la población informal. El segundo porque no se llegó a entregar la ayuda a las empresas a las que se debía principalmente atender, esto es, el segmento de las MYPE. Muchas de ellas ya deben haber quebrado, relegando al desempleo a todos sus trabajadores.

¿Cómo han respondido a estos paquetes de ingresos de emergencia otros países de la región con menor solidez macroeconómica como México, Brasil o Colombia? ¿Qué medidas de política económica o más bien de búsqueda de financiamiento deben emprenderse para seguir propendiendo liquidez a las poblaciones más necesitadas?

Un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo ilustra esta situación y da algunos lineamientos de política que podrían explorarse al respecto para conseguir mayor financiamiento. Como sugiere el popular medio británico, de seguir prolongando la cuarentena o de retormarla cada cierto tiempo en los próximos meses, como es de esperar puesto que los rebrotes siempre son un riesgo (ver Lampadia: El mundo está parado), los países deberán acudir a los mercados financieros para tomar más deuda y  paliar su impacto negativo en los hogares. Aquí el Perú y Chile tienen una ostentosa posición puesto que pueden acceder a tasas menores producto de su buena calificación crediticia.

Sin embargo, debemos alertar que la mayor provisión de paquetes de ayuda deben estar limitados a cómo responderá la actividad económica en los próximos meses, ahora que se ha pasado a una etapa más de convivencia social con el virus y en el que el trabajo en varios sectores es posible con los cuidados sanitarios respectivos. Lampadia

La situación económica de América Latina está empeorando

Los gobiernos tienen un poder de fuego limitado para lidiar con el covid-19

The Economist
23 de mayo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

En São Paulo, el 91% de las camas de cuidados intensivos en los hospitales están ocupadas, no obstante, los casos de covid-19 se disparan. La ciudad ha declarado un feriado público de cuatro días para reducir los viajes. En las partes más pobres de Brasil, como Fortaleza y Manaus, los hospitales están aún más llenos. Lo mismo ocurre con Perú y México. En Chile, que parecía haber estado controlando el coronavirus, un aumento brusco de casos y muertes provocó que el gobierno encerrara a la gran Santiago y dejó al ministro de salud “muy preocupado”. Ante un aumento récord de casos esta semana, Argentina extendió su bloqueo. A medida que la pandemia se desacelera en Europa, está aumentando en las Américas.

Para América Latina, eso es decepcionante y preocupante. Advertidos, muchos países se apresuraron a imponer bloqueos hace dos meses. En una región donde un trabajador de cada dos está en la economía informal, estos son difíciles de mantener. Muchos países también han organizado pagos de emergencia para grandes segmentos de la población y otorgado garantías de crédito a las empresas. Pero los gobiernos latinoamericanos carecen del poder de fuego fiscal, así como de las instituciones efectivas, de sus contrapartes en Europa o EEUU. Como resultado, en lugar de tener una recuperación rápida, como algunos esperaban, la región corre el riesgo de ingresar a un valle oscuro en el que tanto la salud pública como los medios de vida sufren durante muchos meses. Los efectos ya están exacerbando la desigualdad en una región desigual.

Comience con la salud pública. Los bloqueos redujeron la propagación de la infección en abril, según Jarbas Barbosa, de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO). Pero las presiones económicas, y en Brasil y México mensajes mixtos de los presidentes, han llevado a muchas personas a ignorar los bloqueos. El tráfico en los países más grandes de la región ha vuelto a casi la mitad de lo normal, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los mercados callejeros son una fuente de contagio: en un mercado mayorista de frutas en Lima, casi el 80% de los vendedores dieron positivo por el coronavirus. La PAHO advierte que los pobres urbanos, muchos de los cuales viven en zonas densas, los pueblos indígenas de la Amazonía y los migrantes y prisioneros son especialmente vulnerables.

Varios países más pequeños, como Paraguay, Costa Rica y Jamaica, tienen tasas bajas de infección, al igual que Colombia. Algunos otros gobiernos simplemente han declarado la victoria y están abriendo sus economías nuevamente. Incluyen a México, cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, afirma que su país ha “domesticado” el virus. Pero incluso los datos oficiales especialmente sospechosos de México muestran que los casos siguen aumentando. “La mayoría de los países no pueden abrirse”, dice el Dr. Barbosa. “Sería una receta para el desastre”. Él piensa que si el distanciamiento social se adopta adecuadamente, los casos podrían comenzar a caer en la región en la primera quincena de junio.

Aunque los bloqueos son populares, conllevan un gran costo socioeconómico. Una encuesta de 17 países para el BID en abril sugirió que el 57% de las pequeñas empresas han cerrado temporalmente, mientras que casi el 45% de los encuestados dijo que un miembro del hogar había perdido un trabajo. Países como Brasil, Chile y Perú han implementado esquemas de ingresos de emergencia de tres meses. Pero llevar el dinero a los trabajadores informales es difícil (y a veces ha provocado que las multitudes propaguen infecciones fuera de los bancos).

Si se va a contener el virus, dichas políticas deberán continuar por más tiempo. También lo harán las garantías crediticias y la liquidez de emergencia para las empresas, si quieren impulsar la recuperación económica. Los gobiernos lucharán por encontrar el dinero. “No vivimos en una región ‘lo que sea necesario'”, dice Mauricio Cárdenas, un ex ministro de finanzas colombiano, refiriéndose a la postura del Banco Central Europeo. “Podemos hacer lo que podamos”, dijo en un seminario del Banco Mundial esta semana.

Solo los países financieramente más fuertes, como Perú y Chile, tienen ahorros públicos a los que recurrir. Muchos países latinoamericanos aún pueden recaudar dinero en los mercados financieros, pero ¿por cuánto tiempo? Intentar reprogramar las deudas, como lo está haciendo Argentina, lleva tiempo y conlleva costos. Y en lugar de limitar las salidas de capital a través de la condonación de la deuda, América Latina necesita entradas adicionales. Desde marzo, una docena de países de América Latina y el Caribe han recibido un total de US$ 4,000 millones en financiamiento de emergencia del FMI. Pero la demanda de su dinero excederá la oferta.

Cárdenas sugiere que el FMI debería establecer un fondo que emitiría bonos para que los bancos centrales de los países ricos los compren, con el dinero utilizado para ayudar a América Latina a capear la crisis. Eso puede ser un alto orden político. Pero la alternativa puede ser años de postración económica e inestabilidad política. Lampadia




De la concentración a la desconcentración

De la concentración a la desconcentración

Juan Infante Alosilla
Para Lampadia

Pensemos en los próximos 24 meses.

Con el virus rondando por todas las ciudades. ¿Creen ustedes que los mercados de abastos tienen condiciones para garantizar los requerimientos de bioseguridad necesarios para evitar el contagio?

Yo no.

La infraestructura de la mayoría de los mercados de abastos no permite implementar las medidas básicas sugeridas por las autoridades de salud. Pretender hacer pequeños cambios en los mercados, es jugar con la salud de comerciantes y vecinos de las ciudades y, sobre todo, condenar al país a avances y retrocesos en el control del contagio.

En este artículo señalo por qué.

Para garantizar las medidas de seguridad hay que desconcentrar el comercio. Hay que pasar del conglomerado comercial a la desconcentración. No tenemos opción. Vienen 24 meses distintos. Las necesidades de consumo no han cambiado, son las mismas de siempre, siendo así, debemos desarrollar una logística e infraestructura que se adecúe a los requerimientos de bioseguridad para el comercio mayorista y minorista de productos.

Las actividades esenciales

El gobierno autorizó -desde el inicio de la cuarentena- unas cuantas actividades económicas, considerándolas esenciales, lo que permitió que funcionen algunos centros de salud, todas las agencias bancarias, los mercados de abastos, supermercados, bodegas y farmacias.

Al pasar de los días, parte de los espacios donde se desarrollaban estas actividades esenciales fueron considerados centros de contaminación y contagio de la Covid-19. La frase del presidente Vizcarra: “uno va al mercado a comprar y de paso se lleva el virus”, grafica esta situación.

En esa línea, pudo decir también: “uno va al hospital y de paso se lleva el virus”, “uno va a las agencias bancarias en ciudades y distritos donde hay muy pocas y de paso se lleva el virus”. Pero no sucede lo mismo con las bodegas y farmacias. Uno no se contagia ahí, aunque quizás, el bodeguero y el farmacéutico puedan haber cogido el virus.

El contagio tampoco ocurre en las agencias de los bancos si vives en una zona donde hay muchas y, además, tienes cajeros distribuidos en los grifos y buena conectividad de internet, es decir, en unos cuantos distritos de Lima.

¿Cuál es la lección? La desconcentración evita el contagio, miles de farmacias y bodegas no son centros de transmisión del virus porque permiten el respeto de la distancia entre una y otra persona. Pero ahí donde hay aglomeración de personas eso se torna imposible.

Las medidas de bioseguridad

Las medidas de bioseguridad no son muchas, ni complicadas de respetar, si uno tiene las condiciones para hacerlo. Nos piden a todos:

  • Guardar más de un metro de distancia entre una y otra persona.
  • Lavarnos las manos con frecuencia.
  • Usar mascarillas.
  • No agruparnos con otras personas.

Si cumplimos con estas simples medidas, difícilmente nos contagiaremos.

Los mercados mayoristas

La actividad y la infraestructura de los mercados mayoristas, tal como están planteadas, no permiten cumplir con las simples medidas de bioseguridad que detienen el contagio. Hay que aceptar esta realidad.

Todas las regiones del país, dependen de sus mercados mayoristas para abastecer no solo a la población de la ciudad donde están instalados, sino a sus provincias y distritos. Además, en Lima, los mercados mayoristas se convierten en centros de redistribución con alcance nacional y en algunas otras ciudades del país hay mercados con influencia macro-regional.

En los mayoristas el flujo de comercio es muy intenso y se da, principalmente de madrugada.

Centenares de choferes de los camiones que ingresan la mercadería que abastece a los mayoristas se reúnen, miles de trabajadores entre estibadores (las personas que descargan la mercadería de los camiones), cargadores manuales (las personas que trasladan la mercadería en las carretillas) y ayudantes en los puestos laboran chocándose unos con otros, apretujados entre los camiones y en los pasadizos de los mercados mayoristas de fruta y lo mismo ocurre en el más espacioso mercado de Santa Anita. La realidad en los terminales pesqueros, con sus variantes, es parecida.

El tamaño de los puestos no permite el distanciamiento entre quienes están trabajando en ellos. Entre cajas y sacos, queda muy poco espacio para las tres o cuatro personas que trabajan en cada puesto. Además, hay nula distancia entre puesto y puesto. Y no hay manera de que los clientes hagan una cola ordenada, respetando la distancia requerida.

Súmenle la muchedumbre de comerciantes minoristas que van a comprar. Sus transportes de ida y de vuelta. La congestión en los estacionamientos. Los negocios colaterales que aprovechan la concentración de gente para vender alimentos preparados a la multitud laboriosa.

Esta es la realidad que tenemos que aceptar:

  • No hay manera de tener distancia social. La muchedumbre es un río caudaloso. Los comerciantes minoristas presionan y demandan velocidad. Tienen que llevar la mercadería a sus respectivas tiendas. Todos se aglomeran y topan unos con otros.
  • No hay caños para lavarse las manos en los puestos. Los baños son muy pocos y están lejos de los comerciantes y trabajadores. Además, cobran por el ingreso a los servicios higiénicos. Todo está hecho para que no vayas al baño y no te puedas lavar las manos.
  • En la prisa, no hay –lamentablemente- disciplina para llevar la mascarilla y no tocarse la cara.
  • Todo es en efectivo. El intercambio de dinero es constante. Fluye de una mano a otra. Con guantes o sin guantes, te vas a agarrar la cara, la nariz, los anteojos, los ojos.

La solución es desconcentrar esos mercados. Dividirlos en unidades más pequeñas que se muevan a otros espacios con estructura apropiada para cobijarlos en los próximos 24 meses. Pasar del gran conglomerado al mini conglomerado de venta al por mayor.

Esto permitirá repartir el flujo de camiones con mercadería que llegan de las provincias, estibadores, cargadores, comerciantes mayoristas, ayudantes, comerciantes minoristas, camionetas, combis y station wagons de carga, en muchos más puntos.

Repartiendo el comercio mayorista, se reduce el aforo que hoy se ve en cada uno de los actuales conglomerados mayoristas, y, por tanto, se baja la velocidad requerida para las transacciones, lo que permite respetar las normas de distanciamiento e higiene básicas.

¿Qué se requiere para desconcentrar los mercados mayoristas en Lima?

Veinte terrenos amplios ubicados en lugares donde no se forme un embudo de entrada ni de salida de camiones y vehículos menores. Tienen que ser espacios donde se puedan instalar entre 100 y 150 comerciantes mayoristas, con puestos dos o tres veces más grandes que los que tienen ahora, cada uno con un sistema de agua y desagüe (es fácil y rápido hacer una infraestructura temporal que lo permita).

Esto no es difícil y en menos de una semana podemos montar este esquema si aceptamos la tarea.

Los mercados de abastos (minoristas)

La gran mayoría de los mercados de abastos tampoco pueden cumplir con las medidas de bioseguridad exigidas. Además, buena parte de los puestos de cada mercado minorista está cerrada porque su actividad no es la venta de alimentos. Esos comerciantes están desesperados y presionando porque también los dejen funcionar.

Los pasadizos en la mayoría de estos mercados son estrechos, es difícil que los clientes hagan cola dentro del mercado, delante de cada puesto y respetando el distanciamiento social. Los puestos son pequeños, generalmente tienen la mercadería amontonada y por lo menos dos personas los atienden, siendo imposible que guarden la distancia adecuada. No hay caños para lavarse las manos. Los comerciantes y sus ayudantes están usando un par de guantes para toda la jornada laboral y las transacciones son solamente con dinero en efectivo.

Un mercado es hoy un espacio cerrado con una sola puerta de acceso, para entrar hay que hacer cola y esto desespera, lo que puede llevar a un descuido y un relajamiento en el cumplimiento de las pautas de bioseguridad que cada persona está llamada a respetar.

Mi conclusión es que la gran mayoría de mercados minoristas, no están ni estarán en condiciones de cumplir con las normas de bioseguridad y si pensamos que los riesgos de contagio se extenderán por los 24 siguientes meses, conviene de una buena vez plantearse un sistema de comercio minorista barrial distinto.

¿Qué se puede hacer con los mercados minoristas?

En el caso de los mercados minoristas hay dos salidas complementarias que pueden funcionar en paralelo. Las dos estrategias implican “dividir” el mercado en unidades más pequeñas, repartidas en el distrito y que permitan a los vecinos caminar menos para abastecerse.

La primera estrategia es habilitar espacios temporales (no itinerantes) con infraestructura apropiada proyectada para resistir 24 meses. Infraestructura de calidad. Donde cada puesto tenga mayor espacio y cuente con un caño con agua y desagüe donde el comerciante y sus ayudantes se puedan lavar las manos (repito, esta infraestructura es fácil de montar).

La segunda, permitir a los vecinos habilitar pronto espacios para alquilar (garajes o espacios con puerta a la calle) a los comerciantes de los mercados minoristas. A todos los rubros, no solo los de comida. Espacios que cuenten con caño y lavatorio para lavarse las manos, ventilación y de tamaño apropiado para un aforo de cuatro personas con el distanciamiento apropiado entre una y otra.

A estas alturas necesitamos todos los productos y servicios que se vendían en los mercados antes de la cuarentena.

UNA OPORTUNIDAD PARA MODERNIZAR LA INFRAESTRUCTURA DE LOS MERCADOS DE ABASTOS A NIVEL NACIONAL

Esta podría ser una oportunidad de oro para modernizar los mercados de abastos en todo el Perú.

Si comprendemos que la inmensa mayoría de ellos no está en condiciones de operar con las medidas de bioseguridad requeridas para no ser focos de contagio, si se integra a la solución a los comerciantes de todos los rubros presentes en cada mercado, si se montan espacios adecuados para que ellos puedan desarrollar su actividad por los próximos 24 meses, se puede dar paso a un programa de renovación de la infraestructura de estos centros de comercio.

Lo merecen los barrios y lo merecen los comerciantes. El Perú puede iniciar un gran programa de renovación de su infraestructura comercial barrial. Veinticuatro meses son suficientes para que emerja en el espacio físico de cada uno de esos mercados, un espacio comercial que se convierta en eje de desarrollo económico local.

Decidido este programa, dotado de fondos para que los comerciantes accedan a un financiamiento con intereses y plazos razonables, será el momento de los arquitectos y luego de las empresas, los ingenieros y los obreros de construcción.

Qué oportunidad hermosa para hacer mercados adecuados, con puestos de tamaño suficiente, con agua para el lavado de las manos, con tanques cisternas, con mejor infraestructura de baños, con pasadizos amplios y buena ventilación, con dos pisos de comercio y espacios para almacenes, talleres y oficinas en el tercer y cuarto piso, con escaleras y ascensores de tamaño apropiado.

Vamos a necesitar reactivar la economía, pongamos en paralelo fondos de crédito por 20 mil millones de soles en manos de los comerciantes propietarios de los mercados. Démosles la oportunidad que crezcan, que inviertan en su desarrollo, que, con su esfuerzo, ayuden a la reactivación económica de sus barrios. Pero que haya una institución que fije los parámetros y que estos no dependan de la discrecionalidad de cada municipio local.

Imaginemos los mercados del Bicentenario. Lampadia




Reactivación de la inversión en infraestructura

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos nuestro video sobre la reactivación de la inversión en infraestructura.

Participan José Escaffi, experto en gestión pública, como invitado, y Fernando Cilloniz y Gonzalo Prialé.

Las opiniones vertidas por los participantes no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




Puede ser compatible con cuidados frente al coronavirus

Puede ser compatible con cuidados frente al coronavirus

Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Para
Lampadia

La súbita parada de 4 semanas -que van hasta la fecha- de todo el Sector Construcción, afecta no solo al País sino a empresas de construcción, empleados, profesionales, técnicos, obreros; proveedores de equipamiento, de materiales e insumos en general con todo su entorno; a subcontratistas especializados; a empresas de Ingeniería y Supervisión de Obras y su entorno, que de improviso -todas ellas- han tenido que suspender sus actividades y en menos de 24 horas movilizarse a sus hogares. Muchos de ellos se encontraban en campamentos de obras en el interior del Perú y han tenido muy poco tiempo para dejar todo en las obras a buen recaudo compatible con una prolongada y no programada paralización de actividades.

El reinicio de las actividades constructivas, cuando ello se disponga, no será rápido ni automático, porque requerirá de una re movilización y recomenzar contactos con todos los proveedores, subcontratistas y demás que participan en la obra. La construcción es una actividad muy sensible a los costos, puesto que los componentes claves que son:  materiales, equipos y mano de obra; son determinados en base a análisis de costos unitarios muy precisos siendo que el resultado de ellos está íntegramente incorporado físicamente en las mismas obras y por lo tanto los Contratistas solo perciben ingresos para solventar sus costos de administración y operaciones por los llamados  costos indirectos que son:  los gastos generales y la utilidad, y ambos sumados representan alrededor del 25% del presupuesto total de la obra sin IGV. En este sentido, si no hay obra no hay valorizaciones, y por lo tanto no hay ingresos para solventar sus planillas ni los costos operativos y de administración. Es un Sector que necesita por tanto créditos directos e indirectos para sus operaciones porque los pagos corresponden al reconocimiento posterior de los avances de partidas de obras ya ejecutadas. 

A raíz de la repercusión mundial del Covid 19 y la conmoción mundial de esta Pandemia y la caída de las Bolsas en el mundo y en el Perú, es previsible que las inversiones en el Sector Privado se posterguen y en contrapeso solo queda por tanto que el Sector Público realmente se reactive e incremente sustancialmente sus actividades, destrabando de inmediato todo lo trabado y colocando velocidad de crucero a las obras públicas que forman parte del conjunto de 52 proyectos del ya aprobado Plan Nacional de Infraestructura y las obras de impacto logístico y social de la Reconstrucción; entre otras. 

Parafraseando en los términos clínicos aplicable al momento actual que viven todos los que conforman el Sector Construcción, se puede afirmar que la actividad se encuentra en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos); por lo que requiere urgentemente el oxígeno de la liquidez inmediata y el crédito a bajas tasas de interés y en plazos razonablespara no interrumpir su larga cadena de pagos, y menos aún generar un cuantioso desempleo al ser una actividad de gran empleo directo e indirecto. No es un problema solo económico sino también es un problema social.

En la actualidad y frente a esta pandemia que vive el mundo y el país, la actividad constructora en general se encuentra totalmente paralizada. No ha habido tiempo de hacer un análisis más puntual del costo/beneficio, no solo económico sino también sanitario de parar o no determinadas obras importantes de infraestructura. Un ejemplo típico de ello son las carreteras en zonas apartadas, que son muy intensivas en maquinarias pesadas de construcción y bajas en concentración de mano de obra;  que por lo demás tienen meticulosamente bien controlados y resguardados a sus trabajadores en cómodos campamentos, incluso con tópicos médicos y   bien llevados por empresas formales de construcción con protocolos de seguridad en el trabajo particularmente exigentes y a los cuales se les pudo perfectamente adicionar aquellos de sanidad para este tipo de virus con rápida detección y evacuación de ser necesario.

Otro caso similar y a modo de ejemplo, pudieron ser las tan demoradas y urgentes obras del Aeropuerto Jorge Chávez o las también muy intensivas obras en equipos pesados de Construcción e incluso subterráneos como la Línea 2 del Metro. Aún estando estas dos últimas en la ciudad y dada su envergadura, se pudo explorar la posibilidad durante este aislamiento de proveer hospedaje y alimentación a sus trabajadores cerca de las Obras con transporte directo en cada cambio de jornada. Hubiera sido probablemente más seguro para la salud de ellos y más económico versus una suspensión total de actividades por tiempo prolongado e indeterminado.

Esperemos que en el tiempo que media hasta el 12 de abril, fecha señalada por el ejecutivo para levantar el Estado de Emergencia por el Covid 19, permita evaluar esta posibilidad para no dilatar más el reinicio de estas tan necesarias obras para el país,permita operar a las empresas del sector con el apoyo antes expresado por parte del Estado y del Sistema Financiero.

De otro lado, para el Sector en este 2020, probablemente tendremos números en negativo respecto al año anterior, que son difíciles de predecir ahora porque aún no se conoce la fecha real del reinicio de las obras. Aún si en la hipótesis actual se bajará la bandera a cuadros el 12 de abril, los contratistas tendrían que iniciar la movilización y puesta a punto para reiniciar las obras, con el perjuicio de que al estar parados y haber detenido hasta nuevo aviso órdenes de compra en giro a proveedores y subcontratistas, deban reiniciarlas nuevamente   y eso va a ser determinante en la reprogramación de sus actividades.

Además, tendrán que experimentar una falta grave de liquidez en los meses de mayo y junio -porque al no haber trabajado y avanzado obras en la mitad de marzo y probablemente todo abril de manera efectiva, no tendrán que valorizar y cobrar para recibir liquidez en mayo y junio. Además, que mucho esfuerzo también se va a distraer en largas discusiones para reprogramar las obras y los reconocimientos por el tiempo de paralización, aun cuando estos sí están incluidos en la normatividad vigente.

Por otra parte, es importante y necesario dejar en claro que la ingeniería y la construcción si son actividades esenciales para el país. Basta solo para expresar su importancia no solo su significado de manera directa e indirecta en el PBI y PEA (empleo formal); sino que ella atraviesa transversalmente todos los otros sectores de producción y servicios básicos. No se puede crecer en ningún otro sector si antes no se invierte y para invertir hay que construir.

Además, el rol de la Ingeniería y Construcción Nacional va a ser muy importante en el post Coronavirus. Incluso es muy posible que en todos los meses que queda del año 2020, van a existir muy serias restricciones de todos los países hacia cierres prolongados de fronteras y restricciones por cuarentenas al personal que provenga del extranjero, por temor a nuevas olas de contagios, por lo menos hasta que existan vacunas de comprobado éxito y difusión masiva. No olvidemos que el Coronavirus fue importado y que llegó por vía aérea.

Para el hemisferio sur este cuidado tendrá que ser aún mayor, porque se avecina la temporada del frío y la humedad. Felizmente el Perú, al igual que los médicos también tiene muy buenos ingenieros en todas las especialidades, que han sido autores directos de la construcción de más del 88% de todo el patrimonio nacional existente que se estima en más de un millón de millones de dólares (un billón en nuestro sistema y un trillón en el sistema de USA).

Hagamos votos porque los encargados de las carteras que tengan que ver más directamente con el Sector Construcción y con el apoyo de los delegados del Sector Salud, puedan dialogar a este respecto con las Empresas que están trabajando estos proyectos importantes para acordar un plan que permita el reinicio de esta esencial actividad lo más pronto posible, con protocolos de sanidad  seguros para el personal que labore en estas obras  y que estos protocolos sean conducidos por las Empresas respectivas de Construcción  con la máxima exigencia para que el Perú avance. Sin Construcción no hay desarrollo y sin desarrollo no puede implementarse la infraestructura que mejore la salud; saneamiento, educación y mejoramiento logístico que mejore la calidad de vida de la población. Lampadia




Combatir la corrupción no debe paralizar obras e inversiones

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos nuestro vídeo semanal esta vez sobre combatir la corrupción no debe paralizar obras e inversiones.

Participan Roberto Abusada, presidente del IPE como invitado, y Gonzalo Prialé y Jaime de Althaus.

Las opiniones vertidas por los participantes no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




En infraestructura no hay soluciones mágicas

En infraestructura no hay soluciones mágicas

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos nuestro video semanal esta vez sobre en infraestructura no hay soluciones mágicas.

Participan José Luis Guasch, ex jefe de expertos globales en APP del Banco Mundial, como invitado, y Gonzalo Prialé y Jaime de Althaus. Las opiniones vertidas por los participantes no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




Obras y programas superfluos

Obras y programas superfluos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 29 de noviembre de 2019
Para Lampadia

El Estado gasta una millonada en obras y programas superfluos. Estamos llenos de obras – inconclusas y abandonadas – que no sirven para nada. Son incontables las carreteras, puentes, hospitales, escuelas, mercados, reservorios, canales, redes de agua y otras obras de infraestructura que se encuentran dispersas por todo el país, y que no brindan – ni remotamente – los servicios para los cuales fueron concebidos.

Ante tal nivel de ineptitud e incompetencia cabe preguntarse ¿acaso hubo alguna sanción ejemplarizadora? Lamentablemente, la respuesta es no. En la mayoría de los casos, la impunidad fue la regla general. El gasto público vano, estéril e improductivo no conlleva ninguna responsabilidad. Así es la nuez en el aparato estatal.

Pero no solo las obras inconclusas constituyen gastos superfluos del Estado. También lo son las obras sobredimensionadas que están – también – desperdigadas por todo el país. Edificaciones administrativas enormes como los denominados Palacios Regionales y Municipales. La colosal sede del Gobierno Regional de Moquegua es uno de ellos. Y el paralelepípedo Palacio Municipal de Marcona, otro.

Pero hay muchos más. Monumentos ridículos como el de la Maca en la Plaza de Armas de Huayre en Junín. El Parque del Árbitro de Fútbol en Tumbes. Los monumentos a la Ojota y al Sombrero en Chivay y Celendín, respectivamente. El enorme cóndor que el inefable Gobernador de Arequipa (Elmer Cáceres Llica) está montando en la entrada de la Variante de Uchumayo en Arequipa. Y la lista de esperpentos continúa.

Eso en cuanto a obras de infraestructura superfluas. Pero ¿qué decir de los programas y burocracias superfluas? Por ejemplo, Proinversión. ¿Cuánto cuesta Proinversión? S/. 200 millones al año… y hasta más. ¿Cuántos contratos de concesión firmó Proinversión en lo que va del 2019? Naca la pirinaca. Conclusión y reflexión ¿para qué mantener a Proinversión si no sirve para nada, y cuesta un ojo de la cara?

Y así por el estilo. El Estado está lleno de programas que cuestan un montón de plata y que no brindan ningún servicio útil para la población. Incluso, muchos programas estatales no solo nos brindan ningún servicio útil, sino que – peor aún – nos maltratan. Hay programas sociales cuyos presupuestos burocráticos son tan altos que exceden a los presupuestos asistenciales. O sea, más se gasta en burocracias administrativas que en ayuda social efectiva. ¡Habrase visto semejantes sinsentido!

El gasto público debe orientarse – principalmente – a los siguientes 4 servicios básicos: (1) Agua e Infraestructura, (2) Salud y Medio Ambiente, (3) Educación, Deporte, Cultura y Ciencia, y (4) Seguridad Jurídica y Seguridad Ciudadana. Y punto. Pero con eficiencia. Nada de gastos superfluos.

No hay derecho que la burocracia estatal haya crecido tanto – y siga creciendo – como viene ocurriendo desde hace más de una década. Por eso no hay plata para nada. Todo se lo lleva la burocracia superflua, detrás de la cual se esconde la corrupción y la inoperancia estatal.

Hay que disminuir el gasto en burocracia administrativa. La mayor parte del presupuesto estatal debe gastarse en maestros, médicos y enfermeras, policías y militares, y jueces y fiscales. Y – por supuesto – en obras de infraestructura de servicios públicos: carreteras, hospitales, escuelas, etc.

Simplificación administrativa y transformación digital del Estado. Menos burocracia administrativa. Mejores servidores públicos. Cero firmas, ceros sellos, cero colas y cero coimas. ¡Así sea! Lampadia




El Mega Sismo 8.5-8.8 Mw y cómo salvar la vida y las propiedades (2)

Caso Crítico: Los Acantilados de la Costa Verde

Raúl Delgado Sayán
04.10.2019 
Para Lampadia

Uno de los puntos emblemáticos más críticos en cuanto a riesgos de pérdidas de vida y materiales en la ciudad de Lima y Callao, es nuestra Costa Verde y sus acantilados que hacen de Lima una hermosa ciudad única en el mundo por tener en el lado oeste una bahía de 23 km de longitud entre el Club Regatas de Chorrillos y la Av. Santa Rosa de La Perla. Tenemos elevaciones de acantilados casi verticales que oscilan entre 25 metros y 70 metros de altura, que en su parte inferior tienen una autopista por donde transitan diariamente 60,000 vehículos.

Además de tener mucho uso de recreación para los ciudadanos en sus playas, restaurantes y demás; en la parte superior se han venido desarrollando y construyendo una cantidad muy apreciable de edificaciones de gran peso en el acantilado con lo que indudablemente se agrava la situación de estabilidad de los acantilados, particularmente en la eventualidad de un mega sismo 8.5 Mw – 8.8 Mw como el que ha definido el Instituto Geofísico del Perú. En condiciones que los ingenieros denominamos estáticas, es decir sin movimiento por ondas sísmicas, ya ocurren deslizamientos de material y piedras que han preocupado mucho a la población.

Recientemente el Estado ha promulgado el Decreto Supremo N° 161-2019-PCM del 20.09.2019 declarando Estado de Emergencia por peligro inminente ante derrumbes, los acantilados de la Costa Verde comprendidos entre los distritos de: San Miguel, Magdalena del Mar, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos, en la provincia y departamento de Lima, y encargando a estas municipalidades y al INDECI, así como a los Ministerios involucrados, el dictar acciones de causalidad para reducir el muy alto riesgo existente. Dicho dispositivo, sin embargo, no menciona de manera específica el enorme riesgo sísmico que significa la posibilidad de desarrollo de lo que se conoce como un círculo de falla que implica el deslizamiento total del Acantilado desde su parte superior hacia el pie del mismo. Estos círculos probables de falla integral comprometerían la zona que se encuentra por encima de un arco cuyo radio sea igual a la altura del acantilado. Por ello se estima como zona insegura, sobre las cuales no debería construirse la de una distancia del acantilado similar a la altura del mismo mayorada por un factor de seguridad del orden de un 50%.

Lo expresado por algunos ingenieros y expertos en estabilidad de taludes nos lleva a todos prácticamente a coincidir en que los taludes se encuentran en una estación precaria de estabilidad en condiciones estáticas –sin sismo– pero que en condiciones dinámicas –con sismo– donde el suelo se mueve por causa de ondas sísmicas de gran intensidad, las posibilidades de colapso total en zonas altas sobrecargadas son de muy alta probabilidad. Algunos inclusive llegan a opinar que ello podría desencadenarse con sismos de apenas 7 grados y duraciones del orden de 45 segundos a 1 minuto. Informes del CISMID han contabilizado que solo entre San Miguel y Barranco, dentro de una franja de 150 metros de longitud, hay 85 edificios de más de 10 pisos. Los edificios de esta altura pesan 33,000 toneladas. En comparación con el peso que soportaba el acantilado en el año 1990, se ha sobrecargado el acantilado con 3 millones de toneladas más. Evidentemente, en la medida que se siga construyendo dentro de estas franjas, las probabilidades de un colapso total aumentarán inclusive para las condiciones sin sismo (Ver Fig. 1)

Fig. 1 Se indica mecanismo de falla profunda y deslizamiento masivo del acantilado por efecto
del peso y disminución de la capacidad resistente por el sismo.

Cómo cuantificar el potencial de pérdidas de vidas y materiales para un mega sismo de gran intensidad

Para quienes se encuentran en la parte baja del acantilado y considerando una cantidad de vehículos del orden de 60,000 que transitan diariamente por esta vía a la fecha y que el mega sismo podría ocurriera en periodo punta con un tráfico de aproximadamente 15,000 vehículos, a un promedio de 1,5 personas por vehículo, tendríamos un total de 22,500 personas con alto riesgo de vida en la parte baja de los acantilados.

El efecto Tsunami

Un mega sismo de estas características conlleva también una alta probabilidad de generar un tsunami como aquel que se consideró en el simulacro del 31 de mayo de 2019; vale decir una masa de agua de 10 metros de altura que llegaría a la Costa Verde 15 minutos después del mega sismo. Esto significa que las personas que pudieran estar en los vehículos en la parte de abajo o en las playas muy probablemente quedarían atrapadas sin poder salir hacia rampas de subida con los vehículos porque estas rampas y el tráfico normal estarían paralizados por los vehículos que se encontrarían entrampados entre zonas de derrumbes y colapso integral. Ante esta situación y el corto tiempo para la llegada del probable tsunami es menester considerar subidas de emergencia peatonal para evacuación de estas personas ante una situación de tráfico total paralizado (Ver Fig. 2).

Fig. 2 Tsunami generado por el sismo del 11.03.2011 en Fukushima, Japón.

En la parte superior de los acantilados

En la parte de arriba si tomamos en consideración un número de 100 edificios altos en mayor riesgo; considerando 3 departamentos por piso y 5 personas por departamento, tendríamos un total de 15,000 personas en los edificios. Si a ello se aumentan lo que se conoce como zona de arrastre que serían edificios y establecimientos menores al costado de estas grandes edificaciones, del orden de 5,000 personas o más; podemos considerar que en la parte de arriba tendríamos un total de 20,000 personas en situación de muy alto riesgo.

Sumando arriba y abajo tendríamos un total de 42,500 personas en muy alto riesgo de perder la vida. Sin considerar que, si este sismo lleva consigo un tsunami, la cifra anterior aumentaría hasta llegar a 140,000 personas[1] si ello ocurriera en un fin de semana en verano.

Valor material inmobiliario en riesgo en la Costa Verde

Considerando ahora una cifra del orden de 100 edificios, con un promedio de 10 pisos y 3 departamentos por piso, tenemos un total del orden de 3000 departamentos en riesgo, que con un valor promedio de US$700,000 por departamento, nos da una cifra del orden de US$2,100 millones. Considerando un 25% adicional por el arrastre en el colapso hacia propiedades vecinas, el valor inmobiliario en riesgo en la parte superior de los acantilados sería del orden de US$2,625 millones (Ver Fig. 3).

Fig. 3 Vista actual de las Edificaciones en Acantilados de la Costa Verde.

Propuestas de Solución

La simple colocación de mantas o mallas para prevenir una eventual caída de piedras, no significa reforzamiento estructural profundo que vaya a evitar una falla estructural del talud frente a movimientos sísmicos extremos. Para ello se propone lo siguiente:

  1. Descargar el peso del talud con andenería. A partir de un retiro obligatorio de 30 m desde el borde del acantilado, iniciar una andenería moderada de 1 m x 1 m con malla geotextil en la base que permita vegetación especial de raíces entrelazadas. Con ello se rebajaría el peso del talud en el orden de 1 millón de toneladas por cada kilómetro (mucho más que la carga actual y futura de edificaciones en la parte superior del acantilado). Y además se rebajaría en 30 m la altura efectiva del acantilado (Ver Fig. 4 al 7 Antes y Después).
  2. Escaleras de escape peatonal. Construir cada 500 m en el talud escaleras de escape peatonal que permitan una evacuación de emergencia de las personas que estén en zona alejada de rampas peatonales/vehiculares existentes y que se encuentren atrapadas por el sismo en el caso que se active una alerta de tsunami. Estas escaleras de escape les permitirán accesar a plataformas de emergencia ubicadas a no menos de 15 metros de altura.
  3. Protección del talud con un muro pantalla inferior de concreto armado pegado al pie del talud que impida la erosión y socavación del pie del talud en la eventualidad de un tsunami. 

Fig. 4 Vista Acantilado de Costa Verde Antes del Proyecto

Fig. 5 Vista del Acantilado de la Costa Verde Después del Proyecto

Fig. 6 Vista del Acantilado de la Costa Verde en Barranco Antes del Proyecto

Fig. 7 Vista del Acantilado de la Costa Verde en Barranco Después del Proyecto

Conclusión

  1. No existe duda alguna de que más pronto que tarde vamos a tener un mega sismo extremo afectando la zona costera de Lima y Callao. Por ello se han dispuesto varios simulacros para sismos y tsunamis superiores a 8.5 Mw.
  2. Este fenómeno extremo de la naturaleza conlleva un altísimo riesgo que no puede ser dejado de lado. De ninguna manera podemos quedarnos dormidos en el letargo de la indiferencia.
  3. Las zonas más críticas de la ciudad, así como los servicios básicos para la población ya están identificados y es tarea de todos: Gobierno, Entidades y particulares adoptar las acciones necesarias para proteger la vida; atenuar las pérdidas materiales y garantizar que los servicios públicos de la ciudad se mantengan operativos luego de ocurrido un evento de esta magnitud. No podemos arriesgar pérdidas de vidas potenciales de más de 140,000 personas y materiales cuantiosas.
  4. La experiencia demuestra que el Perú no está preparado para enfrentar de manera exitosa la reconstrucción de daños causados por fenómenos naturales de magnitud. Nunca, a Dios gracias, en los últimos 273 años y hasta la fecha hemos tenido un reto tan fuerte como el que enfrentaríamos en la ciudad capital cuando ocurrió un mega sismo como el que hemos hecho referencia.
  5. No existen desastres naturales. Existen fenómenos naturales extremos. Los desastres los generamos los humanos por no aplicar oportunamente las medidas preventivas de ingeniería que nos permitan sobrellevarlos.

Lampadia

[1] Población afectada en riesgo de perder la vida 61.3% del total por niveles de riesgo en la zona Cuadro No. 127-B Población Diurna (Temporada de verano) de la Costa Verde Plataforma Superior e Inferior. Proyecto 00062396 MML-PNUD; Proyecto 00076485 Ciudades Sostenibles INDECI-PNUD. Informe Final Diciembre 2014.




Apurímac y Junín pierden competitividad

El Índice de Competitividad Regional – INCORE elaborado por el IPE es una herramienta muy útil para identificar las fortalezas y los cuellos de botella que enfrentan las 24 regiones del país en su desarrollo económico, social e institucional – necesarios para alcanzar una mayor competitividad. Siguiendo la metodología ideada por el economista Xavier Sala i Martín para el Índice de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, el IPE construye un indicador compuesto que pondera seis pilares para determinar la competitividad de cada región: Entorno Económico, Infraestructuras, Salud, Educación, Laboral e Instituciones. La edición del 2019 se publicó recientemente, por lo que a continuación repasamos y analizamos las principales conclusiones del mencionado informe.

Regiones que mejoraron

En primer lugar, como se puede apreciar en el gráfico líneas abajo, Lima ostenta el lugar de la región más competitiva del país, seguida de Arequipa, Tacna y Moquegua, por mencionar algunas. Por otra parte, entre las regiones menos competitivas se encuentran Huancavelica, Cajamarca, Huánuco y Loreto.

Fuente: IPE

Fuente: IPE

Los 16 primeros puestos no han registrado cambio alguno respecto a la edición del 2018; sin embargo, a partir del puesto 17, se puede destacar el avance de dos regiones. Así, Ucayali pasó de ocupar el puesto 20 al 17 y Loreto, del puesto 24 al 22. En el caso de Ucayali la mejora en su posición se ha dado principalmente por avances en el pilar de salud – 4 posiciones – y laboral – 3 posiciones. En relación al avance de Loreto, este quedó explicado principalmente por su avance en el pilar de instituciones, concretamente, un incremento de 18 posiciones en el indicador referido a la ejecución de la inversión pública.

Apurímac y Junín entre las regiones que más empeoraron

Por otra parte, es menester señalar que Apurímac, región que registró el mayor avance en el INCORE el año pasado (ver Lampadia: Apurímac avanza en su potencial de desarrollo), se encuentra – junto a Junín – entre las regiones que más empeoraron en el ranking general de competitividad – cayendo del puesto 17 al 20.

Tabla 1. Índice de Competitividad Regional de Apurímac

Fuente: IPE

Esta caída se ha dado principalmente por el descenso de 9 posiciones en el pilar instituciones, 5 posiciones en el pilar laboral y 3 posiciones en el pilar entorno económico. Es de destacar la caída del pilar instituciones, explicada por descensos en los indicadores de resolución de expedientes judiciales y percepción de la gestión pública. Asimismo y en relación a este mismo pilar, la región se ubica como la segunda con mayor tasa de conflictividad social, reflejo, entre otras cosas, de un agravamiento en los últimos meses del conflicto minero del gran proyecto cuprífero Las Bambas. Como explicamos en Lampadia: Esfuerzo Intelectual Anti-minero, este hecho responde a los ausentes esfuerzos anticipados por parte del Gobierno y del sector minero para estructurar un discurso que permita detener el creciente avance del movimiento anti-minero de los últimos años, promovido por ONG’s y diversos académicos asociados a ellas.

El proyecto Las Bambas – que actualmente se encuentra amenazado con otro bloqueo en su corredor minero, para impedir la salida de la producción de cobre para ser exportada – significó a Apurímac una inversión total de US$ 10,000 millones en una vida útil de 18 años, con una producción de 453,000 toneladas al año. Los ingresos fiscales producto de tal actividad hubieran significado sendos avances en los ámbitos de infraestructura, educación y salud, tan importantes para que más hogares de la región escapasen permanentemente de la pobreza e indigencia. Por otra parte – aunque no se menciona en el informe – este paro indudablemente ha debido estar asociado a las ya mencionadas caídas en los pilares de entorno económico – traducido en un menor gasto real por hogar – y en el laboral – concretamente por una reducción de la creación de empleo formal.

Otro caso a destacar, como mencionamos, es el de Junín que registró también una caída de tres posiciones en el ranking general de competitividad, pasando del puesto 11 al 14. Este retroceso estuvo explicado por notables caídas en los pilares de salud y laboral – 4 posiciones – así como también en los pilares de entorno económico e instituciones – 3 posiciones.

Tabla 2. Índice de Competitividad Regional de Junín

Fuente: IPE

Es de destacar la caída en el pilar de salud, la cual está explicada por un incremento en la incidencia de desnutrición crónica en menores de 5 años – situando a la región en el puesto 22 – y una mayor prevalencia de la anemia infantil – situando a la región en el puesto 19 – ambas enfermedades que – como se explica en el informe de Macroconsult: La anemia infantil, un enemigo silenciosogeneran efectos irreversibles en el desarrollo del cerebro temprano de los niños, comprometiéndolos a un bajo rendimiento tanto escolar como universitario.

Esperemos que los resultados de este informe puedan ser tomados en cuenta por los hacedores de política para enfocar mejor sus intervenciones en las regiones, priorizando las necesidades y oportunidades de mejora en cada una de ellas y considerando además que el presupuesto público hacia los gobiernos regionales, como todo presupuesto, cuenta con una restricción de recursos que debe ser usada de manera eficiente y eficaz para hacer frente a los problemas que aquejan – en este caso – a los peruanos al interior del país. Lampadia




Trampolín al futuro

Carlos E. Gálvez Pinillos
Ex presidente de la SNMPE
Para Lampadia

La industria minera peruana tiene entre sus principales competidores a Chile, Australia, EEUU, Canadá y Sudáfrica, entre los mejor dotados y preparados para competir.

  • El Perú se ha destacado por su potencial geológico y posibilidades de desarrollo de proyectos de una variedad de metales.
  • Chile se ha destacado por sus depósitos de cobre, su clara actitud y política pro-minera y su determinación y perseverancia por hacer de ésta una actividad líder en el mundo.
  • Australia, EEUU y Canadá, más allá de su geología altamente prospectiva, se han beneficiado de su seriedad y estabilidad de sus políticas, marco legal, regulatorio, tributario y absoluto respeto del “imperio de la ley”.

Lo que en adición tienen nuestros competidores es, un Estado que cumple su rol, atendiendo o generando las mejores condiciones para la construcción y desarrollo de la infraestructura necesaria y que a su vez asume claramente su papel de redistribuidor de la riqueza, lo cual libera a las empresas de suplir la ausencia histórica del Estado y de construir infraestructura a “pedido” de cada proyecto.

Nuestros competidores han trabajado fuertemente en educación, innovación y tecnología, lo cual les permite tener a mano universidades y proveedores de bienes y servicios altamente tecnificados que, trabajan “codo a codo” con sus clientes mineros para conocer en detalle sus desafíos y proponer y desarrollar soluciones.

Hacen un esfuerzo en todos y cada uno de los dominios del conocimiento, resolviendo desafíos de exploración y modelamiento de recursos mineros, análisis geo-mecánicos, diseño de infraestructura de mina y de procesos o métodos de minado, optimización de voladura y fragmentación de roca, sostenimiento de interior mina (si es subterránea) o de taludes si se trata de un tajo abierto. Manejo de la seguridad y definición de estándares de procesos y condiciones de operación seguras. Carguío y acarreo eficiente, hasta llegar a los procesos de tratamiento metalúrgico, diseño de chancado, molienda y flotación o lixiviación óptimas.

Cada uno de los temas mencionados, constituyen un mundo de conocimiento específico que demanda manejo de data, modelamiento del proceso con un análisis económico de cada etapa y del conjunto. Preciso esto, porque “maximizar el resultado de alguno de los procesos” puede repercutir negativamente en la economía de la cadena de procesos y finalmente del conjunto.

Las operaciones mineras del pasado se caracterizaban por sus relativamente “altas leyes” (contenido metálico por tonelada de mineral), pero hoy las operaciones se realizan en depósitos de leyes menores y, consecuentemente, compiten por eficiencia en costos. La consecuencia ha sido; incrementar tamaño de equipos, optimización de las operaciones de carguío y manejo de “colas”, para minimizar tiempo perdido y maximizar el uso del capital invertido.  Análisis y selección minuciosa de la secuencia de procesos y cadena de equipos, con sofisticados sistemas de control de sus operaciones. Igualmente, el control detallado de la caracterización del mineral que, ha de permitir el mínimo consumo de reactivos y floculantes, para optimizar la recuperación metalúrgica.  

De más está repetir que, todo este análisis es económico y consecuentemente dinámico en función de los precios del mercado de metales de corto plazo.

La conformación de equipos multidisciplinarios y el diseño de “task forces” para atender al “cliente interno” en la cadena, es fundamental para el logro de este objetivo.

Como podemos ver, trabajamos en un ecosistema que demanda integración e interacción de equipos de múltiples disciplinas y áreas de conocimiento. Requerimos tener muy cerca a especialistas no necesariamente mineros, geólogos o metalurgistas para competir y ganar. La productividad es un elemento fundamental y, por ejemplo, si analizamos temas de ventilación y refrigeración de interior mina, ya tenemos un desafío respecto a cómo diseñar piques y chimeneas, qué equipo usar; diésel (genera gases tóxicos) o eléctrico que requiere alimentación de energía; con cable (movimiento limitado) o baterías (peso de las baterías, tiempo de duración de la carga y/o generación de calor al recargar). ¿Uso de alimentación eléctrica inalámbrica? Etc.

Quién sabe que uno de los “nichos” inexplorados para el uso de tecnología en minería se da en el hemisferio sur y particularmente en nuestro país, por la altitud de nuestras operaciones.  Esto, que no está presente en el hemisferio norte, donde normalmente se desarrolla tecnología aplicada, es una oportunidad para nuestros técnicos e ingenieros deseosos de crear e innovar. La altitud y falta de oxígeno, condición propia de nuestras minas, ofrece un laboratorio para el análisis de rendimiento de equipos alternativos; combustión interna (con pérdida de hasta 50% de su eficiencia teórica de diseño) o eléctricos que, aparentemente tendrían un amplio campo de aplicación y desarrollo. Pero esta misma falta de oxígeno, impide el normal comportamiento isotérmico de los mecanismos de engranajes (no disipan el calor y lo retienen), llevándolos a una fatiga de materiales prematura y descarte de partes y componentes de alto costo. Aquí un desafío a la ingeniería que debemos analizar y resolver localmente.

En el Perú, a diferencia de los países más desarrollados con los que competimos, la innovación, tecnología y educación, no ha venido siendo el núcleo de nuestra visión y estrategia de desarrollo. Consecuentemente, nos toca a las empresas plantear los desafíos concretos, con data real para el análisis de las soluciones y promover el desarrollo de pruebas piloto dentro del ámbito de nuestras operaciones. Países como Australia, tan minero como el Perú, viene haciendo este trabajo desde hace mucho tiempo y ya ha logrado que sus exportaciones de servicios de tecnología e innovación aplicada, sea equivalente al 45% del valor de sus exportaciones mineras. Chile ha adoptado el concepto y lo está trabajando de la mano de Pro Chile con éxito.

El modelo funciona, por lo tanto, debemos avanzar en esa dirección y es la principal razón para hacer que nos conectemos a la industria del conocimiento, por ello, esta vez Perumin se plateó como “Minería: Ciencia, innovación, tecnología y educación”.

Nuestra convivencia con las comunidades alto andinas, nos permite no sólo ver y aprender de esa realidad, sino plantearnos propuestas interesantes que pasan por aplicaciones no vistas en otras latitudes. Ya antes hemos hablado de la “Papa nativa”, así como de los proyectos integrales para combatir anemia y desnutrición. Hoy podemos hablar también de proyectos para combatir el friaje y heladas con sistemas de calefacción geotérmica para pequeños hogares de la sierra. Las condiciones de aislamiento de estas pequeñas construcciones, hacen inviable desde el punto de vista económico, soluciones como calefacción a gas u otros. Estamos planteando este desafío de alto contenido social, a nuestros jóvenes profesionales y estudiantes y deseamos fervientemente que el equipo que se está constituyendo al efecto, logre un desarrollo muy importante, que sería un gran aporte social.

Debemos apoyarnos en la fortaleza de la industria minera, para desarrollar nuestra industria del conocimiento de cara al siglo XXI. Lampadia




Retos de la conectividad masiva de Internet

El uso de internet está tan inmerso en nuestros quehaceres diarios que ignoramos la celeridad en la que penetró en la vida de millones de personas alrededor del mundo hace más de una década, sobre todo en los países emergentes, de los cuales somos parte.

Conforme internet avanzó hacia mejores velocidades de conexión y su cobertura se hizo universal en el ámbito urbano a través de la telefonía móvil, uno de los más importantes beneficios que trajo consigo fue la aparición  de los denominados “unicornios de la tecnología”, emprendimientos que han hecho de las herramientas digitales sus fieles aliadas para suplir las necesidades insatisfechas de millones de usuarios en diversas ramas del sector servicios, como transporte, restaurantes, entre otros (ver Lampadia: Las debilidades de los unicornios de la tecnología). Sin embargo, el impacto en las empresas ya establecidas en los países emergentes se torna aún ambiguo en tanto algunas de ellas – si bien pueden haberse expandido en el proceso – otras pueden haberse extinguido debido a su tardía adecuación a esta nueva ola de la digitalización, potenciada por el internet en los últimos años.

En un reciente artículo de The Economist (ver artículo líneas abajo), se explica cómo la conectividad online de las 726 millones personas que integran los países en vías de desarrollo, demandará una reinvención de los modelos de negocio de las empresas ya establecidas debido a su aún carencia de infraestructura, pero también a brechas en cobertura de servicios públicos que aún sufren las poblaciones en estas partes del mundo. Estas reflexiones deben sentar las bases para que los diferentes emprendimientos en nuestro país tomen cartas en el asunto, de manera que la nueva revolución del internet, que se avecina con el 5G, los ayude a crecer y no los arrastre por los suelos. Lampadia

El próximo acto de internet
La segunda mitad de la humanidad se une a internet

Ellos lo cambiarán, y los cambiará

The Economist
8 de junio, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

En 2007, por primera vez, más humanos vivían en ciudades que fuera de ellas. Fue una transición de 5,000 años. Internet ha sido más rápido para llegar a la mitad del camino.

Más del 50% de la población del planeta está ahora en línea, apenas un cuarto de siglo después de que la web despegara por primera vez entre los expertos en tecnología en el oeste. La segunda mitad de la revolución de internet ha comenzado. Está cambiando la forma en que funciona la sociedad y también está creando un nuevo rompecabezas empresarial.

La mayoría de los nuevos usuarios están en el mundo emergente; unas 726 millones de personas se conectaron solo en los últimos tres años. China sigue creciendo rápidamente. Pero gran parte del aumento proviene de los lugares más pobres, en particular la India y África. Después de haber visto las falsas noticias y el trolling que se ha hecho al discurso público en los países ricos, a muchos observadores les preocupa la degradación de la política, desde la polarización del electorado de la India hasta la persecución de la minoría rohingya de Myanmar. En el lado positivo, las organizaciones benéficas y los trabajadores humanitarios hablan sin cesar y con seriedad sobre cómo los teléfonos inteligentes permitirán a los agricultores verificar los precios de los cultivos, a los aldeanos a inscribirse para recibir educación en línea y ayudar a los médicos a aumentar las tasas de vacunación.

Menos apreciado es que los principales atractivos de estar online son los mismos para la segunda mitad como lo fueron para la primera. Socializar y jugar, no trabajar y superarse, son la atracción. La pornografía es popular. Las aplicaciones de mensajería ayudan a los amigos a mantenerse en contacto y permiten que los trabajadores migrantes les den las buenas noches a sus hijos en casa. Las personas entretienen a sus amigos y extraños en las redes sociales con videos caseros ridículos en YouTube o TikTok, una aplicación enfocada en clips cortos y cómicos. Los planes de datos baratos y las unidades de memoria USB traen películas pirateadas a millones de personas que tal vez nunca hayan estado en un cine. Las aplicaciones de citas son más populares que los asesoramientos agrícolas; los videojuegos son más populares que cualquiera de los dos. Es poco probable que estos beneficios lleguen a muchos informes de desarrollo. Pero son un impulso para el stock de la felicidad humana.

Para las empresas, la segunda mitad de Internet ofrece una gran cantidad de clientes. También trae un dolor de cabeza: la mayoría de estos usuarios nuevos son demasiado pobres para gastar mucho. Decenas de miles de millones de dólares en dinero de capital de riesgo se han transferido a empresas de Internet en mercados emergentes, excluyendo a China. Los gigantes de Silicon Valley han creado grandes bases de usuarios: más de 1,500 millones de usuarios de Facebook están en países en desarrollo. YouTube, un sitio de videos de propiedad de Google, está cada vez más dominado por usuarios no occidentales. El año pasado, Walmart gastó US$ 16,000 millones en la compra de Flipkart, un gigante de comercio electrónico indio. Jumia, una empresa de comercio electrónico con 4 millones de clientes en Nigeria y otros 13 países africanos, se introdujo en Nueva York en abril.

A pesar de las altas valoraciones de estas empresas, todavía están buscando modelos de negocios sostenibles. Reliance Jio, una firma india, ha invertido US$ 37,000 millones para construir una red móvil de alta velocidad y adquirir una gran base de usuarios, en su mayoría pobres. Cada usuario de Facebook en Asia genera solo US$ 11 de ingresos por publicidad al año, en comparación con los US$ 112 de un norteamericano. El ingreso combinado de todas las empresas de internet en los mercados emergentes (excluyendo China) es quizás de US$ 100 mil millones al año. Es aproximadamente del mismo tamaño que Comcast, la empresa número 31 más grande de Estados Unidos por ventas.

No obstante, el impacto de estas empresas en los negocios aumentará de dos maneras. Primero, crecerán rápido – aunque aún está por verse si será lo suficientemente rápido como para justificar sus valoraciones. Para maximizar sus posibilidades, muchos están ofreciendo no solo un servicio único (como búsqueda o video), como lo hicieron las empresas occidentales en sus primeros años, sino un conjunto de servicios en una aplicación, con la esperanza de ganar más dinero por usuario. Este enfoque fue pionero en China por Alibaba y Tencent. Go-Jek en Indonesia ofrece servicios de transporte, pagos, recetas de medicamentos y masajes. Facebook está impulsando un sistema de pagos digitales en la India a través de su servicio de chat, WhatsApp.

La segunda es que, en el mundo emergente, es probable que las empresas establecidas se vean afectadas más rápidamente que las empresas tradicionales en el mundo rico. Tienen menos infraestructura, como almacenes y sitios de venta al por menor, para actuar como una barrera de entrada. Muchas personas, especialmente fuera de las grandes ciudades, carecen de acceso a sus servicios por completo. Las empresas de cerveza, champú y otros bienes de consumo podrían encontrar que, a medida que el marketing se vuelve digital, las nuevas marcas insurgentes ganan terreno más rápido. Los bancos se verán obligados a adaptarse rápidamente a los pagos digitales o morir. Visto de esta manera, hay una gran cantidad de dinero en juego: el valor de mercado total de las empresas predominantes en el mundo emergente, fuera de China, es de 8 trillones de dólares. Si pensaste que la primera mitad de la revolución de Internet fue perjudicial, solo espera hasta que veas el segundo acto. Lampadia




BRI: La inversión trasnacional de China

La lucha por la hegemonía global de China – potenciada en los últimos años por la guerra comercial que disputa con EEUU (ver Lampadia: La Guerra contra Huawei, EEUU vs. China: ¿Una Nueva Guerra Fría?, Se agrava la guerra comercial EEUU – China) – incluye iniciativas estatales que abarcan diversos campos como el tecnológico, con iniciativas como “Made in China 2025”, y el campo de la seguridad y defensa como los convenios de armas nucleares firmados con Rusia recientemente, por destacar algunos.

En el campo de la inversión en infraestructura, se destaca la “Belt and Road Initiative” (en adelante, BRI), que consiste en brindar financiamiento para la construcción de grandes proyectos en varios países, a través de inversiones o la toma de deuda con China, constituyéndose como una importante herramienta de política que ha permitido al gigante asiático canalizar sus excedentes recursos financieros.

¿Cuál es la naturaleza del BRI, cuyo origen se remonta al 2014, y cuáles son sus prospectos a futuro? ¿Podría potenciar la inversión en infraestructura de nuestro país si formásemos parte de dicha iniciativa?

Un reciente artículo escrito por Yasheng Huang – Profesor del Programa Internacional en Economía y Negocios Chinos y Profesor de Economía Internacional y Gestión en la MIT Sloan School of Management – y publicado por Project Syndicate (ver artículo líneas abajo), destaca al BRI como un fondo dedicado a proyectos de infraestructura en países con poco potencial económico e inclusive con regímenes autoritarios y con un stock de capital humano de baja calidad. Sin embargo, es esta misma característica la que refleja el alto riesgo del que son capaces de asumir los acreedores chinos, además del carácter de muy largo plazo sobre el cual realizan sus inversiones.

Y es esta misma característica también la que nuestro país puede aprovechar para potenciar su inversión en infraestructura.

¿En qué sentido?

Los grandes proyectos en infraestructura de largo plazo en nuestro país lamentablemente han sido desechados en el pasado. Un ejemplo emblemático de ello fue el Tren China-Brasil-Perú (ver Lampadia: Perú impide desarrollo ferrocarrilero con China y Brasil), un proyecto ferroviario con un impacto ambiental mínimo, a cero costo para el Perú y que hubiera creado una vía eficiente de transporte para el emporio selvático peruano del Valle del Huallaga, la zona minera del norte y los fosfatos de Bayovar, hacia Brasil. Lamentablemente el proyecto del tren – que podría haber consolidado nuestra relación económica y de inversiones con el gigante asiático por su interés en apoyarlo – fue saboteado por el gobierno de PPK-Vizcarra, lo cual habría beneficiado a EEUU al limitar el avance de China en nuestro país para potenciar el crecimiento.

En ese sentido y ante la falta de decisión de otras naciones extranjeras para contribuir con el financiamiento de este tipo de inversiones en nuestro país, urge pues retomar nuestra relación con China; y una vía podría ser a través del BRI, lo cual impulsaría los proyectos de infraestructura de largo plazo – como el Tren Perú-Brasil-China – que tanta falta hacen en nuestro país, y no estar jugando a favorecer los proyectos bolivianos. Lampadia

 

¿Puede el Belt and Road convertirse en una trampa para China?

Yasheng Huang
Project Syndicate
22 de mayo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

A través de su Iniciativa Belt and Road (BRI por sus siglas en inglés), China está estableciendo vínculos con algunos de los países más autoritarios, económicamente opacos y económicamente atrasados. En lugar de exponerse a riesgos políticos, económicos y de impago masivos, los responsables políticos chinos deberían buscar reparar las relaciones con Occidente.

Los críticos a menudo afirman que China está utilizando su masiva “Iniciativa Belt and Road”(en adelante, BRI) como una forma de “diplomacia de trampa de deuda” para ejercer el control sobre los países que se unen a su esquema de inversión transnacional en infraestructura. Este riesgo, como señaló recientemente Deborah Brautigam de la Universidad John Hopkins, es a menudo exagerado por los medios de comunicación. De hecho, el BRI puede tener un tipo de riesgo diferente, para la propia China.

En la reciente cumbre del BRI en Beijing, el presidente chino Xi Jinping pareció reconocer la crítica de la “trampa de la deuda”. En su discurso, Xi dijo que “construir una infraestructura de alta calidad, sostenible, resistente a los riesgos, de precio razonable e inclusiva ayudará a los países a utilizar plenamente sus dotaciones de recursos”.

Esta es una señal alentadora, ya que muestra que China se ha vuelto más consciente de las implicaciones de la deuda del BRI. Un estudio realizado por el Centro para el Desarrollo Global concluyó que ocho de los 63 países que participan en el BRI están en riesgo de “problemas de deuda”.

Pero como John Maynard Keynes lo expresó de manera memorable: “Si le debes a tu banco cien libras, tienes un problema. Pero si usted le debe a su banco un millón de libras, él lo tiene”. En el contexto del BRI, China puede convertirse en el banquero a quien se le debe un millón de libras.

En particular, China puede ser víctima del “modelo de negociación obsolescente”, que establece que un inversor extranjero pierde poder de negociación a medida que invierte más en un país anfitrión. Los proyectos de infraestructura como los del BRI son un ejemplo clásico, porque son voluminosos, están atornillados al suelo y tienen un valor económico cero si se dejan incompletos.

Como era de esperar, algunos países socios del BRI ahora exigen renegociar los términos, y generalmente después de que los proyectos han comenzado. China puede verse obligada a ofrecer concesiones cada vez más favorables para mantener los proyectos en marcha. A mediados de abril, por ejemplo, Malasia anunció que un importante proyecto ferroviario BRI, suspendido por el gobierno después de las elecciones del año pasado, ahora se llevaría a cabo “después de la renegociación”. Es probable que otros países BRI también soliciten el perdón de la deuda y las cancelaciones, cuyos costos serán en última instancia a cargo de los ahorradores chinos.

El BRI puede tener costos ocultos adicionales para China en el futuro. Para empezar, es extraordinariamente difícil ganar dinero en proyectos de infraestructura. Existe la creencia generalizada de que la inversión en infraestructura potencia el crecimiento económico, pero la evidencia de esto es débil. De hecho, la propia China construyó gran parte de su infraestructura actual después de que su crecimiento hubiera despegado. En los años 80 y 90, por ejemplo, China creció mucho más rápido que India a pesar de tener una red ferroviaria más corta. Según el Banco Mundial, en 1996 China tenía 56,678 kilómetros (35,218 millas) de líneas ferroviarias, e India tenía 62,915 kilómetros. El crecimiento chino no fue impulsado por la infraestructura, sino por reformas e inversiones de capital humano. Si el crecimiento no se materializa en los países BRI, las empresas chinas pueden terminar soportando los costos.

Además, muchos de los países socios del BRI de China son riesgosos, incluido Pakistán, uno de los principales receptores de inversiones en el marco del plan. Además de sus altos riesgos políticos, económicos y de incumplimiento, el país también puntúa mal en los indicadores de educación. Según un informe, Pakistán ocupó el puesto 180 entre los 221 países en alfabetización. Esta es una bandera roja potencial para las inversiones chinas en Pakistán, porque la investigación sugiere que las inversiones en infraestructura física promueven el crecimiento solo en países con altos niveles de capital humano. La propia China se benefició de sus inversiones en infraestructura porque también había invertido mucho en educación.

Tampoco debe compararse el BRI con el Plan Marshall, el programa de ayuda de EEUU para ayudar a reconstruir Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial, como un ejemplo de cómo los proyectos de inversión a gran escala pueden impulsar el crecimiento. El Plan Marshall fue tan exitoso – y a una fracción del costo del BRI – porque ayudó a los países generalmente bien gobernados que habían sido interrumpidos temporalmente por la guerra. La ayuda actuó como un estímulo que desencadenó el crecimiento. Varios de los países BRI, por el contrario, están plagados de problemas económicos y de gobernabilidad y carecen de requisitos básicos para el crecimiento. Solo construir su infraestructura no será suficiente.

Finalmente, el BRI probablemente fortalecerá aún más el sector estatal de China, aumentando así una de las amenazas a largo plazo para su economía. Según un estudio realizado por el American Enterprise Institute, las empresas privadas representaron solo el 28% de las inversiones del BRI en el primer semestre de 2018 (últimos datos disponibles), un 12% menos que en el mismo período de 2017.

La escala masiva del BRI, junto con la falta de rentabilidad del sector estatal de China, significa que los proyectos bajo el esquema pueden necesitar un apoyo sustancial de los bancos chinos. Las inversiones del BRI inevitablemente competirían por los fondos, y por los cada vez más valiosos recursos de divisas, con el sector privado nacional de China, que ya enfrenta una alta carga fiscal y las tensiones de la guerra comercial con EEUU.

Además, las empresas occidentales, un componente importante del sector privado de China, se están retirando del país. Varias compañías estadounidenses, entre ellas Amazon, Oracle, Seagate y Uber, así como Samsung y SK Hynix de Corea del Sur, y Toshiba, Mitsubishi y Sony de Japón, han reducido sus operaciones en China o han decidido retirarse por completo. En parte como resultado, la inversión extranjera directa de EEUU en China en 2017 fue de US$ 2,600 millones, en comparación con US$ 5,400 millones en 2002.

Este es un desarrollo preocupante. A través del BRI, China está estableciendo vínculos con algunos de los países más autoritarios, opacos financieramente y económicamente atrasados. Al mismo tiempo, una guerra comercial, un sector estatal cada vez más fuerte y el proteccionismo están alejando a China de Occidente.

China ha crecido y desarrollado la capacidad para emprender proyectos BRI precisamente porque abrió su economía a la globalización, a la tecnología y los conocimientos occidentales. En comparación con sus compromisos con Occidente, el BRI puede conllevar riesgos e incertidumbres que podrían llegar a ser problemáticos para la economía china. A medida que la economía china se desacelera y sus perspectivas de exportación están cada vez más nubladas por factores geopolíticos, vale la pena repensar el ritmo, el alcance y la escala del BRI. Lampadia

Yasheng Huang es Profesor del Programa Internacional en Economía y Negocios Chinos y Profesor de Economía Internacional y Gestión en la MIT Sloan School of Management.