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¿Qué sabemos de Nueva Zelanda?

Tras el empate de la selección peruana ante Colombia, nuestros jugadores preparan su viaje a Nueva Zelanda para el primer partido del repechaje que se llevará a cabo el próximo 10 de noviembre, en la etapa final del camino al Mundial Rusia 2018.

Fuente: latribuna.hn

Según el presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit), Ricardo Acosta, alrededor de 500 compatriotas adquirirán un paquete turístico a Nueva Zelanda. Además, se ha reducido el plazo para la obtención de la visa en la embajada de dicho país.

Pero, ¿Qué sabemos se esta nación tan lejana para nosotros? En Lampadia decidimos investigar un poco.

Nueva Zelanda está ubicada en el suroeste del Océano Pacífico, justo al sur de Australia. El país no es parte de Australia y nunca lo ha sido (muchas personas creen que sí), pero ha sido un país independiente desde finales del siglo XIX. Antes de eso, el país en realidad se consideraba parte del Reino Unido y estaba bajo las leyes y la jurisdicción de la corona británica. Nueva Zelanda está formado por un conjunto de islaspequeñas, y dos islas principales (la Isla del Norte, también llamada Te Ika-a-Māui por los nativos, y la Isla del Sur, también llamada Te Waipounamu) que comprenden la mayor parte de la superficie terrestre del país.

En comparación con el Perú, Nueva Zelanda tiene mejores indicadores económicos y sociales. Su ingreso per cápita (ajustado por nivel de precios), es el doble del peruano, y la esperanza de vida al nacer supera los 80 años. Ver gráfico comparativo de ‘Gapminder’:

Un poco de historia

Fuente: latribuna.hn

La historia de Nueva Zelanda es bastante variada. No había humanos en las islas hasta al menos 1250 dC. La primera población fueron colonos polinesios, que llegaron a través de una serie de viajes a través del Océano Pacífico. Desarrollaron una cultura que se llama maorí. Los maoríes, como la mayoría de los pueblos indígenas, tenían tribus y sub-tribus que vivían en todas las islas; trabajaban juntos en ciertas tareas, pero también hubo luchas internas entre ellas.

Fuente: latribuna.hn

Actualmente, la mayoría de la población tiene raíces europeas, aunque la etnia maorí se mantiene fuerte ya que es la minoría más común del país. En los últimos años, se han realizado más avances para ayudar a los maoríes a consolidar su cultura, y ahora disfrutan de una serie de beneficios del gobierno y del sistema educativo.

Fuente: latribuna.hn

Gobierno

El país estuvo bajo la autoridad de la corona del Reino Unido hasta 1853, en que se independizó. Es parte del CommonWorld, y la Reina de Inglaterra sigue siendo la jefa de estado, mediante un representante conocido como el Gobernador General, pero el poder resideen el parlamento, liderado por un primer ministro.

El Primer Ministro no es elegido por voto directo, sino que es elegido por el Parlamento, luego de elecciones generales que designan a los representantes de los distintos partidos. El primer ministro tiene un gabinete que conforma el ejecutivo.

Recientemente, Nueva Zelanda eligió su primera ministra más joven en más de 150 años: la líder del Partido Laborista JacindaArdern. Ardern, de 37 años, asumió el cargo principal del partido en agosto y marca una victoria para una joven líder global que promete cambios, con grandes implicaciones para la undécima moneda más negociada del mundo, su banco central, la inmigración y la inversión extranjera.

Una gran reforma

Nueva Zelanda es la tercera de las economías más liberales de todo el mundo, según la edición 2016 del Índice de Liberad Económica, un ranking elaborado anualmente por la Fundación Heritage (el Perú, por su lado, está en el puesto 47). Pero no siempre fue así. 

En los años ochenta, la isla acumulaba décadas de estancamiento, cuando Roger Douglas lanzó lo que más tarde fue denominado como “Rogernomics”. 

Para sacar adelante al país, Roger Douglas hizo un giro liberal. Su llegada al ministerio de Finanzas abrió la puerta a la implementación de reformas de mercado. También en el ministerio de Transporte, en el de Industria y en el de Empleo había dirigentes laboristas que se mostraban cada vez más alejados del intervencionismo que su partido venía defendiendo.

El desempeño económico de Nueva Zelanda fue mejorando en los años 80 y continuó una línea ascendente en las siguientes décadas. La ministra de Finanzas, Ruth Richardson, impulsó muchas de estas medidas con éxito y también sacó adelante una profunda reforma laboral que planteó tras su llegada al poder. Esta reforma redujo sustancialmente el peso de la negociación colectiva y la incidencia de la conflictividad laboral. Richardson estuvo en el Perú, invitada por CADE-97, para que compartiera el salto delante de Nueva Zelanda, desde la adopción de la economía de mercado. El éxito de Nueva Zelanda fue tan llamativo, que el país se convirtió en un modelo de reformas de Estado, y ha recibido cientos de misiones oficiales desde todas partes del mundo. (El Perú, todavía no ha organizado ninguna).

Con el propósito de difundir la experiencia de reformas neozelandesas, en enero del 2014, en Lampadia publicamos: Reformas de Nueva Zelanda 25 años después.

Entre 1980 y 2015, el PBI per cápita de Nueva Zelanda se disparó de 8,000 a 35,000 dólares

Belleza geográfica

Es posible que muchos hayan oído hablar de las maravillas naturales de Nueva Zelanda, principalmente por ser elegido como la locación perfecta para diversas películas como El Señor de los Anillos. Los volcanes, fiordos, montañas nevadas, bosques antiguos, glaciares cerca de la playa, áreas geotérmicas, cuevas de luciérnagas y espectaculares playas de arena negra, blanca y dorada son solo algunas de las maravillas que se pueden encontrar. No es de extrañar que sea un gran lugar para filmar películas increíbles, ya que se puede encontrar casi cualquier paisaje.

Al norte de Wellington se encuentra el Parque regional Kaitoke, el lugar utilizado para representar a Rivendell, el hogar de los elfos, en las trilogías El Señor de los anillos y El hobbit. Además, el director neozelandés Andrew Adamson optó por Flock Hill Station, cerca de Arthur’s Pass en Canterbury, como el escenario para la culminante batalla final entre las fuerzas de Aslan y el poderoso ejército de la Bruja Blanca, en Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero.

Deportes: Rugby

Durante más de 140 años, el rugby (un deporte de mucha fuerza física, pero reconocido por la caballerosidad de sus practicantes), ha jugado un papel importante en la cultura de Nueva Zelanda. Ha ayudado a formar a los Kiwis modernos a convertirse en una nación orgullosa, deportiva e innovadora decidida a dejar su huella en el mundo.Conocidos popularmente como los AllBlacks, son el combinado nacional más laureado en la historia de la Copa del Mundo de Rugby que, desde 1987, se celebra cada cuatro años. Los neozelandeses han ganado la competición en tres ocasiones: en 1987, en 2011 y en 2015, lo que los convierte en los campeones vigentes.

La arenga de los jugadores de Rugby, la ‘haka’, un cántico aterrador, es siempre el preámbulo de sus competiciones. Ver:
 

Deportes: Futbol

El fútbol es otra historia. Es una adición reciente a los deportes neozelandeses. Luego de que en el 2006 Australia renunciara a su zona geográfica futbolística, dejando la confederación de Oceanía, se le ha hecho más fácil a Nueva Zelanda llegar al mundial de fútbol.

Así, los AllWhites pasaron a sustituir a los Socceroos(de Australia) como líderes de Oceanía, pero este liderazgo les ha costado. La selección de fútbol de Nueva Zelanda viene de una racha de derrotas (México, Rusia y Portugal), y esperamos que nuestra aguerrida selección de cuenta de los AllWhites. Sin embargo, nunca hay que desestimar a un rival, que ya logró jugar en dos mundiales (1982 y 2010).

El peruano William Vivanco que transformó la ganadería de Nueva Zelanda

El ingeniero zootecnista William Vivanco, un ayacuchano reconocido como el primer clonador de vacunos a nivel mundial, estuvo una temporada en Nueva Zelanda, donde revolucionó la ganadería neozelandesa. Vivanco produjo el primer ternero hembra nacido en el mundo por sexado de semen, así como la primera ternera nacida en el mundo por clonación de una vaca adulta de una raza en extinción en Nueva Zelanda.

Después, construyó el establo y el laboratorio biotecnológico para la producción en gran escala de embriones in-vitro sexados, usando semen sexado de EEUU y los óvulos de vacas de Nueva Zelanda. Con el personal capacitado, logró transferir la tecnología para cada fase de la producción y cesión embrionaria.

Este gran científico global, ha regresado al Perú y es profesor en la Escuela de Graduados de la Universidad Nacional Agraria La Molina y jefe de la Subdirección de Recursos Genéticos y Biotecnología del Instituto Nacional de Investigación Agraria del Perú (INIA). Además, es director de Vivanco International.

Ganadería neozelandesa y agro-exportaciones peruanas

Como hemos comentado, un peruano fue uno de los artífices del boom ganadero de Nueva Zelanda, pero su crecimiento se ha detenido en los últimos años. En cambio, en el Perú, según el Instituto Crecer, desde el 2004, nuestras agro-exportaciones han crecido 15% por año y el ingreso de los trabajadores del agro ha crecido 124%.“En crecimiento del agro le ganamos a uno de los campeones mundiales: Nueva Zelanda. Ojalá sea así el repechaje.”, afirmó Richard Webb, Director del Instituto del Perú en El Comercio.

Productivamente, con respecto a Nueva Zelanda, hemos tenido un buen desarrollo, pero nos falta mucho en la reforma de políticas públicas.

La mirada importante

Esperamos que esta breve descripción de Nueva Zelanda, en algunos de sus distintos aspectos y ámbitos, ayude a nuestros lectores a conocer un poco más este país y a quienes serán nuestros rivales en el camino hacia Rusia 2018. Los peruanos debemos aprestarnos a derrotarlos con nuestra tradicional bonhomía, pero también debemos aprovechar la ocasión para aprender de ellos e imitarlos en la dirección y consistencia de sus exitosas políticas públicas.

Ya es hora de que el Perú organice una misión de estudio a Nueva Zelanda. Durante los próximos días, difundiremos otros reportes sobre esta interesante nación. Lampadia




Separación de religión y política

Un post en Facebook de José Luis Sardón de Taboada, miembro del Tribunal Constitucional, nos llevó a otro de The Economist, y éste, al artículo: Liberando la libertad – El cristianismo, el islam y Locke, que compartimos líneas abajo.

“Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes”.

“El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, como en generar en el alumno amor y estima por el conocimiento.”

Diez grandes frases de John Locke, muyinteresante.es.

John Locke (1632-1704), filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más influyentes pensadores del Siglo de las Luces y conocido como el ‘Padre del Liberalismo Clásico’, influyó en el desarrollo de la epistemología (conocimiento científico) y la filosofía política. Sus escritos influyeron en Voltaire y Rousseau, muchos pensadores de la Ilustración escocesa, así como en los revolucionarios estadounidenses. Sus contribuciones al republicanismo clásico y la teoría liberal se reflejan en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos de 1689.

Locke postuló que, al nacer, la mente era una pizarra o tabula rasa en blanco. Al contrario de la cartesiana —basada en conceptos preexistentes—, sostuvo que nacemos sin ideas innatas, y que, en cambio, el conocimiento solamente se determina por la experiencia derivada de la percepción sensorial.

Trata la religión como un asunto privado e individual, que afecta solamente a la relación del hombre con Dios, no a las relaciones humanas. En virtud de esta privatización el hombre se libera de su dependencia de las imposiciones eclesiásticas y sustrae la legitimidad confesional a la autoridad política, puesto que considera que no hay base bíblica para un estado cristiano.

La separación de la religión y la política, el laicismo, afirma que este es un principio inseparable de la democracia, porque las creencias religiosas no son un dogma que deban imponerse a nadie ni convertirse en leyes. Fernando Savater, profesor de ética y filósofo, dice que “en la sociedad laica tienen acogida las creencias religiosas en cuanto derecho de quienes las asumen, pero no como deber que pueda imponerse a nadie”.

(Glosado de Wikipedia)

Los nuevos procesos políticos que se presentan con banderas religiosas, mayormente asociadas a expresiones islamistas y planteamientos de conquistas políticas que lleven a la instauración de un califato y la imposición de ideas extremistas y absolutistas, que vinculan indebidamente con Alá, están alterando sustancialmente el nuevo milenio. Al respecto, los posts de Sardón y The Economist, nos permiten revisar algunos elementos valiosos del pensamiento de John Locke.

Hay mucho para pensar sobre cómo en otros tiempos, los musulmanes eran los tolerantes.

“Mustafa Akyol, escritor sobre el islam, ha propuesto que el espíritu lockeano de libertad es exactamente la influencia correctiva que necesita con urgencia el mundo musulmán de hoy, envuelto en los sueños de un califato”.Lampadia

Liberando la libertad

El cristianismo, el islam y Locke

Tres siglos más adelante, un filósofo inglés de la libertad, brinda a musulmanes y cristianos,un insumo para pensar

The Economist
Erasmus
3 de febrero de 2015
Traducido y glosado por
Lampadia

Para cualquiera que crea en la libertad de pensamiento, culto y discurso, John Locke debe clasificarse como un genio imponente. En una época en la que Europa había sido desgarrada por la guerra entre los reyes católicos y protestantes, expuso la idea revolucionaria de que el Estado evitara adjudicarse o imponer una doctrina religiosa. Un siglo más tarde, sus ideas tuvieron una influencia decisiva en los ‘Padres Fundadores’ de Estados Unidos. Y hasta el día de hoy provoca un rico debate intelectual, tanto entre musulmanes como en cristianos.

Hay un pasaje de Locke que a menudo se cita para desafiar la idea de que el cristianismo está simplemente por delante del islam al aprender a aceptar la diversidad religiosa. Como una especie de juego mental, el filósofo instó a los lectores a imaginar dos iglesias cristianas doctrinalmente diferentes de pie, una al lado dela otra, sin que ninguna tenga la esperanza de suplantar a la otra. Eso sería imposible en el mundo cristiano, sugirió, pero muy posible entre los otomanos musulmanes.

Supongamos que dos iglesias, la de arminianos y la otra de calvinistas, residen en la ciudad de Constantinopla. ¿Alguien sugeriría que cualquiera de estas iglesias tiene el derecho a privar a los demás de sus propiedades y libertad (como vemos practicadas en otros lugares) debido a.… diferencias en algunas doctrinas y ceremonias, mientras que los turcos, mientras tanto, se ríen en silencio al ver con qué crueldad inhumana cristianos se pelean con cristianos?

Como escribe Reza Shah-Kazemi en una monografía publicada por el Instituto de Estudios Ismaelianos, un centro de estudios islámicos con sede en Londres: “Es evidente que Locke estaba profundamente impresionado por el contraste entre los paradójicamente tolerantes” bárbaros “-los otomanos musulmanes- y los cristianos violentamente intolerantes, pero ostensiblemente “civilizados”.

En realidad, el gran pensador estaría profundamente impactado, si se contara toda la verdad. Los otomanos sí eligieron entre grupos cristianos; prefirieron a los ortodoxos que, a los católicos, y privaron incluso a los ortodoxos de bastantes “estados y libertad” al incorporar a los obispos ortodoxos en la estructura del poder imperial. La mayoría de las propiedades monásticas fueron entregadas a fundaciones islámicas, mientras que algunas se quedaron en manos cristianas, aunque sujetas al placer del sultán. Pero quizás el punto de Locke no era estrictamente sobre los otomanos; estaba tratando de mostrar lo absurdo que sería que cualquier gobierno eligiera entre las doctrinas cristianas, especialmente, en los casos en que el gobierno no era cristiano.

En cualquier caso, el debate sobre Locke continúa; y algunos turcos están haciendo algo más que reír. Mustafa Akyol, escritor sobre el islam, ha propuesto que el espíritu lockeano de libertad es exactamente la influencia correctiva que necesita con urgencia el mundo musulmán de hoy, envuelto en los sueños de un califato. Como señala aprobatoriamente, “Locke… argumentó que la Biblia no propone un sistema de gobierno (como el derecho divino de los reyes) …él enfatizó que la fe religiosa de un individuo,sólo es significativa cuando se basa en la ‘persuasión interior de la mente’, que no puede ser ordenada por una fuerza exterior”. En la lectura de Locke que hace Akyol, no sólo la gobernanza sería más saludable si estuviera separada de la religión; la religión también sería más saludable. Tanto los musulmanes como los cristianos deberían tomar nota, según la visión del escritor turco.

Por cierto, esos calvinistas y arminianos todavía están discutiendo, especialmente en el mundo del cristianismo evangélico americano, acerca de sus conflictivas ideas sobre la salvación humana y la predestinación. Ellos luchan por puestos de enseñanza de teología, pero no físicamente. Y ninguno de los bandos espera que el gobierno federal entre en el asunto y resuelva el argumento por la fuerza; este alivio se lo debemos a John Locke. Lampadia




Los trenes de China avanzan en el mundo

China profundiza su liderazgo geopolítico global, asume la defensa del comercio internacional e impulsa las inversiones en infraestructuras, con especial interés en redes ferrocarrileras. Este camino se está pavimentado con el retiro del EEUU de Trump, en varios aspectos que marcaban su presencia y poderío.


Fuente: alg24.net

A principios de este año, una locomotora, jalando vagones cargados de manufacturas chinas, partió a principios de Yiwu en la provincia de Zhejiang, y unos 18 días y siete países más tarde llegó a un depósito de mercancías a casi 7,500 millas de distancia en el extremo este de Londres.

China ha tomado la iniciativa de desarrollar de ‘Un cinturón, Un camino’, que es considerado como el más importante proyecto de infraestructura del siglo XXI. La Ruta de la Seda marítima moderna es el principal proyecto del actual presidente chino, Xi Jinping. China lanzó este proyecto en 2013.

El Perú tuvo la oportunidad de aprovechar uno de estos proyectos; pero, lamentablemente, el gobierno de PPK, con el liderazgo del Vice-Presidente, Martín Vizcarra, desechó el proyecto de mala forma, afirmando que al Perú no le gustaba pues tenía impactos ambientales altos, no había carga de regreso y era muy caro.

Todo falso, pues el corte de la selva (frontera con Brasil – Pucalpa) era muy corto y luego avanzaba hacia el norte por la carretera Marginal; la economía del transporte de soya (por su inmenso volumen), no pide carga de regreso, aunque sí la había con los fosfatos de Bayovar; y el Perú no tendría que asumir costos, pues se trataba de una inversión privada china.

Vizcarra se apuró a hablar de un costo para el Perú de US$ 60,000 millones y que con ese dinero se podrían hacer muchas cosas: “En realidad ese proyecto interesa más a Brasil para exportar sus productos agrícolas, y a China, pero el Perú sólo sería el paso”.

Nuestra información se confirmó pocas semanas después en boca del Consejero Político de la Embajada de China en el Perú, Zhang Yanhui. Veamos:

El 8 de noviembre se desarrolló en el hotel Atton de San Isidro el llamado SinoLatam Forum. Sobre el tema “Una alianza estratégica para el desarrollo”, participaron el Ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo, la Viceministra de Transportes, Fiorella Molinelli, José Tam, Presidente de la Cámara de Comercio Peruano China, y José Sam, Presidente de SinoLATAM y Samcorp.

Cuando el moderador, Jaime de Althaus, le preguntó a la Viceministra por qué el gobierno peruano había desechado la propuesta china de un ferrocarril transoceánico, ella respondió que el costo de tal ferrocarril era muy alto y que para el Perú representaría un desembolso de US$ 35,000 millones, inabordable, y que, frente a eso, la opción de que el tren pase por Bolivia y salga por el sur le costaría a nuestro país solo US$ 2,000 millones.

Preguntado José Sam si el tren por el centro norte le costaría al Perú o no, explicó que los estudios habían sido ya hechos por el gobierno chino y entendía que la parte peruana del ferrocarril no iría por cuenta del gobierno del Perú.

En ese momento solicitó el uso de la palabra el Consejero Político de la Embajada de China en el Perú, que se hallaba entre el público. Se disculpó por intervenir pero, dijo, tenía que aclarar algunos temas. Comenzó señalando que, a su juicio, se había producido un problema de comunicación entre los gobiernos de  Perú y China, porque aparentemente el gobierno peruano no había entendido bien la naturaleza de la propuesta china. Esta consistía en un acuerdo tripartito entre Brasil, Perú y China para construir el ferrocarril por el centro – norte del Perú, pero que eso no le costaría al presupuesto de la República del Perú. La idea era que se forme una empresa que sería la que desarrolle el proyecto y gestione el tren, y que esa empresa buscaría financiamiento en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (al que el Perú, dicho sea de paso, ya postuló para ser miembro) y en otros bancos, y que el costo de la inversión se pagaría con los rendimientos de la operación del tren, agregando que quizá habría que incluir el impacto de alguna operación minera para ayudar a la recuperación de la inversión.

Efectivamente, en las leyes 29207 del 19 de marzo del 2008 y 29613 del 8 de noviembre del 2010 establecen que el 100% del financiamiento del proyecto correría por cuenta del futuro concesionario:

“La elaboración de los estudios técnicos, la construcción de la obra, la operación y el mantenimiento del Proyecto Geopolítico Bioceánico Perú-Brasil Ferrovía Interoceánica Salaverry-Leoncio Prado-Frontera Perú-Brasil (Ferripeb), así como los gastos que ocasionen la adquisición o expropiación de los predios necesarios para la ejecución de las obras referidas en el artículo 1o serán asumidos íntegramente por el inversionista privado que resulte favorecido con el otorgamiento de la concesión, sin necesidad de ningún cofinanciamiento por parte del Estado ni el otorgamiento de garantías o avales del Estado ni cualquier otra forma de obligación que implique el compromiso de recursos públicos”.

Patético, ¿no? Nadie reaccionó a nuestras publicaciones sobre el tren, parece que entonces el país estaba obnubilado por la supuesta magia del gobierno de ‘lujo’.

Ver en Lampadia: Entre tren y tren se va, se va… el tren y El Perú desecha tren China-Brasil-Perú.

En Lampadia nos parece increíble que el gobierno peruano haya descartado el proyecto ferrocarrilero para luego apoyar a Evo Morales en un proyecto irrealizable, en el cual si tendríamos que invertir.

Ahora, meses después, el Financial Times (en un artículo traducido y compartido líneas abajo) describe el proyecto de las rutas de trenes de China, afirmando “[El tren hasta Londres] está ofreciendo un servicio mucho más rápido que el de por mar y mucho más económico que el de por vía aérea. Otras rutas similares se abrieron hace tiempo a ciudades continentales como Hamburgo y Madrid. (…) Lo importante es el impacto psicológico: una red de enlaces ferroviarios reduce la distancia entre Asia y Europa. Y en eso reside el gran diseño del mandatario chino Xi Jinping. El presidente quiere acabar con las fronteras entre los dos continentes y acercar a las ricas naciones de Europa a China.”


Fuente: alg24.net

No sabemos si a estas alturas el proyecto es rescatable, pero lo que sí sabemos es que no podemos seguir dejándonos llevar por funcionarios improvisados como Martín Vizcarra, que en el ministerio de Transportes y Comunicaciones fue incapaz de destrabar un solo proyecto y solo enredó las cosas, haciéndonos perder un añoLampadia

Tren hacia Occidente proclama la ambición global de China

Mientras Beijing avanza hacia el oeste, el ‘siglo del Atlántico’ le cede el paso a un nuevo ‘siglo eurasiático’.

Por Philip Stephens
Financial Times
19 de julio, 2017

Traducido y glosado por Lampadia​

Entre los eventos sobre los cuales se ha difundido poca información este año se encuentra la apertura de una nueva ruta de transporte de mercancías por ferrocarril. Una locomotora, jalando de vagones cargados de manufacturas chinas, partió a principios de enero de Yiwu en la provincia de Zhejiang. Unos 18 días y siete países más tarde llegó a un depósito de mercancías a casi 7,500 millas de distancia en el extremo este de Londres. Todavía está por determinarse la economía de ésta, la más reciente reencarnación de las antiguas rutas de la seda. Pero eso no viene al caso. El viaje fue, por encima de todo, una declaración de la intención geopolítica de China.

En realidad, se necesitaron numerosos trenes para completar el viaje. Se tuvieron que cambiar los contenedores de carga en varios puntos para ajustarse a los diferentes anchos de la vía del ferrocarril, y luego nuevamente para recorrer el último tramo a través del túnel del Canal. No está claro cuán frecuentemente correrán los trenes, aunque el operador asegura que está ofreciendo un servicio mucho más rápido que el de por mar y mucho más económico que el de por vía aérea. Una vez al mes parece ser el primer objetivo. Otras rutas similares se abrieron hace tiempo a ciudades continentales como Hamburgo y Madrid. Londres, sin embargo, representa un premio.

Es poco probable que los trenes, siguiendo la antigua ruta de seda por Asia central, Rusia, Bielorrusia y Polonia, hasta Europa occidental, tengan un efecto decisivo en los patrones comerciales actuales. Lo importante es el impacto psicológico: una red de enlaces ferroviarios reduce la distancia entre Asia y Europa. Y en eso reside el gran diseño del mandatario chino Xi Jinping. El presidente quiere acabar con las fronteras entre los dos continentes y acercar a la China, las ricas naciones de Europa.

Existe una expresión entre los involucrados en política exterior que designa al siglo XX como el ‘siglo del Atlántico’. El siglo XXI, continúa la creencia popular, pertenecerá al Pacífico. El siglo pasado vio la riqueza y el poder concentrados entre los Estados litorales del Atlántico norte a medida que Europa y EEUU se acercaba a través del océano. Pero la prosperidad y el poder se han trasladado al este y al sur. La frase ‘siglo del Pacífico’ parece capturar el ascenso de China.

Las tensiones [en el Mar de China] malinterpretan la ambición organizadora de Beijing, que está enfocando su mirada hacia el occidente más que hacia el oriente. La gran jugada de Xi está envuelta en su idea de “Un Cinturón, Una Ruta”, la recreación de las rutas marítimas y terrestres de una era anterior a la globalización. Cuando China mira hacia el futuro, imagina una era en la que la gran masa terrestre de Eurasia se convertirá en el punto de apoyo vital del poder global. ¿Y adivina quién será la pieza fundamental de Eurasia?

Zbigniew Brzezinski, el ex asesor de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter, quien hasta su muerte este año fue el pensador estratégico más perspicaz de Washington, ya hace tiempo había comprendido el significado de lo que él llamaba el “supercontinente axial”. Escribió alrededor de 1997: “Una potencia que dominara a Eurasia ejercería una decisiva influencia sobre dos de las tres regiones económicamente más productivas del mundo, Europa occidental y Asia oriental. Lo que suceda con la distribución del poder sobre la masa eurasiática será de importancia decisiva para la primacía global y para el legado histórico estadounidenses”.

Es fácil ver por qué Brzezinski estaba preocupado. Eurasia representa más de un tercio de la masa terrestre del mundo y alrededor del 70 % de la población global. La región alberga una gran parte de la energía del mundo y otros recursos naturales. Beijing quiere nuevos canales de inversión para expandir su presencia en Europa.Algunos de estos emprendimientos tienen más éxito que otros. Y Beijing no puede esperar salirse siempre con la suya.

Pero el conjunto equivale a más que la suma de las partes. “Un Cinturón, Una Ruta” es el camino de China hacia la primacía eurasiática. Y los dioses parecen estar velando por el líder chino. El aislamiento beligerante que hace las veces de política exterior en la Casa Blanca del presidente Donald Trump le da carta blanca a Beijing.

La preocupación de Brzezinski era que, sin una estrategia para promover sus propios intereses a través del equilibrio de alianzas, EEUU cedería su poder en Eurasia a otros y, con el paso del tiempo, terminaría siendo una gran potencia, varada en su propio hemisferio. Tales cálculos geopolíticos no ocupan un lugar preponderante en la Casa Blanca de Trump. Beijing apenas puede creer en su suerte. Conforme EEUU se retira, China deja sentir su presencia. Repentinamente, el ‘siglo eurasiático’ comienza a ser plausibleLampadia




Paro general contra Maduro

Venezuela habría llegado a un punto de quiebre. Hoy se inicia un paro general de 24 horas convocado por la oposición, que pretende redoblar la presión contra Maduro tras obtener más de 7.6 millones de votos el domingo en la consulta popular que celebró contra la Constituyente.

Si el chavismo, con su Partido Socialista de Venezuela, consigue su objetivo de escribir una nueva Constitución a su medida, y consagra la permanencia  su régimen autoritario, Venezuela estaría a un paso de convertirse en la extensión de Cuba en Sudamérica. Esto no solo afectaría negativamente a los venezolanos, sino a todos sus vecinos.

Las implicancias para la seguridad ciudadana de la continuación del dominio chavista son una causa de preocupación tan grande como el agravamiento de la crisis política, económica y humanitaria. Venezuela se está convirtiendo cada vez más en una fuente de inestabilidad debido a la vasta e ‘institucionalizada’ corrupción y campo abierto del narcotráfico. Además, la región corre el riesgo de desestabilizarse, debido al creciente número de migrantes que fluyen hacia los países vecinos para escapar de la crisis humanitaria y el caos en su propio país y a las medidas desesperadas que el gobierno y el ejército toman todos los días para no seguir perdiendo el control.

Fuente: eluniverso.com

Lo grave y difícil de la situación es que el pueblo venezolano se está enfrentando a una dictadura dirigida por los expertos del castrismo cubano que han convertido a Venezuela en su colonia. Venezuela está ante un ‘proceso de cubanización’, ante la instalación de una dictadura a largo plazo asociada al narcotráfico y auspiciada por socios internacionales fuera del espacio tradicional de occidente, como Rusia e Irán. Este ‘Eje Cuba-Venezuela’ es la acumulación de regímenes liderados por dictadores que patrocinan el terrorismo y el narcotráfico, violan los derechos humanos, censuran los medios de comunicación, secuestran ciudadanos inocentes y rutinariamente incumplen con las normas internacionales. Ver en Lampadia: No permitamos la consolidación del ‘Eje Cuba-Venezuela’ y Entendamos los riesgos que nos trae el ‘Eje Cuba-Venezuela’. En ambas publicaciones se explica que Venezuela está dominada por tres poderes: el narcotráfico internacional, los cubanos y los militares corruptos de Venezuela. Esto es especialmente peligroso porque el ‘Eje Cuba-Venezuela’ extenderá luego su influencia a Sudamérica. Esta situación establece para los venezolanos algo muy difícil de combatir sin apoyo exterior, como sanciones económicas.

En 109 días de protestas marcadas por enfrentamientos con el gobierno, han muerto más de 90 personas en Venezuela. Los líderes de la oposición han afirmado que la democracia venezolana ha llegado a un punto crítico, y pidieron una huelga nacional de 24 horas, después de que 7.6 millones de personas (de un total de 19.5 millones habilitados para votar) rechazaron la Asamblea Constituyente que pretende manipular el sistema democrático.

“Llamamos a todo el país a participar en una protesta masiva y libre de violencia a través de una huelga cívica a nivel nacional durante 24 horas”, dijo un líder de la coalición de la oposición, Freddy Guevara.

“Es de esperar una escalada del conflicto político al nivel más alto de los últimos 18 años: la hora cero”, afirmó en televisión Edgard Gutiérrez, encuestador y consultor político cercano a la oposición. “La hora cero no es fácil y podría provocar la radicalización del lado oficial. Serán días difíciles. La hora cero es calle para defender un mandato popular, para defender la voluntad soberana, que radica en el pueblo”.

Por su lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con imponer “medidas económicas fuertes” si el Gobierno del presidente Nicolás Maduro pone en marcha el proyecto de modificar la Constitución, en la consulta del próximo 30 de julio para elegir una Asamblea Nacional Constituyente. Trump ha calificado al mandatario venezolano de “mal dirigente que sueña con convertirse en dictador”.

“Estados Unidos no permanecerá inmóvil mientras Venezuela se hunde. Si el régimen de Maduro impone su asamblea constituyente el 30 de julio, Estados Unidos adoptará medidas económicas fuertes y rápidas”, ha advertido Trump en una comunicado, sin precisar el tipo de sanciones que aplicaría al país llanero.

Sin embargo, la prensa estadounidense, ha publicado que las sanciones se aplicarán al sector energético, en concreto a la empresa estatal PDVSA, algo de lo que depende economía venezolana ya que la venta de crudo representa el 95% de los ingresos del país. Además, las medidas incluirían el congelar fondos en EEUU para que sean manejados por un nuevo gobierno de transición.

El gobierno de Venezuela pretende llevar a cabo la elección para seleccionar una asamblea encargada de reescribir la carta de la nación, el 30 de julio. Los aliados del presidente esperan que la nueva asamblea imponga la autoridad del poder ejecutivo sobre las pocas instituciones que quedan fuera del control del partido gobernante.

Como respuesta, los manifestantes han puesto en marcha bloqueos espontáneos en la capital venezolana un día antes del paro general. Las barricadas caseras bloquen las calles de Caracas desde el miércoles por la mañana, y algunas líneas de autobuses públicos también se cerraron, obligando a los pasajeros a caminar kilómetros para trabajar.

¿Qué pasará? No se sabe, pero lo cierto es que la permanencia del régimen en el poder está en las manos de unas Fuerzas Armadas que no terminan de definir si su lealtad es a la democracia y el Estado de derecho, o a la dictadura cubano-chavista

Este debiera ser el momento para que Nicolás Maduro acepte el fracaso. El pueblo venezolano no puede seguir siendo utilizado en el afán de imponer la permanencia del régimen opresor. Es hora de proponer un calendario electoral que cuente con el apoyo internacional. Lamentablemente, la Organización de las Naciones Unidas no se pronuncia sobre los abusos del chavismo y sigue impidiendo las condenas necesarias para movilizar una reacción global contundente que ponga en jaque al régimen.

Lo único que puede salvar a los venezolanos de esta terrible crisis es una presión seria de los países vecinos y del resto del planeta, para que se restablezca la democracia mediante elecciones generales libres y supervisadas. Hace dos días, el Presidente del Perú, PPK, tuvo que lamentar la falta de compromiso de la mayoría de los gobiernos de la región. Algo que debemos reclamar sin medias tintasLampadia




Los científicos deben combatir la ‘Pos-Verdad’

En el Perú y en buena parte de Latinoamérica estamos habituados a ser condicionados por ‘el realismo mágico’ y en el caso de la política por el populismo con sus ofertas falsas, con sus leyes contra-propósito, y por mitos, relatos, medias verdades y mentiras abiertas.

Curiosamente el mundo más desarrollado después de muchas décadas vuelve a sufrir los embates del populismo y de la creación de mitos y relatos. En estos países se ha identificado este fenómeno como la ‘Pos-Verdad’.

El Oxford English Dictionary ha calificado la “pos-verdad” como la palabra del año 2016, definiéndola como “circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes… que las apelaciones a la emoción y a la creencia personal”.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, la define como: “Toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apelan a las emociones, creencias o deseos del público”. Definición que será incluida en diciembre próximo en su nuevo diccionario.

El siguiente artículo del CEO de la Fundación Bill & Melinda Gates, SueDesmond-Hellmann, nos alerta del fenómeno y promueve la participación de los científicos para combatir la pos-verdad.

Esta invocación debiera ser tomada muy en serio en el Perú por nuestra clase dirigente, pues nuestro desarrollo viene siendo afectado por la trampa de la pos-verdad. Un solo ejemplo: en nuestro mejor momento de desarrollo socio-económico y de inclusión, nos vendieron el brulote de ir a un gobierno de la inclusión, que solo nos dio cinco años sin crecimiento ni inclusión, etapa de la que aún no logramos salir. Nosotros también debemos salir de nuestra burbuja. Lampadia

En un mundo gobernado por los rumores, es vital que los científicos hablen con humildad y claridad

SueDesmond-Hellmann, directora ejecutiva de la Fundación 
The Guardian
23 de junio, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Los hechos son la base del mundo de la ciencia, pero en una era donde proliferan las noticias falsas, es cada vez más importante construir la confianza pública evitando afirmaciones exageradas y argot


SueDesmond-Hellmann, CEO de la Fundación Bill & Melinda Gates, hablando en un evento en Seattle.
Fotografía: Cortesía de la Fundación Bill & Melinda Gates

Una de mis posesiones más queridas es un tazón de ensalada de madera de cerezo hecho a mano donde nunca he puesto ni una hoja de lechuga. Tiene 25 años y se hace más hermoso cada año. Fue un regalo, tallado por un viudo que se vio obligado a criar a su hija solo, cuando su esposa murió bajo mi cuidado como oncóloga. Mi paciente, que llamaré Erica, tenía uno de los cáncer de mama más complicados y yo no tenía las herramientas para salvar su vida. Siempre sentí que no merecía el regalo, a pesar de haber hecho todo lo que pude.

Cinco años más tarde, participé en el desarrollo de Herceptin, una medicina para el tipo de cáncer que tuvo Erica. Aunque lamento que no haya llegado lo suficientemente rápido para ayudar a Erica, estoy profundamente agradecida por los avances científicos de hoy en día que significan un mejor cuidado para pacientes como ella.

Ahora, liderando la Fundación Bill y Melinda Gates, veo cómo los avances científicos, como nuevas vacunas y cultivos, están ayudando a hacer al mundo un lugar más seguro, más saludable y más igualitario. La vida es mejor debido a la ciencia, y en las próximas décadas más descubrimientos mejorarán aún más la condición humana.

Pero la comunidad científica está nerviosa. La ciencia -y específicamente el método científico- está en riesgo en la era de noticias falsas, sentimientos de anti-expertos y negación de la ciencia. El escepticismo sano está en el corazón del método científico y los científicos creen en desafiar el conocimiento de hoy para descubrir la verdad. Pero el negacionismo es diferente. El negacionismo es la negativa a aceptar hechos establecidos.

El Oxford English Dictionary declaró la “pos-verdad” como la palabra del año 2016, definiéndola como “circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes… que las apelaciones a la emoción y a la creencia personal”. Hoy en día, existe el temor entre los científicos de que incluso las mejores innovaciones tendrán menos resonancia si las políticas y la toma de decisiones no están influenciadas por la evidencia, la verdad y los hechos.

En la era de la pos-verdad, necesitamos argumentar en contra de esto. Los científicos deben participar efectivamente en el diálogo público sobre los hechos y la verdad. Y hay tres aspectos del debate que creo que son cruciales para que la comunidad científica siga siendo relevante: consecuencias, confianza y credibilidad.


En la Marcha por la Ciencia, decenas de miles de personas salieron a las calles en Nueva York para protestar contra un “ataque a los hechos”. Fotografía: Erik McGregor / Pacific / Barcroft

Los mejores científicos e innovadores son plenamente conscientes de las consecuencias de sus logros. Jennifer Doudna, una de las científicas detrás de la tecnología de Crispr (de edición de genes), habla de una época en que podríamos curar enfermedades genéticas. Sin embargo, también forma parte de una coalición científica que introdujo una moratoria mundial de las ediciones de genes que se transmitirían a las generaciones posteriores. Cuando la confiabilidad de más de mil millones de usuarios estaba en riesgo, Mark Zuckerberg cambió el lema de Facebook de “Muévanse rápido y rompan cosas” a una frase menos pegadiza: “Muévanse rápido con infraestructura estable”.

Debemos aprender de estas personas. Es seductor ser jactancioso, o exagerar la novedad o la importancia de su trabajo, especialmente teniendo en cuenta los desafíos de financiación que encuentran los científicos. Los científicos deberían mostrar más humildad. Nos ayudaría a evaluar y resolver problemas – y, lo que es más importante, entender el impacto de soluciones potenciales – si profundizamos nuestra comprensión y respeto por los demás.

La humildad también es una parte importante de la construcción de una mayor confianza en los científicos. La confianza es esencial si queremos ser portavoces de la verdad. Queremos que los políticos entiendan y valoren lo que decimos y presentamos. Queremos que los líderes fomenten y favorezcan la investigación y las políticas basadas en pruebas que han sido desafiadas y probadas.

El intercambio abierto de datos, el trabajo en equipo, el diálogo y la visibilidad cuando un estudio es negativo o no se reproduce, todo esto les daría a los consumidores de la ciencia más confianza. Por nuestra parte, la Fundación Gates ha introducido una política de acceso abierto que permite el acceso irrestricto y la reutilización de todo nuestro trabajo financiado, incluyendo cualquier conjunto de datos subyacentes, para que otros puedan beneficiarse de este conocimiento y fomentar la colaboración y el debate.

En última instancia, la relevancia de los expertos científicos en esta era “pos-verdad” depende de la credibilidad en términos de confiabilidad y experiencia. Los conflictos de interés y la publicidad sobre la literatura científica o el fraude han erosionado la estima pública de los científicos. No estamos solos. Las figuras de autoridad tradicionales han disminuido, con la “identidad” influyendo cada vez más en las creencias de la gente que las fuentes establecidas del conocimiento. Este fenómeno de “cámara de eco” es exagerado por los algoritmos de las redes sociales.

Pero los científicos conductistas están mejorando nuestra comprensión de la negación y la forma en que la gente toma decisiones. Esto está empezando a dar una visión fascinante de cómo es posible “inocular” al público contra la desinformación. Resulta que al exponerlos a algunas de las técnicas del negacionismo, como las estadísticas seleccionadas a dedo y las peticiones falsas, se vuelven más resistentes a creer tales mensajes.

La gente también se vuelve más abierta a escuchar el consenso científico o de expertos. Esto se conoce como la psicología cognitiva de desacreditar. Es una táctica clave cuando un científico enfrenta un conflicto entre la ciencia y el mito. El invertir en la ciencia y la psicología del comportamiento, y utilizar nuevos conocimientos para obtener los hechos correctos, es vital para ponerse al día con un mundo donde los rumores se propagan rápidamente.


Activistas afuera del Capitolio durante la Marcha por la Ciencia.
Fotografía: BrendanSmialowski / AFP / GettyImages

La experiencia en comunicación es uno de los desafíos de credibilidad más importantes para la comunidad científica. El entrenamiento formal en una comunicación simple, clara y sin argot es esencial para incentivar el atractivo de la ciencia y también como un antídoto para el reporte sensacionalista de los avances científicos. Si los científicos habla claro sobre sus hallazgos disminuirán la probabilidad de interpretaciones alternativas.

Es imperativo que salgamos de nuestra burbuja. Los científicos que participan en la vida comunitaria y familiar como parte de la sociedad civil serán más conscientes de las consecuencias, más confiados y más creíbles. Para que el mundo continúe experimentando progreso, debemos valorar el método científico como la manera de mejorar la condición humana. Como científicos, nos debemos a nosotros mismos luchar por la verdad. Más importante aún, lo debemos a personas como Erica, y su familia, que cuentan con nosotros.

Esta es una versión condensada de la conferencia de Rede impartida por SueDesmond-Hellman en la Universidad de Cambridge a principios de este mes. Lampadia

 

 




EEUU debería aliarse con China

Hasta hace poco, cuando se hablaba de la relación del Asia con occidente, o de China con EEUU, ésta se refería al crecimiento de China y su eventual primer lugar en la economía global. A esos pensamientos y análisis, hay que sumarle hoy día la evolución política reciente, que lleva a EEUU a alejarse del libre comercio, y a China, a pretender liderarlo. Este proceso ya no se puede entender desde el punto de vista de la retórica occidental. Si el liderazgo económico y político se mueve al Asia, debemos escuchar a los líderes intelectuales del Este.

Fuente: t3mexico.mx

Por eso, en Lampadia seguimos muy de cerca las opiniones de líderes del Este como Kishore Mahbubani, representante permanente de Singapur ante las Naciones Unidas (1971-2004), y actual decano de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur, uno de los intelectuales más representativos del pensamiento asiático. Mahbubani siempre ha mantenido su posición de sumar y de tener una mayor sensatez en el manejo de decisiones que tengan impacto global, abogando por la necesidad de que la geopolítica global vaya tendiendo hacia la convergencia entre occidente y oriente, tema que analizó a fondo en sus libros “The New Asian Hemisphere” (El Nuevo Hemisferio Asiático) y The Great Convergence (La Gran Convergencia).

Mahbubani, ante todo, defiende los beneficios de la globalización: “La globalización no ha fallado. Todas las discusiones sobre la globalización están distorsionadas porque los analistas occidentales se centran en aproximadamente el 15 % de la población mundial que vive en Occidente. Ignoran el 85 % que son el resto. Los últimos 30 años de la historia humana han sido los mejores 30 años que los demás han disfrutado”.

Lo que Mahbubani afirma es que vivimos en un mundo interconectado. Si nuestra prioridad es restaurar el crecimiento económico, China debería tener interés en que la economía estadounidense fuera sólida y próspera (y viceversa). Es vital hacer hincapié en que la interdependencia global no sólo aumenta el ámbito económico, sino también en nuestra lucha para combatir el calentamiento global, las pandemias y los ataque del Estado Islámico.

Su propuesta es que haya una asociación de China y Estados Unidos para llevar a cabo obras de infraestructura, que en su opinión sería la unión perfecta. Estados Unidos necesita nuevas infraestructuras; la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles ha calculado una brecha de financiación de 1.44 mil millones de dólares en Estados Unidos entre el año 2016 y 2025, y advierte de una carga cada vez mayor en la actividad empresarial, las exportaciones y los ingresos. China tiene la capacidad financiera e ingenieril para construir este tipo de infraestructuras.

Fuente: blog.becool

Lo que el mundo necesita son proyectos de cooperación concretos que produzcan puestos de trabajo y beneficios. Como recalca Mahbubani, en la cumbre “One Belt, One Road”, Xi Jinping dijo, “El comercio es un motor importante que impulsa el crecimiento. Deberíamos aceptar al mundo exterior con una mente abierta, defender el régimen comercial multilateral, avanzar en la construcción de áreas de libre comercio y promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión”.

Fuente:  tenacarlos.files.wordpress.com

Eso es exactamente a lo que ambos países deben dirigirse: hacia la convergencia. Lo que se necesita es un verdadero compromiso global. Esto implica que ningún país establezca la agenda mundial y que la gobernabilidad se vuelva más difusa. Esto crea un “orden” mundial multipolar, donde el control de los recursos se concentra en diferentes centros de poder, cuyo peso económico se ve reforzado por los acuerdos comerciales intra-regionales. Lampadia

El hecho que EEUU todavía sea incapaz de admitir que se convertirá en # 2 después de China es un problema

Esto es parcialmente la razón por la que Trump llegó al poder, dice Kishore Mahbubani

Por Nathan Gardels
Publicado en El WorldPost
02 de junio 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Fuente: www.singlitstation.com/

Kishore Mahbubani ex Embajador de Singapur en las Naciones Unidas, y actualmente decano y profesor de política pública en la Escuela Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur. Habló con The WorldPost de Singapur en una entrevista de gran alcance sobre la globalización, la inmigración, el ascenso de China, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump y el Brexit.

A pesar de todos sus beneficios, ¿en qué grupos electorales nacionales clave ha fracasado la globalización y por qué?

La globalización no ha fallado. Todas las discusiones sobre la globalización están distorsionadas porque los analistas occidentales se centran en aproximadamente el 15 % de la población mundial que vive en Occidente. Ignoran el 85 % que son el resto. Los últimos 30 años de la historia humana han sido los mejores 30 años que los demás han disfrutado. ¿Por qué? La respuesta es la globalización. El ascenso de la clase media en Asia ha generado riqueza, fe en la posibilidad de instituciones internacionales justas y un sistema estabilizador basado en reglas que beneficie a la mayoría de la humanidad.

Entonces, ¿por qué hay una percepción de que la globalización ha fracasado? La respuesta simple es que las élites occidentales que disfrutaron de los frutos de la globalización no los compartieron con sus masas occidentales. Peor aún, no prepararon a sus poblaciones para el cambio causado por la extensión de la globalización. En un próximo libro, explico cómo Trump y Brexit son el resultado de este fracaso. En él, escribo:

En lugar de reaccionar pensativa e inteligentemente [al atentado del 11 de septiembre de 2001], la hubris intelectual predominante condujo a la desastrosa decisión de invadir Irak. EEUU tiene las mejores universidades del mundo y think tanks, así como los profesores y expertos más influyentes a nivel mundial. Sin embargo, ninguno de ellos dijo a sus conciudadanos que el evento más importante en 2001 no era el 11 de septiembre. Fue la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio. La entrada de casi mil millones de trabajadores en el sistema comercial mundial obviamente daría como resultado una “destrucción creativa” masiva y la pérdida de muchos puestos de trabajo en Occidente.

Esto, para cortar una larga historia, fue una de las principales razones por las que, 15 años después, ocurrieron eventos como Trump y Brexit en 2016. Las poblaciones de la clase trabajadora podían sentir directamente lo que sus élites no podían sentir. Sus vidas estaban siendo interrumpidas por cambios fundamentales que tenían lugar en el orden mundial y sus líderes no habían hecho nada para explicarles lo que estaba sucediendo o para mitigar el daño.

Ante esto, hay una solución. Necesitamos líderes honestos y valientes en Occidente que digan a sus poblaciones las duras verdades, como hizo Lee Kuan Yew aquí en Singapur. Occidente, EEUU y Europa, sin duda pueden competir. Sin embargo, tienen que hacer ajustes importantes. Por ejemplo, no más de 35 horas semanales en Francia; no más subvenciones agrícolas en Europa; no más beneficios de pensiones toda la vida después de 55. Ese es el mensaje.

Sin fronteras que afirmen la afinidad cultural, los muros están aumentando a medida que las personas sienten que sus identidades están amenazadas. ¿Cómo pueden los líderes políticos y los partidos responder a las preocupaciones sobre la inmigración sin cerrar sus sociedades?

Es absolutamente cierto que la globalización ha desafiado las identidades culturales. Esto también explica Trump y Brexit. EEUU quiere seguir siendo un país anglosajón, no un país bilingüe con igual espacio para la población de habla hispana del sur de la frontera. Los británicos quieren ver un país anglosajón, no uno con inmigrantes polacos y musulmanes. Una de las columnas más chocantes que he leído en mi vida fue una columna de un liberal de toda la vida, Martin Wolf del Financial Times, que se opone al multiculturalismo. Incluso quería girar el reloj hacia atrás.

Pero no puedes girar el reloj hacia atrás. Con el fin de la era de la dominación occidental, nos estamos moviendo de un mundo mono-cultural dominado por Occidente a un mundo multi- cultural. Esto es tan obvio. Sin embargo, no puedo encontrar un solo político occidental que esté dispuesto a declarar lo obvio. Esta es la razón por la cual las poblaciones occidentales están confundidas. No han comprendido que en esta nueva era de la historia mundial, tienen que aceptar el multiculturalismo, incluso en casa.

Para ser justos, no son sólo las sociedades occidentales las que se enfrentan a este desafío. Singapur tuvo un momento Brexit en 2011. Una de las razones por las que George Yeo, ministro de Relaciones Exteriores de Singapur en ese momento, perdió su escaño parlamentario en las elecciones de 2011 es porque hubo una reacción contra los inmigrantes en Singapur. En un esfuerzo por impulsar el crecimiento económico, el gobierno trajo demasiados migrantes demasiado rápido. Aprendió su lección rápidamente. En resumen, cada sociedad tendrá que encontrar el equilibrio natural entre la reducción de los migrantes para proteger la identidad cultural y el aumento de los migrantes para promover el crecimiento económico. Una buena gestión política puede resolver esto.

Ahora que Estados Unidos ha renunciado al papel de liderazgo global que ha desempeñado durante décadas, China todavía es incapaz o reacia a llenar el vacío y Europa está enfrentando la agitación interna sobre su propia integración, ¿qué formas de cooperación global pueden impedir el retorno a una era de esferas de influencia?

Bill Clinton le dio en el clavo en un discurso que dio en Yale en 2003:

Si crees que mantener el poder y el control y la absoluta libertad de movimiento y soberanía es importante para el futuro de tu país, no hay nada inconsistente en [que EEUU siga actuando unilateralmente]. [Los Estados Unidos es] el país más grande y poderoso del mundo. … Pero si crees que deberíamos estar tratando de crear un mundo con reglas, asociaciones y hábitos de conducta con los que nos gustaría vivir cuando ya no seamos la superpotencia económica y política militar en el mundo, no harías eso. Sólo depende de lo que creas.

A medida que Estados Unidos avanza a ser el país número dos del mundo (y esto es inevitable), debe abandonar sus políticas destructivas de unilateralismo e iniciar una nueva era de políticas constructivas de multilateralismo. Es así de simple. Desafortunadamente, ningún líder estadounidense tiene el coraje de defender el multilateralismo. La raíz de muchos de los problemas en Occidente es la cobardía política de primer orden.

No habrá retorno a esferas de influencia exclusivas. Cada región tendrá múltiples opciones. América Latina ya no puede estar sujeta a la doctrina de Monroe. Los vínculos comerciales e inversionistas de China con América Latina serán tan grandes como los de los Estados Unidos. África recibirá muchos pretendientes, entre ellos China e India, Europa y Japón. La desaparición de las esferas exclusivas de influencia es el resultado de la creciente globalización y la consiguiente realidad de vivir en un mundo interdependiente pequeño.

El presidente de China, Xi Jinping, dijo que “la tecnología es el nuevo campo de batalla económico” y se comprometió a cambiar la economía china del modelo de exportación hacia el consumo interno y la producción con su programa ‘internet-plus’ llamado “Made in China 2025”, que busca la innovación tecnológica mundial. China también está expandiendo los lazos comerciales regionales y empujando hacia fuera la estrategia del lema “un cinturón, un camino” para conectar los mercados desde Pekín hasta Estambul. Por el contrario, la política de “América Primero” de Trump ha sido llamada “Made in America 1955” por los críticos, ya que busca proteger los mercados de manufactura industrial. También se ha comprometido a retirar los acuerdos comerciales mundiales. ¿Cómo podrían estas dos estrategias complementarse en lugar de crear un conflicto entre sí?

Una asociación económica entre EEUU y China es un matrimonio hecho en el cielo. EEUU es rico en tecnología, tiene una clase media opulenta (a pesar del reciente estancamiento) y tiene una necesidad desesperada de nuevas infraestructuras. China es rica en capital y ha desarrollado capacidades de construcción de infraestructuras de clase mundial. Si Estados Unidos y China fueran dos empresas, en lugar de dos países, forjarían entre ellos, naturalmente, una asociación económica. Desafortunadamente, son países, no empresas. Por eso los juegos geopolíticos de suma cero evitan la cooperación económica natural positiva que debería suceder.

La mayoría de los estadounidenses piensan que China es el jugador irracional e ilógico de la ecuación entre Estados Unidos y China. Para ser absolutamente justo y objetivo, China es racional y predecible. América no lo es. El sentido común a menudo no prevalece en el discurso político estadounidense. Cualquier político estadounidense que incluso se atreva a sugerir que sería lógico forjar una nueva asociación de infraestructuras entre Estados Unidos y China sería rechazado de inmediato. La gran pregunta es por lo tanto: ¿puede Estados Unidos ser racional con China?

¿Qué puentes pueden ser construidos para prevenir la hostilidad o incluso el conflicto directo entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo?

Una nueva asociación de infraestructuras entre Estados Unidos y China es el mejor puente a construir entre los dos países. Al mismo tiempo, todos los puntos fuertes y positivos actuales en la relación deben ser sostenidos. Estados Unidos puede seguir siendo un importante mercado para los productos chinos. China debe seguir enviando cientos de miles de jóvenes chinos a estudiar en universidades estadounidenses. Ambos deben colaborar también en cuestiones geopolíticas, como Corea del Norte.

El reciente acuerdo comercial entre Estados Unidos y China fue una gran ventaja. También lo fue la decisión estadounidense de actualizar su delegación a la cumbre “One Belt, One Road” en Beijing. Si Estados Unidos quiere ser realmente astuto, debe aprovechar las muchas oportunidades de negocios que ofrecerá la iniciativa “One Belt, One Road”. El pragmatismo y el sentido común debería reemplazar la ideología y el orgullo en el pensamiento americano de China.

Asombrosamente, China ahora está hablando el lenguaje de la mayoría de los líderes americanos. En la cumbre, Xi Jinping dijo, “El comercio es un motor importante que impulsa el crecimiento. Deberíamos aceptar al mundo exterior con una mente abierta, defender el régimen comercial multilateral, avanzar en la construcción de áreas de libre comercio y promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión”. Seguramente cualquier líder estadounidense sensato estaría de acuerdo con cada palabra en esta declaración.

En general, ¿cómo se puede conciliar el imperativo de la cooperación global con la narrativa política ganadora articulada tan claramente por Trump, quien ha dicho, “no hay tal cosa como un himno global, una moneda global o una bandera global”?

La gran pregunta es si los líderes nacionalistas como Trump demuestran un profundo entendimiento del pequeño mundo integrado que se viene o si reflejan un intento de última hora de dos líderes para recrear glorias históricas que han desaparecido hace tiempo. Cuando Trump dice consistentemente que quiere “volver a hacer grande a América”, muestra que está conduciendo a Estados Unidos hacia el futuro mirando en el espejo retrovisor. Ninguna nueva política con visión de futuro será posible bajo Trump. Sin embargo, el péndulo político volverá a oscilar en los Estados Unidos – al igual que Stephen Harper fue reemplazado por Justin Trudeau en Canadá y Francois Hollande fue reemplazado por Emmanuel Macron en Francia, lo mismo podría suceder en EEUU. Debemos ser pacientes y esperar el cambio.

El resultado paradójico de Brexit es que el Reino Unido tendrá que reconstruir sus vínculos económicos con el resto del mundo y buscar nuevos mercados mundiales para reemplazar las oportunidades económicas perdidas en la UE. Por lo tanto, la primera ministra británica Theresa May, a pesar de sus esfuerzos por reconstruir una fuerte identidad británica, terminará creando una Gran Bretaña que es más globalizada que la Gran Bretaña que era miembro de la Unión Europea. La necesidad de desarrollar un compromiso económico más fuerte con el resto del mundo llevará a una calma necesaria de la retórica nacionalista. Con el tiempo, GB también podría producir una figura como Trudeau o Macron. Lampadia

 




Últimos pasos hacia la erradicación de la pobreza rural

Los líderes chinos Xi Jinping y Li Keqiang le han declarado la guerra final a la pobreza. Hasta ahora, han obtenido grandes logros. China ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza desde 1978. Ahora están apuntando a eliminar la pobreza para 2020, según el último plan quinquenal, que apunta a los 70 millones pobres restantes. Pero, ¿es realmente posible que China elimine la pobreza para el 2020?

China está trabajando arduamente para cumplir con este objetivo. El presidente Xi Jinping ha fijado metas específicas para alcanzarlo: sacar a 10 millones de personas de la pobreza por año entre 2016 y 2020 y proporcionar una red de seguridad social para los 20 millones restantes de pobres que no pueden trabajar. Para lograr esto, China ha asumido el reto atacando la pobreza en varios frentes: promoviendo el turismo en áreas pobres pero escénicas, ayudando a los hogares pobres a acceder a préstamos de microcrédito y, como afirma el artículo del Foreign Policy compartido líneas abajo, focalizando programas de apoyo a las personas con algún tipo de discapacidad.

Fuente: Foreign Affairs

Entre sus programas de reducción de la pobreza, el ‘dibao’, un programa de asistencia social, ha proporcionado a algunos beneficiarios pequeños pagos, pero a menudo no ha podido identificar a los verdaderamente necesitados. Esto sigue siendo un problema en las zonas urbanas y rurales, ya que el número de beneficiarios del dibao es bajo en relación con el número de pobres. Los gobiernos locales son responsables de administrar el programa, y todavía existen muchos problemas de corrupción y personas necesitadas que no reciben este apoyo.

Fuente: Ethiogrio

Ahora en China pretenden mejorar el programa, como está ocurriendo en la ciudad de Minning. Como relata Foreign Policy “Minning es una ciudad modelo. Su esquema de alivio de la pobreza fue establecido por Xi Jinping, presidente de China, entre 1999 y 2002 cuando fue gobernador de Fujian, una rica provincia del sur. El sistema pionero de Minning, ahora se está extendiendo por toda China. Se focaliza en los individuos pobres y en la elaboración de planes específicos para cada uno, en lugar de simplemente ayudar a los lugares pobres a desarrollarse con la esperanza de que la riqueza llegue a los más pobres.”

Este sistema se viene aplicando varios años en muchos países, incluido el Perú. Sin embargo hasta ahora ninguna de las experiencias es verdaderamente exitosa. Como dice Foreign Policy, dada la proporción de la burocracia china y la capacidad de mando del partido de gobierno, se estima que China pueda avanzar hacia sus metas.

No olvidemos que en el caso del Perú, hemos tenido graves problemas por la multiplicación de los programas asistencialistas, supuestamente focalizados, pues, si bien el dinero se gastó, no tenemos mediciones de performance, como ha tenido que ser reconocido por las autoridades vinculadas a dichos programas. 

Esto confirma la necesidad de desarrollar programas de apoyo productivo, antes que asistencialismo puro, que, por supuesto hay que mantener para casos extremos, pero acotados y temporalmente. El problema es que hasta hoy, todos los gobiernos peruanos desde el año 2000, incluido el gobierno actual, de una u otra forma, con una u otra disculpa, le han dado la espalda y saboteado la posibilidad de multiplicar las experiencias exitosas de programas productivos como el de ‘Sierra Productiva’. Lampadia

El último, y más difícil, tramo
El nuevo enfoque de China para combatir la pobreza

Después de décadas de éxito, las cosas se están poniendo más difíciles​

Fuente: Alamy

The Economist
29 de abril, 2017
Traducido y glosado por Lampadia

La mayoría de los parientes de Tian Shuang están pastando cabras en las estériles colinas de la provincia de Ningxia, una de las partes más pobres de China occidental. Pero el año pasado, Tian bajó a Minning, una pequeña ciudad en el valle, cuando el gobierno local, como parte de un programa de reducción de la pobreza, le dio un trabajo de cultivo de hongos y plantas ornamentales en un vivero comercial. Su nombre, dirección e ingresos (20,000 yuanes al año, o 2,900 dólares -seis veces el salario mínimo) están escritos en un tablero en la puerta del invernadero.

El nombre de Tian también está escrito en las paredes del ayuntamiento, junto con las de otras 409 personas de la zona que, sin ayuda, estarían viviendo por debajo de la línea de pobreza local de 3,200 yuanes al año (esto es un 40% por encima del mínimo nacional, pero aún no lo suficiente para comprar carne más de una vez a la semana, o para gastar en ropa nueva). La ciudad enumera los problemas y las necesidades de cada uno de sus pobres. Treinta y siete son pobres debido a problemas de salud; 77 -incluyendo a algunos de los familiares de Tian- viven en áreas aisladas e inhóspitas; 95 tienen discapacidades físicas y así sucesivamente. También se menciona la ayuda dada por el gobierno a cada persona, como la provisión de trabajo, un generador solar o una vaca.

Minning es una ciudad modelo. Su esquema de alivio de la pobreza fue establecido por Xi Jinping, presidente de China, entre 1999 y 2002 cuando fue gobernador de Fujian, una rica provincia del sur. (Fujian está hermanada con Ningxia como parte de un intento nacional de difundir la experiencia y el dinero de las zonas ricas a las pobres). El sistema pionero de  Minning, ahora se está extendiendo por toda China. Se focaliza en los individuos pobres y en la elaboración de planes específicos para cada uno, en lugar de simplemente ayudar a los lugares pobres a desarrollarse con la esperanza de que la riqueza llegue a los más pobres. Otros países también están intentando esto, pero China es una de las pocas naciones en desarrollo con una burocracia lo suficientemente grande y líder como para hacerlo bien.

China ha sido un héroe en sus esfuerzos de reducción de pobreza en el mundo. Ha erradicado la pobreza en las ciudades (bajo su definición, al menos) y redujo el número de personas rurales por debajo de la línea de pobreza oficial de 2,300 yuanes al año (a precios de 2010) de 775 millones en 1980 a 43 millones en 2016. Su objetivo ahora es no tener a nadie bajo la línea de aquí a 2020.

Hace dos años, Xi lo definió como una de las principales labores de su presidencia. Él lo llama “la tarea básica para construir una sociedad moderadamente próspera” (que el Partido Comunista quiere crear por su centésimo cumpleaños en 2021). Políticamente, la reducción de la pobreza es importante porque, como dice un miembro del partido, a menos que China resuelva el problema de la desigualdad de ingresos, la legitimidad del partido será cuestionada. El partido debe su poder a una revuelta alimentada por las miserias del campo. No quiere ser acusado de no cumplir con su mandato de eliminarlos.

Pero la última etapa de la reducción de la pobreza será la más difícil. El éxito de China hasta ahora se ha basado en gran medida en el crecimiento económico, que ha generado empleos. La etapa final será costosa y complicada porque muchos de los pobres restantes son personas que, debido a discapacidades físicas o mentales, no pueden mantener puestos de trabajo. Una encuesta reciente del gobierno encontró que el 46% de los pobres de China eran pobres debido a su salud.

Focalizar la ayuda a personas individuales ayudará. Para el año 2014, el gobierno había compilado un “registro de la pobreza por hogar” de cada persona y hogar por debajo de la línea de pobreza. Al año siguiente, dijo que el plan personalizado de reducción de la pobreza debe ser elaborado para todos los incluidos en el registro. Filipinas y México también tienen registros de este tipo, que pueden ayudar a monitorear el estado de los pobres, identificar sus necesidades y (en teoría) prevenir el desperdicio y la corrupción.

Hay indicios de que China está efectivamente mejorando su forma principal de alivio pobre, que se llama “garantía de subsistencia”, o dibao.

El programa dibao ha sido notoriamente ineficiente. Muchos hogares que califican para recibir este tipo de apoyo no los reciben debido a corrupción y fallas burocráticas.

Pero esto puede estar cambiando. Las personas pobres están recibiendo más capacitación laboral, como en Minning. Ha habido un gran avance reprimiendo la corrupción. Ben Westmore, de la OCDE, un club principalmente de países ricos, recientemente rastreó datos de hogares de cinco provincias recopilados por investigadores de la Universidad de Pekín. Encontró que, en 2014, cerca de un tercio de los hogares rurales que recibían pagos de dibao estaban por debajo de la línea de pobreza, no era un gran resultado, pero era mejor que 10%. En la provincia de Guangdong, en el sur, una de las primeras ciudades en utilizar este enfoque de las necesidades individuales, más de la mitad de los beneficiarios estaban por debajo de la línea.

Sin embargo, hay un largo camino por recorrer: la mayoría de los hogares pobres todavía no reciben dinero de dibao.

El programa dibao, aunque financiado en gran parte por el gobierno nacional, se administra localmente. Esto significa que las áreas locales pueden establecer sus propias líneas de pobreza y beneficios. Algunos umbrales están muy por debajo del mínimo nacional y los pagos apenas son suficientes para sobrevivir. El gasto total en dibao alcanzó su punto máximo en 2013 y ha estado cayendo desde entonces, en parte porque los gobiernos se están volviéndose más duro. China gasta un mero 0.2% del PBI en el sistema dibao, muy por debajo de los programas comparables en otros lugares. El alivio de la pobreza de Indonesia cuesta 0.5% del PBI. Peor aún, algunos pobres ni siquiera están incluidos en el registro.

Todos estos esfuerzos sólo apuntan a la extrema pobreza en el campo. El gobierno afirma que el tipo urbano no existe, es decir, que nadie en las ciudades tiene menos de 2,300 yuanes al año. Pero ese mínimo es demasiado bajo para las ciudades, donde los costos de vida son más altos. Utilizando umbrales más realistas, Westmore encontró que la pobreza urbana era en realidad más alta que la pobreza rural en cuatro de las cinco provincias cubiertas por los datos que utilizó.

Con las actuales tasas (cada año más de 10 millones de personas en pobreza extrema), Xi debería ser capaz de cumplir su objetivo en 2020. Se aclamará como un gran logro. Sin embargo, se necesitará un enorme esfuerzo gubernamental para ayudar a los más pobres. No será el fin de la pobreza en China. Lampadia




Socialistas al Servicio de la Corrupción

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Los izquierdistas latinoamericanos no saben crear riqueza. Por esta incapacidad, ellos siempre buscan piscinas de riqueza que disputar, y las grandes piscinas de riqueza en América Latina son: los presupuestos nacionales, los recursos naturales y las grandes empresas. Es la disputa de esas riquezas lo que explica la lógica detrás del accionar y de los discursos de la izquierda.

La corrupción, la promoción de conflictos sociales y las estatizaciones de las empresas están entre los principales mecanismos de apropiación de esas riquezas, usadas por la izquierda. Si observamos la operatividad de las organizaciones de izquierda, más allá de sus discursos políticos, vemos que ellos siempre están relacionados a algunos de esos tres mecanismos. 

Los empresarios mercantilistas también buscan apropiarse de los recursos ajenos. Para ellos, la corrupción es la modalidad preferida. Más allá de sus diferencias ideológicas, la asociación entre socialistas y mercantilistas es mutuamente conveniente.

La izquierda descubre la estabilidad

En las últimas décadas del siglo pasado, los gobiernos de la izquierda fueron sinónimos de inestabilidad. Joao Goulart, en Brasil, Salvador Allende, en Chile y Hernán Siles Zuazo, en Bolivia, en menos de tres años, generaron profundas crisis sociales y políticas en sus países y no lograron siquiera terminar sus períodos. Todos ellos fueron destituidos y dieron origen a gobiernos autoritarios y violentos que se legitimaron, por un tiempo, ordenando el desastre dejado por la izquierda.

Es con una nueva generación de la izquierda en el poder, tanto de social-demócratas como de populistas, Fernando Henrique Cardoso (1995), Hugo Chávez (1999), Ricardo Lagos (2000), Luis Ignacio Lula da Silva (2003), Tabaré Vázquez (2005), Rafael Correa (2007), que la izquierda latinoamericana logra estabilizarse en una función de gobierno, generando así una nueva ola de los gobiernos de ideología socialista.

Lula da Silva, entonces presidente de Brasil, junto a Emilio Odebrecht y Marcelo Odebrecht en la inauguración de una planta de Braskem
Fuente: idl-reporteros.pe

El auge de la economía mundial y de los precios de las commodities crearon condiciones favorables a las políticas populistas y, por ende, para los gobiernos de izquierda. Por algunos años, muchos pensaron que el “socialismo del siglo XXI” era una nueva tendencia social, un renacimiento del marxismo después del fracaso de la Unión Soviética y de Mao Zedong. Pero con la crisis del 2008 y la caída del precio del petróleo, el sueño acabó. El nuevo contexto económico internacional obligó a los países latinoamericanos a volver al realismo. [1]

La corrupción tradicional o como funciona el mercantilismo

La corrupción ha sido, en mayor o menor grado, una vieja tradición en América Latina. Con las excepciones de Uruguay y Chile que se mantienen respectivamente en los puestos 21 y 24 de Transparencia Internacional, los países Sudamericanos se ubican en los niveles medios y altos de corrupción, entre los 176 países evaluados: Brasil (79º), Argentina (95º), Perú (101º), Ecuador (120º), etc.

El mecanismo tradicional más común de la corrupción en los países democráticos es la negociación de contratos de obras públicas entre autoridades públicas y empresas privadas locales y/o extranjeras.

Las autoridades públicas alteran las reglas de las licitaciones para beneficiar a empresas específicas, como parte de un acuerdo previo entre autoridades y empresas.

  1. En las negociaciones las empresas contratistas sobre-valoran los montos de los contratos, las autoridades aceptan la sobre-valoración y las empresas comparten el sobre-precio con las autoridades, bajo la forma de soborno.
  2. Las autoridades y gobernantes utilizan esos recursos para tres fines: (a) financiar sus actividades políticas, especialmente las campañas electorales, (b) comprar y consolidar sus coaliciones de poder y (c) enriquecerse personalmente.

En algunos países, como en Brasil, las empresas contratistas forman carteles para evitar la competencia entre ellas y bloquear el ingreso de otras empresas. Esos carteles llegan a acuerdos con diversos grupos políticos nacionales y/o regionales y esos acuerdos pueden mantenerse por muchos años, y a veces, por décadas

La corrupción en dictaduras: Cuba y Venezuela

En los gobiernos dictatoriales, donde un solo partido tiene el control del ejecutivo, de la contraloría y del poder judicial (Cuba y Venezuela), la corrupción asume la forma de apropiación directa de los impuestos y de los recursos de las empresas públicas. Ante la ausencia de mecanismos efectivos de control, los gobernantes no necesitan atender las formalidades legales y directamente reparten los ingresos públicos en tres partes:

  1. Entrega de dinero y puestos de mando y privilegios para los miembros de la coalición de poder (alta dirección del partido, miembros del ejecutivo, miembros de la Corte Suprema, comandantes de las FFAA, etc.),
  2. Financiamiento de los órganos dedicados al control ciudadano (ejército, policía, medios de comunicación estatales y privados, militancia partidaria, etc.), y
  3. Financiamiento de obras, servicios públicos, corrupciones menores y programas sociales.

Las proporciones entre esos tres destinos dependen de situaciones específicas, pero los dos primeros tienen siempre la más alta prioridad. La unidad de la coalición de poder y el financiamiento de los órganos de control ciudadano son de importancia estratégica para esos regímenes dictatoriales. El país puede estar en calamidad pública, como Venezuela hoy, si la coalición de poder está unida y los órganos de control ciudadano están operando, entonces el poder, y los recursos que se obtienen con el poder, están asegurados.

El Partido de los Trabajadores y la institucionalización de la corrupción.

Los petistas argumentan que ellos no han inventado la corrupción y tienen razón, el mercantilismo ya existía mucho antes que ellos legaran al gobierno. Brasil ya estaba en el puesto 54 de Transparencia Internacional, junto a Bulgaria y República Checa, cuando entró Lula al gobierno. Pero también es verdad que ellos hicieron de la corrupción un elemento central de su estrategia política, modificando tanto los fines como los métodos de la corrupción. En el 2016, al concluir la era PT, Brasil ya se había caído hasta el puesto 79, junto a China e India, países que antes estaban muy por debajo de Brasil.

Una vez que el Lula llegó al gobierno, el PT institucionalizó la corrupción y estandarizó los contratos con la Petrobras, y con algunas otras grandes empresas. Con ese nuevo esquema, los partidos políticos podrían exigir soborno a las empresas proveedoras de bienes y servicios. El artículo Petrolao, publicado por Lampadia explica en detalle ese esquema. 

  1. El control de las empresas públicas era/es una fuente permanente de recursos para los partidos políticos, vía comisiones en los contratos con las proveedoras.
  2. Los porcentajes de los sobornos, por lo general, estaban pre-definidos variando según empresas y los tipos de bienes o servicios.
  3. La distribución de los sobornos se hacía a los miembros de la coalición de poder según cuotas previamente definidas entre ellos. En el caso de Petrobras, 2% sería para el PT y el 1% se distribuiría entre el PP y el PMDB.
  4. Los fines del soborno serían básicamente dos: financiamiento político (campañas electorales, funcionamiento partidario, etc.) y enriquecimiento personal de los directivos de los partidos. 

En el gobierno del PT, si un partido era miembro de la coalición de poder (Base Aliada, decían ellos), la organización y sus miembros se incorporaban en la institucionalidad de la corrupción. La corrupción dejó de ser la estrategia de algunos individuos o de pequeñas mafias partidarias para se tornar un sistema institucionalizado. Dos tesoreros del PT están en la cárcel y otro ha sido condenado por su rol en el funcionamiento de la corrupción.

Pero no era solo la organización partidaria, como un todo, que estaba involucrada en la corrupción, era la institucionalidad misma de gobierno la que se comprometía con el sistema montado por el PT. Varios ex-ministros de economía y ex-primer-ministros de Lula y Dilma están hoy acusados de ser agentes activos de los mecanismos de la corrupción. Es decir, para el PT la corrupción era política de gobierno, y como veremos más adelante, era funcional de su idea de sociedad futura y estrategia de poder. Como era de esperarse, su discurso político ocultaba la práctica diaria del partido, presentándolo como una organización motivada por la sensibilidad social y sentido de responsabilidad patriótica.  

La internacionalización de la corrupción.

En los objetivos de largo plazo del PT estaba la creación de una red latinoamericana de aliados políticos, ideológicamente alineados con su corriente socialista-populista. Para ese propósito el PT ha ideado tres instrumentos: uno político, otro financiero y otro técnico:

  1. El instrumento político fue el Foro de Sao Paulo, creado por Lula y Fidel Castro en 1990, como un espacio de debate y coordinación entre los grupos de izquierda de América Latina. El éxito del Foro de Sao Paulo fue notable, logrando agrupar a más de 100 organizaciones, y apoyándolos en el logro de sus objetivos políticos.[i] El Foro de Sao Paulo antes que una instancia de conspiración política, como muchos lo han imaginado, ha sido y es una instancia de articulación entre grupos políticos con propuestas disímiles, pero con el interés común de llegar al poder. El Foro de Sao Paulo no dirigía ni dirige a sus miembros, pero sí les brinda criterios en temas políticos, y genera un espacio de intercambio de ideas y conocimientos muy útiles para ellos. El Foro de Sao Paulo ha sido y es un espacio de unidad regional entre grupos que, en sus mismos países, no logran ponerse de acuerdo. Algunos miembros peruanos del Foro de Sao Paulo son: Partido Comunista del Perú-Patria Roja, Partido Comunista Peruano, Partido Nacionalista del Perú, Ciudadanos por el Cambio, y Tierra y Libertad.
  2. El instrumento financiero ha sido el BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Económico y Social). Creado en 1952 por Getulio Vargas como un banco tradicional de fomento e intervención interna anti-cíclica, el BNDES, sufrió una transformación mayor en la era petista. En 10 años, sus activos y sus colocaciones fueron multiplicados por casi seis (ver cuadro abajo), llegando en el 2014 a disponer del mismo nivel de activos ($344 mil millones) que el Banco Mundial (358.9 mil millones).[ii],[iii],[iv] Con el PT, el BNDES pasó a financiar importantes obras en el exterior ($14 mil millones). La justificación era siempre la integración regional, pero las obras principales coinciden con el mapa de los aliados políticos del PT. Los gobiernos que recibieron el mayor financiamiento de BNDES para grandes obras con Odebrecht fueron Cuba, Venezuela, Argentina, República Dominicana, y Perú.[v] Y en África, los países beneficiados fueron Angola y Mozambique. Para ocultar el uso político de los recursos del BNDES, el gobierno del PT bloqueó el acceso de la prensa a la información de los préstamos del BNDES en el exterior, como si el conocimiento de esos créditos involucrara problemas de seguridad nacional.

  1. El instrumento técnico fue la asistencia en marketing electoral brindado por el equipo de Joao Santana. Resulta que la tecnología de campaña electoral en Brasil está más desarrollada que en la mayoría de los países de América Latina, y el PT ha constituido un equipo de marketing de campaña electoral de muy buen nivel.[i] Joao Santana, preso con su esposa a inicios del 2016, era el estratega, que diseñaba las campañas, y los demás miembros de su equipo (argentinos y brasileños) eran los operadores de campaña. Odebrecht se encargaba de financiar las actividades de Santana y su equipo, con depósitos en cuentas en Suiza. Con la asistencia técnica de Santana, el PT logró que sus aliados ganaran elecciones en Venezuela, El Salvador, República Dominicana y Perú, entre otros, y lograron evitar la revocatoria de alcaldesa de Lima. Aun que, fracasaron en las recientes elecciones presidenciales de Argentina.

Conclusiones                                                     

El PT es un partido con ideología socialista y muchos elementos del marxismo. Son discípulos de Antonio Gramsci y buscan que su ideología se vuelva hegemónica en la sociedad. Tienen una concepción utilitarista de la democracia, es decir, usan la democracia para llegar al poder y mantenerse en él, pero no tienen escrúpulos para manipular las instituciones democráticas en función de sus objetivos políticos.

Detrás del discurso socialista, el modelo de sociedad que el PT promueve es una forma de capitalismo corrupto (mercantilista) con alto grado de intervención estatal, sin llegar a ser un capitalismo de estado como China. La ideología socialista, además de brindarle justificativa política y cobertura moral, sirve para viabilizar electoralmente a sus líderes y generar una polarización social hostil a sus rivales políticos. Es decir, un discurso socialista políticamente funcional a su permanencia en el poder, pero tolerante a las incoherencias económicas del mercantilismo, promovido por ellos.

Esa concepción del PT creó las condiciones propicias para constituir una alianza con el cartel de las empresas contratistas. Dentro de una narrativa de Brasil potencia, las obras faraónicas eran muy bien venidas. Manipulaban un sueno nacionalista (alcanzar a los países desarrollados y ser uno de los grandes países del mundo), mientras canalizaban los impuestos del público hacia sus bolsillos y el de las constructoras.

El BNDES, tanto fuera como en el país, ha operado como el gran financiador. En un país de crédito carísimo,[ii] el BNDES entregaba crédito subsidiado a las grandes constructoras y a las empresas aliadas del PT, forzando a un importante sector de los empresarios a aceptar las reglas del juego o competir en desventaja. 

Lo que se dio entre el PT y las contratistas fue una especie de alianza interesada, en que las dos partes ganaban a costa de terceros (mala calidad de los servicios públicos, bajo desempeño de la economía, y condiciones precarias para la población). Con ese sistema, las empresas obtenían contratos públicos con gigantescos sobre-precios y el PT obtenía recursos para financiar sus operaciones políticas, comprar a los miembros de su coalición de poder, y enriquecer a su cúpula partidaria. Lo que sucedía en la práctica, no era que se tenía capitalistas apoyando a socialistas, sino socialistas construyendo un capitalismo corrupto con amplia intervención estatal en alianza con empresas mercantilistas.

El modelo fue exitoso por un tiempo. Mientras duró su gobierno, la influencia política del PT se expandió en América Latina, usando el dinero público (BNDES, y Petrobras) para financiar la corrupción, para intervenir en los países vecinos, llevar al poder gobernantes ideológicamente afines, y hacer millonarias ganancias.

Ahora que los recursos acabaron y la corrupción fue descubierta, la herencia que el PT deja al Brasil es la peor crisis económica en 128 años de vida republicana. Y a los países vecinos, lo que les deja es una situación política y económica afectada por niveles de corrupción sin precedentes. Lampadia

 

[1] Debido a su postura anti-empresarial y su carácter parasitario, los gobiernos de izquierda en América Latina solo son estables si las condiciones del contexto económico son muy favorables, pero entran en crisis cuando el país necesita incrementar su productividad para encarar nuevas condiciones de mercado.

[2] http://forodesaopaulo.org/

[3] http://treasury.worldbank.org/cmd/pdf/InformationStatement.pdf

[4] http://www.bndes.gov.br/SiteBNDES/export/sites/default/bndes_pt/Galerias/Arquivos/empresa/RelAnual/ra2014/RA_2014_esp.pdf

[5] Rezende. F. (2015). Why Does Brazil’s Banking Sector Need Public Banks? What Should BNDES Do? Working paper 825. Accesible en. http://www.levyinstitute.org/pubs/wp_825.pdf

[6] De los $14 mil millones prestados por el BNDES durante los gobiernos del PT, el 70% fue entregado a Odebrecht.

[7] En realidad, el manejo de campañas electorales es un campo en que el PT tiene un nivel técnico excepcional. Lamentablemente, para Brasil, los conocimientos del PT en materia de economía son muy inferiores a sus conocimientos sobre manejo de campañas electorales. Su capacidad de manipulación política es muy superior a su capacidad de gestión económica.

[8] La tasa referencial del Banco Central (Selic) durante el gobierno de Dilma era de 14% (http://www.tradingeconomics.com/brazil/interest-rate). Una tarjeta de crédito en Brasil tiene una tasa de interés superior a 410% al año.

 
 



“Los robots deberían pagar impuestos”

“Los robots deberían pagar impuestos”

¿Cómo deberían lidiar los gobiernos con la probabilidad de que los robots y la automatización reemplacen muchos de los empleos humanos? Esa es una de las grandes preguntas de la Cuarta Revolución Industrial. En Lampadia hemos venido intentando responderla mediante distintos métodos: un bono ciudadano, mejor educación y capacitaciones, creación de nuevos puestos de trabajo y un análisis del futuro de los empleos. En todo caso, detrás de todas las alternativas está la mayor productividad que generaría el salto tecnológico, el que directa o indirectamente, debería compensar los requerimientos de los trabajadores o ex trabajadores.

Para el cofundador de Microsoft, Bill Gates, la respuesta es sencilla: gravar a los robots. Sin embargo The Economist afirma que esto trae otros peligros, como deisminuir la innovación.

The Economist agrega en su artículo ‘Por qué no es bueno aplicar impuestos a los robots’ (compartido líneas abajo): “Un robot es una inversión de capital, como un horno o una computadora. Los economistas generalmente aconsejan no gravar estas cosas que permiten que la una economía produzca más. (…) las inversiones en robots pueden hacer que los trabajadores humanos sean más productivos que prescindibles; gravarlos podría empeorar la situación de los empleados afectados.”

Según The Economist, la solución no está en gravar a los robots, sino en que los gobiernos tomen medidas de distribución de la propiedad de las acciones cuando las empresas sean públicas, o graven las ganancias cuando no lo son. No debemos cometer el error de visualizar a los robots (y la automatización) como nuestros enemigos, porque solo perderemos una gran oportunidad de desarrollo y crecimiento.

Este es un tema muy complejo, que genera grandes debates entre las mentes más brillantes del mundo, desde Bill Gates hasta el Foro Económico Mundial del año pasado y líderes globales. Lo que debemos rescatar de estas distintas declaraciones es que tenemos que poner este tema sobre la mesa. Existe un análisis muy complejo que se debe realizar en torno a los robots y la automatización, desde la capacitación a los humanos, la redistribución de empleos y hasta los temas éticos sobre cómo se relacionarán con nosotros (¿seguiremos las leyes de Asimov?). En Lampadia queremos mantener a nuestros lectores a la vanguardia del debate. Lampadia

Por qué no es bueno aplicar impuestos a los robots

La propuesta de Bill Gates es reveladora sobre el desafío que plantea la automatización

The Economist
25 de febrero de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

Bill Gates es difícilmente un ludito (movimiento del ludismo en contra las nuevas máquinas y la tecnología que destruían el empleo). Sin embargo, en una reciente entrevista con Quartz, un portal, expresó escepticismo sobre la capacidad de la sociedad para gestionar una rápida automatización. Para prevenir una crisis social, pensó, los gobiernos deberían considerar un impuesto sobre los robots. Si, como consecuencia, la automatización se ralentiza, mejor. Es una idea intrigante aunque impráctica, que revela mucho sobre el desafío de la automatización.

En algún futuro distante, los robots con conciencia propia podrían pagar impuestos sobre la renta como el resto humanos (presumiblemente con igual de entusiasmo que nosotros). Eso no es lo que Gates tiene en mente. Sostiene que los robots de hoy deben ser gravados, ya sea por su instalación o por las ganancias que las empresas disfruten al ahorrar en los costos del trabajo humano desplazado. El dinero generado podría utilizarse para capacitar a los trabajadores y tal vez financiar una expansión de la atención en salud y educación, que proporcionen muchos trabajos difíciles de automatizar en la enseñanza o el cuidado de los ancianos y los enfermos.

Un robot es una inversión de capital, como un horno o una computadora. Los economistas generalmente aconsejan no gravar estas cosas, lo que permite a las  economías producir más. Se piensa que los impuestos que desincentivan la inversión,  hacen más pobre a la gente sin que se genere dinero. Pero Gates parece sugerir que invertir en robots es algo así como invertir en un generador de carbón: aumenta la producción económica, pero también impone un costo social, lo que los economistas llaman una externalidad negativa. Puede que la rápida automatización amenace con desalojar más rápidamente a los trabajadores de lo que los nuevos sectores pueden absorberlos. Eso podría conducir a un desempleo de largo plazo, que sería socialmente costoso y potencialmente impulsaría una política gubernamental destructiva. Podría valer la pena implementar un impuesto sobre los robots que reducen costos, al igual que un impuesto sobre las emisiones nocivas de fábricas puede desalentar la contaminación y tienen un efecto positivo en la sociedad.

La realidad, sin embargo, es más compleja. Las inversiones en robots pueden hacer que los trabajadores humanos sean más productivos que prescindibles; gravarlos podría empeorar la situación de los empleados afectados. Los trabajadores, individualmente, pueden sufrir al ser desplazados por los robots, pero los trabajadores en su conjunto podrían estar mejor porque los precios bajan. Disminuir el despliegue de robots en la atención de la salud e impulsar a los seres humanos en estos puestos de trabajo podría parecer una forma útil para mantener la estabilidad social. Pero si eso significa que los costos de la atención de la salud crecerán rápidamente, reduciendo los aumentos en los ingresos de los trabajadores, entonces la victoria es pírrica.

Cuando llegue la automatización más rápida, los robots podrían no ser el objetivo fiscal adecuado. La automatización puede entenderse como la sustitución del trabajo por el capital. Para salvar a los seres humanos de la penuria, el razonamiento dice que una parte de los ingresos de capital de la economía debe ser desviada a los trabajadores desplazados. La expansión de la propiedad de capital es una estrategia; la gente podría poseer vehículos sin conductor que operan como taxis, por ejemplo, y dependen de este flujo de ingresos para una parte de sus ingresos. La imposición de los robots y la redistribución de los ingresos es otra.

Pero a medida que las máquinas desplazan a los seres humanos en la producción, sus ingresos enfrentarán las mismas presiones que afligen a los seres humanos. La parte del ingreso total pagado en salarios (la “participación de trabajo”) ha estado cayendo durante décadas. La abundancia del trabajo es parcialmente culpable; los propietarios de los factores de producción –como, por ejemplo, Silicon Valley- están en mejor posición para negociar. Pero las máquinas no son menos abundantes que las personas. El costo de producir la millonésima copia de una pieza de software es aproximadamente cero. Cada conductor de camión necesita una instrucción individual; pero un sistema de conducción autónomo capaz puede ser duplicado infinitas veces. La abundancia de máquinas no demostrará ser más capaz de obtener una parte justa de las ganancias que los seres humanos.

Un nuevo documento de trabajo de Simcha Barkai, de la Universidad de Chicago, concluye que, aunque la participación de los ingresos de los trabajadores ha disminuido en las últimas décadas, la parte que fluye hacia el capital (incluidos los robots) se ha reducido más rápidamente. Lo que ha crecido es el margen que las empresas pueden cobrar sobre sus costos de producción, es decir, sus ganancias. Del mismo modo, un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica publicado en enero sostiene que la disminución de la participación laboral está vinculada al aumento de las “empresas superestrellas”. Un número creciente de mercados son “el ganador gana más”, en el que la empresa dominante gana fuertes ingresos.

Las grandes y crecientes ganancias son un indicador del poder de mercado. Ese poder podría provenir de los efectos de networking (el valor, en un mundo en red, de estar en la misma plataforma que todos los demás), las culturas productivas superiores de las empresas líderes, la protección gubernamental o algo más. Las olas de la automatización pueden requerir compartir la riqueza de las firmas superestrellas: a través de la distribución de la propiedad de las acciones cuando son públicas, o gravando sus ganancias cuando no lo son. Los robots son un villano conveniente, pero Gates podría reconsiderar su objetivo; cuando las empresas disfrutan de posiciones ineludibles en el mercado, tanto los trabajadores como las máquinas pierden. Lampadia




¿Cómo clasifican los países en el Índice de Democracia Global?

El Índice de Democracia Global de The Economist Inteligence Unit, que analizamos y compartimos líneas abajo, registra el deterioro de la democracia de EEUU, que ha sido degradada, y nos muestra las mayores debilidades del Perú. La publicación incluye 60 indicadores usados para determinar el score de cada país, de modo que puede constituirse en una hoja de ruta para nuestras tareas pendientes.

Estados Unidos ya no es una democracia plena, afirmó recientemente la prestigiosa Unidad de Inteligencia de la publicación británica “The Economist”, que compila cada año un Índice de Democracia, proporcionando “una imagen del estado de la democracia en todo el mundo para 167 países”. El país que durante mucho tiempo se ha definido como el estándar de la democracia para todo el mundo ahora es considerado “una democracia imperfecta”.

La unidad del índice se basa en los resultados de 60 indicadores que se agrupan en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política. La clasificación de los países se hace de acuerdo a su puntuación: países con democracia plena, países con democracia imperfecta, países con regímenes híbridos y países con regímenes autoritarios. Esto se puede observar más claramente en la tabla inferior:

Para ser clasificado como una democracia plena, un país debe mantener una calificación de 8.0 a 10.0, basada en las cinco categorías. La calificación de EEUU fue de 8.05 el año pasado, pero este año cambió de categoría bajando a 7.98, por lo que ya no está clasificado en la categoría de “democracia plena” con Australia, Canadá, Alemania y el Reino Unido. Y está muy por debajo de las democracias sociales como Noruega (Nº 1 en el Índice de Democracia 2016), Islandia (Nº 2) y Suecia (Nº 3).

En el caso de EEUU, “La confianza popular en el funcionamiento de las instituciones públicas ha disminuido [en EEUU]”, explica la introducción al recién publicado Índice de Democracia. Continúa diciendo que “para aquellos de nosotros que desde hace muchos años estamos preocupados por el vulnerable estado de la democracia en Estados Unidos, la noticia es aún más preocupante porque el análisis del Índice de Democracia nos recuerda que esto va mucho más allá de  Donald Trump, como se puede ver en el gráfico inferior, el cual muestra que desde el 2003, la confianza de los estadounidenses ha venido cayendo en picada”.

“La confianza popular en el gobierno, los representantes electos y los partidos políticos ha caído a niveles extremadamente bajos en EEUU. (…) Al golpear una tensión profunda del descontento político con el funcionamiento de la democracia, Trump se convirtió en un beneficiario de la baja estima en la cual los votantes de los EEUU sostienen a su gobierno, los representantes elegidos y los partidos políticos”.

Un patrón similar de disminución de la confianza popular en las elites políticas y en las instituciones también ha sido evidente en Europa. Este descontento ayudó a disminuir las puntuaciones de más de 70 países en comparación con 2015. Aunque Gran Bretaña es uno de los principales ejemplares de esta tendencia, fue uno de los 38 países que registraron un mejor puntaje gracias a la sólida participación del 72.2% en el referéndum Brexit de junio de 2016.

Los países desarrollados de la OCDE en Europa dominan entre las “democracias plenas” del mundo. Según The Economist, “el predominio casi completo de los países de la OCDE entre los clasificados como ‘democracias plenas’ sugiere que el nivel de desarrollo económico es una restricción significativa, sino una obligación, para el desarrollo democrático”. Las ‘democracias imperfectas’ se concentran en América Latina (15), Europa del Este (13) y Asia (13), aunque Europa occidental cuenta ahora con seis, incluidos los principales países europeos como Francia e Italia.

A nivel global, el ranking se encuentra liderado por Noruega con un puntaje de 9.93 de 10, seguido por Islandia con 9.58 y Suecia con 9.45. El primer lugar entre países de América Latina fue Uruguay, alcanzando la 19ª posición con un puntaje de 8.17, seguido por Costa Rica en el puesto número 23. El Perú ocupa el lugar 59, con una puntuación de 6.65. Nuestro vecino, Chile, obtuvo el puesto 34, Brasil el 51 y Colombia el 57.

En 2016, el aumento del populismo trastornó el establishment político y el statu quo en gran parte del mundo, pero América Latina resistió en gran medida la tendencia. Sufriendo de una “resaca populista”, como lo tilda The Economist, la región comenzó a moverse en una dirección más estable en 2016, con candidatos de centroderecha y pro-mercado tomando el mando en muchos países.

Según The Economist, América Latina sigue siendo la región más democrática de los países en desarrollo. Sin embargo, la puntuación media de la región ha continuado disminuyendo, bajando a 6.33 en 2016, de un promedio anual de 6.37 en 2011-15 y un pico de 6.43 en 2008. Perú, por su lado, obtuvo una puntuación de 6.65, ocupando el puesto 59 a nivel global y 12 a nivel regional. La categoría en la que obtuvo el menor puntaje es Cultura Política, seguido por el Funcionamiento del Gobierno.

Una cultura política democrática es crucial para la legitimidad, el buen funcionamiento y, en última instancia, la sostenibilidad de la democracia. Esto se debe a que “una cultura de pasividad y apatía -una ciudadanía obediente y dócil- no es consistente con la democracia. El proceso electoral divide periódicamente a la población en ganadores y perdedores. Una cultura política democrática exitosa implica que las partes perdedoras y sus partidarios acepten el juicio de los votantes y permitan la transferencia pacífica del poder”. Por otro lado, Funcionamiento del Gobierno se refiere a la capacidad del gobierno de implementar sus decisiones democráticamente.

En el caso del Perú, nuestras peores calificaciones se dan en ‘Cultura Política’ (4.38/10.0) y ‘Funcionamiento del Gobierno’ (5.36/10.0). Para profundizar el análisis de estas categorías, el cuadro inferior muestra ejemplos de las preguntas hechas en las encuestas del Economist Intelligence Unit, con las que determinaron su ranking.

Ejemplo de encuesta de Opinión Pública para Índice de Democracia

Entonces, ¿triunfó de la democracia este año? Esta fue la pregunta planteada por el Economist Intelligence Unit dado los dramáticos acontecimientos políticos de 2016. La respuesta del equipo fue inequívocamente negativa. “La respuesta predominante entre las élites políticas a los acontecimientos de 2016 ha sido la de arruinar la reacción popular contra el orden democrático y de interpretarlo como una amenaza para el futuro de la democracia liberal. Algunos incluso han cuestionado si se debe confiar en la gente común para tomar decisiones sobre asuntos importantes como la pertenencia del Reino Unido a la UE. Sin embargo, la reacción popular contra el orden establecido también puede verse como una consecuencia, no una causa, de las fallas de la democracia contemporánea”. Lampadia




Cada vez más lejos de una mejor ‘Gobernanza Global’

Las grandes potencias están renunciando a diseñar un mundo para todos en el siglo XXI y su cuarta revolución industrial. El mundo ha cambiado y está cambiando aceleradamente y, las instituciones que nos permitieron armonizar las relaciones internacionales en la Pos-Guerra se hacen débiles e inapropiadas.

Increíblemente, países como el Reino Unido y Estados Unidos, por mencionar los ejemplos más notorios, se muestran incapaces de propiciar un mejor espacio global y reaccionan hacia la crítica de procesos basados en la realidad de nuevos jugadores internacionales, contra mecanismos de integración y se refugian en el aislacionismo y la búsqueda de sus intereses de corto plazo.

Estos países están abandonando al mundo en manos de un nuevo entusiasta jugador global, la China de Xi Jinping, que se muestra deseosa de liderar el libre mercado y la propia globalización.

La pregunta que cae por su propio peso es: ¿Qué debemos hacer los países más pequeños, como el Perú, que hemos tenido capacidades de diversa naturaleza para aportar al mundo, ya sea con los alimentos oriundos de estas tierras, que en su momento salvaron las hambrunas del planeta, o con las contribuciones de peruanos de vocación internacionalista, como el Inca Garcilazo de la Vega, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco, José Luis Bustamante i Rivero, Cesar Vallejo, Javier Pérez de Cuéllar  y Mario Vargas Llosa? ¿Debemos limitarnos a observar y a acomodarnos, o debemos recurrir a nuestras mejores mentes para contribuir a diseñar nuestro futuro, el futuro de todos los ciudadanos y países del mundo global?

Anticipándonos a los hechos, en ocasión de la última reunión de APEC en el Perú, en noviembre pasado, le pedimos al gobierno que aprovechara la presencia de los líderes mundiales del libre comercio y la globalización, para plantear una gesta por su defensa de cara a las amenazas que se cernían en su contra. Lamentablemente, no se aprovechó la ocasión.

Nos toca ahora a las naciones más pequeñas, a los países emergentes, propiciar espacios de diálogo y pensamiento sobre el futuro de la humanidad y la gobernanza global. En esta dirección presentamos líneas abajo un importante ensayo sobre la gobernanza global, que recomendamos especialmente a nuestros lectores.

Ver artículos anteriores sobre gobernanza global en Lampadia: 

¿Se llegará a formar una gobernanza global?

WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar?

El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo XXI

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Fuente: www.celsianstaffroom.com

HACIA UNA NUEVA GOBERNANZA MUNDIAL

Texto preparado para el Foro China-Europa 2010
Michel Rocard, Gustavo Marin y Arnaud Blin

El feudalismo, al dejar de ser una institución política, se había convertido en nuestra mayor institución civil. Reducido como estaba, excitaba aún más odios y podemos decir con certeza que, al destruir una parte de las instituciones de la Edad Media, lo que quedaba lo habíamos tornado cien veces más odioso. Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución, 1856

Esta famosa reflexión de Alexis de Tocqueville, formulada en el contexto de la Revolución Francesa, señala vigorosamente la gran paradoja de las revoluciones, a saber: que éstas se inician cuando las cosas comienzan a mejorar y no, como solemos creer, cuando las cosas se degradan irremediablemente. En otras palabras, cuando un sistema que ya está fijo se abre, es cuando sus rigideces tienen mayor dificultad para ser aceptadas, sobre todo si la apertura es parcial, tal como ocurre la mayoría de las veces. Todas las grandes revoluciones que tuvieron lugar desde 1789 en adelante tienden a corroborar este análisis, como el caso de Rusia, por ejemplo, cuyo impulso revolucionario echó raíces en la apertura social buscada por el zar Alejandro II, o bien Irán, donde la revolución islamista tuvo su cuna en las moderadas medidas de modernización emprendidas por el Sha.

¿Qué decir de las grandes revoluciones geopolíticas? En este ámbito, los ejemplos de revoluciones no abundan. No obstante ello, la gran revolución geopolítica que generó el sistema de relaciones internacionales, base de la geopolítica europea y luego mundial, también obedece en grandes líneas a ese esquema. La revolución westfaliana, es de ella que estamos hablando, puso fin a la hegemonía del sistema imperial y al antagonismo entre la Iglesia y el Estado, sentando al mismo tiempo las bases del Estado moderno, el derecho internacional y el sistema de equilibrio de potencias, sistema altamente imperfecto pero que funcionó con relativo éxito hasta 1914. Ahora bien, el sistema westfaliano fue una consecuencia indirecta, y desfasada, de un siglo particularmente violento y de las tibias medidas de la paz de Augsburgo de 1555. Esa paz de compromiso sólo exacerbó las tensiones dentro de una Europa en estado de crisis, y luego la crisis no hizo sino hervir antes de explotar en un baño de sangre con el horror de la Guerra de los Treinta Años (1618 -1648).

No compararemos aquí épocas completamente diferentes. Sin embargo, al igual que a comienzos del siglo XVII, estamos atravesando actualmente y sin duda alguna, un período de ruptura donde el antiguo orden ha dejado de existir (si cabe calificar de “ordenada” a la época precedente, la de la guerra fría), donde el mundo está en busca de un nuevo orden, de una gobernanza por ahora difícil de encontrar, capaz de aprehender los problemas del momento, anticipar las crisis del mañana y escribir la historia de un probable futuro. En otros términos, en busca de una gobernanza adaptada a un mundo de aquí en más globalizado, de una “gobernanza mundial” que permita que los problemas colectivos se resuelvan colectivamente, tomando en cuenta la interdependencia que define hoy en día las relaciones entre los pueblos.

El período westfaliano terminó al iniciarse los treinta años de crisis agudas, que a su vez desembocaron en la creación de las Naciones Unidas, pero también en el inicio de la guerra fría que constituyó, por su extrema polarización y por la amenaza nuclear, una anomalía geoestratégica. Esa anomalía produjo, paradójicamente, cierta forma de paz que perduró de manera imperfecta hasta el desmoronamiento de la Unión Soviética. Pero esa paz imposible asociada a una guerra (global) improbable según las palabras del filósofo Raymond Aron, por su carácter indefinible, no logró engendrar un replanteo del sistema cuando la guerra fría murió de muerte natural. A guerra ambigua corresponde paz ambigua, podríamos decir. Es por ello que la situación actual está más cerca, a fin de cuentas, del compromiso de Augsburgo que de la revolución westfaliana, con todos los riesgos que eso representa para el porvenir.

Y de hecho, estamos actualmente en un período de gran cuestionamiento, puesto que todos los esfuerzos de cooperación internacionales fracasan uno tras otro. Los acuerdos de Oslo no pudieron hacer avanzar el espinoso problema del Cercano Oriente; la Ronda de liberalización de Doha va por su quinto fracaso; el largo ciclo de la Convención-Marco de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos empezó con el relativo éxito de Kyoto para terminar en el fracaso rotundo de Copenhague; la conferencia sobre la no proliferación nuclear que generó esperanzas con las promesas de Obama es probable que fracase. No se ha adoptado nada serio ni completo, en ningún lado, sobre la regulación de los movimientos financieros, sobre los paraísos fiscales, los productos derivados y ni siquiera sobre las insoportables remuneraciones de los banqueros que fueron relanzadas con más fuerza aún.

A situación inédita, remedios inéditos. Idealmente, claro, puesto que no puede hacerse tabla rasa del pasado y que los métodos de gobernanza ya probados son aquéllos a los cuales nos atamos naturalmente. Ahora bien, en la actualidad, hay de algún modo tres regímenes de gestión colectiva de los problemas globales que están en competencia unos con otros, sin llegar a cubrir sin embargo el espectro de problemas cada vez más numerosos a los que nos vemos confrontados y sin dar a ver tampoco, en sí mismos, el comienzo de una reconstrucción de la gobernanza mundial.

Tres grandes regímenes de gobernanza transnacional

El primero de estos regímenes, por importancia y por antigüedad, es el régimen de las potencias, basado en el entendimiento de las relaciones de fuerza, o en el equilibrio de las potencias. Este régimen propicia una gestión de los problemas colectivos a través de la competencia “colaborativa” entre las grandes potencias del momento. También es lo que se denomina como el sistema “multipolar” o bien el de los “polos de potencia”. El final de la guerra fría y el surgimiento o resurgimiento de países como China, India, Brasil o Rusia han alimentado la idea de que el planeta puede ser guiado, incluso dirigido, por un pequeño grupo de países poderosos que verían en una “buena gobernanza mundial” una manera de promulgar sus intereses nacionales respectivos, haciendo avanzar al mismo tiempo la causa de la humanidad al salvaguardar el statu quo geopolítico global. Pero históricamente este tipo de régimen muy conocido presenta una enorme falla pues, invariablemente, una de las potencias del concierto de los grandes intenta, en un momento dado, invertir el statu quo en beneficio propio. Aun cuando la visión de una potencia obligatoriamente predadora nos remite a un esquema occidental alimentado por el análisis de Tucídides -esquema al cual no adherirían necesariamente los chinos o los indios, por ejemplo-, no hay más remedio que constatar que el equilibrio logrado por la potencia es a menudo precario, y privilegia a los poderosos en detrimento de los débiles.

Cabe señalar que, comparada con la visión de la hegemonía de un solo país sobre el resto del mundo -como la de Estados Unidos durante los años 1990-2000-, que nos remite al modelo imperial, esta alternativa “multipolar” parece marcar un avance con respecto al pasado reciente. Hoy en día, este régimen se organiza en torno al G8 y el G20, teniendo últimamente mayor relevancia el segundo que el primero. Por supuesto que es un progreso, pero no una revolución, pues se trata de un régimen que sigue basado en el Estado-nación, en el principio de inviolabilidad de la soberanía nacional, en una jerarquía rígida de las potencias, aun si se ampliara el círculo de los privilegiados. Por lo demás, este régimen constituye una realidad, e incluso una realidad importante cuyo alcance sería peligroso minimizar: en el siglo XXI, el mundo sigue estando regido en gran parte por las relaciones de fuerza, con todo lo bueno y lo malo que esto implica.

El segundo régimen, que designamos de manera un poco reductora como el de la “seguridad colectiva”, es mucho más nuevo. Filosóficamente, data del siglo XVIII; en lo que respecta a su aplicación, del siglo XX. Históricamente, marca un avance significativo con respecto al modelo de la caridad, primer signo de referencia mundial común que aparece después de la guerra de 1870 (Cruz Roja, Convenciones de Ginebra, etc.).

En la actualidad, como todos sabemos, es el régimen que encarna la Organización de las Naciones Unidas. Criticada a menudo, y muchas veces con razón, la ONU logró no obstante crear un dispositivo duradero de gestión de los problemas relacionados con la guerra y la paz, el desarrollo económico y, en un futuro, la seguridad del medioambiente. Este dispositivo, aun cuando sigue siendo limitado en su alcance, ha demostrado de todos modos que una gestión colectiva de los problemas del momento es posible. Con un Consejo de Seguridad permanente e inmutable, no puede decirse que se trate de un sistema verdaderamente “democrático”, pero sí más democrático que el primero.

La ONU, organismo del que se espera que resuelva un abanico de problemas cada vez mayor sin darle sin embargo los medios necesarios para hacerlo, sigue siendo una de las piedras angulares de la gobernanza mundial del futuro. A lo largo de décadas, algunas de sus falencias han sido paliadas por el fuerte ascenso de lo judicial a nivel internacional (tribunales especiales, Corte Penal Internacional).

Las insuficiencias actuales, relacionadas en parte con el hecho de que el derecho sin coacción no tiene la fuerza que debería tener, hacen pensar cotidianamente que es necesario reformar la ONU, tal como se repite constantemente en diversos ámbitos. Ahora bien, aunque la ONU haya evolucionado a lo largo de las décadas, no ha demostrado tener hasta ahora las capacidades para transformarse en profundidad. Este fenómeno tiene que ver sobre todo con la limitación inherente a los sistemas de seguridad colectiva, a saber: que existen a través de los Estados constitutivos del sistema. Estos últimos, por múltiples razones, incluyendo las complicadas relaciones entre unos y otros, impiden que haya transformaciones profundas que darían mayor amplitud a un sistema del cual ellos forman parte.

Así como la ONU se superpuso a la Sociedad de las Naciones en 1945 antes de que esta última caducara (1946), ¿veremos nacer una tercera organización global de seguridad colectiva, de algún modo un modelo de tercera generación para el siglo XXI? Por el momento nada parece indicar esa eventualidad. Será pues la ONU quien seguirá jugando el papel que le pertenece desde su fundación. Pero tendrá que evolucionar, aunque más no sea para poder mantener su rango.

Con ese propósito, hay que empezar desde ya por mejorar la organización limitando el derecho a veto, ampliando el Consejo de Seguridad, amplificando los medios de experiencia y competencia, creando un Consejo de Seguridad Económica y estableciendo una Organización Mundial para el Medioambiente. También habría que utilizar más la Asamblea General y las conferencias de consenso. En lo ideal, la ONU debería hacer adoptar una Declaración de Interdependencia regida por el principio de que la comunidad de destino llama a la proclamación del principio de intersolidaridad mundial, vale decir el reconocimiento de una diversidad basada en un espíritu de tolerancia y pluralismo, y en la organización de procesos de integración que asocien a las diversas partes involucradas que representan a los individuos, a las organizaciones que detienen los poderes, a los Estados y, de manera general, lo que se designa como la “comunidad internacional”.

El tercer modelo, el de la Unión Europea (UE), también tiene sus raíces filosóficas en la Europa del Siglo de las Luces. En su aplicación, en cambio, su energía proviene de la experiencia negativa de las tres décadas de crisis en torno a las dos guerras mundiales, así como los resortes de la paz de los acuerdos de Westfalia procedían de la (“primera”) Guerra de los Treinta Años. Ahora bien, no existe en la historia un sistema (que no sea el de la UE) que haya transformado con tanta rapidez, por un medio que no fuera la fuerza, una zona de resentimiento y guerra casi perpetua en una región de cooperación y de paz sólida, estable y duradera. En muchos aspectos, la UE desafió muchas prácticas e ideas preconcebidas sobre la política de los Estados. Demostró sobre todo que la solidaridad entre Estados y entre pueblos no es una palabra vana, puesto que supo consentir importantes esfuerzos por parte de las naciones privilegiadas para integrar en su seno a países menos favorecidos.

Sin embargo, ya puesto en jaque por la ampliación extremadamente rápida de la UE, ¿el modelo europeo es aplicable a escala mundial?

Por el momento, el paso de la Unión Europea a una unión mundial parece muy lejano. La idea de un reagrupamiento de uniones regionales tampoco parece estar próxima, sobre todo cuando la crisis financiera, el endeudamiento, el desempleo persistente y el agravamiento de las divisiones políticas y culturales hacen que la UE ya tenga mucho trabajo por delante para salir ella misma del atolladero. Pero desde un punto de vista filosófico, la idea de un gobierno mundial basado en el modelo de la Unión Europea nos reconcilia con una noción que, desde el Leviathan de Hobbes, era poco atractiva y evocaba sobre todo la idea de un Estado global omnipotente y autoritario.

Del principio de la soberanía al principio de la interdependencia

Además de una voluntad más o menos expresada de engendrar paz y estabilidad, estos tres regímenes -competidores y complementarios a la vez- tienen un punto en común: los tres se articulan en torno a la problemática del Estado y la soberanía nacional, cada uno nutriendo un enfoque particular de la noción de soberanía, ubicándola en el centro del problema o bien tratando de trascenderla de una manera u otra, planteándola como condición previa para la elaboración de un régimen de gestión internacional o transnacional (pero no supranacional). El artículo 2, 7 del  capítulo 1 de la Carta de la ONU[1], que retoma de algún modo la noción de inviolabilidad de la soberanía nacional de los tratados westfalianos, es ejemplar en este sentido.

Superar el principio de la soberanía -sin predicar por ello con ingenuidad el fin del Estado-nación-: allí radica el nudo del problema de la gobernanza mundial actual. Ahora bien, tal como lo señala el filósofo alemán Peter Sloterdijk, Mientras tanto, las naciones siguen siendo entidades peligrosas, porque nadie está dispuesto allí a sacrificar las ventajas adquiridas en el interior de ese contenedor de la buena vida para adquirir protecciones de un orden superior[2].” El Estado-nación sigue siendo, con certeza, el actor central de la gobernanza transnacional, aun cuando a veces quede desamparado o sea ineficiente ante los problemas actuales. Su papel es vital, aunque más no sea porque sin Estado la sociedad se disgrega peligrosamente, tal como puede constatarse en algunos lugares, con desastrosos efectos para los pueblos y la comunidad internacional (caso de Somalia). Pero los países tienen que adaptarse también, imperativamente, a la mundialización. Ahora bien, vemos que esta última tiene con frecuencia el efecto de alentar a unos y otros a replegarse sobre sí mismos por miedo a perder un poco de su soberanía o de su identidad. Para ilustrar este fenómeno de repliegue, podemos constatar que las fronteras son mucho más rígidas que antes.

Por ello, si el principio de la soberanía (y su inviolabilidad) viene constituyendo el hilo conductor de las relaciones internacionales desde el siglo XVII, hoy en día es el principio de interdependencia el que debe jugar el papel de principio director para una gobernanza mundial digna de ese nombre. Y ese principio debe tener valor de norma universal. Las nuevas normas, los nuevos modos de funcionamiento y tal vez algunas nuevas formas institucionales para el futuro deben pensarse y desarrollarse a través del principio de interdependencia.

La elaboración de una gobernanza mundial articulada en torno a ese principio se traduce en la aplicación por un enfoque sistemático que pasa, necesariamente, por un trabajo de consenso. Los basamentos éticos y políticos subyacentes de una gobernanza de esa índole hay que buscarlos en un sentimiento de responsabilidad y de solidaridad de orden global, todo ello en un espíritu de pluralidad, dignidad y sustentabilidad, lo que podríamos definir como los “cinco pilares de una gobernanza mundial para el siglo XXI”.

Así como los padres fundadores de los Estados Unidos de América habían reinventado la democracia implementando un sistema eficaz de contrapoderes (que por otra parte existía anteriormente en otras culturas: mapuche de Chile o iroqués por ejemplo), hoy en día tenemos que elaborar soluciones a través de un consenso lo más amplio posible, generando la adhesión necesaria para la cooperación de todos los actores. Se trata de una tarea titánica, pues hay que legitimar el ejercicio de ese poder, conformándose al mismo tiempo al ideal democrático y al ejercicio de la ciudadanía. También hay que desarrollar esos modos de gobernanza no ya en relación con formas institucionales rígidas, sino según un principio de eficacia y competencia cuyos criterios son desde ya difíciles de definir. Por sobre todo, esa nueva arquitectura debe estar en condiciones de coordinar las relaciones y cooperaciones entre los diversos tipos de actores y partes involucradas. Por último, esta gobernanza mundial debe ser compatible y complementaria con los demás niveles de gobernanza, de lo local a lo nacional y de lo regional a lo continental.

Pero la elaboración de una verdadera gobernanza mundial también pasa, necesariamente, por un replanteo de los modos de pensamiento subyacentes a la elaboración de una nueva arquitectura de la gobernanza que refleje la pluralidad del planeta. Para ello, la confrontación de los sistemas de pensamiento constituye el primer paso hacia la construcción de una gobernanza mundial. Obviamente, el problema no consiste únicamente en comparar o confrontar modos de pensamiento, sino en proyectar un pensamiento realmente pluriversal sobre el horizonte del mundo del mañana. En otras palabras, no hay que intentar solamente mundializar los conocimientos sino también, y sobre todo, como lo dice justamente Chen Lichuan : pensar una simbiosis de civilizaciones donde lo mejor de cada civilización tenga derecho de ciudadanía y donde se trate concretamente de conciliar dos enfoques de la sociedad humana: uno basado en los derechos, el otro basado en el saber convivir, y de encontrar un equilibrio entre el espíritu colectivo, la exigencia de la comunidad y la necesidad de autonomía y libertad del individuo”. Lampadia

[1] Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta.

[2] Periódico Libération, Francia, 13 de marzo de 2010.




La historia del efímero “caballo loco” global

La historia del efímero “caballo loco” global

Pablo Bustamante Pardo
Director de
Lampadia

(Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

Cuentan que hace muchos años, en un país muy grande, donde todo salía bien, atravesaron ciertos problemas que su clase dirigente no supo aquilatar oportunamente.

El vacío permitió que en ‘Y-Land’ se encaramara al poder un líder de la anti política, que eventualmente la humanidad designó como ‘caballo loco’ (wild horse), que hizo una campaña electoral pasando de declaraciones escandalosas a otras más escandalosas. Lo más increíble es que muchos asumieron que sus palabras eran solo retórica electoral, pero cuando ‘caballo loco’ tomó el poder, se mostró como presidente, aún peor que como candidato.

Sus primeras medidas fueron contra los ciudadanos más sufridos de países pequeños, muy acongojados por violencia política, que buscan refugio en el resto del mundo.

La reacción inmediata fue de estupor, pero no por parte de otros líderes, sino, por parte de la gente común, tanto en Y-Land como en el resto del mundo.

Los jueces trataron de impedir las inhumanas medidas de ‘caballo loco’, las industrias del conocimiento, industrias sin fronteras, alzaron su voz, pero quienes de verdad movieron los acontecimientos fueron los ciudadanos de a pie en todas partes del mundo.

Primero se empezó a exigir a muchos gobiernos, medidas compensatorias contra ciudadanos de Y-Land en el resto del mundo. Eventualmente, sus gobiernos se vieron obligados a hacer algunos gestos en esa dirección, pero poco a poco el griterío de las minorías fue contagiando al conjunto de las sociedades que exigían el castigo a Y-Land para forzar la salida de ‘caballo loco’ del gobierno.

La cosa fue yendo a mayores y dentro del propio Y-Land la situación se hizo insostenible. Las clases populares de todo el mundo y de Y-Land empezaron a corear: ‘You are fired’ – ‘You are fired’ – ‘You are fired’.


Fuente:  The Daily Vox

Poco a poco, las cosas se fueron precipitando hasta que el grito popular de ‘You are fired’ se convirtió en el primer reclamo popular global de los nuevos tiempos y, a ‘caballo loco’ solo le quedó renunciar a la presidencia de Y-Land.

Moraleja

La vida de las sociedades y los países no puede ser dejada a la buena suerte de los acontecimientos. Las clases dirigentes y los ciudadanos con pensamiento crítico, deben vigilar y participar constantemente, en los espacios cívicos de sus sociedades.

En el mundo de hoy nada es seguro y permanente, empezando por el poder. La fuerza está en las redes sociales y las movilizaciones ciudadanas. Los vacíos de liderazgo seguirán llenándose hasta que las clases dirigentes nos den una nueva visión de futuro. Lampadia