1

El Gobierno apoya a Castillo

El Gobierno apoya a Castillo

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

No solo ha sido la descarada intervención del presidente Francisco Sagasti llamando a Mario Vargas Llosa para que presione a Keiko Fujimori, tratando de hacerla desistir de su lucha por impedir el descarado fraude electoral que ha perpetrado el comunismo. Hay otros varios indicios de su respaldo a Pedro Castillo y todo lo que representa.

Por ejemplo, el lunes 14 un nutrido grupo de ex altos mandos de las Fuerzas Armadas, encabezados por el ex presidente Francisco Morales Bermúdez, emitió un pronunciamiento donde, entre otras cosas, advierten su preocupación “por la serie de denuncias a través de las cuales se vienen difundiendo flagrantes alteraciones del debido proceso de elaboración de actas, recolección, digitación y conteo, los mismos que han seguido parcialmente un proceso administrativo que por la magnitud de casos no se ha llevado a cabo diligentemente y en forma completa, lo que viene produciendo una percepción ciudadana mayoritaria de un proceso poco transparente, irregular y pasible de fraude.”

También señalan que “Esta situación es muy grave en las actuales circunstancias, donde existen dudas razonables sobre la manipulación de la documentación electoral y donde se requieren acciones decididas y firmes por parte del JNE para velar por el cumplimiento irrestricto del citado mandato, es decir establecer la VERDAD de la voluntad ciudadana y para cuyo propósito, la constitución y las leyes establecen claramente que es el JNE, y solo este organismo, quien tiene competencia para administrar justicia en materia electoral y de manera particular en hechos inéditos y excepcionales, como los que vienen sucediendo, donde no existe jurisprudencia previa; no hacerlo, deslegitimizaría el accionar de estos organismos y sus titulares, quienes tendrán que asumir las consecuencias de ello.”

Para, finalmente, exigir “la neutralidad del gobierno transitorio e instamos nuevamente a los entes electorales para que adopten las medidas necesarias, en el marco de sus atribuciones constitucionales, para alcanzar las condiciones del más amplio y transparente proceso de evaluación que garantice que toda circunstancia anómala sea convenientemente revisada antes de cualquier pronunciamiento, no solo por la polarización existente que viene generando una situación de inestabilidad social, sino para evitar que los actos finales puedan ser considerados fuera de la necesaria legitimidad que requiere el próximo Presidente de la República y que ocasionaría graves consecuencias para nuestro país, como las que hemos experimentado en los últimos 5 años.”

Lo suscriben decenas de militares en situación de retiro de las tres armas, que han ocupado los más altos cargos en sus instituciones en las últimas décadas. No es, además, el primer pronunciamiento que han emitido en este proceso electoral.

Pero esta vez recibieron una insolente reprimenda del Gobierno Morado. El mismo día, el Ministerio de Defensa publicó un comunicado diciendo que el pronunciamiento no representa a las FFAA sino solo a quienes lo suscriben, cosa por lo demás evidente.

Dice además el Mindef, que los citados oficiales “han utilizado indebidamente los emblemas de las instituciones armadas” por lo cual serán denunciados por el procurador.

En el colmo de la estulticia, dice el Mindef que lamenta “el uso político” de las FFAA, cuando ellos mismos están reiterando lo evidente, que los firmantes del comunicado no representan a las FFAA.

En suma, una descarada amenaza, sin ningún sustento, a altos ex jefes militares en retiro que, como cualquier ciudadano, tienen derecho a expresar sus opiniones.

De otro lado, el 12 de junio el Gobierno emitió un decreto modificando la ley de carrera policial. Como expresó el general PNP (r) Edgardo Garrido, ex sub comandante general de la Policía Nacional, “se está preparando otra poda. Están avisados”.

El Gobierno Morado está preparando las cosas para que, en caso de que logren imponer a Castillo como presidente, esté allanado el camino para capturar de inmediato a la Policía y ponerla al servicio de los agentes de Cuba y Venezuela, que tienen larga experiencia en eso. Después, por supuesto, vendrían las FFAA.

Casi ni vale la pena mencionar que Julio Guzmán, que fuera jefe de Sagasti en el fenecido Partido Morado y cabeza de la plancha presidencial que ambos compartían, ha pretendido reconocer a Castillo como presidente antes que el JNE emita su dictamen final, al igual que los pocos congresistas pudieron introducir en el Parlamento.

Como era de esperarse, el Gobierno izquierdista juega a favor del candidato comunista. Lampadia




Izquierdistas intolerantes

Izquierdistas intolerantes

 

Fernando Rospigliosi
CONTROVERSIAS
Para Lampadia

La reacción del presidente Francisco Sagasti y la premier Violeta Bermúdez a la revelación del Beto Ortiz en Willax TV ha sido característica no solo de la intolerancia del Gobierno Morado sino también de una tendencia inherente de las izquierdas, que cuando no están en el poder reclaman por todas las libertades y los derechos humanos, pero cuando llegan al Gobierno los atropellan y los violan. Cuando pueden, claro está.

Bermúdez amenazó inmediatamente con una denuncia penal a Ortiz y al doctor Ernesto Bustamante, que hizo una interpretación del informe de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) en ese programa de TV. Una denuncia penal que implica, por lo general, prisión para los culpables, ya sea efectiva o suspendida.

A continuación, el coro de la coalición que respalda a Sagasti pidió también sanciones contra Willax TV y un grupo de personas inició acciones legales contra Ortiz y Bustamante, que ahora no tienen posibilidad de prosperar pero que en otras circunstancias tendrían otro cariz.

Luego, Sagasti enardecido los acusó de “golpistas”, porque un candidato, que no tienen nada que ver con Ortiz ni Bustamante, propuso irreflexivamente su vacancia, cosa que, por supuesto no sería adecuada en esta situación, pero que no está fuera del marco legal, como no lo estuvieron la vacancia de Vizcarra o la de Manuel Merino.

Lo cierto es que la información de Ortiz y el análisis de Bustamante se han comprobado veraces y exactas:

  1. El informe era de la UPCH, no era fabricado ni inventado, era real. Y aportaba información relevante desconocida por el público.
  2. La lectura de los datos allí consignados que hizo el doctor Bustamante era correcta y no, como dijeron muchos, errada.
  3. La vacuna de Wuhan, una de las que fue probada en el ensayo, no sirve para nada.
  4. La otra, la de Beijing, si sirve, pero es deficiente. Esta es la que ha comprado el Gobierno.

En suma, lo dicho en ese programa es cierto y muy útil para los peruanos, por dos razones:

La primera, porque de inmediato se debería suspender la adquisición de más vacunas chinas (38 millones según había anunciado el Gobierno), y buscar otros proveedores que ofrezcan vacunas más eficaces, como Pfizer, Moderna, Sputnik u otras. Está claro que la vacuna china no es la mejor -en verdad parece la peor de todas las que están en el mercado hasta hoy-, pero si la más cara. Eso redundará en beneficio de todos los peruanos que deberíamos tener acceso a vacunas de calidad, que realmente nos protejan de la infección.

La segunda, es que según el mismo protocolo mostrado por Ortiz y Bustamante, el Gobierno iba a comprar la vacuna luego que se terminara el estudio que se desarrollaba en el Perú -no existe otro comprobado independientemente en ninguna parte del mundo, salvo lo que dicen los mismos vendedores-, cosa que no ocurrió, pues la adquirieron sin que se haya completado el estudio de UPCH y UNMSM, que se recién se conocerá en varias semanas, según el propio Gobierno.

Finalmente, señalar que es una buena noticia que en la última encuesta de Datum un 65% sostenga que se vacunará y el mismo porcentaje esté de acuerdo en que los privados puedan importar vacunas. Lampadia




¡Qué mueran los ricos!

¡Qué mueran los ricos!

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

El absurdo argumento del presidente Francisco Sagasti vertido en una entrevista el domingo pasado, entrará a la antología de las canalladas dichas y hechas durante la pandemia, junto con la vacunación clandestina de Martín Vizcarra, y la de ministras y otros funcionarios del Gobierno de Sagasti.

Para negar la posibilidad de la importación de vacunas por empresas privadas sostuvo que por “equidad” no quería que el que tiene plata se vacune y que el que no tiene no lo haga. Un argumento usual de las izquierdas contra los privilegios de los ricos. En este caso, entran en la categoría de privilegiados, ricos, acaudalados, opulentos, millonarios, aquellos peruanos que pueden disponer de 35 soles para eventualmente administrarse una vacuna rusa Sputnik V que cuesta eso. O de 70 soles, para las dos dosis y quedar a salvo del virus.

Sin duda el académico Sagasti, un connotado intelectual de izquierda, acaba de establecer una nueva línea divisoria entre ricos y pobres, donde entran en la primera categoría todos aquellos que para salvar su vida están en condiciones de invertir 70 soles en una vacuna.

Naturalmente, todo esto es una quimera, pues el Gobierno se niega a autorizar el uso de la vacuna rusa en el Perú, vacuna que ya está acreditada en decenas de países y tiene una eficacia superior a la china que ha adquirido Sagasti en condiciones oscuras y cuestionables.

Es decir, los peruanos ricos, los que tienen más de 70 soles, no tienen la opción de vacunarse con la importación de vacunas por empresas privadas y tendrán que esperar -y seguir muriendo- mientras que la ineficiente gestión de Sagasti pueda traer más vacunas chinas y administrarlas con una lentitud e indolencia digna de un Gobierno de intelectuales de izquierda.

En realidad, la obstinada negativa de Sagasti a permitir que otros importen vacunas parece explicarse no solo por su ceguera ideológica sino también, como ha señalado Ernesto Bustamante, por corrupción.

Si empresas privadas -o gobierno regionales o municipales- pudieran traer vacunas a un precio menor que las que ha comprado el Gobierno, sería una evidencia que se ha estado pagando un sobreprecio que solo se explicaría por lo que muchos están sospechando ya.

Además, si las empresas privadas pudieran vacunar a sus trabajadores más rápido que la lentísima maquinaria estatal, también quedaría al descubierto su deficiente gestión.

Por lo demás, probablemente muchas empresas privadas estarían dispuestas a vacunar gratuitamente a sus trabajadores, lo que sería un golpe demoledor a las ideas populistas e izquierdistas de los actuales gobernantes y varios candidatos, que sostienen la teoría de la maldad intrínseca del capitalismo.

Así, mientras siguen muriendo peruanos que podrían vivir si Vizcarra y Sagasti hubieran comprado vacunas de calidad a tiempo -como hizo Chile-, estamos entrampados en discusiones absurdas sobre como no favorecer a aquellos ricos que pueden disponer de 70 soles. Lampadia 




Cuarentena mortal

Cuarentena mortal

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Un estudio efectuado en 12 ciudades del mundo con altos niveles de informalidad, ha demostrado que los más golpeados en el planeta por la brutal e ineficaz cuarentena que impuso el Gobierno de Martín Vizcarra, han sido los informales limeños. (Fernando Vivas, “Lima, la peor de todas”, “El Comercio 24/2/21).

La cuarentena feroz y larguísima que decretó Vizcarra, con el aplauso incondicional de la coalición que lo respaldaba, fue un fracaso total, porque no evitó la expansión del virus –el Perú tuvo el más alto índice de mortalidad del mundo- y arrojó al hambre y la miseria a millones de personas.

Peor aún, el Gobierno de Francisco Sagasti insiste con las recetas que han demostrado manifiestamente su fracaso.

El estudio que cita Vivas se realizó entre informales en ciudades como Accra, Bangkok, Dakar, Dar Es Salaam, Delhi y México, entre otras.

En Lima “el 63% dice haber experimentado hambre en su hogar. Esa cifra es la mayor de las 12 poblaciones (le siguen, bastante lejos, Delhi y Dakar, con 35%). Antes, hablábamos de anemia y desnutrición, ahora hablamos de hambre.”

Las cifras específicas lo explican: “Los ambulantes ganaban en promedio S/46, y luego de la pandemia, S/7. Las trabajadoras del hogar cayeron de S/52 a S/12; los canillitas de S/36 a S/16 y los recicladores de S/42 a S/4. Esa pérdida, para remate, le quita al informal el mínimo capital que necesita para comprar su mercadería.”

Y Vivas concluye “Qué poco humanos fuimos condenándolos al hambre cuando su actividad ni siquiera está entre las más contagiosas. Y seguimos relegándolos.”

En realidad, que poco humanos fueron Vizcarra y sus cómplices para aplicar una política que se sabía estaba destinada al fracaso.

No soy epidemiólogo ni experto, pero era obvio que eso iba a suceder si seguía con un confinamiento estricto. A dos semanas de iniciado, cuando el Gobierno anunció su continuación, escribí: “La pregunta es si se podrá detener su propagación con la prórroga de la cuarentena. Lamentablemente todo indica que no. (…) El coronavirus ya se ha diseminado en muchos lugares del país y con los precarios recursos del sistema de salud peruano no es posible detenerlo.”

“Por eso quizá lo más adecuado sea una solución intermedia, manteniendo todas las medidas de aislamiento social posibles que ya se están aplicando sin paralizar la economía. Por ejemplo, prohibir las aglomeraciones, partidos de fútbol, conciertos, etc. En suma, en las condiciones concretas del Perú, prolongar la cuarentena no detendrá al virus porque faltan las otras armas para frenarlo (rastreo de contactos, pruebas masivas, etc.).”

“Y no se trata, como erróneamente dicen algunos, de privilegiar la economía y las empresas sobre la salud. En el Perú, con dos tercios de población informal, no hay manera de que millones de personas, precisamente las de menores recursos, sobrevivan con el país paralizado.” (“Una estrategia intermedia”, “El Comercio”, 28 de marzo 2020).

Parafraseando a Vivas, que poco humanos son Sagasti y sus cómplices condenando al hambre a millones de peruanos. Lampadia




Peor que antes

Peor que antes

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Era difícil imaginar que pudiéramos caer más después del desastroso gobierno de Martín Vizcarra, pero Francisco Sagasti nos ha demostrado que sí nos podemos seguir despeñando por el abismo. La absurda cuarentena total que ha impuesto en Lima y varias regiones, y semi inmovilización en el resto del país tendrá efectos devastadores.

El punto es que esa medida no evitará la propagación del virus, como ocurrió el año pasado. Desde mediados de marzo, cuando la pandemia recién se iniciaba, se impuso la durísima cuarentena, aplaudida frenéticamente por la coalición vizcarrista, que arruinó la economía y arrojó al desempleo a millones de personas. El resultado fue que el Perú tuvo la mayor proporción de muertos por habitante en el mundo. Es decir, el peor de los escenarios.

Lo razonable era antes y es ahora, tomar medidas intermedias, impidiendo las aglomeraciones –y no propiciándolas como hizo Vizcarra y hace ahora Sagasti-, difundiendo medidas preventivas y mejorando la precaria situación de los establecimientos de salud del Estado.

Porque en un país con 70% de informalidad (que ahora debe ser más) es imposible establecer una cuarentena rígida que funcione adecuadamente.

La nueva cuarentena será un golpe demoledor para la maltrecha economía, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas y, por supuesto, para los millones de peruanos que viven al día. Muchos de los pequeños negocios que habían sobrevivido a duras penas y otros que se crearon en los últimos meses sufrirán un garrotazo mortal.

Mientras tanto, los ineptos que gobiernan son incapaces de traer las vacunas de China. Se han visto obligados a aceptar esta vez la ayuda de la empresa privada para traerlas, pero siguen resistiendo en otros ámbitos la participación privada.

La ideología izquierdista y estatista es aún más fuerte que sus propias necesidades políticas, porque es obvio que su desempeño mejoraría si accedieran a recibir la colaboración que se les ofrece.

Y, por supuesto, no es casualidad que todos los políticos izquierdistas clamen por una cuarentena total e indefinida.

Finalmente, si con Sagasti seguimos cayendo al abismo, es claro que si cualquiera de los varios candidatos izquierdistas triunfa en las elecciones, sumirá al Perú en una catástrofe de proporciones inimaginables. Ollanta Humala y Martín Vizcarra gobernaron un país todavía boyante, con una economía en crecimiento y lo dejaron peor de lo que lo encontraron. Esta vez, con una situación precaria, una economía en crisis, millones de desempleados y millones en pobreza extrema, déficit fiscal y deuda creciendo, no cabe duda que aplicarían las políticas populistas que ya están anunciando y nos hundirían en un hueco negro.

Hay que impedirlo. Lampadia




Por qué cae Sagasti

Por qué cae Sagasti

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Las recientes encuestas de Datum e Ipsos muestran una significativa caída en la aprobación del presidente Francisco Sagasti. En ambas la desaprobación supera claramente a la aceptación.

Según Ipsos el 47% desaprueba y el 34% aprueba. Su respaldo cayó 10 puntos y la desaprobación subió 12, es decir, las cosas se invirtieron en solo un mes.

De acuerdo a Datum la aprobación cayó a 40% (era 46%) y la desaprobación subió a 45% (era 27%). La situación de los ministros no es mejor.

Sin duda la deficiente gestión del Gobierno explica esta brusca caída, a pesar de anuncios sensacionales, celebrados casi unánimemente por los medios de comunicación, como la llegada de un millón de vacunas en enero, cosa que en realidad parece que no se concretará.

Algunos se preguntan por qué Martín Vizcarra mantuvo una alta popularidad hasta el final e incluso la conserva hoy, a pesar de todos los escándalos de corrupción en los que se vio involucrado y, sobre todo, a pesar de su pésima gestión que puso al Perú en los primeros lugares del mundo en cantidad de fallecidos por millón de habitantes, en caída del PBI y en desempleo.

Se alude al “efecto teflón”. Pero esa capacidad de resistir los desastres sin perder popularidad tiene explicación, y no está por supuesto, en los larguísimos y muchas veces insoportables monólogos del mediodía. En mi opinión eso se debe al fuerte respaldo que obtuvo con las medidas populistas el 2018 y el 2019.

Los ataques al Congreso, al sistema judicial y a los políticos lo catapultaron a insospechados y sólidos niveles de popularidad que se han mantenido, parcialmente, hasta ahora.

Medidas contraproducentes como la no reelección de congresistas y la ilegal clausura del Parlamento fueron celebradas con algarabía por la inmensa mayoría de la población.

El asalto a la fiscalía de la Nación y la destitución de Pedro Chávarry satanizado, en contubernio con la mayoría de medios, fue vitoreado con alborozo por las masas. La destrucción del corrupto Consejo Nacional de Magistratura –reemplazado por una sumisa Junta Nacional de Justicia- fue proclamada como un gran logro para reformar la justicia.

La persecución y encarcelamiento de magistrados y políticos supuestamente corruptos, operación manejada por fiscales, ONGs y estudios de abogados que coordinaban con el Gobierno, fue aclamado y ovacionado por la muchedumbre, azuzada siempre por los medios, sin importar que se mezclaba arbitrariamente a inocentes y culpables.

En suma, eso fue lo que le dio una consistente popularidad al inescrupuloso Vizcarra, que se deshizo de sus opositores políticos y de magistrados que podían investigarlo, al tiempo que satisfacía a la multitud que ansiaba ver como se quemaban a las víctimas en la hoguera.

Sagasti no ha hecho eso –probablemente no lo hará- y por tanto el público solo califica su mala gestión. Lampadia   




¿Cumplirá los objetivos el gobierno de transición?

¿Cumplirá los objetivos el gobierno de transición?

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Luego de un proceso raro, mediante el cual, quienes nunca fueron elegidos por la mayoría, se alzaron con el gobierno y el poder, la Presidencia de la República recayó en el congresista Francisco Sagasti. Esto lo menciono sólo para que tengamos claro el alcance y pretensiones que esta administración pudiera tener.

Efectivamente, el Sr. Sagasti, al asumir la presidencia mencionó tres objetivos para los ocho meses de gestión:

  1. Asegurar un proceso electoral limpio, en plazo y transparente.
  2. Enfrentar el proceso sanitario del COVID 19 de la mejor manera.
  3. Reactivar la economía nacional, tan golpeada producto de la pandemia y el pésimo manejo de la gestión de Vizcarra.

Debo resaltar que, dentro de los 130 congresistas, el Sr. Sagasti resultaba uno de los que mejor capacidad intelectual, preparación y calificaciones académicas exhibía. Del mismo modo, los tres objetivos que planteó, calzaban exactamente con lo que corresponde. En consecuencia y a pesar de todo el movimiento político previo a su designación, todos aceptamos el desenlace con la mejor disposición.

Lamentablemente, transcurrió muy poco tiempo para desdibujar el mensaje inicial.

Así, designó un gabinete progresista y monocorde, muy allegado al Partido Morado, el Ministro del Interior defenestró a 18 generales, sin causa ni motivo, en contra de la constitución y las leyes. Y, por si fuera poco, con gran soberbia, se aferró al error que le hicieron cometer, a pesar de las advertencias de “Tirios y Troyanos”. El desconcierto y agresión moral a la Policía Nacional, le va a pasar factura. Por lo pronto, ya los revoltosos olieron el miedo del gobierno y su indefensión, al punto que exigen cambio de leyes, a punta de bloqueo de carreteras y actos vandálicos, a los que este gobierno se somete.

Se observa un copamiento gradual de las diversas instancias de gobierno con gente del partido Morado y empieza la aparición del color morado en presentaciones oficiales de toda índole. Eso, ciertamente no habla de un manejo imparcial y adecuado de un proceso electoral. Esperemos se corrijan, caso contrario, el primer objetivo no se cumplirá.

Respecto al segundo objetivo, es importante mencionar que, ya se inició el proceso de vacunación en el primer mundo, que nuestros países vecinos han firmado acuerdos con distintos fabricantes de vacunas y ya tienen asegurada su atención en el primer semestre 2021, mientras tanto, en el Perú hemos perdido el tren, no hemos suscrito acuerdos con los fabricantes y lo más probable es que tengamos disponibilidad para el 2022, compitiendo sólo con Bolivia y Venezuela. Si seguimos así y a la luz del rebrote que se estará presentando luego del descontrol producto de las manifestaciones y protestas, el objetivo sanitario tampoco se estaría cumpliendo.

Finalmente, luego del pésimo comportamiento de nuestra economía durante el año 2020 (entre los peores del mundo), es razonable trabajar en una inmediata y vigorosa reactivación de la economía, pero desde el congreso nos están “torpedeando bajo la línea de flotación”, al ratificar el “retiro de fondos” de la ONP, al derogar la ley de promoción agraria que daba sustento al importante crecimiento de nuestra agroexportación y salir con una propuesta que destruiría esa actividad, no acelerar el destrabe de los dos proyectos de irrigación; Chavimochic III y Majes-Siguas II, no hacer fluir la reconstrucción con cambios en el norte e impedir la construcción de los proyectos mineros más maduros y como cereza en la torta, cinco bancadas en el congreso quieren dar pie a un referéndum para convocar a una asamblea constituyente para el 2021.

Ya las leyes sobre ONP, incorporación de trabajadores CAS al sector público como permanentes, destruir la agroexportación y poner trabas a la inversión minera, es suficiente para que no se pueda reactivar la economía al nivel requerido, por más que el MEF piense que su “Bala de Oro” para reactivar, es la inversión pública.  Pero la propuesta de una asamblea constituyente (no propuestas de modificaciones parciales), nos lleva a una absoluta incertidumbre, pues tal cambio lleva a la revisión de toda la legislación en todos los ámbitos de la actividad, deberes y derechos, condiciones y estabilidad de las inversiones, relación entre las instituciones, sólo por mencionar algunos efectos.

Bajo esas circunstancias, estaríamos provocando una paralización total de las inversiones, hasta tener una clara visión del Perú como país y como destino de inversiones, ya que, entre otras cosas, tienen la mirada puesta en los convenios de estabilidad jurídica, necesario para las inversiones de larga maduración. Ya las agencias clasificadoras de riesgo, aunque no han hecho reducción a nuestra clasificación, sí nos están poniendo bajo observación e indicando tendencia negativa y están advirtiendo que las ideas que hay sobre el tablero, no son buenas y que no ofrecen buen pronóstico. Si persistimos en eso, estaremos espantando las inversiones y estaremos asegurando, cuando menos, otro quinquenio perdido, con lo cual, el tercer objetivo propuesto, tampoco se cumpliría.

Pero, entre otras cosas, al margen de no estar trabajando adecuadamente los tres objetivos propuestos, ahora quieren reformar la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, como si un gobierno de transición tuviera el mandato y el tiempo suficiente para esa tarea.

¿Dios mío, qué pecado hemos cometido para que tengamos este Calvario? Lampadia




¿SAGASTI, el segundo Caballo de Troya?

¿SAGASTI, el segundo Caballo de Troya?

 

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

EL ESCENARIO

El Perú está sitiado. No solamente Lima y el gobierno. Todo el Perú está sitiado por el autoritarismo callejero que se empoderó desde las marchas destinadas a reinstaurar la Paz Caviar y colocar a Sagasti de presidente. Los puntos focales por ahora son Ica, Trujillo y la carretera central, para sitiar la capital. En los siguientes días sonará el paro en el Corredor Minero en Las Bambas, las nuevas amenazas contra los trenes a Machupicchu, el paro de micros colectivos en Lima y otros puntos de conflicto, sea cual fuere el pretexto local que los justifique.

EL AUTORITARISMO DE LA CALLE

El libreto autoritario latinoamericano tiene dos funciones. Una, la del autoritarismo desde el poder y otra, la del autoritarismo de la calle. El primero es el que se ejerce cuando se toma el poder, por las urnas o por la fuerza. El segundo es el que se ejerce para tomar el poder o ejercerlo, de facto. Castro, Pinochet, Stroessner, Velasco Alvarado anteriormente y en las últimas décadas, Fujimori, Chávez, Maduro y Ortega, son ejemplos del autoritarismo desde el poder, en distinta medida. Evo Morales es el ejemplo típico del autoritarismo callejero, el que consigue el poder con bloqueos, barricadas, corte de suministros, asalto a unidades de transporte, corte de combustible y el sitio de la capital. Lo hizo para llegar al poder, desde donde también protagonizó la otra función autoritaria y volvió a la calle cuando renunció y se tuvo que asilar en México.

LA SITUACION DE SAGASTI

En el Perú de hoy, Sagasti, con ingenuidad, complicidad o ignorancia de la lógica política latinoamericana, afirma que las protestas “están instigadas por grupos de poder para debilitar el gobierno de transición”. No sabe que él fue puesto por la calle y que la calle pide más.

Los “jóvenes” que se estrenaron en el arte de protestar se contentaron con deponer al elegido por el Congreso, los empresarios que apoyaron su llegada al poder se contentaron con sus modos burgueses, pero, a los profesionales de la calle, que estuvieron detrás de los desmanes del 14 N, eso no les basta. Vienen por más. Sólo los ignotos en política o sus cómplices pueden pensar que allí quedaba la cosa.  La calle puso a Sagasti para que abra la puerta, como lo hicieron con Vizcarra, el gran Caballo de Troya de la historia política peruana.

LA LOGICA DEL AUTORITARISMO DE LA CALLE

  • El autoritarismo de la calle no tiene comando único ( aunque sigue las mismas consignas),
  • no tiene un propósito único (cambiar la Constitución es uno de los objetivos, pero no es el único),
  • deja espacio a los actores locales (y a sus negocios políticos propios),
  • se sube a cuanto conflicto sectorial o regional exista (los utiliza, como usaron a Inti y Brian),
  • recibe jugoso auspicio internacional (desde los millones que llegaron para Ollanta),
  • aprovecha cuanto conflicto exista (salarial, empresaria o ambiental),
  • crea los que no existían y convive con el  extremismo violentista (por lo cual no lo condena nítidamente).

Su objetivo es debilitar el sistema democrático, agudizar contradicciones, generar caos. En esa tarea, si es necesario, van con calma, avanzan y retroceden. No tienen la angurria de los políticos de derecha, de centro o los caviares, que se matan por un fajín.

¿FRANCISCO SAGASTI EL SEGUNDO CABALLO DE TROYA?

Hasta ahora, Francisco Sagasti parece ser lo que muchos pensamos: el segundo Caballo de Troya. (Lampadia. 02 agosto de 2019. Vizcarra: Caballo de Troya). El encargado de abrir la puerta para que ingresen los enemigos del país. Solo así se explica que en menos de 15 días haya descabezado a la policía, haya roto la moral policial y luego se hayan desatado estas algaradas de protesta que una policía debilitada obviamente no puede controlar. Menos si la orden que él da es la de no tocar a los violentistas, que rompen vidrios de buses parados con mujeres y niños, ni con el pétalo de una rosa.

Sagasti tiene un solo encargo y parece estarlo cumpliendo muy bien: abrir la puerta.

¿ESTAREMOS EQUIVOCADOS?

Nuestra vanidad podría llevarnos a afirmar: lo veníamos diciendo. Esto iba a suceder. Sin embargo, la fe nos lleva a confiar en que podemos estar equivocados. Si es así, SAGASTI y su gobierno (y si la Primer Ministra no da la talla que de un paso al costado), debieran tomar medidas inmediatas:

  • Suspender toda mesa de diálogo en el país. No hay gobierno que pueda atender 10 o más frentes al mismo tiempo. Eso está en el ABC de la política.
  • Abrir un espacio inmediato de diálogo con los representantes legítimos de los reclamos salariales o gremiales, en el lugar que corresponde: la sede del Gobierno. Por turno e inmediatamente.
  • Otorgar un plazo de 24 horas para el levantamiento voluntario de los bloqueos de carreteras.
  • Disponer a la Procuraduría que vencido el plazo otorgado inicie acciones legales contra todos los autores materiales e intelectuales de estos actos.
  • Ampliar el Estado de Emergencia y otorgar el control de las zonas afectadas a las Fuerzas Armadas conforme lo manda el artículo 137° de la Constitución.
  • Reinstaurar el orden, la paz y el respeto a la ley y a la libertad de las personas.

SAGASTI tiene en sus manos el epitafio político que quiere que le coloquen en la historia. Ojalá escoja el correcto y no el que creemos que tiene. Lampadia




Los retos del Presidente Sagasti en el nuevo escenario político

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre los retos del presidente Sagasti en el nuevo escenario político.

Participan Daniella Delgado y Rodrigo Acha nuevos asociados de IIG, junto con Jaime de Althaus y Fernando Cillóniz.




Más importante que el diagnóstico es la continuidad

Más importante que el diagnóstico es la continuidad

 

Carlos Basombrío Iglesias
Para Lampadia

La anunciada Comisión de Bases para la Reforma Policial que deberá entregar un informe al gobierno del presidente Francisco Sagasti, dista mucho de significar algo novedoso en la historia del enfrentamiento a los problemas crónicos de la policía en el Perú. No quiero decir que por esto que me oponga a que exista y emita un informe, sino que lo que de allí surja como diagnóstico y alternativas, no va a ser muy diferente a lo que ya se sabe hasta la saciedad, son las alternativas para enfrentar los problemas policiales.

Obviamente no sólo en el Perú.

Los esfuerzos de reforma policial se han dado en todo el planeta, pero centrándonos en América Latina, se remontan al fin de las dictaduras militares en los años 80 y 90 del siglo pasado. En su origen estuvieron dirigidas a refundar doctrinariamente estas instituciones para que actúen en democracia; es decir replantear sus objetivos, para que se pongan al servicio de la población y no primariamente de la seguridad el Estado. Hubo casi en paralelo también esfuerzos de refundación de las policías como consecuencia de procesos de paz, al final de las guerras internas en Centroamérica, notoriamente en el Salvador, Guatemala y Nicaragua. 

Me atrevería a decir que en los últimos 40 años ha habido procesos de reformas de la policía, bajo diferentes circunstancias y modalidades, quizás en todos los países de la región, con la excepción de Cuba, en donde la permanencia un régimen dictatorial lo hace imposible.

Ha habido, además de los mencionados, múltiples esfuerzos en los estados de los tres grandes países federales, a saber, en México, Brasil y Argentina. También en países de policía única nacional en Colombia y Ecuador. Incluso antes que llegara Chávez al poder en Venezuela y prolongándose a unos pocos años después de su gobierno las hubo en Venezuela.

Podría seguir, pero me limito a señalar que el último gran esfuerzo de reforma policial en la región ha tenido lugar entre el 2017 y el 2019 en Honduras, la que ha cambiado significativamente a una de las policías más corruptas, más vinculadas al crimen organizado y más violadoras de derechos humanos de América Latina. Esta reforma enfrenta dificultades de consolidación e incluso de continuidad, al darse en el contexto de un gobierno de bajísima legitimidad interna y con gravísimas acusaciones de corrupción.

Por supuesto el Perú no es una excepción a las reformas y a sus dificultades.

Hasta dónde llega mi experiencia vital, una reforma fundamental fue la unificación en una sola policía nacional de las antiguas Guardia Civil, Policía de Investigaciones y Guardia Republicana. No sólo porque empezaron a superponer funciones innecesariamente por las pugnas que se daban entre ellas. Sino principalmente porque aún en medio de la violencia terrorista de Sendero Luminoso estas tensiones eran tan fuertes que terminaban en ocasiones en enfrentamientos armados en las calles. 34 años después de esa unificación todavía los jubilados de esas instituciones, principalmente de las dos primeras siguen odiándose y añorando volver a ser instituciones separadas. El problema no sólo está allí, sino que todavía quedan oficiales formados en esas instituciones (aunque ya solo generales y coroneles) que en la práctica anteponen su filiación original al de ser policías nacionales, generándose una serie de problemas.

Luego de la caída del fujimorismo se produjo otro esfuerzo de reforma policial. Esta vez por el gobierno de transición de Valentín Paniagua que durante la gestión de Alberto Ketín Vidal lanzó una comisión de bases de la reforma. Esa comisión se convirtió en un antecedente de la Comisión de Reestructuración de la Policía Nacional del año 2001 que al igual que ésta también convocó personalidades de la vida civil. Fue una experiencia muy intensa de consulta y diagnóstico en la que se hicieron audiencias en todo el país para escuchar a la población y a los policías; por separado, eso sí, oficiales y sub oficiales, estos últimos expresando en esas sesiones su profundo malestar por el maltrato que recibían de sus mandos y como la corrupción afectaba también su bienestar y condicionaba la suya.

Se avanzó en poner en práctica esa reforma durante las gestiones ministeriales de Fernando Rospigliosi y Gino Costa. Luego Alejandro Toledo en una mini crisis que enfrentó al ministro Costa con el entonces director de la Policía, optó por el segundo y canceló todo esfuerzo reforma.

Desde allí en adelante los cambios en las instituciones tuvieron más que ver con pases al retiro, que con procesos de transformación interna, cosa que sentamos retomar con fuerza durante el gobierno de PPK y algunos avances se produjeron.

Ya en el gobierno de Martín Vizcarra se abandonaron por completo y se volvió a la vieja práctica de poner a un policía retirado, para que se haga cargo y vea que es lo que pueda hacer. El problema no es que sea un policía retirado o un civil, sino que desde el poder político se abandona cualquier esfuerzo de contar con una estrategia de transformación y se deja lo que hay que hacer al albedrío de jefes policiales convertidos en ministros. Además, cada uno de ellos con ideas diferentes a lo que hay que hacer. Los cinco ministros del Interior del gobierno de Vizcarra salieron por diferentes escándalos. La época de Vizcarra fue a mi juicio nefasta en el objetivo de tener una policía que pueda readecuarse para luchar con eficacia contra la criminalidad común y organizada. Las consecuencias están a la vista.

En ese sentido la Comisión de bases no es ninguna novedad. Las líneas de acción para una reforma policial, más o menos se conocen aquí y en todos los países del mundo. Las dificultades no están en el contenido de las reformas, sino en la enorme dificultad que hay para darles continuidad.

Una vez le pregunté a Eduardo Serra Ex Secretario de Estado de Defensa de España que produjo la transformación del ejército franquista en un ejército moderno, eficiente subordinado a la democracia, cómo había logrado ese objetivo y me dijo: ningún misterio estuve siete años en el cargo y me sucedió mi viceministro otros siete con la misma agenda de cambios.

Acá pensar que un ministro del Interior pueda durar la mitad de eso es una utopía, pero no debiera serlo que los políticos entiendan que los reemplazos deben entrar dentro del marco de las mismas políticas y guiados por los mismos objetivos. Mientras ello no ocurra de poco servirán comisiones como la que viene, por más buena voluntad que se ponga para sacarlas adelante. Lampadia




El Acuerdo Nacional desestimó el cambio de Constitución

El Acuerdo Nacional desestimó el cambio de Constitución

EDITORIAL DE LAMPADIA

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En agosto del 2004, después de un amplio debate, el Acuerdo Nacional descartó el cambio de Constitución. Espero que hoy los peruanos tengamos la misma sensatez para descartar un debate constitucional y abocarnos a consolidar nuestro camino al desarrollo integral y sostenido.

Yo participé en ese debate por encargo de Confiep. Tuve el privilegio de debatir con importantes representantes de nuestra sociedad, como:

  • Valentín Paniagua Corazao, Ex Presidente de la República
  • Javier Alva Orlandini, Presidente del Tribunal Constitucional
  • Aurelio Pastor Valdivieso, Presidente de la Comisión del Congreso de la República
  • Henry Pease García, Ex Presidente de la Comisión de Constitución del Congreso de la República
  • Ernesto Blume Fortini, Miembro de la Comisión de Estudio de la Bases de la Reforma Constitucional del Perú conformada por el Gobierno de Transición del Presidente Valentín Paniagua
  • Pablo Bustamante

En la reunión, ninguno de los ponentes hizo una presentación, excepto el autor de esta nota. Ellos solo se limitaron a compartir sus reflexiones con el auditorio.

Yo presenté un Power Point, que adjunto al final de estas notas.

Mi presentación incluyó una breve descripción de la realidad peruana, y la propuesta de diseñar una estrategia de desarrollo integral (económico, social e institucional), en vez de abocarnos al diseño de una nueva Constitución.

Veamos unos pasajes de la presentación:

Ver la descripción de la realidad en el Power Point líneas abajo, la siguiente es la sétima lámina.

Hay metas que todos podemos compartir:

Necesitamos entender el desarrollo como algo integral en lo económico, lo social y lo institucional.

“Para eso Necesitamos una Estrategia de Desarrollo Integral:

Veamos el desarrollo como el devenir de una vía férrea, no se puede avanzar si ambas vías no van en paralelo.

El desarrollo de un país puede verse de la misma manera, no puede avanzarse en lo económico si en lo social nos atracamos y viceversa, no puede avanzarse en lo social si nos atracamos en lo económico.

En el Perú, cuando hemos enfatizado el desarrollo económico, descuidando lo social, produjimos malestar social y tensión política. Cuando enfatizamos el desarrollo social, ignorando los requerimientos económicos, terminamos creando déficit fiscal e hiperinflación. En ambos enfoques se frustró el desarrollo y reaccionábamos erradamente, cambiando hacia la estrategia contraria en un inútil movimiento pendular.

Veamos que podemos hacer si a lo largo del riel izquierdo vemos el Desarrollo Económico y a lo largo del riel derecho el Desarrollo Social. Pero no olvidemos que ambos requieren bases sólidas, los durmientes o el Desarrollo Institucional”.

Sobre esta base, pregunté: ¿Cuál debe ser la Agenda Nacional?

“No queremos más de lo mismo

A lo largo de esta presentación me he permitido mostrar con crudeza, nuestra Realidad Nacional y plantear una agenda más amplia que la constitucional, la Agenda del Desarrollo. También he tratado de ilustrar cómo podríamos emprender el Desarrollo Económico, Social e Institucional de manera balanceada, convocante, estable y compatible con nuestras capacidades y con el mundo de hoy.

Ahora permítanme referirme brevemente al debate constitucional”.

“El Debate indispensable es sobre nuestra Estrategia de Desarrollo

No me toca a mí entrar en mayores detalles sobre otros temas más específicos de aspectos jurídicos y constitucionales. En lo esencial la Constitución del 93 es suficientemente buena como base del desarrollo económico y social. Lo que nos falta es aprender a tener éxito en el logro del bienestar de nuestra población, no en las etiquetas, ni en los slogans, sino en la realidad de cada día, la de la calle, como la ve el ciudadano común”.

“Acá estamos debatiendo si debemos convocar o no a una Asamblea Constituyente.

Insisto, el tema es otro, lo importante es nuestra Agenda de Desarrollo. Por ejemplo, en Colombia, el presidente Uribe invita periódicamente a los partidos políticos, a los empresarios, gremios laborales, académicos e intelectuales a las Tertulias del Desarrollo, donde discuten como hacer para que Colombia pueda crecer sostenidamente por encima del 5% anual.

Estoy seguro que nuestros ciudadanos reaccionarían muy favorablemente si vieran a nuestra clase política y a nuestra clase dirigente debatir sobre cómo crecer, cómo desarrollarnos, cómo derrotar la extrema pobreza, cómo promover la inversión, cómo generar empleo y cómo retener a nuestros hijos en el Perú, ofreciéndoles el futuro digno, que todos ellos merecen.

¡Asumamos el Reto del Desarrollo!

¡Es la demanda de Nuestros Hijos!”

El artículo presentado líneas arriba describe la esencia del pensamiento nacional, en cabeza de diversos personajes de nuestra historia reciente. Entonces, el Acuerdo Nacional, con sus figuras más representativas, empezando por el ínclito don Valentín Paniagua, no vio conveniente abrir un proceso constitucional.

El 2004 el secretario del acuerdo era Rafael Roncagliolo, y su actual secretario, Max Hernández, era miembro de su Consejo Consultivo. El presidente de la República era Alejandro Toledo y el presidente del Congreso, Carlos Ferrero Costa, (que me parece recordar que también participó en el debate de agosto del 2004)

Esperemos que ahora, como entonces, los peruanos no nos dejemos confundir por agendas políticas partidistas, ni reacciones impetuosas alejadas del interés general. Como dice el presidente Francisco Sagasti, hay otros temas que atender. Lampadia  

Enlace al Power Point:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/200a3-acuerdo-nacional.pdf




Análisis de la situación política

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En el medio de la pandemia y una crisis social y económica de proporciones dramáticas, nos tiramos de cabeza hacia una crisis política extrema.

En sus orígenes, esta crisis viene del desentendimiento del gobierno de PPK con el Congreso dominado por Keiko Fujimori.

Ambos cometieron errores graves, pero PPK, por su edad y cargo, tiene más responsabilidad. Incluso, antes de asumir el gobierno, se dio el lujo de no recibir a Luis Bedoya Reyes, que llevaba un mensaje de Keiko Fujimori para buscar la convergencia.

La caída de PPK fue propiciada por Vizcarra en un acto de traición.

La estrategia de Vizcarra fue la confrontación con el Congreso y el sector privado.

Forzó un referéndum desencaminado, nos dejó sin senado y sin reelección.

Cerró inconstitucionalmente el Congreso.

Siguió confrontando con el nuevo Congreso.

Se ganó la vacancia, siendo inconveniente en mi opinión.

Se portó muy mal en la crisis de la vacancia promoviendo el caos.

La vacancia era constitucional.

Nos hemos desecho de un presidente traidor, mentiroso y corrupto.

Las protestas, que no tuvieron nada de pacíficas, fueron promovidas por:

  • Políticos como Guzmán, Humala, Forsyth y Vizcarra
  • Periodistas como Rosa María Palacios, Álvarez Rodrich, Juan Infante
  • Medios de comunicación como Canal N, RPP, Latina, El Comercio, Perú21 y la República

Merino y su gabinete no reaccionaron, se quedaron sorprendidos y paralizados.

La elección de Francisco Sagasti fue traumática. Primero propuso se reinstale en el gobierno a Vizcarra. Luego propició la candidatura de Rocío Silva Santisteban a la presidencia del Perú. Una barbaridad. Esa lista perdió gracias a la indisciplina política de los congresistas, que, gracias a Dios, votaron en contra.

Finalmente, postuló a la presidencia, llevando a Mirta Vásquez a la presidencia del Congreso. Ella es abogada de Grufides (la ONG del ex cura Arana que es subvencionada desde el exterior para parar la minería en el Perú). Congresista por el Frente Amplio, anti minero, anti inversión privada, pos-extractivista. Un muy grave error.

Buen discurso de investidura de Francisco Sagasti

Con aire fresco y un gran nivel intelectual, Francisco Sagasti dio un muy buen discurso. En 30 minutos ha podido recorrer la situación nacional y los retos de su gestión, sin una sola palabra de confrontación.

Remarcó la importancia del manejo limpio de las elecciones generales, la superación de la pandemia, la necesidad de preservar la estabilidad económica y fiscal, la seguridad nacional y la necesidad de recuperar la confianza y la esperanza de los peruanos.

Sin lugar a dudas, su discurso ha sido muy superior a todos los presentados por Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra, haciendo gala de su formación y experiencia.

Pero desperdició una gran oportunidad

Pero lamentablemente, Sagasti desperdició una excelente oportunidad para enfatizar la importancia de la inversión privada y el crecimiento económico para recuperar la salud del país, el empleo y los recursos fiscales.

Esto era especialmente importante para educar a los congresistas, a las autoridades regionales y locales, a los medios de comunicación y a los ciudadanos, que muchas veces vienen frenando inversiones a lo largo y ancho del país, por falta de visión y perspectiva de desarrollo.

¿Contendrá el populismo congresal?

Hizo una inteligente y suave invocación al Congreso a no aprobar leyes que afectarán el equilibrio fiscal. Pero lo dijo de una manera muy diplomática.

Otro error de Sagasti es que anunció que buscaría el equilibrio entre la salud y la economía. Cayó en esa falsa dicotomía que turbó al gobierno de Vizcarra.

El gabinete que elija Sagasti es muy importante para recuperar la confianza, enfrentar la pandemia y reconstruir la economía.

Para recuperar la confianza el gabinete debe tener capacidades ejecutorias más que discursivas.

En lo sanitario debe sincerar la información sobre afectados y muertos, debe decretar el uso de las pruebas moleculares, y debe desarrollar la estrategia de identificación y seguimiento de afectados.

Para reconstruir la economía debe promover la inversión privada, mejorar los protocolos, y facilitar los trámites para invertir. Debe flexibilizar el empleo temporal. Apoyar la ejecución de los proyectos de irrigaciones y proyectos mineros.

No es una tarea fácil. No puede equivocarse.

 

Enrique Ghersi

Por su lado Ghersi destacó:

Vivimos una circunstancia compleja.

La elección del 2016 fue fallida, los que pasaron a la segunda vuelta no se entendieron.

Keiko Fujimori, al destruir a PPK, se destruyó a sí misma.

Luego Vizcarra promueve la salida de PPK, que renuncia. Pero Vizcarra termina mal, encausado y con impedimento de salida del país.

En estas condiciones se cayó su reincorporación, va a terminar preso, el fiscal presentó un requerimiento de 705 páginas. Una acumulación formidable de indicios. En cualquier momento termina con prisión preventiva, como ya sucedió en otros casos.

Es muy peligroso ser presidente.

El Parlamento originó una crisis de legitimidad. Seguramente Olaechea no lo hubiera hecho igual.

Vizcarra cometió el error de no tener lista congresal. Seguramente hubiera sacado una mayoría. Se suicidó.

Apostó a los morados, pero el fuego los debilitó.

El Congreso actual es hostil, dispar, son unos gremlins.

No pueden construir, están listos para destruir.

Hay inseguridad política, todo es precario. Su opción será la peor posible, por su composición.

Las elecciones están muy abiertas.

Hoy hay un nuevo jugador: La Calle.

Ver el Video: