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Exploración Minera: sí, pero no

Exploración Minera: sí, pero no

Álvaro Díaz Castro
Abogado en Derecho de la Empresa y Minero
Para Lampadia

A veces no es cuestión de tener ideas nuevas, sino de dejar de tener ideas antiguas” Edwin H. Land

Hay consenso en el sentido que la exploración minera formal tiene importancia gravitante para asegurar el crecimiento del sector y del país, a la par que se van consolidando los sectores industriales, de servicios, turísticos, agrarios, innovación y pesqueros. De igual forma, estamos de acuerdo con que todas las actividades productivas y de servicios deben ser social y ambientalmente responsables. También se sabe que de cada 1000 depósitos con presencia de mineral, 100 se convierten en prospecto minero, 10 se convierten en proyectos mineros y uno se convierte en mina (Ing. Henry Luna C. -hoy Presidente de INGEMMET- – Lampadia 25 de mayo 2015). Son, sin la menor duda, emprendimientos de altísimo riesgo de inversión.

Si se halló ese uno en mil, lograr poner en operación una mina tiene su propia historia que requeriría no otro artículo sino algunos libros, para explicar los cientos de permisos requeridos para ello.

Volvamos a la exploración minera formal; es una labor de alto riesgo, costosa, temporal y bajo impacto ambiental y social, muy localizada (poca área) y controlada. No utiliza ni genera extraños reactivos o materiales peligrosos, excepto algunos comunes como combustible o bentonita (especie de cemento sellador).  Emplea equipos de perforación, palas, picos, depósitos impermeabilizados, camionetas, carpas y cocinitas portátiles. Claro que esto, más la mano de obra, permisos y logística, demanda algunos millones de dólares en inversión por cada exploración.

Y cuesta más porque, aun cuando es de mínimo impacto ambiental y de bajo riesgo en términos de seguridad, los gobiernos (en especial el del anterior quinquenio) han venido imponiendo trámites y requisitos complicados, además de plazos reales interminables para cada paso administrativo, solicitando también opiniones de aquí, de allá y de más allá, en una vorágine de desconcierto total. Por ejemplo, en alguno de esos momentos, querían que se presente una constancia de Registros Públicos, sin reparar que esta entidad no estaba facultada para emitirla (pero alguien pensó que era buena idea). Se tuvo que convencer a Registros Públicos para que diera algún tipo de certificación para satisfacer al burócrata que hacía tal requerimiento impulsado por “consultores-tramitólogos” o algún promotor del empleo en tramitomanía.

La realidad es la que señala Miguel Cardozo – CEO de Altura Minerals Usted no puede pedir que un inversionista venga aquí y tenga que pasarse dos años para obtener un permiso y perforar…”; agrega Eugenio Ferrari presidente de la pasada proEXPLO Hubo una secuencia de cambios y contracambios que se dieron en los últimos 10 años, que lamentablemente no ayudaron a que la exploración se dinamice…” (diario Gestión del 31 de mayo 2017).

Pero, si se logra iniciar la labor de exploración es necesario buscar un equivalente al libro de álgebra de Baldor frente a problemas antitécnicos o imprecisiones que aparecerán. No hay tablita de respuestas correctas al final del libro. Solo queda el persignarse y contar con ingenieros, abogados y técnicos que ayuden a salir de este” leguleyesco” laberinto: nosotros hemos sentido que la legislación de exploraciones no ha tenido relación con la realidad de las exploraciones…. La regulación actual es muy inflexible, muy restrictiva y toma mucho tiempo declaró Luis Marchese – presidente de la SNMPE.

Pongamos un ejemplo de la extraña forma de promocionar las inversiones en exploraciones: el Impuesto General a las Ventas (IGV) tiene la característica de que se aplica con el “efecto cascada”; es decir, uno paga el IGV al proveedor de bienes o servicios (a quien se le compra algo); este IGV pagado es un crédito fiscal a deducirse del IGV que a la empresa le paguen por los bienes que venda (la fórmula sería: IGV cobrado en la venta menos IGV pagado en las compras). Resulta, sin embargo, que en exploraciones sólo se compra y nada se vende.   Recién se venderá cuando el yacimiento se construya como mina y opere; recordemos, será sólo un caso de cada cien proyectos de exploración.

En todos los casos existe un crédito fiscal (dinero inmovilizado) que no se puede usar.   Para ello, se habilitó la devolución definitiva del IGV. Más que un beneficio es una equidad tributaria. 

El único tema es que para poder aplicar a la aprobación de dicha devolución uno debe tener el estudio de factibilidad de la exploración hecho y presentarlo, pero no podrá hacer valer ninguna compra efectuada para el proyecto de exploración hasta que no se apruebe el contrato de inversión correspondiente (por el cual autorizan la devolución definitiva del IGV). Este trámite dura algunos meses, tiempo en el cual es muy probable que el proyecto se ejecutó y cerró (recordemos que los proyectos de exploración son temporales). Por tanto, carece de objeto tener el contrato de inversión aprobado a destiempo. Cierto es que permiten se traslade a otra fase del proyecto y otro proyecto, pero quién sabe si habrá otra fase o proyecto, lo que no habrá es recuperación del IGV.  

Tal supuesta facilidad, que no es sino un acto de trato justo con el IGV, no resulta tan eficiente como se indica en los manuales para atraer la inversión minera al Perú.

Pero con todas sus deficiencias, ahora, tampoco existe. La comisión de economía del Congreso, haciendo gala de las mejores prácticas taurómaticas “chichuelinas” y “verónicas”, dice que ha concluido la posibilidad de este régimen de devolución del IGV, porque ningún ministerio lo sustentó como ellos desean, pese a tener clara conciencia de la importancia y trascendencia del tema, simplemente no saben / no opinan y dejan que, aunque hago daño al futuro del país, allí termina la vigencia de la norma. Actualmente se está tratando de revivir la norma, pero nadie puede ver con claridad el futuro de tal paciente.

Por supuesto, en el corto plazo, la larga fila de proveedores y trabajadores formales vinculados a las exploraciones serán directamente afectados con la muy probable reducción de estos proyectos. En el mediano y largo plazo, no habrá más proyectos nuevos que impulsen la economía formal peruana.

Nuestro vecino del norte, Ecuador, se ha puesto como objetivo más que duplicar la actividad minera al 2021, para ello lo primero que ha determinado, entre otras medidas, es la devolución del IGV.  Chile ha proyectado que recibirán inversiones mineras por más de 65 mil millones de dólares.

Recordemos que, al 2011, sólo el 0.28% del territorio peruano se había explorado y sólo se había explotado 0.82% de las reservas minerales, es decir, los rangos de producción son mínimos (Guía de negocios e inversión en el Perú 2014/2015 – Ministerio de Relaciones Exteriores/EY/Proinversión – pág.71), y lo más probable es que con las políticas y normativa existentes no cambié mucho el panorama.

Sin embargo, el crecimiento del PBI peruano en los últimos 20 años ha sido el mayor de América Latina con un 151.1% y con una de las más bajas inflaciones (Paulo Pantigoso – El Comercio 01 diciembre 2018). La actividad minera es la que explica gran parte de estos buenos 20 años y puede sustentar muchos años más si se dejara de trabarla. En realidad, en Perú, nunca ha habido un “boom minero”, de haberlo habido estaríamos produciendo y exportando no menos que Chile que nos duplica, por ejemplo, en exportación de cobre.

Siempre me ha dejado esa sensación de que la ubicación a media tabla de Perú en el Índice Fraser (que mide la competitividad de los países/estados mineros en el mundo) es el resultado del discurso de un Estado, gobierno tras gobierno, diciendo “sí; pero no”. Lampadia




Gobierno y Congreso paran las exploraciones

Gobierno y Congreso paran las exploraciones

Recientemente, la Comisión de Economía del Congreso aprobó la exclusión de la devolución del IGV y del Impuesto de Promoción Municipal a las actividades de exploración mineras y de hidrocarburos, a partir de 2019.

Según diversas fuentes del Poder Legislativo, la aprobación de esta ley se da como consecuencia de un desinterés por parte del Ministerio de Economía (MEF) y del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) para sustentar una posición a favor de la prórroga de la devolución de estos impuestos, con argumentos económicos sólidos.

El desinterés mostrado por parte de las entidades competentes del Ejecutivo en este tema no se explica si consideramos que esta medida no hace más que vilipendiar y castigar la inversión de dos sectores de la economía peruana, en particular, la minería, que es uno de los pilares de nuestro modelo de desarrollo actual [Ver en Lampadia: El sorprendente valor agregado de la minería].

Esta medida es muy alarmante por su impacto en el crecimiento futuro del país. Entendemos que se ha producido porque el Perú ha perdido la línea de gobernanza, y hoy nos debatimos en una enajenante confusión de la pequeña política.

Tal como indicó recientemente Carlos Gálvez, ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), en Gestión, la actividad de exploración tanto en minería como en hidrocarburos es de alto riesgo y por ende, no correspondería gravársele con el IGV en caso no se encontrara recurso natural alguno.

Sin embargo, ahora que ya no existirá la devolución de este impuesto, es altamente probable que muchas de estas inversiones en exploración, por su naturaleza riesgosa, ya no sean rentables y por ende la medida resulte ser un fuerte desincentivo a la actividad exploratoria de ambos sectores. Máxime, si los países que compiten con nosotros por inversiones mineras y petroleras, si lo hacen.

Esto se agrava aún más si consideramos que la exploración es aquella fase de la actividad que permite el descubrimiento de nuevos pozos petrolíferos o minas, y por ende, la formulación de nuevos proyectos y la expansión de nuestro potencial minero y de hidrocarburos.

Pero más importante aún, esta medida nos quita competitividad global ya que otros países mineros como Canadá, Chile y Australia, cuentan con este beneficio tributario e inclusive están realizando avances en torno a este. Por ejemplo, recientemente el Gobierno de Chile, en el marco de su reforma de tributaria, ha propuesto un proyecto de ley en el que plantea una reducción del plazo para recuperar el IVA -homólogo del IGV en Perú- por inversiones realizadas en activo fijo, de 6 meses a 2 meses y una reducción del plazo de respuesta de 60 a 5 días. Este tipo de medidas que buscan incentivar el crecimiento, el emprendimiento, la inversión, el ahorro, y el empleo en múltiples sectores productivos es hacia donde debemos dirigir nuestras políticas públicas.

En esta línea, este proyecto de ley no otorga certeza jurídica y ni da predictibilidad hacia los inversionistas de ambos sectores, quienes ya han comprometido enormes recursos para el año entrante. Esperemos que pueda ser observado a la brevedad posible para el bien de todos los peruanos, cuyas familias sustentan sus ingresos, directa o indirectamente, de estas actividades económicas.

Líneas abajo compartimos la nota al respecto de Gestión. Lampadia

DESDE EL 2019
El Estado ya no devolvería el IGV a la exploración minera y de hidrocarburos

El presidente de la Comisión de Economía, Carlos Bruce, dijo que esta decisión se tomó porque el MEF y el MEM no sustentaron los beneficios de la devolución de IGV a estas actividades.

Javier Prialé
Gestión
6 de diciembre de 2018

Luego de 16 años, las actividades de exploración minera y de hidrocarburos dejarían de tener el beneficio tributario de devolución del Impuesto General a las Ventas (IGV) y el Impuesto de Promoción Municipal.

Esto porque la Comisión de Economía del Congreso aprobó un proyecto de ley en el cual se excluye a estas dos actividades de la devolución de ambos tributos.

Si bien la propuesta original planteaba prorrogar la vigencia de este beneficio tributario tanto para exploración minera como la de hidrocarburos hasta el 31 de diciembre del 2021 –pues vence el 31 de diciembre de este año– durante el debate hubo oposición a que esto se dé.

El presidente la Comisión de Economía, Carlos Bruce, explicó que la razón principal para la oposición de los parlamentarios para ampliar la devolución del IGV a estas actividades es que no se tuvo la sustentación adecuada de los beneficios de esta medida por parte de los ministerios de Economía y Finanzas y de Energía y Minas.

Afirmó que estos debieron enviar una evaluación de los impactos de la medida. “Si esa evaluación no está hecha, el Congreso no puede actuar de manera autómata renovando por renovar”, dijo a Gestión.

En el predictamen elaborado por la comisión se precisa que se pidió opinión al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre el mencionado proyecto de ley y la respuesta fue que no se formulaban observaciones.

“No solo es opinar diciendo no tengo ningún inconveniente. Eso no es ninguna respuesta”, afirmó Bruce.

Fuentes del sector empresarial aseguraron que con esta decisión del Congreso se estaría “matando” la exploración en el país.

Responsabilidad del MEF
El ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes, se pronunció sobre esta decisión del Parlamento y dijo que es un tema que lo está viendo el MEF, ya que es su competencia.

Sin embargo, consideró que sí es necesario que las actividades de exploración minera y de hidrocarburos tengan un régimen de devolución de impuestos, ya que se trata de una inversión de riesgo y una medida de este tipo permitirá para mantener la competitividad del sector frente a otros países.

“Cuando se hace una inversión de riesgo lo que se le debe permitir a la empresa minera que explora es recuperar el IGV que es un crédito fiscal, como lo recupera cualquier empresa que opera en nuestro país”, afirmó.

Se incrementa el riesgo
Para el expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos Gálvez, el quitarle el beneficio de devolución de IGV a la exploración minera y de hidrocarburos le incrementa el riesgo a estas actividades.

“El IGV es un impuesto al valor agregado, es decir, se tiene que agregar valor para que exista el impuesto. Si uno explora y encuentra nada ¿qué valor se agregó? Están incrementando el costo del fondo que está poniendo a riesgo en la exploración, que es riesgo puro. Lo que va a traer como consecuencia es una reducción de la actividad exploratoria”, precisó.

AMPLIACIÓN DE LA VIGENCIA

Alimentos y transporte seguirían exonerados de IGV hasta el año 2021
La Comisión de Economía incluyó en su decisión ampliar la exoneración del IGV hasta el 2021 para los productos incluidos en los apéndices I y II del Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo, dentro de los cuales se encuentran los alimentos, el transporte, la primera venta de inmuebles, entre otros. Igualmente, se aprobó la prórroga de la devolución de impuestos que gravan las adquisiciones con donaciones del exterior e importaciones de misiones diplomáticas y otros, así como la emisión de dinero electrónico efectuada por las empresas emisoras. En ambos casos también hasta el 2021.

Todos estos cambios tributarios iban a ser debatidos ayer por el pleno del Congreso, pero se levantó la sesión y no se llegó a discutir. Si no se aprueban, los productos pagarán IGV desde el 1 de enero del 2019.

La comisión se manifestó en contra de derogar el ISC a casinos y tragamonedas.

NÚMERO CLAVE
13%
cayó la exploración minera hasta octubre 13%
Entre enero y octubre la inversión en exploración minera sumó US$ 327 millones y representó el 8.8% del total del sector.

EL DATO
Devolución. De acuerdo con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM), para el 2019 se estimó que se devolvería por IGV a la exploración en hidrocarburos unos S/ 28.7 millones y en minería llegaría a S/ 44.8 millones. Estos montos quedarían en el Estado.

OPINIÓN
Medida va en contra de la competitividad

Pablo de la Flor
Gerente General de la SNMPE
La no renovación de este tratamiento tributario va a tener una incidencia sumamente negativa sobre las inversiones en la exploración minera y de hidrocarburos. Nosotros necesitamos reactivar estas inversiones, sobre todo en el caso concreto del sector hidrocarburos, porque sin ello no será posible incrementar la producción, de allí la gran importancia que tiene mantener las reglas de juego y no cambiarlas como estaría ocurriendo a consecuencia de esta decisión del Congreso. En el caso del sector minero, si bien hubo un incremento en la inversión en exploración en los últimos dos años, este año hubo un pequeño retroceso. Pero un cambio de reglas resulta sumamente adverso para estos flujos de inversión. Esta decisión nos hace mucho menos competitivos. Este beneficio tributario lo tienen Canadá, Chile y Australia. Estamos yendo contra la corriente. Es un total contrasentido. Lampadia




La minería y la industria del conocimiento

La minería y la industria del conocimiento

Carlos Gálvez Pinillos, Ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE)
Para Lampadia

La industria minera se desarrolla por lo general en zonas rurales y remotas, altitudes no propicias para otras actividades económicas y donde normalmente no llega el Estado. Estas condiciones hacen que una exploración minera y el desarrollo del proyecto consecuente deban enfrentar múltiples desafíos.

Son precisamente estas necesidades y desafíos los que impulsan el desarrollo de soluciones científicas e innovación tecnológica. Este es el punto de encuentro de la industria extractiva y la del conocimiento que, como sabemos, no es solo un tema de geología, minería y metalurgia, sino que cubre necesidades diversas: brindar soluciones agrícolas, ganaderas y de piscicultura para generar oportunidades a las comunidades en las que nos insertamos; mejoras en las condiciones de salud, planeamiento de desarrollo de poblados que cuenten con adecuadas vías de acceso, agua de calidad, energía, educación, entre otros aspectos.

Como vemos, el desarrollo armónico e integrado de un proyecto minero con la población que lo acoge es fundamental, de ahí la importancia de convocar a la academia y a los profesionales jóvenes a estudiar y plantear soluciones de 360 grados sobre estos desafíos.

Arquímedes decía: “denme un punto de apoyo y una palanca y moveré el mundo”. Nosotros creemos que la industria minera, con sus múltiples desafíos, brinda el punto de apoyo; y su capacidad económica es la gran palanca para movernos en la industria del conocimiento, que es la que mayor valor agregará hacia el futuro.

Los altos estándares aplicados en la industria minera desde la seguridad, uso de agua, operatividad eficiente y relacionamiento saludable con la naturaleza y la comunidad, nos permite desarrollar soluciones que luego son escalables a otras industrias y actividades humanas cotidianas. Esa característica permite ampliar su mercado de manera casi infinita y es la mirada de quienes, haciendo minería, queremos insertar a nuestro país en la era del conocimiento del siglo XXI, como un salto disruptivo que no necesariamente pasa por la industria de transformación, que para competir con China u otros, con plantas robotizadas, requiere de multimillonarias inversiones.

Un elemento fundamental es la gran disposición de las empresas a compartir sus desafíos -acompañando data real (cosa que pocas veces ocurre)- y hacer seguimiento del planteamiento y desarrollo de los proyectos, pues en esto hay un interés propio que los impulsa a apoyar con genuino interés el trabajo que, desde “fuera de la caja” se pueda desarrollar.

Nuestros millones de cerebros jóvenes y en proceso de formación profesional son el gran activo peruano y apostamos por estimularlos, haciendo de nuestra industria una gran oportunidad y fuente de inspiración. Pocas veces los estudiantes y jóvenes profesionales piensan en la industria minera como un terreno interesante para su propio desarrollo profesional, pues lo ven como una actividad exclusiva y excluyente para profesionales de ciencias de la tierra, minas y metalurgia. Mientras tanto, nosotros creemos que la naturaleza de nuestra industria nos abre un espectro muy amplio para el desarrollo de ideas y proyectos.

Un ejemplo sencillo es el caso del agua:

  • Unos piensan solo en su captación, pero pocos en su utilización eficiente
  • Su manejo regulado y estable
  • Su reutilización permanente en procesos industriales y mineros
  • Su ahorro en uso doméstico
  • En el mejor uso alternativo en el agro
  • En las opciones de proyectos complementarios agro-energéticos
  • Monitoreo de calidad de agua
  • En prevención de catástrofes por huaycos y proyectos para evitar estas catástrofes periódicas
  • En proyectos para evitar la contaminación de agua turbinada por centrales hidroeléctricas en su paso por zonas urbanas (cuenca del Rímac y otras) que obligan después a un sobrecosto de limpieza, filtrado y potabilización de ella
  • Muy pocos se enfocan también en el tratamiento de aguas residuales para irrigar nuestros desiertos y evitar por todos los medios que los desagües se viertan al mar (más barato es tratar aguas residuales que desalinizar agua de mar)
  • De igual manera, en cómo actuar durante grandes avenidas de agua y cómo remediar las catástrofes por huaycos
  • Este esfuerzo demanda también de comunicadores que, conociendo estos desafíos y sus soluciones, puedan comunicarlos adecuadamente y romper mitos en las lenguas nativas

Solo en ese tema tenemos una inmensidad de desafíos para múltiples profesiones; hidrólogos, biólogos, ingenieros civiles, arquitectos, ingenieros electricistas, electrónicos, mecánicos, de sistemas de control y de comunicaciones, sociólogas y humanistas entre muchos. Los profesionales de diversas carreras y especialidades tienen tanto que aportar que, no trabajar en esa línea sería una gran pérdida de oportunidades.

Conscientes de la necesidad de involucrar a los jóvenes a nuestra industria y fomentar la innovación, estamos desarrollando, como parte de las actividades del “Rumbo a PERUMIN 34”, cuatro “Hackatones” y TICARs (eventos de tecnología de información, comunicación, automatización y robótica), que permitan encaminar esta iniciativa mediante soluciones a desafíos reales de las empresas. A su vez, brindar orientación a los jóvenes, desde “coaching” especializado, que les permita “aterrizar” sus proyectos, proporcionando, además, incentivos económicos que hagan que este proceso sea atractivo.

Ya en el Perú contamos con varias “incubadoras” de proyectos y queremos que las mejores propuestas puedan ser presentados en la Cumbre Minera ante las principales compañías exploradoras, operadoras y proveedores mineros, que bien podrían acogerlos como socios, comprometerlos como equipo desarrollador o comprarles las iniciativas.

El PERUMIN es uno de los eventos mineros más importantes del mundo y es una excelente vitrina para ellos. Lampadia




Volvamos a prender el motor de la economía

Volvamos a prender el motor de la economía

Hace pocos días publicamos nuestra nota: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión), en la que advertimos que,  lamentablemente, la economía peruana estaba bajando su ritmo de crecimiento. Tal situación se debe en gran medida a que la inversión privada (que entre el 2010 y el 2012 se expandía a tasas que superaban el 15% anual), en el 2013 creció apenas 3.9% y el último trimestre de dicho año, se incrementó un raquítico 0.5%. 

Sobre las razones de este “frenazo” se ha escrito varias veces. Para entenderlo, no pueden dejar de mencionarse: la pérdida de confianza en el futuro de la economía, tanto por las fuerzas externas, como las internas. En los últimos tiempos se ha producido un desorden interno casi generalizado. Al ciudadano de a pie y al inversionista, le resulta difícil saber hacia dónde vamos. Es indudable que la disminución del precio de los commodities, ha jugado un rol muy importante, pero tenemos que reconocer, que cuando todavía no habían bajado se desató una campaña anti-minera, que detuvo una serie de proyectos.

Peor aún, el primer gabinete del Presidente Ollanta Humala, presidido por Salomón Lerner Ghitis, “oficializó” el discurso anti-minero. Manejó muy mal el proyecto de Conga, que tenía en regla todos los requisitos legales y sociales, dejando tomar la iniciativa revoltosa a un presidente regional que tiene una agenda política radical. Por supuesto que el señor Lerner no es culpable del todo. Su error fundamental radicó en hacer eco del discurso anti-minero que consiste en: subir los impuestos, tildar de contaminante a esta industria y hacerla ver como sedienta de agua. Faltó perspectiva de análisis y un liderazgo educador, o sobró el basamento de una agenda política que entonces se desconocía.

El mismo Premier, suspendió el otorgamiento de nuevas concesiones en Apurímac y forzó una negociación con el sector privado para subir la carga tributaria. Eliminó el Aporte Voluntario, cuya aplicación se coordinaba con las autoridades locales y las propias empresas, para reemplazarlo por un nocivo impuesto a las sobreganancias del sector, que quedaría en manos del gobierno central. Este impuesto llevó la carga total del sector, hasta el 50% de la utilidad gravable. Desde entonces, el gobierno se ha puesto de espaldas a la minería, abandonándola a su suerte. Así es que teniendo un gran potencial de desarrollo, a pesar de la reducción de precios, es pertinente decir que el menor ritmo de inversión puede deberse en mayor medida a los factores internos, que a los externos.

¿Por qué tanta monserga con la minería, si estamos hablando de la parálisis de la inversión en general? Porque el principal motor de la economía desde hace unos 20 años ha sido la inversión privada, y su principal componente, la inversión minera.

Entonces, si queremos reactivar la economía, debiéramos entender que tenemos que recuperar un mayor ritmo de inversión. Y, nos guste o no, eso pasa por promover, con urgencia y sentido de importancia, la inversión minera.

Pero a un sector del país parece no agradarle que se ponga en marcha esta iniciativa. ¿Cómo podemos arreglar este gran inconveniente? Pues con lo único que se puede hacer para conducir un país: con liderazgo. No se trata de hacer campañas publicitarias, se trata de que gobierno y empresa se comuniquen con la población para explicar las relaciones causa-efecto de lo avanzado en los últimos años, no más negacionismo. Se trata de explicar cómo invirtiendo en minería podemos generar un importante crecimiento en el sector industrial, construcción, transporte, servicios portuarios, etc. También se trata de exponer que el Perú está atrasado en su desarrollo minero, que haciendo más minería podemos compensar la caída de los precios y mantener los recursos fiscales que necesitan las regiones y el gobierno central para cerrar las brechas sociales y económicas (educación, salud, instituciones, infraestructuras, ciencia y tecnología y superación de la pobreza),  que hemos acumulado en las décadas perdidas (60, 70 y 80).

Es evidente que no solo debemos promover la inversión en minería, pero ese motor nos ayudará a encender muchos más. Por otro lado, como explicamos en: Paul Krugman rompe mitos, y Piñera, Calderón, Krugman, industrialización y diversificación, no solo se trata de industrializarnos y de diversificar nuestra economía sobre la base de la minería y los demás recursos naturales, pero es un excelente trampolín, para dar un primer gran salto en la dirección del desarrollo integral e inclusivo. Lampadia




Perú sigue retrasándose en inversión minera

Perú sigue retrasándose en inversión minera

La inversión en exploración minera en el Perú se redujo el año pasado 24%, pasando de US$ 1,000 millones en el 2012 a US$ 760 millones al cierre del 2013. Este es un fenómeno mundial, según un estudio de SNL-Metals Economics Group, ya que los montos invertidos en la exploración de nuevos yacimientos ascendieron a  US$ 15,200 millones en el 2013, frente a los US$ 21,500 millones del año 2012 (una caída global de 29%).

El informe da cuenta que en este contexto de contracción mundial, el Perú es uno de los países más perjudicados, ya que desde el año 2009 viene reduciendo sistemáticamente su capacidad de atraer nuevas inversiones para exploración en minería. Precisamente, en el año 2009 el Perú logró ocupar la tercera posición en el ranking mundial de inversión en exploración, mientras que en el 2013 fue desplazado al séptimo lugar.

Estos niveles de inversión contrastan con nuestro potencial, como puede verse en el siguiente cuadro:

Varios son los factores que explican esta tendencia en el mundo. Las fluctuaciones de los precios internacionales de los minerales (con tendencia a la baja) ajustaron los gastos en exploración de las principales firmas mundiales. Además, el mercado internacional ha sido muy selectivo para otorgar financiamiento a emprendimientos de alto riesgo, como la exploración minera. En el caso peruano, además de la menor propensión a invertir de los grupos mineros internacionales, hemos sufrido el embate de una campaña anti-minera por parte de grupos radicales que han obstaculizado sistemáticamente el desarrollo del sector. Lamentablemente, el gobierno peruano, especialmente a través de su primer gabinete, presidido por Salomón Lerner Ghitis, desencaminó el manejo gubernamental en el caso de Conga, suspendió la actividad minera en Apurímac y deseducó a la población, dejando consentir que la minería contaminaba, competía por el agua y era reemplazable por otros sectores económicos.

A pesar de este panorama poco alentador vivido el año pasado, un reciente sondeo realizado por Reuters entre firmas canadienses reveló que más de la mitad de las empresas mineras de la Bolsa de Toronto consideraron que era “muy probable” que busquen financiamiento en los próximos 12 meses para nuevos proyectos, mientras que el 90% percibía como “algo probable” la ejecución de nuevas inversiones. Esto sería una señal de que el flujo de capitales volvería con fuerza próximamente al sector, en una nueva ola de inversiones que no deberíamos desaprovechar.

En Lampadia hemos remarcado que aún nos encontramos lejos de llegar a nuestro potencial productivo, habida cuenta de los años perdidos en los 60, 70 y 80, cuando la economía estuvo prácticamente cerrada a la inversión privada en minería, agricultura, pesca y madera. Con una cartera de inversión de más de US$ 28 mil millones solo en exploración minera, es evidente que tenemos todo a nuestro favor para seguir incrementando nuestro volumen de producción de minerales y aprovechar la ola de inversión en exploración que podría volver a presentarse.

Precisamente esta semana se está llevando a cabo la convención de exploración minera más grande del mundo en Toronto, Canadá. Se trata del Prospectors & Developers Association of Canada (PDAC, por sus siglas en inglés), en la que el Perú ha sido nominado como el primer país minero auspiciador, y está participando con una delegación de más de 500 delegados para promocionar toda la riqueza geológica de nuestro país. 

Según el IPE (Instituto Peruano de Economía), si desarrolláramos nuestra cartera de proyectos mineros, que suma US$ 59,500 millones -muchos de los cuales se encuentran paralizados-, se generarían 2.37 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$ 44 mil millones, las exportaciones en más de US$ 30 mil millones anuales y los ingresos fiscales en S/.25 mil millones cada año.

Si los peruanos fuéramos capaces de reconocer los aportes de la minería en generación de empleo de calidad, en transferencia de tecnología, en generación de producción industrial peruana, en los múltiples encadenamientos que tiene con otros sectores, en generación de divisas y en aportar importantes recursos fiscales; mediando por supuesto, los mejores estándares ambientales y sociales; en vez de tener movimientos anti-mineros, debieran  proliferar las marchas pro-minería y el apoyo abierto de la población, a lo que puede ser una de sus palancas más efectivas de desarrollo. Lampadia