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México vulnera el Derecho Internacional

J. Eduardo Ponce Vivanco
Embajador ® y Ex Vice Canciller de la República
Para Lampadia

Es chocante ver al Jefe de Estado de un importante país latinoamericano quebrantar con impavidez e ignorancia normas positivas de Derecho Internacional y obligaciones contractuales expresamente contraídas por su país en numerosos tratados internacionales, como la Carta de las Naciones Unidas o el Pacto de Bogotá. La primera establece taxativamente que “Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados” (art. 2, inc.), mientras la Carta de la OEA consagra el mismo principio en su artículo 3, inc. e).

Con intolerable prepotencia, el vulgar señor López está desmantelando la Alianza del Pacífico, un moderno y prestigioso esfuerzo de integración comercial y de inversiones (con el que Singapur firmó un TLC hace menos de un año).

El llamado AMLO cree que puede secuestrar la Presidencia Pro Tempore de la AP, porque no ha leído o no le importa, el Acuerdo Marco que México suscribió como su tratado constitutivo. Este es el texto literal de su Artículo 7: “La Presidencia Pro Témpore (…) Será ejercida sucesivamente por cada una de las Partes, en orden alfabético, por períodos anuales iniciados en enero”.  Nada estipula el tratado sobre su traspaso al Estado que le corresponde ni lo condiciona a procedimiento o protocolo alguno sobre la entrega de tan importante función.

Sirvan como ejemplo los sencillos procedimientos que siguen el conjunto de organismos nacionales que conforman el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP).  Ellos han permitido que el 22 de febrero pasado, el señor Erik Fisher Llanos, en nombre de la Asociación de Exportadores (Adex), asuma la coordinación (o Presidencia pro témpore de la CEAP) para coordinar la febril actividad de los empresarios del ese Consejo, que sesiona normalmente en Lima.

A la luz de estos precisos antecedentes, las declaraciones y actos del presidente mexicano evidencian que su conducta como Jefe de Estado afecta el normal funcionamiento de la Alianza del Pacífico, perjudicando los derechos e intereses de todos los países miembros y de la CEAP, el organismo que coordina la importante participación de las empresas privadas que reúne.

En vista que la irresponsable tozudez demostrada por el señor López al usurpar el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore que ya no le corresponde ejercer entorpece el funcionamiento de la organización, el cargo debería ser asumido de inmediato por el Perú, de acuerdo con la rotación anual y por orden alfabético que establece el artículo 7 del Acuerdo Marco de la AP, comunicándolo oficialmente a la los Estados Parte.

En una situación tan inédita como la que enfrenta la AP, es aconsejable que los miembros evalúen seriamente la opción de invocar el Artículo 38. 1. del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que le sean sometidas, a las cuales deberá “aplicar: a. las convenciones internacionales, sean generales o particulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes” para demandar al Estado de México por su arbitrario incumplimiento del tratado internacional que constituye la Alianza del Pacífico, y que obliga a todas las Partes Contratantes – .

Al agredir a una mujer como la señora Boluarte, Presidenta Constitucional del Perú y calumniar a su gobierno  – vulnerando la célebre Doctrina Estrada sobre el principio de No Intervención acuñada por México -, López evade sus propias miserias: permisividad con el Cártel de Sinaloa y otros sindicatos del narco mexicano, las nutridas manifestaciones que lo acosan en más de 32 ciudades y las graves acusaciones que pesan sobre su gestión, que ni siquiera consigue disimular con sus diarias “conferencias de prensa mañaneras”,  regimentadas y soporíferas reuniones donde los periodistas deben escuchar la exasperante lentitud de su distorsionada retórica.

A pesar de su humilde origen, López ignora el ejemplo del gran Presidente Benito Juárez, indígena sabio que superó el analfabetismo propio del pastor de ganado que era en Oaxaca y se convirtió en el envidiable e ilustrado Jefe de Estado que tuvo México por más de un período de gobierno (1858 -1872), en las más difíciles circunstancias internas e internacionales.

Un fuerte contraste con la presidencia de AMLO que es una dolorosa deshonra para su país. Lampadia




Inmundicia en la Alianza

Alejandro Deustua
21 de febrero de 2023
Para Lampadia

Los acuerdos regionales de integración, que hoy dan cuenta fundamental de parte del comercio global, fueron originalmente normados como excepciones a las reglas internacionales de comercio. Su propósito original fue el de favorecer el crecimiento de las economías menores, superar escenarios críticos (problemas de postguerra, p.e.) o, en el caso de CEPAL, ampliar el mercado para el arraigo de procesos nacionales de sustitución de importaciones.

Ellos debían generar bienestar y desarrollo en un marco de no discriminación a partir de zonas de libre comercio que transitarían a instancias superiores de integración.

Al tanto del poco dinamismo de la integración andina, que hoy registra bajísimos niveles de exportaciones intra-regionales, Perú, México, Colombia y Chile crearon, en 2011, la Alianza del Pacífico. Ésta debería promover, más flexiblemente, la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas y constituir un eficiente centro de articulación política y de generación de comercio, competitividad y proyección en la Cuenca del Pacífico.

El potencial de la Alianza quizás se debía menos a sus dimensiones que a su gran atractivo. Éste se basaba en la calidad de la membresía: democracias arraigadas (o en proceso de consolidación), eficiente libre mercado (estabilidad de las reglas de juego) y proyección geoeconómica en el escenario marítimo de mayor perspectiva.

El prestigio internacional de la Alianza se expresó en la gran proliferación de Estados observadores (eventualmente, 61) y su capacidad de atracción de inversiones (con 4.3% del total y 8o receptor mundial en 2014-2019) antes que en el volumen de su comercio intrarregional (escaso debido a economías de baja complementariedad).

Hoy, con la proyección de crecimiento de la economía mundial cayendo (2.9%) y la de Latinoamérica creciendo por debajo de la global (1.8%) (FMI), la Alianza del Pacífico debiera poder atenuar el impacto de un ciclo contractivo y asegurar un mejor futuro que el 2.1% de crecimiento que ofrece el 2024. Pero la Alianza ha decaído y se ha ensuciado.

Ello se debe a los estragos de la pandemia y de la guerra en Europa del Este. Pero también a la emergencia de gobiernos en Perú, México, Colombia y Chile (los socios de la Alianza) con vocación de romper las reglas de juego.

A ello se ha agregado la falaz recusación, por dos socios del grupo, del legítimo gobierno del Perú y a la ilegal negativa del presidente de México a entregar formalmente la presidencia pro témpore de la entidad a nuestro país. Además de ese acto irreflexivo e irracional, la actitud de ese mandatario implica la violación de la norma del Acuerdo Marco de la Alianza (que es un tratado aprobado por el Congreso) que establece ese traspaso es automático, anual y por orden alfabético.

Esclavo de su capricho e ignorancia, López Obrador no sólo pretende consultar a un fantasma (el Grupo de Río que dejó de existir) sino que el Consejo de Ministros de la Alianza (que debiera convocarse para evaluar el incumplimiento del Acuerdo por México) le importa un bledo.

Su desprecio por los principios de fiel cumplimiento de tratados y de no intervención (tan caro para la tradición mexicana de política exterior) es de tal naturaleza que pretende orquestarlo para sabotear al gobierno peruano y defender a Castillo.

Rebajado a ese nivel el respeto por un socio de la Alianza, debe recordarse que López Obrador no ejerce un gobierno suficientemente democrático (acusa de traición, como Ortega, a sus opositores -LAT-) ni es ciertamente impoluto.

En efecto, en medio de un pantano de carteles del narcotráfico, de la plaga homicida del crimen organizado (más de 72 mil asesinatos en los primeros dos años de gobierno de AMLO-El Economista-) y de la gran corrupción que envenena a México difícilmente puede decirse que López Obrador haya consolidado el Estado de Derecho en su país. En consecuencia, utilizar el caso peruano para pretender la defensa de la democracia no es más que un sangriento ardid.

Lo mismo puede decirse del Sr. Petro que pretende en Colombia -otro socio de la Alianza- la “paz total” con grupos terroristas y guerrilleros y que podría ser también un mecanismo de exculpación de propias tropelías. En efecto el Sr. Petro no sólo fue miembro activo del M19 cuando ese grupo terrorista hurtó de la espada de Bolívar que Petro exigió para su entronización, sino que su organización asaltó, en 1985, el Palacio de Justicia de su país (1985) al costo de las vidas de alrededor de un centenar de colombianos.

Estos no son detalles de baja política sino diagnóstico de criminalidad y de ausencia de Estado de Derecho en México y en Colombia.

En efecto, el Índice Global de Crimen Organizado de 2022 ubica a México y Colombia en los puestos 2 y 4, respectivamente, entre 193 países afectados por ese tipo de delincuencia (Perú aparece en el puesto 26 y Chile en el 125).

Si ello no habla bien de la Alianza del Pacífico, ciertamente descalifica a los presidentes de México y Colombia como examinadores del Estado de Derecho y la democracia en el Perú.

Sanear esos defectos sustanciales y rescatar a la Alianza, que tiene aún el potencial de beneficiar a sus integrantes en tiempos difíciles, debiera ser el trabajo prioritario de esos mandatarios. Pero su irracionalidad y deshonestidad se lo impiden. Lampadia




Putin suspende tratado de desarme nuclear

Diario Correo, 22 de febrero de 2023

ACUSA A PAÍSES OCCIDENTALES DE AVIVAR LA GUERRA

Adías de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, el presidente Vladimir Putin afirma que seguirá en guerra

El mandatario ruso, Vladimir Putin, anunció en medio de su discurso anual a la nación, que suspendió ayer el tratado de desarme nuclear Nuevo START que firmó con Estados Unidos, y aseguró que Moscú se vio “forzada” a suspender el acuerdo debido a que los países occidentales son los principales responsables de incitar el conflicto en Ucrania

“La responsabilidad de atizar el conflicto ucraniano, de su escalada, del número de victimas(..) recae por completo sobre as élites occidentales”
aseguró Putin.

Asimismo, el dirigente ruso afirmó que continuará su ofensiva a Ucrania

“Vamos a resolver paso a paso, cuidadosa y sistemáticamente, los objetivos que tenemos ante nosotros”, dijo ante los militares y la élite política del país.

En su discurso Putin también envió una advertencia a los críticos de su gobierno.

“Aquellos que se embarcaron en el camino de la traición (.) deben rendir cuentas ante la ley”, sostuvo

REACCIONES. Tras el discurso, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg. reaccionó de inmediato y lamentó la decisión anunciada por Rusia.

Asimismo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken,
tildó de “muy decepcionante e irresponsable” la decisión rusa de suspender el tratado de desarme nuclear New Starte insistió en que su país seguía  dispuesto” a hablar del tema.

Por otro lado, el gobierno del Reino Unido pidió al presidente Vladimir Putin que de marcha atrás en su irreflexiva decisión” de suspender la participación rusa en el tratado de desarme nuclear, suscrito por Rusia
y Estados Unidos.

Mientras tanto, desde Polonia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden,
aseguró que la OTAN es “más fuerte que nunca”

500 millones de dólares en equipo militar en prometió Estados Unidos a
Ucrania.

DEMANDA. Rusia exige retirada de “soldados y equipos” de la OTAN en Ucrania,

 

 




La embestida del Tridente Rojo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Durante los últimos dos meses se ha hecho evidente que el Perú estaba dirigido a ser parte de la estructura política del chavismo-cubano.

Esto se interrumpió por el escandaloso nivel de corrupción y la torpeza en la ejecución política del gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre y sus furgones de cola, que nos llevaron apuradamente a un fracasado golpe de estado que devino en la ruptura del régimen de la izquierda radical.

Hoy está muy claro que ese gobierno de año y medio, nunca pretendió gobernar ni cuidar el bienestar de los peruanos. Desde el primer día infiltraron el Estado con agentes políticos que formaban parte de un proceso de ocupación de las estructuras de gobierno, nombrando ministros, directores, gerentes y prefectos que en buena medida respondían, por un lado, al senderismo y a actividades ilegales, y por otro al chavismo dirigido desde Cuba.

El fracaso del proyecto político de la captura del Perú, los agarró por sorpresa, sin haber terminado de armar las estructuras de poder que les permitirían asegurar el control de los acontecimientos.

Ante el golpe de estado que pretendía cerrar el Congreso, el Ministerio Público, el Poder Judicial, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y la Junta Nacional de Justicia, el Perú puso encima de la mesa sus reservas institucionales civiles y militares, haciendo abortar el propio golpe de estado y la captura permanente del poder.

Por eso es que los socios de Castillo-Cerrón-Perú-Libre, desataron una ofensiva amplia y desesperada para retomar el rumbo.

Esta ofensiva se desarrolla en tres planos, con el ataque simultáneo de tres fuerzas, el Tridente Rojo Latinoamericano, compuesto por:

  • Los radicales políticos locales vinculados al senderismo y a las actividades económicas ilegales, como la minería ilegal, el narcotráfico y el contrabando.
  • Los congresistas de izquierda radical que desatan en el Congreso una ola populista que pretende debilitar aún más nuestra dolida economía.
  • Los presidentes de los países vecinos, disque socios del Perú, que, con sus desatinos y mentiras, han transparentado un plan político continental que responde a la inspiración del chavismo-cubano, que, como el gobierno de Castillo, se nutre del narcotráfico y otras actividades ilegales.

Pero los peruanos en Cusco, Puno, Arequipa, Junín, Apurímac, Piura y Lima, le estamos diciendo ¡NO! a la violencia, al senderismo, al crimen organizado, a la injerencia extranjera; y estamos apostando por la Libertad, por el derecho al trabajo y por la Paz.

Hoy tenemos que enfrentarnos a tres enemigos. Pero el alma del peruano de bien no puede flaquear. Si hay que luchar, pondremos el pecho, inspirados por el espíritu de Grau y Bolognesi. Lampadia




El Estado de la unión

Alejandro Deustua
14 de febrero de 2023
PARA LAMPADIA

El “Estado de la Unión” presentado por el presidente norteamericano ante su Congreso es un acontecimiento anual de gran relevancia internacional. De él se espera tanto el diagnóstico de la situación de la primera potencia como su derrotero inmediato. El resultado, sin embargo, suele no corresponder a las expectativas globales.

Cargado de tintes partidarios y dirigido principalmente al ciudadano norteamericano, la atención a la situación interna debe, como es obvio, prevalecer sobre la externa. Pero en tiempos de gran inestabilidad y en medio de un gran movimiento de fuerzas sistémicas, la excesiva desatención a la situación internacional incrementa la preocupación general.

Especialmente si esa desatención se limita a mencionar, sin más, la guerra en el Este de Europa, que no ha dejado de escalar desde que Rusia invadió Ucrania y a sugerir que el conflicto sistémico con China parece estar revertiendo en beneficio norteamericano.  Pocas veces en la historia contemporánea de los Estados Unidos su presidente ha dejado de informar, tan aparatosamente, sobre su política exterior.

Entendemos que ello pueda deberse a la magnitud de los problemas nacionales de los Estados Unidos y a la afirmación de una nueva candidatura presidencial. Pero aquéllos también registran vacíos que debieron esclarecerse.

En efecto, el presidente Biden ha sostenido que su gobierno está encaminando la recuperación económica de su país con la mayor creación de empleos de la historia en menos de un período de gobierno (12 millones de puestos), que el COVID ya “no controla las vidas” de los norteamericanos y que se ha superado “la más grande amenaza a su democracia (la herencia Trump) desde la Guerra Civil”(1861-1865).

Estos logros son, sin duda, muy importantes. Pero no resaltaron que, el año pasado la economía norteamericana evitó dos grandes peligros: una fuerte recesión y una galopante inflación. En el primer caso, se detuvo la desaceleración y se recuperó en algo la senda del crecimiento (2%, FED) mientras que los 7 incrementos de las tasas de interés lograron que la inflación comenzara a declinar (6.5%).  Sin embargo, los temores recesivos forman aún parte de las expectativas y, por tanto, el FED mantendrá sus políticas contractivas (aunque sin mayores incrementos de tasas).

Mientras tanto, si la inversión no residencial creció en el año, la residencial se contrajo fuertemente y el ingreso disponible se recuperó sólo en el segundo semestre permitiendo un mayor consumo que apuntaló el crecimiento.

De otro lado, si bien el desempleo cayó en términos históricos (a 3.5%), la demanda de trabajadores no ha sido alcanzada por la oferta en medio de un indefinido cambio del mercado laboral (¿trabajo híbrido?) manteniendo un fuerte componente inflacionario (MS). 

Por lo demás, el inmenso gasto público (US$ 6.7 trillones) fue superior a la recolección tributaria (Tesoro), incrementando el déficit y la altísima deuda alimentados por Trump. Estos desequilibrios no encontraron alivio comercial en tanto el déficit correspondiente ha subido a 12.2% (NYT).

Aun si estos detalles no fueron presentados por el presidente Biden, que la economía norteamericana esté en mejor pie es una muy buena noticia para casi todos. Pero sus problemas no aseguran aún los sólidos fundamentos de largo plazo requeridos.  Y sus políticas industriales y de sustitución de importaciones corroboran que el rol del Estado va en aumento junto con el gasto social (seguridad social, médica, subsidios).

Esa tendencia parece consistente con un preocupante sesgo mercantilista: el uso sistemático de medidas coercitivas unilaterales y el recurso proteccionista que no ha cambiado en relación a su predecesor. Este fenómeno, que castiga a terceros, contribuyó a explicar la concentración del presidente en el progreso económico de su país sin tener en cuenta al resto del mundo.

Este problema es registrado por la UNCTAD que estima que el comercio global habría crecido sólo 3% en el año (por debajo de lo esperado en el 1er semestre) (ONU).

De otro lado, si la recuperación de la democracia norteamericana es esencial para Occidente, su impacto en la comunidad internacional, una vez superado ese resorte de autoritarismo que es el COVID, no es motivo hoy de exaltación pública.

Que el presidente Biden espere fortalecerla en el mundo es alentador. Pero ello no provendrá sólo de la defensa de Ucrania ni de la expectativa de su incorporación a la Unión Europea en lontananza.

Si bien el 45.3% de la población mundial vive en alguna forma de democracia, sólo 8% lo hace en condiciones de “democracias plenas” (vs 8.9% en 2015). Si bien aquéllas se han incrementado en número (de 21 en 2021 a 24 hoy), la cantidad de estados autoritarios se mantiene (y los híbridos han crecido).

Más aún, en la versión más pesimista de Freedom House 2022, los países que han “mejorado” son menos (25) que los que han “declinado” (60) en un escenario en el que las capacidades de eludir el Estado de derecho por Estados autoritarios han aumentado.

De otro lado, si el presidente Biden pretende en serio contribuir a mejorar esa realidad, el esfuerzo norteamericano bien podría diversificarse en asuntos de seguridad y de mercado.

Si en lo primero sólo el principio de la integridad territorial estuviera en juego en el conflicto de Europa del Este, Estados Unidos bien podría apoyar, por ejemplo, al Perú en recuperar fortaleza y convicción en la lucha contra el narcoterrorismo tan nocivo para los estados democráticos y su territorio. Y en lo segundo, habría sido importante que el presidente Biden tomara en serio la necesidad de integración comercial o la reorientación de inversiones norteamericanas en el formato “near shore” p.e.

Especialmente si el esfuerzo de la primera potencia en consolidar la centralidad sistémica implica también desplazar a China de escenarios próximos a Occidente y minimizar la dependencia que aquélla genera.

Y si la prevalencia sistémica y geopolítica reclama la formación de alianzas y asociaciones adicionales a las de los frentes atlántico (OTAN) y pacífico (QUAD), es extraño que el presidente Biden insista en definir su esfuerzo sólo como un incremento de las propias capacidades prescindiendo de otras formas de asociación como las que produciría una recomposición multilateral. Ese planteamiento promueve la fragmentación global y genera preocupaciones en Latinoamérica. Lampadia




“Retirar ya a nuestro embajador en Bogotá”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 15 de Febrero del 2023

“La reacción más lógica y valiente de Cancillería debería haber sido el retiro de embajadores”.

-En el Perú no debería celebrarse el Día de la Amistad cada 14 de febrero, dado que ha sido un país de notorios traidores colosales desde la Conquista (Felipillo, los almagristas y pizarristas), la Independencia (Torre Tagle, que traicionó a españoles y patriotas por igual), el siglo XIX (Gamarra con La Mar y otros, M. I. Prado en la Guerra con Chile), el siglo XX (Sánchez Cerro con Leguía, Velasco con Belaunde, Morales con Velasco) y este siglo XXI, donde hemos tenido a traidores de los más abyectos, como el abominable Daniel Salaverry y esa abominación desoladora llamada Martín Vizcarra. Y también otros menores, como esos caviares de ahora que otrora sirvieron solícitamente a Fujimori (RMP, AAR, DGS).

-Dada la magnitud del insulto del lenguaraz mandatario colombiano Petro (¡comparar a nuestra Policía con los nazis!), la reacción más lógica y valiente de Cancillería debería haber sido el retiro de embajadores. Seguramente, opinólogos internacionalistas rojimios, como los PUCP-boys Farid Kahhat u Óscar Vidarte (el canciller de Verónika Mendoza) dirán que eso nos aislaría aún más del resto de la zona. Pero no veo otra respuesta más digna (además que sospecho que el juicio de ambos está distorsionado por la simpatía por Petro y la izquierda colombiana que mantienen).

-Aquí los opinólogos y los coleguitas santifican al golpismo callejero (y ahora están temblando de miedo ante este monstruo que crearon, que les odia y repudia). Primero fue con Merino y después con Boluarte. Nos gusten o no los personajes, los dos ascendieron constitucionalmente al poder y por eso debieron completar el periodo de su antecesor. Pero aquí a los salvajes callejeros les llaman “Jóvenes del Bicentenario” o “manifestantes sociales”. Con una élite tan imbécil… ¿Qué puedes esperar del resto?

-Después de los miles de muertos que generó su incompetencia, es increíble cómo el exministro vizcarrista de Salud, Víctor Zamora, puede acusar a otros de… ¡Homicidas! ¡Plop!




El entorno vecinal y la crisis nacional

Eduardo Ponce Vivanco
Ex Vicecanciller y Embajador (r) del Servicio Diplomático
Para Lampadia

Es vital observar las interdependencias más fuertes en los ámbitos regional y vecinal. Concentrémonos en Chile, que ha sido el primer país emisor de turistas hacia el Perú, representando el 27% del total de arribos internacionales. En el 2019, se registraron 1´196, 234 llegadas, cifra que disminuyó 5 % respecto al año anterior. Los vacacionistas chilenos tuvieron una permanencia promedio de 6 noches y un gasto que ascendió a US$ 634 cada uno.  (Fuente: Promperu). Huelga decir que el sur: Cuzco, Tacna, Arequipa, Puno y Madre de Dios fueron los primeros beneficiarios de ese flujo sostenido en el tiempo.

En el plano de las inversiones, debe recordarse que fueron capitales chilenos los primeros en aprovechar la seguridad jurídica ofrecida en la Constitución de 1993, asumiendo el riesgo de invertir en un vecino con el que la relación bilateral parecía irreparablemente resentida por la Guerra del Pacífico y la prolongada invasión de sus tropas en el Perú.

Recuerdo que Saga Falabella y Ripley fueron las primeras en instalar sus grandes tiendas de departamentos y multiplicar sus sucursales en Lima y muchas ciudades del Perú. Otras empresas importantes siguieron el ejemplo, confiando en la Constitución que nació con el patrocinio de la OEA para reparar los estropicios institucionales provocados por el autogolpe de Fujimori en 1992. Según datos de la Embajada de Chile (publicados por La República), somos el segundo destino de las inversiones de nuestro vecino en el exterior, con un monto acumulado de US$ 20.048 millones de 1990 al 2020 proveniente de más de 400 empresas (lo que equivale a un 14,8% del total las inversiones chilenas en el mundo). Los empleos generados sobrepasan los 50 mil y el comercio bilateral llega a $3,000 millones anuales.

Si esta formidable evolución capitalista arrancó décadas antes de la elección del joven socialista Gabriel Boric a la presidencia de Chile –recuerdo temible de Allende –  habría sido razonable esperar un fuerte incremento de sus inversiones en el Perú, si el año y medio del desgobierno populista de Pedro Castillo no hubiera destrozado la gestión pública y la institucionalidad del aparato estatal, amenazando a nuestra maltratada democracia con la instauración de la lucha de clases para instalar un socialismo a la chola.

Decapitado Castillo por su autogolpe televisado en un tembloroso mensaje nacional, bastaría que Dina Boluarte se empeñe en demostrar que puede gobernar con eficiencia y decisión para que aumente el flujo de la inversión chilena, atemorizada por la inmadurez y el discurso socialista del joven Boric, así como por el vívido recuerdo del descalabro que su país sufrió a partir del furioso y destructivo levantamiento que lo sacudió a lo largo de 6 meses (octubre 2019 a marzo 2020), cambiando radicalmente la imagen de campeón latinoamericano de la estabilidad y el desarrollo. Por desgracia, la secuela que dejaron los disturbios y saqueos afectó profundamente la seguridad jurídica y la economía del país, que entró de lleno en una prolongada crisis constitucional que sólo terminará con el plebiscito para aprobar una nueva carta magna que se realizará el próximo noviembre.

Sin embargo, la potencialidad del turismo chileno al Perú está latente y nada sería más beneficioso para levantar la economía y el empleo en nuestras deprimidas regiones del sur, comenzando por el Cuzco, Arequipa, Tacna, Puno y Madre de Dios, si no fuera por la aguda convulsión social que las afecta severamente y que, por cierto, amenaza la seguridad de los turistas, creando una incertidumbre insuperable sobre sus movimientos y los tours que contratan.

Una vez más en nuestra frustrante historia, son los propios peruanos los que atentan contra nuestro país y provocan su empobrecimiento. Es una calamidad que solo puede ser superada por nosotros mismos. Lampadia




RENDICIÓN Y FRAGMENTACIÓN

Alejandro Deustua
30 de enero de 2023
Para Lampadia

La pérdida de voluntad del gobierno de transición para cumplir sus obligaciones y la subsistente ideologización de los pronunciamientos de la OEA sobre la crisis peruana se han complementado para reclamar elecciones nuevamente adelantadas sin considerar si existen las condiciones para ello.

En el primer caso, la Sra. Boluarte, en franco proceso de rendición, ha reclamado al Congreso la precipitación para este año de comicios electorales que ya habían sido adelantados en primera instancia, para el 2014. Con anterioridad, la presidente se presentó protocolar, pero deslucidamente, ante el Consejo Permanente de la OEA para comprometer ese adelanto con ánimo contrito y sin reclamar en esa entidad por la injerencia en asuntos peruanos de algunos de sus miembros más escandalosamente adeptos a la deformación de la verdad.

Omitiendo en la cuantificación de daños toda referencia a las graves consecuencias de seguridad del golpe de Estado ocurrido el Perú, la presidente confirmó, sin fecha, el adelanto de elecciones. Ninguna apelación al Estado de Derecho antecedió a su compromiso democrático (como tampoco hubo explicación sobre la participación en ese ritual del embajador peruano que, durante el gobierno anterior, manufacturó el derrotero externo del nefasto Castillo).

Como consecuencia, y también sin alusión alguna a la crisis subversiva que vive el país, el Consejo Permanente de la OEA realizó un “firme llamado” a la convocatoria electoral en el Perú sin considerar al respecto las más elementales condiciones de viabilidad, orden y seguridad que debieran rodearla.

Adoptado en el marco de un escenario extraordinariamente informal, sin liderazgos políticos claros, ni partidos sólidos, ni disposición colectiva a confrontar a la insurrección criminal, ese compromiso devolverá al Perú a la sede de la OEA más temprano que tarde si un resultado de ingobernabilidad, como es probable, vuelve a instalarse en el país.

Para evitar, en alguna medida, que ello ocurra se requiere que el próximo gobierno genere la más amplia convocatoria, evidencie un compromiso real con el progreso social, con la aplicación de la ley y que, salvo lo que reclame la prudencia y las normas, revierta la inoperancia actual en el uso sensato de las atribuciones coercitivas del Estado.

El incumplimiento de esos requerimientos puede llevar al Perú a la fragmentación. Pero no a la que hoy se define como tendencia anti global que prospera en el mundo, sino a la que conduce a la quiebra nacional con el concurso de transnacionalizados agentes sociales, y a mayor fragmentación regional.

De proseguir ese curso que hoy se evidencia en el área, el fracaso de los grupos de integración convencionales y la contenciosa hegemonía de agrupaciones internacionales de poder populista contribuirán a la destrucción de los muy precarios mecanismos de cooperación y balance en la región, diluyendo los principios del sistema interamericano y el mínimo orden existente.

Si ello ocurre, quizás Suramérica retome, por las razones equivocadas, el interés geopolítico del que hoy carece en la percepción de potencias mayores cuyos líderes, en no poca medida, siguen encantados por el mito del buen salvaje latinoamericano tan bien representado hoy por los herederos del realismo mágico de las sabanas y el altiplano. 

Está en manos de la gran mayoría de los peruanos que ello no suceda. Para ello deberán plantear a la OEA la exigencia de condiciones de orden y seguridad como requisito para convocar a elecciones, llamar al orden a los injerencistas de manera más seria y reconstituir nosotros el Estado de Derecho que garantiza la sobrevivencia de la comunidad nacional. Lampadia




Contra el aislamiento y la “postverdad”

Alejandro Deustua
23 de enero de 2023
Para Lampadia      

La necesaria participación de la presidente Boluarte en el Consejo Permanente de la OEA para hacer entender a los miembros del sistema interamericano la crítica situación peruana no ocurre en un escenario afable. La inédita hostilidad política y diplomática que varios de los socios suramericanos (y México) han reiterado en la CELAC, no se disipará en esa sesión hemisférica.

Para ablandar ese cerco irracional que afecta la inserción del Perú en su hábitat tradicional, la Presidente hace bien en persistir en el intento iniciado por la Canciller Gervassi en Buenos Aires aún a riesgo de que los representantes de los países hemisféricos (salvo Estados Unidos y Canadá) insistan en desconocer la realidad maciza del golpe de Estado perpetrado por Castillo y de sus secuelas.

Normalmente, la amplia brecha perceptiva entre lo que ocurre localmente y lo que se desea entender internacionalmente no debiera ser cerrada por un Jefe de Estado. Para ello están el Canciller y los embajadores (en este caso el Representante Permanente en la OEA). Pero el rango de incomprensión externa obliga a que la realidad peruana sea expuesta por la propia Jefe de Estado.

Si la naturaleza del mensajero y de su mensaje no es apreciada por los interlocutores entonces comprobaremos que el aparato perceptivo de estos últimos (especialmente el de los gobernantes de Colombia, México y Bolivia) esté tan condicionado por su ideología e intereses que confirmaría la existencia de una estrategia de predominio regional de la que ellos formarían parte.

En efecto, la persistencia en la CELAC de Petro, López Obrador (vía zoom) y Arce en omitir la realidad del golpe de Estado de Castillo evidenciada públicamente da señas de esa estrategia. Con gran soltura de huesos ellos han configurado hechos y sugerido conductas al Perú al punto de eludir el delito manifiesto y persistir en opciones de progresista y local destrucción institucional.

Entre ellas sobresale el respeto a “la voluntad de las urnas” (referencia a Castillo), el desconocimiento de la legitimidad de Boluarte, la identificación  del Congreso como golpista y  la del ex -presidente como víctima de hostigamiento y de racismo pituco (López, Petro). Por lo demás, la protesta violenta sigue siendo una lucha por recuperar la democracia (Arce) y los delitos imputados al ex -presidente son inexistentes por no probados aún (Prieto).

A ello se suma Boric que sugiere un “cambio de rumbo en el Perú” a propósito los caídos, y la de Brasil (en la OEA) que, luego de haber reconocido el gobierno de Boluarte, demanda premura en el trato judicial de Castillo.

En esta distorsión de los hechos puede reconocerse la frustración regional por la quiebra del dominio de los gobiernos de izquierda en Suramérica. Pero también mecanismos de pensamiento colectivo en estos gobernantes que no producen buenas decisiones ni llevan a buen puerto. El conjunto de esos errores de inédito impacto geopolítico (el aislamiento del Perú en la región no había sucedido en la historia contemporánea) debe ser contenido y quebrado.

En consecuencia, si luego de la presentación de la Canciller en la CELAC y de la presidente en la OEA, no hay un cambio de actitud (algo probable si las instituciones de la OEA no funcionan) el Perú, en estricta reciprocidad, debe considerar rebajar el nivel de sus relaciones diplomáticas. 

Especialmente si existen sospechas de asistencia extranjera en la organización y apertrechamiento de los manifestantes violentos que han causado destrozos en el país y agravado exponencialmente el conflicto interno.

Al respecto, debe recordarse la reacción de las potencias y organizaciones de Occidente sobre la crisis. En general, ellas han llamado al ejercicio de la libertad de protesta en condiciones pacíficas refiriéndose tanto a la contención de la fuerza coercitiva del Estado como de las personas que ejercen esos derechos.

Esas potencias (Estados Unidos, la Unión Europea) ha reconocido al gobierno de Boluarte dando cuenta de la realidad de manera diametralmente opuesta a lo ocurrido con los suramericanos y México. La ONU ha tenido un pronunciamiento similar.

Ese contraste revela no sólo la fractura regional sino la mayor relación que tienen algunos de nuestros países con Occidente.

Ello va acompañado de otra sorpresa: el recurso a los mecanismos de la “posverdad” (es decir, a la mentira) por los Estados del área y su disposición a “construir”  “narrativas”(en vez de versiones). Es decir, recurriendo a las mutaciones del lenguaje contemporáneo y de las “ciencias de la comunicación”, hoy los estadistas pueden mentir y convertir versiones de la realidad en historias con una impunidad escandalosa. Ello genera desconfianza entre los interlocutores, frustra negociaciones y crea conflictos donde no debiera haberlos. En ello han incurrido los jefes de Estado mencionados.

Bajo estos términos, que subliman la fantasía, no hay integración posible. Lampadia




Delicado frente externo complica al Perú

Eduardo Ponce Vivanco
Ex Vicecanciller de la República
Para 
Lampadia

Si las oprobiosas intervenciones de los gobiernos de Colombia y Bolivia sobre la conflictiva situación social en el Perú han sido transgresiones inaceptables al principio de no intervención, las expresiones del Presidente de Chile en la Cumbre de CELAC en Buenos Aires deben ser calificadas de infraternas, desinformadas y maliciosamente concebidas. La atrevida inmadurez del Presidente Boric se evidencia cuando afirma temerariamente que “personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debiera defenderlas”.

Conociendo de sobra lo que ocurre en el Perú, retuerce las dolorosas decisiones que debieron tomar la Presidenta Boluarte y la Policía Nacional para contener el vandalismo terrorista de la ola de manifestaciones que tuvieron su epítome en la tristemente llamada “toma de Lima”.

Boric ha preferido olvidar el tremendo estallido social que sacudió a Chile desde enero de 2019 hasta marzo del 2020 con el saldo de 32 muertos y 3,400 civiles hospitalizados, 12,547 policías heridos y pérdidas de 3,300 millones de dólares, además de la quema de iglesias y la profanación de imágenes que todos vimos con estupor en la TV internacional (fuente: Wikipedia).

El exceso del mandatario vecino se suma a las condenables e ignorantes intromisiones de México, Bolivia, Colombia, la Venezuela chavista y, en menor medida, el Presidente argentino, las que se suman a la despreciable Declaración de Cuba y sus aliados del ALBA en favor del ex presidente Castillo.

Esta vasta convergencia de las izquierdas evidencia su amarga resaca por haber perdido un valioso alfil al centro del Pacífico sudamericano. No es menos lo que representaba el régimen de Perú Libre y Vladimir Cerrón, heridos de muerte por la recuperación de la democracia en el Perú en la persona de la única Vicepresidenta Constitucional existente. Dina Boluarte fue elegida en la misma plancha de quien decidió protagonizar el ridículo golpe de Estado de 7 de diciembre en la televisión nacional, profiriendo temblorosamente las órdenes de cerrar el Congreso, el Ministerio Público y tomar todos los poderes e instituciones nacionales. Su único y patético efecto fue provocar risa y compasión, además de su propia destitución y la pena de cárcel que corresponde a la flagrancia de un delito tan absurdamente cometido.

Todavía sufrimos la turbulenta marea de manifestaciones violentas, estado de emergencia y toques de queda que tomará algún tiempo superar.  Pero con todos los defectos inherentes a una coyuntura tan inesperada, es evidente que la administración gubernamental mejorará progresivamente por los importantes apoyos que está logrando sumar, especialmente fuera de la región.

Frente a las agresivas posiciones de vecinos como Colombia, Bolivia y Chile, en la configuración predominantemente izquierdista de América Latina, el manejo del frente externo tiene una importancia decisiva. No solo se trata de contrarrestar su negativa convergencia, sino de compensarla con un tratamiento esmerado de nuestra relación con EEUU, la Unión Europea, China, el Reino Unido, Japón, Corea del Sur y la India, así como de nuestra política en los principales foros de la diplomacia multilateral.

La recuperación progresiva de nuestra economía, la prioridad que reclama el  apoyo del gobierno central a Puno y la macrorregión sur, el positivo relacionamiento entre el Ejecutivo y el Congreso, el aliento eficiente a la inversión privada nacional y extranjera así como la relación con gremios como la CONFIEP y las Cámaras de Comercio e Industrias – hasta ahora silentes -, son  elementos vitales a los que el gobierno de transición debería conceder la vital importancia que merecen para retomar el camino del desarrollo y restaurar la convivencia y la paz social que el Perú reclama con verdadera urgencia. Lampadia




Su cómplice es el traicionero Gobernador de Puno

Eduardo Ponce Vivanco
Ex Vicecanciller de la República
Para Lampadia

Aunque en sus primeros años fue pastor de llamas, lo que empujó a Morales al sindicalismo fue la coca del Chapare boliviano en la provincia de Cochabamba, donde se convirtió en un desaforado sindicalista para defender el insumo matriz de la cocaína que inunda los mercados mundiales y es causa de la adicción que atormenta y envilece la vida de tantas personas.

Su sindicato creció como un árbol frondoso, transformado luego en Movimiento por la Soberanía de los Pueblos y luego convertido en el Movimiento al Socialismo, el MAS, que lo haría diputado por Cochabamba en 1997.

Compitió como candidato con el brillante empresario y economista Gonzalo Sánchez de Lozada, al que derrotó.

Se mantuvo en la presidencia de Bolivia del 2005 al 2019, cuando tuvo que partir al exilio que México le ofreció para escapar de la trama truculenta que había orquestado para perpetuarse en el poder.

Había conseguido que se aprobara una interminable Constitución que estableció un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que establecía el derecho del primer mandatario a ser reelegido por el período siguiente.

No obstante, Morales maquinó la normativa constitucional para gobernar un tercer y cuarto mandatos, a pesar que un referéndum se opuso mayoritariamente a su última reelección, lo que dio lugar a violentos enfrentamientos políticos.

El prolijo Informe de la importante Auditoría Electoral solicitada por el propio gobierno boliviano a la OEA puso en evidencia el manejo sucio del Tribunal Electoral para favorecer la reelección. La situación de zozobra que se generó fue cada vez mayor, hasta que las propias Fuerzas Armadas recomendaron la renuncia del presidente.

Es así como Evo abandonó Bolivia para asilarse en México, acompañado de su inseparable vicepresidente y maestro Álvaro García Linera, el cerebro creador del cáncer de la “plurinacionalidad”, caballo de batalla de la subversión que Morales promueve descaradamente en el sur del Perú, en complicidad con el Gobernador de Puno y otros antipatriotas que pretenden desmembrar a la Nación.

La prensa del 28 informa de una verdadera revuelta de los pueblos aymaras en todo el sur de Puno, designándola como un segundo “aymarazo”. Han tomado las carreteras y han llegado al extremo de bloquear el libre tránsito con la construcción de rejas de metal a lo ancho de las vías. Las exigencias son extremas, como la salida de la presidente Boluarte y la monserga de la asamblea constituyente que, según prueban las encuestas, es de última prioridad para la mayoría de peruanos.

Pero lo más indignante para todos es la perentoria exigencia del Gobernador de Puno, autoridad regional que, increíblemente, pretende la anexión de ese departamento peruano a Bolivia.   

Tanto este funcionario como el extraviado ciudadano arequipeño Felipe Domínguez están incurriendo en los delitos tipificados como “Atentados contra la independencia o integridad del Estado” y “Traición” según los artículos 325º y 326º del Código Penal por los que deberían ser acusados sin contemplaciones, teniendo presente que esta insurrección es parte del proyecto “plurinacional” de Evo Morales.  Un descarado intento de revolución que cuenta con el apoyo del Foro de Sao Paulo y el financiamiento de los narcóticos que cultivan los terroristas del VRAEM.

Una situación que amenaza con el desmembramiento de la Nación reclama un severo estado de sitio en Puno, la enérgica intervención de las Fuerzas Armadas y la denuncia penal de la Procuraduría del Estado, si no queremos retornar a la situación de violencia generalizada que parecía en trance de dominarse después de su período más virulento, después del desgobierno de Castillo y de su ridículo autogolpe televisivo.

Los extravíos paranoicos de Morales y el corrosivo pensamiento de García Linera han causado más problemas en Chile que su fracasada campaña para lograr un acceso soberano al Pacífico liquidado por la Corte Internacional de Justicia. La “plurinacionalidad” ha originado peligrosos enfrentamientos gubernamentales con la etnia Mapuche en la zona de la Araucanía y su extensión a territorio argentino a través de lo que ahora se denomina Wall Mapu. Muchos recuerdan en Chile la relación amistosa del presidente Boric y García Linera, vinculándola a esas derivaciones poco saludables para la nación.

Pero la primera explosión internacional del binomio Morales/García Linera tuvo lugar en Buenos Aires, desde donde tuvo el atrevimiento de convocar una reunión inaugural de “Runasur” en el Cuzco, como si fuera territorio boliviano. Un movimiento – felizmente frustrado – “para luchar por una América plurinacional, la unidad de los pueblos originarios, así como los movimientos populares y sindicales”.

Un grupo de ex Cancilleres y ex Vice Cancilleres peruanos (del que formé parte) alertó oportunamente sobre los peligros que entrañaba esta fracasada iniciativa.

Pero el hecho de que Evo Morales pensara en el Cuzco para lanzar RUNASUR (pudo haber pensado en La Paz o Sucre, en Bolivia) evidencia su enfermiza fijación con el Perú y, sobre todo, con el Sur de nuestro país. ¿No fue acaso en el Cuzco donde un gobierno anterior le permitió establecer un local partidario del MAS boliviano? ¿Y no fueron Castillo y Cerrón quienes le abrieron las puertas del país y recibieron sus nefastos consejos?

Es posible que en el fondo de la peligrosa y extraña mente de Evo Morales, el Perú sea objeto de una malsana envidia que mezcla la historia con el delirio de grandeza de un político propenso a provocar insospechadas dificultades y problemas.  Es esa inocultable envidia la que hace de este personaje un enemigo de nuestro país. Lampadia




“Otra más de CSM”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 21 de Diciembre del 2022

“A la canciller Gervasi le falta también echar a ese agitador que funge de embajador cubano”.

-Por fin el Congreso entró en razón y al parecer tendremos elecciones generales en abril de 2024, pues con esos 93 votos se superaron holgadamente los 87 votos necesarios para aprobar ese cambio constitucional en esta primera votación. Es de presumir que algo similar sucederá en la legislatura siguiente. Una elección general es algo muy serio como para hacerlo a la loca, además que se tienen que enfriar los ánimos en el país. La situación es muy distinta al 2001, cuando entonces si existía un sistema de partidos del que carecemos ahora. Espero que ya dejen de joder en sur con el tema del adelanto de elecciones.

-Urge que desalojen a esos invasores de la planta de compresión de Camisea. Muchas regiones se van a quedar sin gas si esos vándalos siguen ocupando esas instalaciones.

-Ya era hora de que Torre Tagle declare como persona non grata a ese atrevido embajador mexicano. También echaron a la cosmetóloga cerronista de la embajada peruana en Noruega. Pero a la canciller Gervasi le falta también echar a ese agente agitador que funge de embajador cubano y dar por finalizadas de una vez las labores de los lacayos castillistas Rodríguez Cuadros, Forsyth y Maurtua.

-El ínclito juez César San Martín (CSM) y su Sala se lavaron las manos frente a la casación presentada por los Humala sobre el lavado de activos y dictaminaron que eso se establezca en el juicio. Sin embargo, CSM estableció una serie de pautas sobre este delito que son muy peligrosas, pues deja abierto a considerar que por cualquier cosa te acusen de lavado de activos. Como el recordado “peculado agravado”, un engendro creado por la caviarada abogadil y judicial a finales de los 90 para encarcelar arbitrariamente a los fujimoristas (un privado era considerado como si fuera un funcionario público), ahora se estira caprichosamente un tipo penal para destruir a la clase política. CSM nos confirmó, una vez más, que es muy cheverengue como juez.