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Pensando en la nueva normalidad

Pensando en la nueva normalidad

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor Spencer Stuart
Para Lampadia

Hartos que se apliquen medidas contra la crisis para un país formal, cuando somos un país tremendamente informal. Hartos de una gestión ejecutiva improvisada, indecisa, soberbia e incapaz de corregir errores. Hartos de un consejo de ministros sin liderazgo, descoordinado, con agenda propia y con claro sesgo anti-empresa. Hartos de los irresponsables proyectos individualistas y populistas del nuevo congreso. Hartos de la burocracia y corrupción estatal. Hartos que el empresariado actúe individualmente, desde la tribuna y con tibia solidaridad. ¡Hartos!

Así se siente una gran cantidad de peruanos, entre los que me encuentro yo. Este hartazgo, en plena cuarentena, es un gran generador de stress y para evitar esto, lo mas recomendable son los hobbies. Yo felizmente tengo varios y para evitar seguir amargándonos, les cuento algo que aprendí uno de mis hobbies: La investigación de temas futuristas tecnológicos.

Hace unos días participé en el seminario EmTech (Emerging Technologies), que es organizado anualmente por la revista MIT Technology Review y que este año contó con la participación de Harvard Business Review. Fueron tres días (8, 9 y 10 de junio) de presentaciones y foros virtuales, donde expusieron mas de 30 expertos en tecnología y participamos unas 250 personas de todo el mundo, entre profesionales y algunos curiosos como yo.

Se discutieron temas muy interesantes y de gran actualidad que fueron contrastados con la crisis global que vivimos actualmente y con el impacto que esta generará en el futuro. Se habló mucho de lo importante que será la resiliencia empresarial ante la nueva normalidad y también sobre los nuevos formatos de trabajo. Quedó claro que las empresas mas exitosas serán las que enfoquen en un propósito único, que tengan muy claras sus prioridades y que tengan una gran capacidad para adecuarse rápidamente a los cambios. En cuanto a los ejecutivos exitosos del futuro, serán los que tengan mas desarrolladas competencias en tecnología, arte (creatividad) y liderazgo. Otro tema que quedó evidente es que esta crisis ha hecho que los proyectos tecnológicos que se venían desarrollando, se aceleren de manera importante, para cumplir con los requerimientos urgentes de esta nueva normalidad.

Albert Einstein decía que la crisis es el momento para las oportunidades y las grandes inventivas. Este concepto estuvo muy presente en el foro, llegándose a concluir, cuales serían los principales frentes donde la tecnología y la nueva normalidad generaría mayores cambios y oportunidades para nuevos desarrollos. Aquí les resumo los mas importantes:

  1. TRABAJO VIRTUAL. Este tema vino para quedarse. Los resultados que se han conseguido ¨gracias¨ a la pandemia, han superado las expectativas. El home office, será un cambio importante que formará parte de la nueva normalidad. Otro gran impacto se dará en los viajes de negocio, los cuales se reducirán de manera importante en la nueva normalidad. Por otra parte, las reuniones de trabajo como directorios, comités o capacitaciones ganarán mucho en efectividad y practicidad, al hacerse de manera virtual, cuya efectividad ha sido comprobada durante la pandemia. Todo esto generará nuevas ofertas de servicios y acelerará mejoras importantes en las tecnologías actuales. En suma, mucho mayor efectividad y menor costo para las empresas e instituciones.
  2. TELEMEDICINA. En este frente ya existían avances, pero aún incipientes. Sin embargo, la crisis ha servido para acelerar su desarrollo y muy pronto será la nueva normalidad. El principal uso es la consulta médica remota. Esto, además de ser mas cómodo y eficiente, servirá para mejorar la prevención y las urgencias. Por ahora solo se conversa con el médico, pero en un futuro cercano, éste podrá constatar los signos vitales del paciente, mediante dispositivos tecnológicos especiales, que se conectan a través del Smartphone. Además, el médico tendrá acceso automático a la historia clínica del paciente, en cualquier lugar donde se encuentre. Esto se complementa con un sistema de delivery de las medicinas recetadas, lo que cerrará el círculo de la consulta.
  3. PAGOS VIRTUALES (Contactless Payments). Esto ya está muy avanzado, inclusive en nuestro país. En muy poco tiempo los monederos y las monedas virtuales serán la nueva normalidad y solo se requerirá de un Smartphone para que se concreten las transacciones de movimiento de dinero, sin necesitar cuentas bancarias. Aquí el principal riesgo es la cyber seguridad, tema muy especializado e importante, del que se discutió mucho en el evento.
  4. EDUCACIÓN REMOTA. Esto se encontraba a niveles muy básicos cuando se inició la pandemia, pero ha tenido que acelerarse mucho para cubrir las necesidades generadas por la imposibilidad de la asistencia física. Aunque la tecnología y la conectividad estaban presentes, los instructores no estaban preparados y tampoco contaban con programas diseñados para este formato. La crisis los hizo improvisar y mal que bien, se vienen dando clases virtuales a todo nivel. En este campo hay muchísimo por hacer y se tiene que conseguir aceleradamente. Tecnológicamente lo mas necesario es mejorar la conectividad, pasando a una tecnología mas potente. Esta tecnología ya existe, es la 5G que es 20 veces mas potente que la actual 4G. El problema serán las antenas, que, a pesar de ser de menor tamaño se requieren muchas mas. Por ahora con G4 se puede, pero pronto se tendrán problemas de saturación. Definitivamente en este campo hay muchísimas oportunidades de desarrollo y de negocio en muchos frentes.
  5. E-COMMERCE / DELIVERY. Este formato de venta ya existe hace muchos años, pero como una segunda opción. A partir de ahora, se convertirá en la nueva normalidad del comercio. Aquí Amazon es el rey absoluto, desde hace muchos años. Para que tengan una idea de la dimensión de Amazon, en el 2019 distribuyó mas de 3,500 millones de paquetes en todo el mundo. Para ello cuenta con su propia flota de delivery, pero también utiliza a experimentados courriers como Fedex, UPS y DHL, a quienes controla milimétricamente. Esta nueva forma de vender se extenderá a muchos otros rubros que hoy no lo hacen y que tendrán que adecuarse. Aquí el gran diferenciador es la calidad del servicio. Esto significa que ya no se podrá enfocar únicamente en la calidad del producto y el precio, sino que tendrán que tomar en cuenta otros tres factores, que tendrán el mismo peso: (1) La recepción del pedido (order-entry), que podrá ser una App. (2) Empaque, aseo y sanidad y (3) El delivery a tiempo (o pickup en tienda o en lockers). Cualquiera de estos que falle, generará insatisfacción al cliente (hoy en día mucho mas exigente) y podrá poner en riesgo la imagen de la empresa. En este frente las oportunidades para desarrollar procesos, aplicaciones y servicios innovadores es muy grande y serán en beneficio del usuario.

En resumen, la nueva normalidad significará reuniones de trabajo, conferencias, consultas médicas y educación remotas; restaurants, cine y shows en casa; pagos y cobros sin efectivo y sin cuentas bancarias y compras sin salir de casa. Esto podrá generar una reducción del número de automóviles circulando por las calles y por ende la mejora del tráfico y el aumento de vehículos menores.

¡Pronto veremos con cuánta fuerza se instalará esta nueva normalidad, o si seguimos sumergidos en nuestro modus vivendi (caos) habitual! Lampadia




¿Sabes cuál es el propósito de tu empresa?

¿Sabes cuál es el propósito de tu empresa?

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas y Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

Escribo esto en la séptima semana de cuarentena y aunque aún no se asoma ningún resultado positivo, tal vez porque esta estrategia no es tan aplicable a un país con características tan especiales como el nuestro, prefiero enfocarme en que habrá un mañana diferente y espero que este ¨intermezzo¨ nos sirva al menos para recapacitar varias cosas con respecto al pasado y meditar y planear otras, con respecto a un futuro diferente.

De hecho, muchos nos hemos sorprendido, decepcionado y hasta asustado, de lo frágil que es nuestra forma de vida y lo rápido y fácil que todo se puede derrumbar, sin poder hacer mucho para detenerlo. Se creía que la humanidad había construido muy buenas barreras de seguridad, casi contra cualquier cosa. Además, sabíamos que la economía global estaba sólida y que la tecnología avanzaba exponencialmente, lo cual nos garantizaba muy rápidas y espectaculares soluciones para cualquier problema. Todo parecía andar sobre rieles. ¿Entonces que paso?

Lo que pasó es que, en un abrir y cerrar de ojos, un microscópico virus ha puesto de rodillas a todo el mundo, inclusive a las más arrogantes potencias. Esto no ha devuelto rápidamente a nuestra frágil realidad. Esta crisis ha desnudado muchos problemas, que sabíamos venían afectando a la humanidad y al planeta, pero por conveniencia, no queríamos admitir. Es decir, hemos estado viviendo en una ceguera voluntaria colectiva.

Luego de este golpe repentino y potente, lo que correspondería es tomar conciencia colectivamente y comenzar a cambiar lo que veníamos haciendo mal y sobretodo, lo que no veníamos haciendo. A partir de ahora, deberíamos ser mucho más consecuentes, más solidarios y buscar la sostenibilidad, tanto de la humanidad, como del planeta que habitamos. ¡Es decir, debemos abrir los ojos y comenzar a vivir con un firme propósito de sostenibilidad!

Para esto es necesario que las Organizaciones Mundiales, los Gobiernos, las Instituciones y las Empresas, tengan definido un claro propósito, que apunte a esto y que verdaderamente lo practiquen. Desde hace un tiempo, hay muchos movimientos que promueven este objetivo, sobretodo en los países nórdicos de Europa, así como algunos de Oceanía, como Australia y Nueva Zelanda. Pero a nivel mundial, el esfuerzo ha sido muy tímido y totalmente superado por la inercia y la ceguera colectiva. Sin duda, este virus, nos ha abierto los ojos y debería servirnos para promover el cambio.

Para ser justo, es importante reconocer que la generación ¨Millenial¨, comenzó hace algunos años a presionar por este cambio. Esta generación es muchísimo más consciente de la ecología y el bienestar de la humanidad y deben ser los protagonistas de este cambio.

Este cambio global, debería ser liderado por las Organizaciones Globales, las cuales lamentablemente tienen hoy una actuación intrascendente y hasta vergonzosa, así como una bajísima credibilidad. Si estas cumplieran cabalmente con su rol, se tendría uniformidad global en el tema y estaría muy avanzado, pero como esto no sucede, son los gobiernos los que individualmente han tomado la iniciativa. Sin embargo, esto viene sucediendo solo en muy contados casos. Aquí tiene que haber un cambio radical, que será muy difícil conseguir, pero dado lo que se busca y dado el susto que nos ha causado el virus, es el momento propicio para que se ponga la presión, la fuerza, la mente y los recursos necesarios para que esta burocracia internacional, comience a hacer lo que ha debido hacer siempre: trabajar para la sostenibilidad de la humanidad y del planeta que habitamos.

En el frente interno de los países, las instituciones y especialmente las empresas, deben enfrentar el tema con convicción y firmeza. Deben empezar por revisar y/o definir sus respectivos propósitos, haciendo que estos apunten a la sostenibilidad y no solo a los resultados económicos, ya que estos serán consecuencia directa del propósito.

¿Y cuál es el propósito de una empresa? Pues en pocas palabras es, su razón de ser. Es algo permanente. Es el alma de la organización y debe reflejar las motivaciones ideales, de las personas que trabajan en ella.

No se debe confundir el propósito de la empresa, con su misión o visión, ni mucho menos con los objetivos, que son solo los vínculos, para lograr el propósito.

La Misión es lo que la empresa quiere lograr en un periodo específico de tiempo. Por lo tanto, es temporal, mientras que el Propósito es permanente. El Propósito es el ¨WHY¨ (¿Porqué o para que hago lo que hago?) y la Misión es el ¨WHAT¨ (¿Qué es lo que hago?).

Por otro lado, la Visión de una empresa es una proyección futura de dónde le gustaría verse, entorno al mundo, a sus clientes y ella misma y los objetivos son las metas de corto plazo, que se propone la empresa como parte de su Plan Estratégico.

En nuestro país, las empresas generalmente no tienen o no han definido su Propósito. En algunos casos este es la tradición impuesta por sus fundadores, pero es más una costumbre, que una declaración escrita. Las empresas, en sus Planes Estratégicos, definen su misión, visión y objetivos, pero como vimos antes, estos son temporales. También definen sus valores, los cuales generalmente, son solo enunciados muy bonitos, pero no mucho más que eso.

Creo que esta crisis global, nos debe servir para que tomemos consciencia a todo nivel, que ya es hora de realmente tomar en cuenta la sostenibilidad en todo lo que hagamos.

Y tu, ¿sabes cual es el Propósito de tu empresa?

Si no lo sabes, pregúntalo y si no se sabe o no se tiene, conviértete en el promotor de que se defina y se practique de verdad. Como mencioné antes, los ¨millenials¨ van a ayudar mucho en este proceso, porque la mayoría no quieren trabajar para empresas que no piensen en la sostenibilidad del medio ambiente y en el respeto de todos sus stakeholders.

En cuanto a los inversionistas, existe una nueva corriente para utilizar factores adicionales a los ya conocidos análisis financieros y económicos, antes de decidir sobre una inversión o adquisición. Estos elementos (llamados ESG), tienen ahora igual o mayor peso que los tradicionales. ESG, son las siglas de los tres factores que definen la sostenibilidad: Medio Ambiente (Environment), Factor Humano (Social) y Buen Gobierno Corporativo (Governance).

Finalmente les doy algunos ejemplos de los enunciados de algunas de las corporaciones globales, que ya cuentan con un Propósito de Sostenibilidad y que lo vienen practicando conscientemente:

  • Cargill:      ¨Mejorar el estándar de vida alrededor del mundo¨.
  • Mary Kay: ¨Dar oportunidades ilimitadas a las mujeres¨.
  • Merck:      ¨Proteger y mejorar la vida humana¨.
  • Sony:        ¨Experimentar la alegría de aplicar la tecnología para beneficio del público¨.
  • Disney:     ¨Hacer feliz a la gente¨.
  • Kellogg´s: ¨Alimentar a las familias para que puedan prosperar y florecer¨.
  • IKEA:        ¨Crear una mejor vida cotidiana para toda la gente¨
  • Unilever    ¨Añadir vitalidad a la vida¨
  • Nestle:      ¨Mejorar la calidad de vida y contribuir a un futuro más saludable.

¨El propósito de sostenibilidad le da vida y sentido a la empresa, los resultados económicos, son una consecuencia directa de practicar este propósito¨. Lampadia




Yuval Noah Harari: el mundo después de coronavirus

Yuval Noah Harari: el mundo después de coronavirus

Financial Times
20 de marzo de 2020
Yuval Noah Harari

La humanidad ahora se enfrenta a una crisis global.  Quizás la mayor crisis de nuestra generación.  Las decisiones que las personas y los gobiernos tomen en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los próximos años.  Darán forma no solo a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política y cultura.  Debemos actuar rápida y decisivamente.  También debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones.  Al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta.  Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros aún viviremos, pero habitaremos en un mundo diferente.

Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en un elemento vital.  Esa es la naturaleza de las emergencias.  Avanzan rápidamente los procesos históricos.  Las decisiones que en tiempos normales podrían llevar años de deliberación se aprueban en cuestión de horas.  Las tecnologías inmaduras e incluso peligrosas se ponen en servicio porque los riesgos de no hacer nada son mayores.  Países enteros sirven como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala.  ¿Qué sucede cuando todos trabajan desde casa y se comunican solo a distancia?  ¿Qué sucede cuando escuelas y universidades enteras se conectan?  En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y las juntas educativas nunca aceptarían realizar tales experimentos.  Pero estos no son tiempos normales.

En este momento de crisis, enfrentamos dos opciones particularmente importantes.  El primero es entre la vigilancia totalitaria y el empoderamiento ciudadano.  El segundo es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad global.

Vigilancia bajo la piel

Para detener la epidemia, poblaciones enteras deben cumplir con ciertas pautas.  Hay dos formas principales de lograr esto.  Un método es que el gobierno monitoree a las personas y castigue a quienes infringen las reglas.  Hoy, por primera vez en la historia humana, la tecnología hace posible monitorear a todos todo el tiempo.  Hace cincuenta años, la KGB no podía seguir a 240 millones de ciudadanos soviéticos las 24 horas del día, ni podía esperar procesar efectivamente toda la información reunida.  La KGB dependía de agentes y analistas humanos, y simplemente no podía ubicar a un agente humano para seguir a todos los ciudadanos.  Pero ahora los gobiernos pueden confiar en sensores ubicuos y algoritmos poderosos en lugar de fantasmas de carne y hueso.

En su batalla contra la epidemia de coronavirus, varios gobiernos ya han implementado las nuevas herramientas de vigilancia.  El caso más notable es China.  Al monitorear de cerca los teléfonos inteligentes de las personas, hacer uso de cientos de millones de cámaras que reconocen la cara y obligar a las personas a verificar e informar sobre su temperatura corporal y condición médica, las autoridades chinas no solo pueden identificar rápidamente portadores sospechosos de coronavirus, sino también rastrear sus movimientos y Identificar a cualquiera con quien hayan entrado en contacto.  Una variedad de aplicaciones móviles advierte a los ciudadanos sobre su proximidad a los pacientes infectados.

Este tipo de tecnología no se limita al este de Asia.  El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recientemente autorizó a la Agencia de Seguridad de Israel a desplegar tecnología de vigilancia normalmente reservada para combatir terroristas para rastrear a pacientes con coronavirus.  Cuando el subcomité parlamentario pertinente se negó a autorizar la medida, Netanyahu la aplicó con un “decreto de emergencia”.

Podría argumentar que no hay nada nuevo en todo esto.  En los últimos años, tanto los gobiernos como las corporaciones han estado utilizando tecnologías cada vez más sofisticadas para rastrear, monitorear y manipular a las personas.  Sin embargo, si no tenemos cuidado, la epidemia podría marcar un hito importante en la historia de la vigilancia.  No solo porque podría normalizar el despliegue de herramientas de vigilancia masiva en países que hasta ahora las han rechazado, sino aún más porque significa una transición dramática de la vigilancia “sobre la piel” a “bajo la piel”.

Hasta ahora, cuando su dedo tocaba la pantalla de su teléfono inteligente y hacía clic en un enlace, el gobierno quería saber exactamente en qué estaba haciendo clic.  Pero con el coronavirus, el foco de interés cambia.  Ahora el gobierno quiere saber la temperatura de su dedo y la presión arterial debajo de su piel.

El pudin de emergencia

Uno de los problemas que enfrentamos al determinar dónde estamos parados en la vigilancia es que ninguno de nosotros sabe exactamente cómo estamos siendo vigilados y lo que pueden traer los próximos años.  La tecnología de vigilancia se está desarrollando a una velocidad vertiginosa, y lo que parecía ciencia ficción hace 10 años son hoy viejas noticias.  Como experimento mental, considere un gobierno hipotético que exige que cada ciudadano use un brazalete biométrico que monitorea la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca las 24 horas del día.  Los datos resultantes son atesorados y analizados por algoritmos gubernamentales.  Los algoritmos sabrán que estás enfermo incluso antes de que lo sepas, y también sabrán dónde has estado y a quién has conocido.  Las cadenas de infección podrían acortarse drásticamente e incluso cortarse por completo.  Tal sistema podría detener la epidemia en cuestión de días.  Suena maravilloso, ¿verdad?

La desventaja es, por supuesto, que esto le daría legitimidad a un nuevo y aterrador sistema de vigilancia.  Si sabe, por ejemplo, que hice clic en un enlace de Fox News en lugar de un enlace de CNN, eso puede enseñarle algo sobre mis puntos de vista políticos y tal vez incluso mi personalidad.  Pero si puede controlar lo que sucede con la temperatura de mi cuerpo, la presión arterial y la frecuencia cardíaca mientras veo el video clip, puede aprender qué me hace reír, qué me hace llorar y qué me pone realmente, muy enojado.

Es crucial recordar que la ira, la alegría, el aburrimiento y el amor son fenómenos biológicos al igual que la fiebre y la tos.  La misma tecnología que identifica la tos también podría identificar las risas.  Si las corporaciones y los gobiernos comienzan a recolectar nuestros datos biométricos en masa, pueden llegar a conocernos mucho mejor que nosotros mismos, y no solo pueden predecir nuestros sentimientos, sino también manipularlos y vendernos lo que quieran, ya sea un producto o un político.  El monitoreo biométrico haría que las tácticas de piratería de datos de Cambridge Analytica parecieran algo de la Edad de Piedra.  Imagine a Corea del Norte en 2030, cuando cada ciudadano tiene que usar un brazalete biométrico las 24 horas del día.  Si escuchas un discurso del Gran Líder y el brazalete recoge los signos reveladores de ira, estás listo.

Podría, por supuesto, defender la vigilancia biométrica como una medida temporal tomada durante un estado de emergencia.  Se iría una vez que termine la emergencia.  Pero las medidas temporales tienen el desagradable hábito de sobrevivir a las emergencias, especialmente porque siempre hay una nueva emergencia al acecho en el horizonte.  Mi país de origen, Israel, por ejemplo, declaró un estado de emergencia durante su Guerra de Independencia de 1948, lo que justificó una serie de medidas temporales, desde la censura de la prensa y la confiscación de tierras hasta regulaciones especiales para hacer budines (no es broma).  La Guerra de la Independencia se ganó hace mucho tiempo, pero Israel nunca declaró que la emergencia había terminado y no había abolido muchas de las medidas “temporales” de 1948 (el decreto de pudín de emergencia fue abolida misericordiosamente en 2011).

Incluso cuando las infecciones por coronavirus se reducen a cero, algunos gobiernos hambrientos de datos podrían argumentar que necesitan mantener los sistemas de vigilancia biométrica en su lugar porque temen una segunda ola de coronavirus, o porque hay una nueva cepa de Ébola en África central, o porque…  ¿entiendes la idea?  Se ha librado una gran batalla en los últimos años por nuestra privacidad.  La crisis del coronavirus podría ser el punto de inflexión de la batalla.  Para cuando las personas tienen la opción de elegir entre privacidad y salud, generalmente elegirán la salud.

La policía de jabón

Pedirle a la gente que elija entre privacidad y salud es, de hecho, la raíz del problema.  Porque esta es una elección falsa.  Podemos y debemos disfrutar tanto de la privacidad como de la salud.  Podemos elegir proteger nuestra salud y detener la epidemia de coronavirus no instituyendo regímenes de vigilancia totalitaria, sino empoderando a los ciudadanos.  En las últimas semanas, Corea del Sur, Taiwán y Singapur organizaron algunos de los esfuerzos más exitosos para contener la epidemia de coronavirus.  Si bien estos países han utilizado algunas aplicaciones de seguimiento, se han basado mucho más en pruebas exhaustivas, en informes honestos y en la cooperación voluntaria de un público bien informado.

El monitoreo centralizado y los castigos severos no son la única forma de hacer que las personas cumplan con pautas beneficiosas.  Cuando a las personas se les informan los hechos científicos, y cuando las personas confían en las autoridades públicas para contarles estos hechos, los ciudadanos pueden hacer lo correcto incluso sin un Gran Hermano que vigile sobre sus hombros.  Una población motivada y bien informada suele ser mucho más poderosa y efectiva que una población ignorante y vigilada.

Considere, por ejemplo, lavarse las manos con jabón.  Este ha sido uno de los mayores avances en la higiene humana.  Esta simple acción salva millones de vidas cada año.  Si bien lo damos por sentado, solo en el siglo XIX los científicos descubrieron la importancia de lavarse las manos con jabón.  Anteriormente, incluso los médicos y enfermeras procedían de una operación quirúrgica a la siguiente sin lavarse las manos.  Hoy, miles de millones de personas se lavan las manos todos los días, no porque le tengan miedo a la policía del jabón, sino porque entienden los hechos.  Me lavo las manos con jabón porque he oído hablar de virus y bacterias, entiendo que estos pequeños organismos causan enfermedades y sé que el jabón puede eliminarlos.

Pero para lograr ese nivel de cumplimiento y cooperación, necesita confianza.  La gente necesita confiar en la ciencia, confiar en las autoridades públicas y confiar en los medios de comunicación.  En los últimos años, los políticos irresponsables han socavado deliberadamente la confianza en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación.  Ahora, estos mismos políticos irresponsables podrían verse tentados a tomar el camino al autoritarismo, argumentando que simplemente no se puede confiar en que el público haga lo correcto.

Normalmente, la confianza que se ha erosionado durante años no se puede reconstruir de la noche a la mañana.  Pero estos no son tiempos normales.  En un momento de crisis, las mentes también pueden cambiar rápidamente.  Puede tener discusiones amargas con sus hermanos durante años, pero cuando ocurre alguna emergencia, de repente descubre un depósito oculto de confianza y amistad, y se apresura a ayudarse mutuamente.  En lugar de construir un régimen de vigilancia, no es demasiado tarde para reconstruir la confianza de las personas en la ciencia, las autoridades públicas y los medios de comunicación.  Definitivamente deberíamos hacer uso de las nuevas tecnologías también, pero estas tecnologías deberían empoderar a los ciudadanos.  Estoy totalmente a favor de controlar la temperatura de mi cuerpo y mi presión arterial, pero esos datos no deberían usarse para crear un gobierno todopoderoso.  Más bien, esos datos deberían permitirme tomar decisiones personales más informadas y también responsabilizar al gobierno por sus decisiones.

Si pudiera rastrear mi propia condición médica las 24 horas del día, aprendería no solo si me he convertido en un peligro para la salud de otras personas, sino también qué hábitos contribuyen a mi salud.  Y si pudiera acceder y analizar estadísticas confiables sobre la propagación del coronavirus, podría juzgar si el gobierno me está diciendo la verdad y si está adoptando las políticas adecuadas para combatir la epidemia.  Siempre que la gente hable de vigilancia, recuerde que la misma tecnología de vigilancia generalmente puede ser utilizada no solo por los gobiernos para monitorear a las personas, sino también por las personas para monitorear a los gobiernos.

La epidemia de coronavirus es, por lo tanto, una prueba importante de ciudadanía.  En los días venideros, cada uno de nosotros debería optar por confiar en los datos científicos y los expertos en atención médica sobre las teorías de conspiración infundadas y los políticos egoístas.  Si no tomamos la decisión correcta, podríamos encontrarnos renunciando a nuestras libertades más preciadas, pensando que esta es la única forma de salvaguardar nuestra salud.

Necesitamos un plan global

La segunda opción importante que enfrentamos es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad global.  Tanto la epidemia como la crisis económica resultante son problemas mundiales.  Solo se pueden resolver de manera efectiva mediante la cooperación global.

En primer lugar, para vencer al virus, necesitamos compartir información a nivel mundial.  Esa es la gran ventaja de los humanos sobre los virus.  Un coronavirus en China y un coronavirus en los Estados Unidos no pueden intercambiar consejos sobre cómo infectar a los humanos.  Pero China puede enseñar a los Estados Unidos muchas lecciones valiosas sobre el coronavirus y cómo tratarlo.  Lo que un médico italiano descubre en Milán a primera hora de la mañana bien podría salvar vidas en Teherán al anochecer.  Cuando el gobierno del Reino Unido duda entre varias políticas, puede recibir consejos de los coreanos que ya se han enfrentado a un dilema similar hace un mes.  Pero para que esto suceda, necesitamos un espíritu de cooperación y confianza global.

En los próximos días, cada uno de nosotros debería optar por confiar en los datos científicos y los expertos en atención médica en lugar de teorías de conspiración infundadas y políticos egoístas.

Los países deberían estar dispuestos a compartir información abiertamente y buscar consejo humildemente y deberían poder confiar en los datos y las percepciones que reciben.  También necesitamos un esfuerzo global para producir y distribuir equipos médicos, especialmente kits de prueba y máquinas respiratorias.  En lugar de que cada país intente hacerlo localmente y atesore cualquier equipo que pueda obtener, un esfuerzo global coordinado podría acelerar en gran medida la producción y garantizar que el equipo que salva vidas se distribuya de manera más justa.  Así como los países nacionalizan industrias clave durante una guerra, la guerra humana contra el coronavirus puede requerir que “humanicemos” las líneas de producción cruciales.  Un país rico con pocos casos de coronavirus debería estar dispuesto a enviar equipos preciosos a un país más pobre con muchos casos, confiando en que, si posteriormente necesita ayuda, otros países acudirán en su ayuda.

Podríamos considerar un esfuerzo global similar para agrupar al personal médico.  Los países menos afectados actualmente podrían enviar personal médico a las regiones más afectadas del mundo, tanto para ayudarlos en su momento de necesidad como para obtener una valiosa experiencia.  Si más tarde en el foco de los cambios epidémicos, la ayuda podría comenzar a fluir en la dirección opuesta.

La cooperación global también es vital en el frente económico.  Dada la naturaleza global de la economía y de las cadenas de suministro, si cada gobierno hace lo suyo sin tener en cuenta a los demás, el resultado será un caos y una crisis cada vez más profunda.  Necesitamos un plan de acción global, y lo necesitamos rápido.

Otro requisito es llegar a un acuerdo global sobre viajes.  Suspender todos los viajes internacionales durante meses causará enormes dificultades y obstaculizará la guerra contra el coronavirus.  Los países deben cooperar para permitir que al menos un goteo de viajeros esenciales continúe cruzando fronteras: científicos, médicos, periodistas, políticos, empresarios.  Esto puede hacerse alcanzando un acuerdo global sobre la preselección de los viajeros por su país de origen.  Si sabe que solo los viajeros cuidadosamente seleccionados fueron permitidos en un avión, estaría más dispuesto a aceptarlos en su país.

Desafortunadamente, en la actualidad los países apenas hacen nada de esto.  Una parálisis colectiva se ha apoderado de la comunidad internacional.  Parece que no hay adultos en la habitación.  Uno esperaría ver hace unas semanas una reunión de emergencia de líderes mundiales para elaborar un plan de acción común.  Los líderes del G7 lograron organizar una videoconferencia solo esta semana, y no resultó en ningún plan de este tipo.

En crisis mundiales anteriores, como la crisis financiera de 2008 y la epidemia de ébola de 2014, Estados Unidos asumió el papel de líder mundial.  Pero la actual administración estadounidense ha abdicado del trabajo del líder.  Ha dejado muy claro que le importa mucho más la grandeza de Estados Unidos que el futuro de la humanidad.

Esta administración ha abandonado incluso a sus aliados más cercanos.  Cuando prohibió todos los viajes desde la UE, no se molestó en darle a la UE ni siquiera un aviso previo, y mucho menos consultar con la UE sobre esa drástica medida.  Escandalizó a Alemania al ofrecer supuestamente mil millones de dólares a una compañía farmacéutica alemana para comprar los derechos de monopolio de una nueva vacuna Covid-19.  Incluso si la administración actual eventualmente cambia de táctica y presenta un plan de acción global, pocos seguirían a un líder que nunca se responsabiliza, que nunca admite errores y que rutinariamente se atribuye todo el crédito a sí mismo mientras deja toda la culpa a los demás.

Si el vacío dejado por los EE. UU. No lo llenan otros países, no solo será mucho más difícil detener la epidemia actual, sino que su legado continuará envenenando las relaciones internacionales en los próximos años.  Sin embargo, cada crisis es también una oportunidad.  Debemos esperar que la epidemia actual ayude a la humanidad a darse cuenta del grave peligro que representa la desunión global.

La humanidad necesita tomar una decisión.  ¿Recorreremos el camino de la desunión, o adoptaremos el camino de la solidaridad global?  Si elegimos la desunión, esto no solo prolongará la crisis, sino que probablemente dará lugar a catástrofes aún peores en el futuro.  Si elegimos la solidaridad global, será una victoria no solo contra el coronavirus sino contra todas las futuras epidemias y crisis que podrían asaltar a la humanidad en el siglo XXI.

Yuval Noah Harari es autor de “Sapiens”, “Homo Deus” y “21 lecciones para el siglo XXI”
Copyright ©  Yuval Noah Harari, 2020
Derechos de autor The Financial Times Limited.




¿Cómo estar preparados en la crisis?

Compartimos el diálogo sobre la crisis del coronavirus, entre Francisco Tudela, Pablo Bustamante y Román Cendoya.

GUÍA:

Introducción:
0:00 – 4:16

Pablo Bustamante
4:16 – 13:34

Francisco Tudela
13:34 – 26:29

Roman Cendoya
26:29 – 35:27

Preguntas y respuestas
35:27 – 1:06:49

Lampadia

 




El cinismo del populismo

El cinismo del populismo

Los sucesos políticos que han acontecido en el primer mundo en los últimos años nos deben llevar a la reflexión de que las crisis de las democracias ya no son un problema exclusivo de América Latina (ver Lampadia: Las democracias están en peligro en América Latina).

El populismo, y el cinismo que entraña, es también un fenómeno que se encuentra muy presente en la clase política dominante de países con un mayor desarrollo institucional como EEUU o Gran Bretaña (ver Lampadia: El nuevo conservadurismo). Y como relevó recientemente The Economist en alusión a Viktor Orban – primer ministro de Hungría – un líder populista conservador como Donald Trump o Boris Johnson, [El cinismo del populismo] en lugar de apelar a la mejor naturaleza de sus compatriotas, siembra división, aviva el resentimiento y explota sus prejuicios, especialmente sobre la inmigración”.

Ello no debe sorprendernos. Los presidentes o altos cargos políticos siempre han llegado al poder, en base al desprecio de los avances de anteriores administraciones, que en la mayoría de las veces han salpicado en escándalos de corrupción.

Por el contrario, el foco de nuestra preocupación debe estar más centrado en que la democracia, como sistema político, está perdiendo fuerza notoriamente a nivel mundial. A pesar de que aún persiste cierta competencia de partidos políticos previo a las elecciones tanto parlamentarias como presidenciales en Occidente, como es el caso de la UE (ver Lampadia: ¿Fragmentación política en Europa?), la preferencia de los votantes hacia alas partidistas radicales – que sientan precedentes de dictaduras y autocracias terribles – se ha incrementado considerablemente.

Así, una vez que llegan al poder los líderes de tales partidos, se puede visualizar fácilmente cómo transgreden las instituciones vigentes, deteriorando los sistemas democráticos. Ejemplos de ello es Boris Johnson con la suspensión reciente del Parlamento en Gran Bretaña para despejar un Brexit sin acuerdo o el cierre de gobierno más largo en toda la historia de EEUU que acometió en su momento Trump a inicios de año por una controversia en torno a la asignación de presupuesto para levantar un muro en la frontera con México.

Como concluye The Economist a partir de un análisis extenso de esta problemática a nivel global en un artículo que compartimos líneas abajo: “La respuesta al cinismo [del populismo] comienza con políticos que abandonan la indignación por la esperanza”. Pero adicionalmente a ello, como escribimos en Lampadia: Democracia y capitalismo,  consideramos que es fundamental que las clases medias no caigan en los engaños de los políticos populistas, quienes atrapados en la miopía del cortoplacismo, no ven los sendos progresos que han generado la globalización y el libre comercio, fenómenos tan desdeñados en sus discursos. Tenemos esperanza que la evidencia del progreso mundial producto de tales procesos finalmente podrá abrir los ojos tanto de los actores políticos como de la sociedad civil en su conjunto, de manera que no se pierda fe en los sistemas democráticos ni en los mercados libres. Lampadia

Populismo
La corrupción de la democracia

El cinismo está corroyendo las democracias occidentales

The Economist
29 de agosto, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Generalmente se cree que las democracias mueren a punta de pistola, en golpes de estado y revoluciones. En estos días, sin embargo, es más probable que sean estranguladas lentamente en nombre del pueblo.

Tomemos a Hungría, donde Fidesz, el partido gobernante, ha utilizado su mayoría parlamentaria para capturar a los reguladores, dominar los negocios, controlar los tribunales, comprar los medios y manipular las reglas para las elecciones. El primer ministro, Viktor Orban, no tiene que violar la ley, porque puede hacer que el parlamento la cambie. No necesita policía secreta para llevarse a sus enemigos en la noche. Pueden ser reducidos a medida sin violencia, por la prensa domesticada o el recaudador de impuestos. En forma, Hungría es una democracia próspera; en espíritu, es un estado de partido único.

Las fuerzas que trabajan en Hungría también están carcomiendo a otras políticas del siglo XXI. Esto está sucediendo no solo en las democracias jóvenes como Polonia, donde el partido Ley y Justicia se ha propuesto imitar a Fidesz, sino incluso en las más antiguas como Gran Bretaña y EEUU. Estos antiguos gobiernos no están a punto de convertirse en estados de un solo partido, pero ya están mostrando signos de descomposición. Una vez que la podredumbre se establece, es formidablemente difícil de detener.

En el corazón de la degradación de la democracia húngara está el cinismo. Después de que el jefe de un gobierno socialista popularmente visto como corrupto admitió que había mentido al electorado en 2006, los votantes aprendieron a asumir lo peor de sus políticos. Orban ha explotado con entusiasmo esta tendencia. En lugar de apelar a la mejor naturaleza de sus compatriotas, siembra división, aviva el resentimiento y explota sus prejuicios, especialmente sobre la inmigración. Este teatro político está diseñado para ser una distracción de su verdadero propósito, la manipulación ingeniosa de reglas e instituciones oscuras para garantizar su control del poder.

Durante la última década, aunque en menor grado, la misma historia se ha desarrollado en otros lugares. La crisis financiera persuadió a los votantes de que estaban gobernados por élites distantes, incompetentes y egoístas. Wall Street y la ciudad de Londres fueron rescatadas mientras la gente común perdió sus trabajos, sus casas y sus hijos e hijas en el campo de batalla en Irak y Afganistán. Gran Bretaña estalló en un escándalo sobre los gastos de los miembros parlamentarios. EEUU se atragantó con el cabildeo que canaliza el efectivo corporativo a la política.

En una encuesta realizada el año pasado, más de la mitad de los votantes de ocho países de Europa y América del Norte le dijeron al Pew Research Centre que no estaban satisfechos con el funcionamiento de la democracia. Casi el 70% de los estadounidenses y franceses dicen que sus políticos son corruptos.

Los populistas han aprovechado este estanque de resentimiento. Se burlan de las élites, incluso si ellos mismos son ricos y poderosos; prosperan y alimentan, enojo y división. En EEUU, el presidente Donald Trump dijo a cuatro congresistas progresistas que “regresen … a los lugares rotos e infestados de delitos de donde vinieron”. En Israel, Binyamin Netanyahu, un experto consumado, retrata las investigaciones oficiales sobre su presunta corrupción como parte de una conspiración del establecimiento contra su cargo de primer ministro. En Gran Bretaña, Boris Johnson, que carece de apoyo entre los parlamentarios para un Brexit sin acuerdo, ha indignado a sus oponentes al manipular el procedimiento para suspender el Parlamento durante cinco semanas cruciales.

¿Cuál podría ser el daño de un poco de cinismo? La política siempre ha sido un negocio desagradable. Los ciudadanos de las vibrantes democracias siempre han tenido una sana falta de respeto por sus gobernantes.

Sin embargo, demasiado cinismo socava la legitimidad. Trump respalda el desprecio de sus votantes por Washington al tratar a los opositores como tontos o, si se atreven a defender su honor o principio, como hipócritas mentirosos, una actitud cada vez más reflejada en la izquierda. Los Brexiteers y Remainers de Gran Bretaña se denigran mutuamente como inmorales, llevando la política a los extremos porque comprometerse con el enemigo es una traición. Matteo Salvini, líder de la Liga Norte de Italia, responde a las quejas sobre inmigración cortando espacio en refugios, sabiendo que los inmigrantes que viven en las calles agravarán el descontento. Orban tiene menos de la mitad del voto pero tiene todo el poder, y se comporta de esa manera. Al asegurarse de que sus oponentes no tengan interés en la democracia, los alienta a expresar su enojo por medios no democráticos.

Los políticos cínicos denigran las instituciones y luego las banalizan. En EEUU, el sistema permite que una minoría de votantes tenga poder. En el Senado eso es por diseño, pero en la Cámara es promovido por el gerrymandering (la manipulación de circunscripciones electorales) de rutina y la supresión de votantes. Cuanto más politizados se vuelven los tribunales, más se disputa el nombramiento de jueces. En Gran Bretaña, la artimaña parlamentaria de Johnson está haciendo daño permanente a la constitución. Se está preparando para enmarcar las próximas elecciones como una lucha entre el Parlamento y el pueblo.

La política solía comportarse como un péndulo. Cuando la derecha cometió errores, la izquierda ganó su turno, antes de que el poder volviera a girar hacia la derecha nuevamente. Ahora se parece más a una montaña rusa. El cinismo arrastra la democracia hacia abajo. Las partes se fracturan y se dirigen a los extremos. Los populistas persuaden a los votantes de que el sistema les está sirviendo mal y lo socavan aún más. Lo malo se vuelve peor.

Afortunadamente, hay mucha ruina en una democracia. Ni Londres ni Washington están a punto de convertirse en Budapest. El poder es más difuso y las instituciones tienen una historia más larga, lo que las hará más difíciles de capturar que las nuevas en un país de 10 millones de personas. Además, las democracias pueden renovarse a sí mismas. La política estadounidense se estaba desmoronando en la era de Weathermen y Watergate, pero recuperó la salud en la década de 1980.

Raspando el barril de Diógenes

La respuesta al cinismo comienza con políticos que abandonan la indignación por la esperanza. El hombre fuerte de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sufrió una derrota histórica en la carrera por la alcaldía en Estambul a una campaña incansablemente optimista de Ekrem Imamoglu. Los anti-populistas de todos los lados deberían unirse detrás de los encargados de hacer cumplir las reglas como Zuzana Caputova, el nuevo presidente de Eslovaquia. En Rumanía, Moldavia y la República Checa, los votantes se han alzado contra los líderes que han emprendido el camino de Orban.

La valentía de los jóvenes que han estado protestando en las calles de Hong Kong y Moscú es una poderosa demostración de lo que muchos en Occidente parecen haber olvidado. La democracia es preciosa, y aquellos que tienen la suerte de haber heredado una deben esforzarse por protegerla. Lampadia




La mayor crisis humanitaria desde 1945

El mundo enfrenta la mayor crisis humanitaria desde 1945 en que se fundó la ONU. Más de 20 millones de personas están en riesgo de hambruna en cuatro países, afirmaron las Naciones Unidas.

El coordinador de emergencias de la ONU, Stephen O’Brien, dio un informe el viernes al Consejo de Seguridad de la ONU detallando las condiciones en cuatro países (Yemen, Sudán del Sur, Somalia y el noreste de Nigeria), y la ONU publicó un informe donde afirma que están buscando recaudar 4,400 millones de dólares para el alivio de emergencia antes del final de marzo. Hasta ahora, según el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, sólo se han recaudado 90 millones de dólares, apenas el 2% del total necesario.

Una interminable cola de personas en Sudán del Sur esperan ser registradas por la Organización Internacional para las Migraciones y el Programa Mundial de Alimentos. Fuente: ONU

Según lo señalado por los funcionarios de la ONU, las poblaciones que corren el mayor riesgo son 7.3 millones en Yemen, 2.9 millones en Somalia, 5 millones en Sudán del Sur y 5.1 millones en Nigeria, para un total de 20.3 millones. El número de niños que padecen síntomas de malnutrición aguda se estima en 462,000 en Yemen, 185,000 en Somalia, 270,000 en Sudán del Sur y 450,000 en Nigeria, por un total de casi 1.4 millones.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamado similar, advirtiendo que la crisis que enfrenta Somalia ha sido “descuidada” por el mundo. “No olvidemos que cada una de estas personas es un caso individual de sufrimiento extremo”, dijo. “Hay una obligación moral para todos nosotros de hacer todo lo posible para apoyar a estas personas”. Además de la sequía y el hambre, las enfermedades, como el cólera y el sarampión, están empezando a propagarse.

Lamentablemente, como afirma el artículo del Financial Times de líneas abajo, la hambruna es un término técnico que requiere ciertos umbrales que deben cumplirse antes de ser declarada. La última vez que la ONU declaró una crisis alimentaria tan grave fue en 2011 en Somalia. 

Esta es una situación que no puede ser ignorada. En Lampadia hacemos un llamado a todas las personas a difundir esta noticia y apoyar de todas las maneras posibles a estos millones de personas que están sufriendo una indescriptible situación. Lampadia

¿Por qué el mundo se enfrenta a la peor crisis humanitaria desde 1945?

Conflictos y sequías desde Nigeria hasta Yemen pondrían a 20 millones de personas en riesgo
Un niño de 11 meses con desnutrición grave en Sudán del Sur en octubre pasado © AFP, Fuente: Financial Times

Financial Times
David Pilling, Editor de África
15 de marzo del 2017
Traducido y glosado por Lampadia

La ONU advirtió que el mundo enfrenta su mayor crisis humanitaria desde que la organización fue fundada en 1945. Se dice que 20 millones de personas enfrentan “niveles devastadores de inseguridad alimentaria” en Yemen, Sudán del Sur, Somalia y el noreste de Nigeria.

“Sin esfuerzos globales colectivos y coordinados, la gente simplemente morirá de hambre”, dijo Stephen O’Brien, jefe humanitario de la ONU, al Consejo de Seguridad el viernes. “Muchos más sufrirán y morirán de enfermedades”.

Las agencias humanitarias han estado advirtiendo durante meses y, en el caso de Somalia, durante años, de una inminente catástrofe. Pero la situación se ha deteriorado rápidamente en los últimos 12 meses. El mes pasado, la ONU y el gobierno de Sudán del Sur declararon una hambruna en algunas partes del país. La ONU dice que necesita 5,400 millones de dólares para hacer frente a la crisis, pero sólo tiene una pequeña fracción de esa cantidad lista para ser utilizada.

Aquí está una mirada a las causas de la escasez de alimentos y lo que se está haciendo.

¿Son estas crisis ocasionadas por el hombre?
La respuesta corta es sí, aunque en diversos grados. Somalia es la excepción.

Desde que Sudán del Sur, la nación más joven del mundo, se independizó en 2011, ha estado plagada de luchas internas. El gobierno del presidente Salva Kiir y su principal rival y ex diputado, Riek Machar, no lograron resolver diferencias étnicas profundamente arraigadas y luchas de poder a medida que el país entró en un espiral de guerra civil. Las agencias de ayuda dicen que, en algunas de las regiones más afectadas, múltiples milicias armadas están luchando por territorios. Los civiles han huido de sus tierras, exacerbando una aguda crisis alimentaria. Unos 100,000 ciudadanos se enfrentan a la hambruna y la ONU ha advertido que 5.5 millones de personas, o el 40 % de la población, están en riesgo.

El noreste de Nigeria ha sido un centro de militancia de Boko Haram. En los últimos 12 meses el gobierno ha hecho incursiones militares, pero cientos de miles de personas han sido forzadas a salir de sus casas o atrapadas en áreas de Boko Haram. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dice que las familias individuales se enfrentan a la inanición, pero la situación aún no es lo suficientemente amplia como para declarar oficialmente una hambruna.

El conflicto de dos años en Yemen ha empujado al estado árabe más pobre a una crisis humanitaria y ha llevado a millones de personas al borde del hambre. La guerra ha sido exacerbada por una lucha entre Arabia Saudita e Irán, potencias regionales rivales. Riyadh lanzó hace dos años una coalición militar liderada por sunitas para luchar contra los rebeldes de Houthi respaldados por Irán, que habían derrocado al gobierno. Más de 10,000 civiles han muerto. Cerca de 7 millones de personas se enfrentan a graves escaseces alimentarias. Los saudíes están bloqueando los puertos, aparentemente para detener el flujo de armas, pero también afectan a las importaciones de alimentos.

¿Y Somalia?
Somalia es diferente porque la razón principal del hambre es una sequía, descrita por los pastores como la peor en la memoria viva. Las temperaturas han aumentado en el Cuerno de África y los patrones climáticos se han vuelto más impredecibles, un fenómeno que culpa al calentamiento global. La falta de un gobierno efectivo y la insurgencia de al-Shabaab, un grupo aliado de al-Qaeda, no han ayudado, pero no son la causa principal del aumento del hambre. Kevin Watkins, director ejecutivo de Save the Children, visitó recientemente Puntland, en el noreste de Somalia, donde describió la situación como “en el límite”. Los restos de ganado muerto llenaban el paisaje. En 2011, se estima que hasta 260,000 personas murieron a causa del hambre, según un informe de la ONU y Fews Net, un grupo de alerta temprana de hambruna, en el que se culpaba a la comunidad internacional por actuar demasiado tarde. Watkins dijo que 2017 no necesita ser una repetición de eso. Pero podría serlo.

Una mujer saca agua de un pozo en Eyl en la región de Puntland en Somalia © AP, Fuente: Dailymail

¿Cuál es la definición de hambruna?
Las agencias de la ONU y los grupos de ayuda se adhieren a una definición estricta de hambruna establecida en una escala internacionalmente reconocida que va de uno (normal) a cinco (hambruna). La hambruna se declara cuando al menos el 20% de los hogares se enfrentan a la falta total de alimentos, los niveles de desnutrición aguda superan el 30% y más de dos por cada 10,000 mueren cada día.

¿Han caído las donaciones?
La crisis de refugiados desencadenada por la guerra en Siria ha absorbido mucha atención internacional y fondos. En los países occidentales, el atractivo por la ayuda externa es menor entre algunas partes de la población. Pero Challiss McDonough, portavoz regional del Programa Mundial de Alimentos, dijo que “una caída no es la palabra correcta”. Hablando desde Juba, capital de Sudán del Sur, añadió: “Es más bien como una situación abrumadora para el sistema humanitario: 20 millones de personas se enfrentan a una potencial hambruna. Hace un año se habría dicho que era inimaginable.”

¿Están condenados los países a repetir estas catástrofes año tras año?
No. Etiopía suele estar asociada con la hambruna debido a la hambruna de 1983-85 en la que murieron al menos 400,000 personas, con algunas estimaciones que sugieren un millón. Desde entonces, sin embargo, un nuevo gobierno -autoritario y represivo, pero con un fuerte programa de desarrollo- ha dado grandes pasos para evitar que se repita. El año pasado, Etiopía sufrió la peor sequía en al menos tres décadas. La gente sin duda pasó hambre, pero Addis Abeba fue capaz de montar una respuesta concertada que se hizo más fácil por la mejor infraestructura, años de rápido crecimiento económico y una planificación prudente.

Un estudio realizado por la Fundación para la Paz Mundial muestra que 115 millones de personas murieron de hambre entre 1870 y 1980, 90 % como resultado de guerras, conquistas y represión. Desde entonces, los números han disminuido. Pero si los estados se derrumban y si los gobiernos o los militantes ponen sus propios objetivos por encima de la seguridad alimentaria de la gente, la hambruna todavía puede afectarles.

Grandes épocas de hambruna en la historia reciente
Somalia, 2010-2012
En 2011, Somalia sufrió una hambruna que habría matado a casi 260,000 personas, la mitad de ellas niños. La hambruna fue causada por una severa sequía en el Cuerno de África y empeorada por la inestabilidad y el conflicto. El número de muertos superó los 220,000 muertos en una hambruna similar durante una guerra civil en 1992.
Sudán, 2008
En 2008, la ONU declaró oficialmente una hambruna por primera vez en zonas del sur de Sudán, que obtuvo la independencia tres años después. Se estima que 3.7 millones de personas fueron afectadas por la crisis, como resultado de la guerra y la sequía.
Corea del Norte, 1995-1999
Hasta 3.5 millones de personas murieron en la hambruna de cuatro años en Corea del Norte, causada por numerosos factores, como inundaciones, sequías y mala gestión económica.
Etiopía, 1983-1985
Se cree que centenares de miles de personas murieron de hambre en Etiopia a mediados de los años ochenta, después de que la sequía arruinó los cultivos.

Lampadia




El mundo pos crisis internacional

El mundo pos crisis internacional

La crisis internacional que se desató el 2008 y que todavía acecha a la humanidad tiene a la gente confundida y preocupada. Los titulares negativos se suceden uno tras otro. Europa no sale de la recesión, la China se  desacelera, Estados Unidos (EEUU) se enfrenta a un gran problema fiscal, Japón lleva veinte años de dificultades, se caen los precios de los commodities, se acaba el impulso monetario, ¡mamita, que nos cojan confesados!

 

En una situación así uno tiende a meterse al fondo del vaso para tratar de entender los problemas, lo malo de esto es que se pierde perspectiva. Así es que durante los torbellinos de esta larga crisis se nos pasan muchas noticias que pueden ir configurando un escenario internacional muy distinto del que se anticipar ahora.

No se trata de hacer predicciones del futuro, creo que nadie tiene la capacidad de anticiparlo más allá del muy corto plazo. Pero la historia demuestra que la humanidad tiene siempre la capacidad de sorprendernos con sus realizaciones y sus desarrollos tecnológicos. Por eso creo que vale la pena juntar unas cuantas piezas de información y especular sobre posibles desarrollos.

Energía

En las radios peruanas se siguen repitiendo los mismos asertos sobre la escasez de petróleo que se nos viene y los manejos geopolíticos de las grandes potencias. La verdad es que el escenario ha cambiado completamente. Con el gas de esquisto (Schale gas), se nos presenta una situación futura para la producción de energía, inimaginable hace poco tiempo, abundancia de hidrocarburos en muchas zonas del mundo, especialmente en EEUU, que se convertiría en exportador de petróleo por los próximos cien años.

En las costas de Japón, otro país con déficit crónicode energía, la tercera potencia mundial, se ha descubierto hidrato de metano. Este compuesto encierra un gran potencial energético, cada libra del hidrato equivale a 164 libras de gas. Se le conocía debajo del permafrost (las capas de hielo permanentes), pero se estima que con las nuevas tecnologías se puede explotar en los zócalos continentales en condiciones adecuadas para el medio ambiente.

Cambio climático y medio ambiente

Hay en general, gran pesimismo sobre el tema del cambio climático y el calentamiento global. Efectivamente, se ha avanzado muy poco en los acuerdos globales, pero recientemente, en la última cumbre chino-americana ha habido notables desarrollos. Xi Jinping y Barack Obama, en California, en junio pasado, intercambiaron ideas durante nueve horas y, entre otras cosas, acordaron trabajar el tema climático en conjunto. Los dos mayores emisores de gases invernadero tendrán una agenda común. Por otro lado, es evidente que el acceso a energía basada en hidrocarburos, de costos muy bajos, debería permitir que se dirijan fondos de investigación a producir energías limpias sobre la base de hidrocarburos y carbón. Esto sería especialmente positivo para los países africanos que aún no cuentan con electricidad y tienen abundantes reservas de carbón.

Estados Unidos

Según dijo Kishore Mahbubani, un notable académico y conferencista de Singapur,  en el último World Economic Forum de Davos, EEUU será el próximo país emergente gracias a la disponibilidad ilimitada de energía barata basada en el gas de esquisto. Efectivamente, ya se especula con el regreso a EEUU de las acerías y otras industrias intensivas en energía. Igualmente se editorializa sobre que los proyectos de cobre pueden ser más económicos en el gran país del norte que en Chile, producto del costo energético.

¿Se imaginan todo lo que puede pasar en EEUU con estos desarrollos? ¿No es posible imaginar una gran recuperación económica de un EEUU que se re-industrializa? ¿Otra vez, uno de los grandes motores del crecimiento económico global?

China

Solo unas cuantas preguntas: ¿Está la China peor o mejor creciendo a un menor ritmo? ¿No era lo que se deseaba, para evitar el sobrecalentamiento y un aterrizaje forzoso? ¿No se quería que reoriente su economía desde un crecimiento basado en exportaciones e inversiones, a uno basado en el consumo interno, público y privado, como está promoviendo su nueva dirigencia?

Por otro lado, China todavía está a medio camino de su “gran salto adelante” como una pujante economía de mercado. Si Mao saliera de su tumba tendría que morirse de nuevo, pero esta vez de vergüenza. ¿Va a parar la China su desarrollo de infraestructuras? ¿Va a suspender la creación de ciudades y la incorporación de las poblaciones rurales a la economía moderna? Muy difícil. ¿Va a seguir demandando cemento, acero y cobre? Usted dirá, amigo lector.

Japón

Veinte años de deflación y un fisco que pasó de una muy buena situación al sobreendeudamiento. Hoy tiene un sector privado con abundantes recursos financieros, buenas perspectivas energéticas, una vecindad que prospera rápidamente y un nuevo programa económico que parece haberse tomado muy en serio, la recuperación del crecimiento económico.

Europa

Crisis larga y profunda que demorará mucho en resolverse y, tal vez, solo sin el Euro. Dos grandes metidas de pata, beneficios sociales, muy deseables, pero insostenibles en el largo plazo, por un lado; y acceso ilimitado a deuda a muy bajas tasas, las alemanas, para todos los miembros del club del Euro.Esto generó un grosero y muchas veces, improductivo sobreendeudamiento, que solo se puede pagar en el muy largo plazo o saliendo del Euro para devaluar y crear inflación. Europa está ahora castigada con un desempleo que llega a niveles de catástrofe, 52% de los jóvenes en España está en para. Además se le viene una acelerada disminución de la PEA (población económica activa) en relación al total de sus poblaciones, menos brazos y mentes para generar riqueza. Europa tiene que reinventarse una vez que asuma su nueva realidad.

Conclusiones

Como hemos visto, no todo son malas noticias, la humanidad puede estar ad portas de un nuevo ciclo de crecimiento que nos lleve a lograr lo que plantea The Economist para el año 2030, la superación de la pobreza. En un reciente análisis, The Economist muestra cómo, entre 1990 y 2010, la pobreza global se redujo en mil millones de personas llegando a algo más de mil millones. Agregan que de mantenerse este ritmo, durante los próximos veinte años, al 2030 se debiera, prácticamente, superar la pobreza en el mundo.

Esperemos que este siglo sea mucho mejor que el siglo XX. El próximo año se cumplen 100 años de la primera guerra mundial, con la que se inició un proceso muy negativo para la humanidad, que solo terminó hacia el final, con la caída del muro de Berlín y del imperio soviético. Esperemos que el año 2014, tengamos una visión más positiva de nuestro futuro.