1

No temas al crecimiento – ya no es el enemigo del planeta

No temas al crecimiento – ya no es el enemigo del planeta

Publicado por The Guardian, Inglaterra, 24 de agosto 2014

Por: Chris Huhne, ex Secretario de Estado para Energía y Cambio Climático.

Traducido por Lampadia

Durante siglos, el aumento del PBI ha ido de la mano con la quema de combustibles fósiles. Pero la tecnología ha roto ese vínculo.

Hasta ahora la historia de la prosperidad humana ha utilizado principalmente energía barata y abundante. Sin embargo, algo muy importante ha estado sucediendo. Por primera vez en la historia, estamos aumentando nuestra riqueza haciendo uso de menos energía. Esa es una buena noticia para los presupuestos, los ingresos y el planeta. Hemos llegado a un punto de inflexión tecnológica.

Desde la Edad Media, el nivel de vida mejoraba a un ritmo muy lento, y hacíamos poco daño al planeta, ya que los bosques en constante crecimiento absorbían el carbono de la quema de madera. La población era pequeña. Liderábamos vidas que eran, según la frase de Hobbes, “desagradables, brutales y cortas”. Luego, en el siglo 18, empezamos a quemar carbón a gran escala y la revolución industrial hizo que el gráfico se pareciera a un palo de hockey: de pronto los ingresos se duplicaban en solo décadas, después de siglos de estabilidad. El PBI real en Inglaterra y Gales se duplicó desde 1830 hasta 1864, de nuevo en 1898, y de nuevo en 1951, a pesar de dos guerras mundiales.

El producto bruto interno es una medida de actividad, no de bienestar. Pero existen muchas pruebas de un progreso real. Si la vida es mejor que la muerte, esta oleada de crecimiento fue más bien buenas noticias. La esperanza de vida masculina al nacer en Inglaterra y Gales en 1841 era de tan sólo 40 años. En 1950, era 66. Según las últimas cifras del 2012 es de 79 años para los hombres y 83 para las mujeres.

Esta prosperidad y bienestar sin precedentes estaba íntimamente ligada a la quema de combustibles fósiles y, por lo tanto, a la causa de emisiones de carbono y calentamiento global. Y estamos pagando con el aumento constante de carbono y temperatura en comparación con los niveles pre-industriales.

Es por esto que muchos pensadores “verdes” han sospechado, con razón, del crecimiento económico: la curva de aumento de los niveles de vida ha sido seguida por la curva de aumento del consumo de energía a partir de carbón, petróleo y gas. La simple respuesta fue puritanismo verde: cambiar nuestro estilo de vida. Dejar el cilicio. Dejar de consumir tanto. Detener el crecimiento – y, por lo tanto, detener la contaminación.

La buena noticia es que podemos ver cada vez cerca un futuro donde la tecnología hace la mayor parte del cambio para nosotros. Los lectores de las estadísticas de energía del Digest del Reino Unido encontrarán una tabla extraordinaria en la nueva edición: el enlace de dos siglos entre el crecimiento y la energía se ha roto. La economía del Reino Unido se ha duplicado en términos reales desde 1985, pero el consumo total de energía es exactamente el mismo que era en ese año. De hecho, el consumo de energía se ha reducido desde 1970, mientras que la economía se ha casi triplicado su tamaño.

Por supuesto, la industria es un gran usuario de energía, y una gran cantidad de industria pesada ha emigrado a China y otras partes del mundo con bajo costo de mano de obra. El uso de energía y emisiones de carbono globales está aumentando debido a la población y el crecimiento de los ingresos, pero la tendencia de ahorro de energía es visible incluso en los países en desarrollo. El PBI global por unidad de energía es 35% más alto de lo que era en 1990.

¿Qué ha estado sucediendo? Los autos son mucho más eficientes, incluso siendo más grandes. Un buen supermini ahora utiliza más de 70 millas por galón de combustible, mientras que los mini más eficientes en 1965 utilizaban 43 millas por galón. Con los híbridos y vehículos totalmente eléctricos se viene una mayor economía de combustible. También se están utilizando más los trenes: trenes eléctricos funcionan mejor que los de diesel. Casi dos tercios de nuestras facturas de luz vienen de la calefacción del hogar, y nuestros calentadores son ahora mejores y las casas mejor aisladas: La revista “Which?” estimó recientemente que una nueva caldera de condensación ahorrará un 39% sobre la antigua. Para una casa típica británica, esto representa un ahorro de £ 460 al año. Nuestros artículos para el hogar utilizan mucho menos electricidad que antes. Una nevera o congelador ahora utiliza la mitad de electricidad que un modelo de tamaño similar hace 20 años.

Y este proceso no está desacelerándose. El costo de la iluminación está colapsando. Un diodo emisor de luz (LED) dará la misma cantidad de luz que una anticuada bombilla incandescente de Edison, con un ahorro en el consumo de electricidad del 93% (y ahora se pueden conseguir versiones regulables y que emitan calor). Un negocio funciona con tres cambios de turno en un día – y por lo tanto utiliza una gran cantidad de luz – me dijo que recientemente ha sido reequipado con productos LED, y la inversión se amortizó en poco más de un año.

Parte de esto es simplemente una respuesta al mercado. El petróleo en los años 60 costaba 3 dólares por barril. Ahora cuesta $ 103. Como era de esperarse, el aumento de los costos de energía ha puesto una prima en las nuevas tecnologías de ahorro de energía y el despliegue de los ya existentes. Algunas políticas del gobierno también han ayudado. Estándares de emisiones de vehículos de California han impulsado la adopción de vehículos eléctricos, la creación de un mercado para el Tesla, y la UE y los EE.UU. han impuesto normas estrictas para los aparatos.

Los negocios están destinados a ser los primeros en adoptar las tecnologías de ahorro de energía, porque los minoristas y las empresas de distribución pueden llegar a gastar una fortuna en energía. Se utilizan para la evaluación de inversiones y retornos, mientras que las familias a menudo se dejan intimidar por el costo inicial más alto, y los hogares más pobres simplemente no pueden afrontar el costo del interruptor de productos de bajo consumo de energía a pesar de que se recupere el gasto rápidamente. Los hogares más pobres simplemente no pueden permitirse el costo por adelantado. Es por eso que es tan crucial para el gobierno fomentar el ahorro de energía en los hogares.

También es por eso que una de las decisiones más miopes de este gobierno fue reducir a la mitad la cantidad de apoyo para el ahorro a través de la subvención ‘Eco’, y otra es la decisión dada este verano de poner fin al sistema de devolución de dinero por el pacto ecológico de ahorro de energía, ya que era demasiado exitoso. El presupuesto de 120 millones de libras asignado hasta la próxima primavera se agotó en seis semanas.

Malas políticas y tesorería cortoplacista, son una vergüenza (sin ser novedad). Pero el panorama es claro, y optimista. El ahorro de energía está funcionando. El crecimiento verde tiene sentido, y está sucediendo. Hay un futuro que preserve las ganancias de la industrialización sin sus pérdidas contaminantes. Nuestros niveles de vida están subiendo, mientras que nuestro consumo de energía no.




No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza

No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza

Como hemos explicado anteriormente nuestra economía se frenó básicamente por la disminución de la inversión minera (el principal motor de la economía y un factor fundamental para el desarrollo de nuestro nuevo sector industrial y las mejoras de todos los indicadores económicos y sociales), y por la maraña de regulaciones que poco a poco nos ha ido inmovilizando (ver en Lampadia (L): Subdesarrollo por Ley, de Carlos Adrianzén, que nos comenta unas cifras de escándalo: en el 2013 se dieron 38,845 nuevas disposiciones legales y en los últimos cinco años 136,840).

La regulación se ha ido incrementado en los últimos cuatro gobiernos, pero específicamente se ha intensificado contra la inversión privada durante la gestión de Ollanta Humala, quien ´oficializó´ la prédica anti-minera (ver en L: El “Paquete Continuo” anunciado en la Hora N por el Ministro de Economía y Finanzas).

Una vez que la desaceleración se hizo evidente, le echamos la culpa al cobre, a China y a los malos vientos. No quisimos reconocer nuestro error y tampoco quisimos entender que, a diferencia de otros países, el Perú tiene una ´reserva productiva´ que nos permitiría multiplicar la producción en todos los sectores vinculados a los recursos naturales (RRNN) y compensar cualquier disminución de los precios de los commodities (ver en L: El reto de los economistas peruanos ante el bicentenario).

Mucho menos, se quiso analizar nuestra realidad y ver que estaban haciendo, por ejemplo, Colombia, México y la India (con su nuevo Primer Ministro Modi). Preferimos, en cambio, creerle a nuestro Ministro de la Producción, Piero Ghezzi, quien manifestó que se había acabado nuestro ciclo de crecimiento impulsado por la minería y que teníamos que buscar “nuevos motores”. Nos dio a entender que con ellos creceríamos nuevamente entre 7 y 8%.

Buena parte del país, empezando por el gobierno y los medios, no tuvieron  entonces, el incentivo para pensar un poco más y seguir analizando nuestras opciones, porque la solución venía fácil del ministerio de la Producción y su Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP). A diferencia de los proyectos mineros y petroleros, aguantados por las regulaciones y el mal clima de inversión, los nuevos motores, sin duda, muchísimo más pequeños que nuestros RRNN, tardarán años en dar frutos.

Así, caímos en una trampa que nos llevará a la ´gran frustración´. Esta no es la primera vez que el país se equivoca por malas políticas públicas y por la anomia de su clase dirigente. Por ejemplo, ¿qué nos ha informado y advertido sobre todo esto la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo (SNMPE)? Nada.

No podemos dejar de notar que el líder de la nueva magia, el ministro Ghezzi, es un poco desconcertante: por ejemplo, cuando el 15 de julio pasado (2014), Alejandra Cruz, de la República le preguntó: “El Ministro de Economía ha dicho que el paquete de reactivación permitirá crecer de manera sostenida a tasas de 6%. ¿Cuándo veremos ese efecto?”. Ghezzi contesta: “La economía no es una ciencia exacta, es más bien un arte; al igual que lo es predecir. En ese sentido es difícil cuantificar el efecto o decir cuando se dará”. [Pero sí afirma que el PNDP nos dará 7 a 8% de crecimiento anual y que para el 2021, si hacemos lo que él dice, el PBI p.c. será de US$ 30,000]. Todavía más, llama la atención que el 6 de agosto pasado (2014), cuando Azucena León, de Portafolio de El Comercio le pregunta al mismo Ghezzi: “¿Seguirá como ministro de la Producción?”, el ministro responde: “Sí, claro, estoy feliz. No tengo que preocuparme por la ´caja´ y podría ser recordado como el ministro del desarrollo económico”.

Volviendo al tema de la pobreza, anunciado en el título de este artículo, nuestra idea es aprovechar un último artículo de The Economist. En él se  desmitifica las mediciones de la pobreza que pretenden crear indicadores sofisticados como el de la pobreza multidimensional (ver en L: El índice de Progreso Social y el PBI per cápita). Ahora que dejaremos de crecer por las razones arriba señaladas, también caerá el ritmo con el que se venía reduciendo la pobreza, por ello es importante que estemos mejor informados sobre las verdaderas causas del descenso de la economía y su impacto en el aumento de la pobreza  y de cómo se la debe medir. Así, evitaremos que algún otro mago se saque del sombrero una “solución” que supuestamente nos lleve al desarrollo integral. Lampadia

Artículo de The Economist 

Ancho, no profundidad

Medidas de Pobreza

Artículo de The Economist del 28 de Julio, 2014. Traducido por Lampadia

“Esta medida de un dólar al día”, dice Amartya Sen, premio Nobel de Economía, “no tiene en cuenta muchas variantes que influyen en la conversión de los ingresos en el buen vivir.” Sen sostiene que si simplemente nos centramos en la erradicación de la extrema pobreza (vivir con menos de 1.25 dólares al día), no nos enfocaremos en importantes problemas sociales que no están relacionadas con los ingresos. Por consiguiente, ha sido uno de los principales defensores de la elaboración de indicadores alternativos, como el Índice de Desarrollo Humano-cuya edición más reciente fue publicada la semana pasada. Pero ¿qué utilidad tienen estos índices?

El propósito del desarrollo alternativo y la data de la pobreza es mirar más allá del dinero y reconocer que las personas pueden estar en desventaja en áreas distintas a la de la renta, como la nutrición, la educación y la vivienda. El argumento es que el desarrollo económico no se traduce necesariamente en una mejora de estas medidas no económicas. La desnutrición infantil en la India, por ejemplo, ha sido persistente a pesar del rápido crecimiento económico del país y la impresionante reducción de la pobreza extrema. Esta fue la idea detrás del desarrollo del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que considera diez indicadores de la pobreza, incluyendo la nutrición, la mortalidad infantil, el saneamiento, la electricidad, el acceso al agua limpia y años de escolaridad.

Medir estas cosas es útil, pero ¿hasta qué punto pintan un cuadro de pobreza diferente a la de 1.25 dólares al día? A pesar de que es más completo, el IPM en realidad parece tener una relación estadística tan sólida con las mejoras en los ingresos, como la de la data de extrema pobreza [monetaria].

Datos recientes de la Iniciativa de Oxford sobre Pobreza y Desarrollo Humano muestran que la relación entre el monto de IPM y el ingreso por persona es tan robusta como la que existe entre la cantidad de pobreza extrema y el ingreso por persona. Los gráficos siguientes muestran estas dos relaciones para 97 países. Existe, como era de esperar, una asociación fuerte y negativa entre el índice de pobreza extrema y el PBI per cápita; ya que cuando los países se hacen más ricos, esperamos que los ingresos de los más pobres aumenten (véase el gráfico de la izquierda). Llama la atención, sin embargo, ver que existe una relación igualmente fuerte y negativa entre el número IPM y el ingreso por persona (véase el gráfico de la derecha).

Para los hacedores de políticas [autoridades y expertos], la data también sugiere que el aumento de los ingresos se traduce en menores niveles de pobreza multidimensional. A pesar de las preocupaciones de los economistas, el argumento de que [al medir] solo los ingresos monetarios se obvia mucha información, no parece tener mucho peso. El crecimiento económico puede, entonces, no sólo ser la mejor manera de superar la pobreza extrema, sino también de reducir los aspectos no económicos, como las terribles carencias sociales.




Falta de inversión desacelera el crecimiento

Falta de inversión desacelera el crecimiento

Las economías de Chile y Perú están mostrando signos de desaceleración más fuertes de lo esperado este año, sin embargo nuestro vecino es quien está recibiendo el golpe más duro. En el último reporte de Bloomberg, a julio de este año, las proyecciones de crecimiento de Chile se han reducido en 2.1 %, mientras que las del Perú en 0.3%, según lo publicado por El Mercurio de Chile (6 de agosto 2014).

En junio, el Banco Central de Chile redujo sus expectativas de crecimiento para este año a un rango entre 2.5% y 3.5%, desde un rango previo de 3% a 4% en marzo. Por su lado, el Banco Central de Reserva del Perú, también redujo sus expectativas del PBI a 4.4% desde una estimación anterior de 5.5%.

La baja en la expectativa de Chile se debe al deterioro reflejado en el IMACEC (Indicador Mensual de Actividad Económica), que mostró una expansión mínima de 0.8% en junio. Esto es consecuencia, mayormente, del menor crecimiento de la industria, menores crecimientos de China y desaceleración del consumo interno, que afectan la economía. En los primeros seis meses del año, las importaciones tuvieron una caída del 8.2% y las exportaciones apenas subieron 0.5%.

Asimismo, parte del deterioro de su economía se debe a la incertidumbre causada por las reformas estructurales de la actual presidenta Michelle Bachelet (Ver en Lampadia (L): Chile: Limites al crecimiento), aunque ella asegura que “a mediados de nuestro gobierno esperamos estar nuevamente con la casa bien ordenada y creciendo establemente”. Sin embargo, actualmente, la incertidumbre e inestabilidad están causando graves problemas en la inversión, que se ha reducido considerablemente. El Director de Derco afirma que “el 80% de la desaceleración es por factores internos” y que es la falta de estabilidad en la economía y el trabajo lo que está afectando las expectativas de los consumidores, alimentados por “una avalancha de medidas, cambios, todos simultáneos y radicales, como si el mundo se fuese a acabar en pocos meses y que dan la sensación de que todo lo pasado estaba mal hecho. Existe un serio problema, además, de alineamiento entre las autoridades. Todo ello produce confusión.” (L: ¿Tropieza Chile?)

En el caso del Perú, nuestra economía también viene desacelerándose en los últimos meses. Durante el primer trimestre del año, el crecimiento del PBI fue de 4.9%, nivel inferior al esperado de 5.5%. Esta desaceleración se explica por un menor crecimiento de la inversión privada, que constituye entre el 80-85% de la inversión total y es uno de los principales motores de nuestro crecimiento.

La razón de esta reducción de la inversión es, al igual que Chile, un problema interno más que externo, mayormente causado por trabas del mismo gobierno mediante permisos y lentitudes burocráticas. El principal factor que nos está golpeando es la desaceleración de la inversión privada causada por el deterioro de la confianza, las expectativas y el clima de inversión. (L: ¡Es el Estado,… estimado!).

La disminución del ritmo de inversión privada en el Perú se da en los sectores vinculados a nuestros recursos naturales, pues hasta se puede entender que con la búsqueda de los llamados ´nuevos motores´ de crecimiento del PNDP (Plan Nacional de Diversificación Productiva), se están cambiando los motores en pleno vuelo. En nuestra opinión esto no solo es un error de interpretación de la realidad nacional y su potencial, sino también es como ´convertir un Jumbo en un bimotor´ (en el corto plazo), una temeridad.

Tal situación se debe a fallas sistémicas del gobierno a la hora de dar mensajes claros a la población, la falta de liderazgo del gobierno y las debilidades de nuestra burocracia para impulsar los grandes proyectos. (L: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión.)

En general, en todo Latinoamérica se puede observar una reducción en las expectativas de crecimiento, inclusive en gigantes como Brasil, que está teniendo graves problemas primordialmente por masivas protestas ante los elevadísimos costos de vida, los deficientes servicios públicos, el estancamiento económico y la corrupción en la esfera política, que revelan el fracaso de la conducción de Rousseff y la urgente necesidad de profundas reformas (L: Brasil sin rumbo ni brújula).  Solo hace unos días reportamos un crecimiento de Brasil para este año de 1.5% (L: Brasil: Del optimismo de Lula a la frustración de Rousseff – La caída de un gigante crea incertidumbre en la región), ahora Bloomberg lo estaría reduciendo a 1.3% del PBI.

Además de Brasil, el resto de países que conforman los BRIC, quienes iban a ser los grandes impulsores de la economía global, han perdido velocidad y brillo. Por otro lado, para Colombia se estima un incremento adicional de 0.3% del PBI (L: Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…). Polonia, en cambio, lleva un crecimiento galopante impulsado por profundas reformas a todo nivel: económicas, educativas e institucionales (L: Polonia: La nueva estrella europea).

No nos engañemos, ni nos dejemos engañar. En nuestro caso, la principal causa de esta disminución de crecimiento es por el desconocimiento de nuestra realidad, la falta de confianza y la inestabilidad política interna. No somos los únicos en sufrir estos embates políticos que ante diversos estímulos hacen que los gobernantes disparen a cualquier parte.El Perú, a diferencia de la mayoría de países, está desperdiciando grandes oportunidades de crecimiento (L: El Perú de espaldas a la minería). Debemos tomar acción y realizar medidas para crear un clima favorable a la inversión, y parar esta desaceleración, poniendo en valor nuestras potencialidades. Lampadia




La caída de un gigante crea incertidumbre en la región

La caída de un gigante crea incertidumbre en la región

En una reciente entrevista concedida a El País de España, el ex presidente chileno, Ricardo Lagos, señaló que el Mercosur y la Alianza del Pacífico (AdP) “podían(…) avanzar a distintas velocidades”. Además, indicó que Brasil podía darse el lujo de tener una economía cerrada, porque era un país-continente. Una buena disculpa de Lagos, que no usan la China, India, México, EEUU, y tantos otros países grandes (continente) para justificar tremendo error. Mientras el Mercosur es proteccionista, la Alianza se orienta al libre comercio. Estas diferencias no parecen preocuparle al ex presidente quien estaría defendiendo la postura chilena que ahora quiere jugar varios partidos a la vez.

Las declaraciones de Lagos recogen las del actual canciller chileno, Heraldo Muñoz. Como revelara Andrés Oppenheimer, Muñoz le confesó que: “Chile quiere invitar a Brasil a participar de alguna forma en la AdP. Cuando le pregunté si esa no es una receta para enfriar o acabar con la AdP, el canciller chileno rechazó esa sugerencia. (…) Cuando le señalé que invitar a Brasil también podría tener el efecto de enfriar los planes de la AdP, porque un tren avanza a la velocidad de su vagón más lento, Muñoz respondió que no hay necesidad de desacelerar a la Alianza, porque el bloque comercial del Pacífico puede avanzar perfectamente ‘a dos velocidades’”, cosa imposible y absurda, como indicamos en la siguiente nota de Lampadia: El futuro de la Alianza del Pacífico).

El problema es que hoy Brasil, no solo avanza más lento, sino que está retrocediendo. Recientemente, en el ranking de deuda soberana, BlackRock calificó negativamente al Brasil debido al aumento en su deuda de corto plazo, mientras que el Perú recibió una buena calificación, ver en Lampadia: BlackRock Sovereign Risk Index.

Estas no son las únicas malas señales que llegan de Brasil. La incertidumbre sobre su rumbo económico se acrecienta debido al proceso electoral por el que atraviesa (las elecciones presidenciales están previstas para el 5 de octubre próximo).

Y es cierto, en estos momentos, la inflación pareciera empezar a descontrolarse. Los expertos del mercado financiero pronostican que la inflación llegará a 6.41 %, muy próxima al límite máximo establecido por el Gobierno. La presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, días atrás se vio obligada a aclarar “[La inflación] está en el techo de la meta. Vamos a quedarnos en ese techo”, destacó la presidenta.

Asimismo, Rousseff ha tenido que dar explicaciones por el mal desempeño de la economía y, sobre todo por la decepción de los ciudadanos por la corrupción, ineficacia y deficiencias de su gobierno. “El mismo pesimismo (que hubo) en el Mundial se está dando ahora con la economía, pero es aún más grave porque la economía está hecha de expectativas”, ha señalado a manera de excusa.

Los problemas de Brasil, sin embargo, se inician con el quiebre de las políticas que dejó el  gobierno de Henrique Cardoso, que puso la casa en orden. Lula da Silva llevó al país hacia el proteccionismo y el asistencialismo. Cooptó a sus opositores y convivió con altísimos niveles de corrupción gubernamental. Dilma Rousseff exacerbó las políticas de Lula, manteniendo bajo el precio del petróleo y el diésel y subvencionando la electricidad. También, otorgó beneficios fiscales a varias industrias para intentar apuntalar el crecimiento. Lo que ha provocado esta política es crear incertidumbre, llevando la tasa de inversión a 18.3% del PBI, su mínimo en cuatro años, mientras que la tasa de ahorro se ubicó en 12.7%, la más baja en los últimos 15 años (en el Perú es de 23.8%).

Además, Brasil ha sido el padrino del ALBA y de Chávez, apoyando activamente  la formación de bloques sudamericanos que alejan de la región a EEUU, como son los casos de Unasur, Celac, y otros. Asimismo,ha patrocinado el Foro de Sao Paulo, fundado por Lula con el Partido de los Trabajadores (PT), un foro anti-globalización, desarrollado en paralelo y en oposición al Foro de  Davos (del World Economic Forum). La idea ha sido terciar en el debate sobre políticas de desarrollo reuniendo a las izquierdas más radicales de la región, con mucha influencia de Venezuela y especialmente de Cuba. Este foro ha incluido siempre a lo más connotado de nuestra izquierda tradicional.

Cabe recordar que en una visita de Lula al Perú, durante el segundo gobierno de García, el entonces presidente brasileño retó al peruano, declarando que era mejor distribuir que crecer. Lula presentó cifras para alardear de su supuesto éxito. En Lampadia comparamos sus cifras con las peruanas y mostramos que la performance del Perú era muy superior. (Ver Lampadia: Luces y Sombras de la visita de Lula al Perú). Posteriormente, Brasil empezó a deteriorarse, y hoy tiene peores indicadores. No cabe duda que el Perú también ha tenido un “traspié” al ningunear la importancia de la minería, pero Brasil ha llevado su modelo a límites insostenibles.

A pesar de estos esfuerzos y de sus masivos y millonarios programas asistenciales, su tasa de crecimiento y sus índices sociales no resisten comparación con los peruanos. Esto se puede observar en la tabla siguiente, una versión actualizada de la publicada por Lampadia anteriormente. Para ello, al incluir los datos del 2013, hemos tenido que homogenizar las fuentes, puesto que hasta ahora, el gobierno de Brasil no ha publicado los indicadores referidos a la pobreza, sospechosa falta de transparencia en un año electoral. 

Para el 2014, hay aun mucha incertidumbre sobre el crecimiento del Perú. El consenso apunta hacia un 5%, mientras que para Brasil se estima un magro 1.5%. En el caso del Perú, casi el 30% de nuestro PBI  es por inversión que luego genera producción; el brasileño no llega a la quinta parte. Con respecto al ratio inversión-producto, Brasil se ha mantenido alrededor del 18%, mientras que el Perú ha tenido un crecimiento sustancialllegando a casi 28% del PBI en el 2013, un récord histórico.

Ambos países han logrado reducir considerablemente sus indicadores de pobreza, Brasil por sus programas asistenciales, y el Perú por su crecimiento, que además, redujo la desigualdad. (Ver Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento).

La situación de Brasil es mala para todos, pero estas realidades siempre encierran importantes lecciones que esperamos sean aprovechadas por ellos, pero también por toda la región sudamericana. A estas alturas de la historia tenemos demostraciones muy claras sobre que  políticas son exitosas y sostenibles.Los países que progresan se integran al mundo, promueven la inversión privada, tienen Estados efectivos y, primordialmente, nivelan las oportunidades de desarrollo de todos sus ciudadanos. Lampadia




El país resbala después de muchos años

El país resbala después de muchos años

Los acontecimientos económicos y políticos de los últimos 12 meses representan un quiebre en la tendencia de progreso continuo que mantuvo el país durante los últimos  diez años. Exceptuando el corto bache del 2009, los avances sociales y económicos sorprendieron a propios y extraños por su magnitud, amplitud y permanencia. En esa década tuvimos el mayor crecimiento económico de la región, el cual fue acompañado por desarrollos muy positivos para el conjunto de los peruanos: importante disminución de la pobreza, la desnutrición, la mortalidad infantil y la desigualdad. Este crecimiento fue pro-clase media y pro-pobre. La inversión privada, los ingresos personales y el empleo, crecieron en mayor medida fuera de Lima, en la sierra y la selva más que en la costa, e igualmente, en mayor proporción en el sector rural que en el urbano (ver en Lampadia: Las cifras de la prosperidad).

Veamos algunos indicadores de la inflexión de nuestro avance:

· Crecimiento del PBI (enero – mayo) de 3.57% en el 2014 vs. 5.37% en el 2013

· Crecimiento del PBI de mayo 2014 vs. mayo 2013 de 1.84%, lo que muestra el agravamiento de la tendencia negativa

· Crecimiento de la inversión privada del primer trimestre del año vs. el mismo trimestre del año anterior (indicador que también refleja la caída de la confianza en el futuro del país):

– 1.59% el 2014

– 8.85% el 2013

– 15.67% el 2012

· El crecimiento de la demanda interna en el primer trimestre del 2014 fue 4.49%, mientras que el del 2013 fue 10.22% 

· Popularidad del Presidente de la República: 25% (julio 2014), 33% (julio 2013) y 40% (julio 2012)

Fuentes: INEI, BCR, Ipsos

Si a estos indicadores les sumamos el impacto de la situación política interna, de esta especie de guerra de todos contra todos entre los políticos más representativos, las cosas se pintan más negras. Las explicaciones que se han ensayado los últimos meses para justificar la caída, le que achacan el cambio de ritmo de la economía a factores externos sin reconocer nuestras falencias internas. Las contradicciones entre los miembros del gabinete, como las expresadas por el Ministro de la Producción “con el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP) creceremos 7 a 8% anual”, mientras el Ministro de Economía y Finanzas decía que volveríamos a crecer hacia fin de año y, especialmente el 2015 por la recuperación de la producción primaria. Esto sin olvidar las resistencias del sector pro-ambiente al primer paquete de medidas del MEF, que llegó al paroxismo con la campaña d Oxfam (ver en Lampadia: Oxfam no tiene autoridad moral). Tenemos que concluir que los ciudadanos tienen que estar desconcertados y frustrados, pues se han interrumpido sus expectativas de progreso.

El problema parece estar en que el gobierno no reconoce el origen de este proceso: nuestro crecimiento estuvo impulsado por la inversión privada, principalmente en la minería moderna, que según el ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Pedro Olaechea, hace el 67% de sus compras en el Perú y que tiene un alto valor agregado, ver en Lampadia: La minería tiene un alto valor agregado). Ya hemos comentado que la inversión en minería se interrumpió al inicio del presente gobierno (ver gráfico), desde que su primer gabinete, presidido por Salomón Lerner, “oficializó” el lenguaje anti-minero.

Tampoco se quiere reconocer que la inversión minera ha propiciado la formación de un sector industrial que hoy es el más grande, fuerte, competitivo y exportador de nuestra historia. No se reconoce que la economía se ha venido diversificando “al galope”, según Richard Webb.

La reacción del Gobierno ante el deterioro del último año no ha respondido a la coyuntura nacional, ni ha marcado con claridad el norte. Más allá del paquete de reactivación previo al mensaje presidencial y de otras medidas posteriores, los anuncios de Ollanta Humala el 28 de julio, no permiten esperar una recuperación sostenible de nuestro crecimiento.

Es cierto que el mensaje incluyó una serie de anuncios positivos que ya han sido comentados en los medios. Lamentablemente, lo expresado por el Presidente, nos lleva a interpretar algunas de sus afirmaciones y ausencias con preocupación:

– La aprobación del PNDP, promovido por el ministro de la Producción para identificar “nuevos motores” de crecimiento, insertando al país en las cadenas internacionales de valor. Una apuesta de largo plazo, que debiera darse desde el sector privado, y no desde una comisión ministerial con tintes corporativistas (incluyendo representantes gremiales), que ha sido interpretada como dirigida a sustituir el aporte de la minería.

– Dar a entender que se habría creado un nuevo sector productivo en el país. Un “sector mixto”, el de las APP (donde el Estado puede siempre tener la última palabra). Está muy bien que se promueva la participación del sector privado para mejorar las capacidades de ejecución de las inversiones estatales en educación, salud, infraestructuras y seguridad. Pero esto no debiera significar que se menosprecie el rol del sector privado en el desarrollo integral del país.

– Como destacó Miguel Palomino, Director Gerente del IPE, en una reciente nota periodística, en su Mensaje, el Presidente Humala, solo mencionó una vez la expresión “inversión privada”, dando a entender que la habría aceptado como socio de menor jerarquía en las APP, pero sin llegar a reconocer su importancia. El sector privado es el responsable de la creación del 90% del empleo, el 90% de los recursos fiscales y del 80% de la inversión. (Ver en Lampadia: 90-90-90).

En un momento tan delicado como el que vivimos hoy día los peruanos, necesitamos un liderazgo sólido y un norte claro. Debemos reconocer nuestros logros y construir el futuro a partir de ellos. Debemos aprender de los gobiernos que se están preparando para un futuro que será muy exigente, promoviendo la inversión privada y desregulando sus procesos burocráticos, como son los casos de la India, México y Colombia. (Ver en Lampadia: La visión de país y reformas que el Perú necesita)

Colombia está atrayendo inversión en minería y petróleo. El nuevo Primer Ministro de la India, Narendra Modi, ha adoptado el siguiente lema: “No red tape, only red carpet for investors” (Nada de papeleos, solo alfombra roja para los inversionistas).

En este contexto, el reciente Mensaje a la Nación del Presidente Humala, dejó un vacío muy grande. Él puede hablarles a los ciudadanos cualquier día, esperamos que recoja las críticas con nobleza y propósito de enmienda. ¡Queremos otro mensaje! Lampadia




Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

El Perú ha logrado salir del infierno (1990) al que nos llevaron las políticas económicas del velascato, que increíblemente, no fueron corregidas por Belaunde y se profundizaron en el primer gobierno de García. Nuestros logros no son cualquier cosa, basta comparar los indicadores económicos y sociales que alcanzamos con la Constitución del 79 y la del 93 (ver en Lampadia: Quieren bajarle la llanta a la prosperidad) para reconocer los beneficios que trajo al país el retorno de la inversión privada, después de 30 años de ausencia.

Nadie niega que aún falta mucho por avanzar, como cerrar las brechas que mantenemos en educación, salud, instituciones, infraestructuras y tecnología; pero el avance de 24 años, no la foto de lo que hoy falta, es innegable y ha sido destacado por todo el mundo (agencias internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID, y hasta por economistas muy estrictos y pesimistas, como Nouriel Roubini, que nos dijo hace pocos días en el Perú. Ver en Lampadia: “El Perú crece por sus buenas políticas más que por suerte”). 

Por increíble que parezca, hay peruanos que se dedican a negar nuestros logros, a relativizarlos como producto de factores externos, o proponer el regreso a la Constitución que nos empobreció y lisió.

Algo que tampoco se puede negar, a no ser que sea por intereses políticos o ideológicos personales o de grupo, es que el extraordinario crecimiento del Perú fue liderado por el ritmo de inversión privada, especialmente en minería. Mientras que en la última década invertíamos y crecíamos, se reducía la pobreza, la desnutrición infantil, la desigualdad, etc.; varias cúpulas políticas se dedicaron, por un lado al negacionismo en los medios (que los acogen con el mismo entusiasmo con que se pelean por mostrar el primer muertito de la mañana), especialmente en provincias, y por otro lado, aún más pernicioso, se infiltraron en la administración pública para ir sembrando trampas anti-inversión (regulaciones, instancias de permisos inacabables y absurdos, multas y oposición abierta al empresario, como si fuera una fuerza de invasión extranjera). El objetivo político preferido de estas cúpulas, de las que formó parte notoria el partido nacionalista, con todos sus dirigentes y colaboradores, como Salomón Lerner (quién terminó como primer ministro del gobierno de Ollanta Humala), fue paralizar la inversión en minería e hidrocarburos.

Peor aún, los que nos percatamos de este proceso y pudimos combatirlos con información e ideas, callamos. Por ejemplo la propia SNMPE (que se dedicó a hacer publicidad en vez de comunicación) calló, asumiendo indirectamente una suerte de complicidad con las falsedades con las que se endilgaba al milagro peruano, que conocían más que nadie. Dejamos un vacío que hoy estamos pagando con la parálisis de la inversión, una caída en nuestro crecimiento con el que los enemigos del modelo, pretenden hacernos creer que siempre tuvieron razón, que crecimos porque hubo viento a favor y que ahora hay que inventar nuevos motores.

Sin ir muy lejos, nuestro socio de la Alianza del Pacífico, Colombia (mientras el otro socio, Chile, pone marcha atrás) hace lo que los peruanos hicimos en el primer lustro de los años 90: leyes que promovían la inversión y la atraían de todas partes del mundo. ¡Un éxito innegable!

En Lampadia ya hemos escrito sobre las brechas que nos están alejando de Colombia, ver: Colombia supera al Perú en inversiones y crecimiento, pero en esta ocasión queremos rescatar algunas políticas específicas de este país para promover el crecimiento. Para ello queremos relevar y glosar lo esencial de un magnífico informe periodístico de Portafolio de El Comercio del último domingo (20/7/14), escrito por Darwin Cruz Fiestas con el título: ¿CÓMO LO HACES, COLOMBIA?

A continuación, compartimos dichas glosas:
El ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, anunció un crecimiento de 6.4% para el primer trimestre del año, intensificando su crecimiento. En el 2012 creció 4% y 4.3% en el 2013. Las previsiones para el 2014 son de 4.7%.

“¿Qué medidas ha implementado Colombia para crear un ambiente de confianza y que su economía siga avanzando, a pesar de la coyuntura electoral y de un escenario global menos auspicioso que en años previos?

Cerrar brechas en las cinco áreas que evalúa el Doing Business del Banco Mundial: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad, pago de impuestos y comercio fronterizo.

“Desde hace ocho años Colombia ha tomado medidas para mejorar su entorno regulatorio, fortalecer sus instituciones e incentivar la inversión”.

El sector de la construcción creció 17.2% en el primer trimestre del año.

El Gobierno Colombiano emitió el año pasado la Ley de Infraestructura, que levanta los obstáculos al desarrollo de los proyectos en materia de predios, licencias ambientales y adecuación de redes de servicios públicos.

Factor interno
Todo este crecimiento no hubiera sido posible sin la demanda interna constituida por una clase media en aumento. El Estado ha eliminado varias cargas parafiscales a los empleadores. Diego Castrillón, afirma que este proceso de eliminación de sobrecostos laborales es una medida efectiva para dinamizar la economía y que debería ser imitada por el Perú. “Esta sí es una inyección directa a la vena y no una medida cortoplacista”, dice.

Componente inversión
El crecimiento de la economía colombiana también se explica por el hecho de que en Colombia la inversión privada se ha dinamizado.

La inversión extranjera directa (IED) está en alrededor del 30% del PBI colombiano. En el primer semestre Colombia recibió US$13,761 millones de IED, 29% más que en el mismo período del 2013.

¿Pero qué tipo de inversiones recibe Colombia? El sector petrolero representa el 29.3%, seguido de minas y canteras con un 17.4%, la inversión en industrias manufactureras llega al 15.9%.

En los últimos años ha comenzado a recibir inversión minera. Colombia prepara el terreno discutiendo la aprobaciónde una ley ambiental que le permita captar inversión responsable. [El lema del Ministerio del Ambiente en el Perú, debiera ser: “Estamos para que las cosas se hagan bien, no para evitar que se hagan”].

Ante la pregunta: ¿Con esto no se ‘primariza’ la economía? Los colombianos responden que buscan aprovechar sus recursos naturales para captar dinero y mejorar su competitividad.

Sin complejos, sin ideología, con realismo, Colombia toma la posta del Perú. Lampadia




Cambios en los mercados de commodities

Cambios en los mercados de commodities

Comentario de Lampadia

Según la nota que reproducimos más abajo, los grandes traders de commodities estarían tomando mucha más importancia en los mercados de commodities, especialmente en los casos de azúcar, cobre y petróleo.

Parte de la preocupación del mercado con estos cambios es que muchas de ellas son al mismo tiempo traders, productores y distribuidores. Para los intereses del Perú, las concentraciones o posiciones muy grandes de pocos operadores en cualquiera de estos mercados es preocupante y peligrosa, lo ideal es tener la mayor dispersión posible.

Un nuevo poder agita el mercado de commodities

Corredores de materias primas desplazan a petroleras y grandes bancos de Wall Street

Por: Tatyana Shumsky y Sarah Kent

(El Comercio – Portafolio, 11 de julio de 2014)

Hágase a un lado, Wall Street.

Un puñado de grandes operadoras de materias primas como la holandesa Trafigura Beheer BV y Vitol Group, con sede en Suiza, están adoptando un papel cada vez más central en los mercados globales de commodities.

Estas firmas, antes poco conocidas, no sólo están apostando a los precios o gestionando cargamentos de productos. Se están enfrentando a petroleras, mineras y grandes bancos de Wall Street al invertir miles de millones de dólares en refinerías, plantas eléctricas, puertos y otros activos.

Las cuatro mayores corredoras -Vitol, Glencore PLC, Cargill Inc. y Trafigura– generan ingresos anuales de más de US$100.000 millones cada una, lo que las ubica al nivel de gigantes como Apple Inc. y Chevron Corp.

Un análisis de The Wall Street Journal halló que los ingresos de estos cuatro operadores casi se duplicaron en los últimos cinco años, a US$816.400 millones. En el mismo lapso, la facturación por corretaje de materias primas en los cuatro principales bancos estadounidenses involucrados en el sector cayó 56%, a US$3.800 millones, debido a una desaceleración en las operaciones y una retirada de algunos negocios ante la implementación de regulaciones más estrictas.

“Los operadores de commodities se han vuelto más visibles y más difíciles de ignorar”, sostiene Craig Pirrong, profesor de finanzas de la Universidad de Houston.

Solamente este año, Cargill, operador de materias primas agrícolas fundado en 1865, firmó un acuerdo con la brasileña Copersucar SA para formar la mayor operación de corretaje de azúcar del mundo. Mercuria Energy Group Ltd., una corredora enfocada en energía que no existía hace 10 años, acordó comprar la división de commodities físicos de J.P. Morgan Chase & Co. por US$3.500 millones.

El operador agrícola Archer Daniels Midland Co. (ADM) procesa suficiente maíz por día como para despachar 99 millones de cajas de cereales. El titán de metales y minería Glencore en junio usó su influencia para gestionar un préstamo de US$1.300 millones al gobierno de Chad para ayudarlo a comprar los activos petroleros de Chevron en el país africano.

Los inversionistas están prestando atención. En su primera ronda de resultados trimestrales, Trafigura divulgó el año pasado ganancias anuales récord de US$2.180 millones y delineó un plan de crecimiento que busca aprovechar el auge petrolero de Estados Unidos. Una filial de almacenamiento de crudo de Vitol llamada VTTI Energy Partners LP presentó el mes pasado documentos para cotizar sus acciones en la Bolsa de Nueva York y recaudar US$420 millones.

A través de una serie de adquisiciones e inversiones, las corredoras han logrado posicionarse en el centro de los mercados de materias primas clave como el azúcar, el cobre y el petróleo.

“Siempre están dispuestas a hacer negocios por un precio”, sostiene Dario Scaffardi, vicepresidente ejecutivo y gerente general de la refinería italiana Saras SpA.

Después de que el desastre de Fukushima provocó la clausura de plantas de energía nuclear en Japón en 2011, los precios del gas natural se dispararon debido al alza en la demanda de combustibles. Gunvor Group, corredora de energía con sede en Ginebra, envió 23 cargamentos de gas natural licuado a Japón, más de cinco veces la cantidad que envió en 2010.

El año pasado, Glencore y Vitol le prestaron US$10.000 millones a la petrolera estatal rusa OAO Rosneft a cambio de cinco años de entregas de petróleo.

El auge de los grandes operadores de commodities también ha captado la atención de los reguladores. La Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) de Gran Bretaña dijo en febrero que estas empresas representan un “co-nocido desconocido”, puesto que operan en gran parte más allá de la jurisdicción de los reguladores.

La FCA busca un diálogo más estrecho con las corredoras. “Estas firmas están desempeñando un papel cada vez más crítico en el funcionamiento de un mercado global cada vez más complejo”, señaló la FCA en un informe de febrero.

Al mismo tiempo, estas compañías deben afrontar una intensa competencia y márgenes de ganancias muy reducidos en todo el sector. La empresa de corretaje agrícola Louis Dreyfus Commodities BV indicó que sus utilidades descendieron 27%, a US$640 millones, el año pasado debido a una severa sequía que socavó su negocio de trigo. El presidente ejecutivo de Vitol, Ian Taylor, calificó las condiciones del mercado en 2013 de “muy difíciles” y “extremadamente competitivas”.

Para algunos, la creciente influencia de las corredoras de commodities plantea problemas. El año pasado, Australia bloqueó una oferta de ADM de US$3.000 millones por el procesador de granos GrainCorp Ltd., argumentando que la fusión pondría en riesgo intereses nacionales. Los reguladores estadounidenses están escudriñando congestionamientos en los depósitos de aluminio de Glencore y Trafigura, entre otros. Louis Dreyfus, una de las mayores corredoras de algodón del mundo, enfrenta una demanda en EE.UU. bajo acusaciones de manipular el mercado de algodón en 2011.

Los detractores también señalan que Glencore fue fundada por el multimillonario operador de petróleo Marc Rich, que durante muchos años fue un fugitivo buscado en EE.UU. por presunta evasión de impuestos. Gennady Timchenko, cofundador de Gunvor, fue colocado en una lista de personas sancionadas por el Departamento del Tesoro de EE.UU. en marzo; la empresa anunció rápidamente que ya había vendido su participación al presidente ejecutivo, Torbjorn Tornqvist.

“Son operadores, son productores, son distribuidores”, dice Diego Valiante, director de investigación de mercados capitales en el Centro para Estudios de Política Europea. “El problema es: ¿crea esto un conflicto?”

Aun así, muchos dicen que las oportunidades de crecimiento no son difíciles de ver. En toda Kenia, el famoso logotipo amarillo y rojo de Royal Dutch Shell adorna 123 gasolineras, ofreciendo una fuente fiable de combustible para su creciente población de propietarios de autos de clase media.

Sin embargo, aunque mantiene el logotipo, Shell vendió su interés en la empresa a una operación conjunta en la que Vitol, operador de energía conocido por concretar acuerdos tras bambalinas en regiones aisladas y devastadas por guerras, posee una participación de 40%. Y muchos consumidores no están al tanto.

“Yo normalmente voy directamente a la estación de Shell”, cuenta Jeremy Wyatt, un gerente de desarrollo comercial sostenible que vive en Nairobi. “El personal no ha cambiado, el servicio no ha cambiado”.

Christian Berthelsen contribuyó a este artículo.




Generación Y: ¿Aliado o enemigo?

Generación Y: ¿Aliado o enemigo?

¿Cómo será el Perú en unos 20 años? Dependerá, sin duda, del desempeño de la nueva generación, los Millenials, jóvenes nacidos entre 1980 y el 2001, que traen consigo nuevos paradigmas, ideas y maneras de pensar, están dispuestos a revolucionar el mundo actual y tienen la capacidad de lograrlo.

Entre toda Sudamérica, el Perú se ha destacado por un crecimiento alto y sostenido. Este logro lo ha alcanzando, en gran medida, por una combinación de fundamentos sólidos y su “bono” demográfico. Diversos estudios como la publicación “The World in 2050” de HSBC, proyectan un crecimiento promedio anual de 5.5 % en los próximos 40 años. Otro estudio, realizado por una decena de profesores del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (“El Perú hacia el 2062”), afirma que la tasa estimada de crecimiento promedio anual del PBI entre 2012 y 2024 es de 5.63%, con lo cual el tamaño de la economía peruana en el 2024 sería de más de 350,000 millones de dólares PPP de 1990 y el ingreso per cápita superaría los 10,000 dólares PPP de 1990.

Este crecimiento tiene que ser una responsabilidad del Estado, el sector privado y su fuerza laboral que estará conformada por la llamada Generación Y o Millenials. Ellos serán los siguientes líderes del país. El entender como son nos permitirá esbozar una mejor visión del futuro.

Estos jóvenes, considerados rápidos y prácticos, con una visión muy diferente a la actual y altamente integrados a la tecnología, traen consigo grandes cambios que ya se pueden observar en los mercados de consumo. Los miembros de esta generación han sido clasificados con diversas etiquetas positivas y negativas, pero su fuerza en el mercado es innegable, y su innovación, indiscutible. No cabe duda que seguirán retando al mundo con cambios de paradigmas en todos los ámbitos.

Los millenials, entre sus principales atributos, tienen la ventaja de haber crecido con una gran familiaridad con la tecnología y en un mundo globalizado, cambiante y diverso. Tienen una gran facilidad para adaptarse a distintas situaciones y enfrentarse a nuevos retos, desarrollando soluciones creativas con gran velocidad y destreza, ayudados por la avanzada tecnología a la que están acostumbrados. Y es gracias a esta que son capaces de tomar decisiones más informadas, teniendo amplias bases de datos y herramientas.

Son una generación global. “Son ciudadanos del mundo, hacen negocios y se conectan con el mundo a través de la tecnología, son mucho más globalizados” Carlos Heeren, director y gerente general de UTEC en un artículo para El Comercio.  Tienen una noción diferente del mundo, no tan segmentada por límites territoriales o culturales, sino forman parte de un mismo mundo, principalmente por tener más en común con sus iguales globales. Problemas de medio ambiente, de cambio climático y hasta políticos, son preocupaciones que hacen comunes, y todos están enterados, algo que no sucedía antes.

Asimismo, han aprendido de errores pasados, principalmente la crisis del 2008 y el desencanto con Wall Street, entidades reguladoras, bancos y empresas privadas, por lo que son desconfiados de entidades públicas y privadas, volviéndolos propensos a creer en la necesidad de regular y supervisar una correcta administración de los recursos y del poder. Esta generación fue testigo del descalabro de diversas entidades, por lo se considera que el sector financiero es la industria que más va a experimentar una disrupción en su modelo de negocio, según el estudio “Millenial Disruption Index”(Índice de Disrupción Milenial) por Viacom Media Networks.

Este estudio también afirma que el sector financiero es la industria que podría sufrir los mayores cambios en el futuro. Esta desconfianza es tal, que consideran un futuro sin bancos, y piensan en la posibilidad de una manera diferente de consumo, online, tal vez liderado por empresas como Google, Amazon, Apple o PayPal. Todo apunta a un cambio inimaginable en el futuro de la banca.

También, tienen una apreciación muy grande por la responsabilidad social, la justicia y la igualdad y buscan soluciones con resultados positivos para todos los involucrados, siendo fieles a sus valores y creencias.

No se puede dejar de mencionar que parte de sus ventajas se debe al legado de la generación anterior, en la que se empezó a masificar la educación de calidad, que le dio a los millenials una base muy importante de conocimientos e instrumentos. Esto, alimentado con la ambición y competitividad que los caracteriza, ha formado a una generación educada, culta y capaz. La tecnología, también, es un legado, integrado por la generación Y, y utilizada como base de sus capacidades.

Sin embargo, por sus mismas habilidades y autosuficiencia, carecen de miedo al riesgo, y al cambio, diferenciándolos de una generación más conservadora y cautelosa. Son personas con grandes especializaciones, muchos cartones y diplomas, pero sin tanta experiencia, como la vivida por quienes han sufrido la hiperinflación, el terrorismo y regímenes militares. Tal vez ésta sea su mayor debilidad, ya que la realidad puede ser muy diferente a los libros, como comenta Heeren, al comparar la experiencia de un gerente general de 50 años hace un tiempo con uno de 35, con muchos logros académicos e inteligencia, pero menos experiencia laboral.

Esta falta de años en el mundo real puede ser una debilidad a un nivel global. La constante desilusión y crítica contra casi todos los líderes actuales, ha dejado una generación huérfana de dirección.

Esta nueva generación va a causar un cambio pragmático en la gobernanza. Han sido denominados por David Burstein, escritor de “Cómo los Millenials están formando el mundo’ , miembro de la generación Y, como idealistas pragmáticos, una combinación extraña pero tal vez perfecta para solucionar los problemas actuales: utilizando los ideales sociales de cambio, pero buscando planes y estrategias concretas a nivel público y privado para lograrlos. Tal vez sean la receta perfecta. Lampadia




Cusco, te busco

Cusco, te busco

El Cusco es en gran medida la carta de presentación del Perú al mundo. Solo recientemente es que Lima, por el boom gastronómico, se ha convertido en algo más que una mera ciudad de paso. Machu Picchu sigue y seguirá siendo nuestro mayor atractivo turístico.

Actualmente, existe preocupación en el Cusco sobre el impacto que pueda tener el Mundial de Brasil sobre el turismo, puesto que los viajeros están priorizando sus visitas al país carioca para disfrutar de la fiesta del futbol. 

No obstante, este es un fenómeno absolutamente excepcional. Los Mundiales son una vez cada cuatro años, y el último mundial en América Latina fue el de México ’86 hace 28 años.

Mayor debería ser el interés por los problemas que periódicamente que afectan negativamente el turismo: el efecto de los huaicos en las temporadas de lluvia pueden dejar incomunicada a la ciudadela de Machu Picchu del resto del país podría ser paliado con una mejor inversión en infraestructura. (Ver:Para muestra, varios botones), y los conflictos sociales generados por dirigentes miopes contrarios a la inversión privada y la minería que bloquean carreteras y proyectos (Ver: Regiones e Inversión Privada) no solo afectan el desarrollo de la industria, sino que desmejoran la imagen del Cusco para los turistas extranjeros, con implicancias negativas para el desarrollo del turismo regional y nacional.

El turismo en el Perú, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés), contribuye directamente en S/. 20 mil millones al PBI. Sin embargo, con sus efectos de encadenamiento genera mayor valor aún: S/. 22 mil millones adicionales de manera indirecta, y  otros S/. 11 mil millones por efecto del consumo de los trabajadores de esta industria. Un total de S/. 53 mil millones del PBI – el 9.5% del PBI 2012 – es atribuible al turismo. 

Siempre hay que recordar que la industria del turismo es la que tiene la cadena de valor más larga, generando bienestar y empleo para un gran número de personas tanto de forma directa, indirecta e inducida. Esto se ilustra en el video que produjo Confiep por sus 25 años: “Las interrelaciones del turismo”.




Piñera, Calderón, Krugman, industrialización y diversificación

Piñera, Calderón, Krugman, industrialización y diversificación

Las presentaciones de Sebastián Piñera y Felipe Calderón, ex presidentes de Chile y México, respectivamente, contribuyen aldebate sobre la aparente importancia de la industrialización y/o diversificación de nuestra economía. Ambos se presentaron en el seminario internacional América Latina: Oportunidades y desafíos, organizada por la Fundación Internacional para la Libertada (presidida por Mario Vargas Llosa. Vale la pena contrastar estas presentaciones, con las ideas planteadas por  Paul Krugman, hace unos días en Lima. 

Sebastián Piñera hizo una magnífica presentación, respaldada por un power point que trataremos de conseguir posteriormente. Piñera destacó que deja a Chile muy cerca de convertirse en el primer país latinoamericano en alcanzar el desarrollo, fijado en un nivel del PBI per cápita de US$ 23 mil, ajustado por nivel de precios (PPP). Por ejemplo, especificó que si Chile crece 5% por año, llegarían a esa meta casi inmediatamente, en el 2016. Si en cambio, crecen solo 1% anual, tendrían que esperar hasta el año 2027. Esa es la potencia del crecimiento. Evidentemente, la condición de país desarrollado conlleva en Chile instituciones muy sólidas, desde un sólido sistema de partidos, un poder judicial independiente y alejado de la corrupción, un cuerpo policial ampliamente respetado por toda la población y educación de calidad muy superior a la nuestra, para no hablar de su nivel de infraestructuras.

En su presentación, Felipe Calderón, destacó el rol que viene desempeñando la Alianza del Pacífico (AdP) frente a otros bloques de la región como el Mercosur. El primero se orienta hacia  los principios de la apertura comercial como estrategia de desarrollo e integración al resto del mundo, mientras que el segundo tiene el corte proteccionista tradicional. A estas alturas del siglo, los resultados alcanzados por unos y otros, (crecimiento del PBI, exportaciones, inversión, inflación,bienestar, etc.) son largamente superiores para el bloque del Pacífico. Máxime ante el colapso, agravado recientemente, de Venezuela y Argentina.

Calderón también sostuvo que no le faltaba cierta razón a Prebish, sobre los patrones de dependencia. Puesto que la volatilidad del precio de los commodities era una debilidad que no se había superado. La realidad, sin embargo, es contraria a la prédica de Prebish, él decía que los commodities que necesitaban los países desarrollados bajarían de precio permanentemente, mientras que los precios de la tecnología se harían siempre más onerosos. La historia prueba lo contrario, los precios de la tecnología descienden sustancial y permanentemente, mientras que los de los commodities han subido importantemente, minerales y alimentos. En esto Calderón,  no mostró sus mejores capacidades, al usar un argumento equívoco para sustentar las estrategias de desarrollo de su país, cuyo desarrollo no se explica por las ideas de Prebish.

Pese a la visión conjunta de apertura comercial y libre mercado de los países de la AdP, las estrategias de México y Chile fueron diferentes, según explicó Krugmanhace pocos en Lima. “Creo que el mix de exportaciones es mucho menos importante de lo que la gente piensa.  Hace tres décadas, ambas naciones eran exportadores primarios de commodities, pero a partir de ese punto han tomado rumbos diametralmente distintos. México cambió completamente su estructura exportadora, diversificándola hacia una con mayor valor agregado. Sin embargo, los resultados han sido “decepcionantes”, pues su crecimiento en los últimos 25 años ha sido moderado. [Entre 1994 y 2012, según datos del Banco Mundial, Chile creció el doble que México]. Chile (…) ha crecido sin necesidad de diversificar o industrializar las exportaciones, pues sigue siendo un exportador de commodities como Perú.La clave para entender la divergencia es que Chile ha invertido y desarrollado con mucho énfasis su educación.Tiene una fuerza laboral mejor educada, lo cual conlleva a que sea más productiva”, reseñó Gestión (20 de marzo del 2014).

Dicho todo esto, es importante recalcar que en relación a nuestra última publicación sobre la visita de Krugman, no hemos querido que se piense que hay que abandonar la posibilidad de hacer desarrollos industriales que no se basen en nuestros recursos naturales. Creemos que estos, (ver Momento para romper mitos y dibujar líneas de desarrollo industrial) son una magnífica oportunidad para desarrollar una industria competitiva integrada a  nuestras mayores potencialidades, pero esta estrategia no es excluyente de otros desarrollos. Tampoco tiene por qué plantearse una contraposición entre ambas estrategias y no sería recomendable que el Estado incline la balanza en cualquier dirección.  Lampadia




Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Es ya conocido que el meteórico crecimiento económico que ha gozado el Perú en la última década ha sido sustancial para reducir la pobreza y que lo ha logrado de una manera más que satisfactoria. No en vano, en la última asamblea general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el secretario general de la ONU, nos felicitó por ser “una de las dos naciones que más ha avanzado en el cumplimiento de las metas del milenio”. 

Hay quienes cuestionan nuestro desempeño y argumentan que nuestras altas tasas de crecimiento y reducción de la pobreza son solo cifras y estadísticas que no se traducen en una verdadera mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Los números, sin embargo, dicen lo contrario. Veamos por ejemplo el primer objetivo del milenio, erradicar la pobreza extrema y el hambre. Una de las metas consiste en reducir la pobreza extrema a la mitad para el 2015. En Perú porcentaje de personas en situación de pobreza extrema se redujo de 23% a 6% entre 1991 y 2012.

Otro indicador de bienestar de suma importancia que corresponde al mismo objetivo es la desnutrición infantil. La reducción en la tasa de niños en situación de desnutrición ha superado expectativas.Entre 1991 y 2011 la tasa de niños con peso por debajo del normal para su edad pasó de 8.8% a 4.1%, habiendo alcanzado ya la meta planteada por la ONU de 4.4% para el 2015. Más impactante aún es la disminución del porcentaje de menores de cinco años con desnutrición crónica. Del 1991 al 2012 bajó de 37.3% a 18.1%. Este notable progreso llama aún más la atención cuando se tiene en cuenta que la meta fijada por la ONU es de 18.7% para el 2015.

Es cierto que aún tenemos retos por superar. Por ejemplo, la reducción en desnutrición crónica no ha sido homogénea entre el área urbana y el área rural. A pesar de que ha habido mejoras en los indicadores de nutrición en el área rural, sigue siendo necesario integrar al mercado a los sectores de la población rural que aún están desconectados. En lugar de esto, el gobierno ha optado por estrategias asistencialistas que sacian el hambre en el corto plazo pero no “enseñan a pescar. Una propuesta alternativa es la de Sierra Productiva, que busca desarrollar las capacidades de la pequeña producción campesina. Mediante esto se ayuda a los campesinos a mejorar su productividad, garantizando su seguridad alimentaria y permitiéndoles pasar de una economía de subsistencia a una economía emprendedora, en la que están integrados al mercado.

La mejora significativa del bienestar de los peruanos es visible por donde se vea. En el objetivo 4, reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, se propone reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años en dos terceras partes para el 2013. De 1990 a tal año el Perú redujo su tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en 67.9%, más que cualquier otro país de la región, y fue el primer país de Sudamérica en alcanzar esta meta. De la profunda crisis económica y social en que nos dejaron décadas de gobiernos populistas, el crecimiento sostenido que empezó en los noventa nos ha llevado a recortar brechas significativamente y estar a la par del resto de economías de la región.

Estos logros son motivo de orgullo para todo el país y deben ser aplaudidos. Hay quienes reniegan del modelo económico distorsionan la realidad para proteger sus intereses y niegan que nuestro país esté cada vez mejor. Sin embargo, es un hecho que el crecimiento ha llevado a una increíble mejora en nuestros indicadores sociales: tomemos este ruido como señal de que avanzamos.