1

El Mega Sismo 8.5-8.8 Mw y cómo salvar la vida y las propiedades (2)

Caso Crítico: Los Acantilados de la Costa Verde

Raúl Delgado Sayán
04.10.2019 
Para Lampadia

Uno de los puntos emblemáticos más críticos en cuanto a riesgos de pérdidas de vida y materiales en la ciudad de Lima y Callao, es nuestra Costa Verde y sus acantilados que hacen de Lima una hermosa ciudad única en el mundo por tener en el lado oeste una bahía de 23 km de longitud entre el Club Regatas de Chorrillos y la Av. Santa Rosa de La Perla. Tenemos elevaciones de acantilados casi verticales que oscilan entre 25 metros y 70 metros de altura, que en su parte inferior tienen una autopista por donde transitan diariamente 60,000 vehículos.

Además de tener mucho uso de recreación para los ciudadanos en sus playas, restaurantes y demás; en la parte superior se han venido desarrollando y construyendo una cantidad muy apreciable de edificaciones de gran peso en el acantilado con lo que indudablemente se agrava la situación de estabilidad de los acantilados, particularmente en la eventualidad de un mega sismo 8.5 Mw – 8.8 Mw como el que ha definido el Instituto Geofísico del Perú. En condiciones que los ingenieros denominamos estáticas, es decir sin movimiento por ondas sísmicas, ya ocurren deslizamientos de material y piedras que han preocupado mucho a la población.

Recientemente el Estado ha promulgado el Decreto Supremo N° 161-2019-PCM del 20.09.2019 declarando Estado de Emergencia por peligro inminente ante derrumbes, los acantilados de la Costa Verde comprendidos entre los distritos de: San Miguel, Magdalena del Mar, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos, en la provincia y departamento de Lima, y encargando a estas municipalidades y al INDECI, así como a los Ministerios involucrados, el dictar acciones de causalidad para reducir el muy alto riesgo existente. Dicho dispositivo, sin embargo, no menciona de manera específica el enorme riesgo sísmico que significa la posibilidad de desarrollo de lo que se conoce como un círculo de falla que implica el deslizamiento total del Acantilado desde su parte superior hacia el pie del mismo. Estos círculos probables de falla integral comprometerían la zona que se encuentra por encima de un arco cuyo radio sea igual a la altura del acantilado. Por ello se estima como zona insegura, sobre las cuales no debería construirse la de una distancia del acantilado similar a la altura del mismo mayorada por un factor de seguridad del orden de un 50%.

Lo expresado por algunos ingenieros y expertos en estabilidad de taludes nos lleva a todos prácticamente a coincidir en que los taludes se encuentran en una estación precaria de estabilidad en condiciones estáticas –sin sismo– pero que en condiciones dinámicas –con sismo– donde el suelo se mueve por causa de ondas sísmicas de gran intensidad, las posibilidades de colapso total en zonas altas sobrecargadas son de muy alta probabilidad. Algunos inclusive llegan a opinar que ello podría desencadenarse con sismos de apenas 7 grados y duraciones del orden de 45 segundos a 1 minuto. Informes del CISMID han contabilizado que solo entre San Miguel y Barranco, dentro de una franja de 150 metros de longitud, hay 85 edificios de más de 10 pisos. Los edificios de esta altura pesan 33,000 toneladas. En comparación con el peso que soportaba el acantilado en el año 1990, se ha sobrecargado el acantilado con 3 millones de toneladas más. Evidentemente, en la medida que se siga construyendo dentro de estas franjas, las probabilidades de un colapso total aumentarán inclusive para las condiciones sin sismo (Ver Fig. 1)

Fig. 1 Se indica mecanismo de falla profunda y deslizamiento masivo del acantilado por efecto
del peso y disminución de la capacidad resistente por el sismo.

Cómo cuantificar el potencial de pérdidas de vidas y materiales para un mega sismo de gran intensidad

Para quienes se encuentran en la parte baja del acantilado y considerando una cantidad de vehículos del orden de 60,000 que transitan diariamente por esta vía a la fecha y que el mega sismo podría ocurriera en periodo punta con un tráfico de aproximadamente 15,000 vehículos, a un promedio de 1,5 personas por vehículo, tendríamos un total de 22,500 personas con alto riesgo de vida en la parte baja de los acantilados.

El efecto Tsunami

Un mega sismo de estas características conlleva también una alta probabilidad de generar un tsunami como aquel que se consideró en el simulacro del 31 de mayo de 2019; vale decir una masa de agua de 10 metros de altura que llegaría a la Costa Verde 15 minutos después del mega sismo. Esto significa que las personas que pudieran estar en los vehículos en la parte de abajo o en las playas muy probablemente quedarían atrapadas sin poder salir hacia rampas de subida con los vehículos porque estas rampas y el tráfico normal estarían paralizados por los vehículos que se encontrarían entrampados entre zonas de derrumbes y colapso integral. Ante esta situación y el corto tiempo para la llegada del probable tsunami es menester considerar subidas de emergencia peatonal para evacuación de estas personas ante una situación de tráfico total paralizado (Ver Fig. 2).

Fig. 2 Tsunami generado por el sismo del 11.03.2011 en Fukushima, Japón.

En la parte superior de los acantilados

En la parte de arriba si tomamos en consideración un número de 100 edificios altos en mayor riesgo; considerando 3 departamentos por piso y 5 personas por departamento, tendríamos un total de 15,000 personas en los edificios. Si a ello se aumentan lo que se conoce como zona de arrastre que serían edificios y establecimientos menores al costado de estas grandes edificaciones, del orden de 5,000 personas o más; podemos considerar que en la parte de arriba tendríamos un total de 20,000 personas en situación de muy alto riesgo.

Sumando arriba y abajo tendríamos un total de 42,500 personas en muy alto riesgo de perder la vida. Sin considerar que, si este sismo lleva consigo un tsunami, la cifra anterior aumentaría hasta llegar a 140,000 personas[1] si ello ocurriera en un fin de semana en verano.

Valor material inmobiliario en riesgo en la Costa Verde

Considerando ahora una cifra del orden de 100 edificios, con un promedio de 10 pisos y 3 departamentos por piso, tenemos un total del orden de 3000 departamentos en riesgo, que con un valor promedio de US$700,000 por departamento, nos da una cifra del orden de US$2,100 millones. Considerando un 25% adicional por el arrastre en el colapso hacia propiedades vecinas, el valor inmobiliario en riesgo en la parte superior de los acantilados sería del orden de US$2,625 millones (Ver Fig. 3).

Fig. 3 Vista actual de las Edificaciones en Acantilados de la Costa Verde.

Propuestas de Solución

La simple colocación de mantas o mallas para prevenir una eventual caída de piedras, no significa reforzamiento estructural profundo que vaya a evitar una falla estructural del talud frente a movimientos sísmicos extremos. Para ello se propone lo siguiente:

  1. Descargar el peso del talud con andenería. A partir de un retiro obligatorio de 30 m desde el borde del acantilado, iniciar una andenería moderada de 1 m x 1 m con malla geotextil en la base que permita vegetación especial de raíces entrelazadas. Con ello se rebajaría el peso del talud en el orden de 1 millón de toneladas por cada kilómetro (mucho más que la carga actual y futura de edificaciones en la parte superior del acantilado). Y además se rebajaría en 30 m la altura efectiva del acantilado (Ver Fig. 4 al 7 Antes y Después).
  2. Escaleras de escape peatonal. Construir cada 500 m en el talud escaleras de escape peatonal que permitan una evacuación de emergencia de las personas que estén en zona alejada de rampas peatonales/vehiculares existentes y que se encuentren atrapadas por el sismo en el caso que se active una alerta de tsunami. Estas escaleras de escape les permitirán accesar a plataformas de emergencia ubicadas a no menos de 15 metros de altura.
  3. Protección del talud con un muro pantalla inferior de concreto armado pegado al pie del talud que impida la erosión y socavación del pie del talud en la eventualidad de un tsunami. 

Fig. 4 Vista Acantilado de Costa Verde Antes del Proyecto

Fig. 5 Vista del Acantilado de la Costa Verde Después del Proyecto

Fig. 6 Vista del Acantilado de la Costa Verde en Barranco Antes del Proyecto

Fig. 7 Vista del Acantilado de la Costa Verde en Barranco Después del Proyecto

Conclusión

  1. No existe duda alguna de que más pronto que tarde vamos a tener un mega sismo extremo afectando la zona costera de Lima y Callao. Por ello se han dispuesto varios simulacros para sismos y tsunamis superiores a 8.5 Mw.
  2. Este fenómeno extremo de la naturaleza conlleva un altísimo riesgo que no puede ser dejado de lado. De ninguna manera podemos quedarnos dormidos en el letargo de la indiferencia.
  3. Las zonas más críticas de la ciudad, así como los servicios básicos para la población ya están identificados y es tarea de todos: Gobierno, Entidades y particulares adoptar las acciones necesarias para proteger la vida; atenuar las pérdidas materiales y garantizar que los servicios públicos de la ciudad se mantengan operativos luego de ocurrido un evento de esta magnitud. No podemos arriesgar pérdidas de vidas potenciales de más de 140,000 personas y materiales cuantiosas.
  4. La experiencia demuestra que el Perú no está preparado para enfrentar de manera exitosa la reconstrucción de daños causados por fenómenos naturales de magnitud. Nunca, a Dios gracias, en los últimos 273 años y hasta la fecha hemos tenido un reto tan fuerte como el que enfrentaríamos en la ciudad capital cuando ocurrió un mega sismo como el que hemos hecho referencia.
  5. No existen desastres naturales. Existen fenómenos naturales extremos. Los desastres los generamos los humanos por no aplicar oportunamente las medidas preventivas de ingeniería que nos permitan sobrellevarlos.

Lampadia

[1] Población afectada en riesgo de perder la vida 61.3% del total por niveles de riesgo en la zona Cuadro No. 127-B Población Diurna (Temporada de verano) de la Costa Verde Plataforma Superior e Inferior. Proyecto 00062396 MML-PNUD; Proyecto 00076485 Ciudades Sostenibles INDECI-PNUD. Informe Final Diciembre 2014.




La agonía de Mistura

La gran feria gastronómica del Perú nos ha llenado la imaginación, la vista y el paladar por muchos años desde su creación. Lamentablemente, hoy más que un placer, asistir a Mistura es una gran frustración. Así podemos concluir de las afirmaciones de Ignacio Medina publicado en El País de España,  artículo que presentamos líneas abajo y del testimonio de un turista amigo de la casa. 

Lo peor al respecto, es que así como su prestigio creció como la espuma, basado en realidades palpables y verificables de calidad, hoy, éste puede esfumarse para siempre, pues la oferta de Mistura es cualquier cosa, menos una representación cercana de la calidad de la gastronomía peruana.

La historia del turista, conocedor del Perú, es de espanto. Veamos:

  • Nuestro amigo tomó un taxi en Miraflores, bajaron a la Costa Verde por el mercado de San Isidro.
  • Para apearse en alguna puerta, tuvieron que avanzar kilómetros para dar la vuelta.
  • El taxista le indicó que habían muchas puertas (como 12) y que tal vez le convenía bajarse al medio.
  • Paró en la 6, luego decidieron que se bajara en la 7.
  • Para sorpresa del turista, una persona de más de 70 años, la puerta 7 era solo para los congresistas.
  • Resulta que los accesos eran solo por los extremos y tuvo que caminar hasta la puerta norte.
  • Para entrar había que ir en dirección al mar, se presentó en la puerta, pero no podía entrar. No tenía entrada.
  • Para conseguirla tuvo que caminar de regreso y buscar un stand en la playa de estacionamiento de vehículos. Cola y demoras para poder comprar la entrada.
  • De regreso a la puerta norte, tuvo que sentarse a descansar, pues ya estaba agotado y molesto.
  • Cuando finalmente entra al recinto ferial ve un quiosco de cervezas. Presuroso se acerca a comprar una. Imposible, no tenía los tickets para las compras.
  • Tuvo que avanzar hacia el sur a buscar los tickets.
  • La cola de adulto mayor rebosaba de gente y una de dos ventanillas estaba cerrada.
  • Finalmente regresó por su cerveza y se sentó a descansar.
  • Luego empezó a buscar la zona de comida de restaurantes conocidos para él. No estaba ninguno, o no los encontró.
  • Esta edición de Mistura era otra cosa. Muchos quioscos, puestitos, etc., cosas ricas, pero lejos de representar a uno de los íconos de la gastronomía global.
  • Todo esto en medio de un terral. Conseguir una mesa para comer era imposible, no habían suficientes. Las instalaciones estaban desperdigadas en un espacio desordenado y nada amigable.
  • Los precios eran probablemente más altos de los que cobraban los quioscos en sus locales fijos.
  • En resumen, una oferta muy poco amigable, mal señalizada y sucia a la vista. Sin instalaciones de agua para quioscos que venden comida. Sin mesas suficientes, que además estaban agolpadas en canchones. Un desastre al que no habría que volver.

Si pues, parece que Mistura agoniza de verdad. Una lástima. Una muy buena idea y realización, ahora es manejada por Apega, que se supone representa lo mejor de la oferta gastronómica peruana, pero hoy hace exactamente lo contrario.

Apega, ¿representa a Gastón Acurio, James Berckemeyer, Renzo Garibaldi, a Virgilio Martinez, Rafael Osterling, Jaime Pesaque, a Rafael Piqueras, Arturo Rubio, Humberto Sato, Pedro Miguel Schiaffino, Mitsuharu Tsumura, Oscar Velarde y Javier Wong, entre otros grandes cocineros y empresarios de la gastronomía? No parece. En consecuencia, o toman el control, o marcan distancia públicamente y le dan los santos oleos a Mistura. Veamos la nota de El País de España:

La agonía de una gran feria

Víctima de su propia ambición y el aislamiento generado por sus gestores, Mistura languidece

El País de España

Ignacio Medina

9 de setiembre, 2016

evento de la feria gastronómica Mistura en la ciudad de Lima

Evento de la feria gastronómica Mistura en la ciudad de Lima. GERMÁN FALCÓN

Mistura se apaga. La gran feria culinaria que entronizó la cocina peruana cumple su novena edición en medio de un declive que se antoja imparable. Sin apenas patrocinadores, con un considerable descenso en el número de expositores, lagunas en sus instalaciones y una distancia cada día mayor del ciudadano, la hasta cuatro años gran feria gastronómica de Latinoamérica languidece víctima de su propia ambición y el aislamiento generado por sus gestores.

Desde su nacimiento hace nueve años —aquella primera edición se celebró bajo el nombre Perú Mucho Gusto—, Mistura lo ha sido todo, o casi todo, para la cocina peruana. El espacio que acercó la gastronomía a quienes apenas tenían la posibilidad de ocupar mesa en un restaurante y el que puso en valor muchos de los productos que definen la despensa del país, el escaparate público de lo que se dio en llamar el boom de la gastronomía peruana y la ventana que la mostraba al mundo, el punto de encuentro de la alta cocina con las formas más populares y la catapulta de la cocina peruana hacia el estrellato. Durante los primeros seis años, Mistura escenificó la mayor fiesta culinaria conocida en el continente americano; un espacio para reivindicar, celebrar y compartir que nadie ha logrado replicar en ningún otro lugar.

El espacio acercó la gastronomía a quienes apenas tenían la posibilidad de ocupar mesa en un restaurante

Es muy difícil entender el fenómeno gastronómico peruano sin tener Mistura como una de las referencias fijas de la ecuación. La feria ideada y financiada por Gastón Acurio en 2008 apenas duró tres días y acogió a 30.000 visitantes. Sólo una minúscula parte de lo que acabó siendo, ya en manos de la Asociación Peruana de Gastronomía (Apega), impulsada por el propio Acurio. Transformada ya en Mistura, la feria fue creciendo hasta llegar a los actuales 11 días de duración y anunciar un récord de 506.531 visitantes en la edición de 2012. La ansiedad con que afrontó el desafío del crecimiento, adobada por unos toques de delirio de grandeza, acabó convirtiendo Mistura en una trampa de la que Apega y la propia feria nunca supieron ni quisieron escapar. El traslado al actual emplazamiento en la Costa Verde permitió cumplir todos los sueños y llegado 2013 Mistura se hizo definitivamente grande. Demasiado grande.

Las 11 hectáreas que acabó ocupando —los directivos de Apega buscaban un espacio de 25 hectáreas— no se correspondieron con un aumento del número de visitantes, que se vio notablemente mermado (declararon 387.000). La superficie ha ido menguando desde entonces al mismo ritmo que el número de visitantes y expositores. Pocos confían en que la cifra de 400.000 asistentes anunciada en la pasada edición sea real. Todo ha cambiado, hasta el carácter de la feria. Según estudios realizados por los organizadores, las principales motivaciones de los asistentes a Mistura son hoy los conciertos que se celebran al caer el sol y la asistencia al mercado de productores. Nada que ver con las primeras ediciones, cuando las colas se instalaban desde primera hora de la mañana frente a los restaurantes y los puestos de comida ambulante. Como hace un año, la falta de público ha sido una constante durante los primeros cinco días de Mistura, con la única excepción del domingo. La paradoja se muestra en la encuesta publicada por el diario El Comercio con motivo de las fiestas patrias. El 33% de los peruanos entienden que Mistura es la marca que mejor representa al país.

Con Gastón Acurio y el resto de los miembros de la alta cocina limeña definitivamente alejados de Apega, se cerró también la puerta a la llegada de los grandes cocineros y los periodistas internacionales que habían catapultado la imagen de la feria. En parte invitados por el propio Gastón y en parte por Promperú —el organismo encargado de la promoción turística del país, que ha reducido drásticamente su apuesta por la gastronomía peruana en los dos últimos años—, unos y otros han brillado por su ausencia en las últimas ediciones. Huérfana de estrellas de relumbrón y promotores internacionales, Mistura también se ha ido quedando sin patrocinadores. Unos se alejan de la gastronomía como activo promocional —el tirón de la cocina mengua poco a poco en el Perú— y otros lo hacen de Mistura empujados por el trato caprichoso de los organizadores.




El desarrollo de la Costa Verde

El desarrollo de la Costa Verde

El Perú es uno de los pocos países del mundo cuya capital tiene mar. En Sudamérica no lo tienen Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia ni Paraguay. En Norteamérica no lo tienen México, EEUU ni Canadá. No lo tienen España, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia, Polonia, Rusia, India ni China.

En este aspecto y en muchos otros (ejemplo: gastronomía e historia), Lima es una ciudad privilegiada pero, como en tantas otras cosas en el Perú, no hemos sabido sacarle provecho. Por ejemplo, la antes llamada ‘Ciudad Jardín’, tiene muy pocos jardines y áreas verdes y ha crecido caóticamente y de espaldas a su maravilloso mar.

Justamente, ha llegado a nuestras manos un gran proyecto de desarrollo de la Costa Verde, que no es verde y es el espacio de contacto con nuestro mar azul. Un espacio recuperado paulatinamente desde hace muy pocos años y que hoy está más en el ojo de las pequeñas tormentas creadas por los que se oponen a todo lo que se quiere hacer, en vez de preocuparnos sobre qué hacer.

Para nosotros es muy claro que este maravillosos espacio nos ofrece un inmenso potencial de desarrollo para el beneficio de todos los pobladores de Lima. Podríamos tener uno de los mejores espacios de vida y recreo del mundo.

El proyecto al que hemos tenido acceso es el estudio: “LINEAMIENTOS TÉCNICOS PARA EL DESARROLLO DE POLOS DE ESTRUCTURACIÓN DE LA COSTA VERDE”, preparado por la arquitecta María Isabel Quicaño.

Fue presentado a la Municipalidad de Lima Metropolitana en julio del 2004 y estuvo, por un tiempo, colgado en la página web de la municipalidad. Además, fue presentado en la Audiencia Pública convocada por El Comercio el día 12 de Marzo de 2015.

Es hora de apostar en grande y enfrentar nuestras oportunidades con la generosidad del que piensa en sus nietos y no en nuestros anhelos inmediatos. Lampadia

Los siguientes párrafos resumen el enfoque del estudio:

El Plan de Desarrollo Metropolitano Lima-Callao 1990-2010, aprobado por Acuerdo de Consejo No 167 del 20/06/91, establece que la franja de litoral metropolitano denominada Costa Verde, incluido el mar, es un ámbito destinado al desarrollo de un eje metropolitano de actividades recreativas, deportivas, turísticas, culturales, y de servicios, designándola para ello como Zona de Reglamentación Especial.

El Plan Maestro es el principal instrumento de gestión y promoción del desarrollo urbano en la Costa Verde. Establece las pautas, lineamientos y estrategias para alcanzar un desarrollo sostenible en la Costa Verde. Este Plan debe adecuarse a las exigencias generadas por los frecuentes cambios que se registran en su ámbito.

El objetivo del estudio es identificar los Polos de Estructuración de la Costa Verde, los cuales son áreas o zonas estratégicas de intervención urbana. Asimismo, se busca la estrategia el desarrollo de éstos Polos de Estructuración y los lineamientos de gestión para lograr el desarrollo sostenible de la Costa Verde. El estudio servirá de base para la elaboración del Plan Maestro de la Costa Verde. El ámbito de trabajo incluye la plataforma superior, los acantilados, la plataforma inferior, las playas de los distritos de San Miguel, Magdalena del Mar, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos, desde la calle Virú en San Miguel hasta la Playa La Chira en Chorrillos y su área de influencia.

Ver el PDF del estudio en el siguiente enlace: “Lineamientos Técnicos para el Desarrollo de Polos de Estructuración de la Costa Verde”.

Las siguientes láminas ilustran algunos de los elementos de este importante estudio: