Uri Landman
Para Lampadia
En la última semana hemos sido testigos de las violentas protestas que se han llevado a cabo a lo largo del país. Para aquellos que piensan que esta “manifestación del pueblo” es espontánea y se debe a los reclamos sociales de los más olvidados, les tengo una noticia: es falsa esta narrativa que nos quiere vender la izquierda a través de algunos medios de comunicación de la “prensa alternativa” y las redes sociales apoyada por los caviares.
Las marchas, tomas de carreteras, incendios de las comisarías, destrucción de la propiedad pública y privada, el asalto a diversos aeropuertos, etc. por parte de un grupo de subversivos, no son algo espontáneo ni al azar. Todas estas acciones son parte de un plan orquestado hace meses, del cual Pedro Castillo, Sendero Luminoso y el MRTA son parte integrante.
Ahora que Castillo y la izquierda se quitaron la careta de demócratas, al haber dado el golpe de estado el 7 de diciembre y ante su fracaso, han pasado a la segunda parte del plan. La primera etapa, que consistía en el cierre del congreso y la instauración de un gobierno comunista con Castillo al mando, fracasó.
La segunda parte de su plan para tomar el poder, consiste en sembrar el caos, la destrucción y muerte entre los peruanos, para debilitar la confianza de la ciudadanía en sus autoridades y así imponer un estado revolucionario a manos del pueblo.
Los comunistas quieren enfrentar a los ciudadanos con las fuerzas armadas tanto del ejército como de la policía, como ya lo hicieron en tiempos de Sendero Luminoso y del MRTA, para fraccionar el apoyo que tiene el gobierno.
¿Alguien tiene duda que la intención de este sector es obligar a Diana Boluarte a renunciar a la presidencia para que el presidente del congreso, José Williams Zapata, asuma como nuevo presidente? Una vez en la presidencia, las bancadas de izquierda apoyadas por los caviares, buscarían la censura de Williams para imponer a un candidato de izquierda que sea de su conveniencia y que esté alineado a su agenda de nueva constitución.
A pesar que la presidenta Boluarte es tan izquierdista como ellos, parece que no han podido imponerle su agenda de gobierno y han terminado distanciados. Es por ello, que quieren deshacerse de ella a toda costa y colocar a alguien afín a sus planes.
Durante los 7 días que Castillo permaneció en la DIROES, recibió la visita de 139 personas, entre los que se encuentran prefectos y sub prefectos de las regiones donde más conflictividad ha habido. También lo visitó una larga lista de congresistas de Perú Libre que luego salieron a los medios para azuzar a la gente que participaba en las manifestaciones al interior del país.
De acuerdo a las investigaciones de la policía, las marchas han estado dirigidas por ex terroristas. Tenemos el claro ejemplo de Rocío Leandro Melgar que se presenta como la presidenta del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, pero estuvo encarcelada por ser terrorista de Sendero Luminoso.
También hemos visto en las protestas a Javier Melgarejo Mallma, otro terrorista que estuvo preso en el penal Castro Castro y que hace pocos meses estuvo en palacio de gobierno en una reunión con Pedro Castillo.
Otro de los azuzadores de las marchas es Javier Chero Herrera quien estuvo preso por terrorismo en los noventa.
Los peruanos derrotamos militarmente a los terroristas en los noventa. Sin embargo, durante los últimos 30 años y ante la indiferencia de los sucesivos gobiernos, estos asesinos se han infiltrado en todas las capas de las organizaciones populares, frentes de defensa, sindicatos, etc. y con la llegada de Castillo al gobierno, vieron su poder e influencia incrementada hasta el punto de ser parte del ejecutivo.
Luego de varios días de zozobra, el gobierno de Boluarte tomó la tardía pero necesaria decisión de declarar el estado de emergencia y desplegar a las fuerzas armadas en las zonas de conflicto para restaurar la paz. A todas luces, este despliegue ha sido débil e insuficiente.
Ante los ataques subversivos de grupos armados, el Estado tiene que utilizar todas las herramientas que le da la constitución para defender al país. No podemos enviar cien soldados y policías a restablecer el orden en Arequipa, Ayacucho o Huancavelica, cuando los subversivos son muchos más. Tenemos que enviar a todo un pelotón. El principio de proporcionalidad debe ser el siguiente:
Yo como autoridad, amparada por la constitución, voy a utilizar toda la fuerza que me da la ley para derrotar al enemigo. Si para ello tengo que usar armas letales, tanques y helicópteros, los voy a usar en tal cantidad y contundencia, que al enemigo no le quedará otra que deponer sus armas y rendirse, ante la alternativa de ser neutralizados.
Cuando un manifestante le tira una piedra a un policía, usa una bomba molotov o dispara con un arma, deja de ser un manifestante y se convierte en un terrorista. Y a los terroristas hay que combatirlos hasta acabar con ellos.
Sabemos que la policía está haciendo su trabajo, al escuchar a Verónika Mendoza defender a los angelitos “simpatizantes de Nuevo Perú” que fueron intervenidos dentro del local partidario en posesión de hondas, machetes, piedras, clavos, pasamontañas y otros objetos que serían utilizados en las marchas “pacíficas” que convocaron.
Si a algún lector de izquierda le incomoda la verdad, le recuerdo las palabras del ex presidente colombiano Uribe: “Si somos un estorbo por nuestra determinación de derrotar al terrorismo, que seamos un estorbo”. Lampadia