Entrevista a Sergio Urzúa, Profesor de Economía de la Universidad de Maryland
Por Gonzalo Carranza
El Comercio, 11 de agosto de 2016
El sistema de pensiones chileno ha sido la inspiración del modelo peruano en su origen y en sus reformas. Ahora vivirá una nueva ola de cambios.
La noche del martes, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, lanzó 15 propuestas de cambios al sistema previsional de ese país. El economista Sergio Urzúa, quien fuera parte de la comisión convocada en el 2014 por Bachelet para proponer una reforma integral del sistema, analiza las medidas.
¿Cuáles son los principales anuncios?
Uno es el aumento en la tasa de cotización, de 10% a 15%. Lo que la presidenta no dejó muy claro es qué proporción de este aumento va a la cuenta individual de cada trabajador y qué proporción va a lo que ella llama un “fondo solidario”, que básicamente es un sistema de reparto acotado y que será el mecanismo de redistribución hacia las personas más vulnerables.
¿Ese 5% adicional lo pagarán los empleadores?
Eso fue lo anunciado. Esto es consistente con el ambiente que se ha generado en el país. El empresariado está dispuesto a hacer esfuerzos para reencauzar el desarrollo. Dependerá de las condiciones del mercado laboral cuánto de ese 5% es asumido por las empresas y cuánto se traslada a menores sueldos efectivos.
¿Qué otras propuestas son importantes?
Bachelet insiste en la creación de una AFP estatal como mecanismo de competencia. Tengo dudas de cuán efectivo será esto. A partir de las licitaciones, ya han bajado muchísimo las comisiones. Otro punto que plantea es que en períodos de rentabilidades negativas las comisiones serían devueltas a los usuarios. Lo ha dicho a la pasada, aún no conocemos los detalles de cómo funcionaría. Es una opción inferior en cuanto a las alternativas de compartir los riesgos. Más importante que establecer reglas de este tipo es impulsar la competencia.
¿Las AFP tendrían un incentivo para ser más conservadoras de lo debido?
En cuanto a rentabilidad, las AFP lo han hecho bien. Ese no era el problema. Esta medida es una distorsión.
Bachelet también ha planteado el aporte obligatorio de independientes.
En Chile se ha ido aplazando esta decisión por las mismas razones políticas que en el Perú. Sin embargo, uno de los problemas más importantes del sistema son las “lagunas” [períodos en que el trabajador no aporta a su fondo] y estas pueden estar asociadas no solo a desempleo, sino a optar por el trabajo independiente para escapar a este impuesto que es el ahorro forzoso. Pero si quieres mejorar las pensiones todos tienen que hacer esfuerzos: las empresas, las personas ahorrando más y los políticos emprendiendo reformas que pueden no tener réditos. Quien diga lo contrario está mintiendo.
¿En qué contexto se dan estos anuncios?
La presidenta busca responder a nuevas demandas sociales sobre el sistema de pensiones. Las medidas también emergen como respuesta a las protestas por los abusos en los sistemas de reparto que aún rigen en la policía, Fuerzas Armadas y Gendarmería, que generaban jubilaciones ajenas a la realidad chilena. Afortunadamente, Bachelet tenía en sus manos las propuestas de la comisión presidencial que ella misma convocó hace más de dos años y parece haberse alejado de los extremos, optando por los cambios planteados por la mayoría de los miembros de la comisión.
Lampadia