Institucional
Sergio Bolívar
Catedrático de la Facultad de Comunicación e Imagen de la UPC
Director General de Andina Consultando SAC
Para Lampadia
La débil presencia del Colegio de Sociólogos en el debate público deja muchas dudas en el tratamiento de los problemas sociales en el Perú. La labor del colegio debe centrarse en la mejora de la sociedad mediante planteamientos teóricos efectivos, modelos científicos y propuestas solventes para resolver los conflictos sociales que están afectando seriamente a las inversiones y el crecimiento económico. Por ello, la mejora del posicionamiento de este colegio está asociada a la creación de una agenda pública con perspectiva científico-social.
Las 10 sedes -nacional y regionales- del Colegio de Sociólogos están ubicadas en los departamentos que tienen los más altos índices de conflictividad, la minería y otras actividades extractivas, tales como Lima, Arequipa, Puno, Piura, Huancayo, Huánuco, Ancash, Lambayeque y Cajamarca. Los más de 3,500 sociólogos colegiados conforman un conjunto de profesionales capaces de reunir evidencias y analizar a profundidad los modelos para solucionar cada uno de los 205 conflictos sociales registrados por la Defensoría del Pueblo. De estos, los socio-ambientales vinculados al sector minero son los que generan la mayor caída de la inversión en nuevos proyectos mineros.
Muchos sociólogos destacados consideran que el colegio funciona como un sindicato de trabajadores del Estado y tienen una voluntad de adormecimiento. Esta es una percepción muy peligrosa si observamos las acciones del gobierno que destruyen la institucionalidad y la confianza hacia el Perú. Para afirmar esta idea, una reciente encuesta de la consultora Activa reveló que el 90% de la población siente que el Perú está estancado en todos los aspectos (político, económico, social y otros). El escenario social es cada día más complejo por los escándalos, enfrentamientos, discursos vacíos y ofrecimientos irrealizables del gobierno. Si los conflictos sociales aumentan las inversiones y el crecimiento económico retrocede.
La institucionalidad se fortalece con la unión, por ello, el sociólogo colegiado debe trabajar junto a otras disciplinas. Por ejemplo, los ingenieros colegiados que recientemente presentaron las lecciones aprendidas de los proyectos mineros Corani (Puno), Ollachea (Puno), Quellaveco (Moquegua) y Tintaya (Cusco) con el uso del modelo multiactor para proponer una alternativa de solución a los conflictos en otros proyectos del país. Precisamente, estos fenómenos deben ser estudiados por sociólogos colegiados para encontrar las rutas de salida a los conflictos y plantear retos que pongan en valor su legitimidad institucional.
Como dijo el filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, la sociología “surge como una disciplina que se hace cargo de los problemas que la Política y la Economía iban dejando de lado a medida que se convertían en ciencias especializadas”.
Este campo busca la interpretación del mundo actual para comprender los activismos gremiales, las acciones colectivas y los movimientos socio-políticos que están paralizando la economía. Sin embargo, también busca la cohesión de la sociedad, es decir, no juegan a la política de derecha o izquierda que divide, sino más bien generan consistencia en la información y conocimientos desde el interés profesional del sociólogo, la moral de la actividad y la calidad de la producción académica con artículos de divulgación científicos, informes o trabajos.
En marzo pasado, el decano Colegio de Sociólogos se quedó muy corto al tildar de populista al Consejo de Ministros que realizó el gobierno en Puno. Para ser consistente, este colegio debe explicar las implicancias sociales de las más de 238 promesas realizadas a los pueblos en las onerosas sesiones de Consejos de Ministros Descentralizadas, que harían estallar nuevos conflictos porque sería imposible llevarlas adelante por el gobierno, según la consultora 50+1. Se necesita un colegio que esté a la altura de las circunstancias, generando espacios en nuestro escenario público para participar con planteamientos acordes a nuestra realidad nacional.
En señal de advertencia de las nuevas necesidades de esta profesión, el patrono de la sociología en México, Pablo González Casanova, dijo “Nos toca un periodo sin precedente en la historia de la humanidad. Nuestra lucha ya no es sólo por libertad, justicia y democracia, es de hecho por la vida misma”. Lampadia