Por Rolando Arellano
El Comercio, 06 de diviembre de 2021
“Podríamos ver en la crisis política actual la oportunidad para un nuevo gran comienzo del país”.
La historia puede enseñarnos a evitar errores como los que originaron la dominación española, de la cual nos liberamos hace 200 años, y también mostrarnos que el gran problema político actual puede ser una gran oportunidad para nuestro futuro. Veamos.
Partiendo de la toma de Cajamarca, a los peruanos se nos ha contado que, por su superioridad, unos pocos españoles pudieron vencer a millones de indígenas. Nada más lejos de la realidad, pues menos del 1% de quienes capturaron a Atahualpa eran españoles, que fueron ayudados por algunos esclavos africanos y caribeños, y, sobre todo, por muchos miles de seguidores de Huáscar y de pueblos conquistados por los incas.
Eso trae dos grandes enseñanzas. La primera, que debemos evitar relatos similares, pues son mentiras cargadas de racismo y de complejos de inferioridad. La segunda, que la verdadera causa histórica de la conquista, y probablemente también de nuestro bajo desarrollo posterior como país, no ha sido la fuerza de los “imperialismos” externos, sino nuestra debilidad por estar desunidos.
¿Cómo sirve esa reflexión ante la crisis política que vivimos hoy?
Conocer esa historia debería evitarnos repetir lo que los chachapoyas, cañaris, huancas y otros grupos indígenas hicieron hace 500 años. Que al movilizarse para luchar contra el Atahualpa que consideraban nocivo, sin prepararse para lo que vendría luego, propiciaron a un Pizarro que les generó más perjuicio.
Pero, más allá de discutir si conviene o no una vacancia, es importante entender que, aun si esta no ocurriera, deberíamos juntarnos para aprovechar el ‘momentum’ social que ya se ha generado. ‘Momentum’ cuando millones de peruanos quieren autoridades capacitadas para gobernar. Cuando las mayorías se han dado cuenta de que la honestidad no tiene que ver con izquierdas o derechas. Y cuando, como lo dicen analistas como Jaime de Althaus, hoy todos tienen clara evidencia de que quien solo busca repartir y no generar riqueza puede llevar al país al desastre.
Con la conjunción de esos aspectos, podríamos ver en la crisis política actual la oportunidad para un nuevo gran comienzo del país. Oportunidad que solo podremos aprovechar si los peruanos conscientes nos unimos. Si los congresistas razonables trabajan juntos para recuperar la confianza del pueblo, si los dirigentes de los partidos serios dejan sus personalismos y buscan un liderazgo unitario, y si los ciudadanos, en vez de votar por o contra personas, decidimos apoyar ideas coherentes y solidarias.
Así, más que una mala celebración del bicentenario, este 2021 podría marcar el inicio de una república mejor para todos. ¿Idealista? Tal vez, ¿pero no fue así la idea de la independencia? Que tengan una gran semana.