Rafael López Aliaga
Expreso, 27 de julio del 2025
Alcalde de Lima responde a opiniones contrarias a proyecto ferroviario.
Me he tomado el trabajo de escribir este artículo, no para responder al ministro obstruccionista, sino para aclararle a la población ante la desinformación que se busca nuevamente generar sobre el tren de Lima.
El día de hoy, 27 de julio, mientras escribo estas letras, viene transitando por la vía férrea un tren de pasajeros en ruta Lima – Huancayo y, para sorpresa y asombro del ministro de Transportes, no se ha muerto nadie. Como sí se muere la gente a diario usando el transporte informal, en el caos de un sistema de transporte que no funciona y que es urgente cambiar.
No es posible continuar así un día más, menos cuatro años como lo quiere hacer el MTC.
El sistema de transporte en trenes en el Perú no lo he inventado yo; ha funcionado de manera eficiente cuando había gobiernos eficientes. Como lo he dicho y repetido en varias ocasiones: cuando no hay corrupción, la plata alcanza para hacer obras. De la misma manera, puedo afirmar con convicción —ya que lo he hecho desde el sector privado— que los trenes deben ser una alternativa de solución al transporte no solo en Lima, sino a lo largo y ancho de todo el país.
Que un gobierno se oponga o quiera demorar una obra como el tren de Lima hasta, por lo menos, después de las elecciones por cálculos políticos (como ha trascendido que es la instrucción que le han dado) es una demostración palpable de por qué tiene menos de dos por ciento de aceptación.
Mañana, 28 de julio, día en que se publicará este artículo, espero escuchar en el mensaje presidencial que la mandataria ha tomado conciencia de la emergencia en la que nos encontramos y que, desde la MML, hemos logrado algo importantísimo: una donación que puede transformar muchas vidas. Y, si realmente existe un poco de empatía por la gente de la ciudad en la que habita la presidenta, disponga que se hagan los cambios necesarios y se tomen las medidas del caso para que este proyecto se haga realidad en el más breve plazo.
Los trenes han sido, son y serán una solución viable y confiable al problema del transporte en el mundo, y quien diga que eso debe esperar por trámites burocráticos simplemente no tiene vocación de servicio. Peor aún, quien mienta diciendo que lo hace porque le preocupan las vidas, pues, como le señalo para que se entere: hoy —no mañana, no en cuatro años, hoy— circula por ahí un tren de pasajeros y no se muere nadie.