Entrevista a Paul Romer
Nobel de Economía
Gestión, 6 de noviembre del 2025
Paul Romer no necesita mayor presentación. En el 2018 ganó el Premio Nobel de Economía (compartido con William Nordhaus).
El galardón se le otorgó por su aporte sobre la “economía de las ideas”, que explica cómo el descubrimiento de nuevas ideas son importantes para el crecimiento económico.
En su trabajo, Romer distingue las ideas de los bienes materiales, pues sobre las primeras no existe rivalidad. Si más personas, por ejemplo, compran una determinada herramienta, al ser su oferta limitada, quedará menos para el resto. Pero lo mismo no sucede con un teorema matemático, pues incluso más de una persona puede emplearlo al mismo tiempo.
Romer se desempeñó también como economista jefe del Banco Mundial (BM). Gestión tuvo la oportunidad de conversar con el destacado académico sobre uno de los procesos que ha dominado la coyuntura durante los últimos meses y que no es ajeno a otros países: la reforma del sistema de pensiones.
Esta entrevista se dio en el marco del Investor Day 2025, organizado recientemente por Credicorp Capital en Santiago de Chile.
En su opinión, ¿Qué características debería tener un sistema de pensiones?
Bueno, creo que las personas deben confiar en la información que están recibiendo. Es importante para el Gobierno asegurarse de que los ciudadanos accedan a información verificada sobre cuáles son los costos de los diferentes proveedores o cuáles son los retornos que históricamente han conseguido (en la gestión de fondos de pensiones). La información precisa y confiable es una parte fundamental del trabajo del Gobierno.
¿Cree que es sostenible un sistema de reparto como el que existe en países de Europa, por ejemplo, considerando el envejecimiento de la población?
Lo que entiendo es que Chile, por ejemplo, ha pasado a algo más parecido a un sistema `fully funded’ (de cuentas individuales de capitalización, como las que administran las AFP), mientras que la alternativa que describes es un sistema `pay as you go’ (de reparto, como la ONP).
Esos sistemas de reparto son vulnerables a la pérdida de apoyo político en el futuro. Entonces, pienso que un sistema de cuentas individuales es una mejor manera de proteger a las personas y de generarles interés en cómo le va al país. Así que, en mi opinión, el sistema `fully funded’ es mejor. El problema es que es difícil ponerlo en marcha.
¿Entonces la pensión debe depender del ahorro de cada persona?
El Gobierno tiene que jugar un rol, en términos de decir a la persona: debes hacer alguna contribución al sistema y existen ciertas circunstancias en las que se pueden hacer retiros. Por ejemplo, también se puede establecer límites en lo que (los fondos de pensiones) pueden invertir. Lo que se busca es que las personas no representen una carga para las futuras generaciones.
Por lo tanto, si bien es aceptable que el Gobierno imponga restricciones, también es positivo que cada individuo tenga libertad de elección y aporte a sus propias cuentas.
¿El aporte debería ser obligatorio a esas cuentas individuales? Ese es otro debate en países como Perú.
Creo que la mayoría de los ciudadanos estaría de acuerdo en que es preferible un sistema obligatorio, ya que, de lo contrario, algunas personas no ahorrarían para el futuro y se convertirían en una carga para la sociedad (Estado y familias).






