En San Juan de Lurigancho Arana dijo: “Hay que cargarnos el Capítulo Económico [de la Constitución], y hay que cargarnos de fondo el proceso de descentralización”. Sostuvo que los líderes de las comunidades indígenas están discapacitados (sic) para negociar con la empresa privada la propiedad de las riquezas que están debajo de sus tierras, y se declaró partidario de que el Estado asuma esa negociación, siempre que esté manejado por la izquierda.“Si a mí me preguntan si los recursos del subsuelo deben ser de los pueblos locales, o de los propietarios del suelo, o de los pueblos indígenas, o del Estado, yo digo que sean del Estado”.
En su artículo, Arana critica a todos los presidentes latinoamericanos, con la excepción de Mujica y de los hermanitos Castro, a los que no toca, “por intensificar y expandir las industrias extractivas”. Con el ropaje de un ecologismo radical, habla de “graves problemas ecológicos que el actual modelo de desarrollo genera” y dice que hay que “enfrentar el paradigma del crecimiento económico depredador,…los abusos del capital y a las arbitrariedades del mercado”.
Recordemos, además, que Arana explicó hace unos meses en España su visión de desarrollo, sosteniendo que el país no debe crecer más de 2% anual, para así no demandar minerales, ni petróleo.
Arana se muestra como otro de nuestros típicos izquierdistas tradicionales que se niegan a reconocer la realidad para salvar su discurso político, que no es otra cosa que el ropaje para tomar el poder y ejercerlo al peor estilo de las fracasadas experiencias socialistas y/o comunistas.
La verdad es que la economía de mercado, a pesar de sus tropiezos, viene produciendo una verdadera revolución de bienestar y progreso. En 1950, la clase media global no pasaba del 25% del total de la población. Ahora se acerca al 60%. Excepto países del África Subsahariana, que no han creado economías de mercado, en todo el mundo ha mejorado sustancialmente la esperanza de vida al nacer y los ingresos de la población. Desde 1970 viene bajando la desigualdad global (Sala i Martín).
Como explica Hans Rosling, el mayor experto en difusión de información estadística, no hay que confundir los objetivos del desarrollo con los medios para lograrlo. El crecimiento económico no es el objetivo del desarrollo, pero, nos guste o no, es el único medio para lograrlo.

Tampoco es de extrañar que Arana no registre la realidad del Perú actual y su exitoso proceso de desarrollo. Los demás líderes de nuestra izquierda tradicional han negado sucesivamente todos nuestros logros. No es verdad que hay crecimiento, no se reduce la pobreza, no baja la desigualdad, no disminuye la desnutrición infantil, el crecimiento no llega a la sierra rural, etc. Pero la contundencia de nuestros avances los ha contradicho una y otra vez. Ahora se han refugiado en cuestionar la sostenibilidad de nuestro éxito. El pueblo ha mostrado saber más que eso.
Pensamiento Arana – Pablo Bustamante Pardo (Publicado en el Comercio, 29 de Marzo, 2013)