09 de marzo de 2017
Es indudable que Phillip Butters cometió excesos inaceptables, que no es menester reproducir. También es explicable la indignación manifestada por muchas personas. Pero me llama la atención que no se le haya dado la oportunidad de rectificarse y pedir perdón, antes de enterrarlo con saña y maldad.
También me llama la atención que no usemos el mismo rasero para todos los líderes mediáticos. El sábado pasado, el día de la marcha ‘con mis hijos no te metas’, otro periodista, esta vez de La República, Augusto Álvarez Rodrich, publicó su columna diaria con el título: “EL KU KLUX KLAN PERUANO MARCHA HOY”. Esto implica imputar a miles de peruanos la calidad de racistas, xenófobos y asesinos. Un exceso inaceptable. Tan inaceptable como los de Butters.
Sin embargo, ‘mutis por el foro’. Nadie salió al frente. Nadie pidió que lo despidan. Nadie pidió que se suprima la publicidad empresarial en La República.
De la ley pareja nadie se queja. Pero el doble rasero es inaceptable. Del fariseísmo, sí debemos quejarnos, sobre todo, cuando se trata de moralidad, sindéresis y buenas costumbres. ¿O es que estamos manipulados por una agenda escondida que hace carne en el nivel de frustración que nos acompaña estos días, con tantos problemas que atraviesa nuestro país?
Phillip Butters ya se disculpó por las barbaridades que profirió. Le toca ahora a Álvarez Rodrich. ¿Lo vamos a exigir?