Entrevista a Moisés Lemlij
Psicoanalista
Perú21, 29 de octubre del 2023
Por: Carlos Cabanillas
El médico y escritor hace un paralelo entre el terrorismo de Hamás y el de Sendero Luminoso, comparando el rol pasivo que se tiene ante ambos fundamentalismos.
¿La guerra evidencia que volvió el antisemitismo?
¿Es solo una excusa para el odio al judío?
¿Puede el islam tomar Europa y gran parte de Occidente?
Para la izquierda, el judío era víctima y ahora, victimario.
¿Qué fuerza tiene Israel? Es un país pequeño de 9 millones. Esas son estupideces, esa es la excusa. Netanyahu me parece espantoso. Pero esa es la circunstancia. Yo veo el incidente actual como una chispita dentro de lo que se viene. En términos de Huntington, este es un choque de civilizaciones. Son dos placas tectónicas chocando. No es solo Palestina. Tienes Yemen, Sudán, Siria, Iraq. En todo los sitios hay terribles conflictos intraculturales.
Y en Europa. La izquierda critica la cruz católica pero no la burka islámica.
Es una izquierda que diferencia a los judíos de los sionistas y llama a estos últimos “sionistas blancos supremacistas”.
Pero la mayoría de los judíos no son blancos. Hay una buena cantidad de negros judíos. La mayoría son oscuros, solo hay algunos rubiecitos. Tú no distingues a un árabe de un judío fácilmente, por lo menos no a los que viven ahí. Ahora, en Israel hay un gobierno que no ha sabido manejar las cosas. Netanyahu es uno de los causantes, porque produjo esta terrible división entre la derecha y la izquierda. Pero, bueno, qué nos queda… Hamás dice ‘vamos a destruir Israel y a matar a todos los judíos’. Me queda claro. No me importa que esté aquí en el Perú. Igualito va a haber alguien que quiera matarme.
¿Esta es también una extensión del odio a Estados Unidos?
El odio a los judíos es anterior a la existencia de Estados Unidos. Entonces, para mí, como un judío de Occidente y peruano, porque ciertamente mi identidad primaria es haber nacido aquí y ser peruano, es parte de algo que conozco en la historia y que he vivido a través de mi familia y de mí mismo. El antisemitismo aparece una y otra vez con diversos motivos y excusas.
Ha habido banderas pro-Palestina en San Marcos.
Y hasta en la PUCP. Ellos no son propalestinos. Es un tema antiisraelí, antijudío. Se les ha hecho el chongo en la cabeza. Israel es el único país democrático de toda esa zona. ¿O están apoyando a los ayatolas? Eso no es izquierda; es ‘populismo fascista’, como los que estuvieron gobernándonos en el Perú.
¿Qué hacer con nuestros terroristas que reclutan niños en ciudades urbanas como Trujillo?
Nos hacemos los idiotas con el terrorismo. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Dios ciega a aquellos a quienes quiere perder. Es mucho problema tener que pensar. Es un pobre y hay que hacer algo, pero ese algo no puede ser lo que propuso Abimael Guzmán: un millón de muertos. Ríos de sangre. Cuando alguien te dice que te va a matar, te va a matar. Y si les enseñan eso a los niños, eso puede venir. O lo quieres ver o no. Ahora, los grandes pensadores sobre Sendero ya no están. Murieron Gonzalo Portocarrero y Carlos Iván Degregori. Y nadie ha seguido la ruta de la comprensión de Sendero; solo quedan los que hacen operativos. Nos estamos descuidando. La derecha es bruta, la izquierda es corrupta y el centro es cobarde. Y hay una falta tremenda de liderazgo. ¿Dónde están los que dirigían el país en la época de PPK o antes? Entraron a la política, dejaron todo revuelto y se largaron. Ha habido un abandono masivo de la responsabilidad en la que ellos nos embarcaron. Los brutos y corruptos se quedaron. Los buenos se fueron.
¿Cómo combatir ideológicamente a Sendero? ¿En la educación?
La derecha radicaliza el problema y dice que todos los que no están con ellos van presos. Y los de izquierda pensaban que los senderistas eran gente de buena intención pero equivocados. Si Sendero ganaba, ellos iban a ser los primeros en ser ejecutados. La izquierda nunca se atrevió a condenar a Sendero, salvo unos cuantos, como Alfonso Barrantes, de izquierda democrática. Si estabas en contra de Sendero, eras un fascista. Eso está pasando con la nueva izquierda ahora defendiendo a Hamás. Así como la izquierda defendía a Sendero, ahora defiende a Hamás. Creen que estar en contra de Hamás es traicionar a los pobres palestinos que están siendo masacrados por el fascismo sionista. Es el mismo fenómeno de cobardía intelectual. La gente de centro se asusta. Y los radicalismos acaban ganando.
Hamás y Sendero comparten un fundamentalismo más allá de la vida. Están dispuestos a morir.
El marxismo es la religión laica. Promete el paraíso en la tierra. Pero, además de la cuestión ideológica, está la cosa omnipotente. Abimael se creía un profeta. Y es lo que ocurre con los líderes de Hamás, que se creen herederos directos de Mahoma. Entonces, ¿qué haces con quienes dicen que Palestina debe triunfar? ¿Van a matar a todos los judíos, como dice Hamás? Yo estoy aquí en el Perú, un pobrecito viejito; no me voy a comprar una pistola. Así que mi arma es abrir el pico.
Hamás se escuda, y mata a niños y mujeres. Sendero ejecutaba a mujeres quechuahablantes, antes que magnicidios.
El conflicto en el Perú usa el mismo sistema que usa Hamás. Porque el terrorismo, más que ideológico, es un sistema de funcionamiento administrativo. El terrorismo es un método que aprovecha la característica de los humanos de tener miedo para usar el terror con fines diferentes a los que aparecen como iniciales. Entonces, tú no matas a tu rival; tú matas a un inocente. Porque tu rival está preparado y luchará. Pero, si tú matas a los inocentes, lo que produces es un terror. Aparecer de una violencia inentendible hace que la gente se asuste. Producir un miedo inesperado para que el terror produzca consecuencias que no se puedan entender. Es un mensaje. Porque el miedo te da poder. El miedo infunde respeto.
¿Por qué la izquierda defiende a terroristas que no comparten sus ideas progresistas y no dudarían en eliminarlos? ¿Es una pulsión tanática?
La izquierda es la gallina que hincha por el lobo. Crees que, si te disfrazas de lobo, pasas piola, pero no. Es la identificación con el agresor temido. Los primeros en morir en la Revolución rusa fueron Kerensky y los socialistas moderados. Y en Alemania los comunistas prefirieron enfrentarse a los socialdemócratas que a los nazis. Todos esos izquierdistas acabarían muriendo por todos esos a quienes apoyan.
Es la era de la autopercepción. Los jóvenes se autodefinen en su sexualidad y etnia. Pero nadie de Sendero o Hamás se ‘autopercibe’ terrorista. Es un término que define la ley.
El terrorismo es una práctica, una estrategia política. Aterrar a la gente matando a alguien que no tiene nada que ver. Niños, mujeres. Matar para aterrar y desconcertar. Y para que el pedazo de terrorista que cada uno tiene despierte. O lo aplastas o te identificas con él. ¿Quién no ha tenido la fantasía de poner una bomba en la casa de alguien a quien odias? Ese es el terrorismo que todos tenemos. Mira al pata (el senderista Juan Santos Romero) en el norte. Pasó 12 años en la cárcel y salió a hacer lo mismo. Igual que otros senderistas o emerretistas. O de Hamás. Hay una izquierda que admira y envidia a los terroristas. Tú te inventas que es un Robin Hood, pero es solo un asaltante de bancos. Cada uno de esos senderistas que se identificaba con Abimael Guzmán creía que iba a ser Mao.