Mariela García de Fabbri
Gestión, 18 de setiembre del 2025
Contamos con un portafolio de proyectos de más de US$ 60 mil millones que nos permitiría duplicar el rol del sector, pasando a 18% del PBI nacional.
Estamos próximos a iniciar Perumin 37, una convención con la que el Perú vuelve a ser la capital minera del mundo y a celebrar el gran valor de nuestra minería. Su lema, «Juntos por más oportunidades y bienestar para todos», nos invita a una conversación altamente pertinente: la necesidad de unir fuerzas para explotar el enorme potencial de este sector tan relevante para el país.
Hace pocos días, la delegación peruana que salió a promover el país en InPerú, de la cual pude ser parte, resaltó que la minería es clave para nuestro desarrollo: representa más del 9% del PBI, más del 60% de nuestras exportaciones y tiene un fuerte efecto multiplicador en empleo, infraestructura y recaudación fiscal, a la vez que impulsa el desarrollo de capacidades en su cadena de valor y atrae tecnología. Pocas actividades ofrecen un potencial tan grande como la minería, y contamos con un portafolio de proyectos de más de US$ 60 mil millones que nos permitiría duplicar el rol del sector, pasando a 18% del PBI nacional. Por eso somos optimistas sobre esta industria y sobre el futuro del país.
El sector muestra algunos signos alentadores de reactivación, con un conjunto de 16 proyectos que estarían por iniciar inversión financiera entre hoy y el 2029, según el Ministerio de Energía y Minas. Pero urge una mayor ejecución real de proyectos. Estamos aún a media tabla del ranking del Instituto Fraser cuando alguna vez estuvimos entre los 15 primeros (de un total de 82 jurisdicciones evaluadas en aspectos como potencial geológico y contexto político).
El panorama enfrenta retos sin la atención debida de nuestras autoridades. Seguimos afectados por una compleja burocracia, lejos de una efectiva ventanilla única tantas veces ofrecida, que limita el avance de los proyectos; por la conflictividad social, que no siempre es gestionada desde el Estado; y una presencia preocupante y creciente de la minería ilegal, contra la cual los recientes planteamientos de solución parecieran no ser efectivos. Por lo tanto, corresponde insistir en el llamado a las autoridades para que enfrenten decididamente estos problemas. En paraleló, cabe recordar la realización de obras en las zonas de influencia, aprovechando los grandes recursos que genera el sector formal, y las oportunidades que existen para la ejecución del canon, a nivel nacional.
Pensando en este amplio contexto, toca actuar con la máxima responsabilidad en las elecciones generales de 2026, promoviendo la elección de autoridades capaces, probas y comprometidas con dinamizar la economía, promoviendo inversiones que generen empleo y recursos para ser invertidos en servicios públicos de manera ética y desinteresada.
Si bien hay grandes retos, la fortaleza de la minería se mantiene. La inversión privada, decidida y constante, sobre todo en importantes ampliaciones en los últimos años ha permitido que al cierre del primer semestre la producción minera continúe avanzando, impulsada por la plena operación de las minas. Somos una potencia en producción de cobre, oro, plata y zinc: con empresas de clase mundial y operaciones cada vez más tecnológicas y sostenibles, como es el caso de la mina autónoma que alberga nuestro país, con más de 30 camiones CAT rodando, y que es un referente en seguridad, eficiencia y productividad.
En Perumin 37, la agenda apunta a cómo crear cada vez más impactos positivos, con temas como la transición energética, la gestación de una minería inclusiva y respetuosa del medio ambiente y promotora del desarrollo en toda su cadena de valor. Mayores niveles de producción, gestionados por una minería más segura, más consciente y tecnológica, junto a nuestra gran riqueza mineral, nos preparan para atender la creciente demanda de metales y acompañar la transición energética global. Urge impulsar nuestra producción para liderar este proceso, con la comprometida participación de autoridades, en estrecha vinculación con las empresas y canalizando el impacto positivo a la población. Solo así podremos avanzar juntos hacia más oportunidades y bienestar para todos.