Entrevista a María Isabel León
Perú21, 3 de mayo del 2025
Valerie Vásquez de Velasco
La también expresidenta de la Confiep cree que en las elecciones generales del próximo año «es probable que ganen los extremos». «Un extremista de derecha o de izquierda porque la gente lo que quiere es sobrevivir», acotó.
Cuando vivía en la hacienda de su abuela, que su padre administraba en Piura, llegó a la ciudad un circo. Ella soñaba con acercarse al elefante bebé que era parte del elenco y, sin embargo, cuando la invitaron a pasear sobre él, dijo que no. Fue por miedo. Tenía solo 7 años, pero asegura que esa fue la primera y última oportunidad que perdió. Cuenta que en ese momento decidió que nunca el miedo la paralizaría y aparentemente así fue.
María Isabel León, quien marcó un hito al ser la primera mujer —y única hasta ahora— en presidir la Confiep, dice que su agenda es adrenalínica y así comunica sus ideas, a toda velocidad. Su lucidez impacta al no perder el ritmo, ni tampoco el humor y el tipo. Hablamos de varios temas: De Cade Educación 2015, que dirigió con enfoque en la formación técnica, la misma que promueve hace años a nivel nacional sin que se logre aún como política de Estado. De la anemia, como la “yaya” que sufre el Perú hace décadas y que hoy aqueja a un 42% de niños a nivel nacional dañando irreversiblemente su desarrollo cerebral y su capacidad de conocimiento. De las dificultades que tienen las empresas para formalizarse (tenemos una informalidad del 70%, sobre todo en Mypes) a causa de las barreras burocráticas absurdas que describe como “el arte de hacer difícil lo fácil a través de lo inútil” —y también por el marco regulatorio asfixiante y excesivo para quienes tienen ánimo de emprender—.
Conversamos sobre el sentimiento de desconfianza entre los peruanos, en general, y en particular como telón de fondo para tantos requisitos hacia la formalidad. Finalmente, hablamos de los políticos de ayer y de hoy: de su cercanía a García y Fujimori, de la necesidad de que Boluarte termine su mandato, de los candidatos a 2026 —tema central de CADE 2025 al ser un año preelectoral— y de los extremos que podrían representarnos si nada cambia.

¿Qué cifras del problema de aprendizaje se manejan en educación pública actualmente?
Te lo respondo así: El presupuesto ha aumentado, pero no para la cobertura de educación pública sino para las remuneraciones y eso no se condice con los resultados de aprendizaje. En 2023, el 98.7% de los alumnos de segundo de media a nivel nacional no alcanzaron las competencias de razonamiento matemático. Y en lectura, el 81.6%. Son jóvenes que el próximo año entrarán al mercado productivo y dime tú ¿qué hacemos con ese producto que sale de la educación básica? Los diagnósticos están hechos, lo que se necesita es acción, una labor de gestión que no se está dando porque nuestra sociedad necesita una revisión profunda, donde nuestros líderes o quienes tienen la posibilidad de llegar a puestos de poder, gestionen y pregonen con el ejemplo.
¿Cuánto puede ayudar o ser parte la empresa privada del cambio que se necesita?
Te pongo el ejemplo de dos hospitales, el Barton y el Kaelin, que son de Essalud, pero están administrados por privados, y el nivel de satisfacción está por encima del 90%, a pesar de tener algunas deficiencias o espacios de mejora. Quiero decir, hay cosas que se pueden hacer bien con asociaciones público-privadas. También es cierto que la parte institucional es muy débil, hay mucha corrupción, y por ello varios empresarios que han intentado hacerlo y que juraron nunca más. Y eso tiene que ver con el nivel de violencia en las observaciones, que mientras no se resuelva difícilmente vamos a tener más participación del sector privado, como sería lo ideal.
¿Piensas que el caos actual es adrede, que eso invita a buscar líderes más radicales?
Yo creo que la gente está buscando a alguien que les ofrezca recuperar la ilusión y la esperanza y muchas veces con las figuras autoritarias las personas se sienten identificadas o protegidas. El problema es si se va a elegir a la persona adecuada. De todos modos, aunque es pronto, mi impresión es que es probable que ganen los extremos. Un extremista de derecha o de izquierda porque la gente lo que quiere es sobrevivir. Que alguien le resuelva los problemas elementales comenzando por la seguridad.
Pensando en los extremos y en los más de 40 candidatos, ¿consideras una buena decisión que Keiko Fujimori participe en las próximas elecciones?
Con esa cantidad inusitada, necesariamente va a tener que haber alianzas entre partidos. Aun así, creo que ella (Keiko) pasaría a segunda vuelta. No olvidemos que tiene un bastión muy fuerte y cuenta con los recuerdos del padre, y quien pase con ella llegará con un número muy precario, un 6% o 7%. No me atrevería a pronosticar si derecha o izquierda y sí, sería ideal que haya una consolidación de partidos con ideas similares, pero me temo que los egos son más fuertes que el razonamiento. O sea, todos se creen los elegidos y los idóneos para conducir el país y pocos recuerdan que se necesita un equipo humano grande.
Y sobre las elecciones anteriores, donde ha perdido frente a todos sus oponentes en segunda vuelta, ¿qué opinas?
Yo no veo a Keiko como un riesgo negativo. Conozco los objetivos de su plan de gobierno. Debe haber aprendido, ciertamente de sus errores y debe haber generado también un balance de lo que se hizo mal. Pero creo que tiene derecho a postular. No hablo hace mucho con ella, pero de allí a que se cumpla el pronóstico de que hasta Pedro Castillo le volvería a ganar, no lo sé. Pienso que tiene que hacer el intento porque si ganara creo que no lo haría mal.
¿Aceptarías el reto de trabajar con el próximo gobierno?
Yo voy a seguir en la actividad que tengo, que está volcada al sector empresarial y al educativo, pero si alguien considera que puedo aportar algo lo pensaría. De todos modos, ahora en base 6, me veo más en una labor de contribución que ejecutiva.
¿Eres crítica con Dina Boluarte, como presidente y como primera mujer en ese cargo?
Creo que ha sido afortunado que no siga con el plan de Gobierno del partido que la llevó al poder, y aunque no estaba preparada para asumir ese cargo, ni siquiera mentalmente, lo está afrontando lo mejor que puede.
¿No tienes mayores críticas hacia ella, entonces?
Hay que dejarla terminar el gobierno, por favor. ¡Por el amor de Dios! Falta poco para eso y para que haya una elección popular. Dejemos que las cosas fluyan dentro de los espacios constitucionales y más bien concentrémonos en elegir bien al próximo presidente.