La transformación digital de la educación requiere mucho más que tecnología
María Alejandra Cruz, Presidenta del CADE Educación 2025
El Comercio, 7 de agosto del 2025
“Ningún actor puede solo, debemos unirnos por un bien común y trabajar juntos por la educación del país”.
Hablar de transformación digital en la educación no es hablar del futuro, es hablar del presente. Las herramientas ya existen, los estudiantes ya las usan, y el potencial es enorme. Pero si queremos que ese potencial beneficie a todos por igual, tenemos que entender algo clave: la tecnología, por sí sola, no transforma nada. Lo que transforma es tener claridad sobre la visión pedagógica y que esté centrada en el aprendizaje.
La tecnología debe ser seleccionada y aplicada para servir a un propósito pedagógico bien definido, no al revés. Y debe potenciar metodologías activas, personalización del aprendizaje, desarrollo de competencias, no solo la transmisión de contenidos, convirtiéndose en un modelo que sigue siendo el mismo, pero bajo un formato digital. Es decir, debemos proporcionar interacción entre los usuarios.
Otro eje transformador y clave se centra en los docentes. Son ellos quienes, al empoderarse, capacitarse y motivarse mediante la formación continua, gatillarán cambios sustanciales en la manera como el estudiante interactuará con la tecnología.
Gracias a la IA, hoy el rol del docente ha cambiado. Dejó de ser un transmisor de conocimientos a un edificador de estos debido a las múltiples posibilidades de esta tecnología, como utilizar los datos y el análisis que la IA proporciona sobre el progreso de cada estudiante para personalizar las rutas de aprendizaje, identificar necesidades específicas y diseñar intervenciones pedagógicas más precisas y efectivas.
El tiempo que un docente ahorra planificando o evaluando hoy en día es tiempo de calidad que puede usar en el aula para enriquecer cada vez más el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pero si deseamos hablar de cómo la tecnología tiene el poder de potenciar la educación, no podemos dejar de lado el diseño de contenidos de calidad relevantes y su trasmisión mediante plataformas digitales que cada vez apuntan más hacia la colaboración de recursos educativos abiertos (REA).
Si a lo anteriormente señalado le agregamos el componente vital, que está relacionado con la adecuada infraestructura, conectividad y dispositivos, podemos señalar que estamos preparándonos para asumir el reto.
Los últimos años han traído ciertos avances, especialmente desde la digitalización casi forzada que significó la pandemia. El COVID-19 empujó a muchas instituciones a adoptar nuevas plataformas, a los estudiantes a explorar nuevas herramientas e incluso hoy persisten modelos virtuales e híbridos que permiten a que más personas accedan a la educación.
Pese a ello, todo eso será insuficiente si no nos hacemos una pregunta más profunda: ¿para qué queremos transformar la educación? Si el objetivo es solo digitalizar lo que ya no funciona, entonces estamos perdiendo el rumbo. Pero si el objetivo es formar ciudadanos críticos, creativos, capaces de aprender a lo largo de la vida, entonces tenemos que pensar en mucho más que plataformas o conectividad. Hay que pensar en contenidos, en pedagogía, en equidad.
Eso requiere una mirada integral: conectividad, formación docente, infraestructura, inversión sostenida, alianzas y diálogo. Ningún actor puede hacerlo solo, debemos unirnos por un bien común y trabajar juntos por la educación del país.
Esto es precisamente lo que plantea CADE Educación 2025, el foro más importante del país sobre el futuro de nuestra educación organizado por IPAE Acción Empresarial. Bajo el lema “La educación navegando en la transformación digital: ¡Aceleramos o naufragamos!”, reunirá este 13 y 14 de agosto a especialistas nacionales e internacionales que compartirán experiencias, ideas y soluciones concretas. Será un espacio para escuchar, debatir, construir. Pero, sobre todo, será un espacio para asumir responsabilidades. Porque si de verdad queremos un país más justo, más competitivo y humano, no podemos seguir aplazando esta conversación. La educación es el punto de partida. Y la transformación digital, si se hace bien, es el camino.