El exministro de Economía, Luis Miguel Castilla, señala que la economía peruana tocará fondo el presente mes y considera que la condición del control de contagios para pasar de fase en reactivación será difícil de cumplir.
Entrevista a Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas
Por: Javier Prialé
Gestión, 14 de mayo de 2020
¿El programa de reactivación está bien diseñado?
El diseño y la envergadura son apropiados. La ministra (de Economía) anunció que el impulso económico ya no es 12 puntos del PBI sino de 17 puntos, similar a lo de Chile. Se está optando por todo tipo de medidas convencionales y no convencionales, lo que está bien por el tamaño de la crisis. El gran problema es la ejecución de muchos de sus componentes.
¿Qué tipo de componentes?
Hay que darle el beneficio de la duda al Gobierno porque no hay un precedente para atacar una crisis de esta envergadura, pero el inicio de la actividad económica está siendo un poco desordenado. Recién están pensando en medidas para la inversión pública y privada que van a sostener la recuperación una vez controlada la crisis sanitaria. Eso es importante, porque todavía no hemos visto el punto más complejo de la pérdida de la recesión. El Gobierno tiene actuar de manera responsable, ágil y flexible.
¿En qué momento se verá este punto más bajo de la recesión?
Como decía el presidente del BCR, creo que en abril y en mayo se van a ver desplomes de entre 30% y 50% de caída en el PBI. Solo en los 56 días iniciales de la cuarentena, antes de la última prórroga, ya se estimaba que había una pérdida de 8 puntos de producto, en pérdidas económicas. Es probable que toquemos fondo en el mes de mayo, asumiendo que las actividades se reinicien como se tiene pensado y que funcione el plan de cuatro fases, del que tengo dudas al respecto.
¿Qué tipo de dudas?
Está el hecho de que se pretenda normalizar el 25% de la actividad en lo que resta del mes, que son 15 días y pasarla al 70%, es bastante ambicioso. Hay un tema que tiene que ver con los estándares que estableció el Minsa, que no son proporcionales y los han obligado a cambiarlos. Esto genera confusión al interior de los sectores.
¿Iniciar la reactivación por sectores es un buen mecanismo?
Esta visión sectorial no se condice con el hecho de que las empresas son parte de una cadena productiva y se surten de proveedores. De poco sirve que un sector se pueda reiniciar si es que sus proveedores no son parte de este proceso de normalización.
¿El uso de protocolos ayuda a la reactivación?
E plan está diseñado para el sector formal y el informal queda de lado. Si cada mes vamos a estar sujetos a una evaluación del Minsa de cumplimiento de protocolos sanitarios, va a ser muy difícil de identificar si los casos que probablemente se den, responden a que se abrió la economía o a que hay una cantidad enorme de personas informales que transitan en la economía. La evaluación no será clara y certera.
Se puede posponer el paso de fase a fase
Ciertas empresas no puedan operar hasta el mes de agosto, eso no va a aguantar. La primacía de la realidad se va a imponer porque muchas empresas no van a poder soportar la falta de generación de ingresos hasta esa fecha.
¿Qué sectores necesitarían comenzar y no esperar hasta agosto?
Se entiende la lógica de ir por fases, de empezar por aquellos sectores con mayor impacto económico y minimizar el riesgo de contagio. En teoría, suena razonable, pero la verdad es que la contención del riesgo sanitario se dé, porque seguirán habiendo casos nuevos mientras no haya un tratamiento o una vacuna. Empezar por los sectores está bien, pero iría por un patrón distinto basado en cadenas, en geografía y riesgos más focalizados.
¿Urge ajustar la estrategia?
El Gobierno se muestra proclive a ajustar sus estrategias y en este caso tendría que hacerlo para lograr el objetivo de reactivación e ir controlando, en la medida de lo posible, la salud de la gente.
¿Se puede pensar en dar salvaguardas a las empresas para apoyarlas?
Hay que ser conscientes de que este es un shock temporal y los instrumentos están bien diseñados. Medidas de ese tipo tienen como problema que lo temporal se vuelve permanente por temas políticos. No iría a eso.
¿Reactiva Perú es el camino?
Para inyectar liquidez, Reactiva Perú ha logrado un mecanismo para ampliarla a una segunda fase, ya casi los primeros S/ 30,000 millones se subastaron al 90%. Pero si uno ve la meta inicial, que era llegar a 350,000 empresas y la contrasta con la realidad, han llegado a poco más del 10%, que son 37,000 empresas. Todavía queda un universo muy grande.
El FAE-Mype es la otra alternativa
No sé si irse por el FAE-Mype sea suficiente, por un tema de escala. Ya subió a S/ 800 millones con algunos atributos de Reactiva Perú, pero eso va a ser insuficiente.
¿Es posible incluir al sector informal en estas medidas?
Es bien difícil. Por definición, no hay forma de que un informal implemente un protocolo sanitario. Tenemos que aprender a convivir con esta enfermedad y manejar los focos de infección, con medidas menos transversales y más focalizadas. La informalidad no se va a resolver de la noche a la mañana ni se va a evitar que esas actividades continúen, por el mero hecho de que tienen que sobrevivir.
¿Se puede hacer algo si se revisan las medidas?
Las medidas tienen que tratar de evitar que los informales se aparten mucho de la formalidad, porque muchas de las empresas informales son proveedoras de las empresas formales, pero si a estas últimas no se les permite operar hay un incentivo a perpetuar la informalidad. Optaría por medidas mucho más generales y permitir una reactivación más transversal y focalizar focos de contagio, como los mercados que ya fueron identificados.
¿Debe haber mayor intervención de las municipalidades para este control?
Sí, pero mezclando el palo con la zanahoria. El palo sería la fiscalización y la zanahoria, que estas personas informales, que muchas son parte de las familias vulnerables, a las que se les puede pedir sus datos para armar una base de datos que sirva en el tiempo para identificar quiénes son los informales en el país, más allá de lo que las encuestas de hogares dicen.
¿La crisis impactará en las tasas de informalidad?
Uno de los grandes costos de la crisis es que la informalidad va a crecer en el país, por las empresas que van a quebrar en el tiempo.
¿Se puede calcular en cuánto puede subir la informalidad?
Si tenemos 12 millones de personas informales de una PEA de 17 millones y estamos ante pronósticos de que uno de cada cuatro peruanos puede perder su empleo formal, eso añade que por lo menos 1.4 millones de personas adicionales pueden engrosar las filas de la informalidad. La tasa puede llegar a 80% de cara a la pérdida de empleo, a la quiebra de empleo que pueda darse y el incremento de la pobreza.
PARA MANTENER TEJIDO EMPRESARIAL
Debe haber algún mecanismo de olvido y perdón para empresas quebradas
El exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, afirmó que es positivo agilizar los procesos concursales con participación de notarios y plazos cortos. Pero que este esquema no resuelve el problema de fondo, que es mantener vivas a las empresas.
“Un aspecto importante para preservar el tejido empresarial es que se permita a las empresas volver a reconstituirse. Pero acá cuando pasas por un proceso concursal quedan marcadas por cinco años en las centrales de riesgo y no pueden acceder a financiamiento. Eso se debería revisar, porque en este momento ellas no son responsables y puede verse algún mecanismo de perdón y olvido”, dijo.
Respecto a la situación económica general del país, destacó que el Perú tiene instituciones económicas fuertes y solidez macroeconómica, y que luego de la crisis es probable que surjan algunos sectores, como los ligados a la economía digital.
“Hay una oportunidad y hay que pasar este hueco. Nada está escrito en piedra, hay que dar el beneficio de la duda, pero también hay que pedir que se hagan los ajustes cuando esto sea requerido. Soy un optimista muy cauto”, puntualizó.