Perú se juega su futuro
LUIS F. SÁNCHEZ ESPECIAL
EL NUEVO HERALD – MIAMI
08 DE ABRIL DE 2021
El pueblo peruano eligirá entre estos 18 candidatos a su nuevo presidente para los próximos cinco años. FOTO: AGENCIA ANDINA.
En el marco de una crisis económica, moral, de seguridad y sanitaria 34 millones de peruanos elegirán el domingo 11 de abril entre 18 candidatos a su líder para los próximos cinco años, justo en las fechas que el país celebra el bicentenario de su independencia.
Todo indica que estas elecciones serán una batalla entre la izquierda, que puede dar un viraje radical al país, y el centro derecha que propone mantener una economía de libre mercado con muchos defectos, es cierto, pero con amplia libertad para todos.
“Por primera vez en la historia del Perú se realizará la quinta elección consecutiva en la que va a elegirse a congresistas y presidente de la república en un solo acto”, comentó el periodista Justo Linares, el usuario más antiguo (1948) de la Biblioteca Nacional del Perú.
“Desde el 2001 hasta nuestros días, el pueblo ha elegido a sus gobernantes y los militares han respetado la voz de las urnas. Este es el clima en que vivimos para esta contienda electoral”.
Muchos plantean estas elecciones en el Perú como la posibilidad de mantener el mismo sistema de libertades que se goza en nuestros días y darle un rostro más humano al manejo de la economía.
En este sentido, los candidatos Rafael López Aliaga, de Renovación Popular; Hernando de Soto, de Avanza País; y Alberto Beingolea, del Partido Popular Cristiano, son los que mejor han sabido transmitir sus propuestas de afinar lo que tanto ha logrado el Perú en las últimas décadas.
En el otro extremo han aparecido nuevas organizaciones y Verónika Mendoza, de Juntos por el Perú, aparece con posibilidades. Su victoria movería todo el espectro político del Perú hacia la izquierda y sería muy fraternal con Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El utraizquierdista partido Podemos de España le ha proporcionado a una de sus estrategas para el manejo de la campaña de Mendoza.
El profesor Pedro Castillo, de Perú Libre, también de la misma tendencia que Mendoza, ha conseguido un respaldo importante gracias a algunos matices como críticas a Maduro y remarca los graves daños que ha hecho en el Perú un reducido sector de migrantes venezolanos enrolados en la delincuencia.
En el Perú nadie duda que Maduro, en una decisión diabólica, abrió las cárceles al igual que Fidel Castro en el Marielazo de 1980 con el objetivo de limpiar su territorio de gente indeseable, descongestionar las prisiones, ahorrarse todo el gasto que demanda mantener esa población, y de paso dañar al exilio de una manera irreparable.
Eso lo ha aprovechado Castillo para galvanizar ese rechazo de los peruanos con una delincuencia que vino a agravar los propios problemas de inseguridad que había en el país.
Hay mucho temor en el Perú por el triunfo de la izquierda, y el regreso a los años nefastos de la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado, entre 1968-80, cuando había escasez de todo, las fronteras estaban cerradas a la importación, no se producía nada, había mercado negro de dólares y las únicas posibilidades de los jóvenes eran emigrar del país.
Ahora, en cambio, todo se consigue en el Perú y ya los jóvenes no agitan pancartas con los rostros del Che Guevara, Mao o Lenin. Ahora son emprendedores. En cada hogar hay un taller de artesanía, repostería, costura, de reparación de celulares y computadoras porque hay un movimiento económico muy dinámico que les permite ganarse la vida y tener esperanzas de mejorar.
“El elector común y corriente defiende esa libertad, que permite encontrar y hacer lo que desea”, puntualizó Linares. “El gran fenómeno, que es una desgracia pero que salva la economía peruana, es la informalidad, que empezó a crecer a partir de 1980. El 71 % de la economía peruana está fuera del sistema legal, pero hay un gran emprendimiento. La necesidad ha hecho que los hogares produzcan: jabones, shampoo, camisetas y todo lo que no sea perecedero. Antes los jóvenes entraban a la ideología y ahora al comercio”.
Linares agregó que en estos momentos en el Perú hay como 50 universidades, que sueltan a las calles profesionales que nada pueden hacer y es una población flotante que no encuentra trabajo.
El primer puerto del país, el Callao, hierve de delincuencia. Desde los 14 años, los jóvenes tienen armas, drogas y se vuelven sicarios, pues esos chicos de acuerdo a ley no van a la cárcel. Matan por $100.
Algunos candidatos han dado una buena lectura a esta realidad para buscar las soluciones, prometiendo expulsar del país de manera expeditiva a cualquier extranjero que sea sorprendido cometiendo un delito, y de paso frenar la delincuencia local.
López Aliaga, además, propone utilizar el voluntariado de los jóvenes para distribuir alimentos y consuelo a los 10 millones de peruanos que pasan hambre, y reactivar la economía con proyectos de reforestación, construcción de autopistas y achicar el estado, así mismo combatir la corrupción y expulsar a la constructora brasileña Odebrecht envuelta en casos muy graves con los últimos seis presidentes del Perú.
Hernando de Soto, de Avanza País; Keiko Fujimori, de Fuerza Popular; y Alberto Beingolea, del Partido Popular Cristiano, son todos candidatos predecibles. Ninguno atentará contra el sistema de libre mercado.
Por su parte, Yonhy Ledesma, de Acción Popular, presenta con viveza y astucia una mixtura de apoyo a los más necesitados, pero si raspas aparece su plan estatista.
En medio de una nueva ola de coronavirus, el Jurado Nacional de Elecciones ha dado preferencia a los lugares abiertos para instalar sus mesas de votación. También pide a los electores que asistan de manera escalonada de 7 a.m. a 7 p.m.