Luis Carlos Jemio. Exministro de Hacienda de Bolivia
El Comercio, 5 de setiembre del 2025
Christian Silva
Ad portas de la segunda vuelta en Bolivia, el exministro de Hacienda de dicho país, Luis Jemio, sostuvo que el siguiente gobierno tendrá que realizar un ajuste fiscal, así como normalizar la oferta de dólares y de combustibles. Además, indica que el próximo gobierno debe reconocer que el país no crecerá por el mercado interno.
El exministro de Hacienda de Bolivia, Luis Carlos Jemio, conversó con El Comercio sobre la situación de su país, que en octubre será escenario de una segunda vuelta electoral para elegir al próximo presidente boliviano. Los retos son la estabilización económica y la apertura del mercado enfocado en las exportaciones. Además, el siguiente gobierno de Bolivia enfrentaría un ajuste fiscal de cara al siguiente año.
-Por primera vez, Bolivia llevará a cabo una segunda vuelta electoral, en octubre. Los candidatos que se enfrentarán son Rodrigo Paz del Partido Demócrata Cristiano y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga de Alianza Libre. Movimiento al Socialismo (MAS) no llegó a pasar a esta segunda vuelta. ¿Qué representa esto?
Va a ser un cambio importante. Hemos estado 20 años con el gobierno del MAS, el partido de Evo Morales, que después continuó el actual presidente Luis Arce. Ellos impusieron un modelo estatista. Este es un cambio que implicaría salir de ese modelo y darle más lugar al sector privado, nacional o extranjero. Para eso, se tienen que crear las condiciones.
-Previo a Morales, ¿la gestión del país era distinta?
Bolivia hizo reformas pro mercado en los ochenta y noventa. Se estabilizó la economía, lo que implicó abrirse al comercio internacional, liberalizar el sector financiero, el cambiario y todos los sectores claves para promover la llegada de inversión a la minería e hidrocarburos.
Después, el gobierno de Evo Morales impuso un modelo basado en el Estado y del que se benefició de bastantes ingresos por las exportaciones de gas. Eso le dio suficiente músculo financiero al gobierno para gastar e invertir. Usó esos recursos para emprender algunos proyectos que no fueron los más rentables, por lo menos no generaron recursos adicionales para el Estado ni el país.
-¿Qué condiciones se deben generar para la apertura de mercado?
Lo primordial para la economía y la población es estabilizar la economía, porque hemos estado con elevados déficits fiscales y para financiar eso el gobierno utilizó las reservas del Banco Central de Bolivia. En este momento estamos en crisis por escasez de divisas, no las hay para importar productos esenciales, incluso medicamentos. También está la escasez de combustibles y se forman grandes filas de autos particulares como de transporte de mercaderías. Eso dificulta la llegada de productos básicos a los mercados. Entonces, los precios han empezado a subir.
La mayor inflación se ha dado, precisamente, en los bienes alimenticios. Se están generando bastantes costos para la población, afecta la actividad económica y cayó la producción en general.
-¿Estos problemas son de la administración de Arce o vienen desde la época de Morales, cuyo ministro de Economía, por cierto, fue el mismo Arce?
Es el mismo gobierno, en realidad. Luis Arce fue nombrado como candidato del Movimiento al Socialismo. Como dices, él fue ministro de Economía, era su hombre de confianza y a él le atribuía la bonanza de la economía boliviana que vivimos durante 20 años seguidos, con una pequeña interrupción [con Jeanine Áñez].
La escasez fue resultado de esas políticas, porque al final se terminaron las reservas de gas, no hubo más inversión, el Estado invirtió pero con poco éxito. La empresa estatal YPFB tuvo una inversión pública importante en hidrocarburos, pero sin frutos, porque no se descubrieron nuevas reservas. Nos vemos en una situación donde no tenemos hidrocarburos, tenemos que importarlos cuando no hay divisas ni reservas.
Es la primera crisis de Bolivia con factores internos. A finales de los noventa y principios de los 2000, nos afectó la crisis asiática, cayeron los precios, hubo crisis económica y eso permitió el ascenso del MAS al poder.
-¿Es peor que la Guerra del Agua que vivió Bolivia en el 2000?
Fue algo puntual, fue parte de la crisis de fines de los noventa. La crisis asiática fue muy dura, se transmitió a las economías de la región. En Bolivia la percepción fue que la crisis nos afectó por el modelo y allí surgieron personas como Evo Morales u otros dirigentes, principalmente indígenas. Entonces Bolivia eligió a Morales, que asumió en el 2006 y cambió totalmente el modelo.

-¿La producción de gas debe ser una prioridad para el próximo gobierno o se debe tener otro enfoque económico?
Es importante diversificar el sector exportador. El Perú dio un ejemplo importante en ese sentido. Por ejemplo, el desarrollo del sector agroindustrial, las exportaciones y accesos a mercados. El próximo gobierno tiene que reconocer que el país no va a crecer a partir del mercado interno. Para que hubieran recursos naturales tuvo que haber antes una inversión importante y eso lo hicieron las empresas transnacionales, porque la empresa estatal y la privada- nacional no tienen el músculo ni la tecnología para desarrollar campos de magnitud para firmar contratos de exportación a Brasil y construir un gasoducto de 30 millones de metros cúbicos diarios.
-Hemos vivido del gas, de los minerales, es mejor tenerlos, pero tal vez no [hay que ser] dependiente de esos sectores, sino diversificar las exportaciones viendo el sector agroindustrial y también las manufacturas.
Además de los hidrocarburos, el Estado incursionó en otras áreas: la producción de alimentos, construyó una planta separadora de líquidos, una planta de urea, también incursionó en la producción de gas natural subsidiado, en la producción de cemento, de cartón, incluso en la producción de computadoras con una empresa llamada Quipus.
El Estado ya no va a poder seguir siendo líder de la economía boliviana, porque no tiene recursos. Es un Estado quebrado, tiene un déficit del 10% del PBI, tiene que haber un ajuste fiscal para reducirlo. Además, el modelo del MAS es el mercado interno. Una economía tan pequeña, con poder adquisitivo bajo, ¿cómo va a crecer en base a la demanda interna? El cambio de visión tiene que darse, tal vez no inmediatamente, pero sí con el tiempo. Bolivia tiene que orientarse más hacia las exportaciones y eso dinamizará la economía, no necesariamente dejando de lado el sector de materias primas.
-Mencionó el déficit fiscal de Bolivia. La deuda pública de ese país en el 2024 fue de 45,1%. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la inflación llegaría a 15% y el año pasado Bolivia creció 0,73%. ¿Qué se puede esperar al cierre del año para su economía?
La actividad económica se resintió, uno, por la caída de exportaciones, por menores volúmenes exportados. Por otro lado, en este clima de incertidumbre las empresas no tienen dólares para importar bienes intermedios y de capital. También está la escasez de carburantes. Es difícil mantener los niveles de producción y crecimiento. Es un clima bien negativo y contraproducente.
La inflación crece por dos sentidos: menor producción y hay exceso de gasto público. El Banco Central financia al Estado, emite, crea dinero y eso genera inflación.
-Ambos candidatos presidenciales y sus equipos económicos manifestaron que van a poner énfasis en estabilizar la economía, promover el mercado y el sector privado. Eso ya da señales positivas. El precio del dólar -está fijo en 6,96 bolivianos- en el mercado paralelo, que subió hasta 18 bolivianos, ha empezado a bajar y ahora está alrededor de 12 y 13 bolivianos. Va a haber compromiso de los candidatos de reanudar negociaciones con el FMI, con los organismos internacionales para que vengan recursos al país. En el Congreso, los partidos que favorecen la promoción de un modelo de libre mercado están dominando tanto la Cámara de Senadores como la de Diputados.
Otra cosa, el valor de la deuda pública boliviana, los bonos soberanos, llegó a ser 11 centavos por dólar. Estaba muy castigada por el riesgo país, pero con los resultados electorales el riesgo disminuyó. Es una señal de que los mercados reaccionaron positivamente a la posibilidad de que en Bolivia pueda haber un cambio genuino en la dirección correcta.
-¿El MAS ya no tendrá mayoría? ¿Qué presencia tiene este partido?
Tiene un solo representante. El MAS fue barrido, lo único que tuvo una votación importante fue el voto nulo promovido por Evo Morales, quien sigue siendo una figura con poder, aunque no puede ser candidato.
-Entonces, ¿se puede pensar en un crecimiento de 1,5% del PBI para este año?
No tanto. Posiblemente este año cerremos con un crecimiento muy bajo, incluso hasta negativo. En el próximo año se prevé un ajuste que pueda ser recesivo, porque implicará aumentar el precio del dólar y quitar los subsidios a los combustibles. Pero la economía ya experimentó una contracción por estos problemas de escasez de dólares y de combustibles.
Si bien el programa puede ser un ajuste contractivo, el hecho de normalizar la oferta de dólares y de combustible va a tener un efecto positivo. Para el próximo año no va a haber un crecimiento significativo de 4% o 5%, pero sí podríamos tener un crecimiento.
-¿Se puede hablar a futuro de una tendencia de crecimiento?
El ajuste económico es necesario, mas no suficiente. A futuro tiene que ser complementado con políticas más claras que promuevan el desarrollo de las exportaciones de manufacturas, agroindustriales y también mejorar las posibilidades para la prospección y la inversión privada en sectores que tradicionalmente generaron ingresos, como la minería y los hidrocarburos.
De todas maneras, la primera medida de promoción de exportaciones es corregir el desfase cambiario.

-¿En el mercado paralelo también ha aumentado la demanda por los soles? Según la prensa local e internacional, hubo una mayor demanda por la moneda peruana.
Eso también es una señal de buena salud para la economía peruana, porque al haber escasez de dólares, recurres a otra moneda fuerte y aceptada. Esto es en el comercio con el Perú, en Brasil no van a aceptar que les pagues en soles peruanos. Igual, el sol es considerado una de las monedas más fuertes en la región.
-Bolivia tiene una política de contar con empresas públicas. ¿El siguiente gobierno debe privatizar YPFB?
Hay una propuesta de Quiroga: transferir las acciones de las empresas públicas a la población. Digamos, mantener el carácter de empresa boliviana, pero las acciones repartirlas a los bolivianos para que la gente se vuelva capitalista. En algún momento del pasado se consideró esa posibilidad, pero fue desechada.
Prefiero que no hayan empresas estatales, pero si las van a haber –por presiones políticas-, que compitan en igualdad de condiciones con las empresas privadas. Que sea un competido más.
-O que sean empresas privadas nacionales.
No es que el Estado se va a desentender de la economía y las empresas, sino que haya una buena regulación y supervisión, que se respeten las reglas de juego, en la parte tributaria.
-¿Observa algún proyecto minero importante en Bolivia para los próximos años?
No soy un experto en minería e hidrocarburos, pero es algo que va a requerir hasta cambios en la Constitución para promover las inversiones en sectores mineros, sobre todo aprovechando los altos precios en los mercados internacionales: el oro, la plata, el zinc, el antimonio y el estaño.
-¿Se ven condiciones para estos cambios constitucionales?
Creo que hay una mayoría calificada de los partidos. Si hay voluntad en los principales partidos, si se ponen de acuerdo en que es necesario cambiar algunos artículos de la Constitución, podrían promoverlos para mejorar la competitividad de sectores claves que puedan atraer más inversión. Eso lo veremos a partir de noviembre cuando tome posesión el nuevo gobierno y empiece a funcionar la nueva Asamblea Legislativa.
-Comentó que Evo Morales aún tiene una fuerte presencia social. ¿No preocupa que esto lleve a futuras protestas sociales?
Siempre hay ese riesgo, pero creo que Evo Morales cada vez más está perdiendo fuerza. Mayoritariamente, la gente quiere un cambio y está cansada, porque al final la a la gente le importa mejorar su bienestar. Por eso, los resultados electorales son sorprendentes.