Por: Lourdes Coll Calderón, Economista
Gestión, 26 de setiembre de 2019
La retrasada reconstrucción del norte es la piedra en el zapato del presente Gobierno. Si se hubiera llevado a cabo de forma adecuada, remontar el bajo crecimiento que viene atravesando el país durante los últimos años habría sido algo factible. Ha representado y aún representa una oportunidad perdida.
Dicho proceso de reconstrucción se inicia en setiembre del 2017 con la dación del Plan Integral de la Reconstrucción con Cambios (DS 091-2017- PCM). Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones plasmadas en este voluminoso documento de 104 páginas, más cambios fueron necesarios. Se tuvo que modificar el marco normativo con el que fue concebido a través del DL 1354, firmado el dos de junio del 2018. La pregunta tácita es por qué no se puso antes este DL.
Lo cierto es que la inversión en la reconstrucción, que en su totalidad alcanza los 25 mil millones de soles y tiene una amplitud de ejecución hasta el 2021, ha llegado a 8.7 mil millones de soles hasta febrero del 2019. Todo lo cual representa un desastre de ejecución y tiempo perdido, pues las dos terceras partes de la misma ya han transcurrido y solo se ha ejecutado el 35 por ciento.
En cuenta hay que tener que las obras a ejecutar son más de 9,000, mientras que las unidades ejecutoras con las que se trabaja están por encima de las 300. Es entonces poco probable que existan motivos para ser optimistas.
Los recientes Juegos Panamericanos han puesto los ojos en el sistema PMO (Project Managament Office), como el método ideal para resolver nuestros problemas constructores. Sin embargo, el PMO es simplemente una oficina de gestión de proyectos que se especializa en estandarizar y economizar recursos mediante la repetición de aspectos en la ejecución de proyectos. En ese sentido, en la reconstrucción existen muchos proyectos que se repiten con mucha asiduidad; entonces, no es necesario tener diferentes entidades ejecutoras para el mismo tipo de obras.
Sin embargo, mejorar los procesos no garantiza el éxito, pues este depende del reclutamiento del personal idóneo. Por otra parte, requerir que el PMO sea manejado por una empresa extranjera infravalora al ingeniero peruano. Tal vez en los Juegos Panamericanos sí se requería una empresa extranjera por la falta de experiencia en algunos aspectos técnicos. Pero de rubros de infraestructura en los cuales sí se tiene expertise, no es dable que se acuda a una empresa de clase internacional. Sin embargo, el asesoramiento extranjero sí sería recomendable en la dirección del PMO.
También se tiene que considerar, aparte del personal idóneo, a los funcionarios idóneos a fin que no se generen descoordinaciones entre las distintas entidades del estado. Pero, sobre todo, lo que más se necesita es la eficiencia en la ejecución de las nuevas obras y para ello es necesaria la transparencia de lo que se está ejecutando. Se espera que no se susciten fallas técnicas, pero parece que ello sí está ocurriendo.