León Trahtemberg
Correo, 29 de enero de 2016
Los escolares de hoy que egresarán del 2020 en adelante encontrarán que para el ingreso a las universidades disminuirá la centralidad de las matemáticas (que serán proveídas por software y equipos digitales) a cambio de una creciente valoración de la creatividad, el arte, diseño, ciencias (biología) y las manualidades, que tendrá que evidenciarse mostrando un portafolio de sus trabajos y recomendaciones.
Las carreras del futuro serán interdisciplinarias con fuertes componentes de informática y biotecnología: arqueólogo digital, biohacker, bioinformático, biomecatrónico, cirujanos de la memoria, ingeniero de órganos, meteopolicía, nanomédico, etc.
Abundarán los cursos masivos online o MOOCs (massive open online courses) como Coursera, EDX y Udacity, insertados en un sistema de educación continua y de reconversión profesional permanente, con títulos que tendrán fecha de expiración (aproximadamente cada 5 años) y acreditaciones universales. Los estudiantes llevarán cursos de la misma carrera en diferentes universidades tanto en el aula real como en el laboratorio virtual, en las empresas, llevarán cursos virtuales en plataformas como Second Life, etc. Estudiar será una experiencia descentralizada, con más práctica que teoría. Los estudiantes tendrán como norte mental la consigna “inventen, tomen riesgos, rompan reglas, cometan errores y aprendan”.
La revolución educativa se está acercando. Los padres de escolares y estudiantes universitarios tendrán que escoger entre ser los últimos en instituciones en vías de obsolescencia, o ser los primeros en las innovadoras.