Por: Lampadia
El gobierno no ha anunciado estrategia sanitaria para contener segunda ola
El gobierno ha anunciado un conjunto de medidas restrictivas que son de dominio público, pero nada acerca de una estrategia sanitaria para cortar los contagios. La única medida al respeto son las vacunas, pero estas van a llegar en cantidad importante recién a partir de abril en el mejor de los casos. En efecto, según nos informa Carlos Neuhaus, el cronograma previsto para las vacunas de Sinopharm es el siguiente: un millón de vacunas por mes durante el primer trimestre, 15.5 millones en abril y 17.5 millones en mayo. Las de AstraZeneca llegan recién en setiembre, cuando hubiesen podido llegar el primer trimestre si el gobierno de Vizcarra no hubiese rechazado la oferta de 30 millones de vacunas.
Indispensable aplicar masivamente pruebas moleculares para aislar y alimentar. Tayta no alcanza
En consecuencia, el grueso de las vacunas va a llegar después de que la segunda ola haya crecido. Entonces, durante este primer trimestre es indispensable masificar la aplicación de apruebas moleculares para aislar a los infectados y sus contactos y llevarles alimentos para que no salgan. Pero el gobierno no se plantea una estrategia como esta. Se mantiene en la Operación Tayta, cuyo alcance es limitado: llega a los barrios más infectados de 16 distritos por semana. Eso no alcanza ni al 20% de los infectados. Se necesita mucho más. Los responsables en el Ministerio de Defensa argumentan que es muy difícil controlar que las personas o familias que reciben alimentos en sus casas no salgan pese a todo. Pero si se coordina con la organización social, con las juntas vecinales o comedores populares u organizaciones de jóvenes, si es posible. Pero eso requiere decisión política, organización, campaña comunicacional y logística privada, que hasta ahora no se ha querido aceptar.
Importación privada de vacunas no debería quedar en letra muerta
Existe el peligro de que el DS que se aprobó permitiendo la importación privada de vacunas, pueda quedar en letra muerta, debido a las absurdas críticas de Verónika Mendoza y otros. Un grupo de industriales y académicos peruanos habría tomado contacto con un grupo europeo que invirtió en las vacunas de Sinopharm, y estaría planeado importar 3 millones de dosis para ser aplicadas prioritariamente a todo el personal sanitario de las clínicas privadas y los afiliados a seguros privados, descongestionando al Estado. La idea era sumar esfuerzos con el Estado y colaborar con campañas públicas. Pero en el país de los prejuicios ideológicos y del perro del hortelano, es complicado.