Juan Stoessel
Expreso, 13 de agosto del 2025
Colas para visitar la ciudadela inca no solo generan malestar, sino además sobrecostos y pérdidas de visitantes.
La venta obligatoria de entre 1,000 y 1,200 entradas presenciales diarias a Machu Picchu en Aguas Calientes genera desorden, sobrecostos y afecta la imagen del país, advirtió Juan Stossel, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco. Esta modalidad, instaurada en 2022, equivale al 20%-25% del aforo y obliga a muchos visitantes a prolongar su estadía, beneficiando a pocos negocios locales.
En las últimas semanas solo se vendieron 350-400 boletos físicos pese a la alta demanda, lo que evidencia ineficiencia. La Unesco ha pedido mejoras como un centro de interpretación y nuevos accesos, pero los S/240 millones anuales de recaudación se destinan mayormente a planillas. Operadores internacionales ya han retirado a Machu Picchu de sus catálogos, afectando el turismo, que en 2024 recibió 3.2 millones de visitantes, aún lejos de los niveles prepandemia.
SOLO ALGUNOS BENEFICIADOS
Stossel insistió en que la medida beneficia a un grupo reducido de empresarios en perjuicio de todo el sector turístico y del país. «No podemos seguir afectando a millones de peruanos por favorecer a unos cuantos», sostuvo, exhortando al Ministerio de Cultura y al Ejecutivo a alinear la venta de entradas con estándares internacionales.