Por: Juan Stoessel
Perú21, 27 de setiembre de 2020
La disrupción que la pandemia trajo a nuestras vidas es mayúscula. No solo a nivel macro, con las crisis sanitaria y económica, sino alterando innumerables aspectos de nuestra vida diaria. La forma de saludar, trabajar, comprar… hasta de celebrar cumpleaños. Pero conforme ingresamos a la 4ta. fase de la reactivación, toca retomar poco a poco los planes que quedaron en stand-by, adecuándolos, por supuesto, a la nueva normalidad. Debemos poner todos de nuestra parte para impulsar la economía. De lo contrario, la reactivación será solo una palabra y no una realidad.
Entre las actividades que más se frenaron el 2020 están los viajes. Si bien los vuelos internacionales están próximos a reiniciarse, lo que más necesita el sector ahora es el turismo interno. Los vuelos domésticos llevan semanas operando de manera segura. Los protocolos sanitarios en aeropuertos y hoteles son rigurosos. Las cifras también nos acompañan, pues los contagios continúan bajando. Esto significa que podemos empezar a poner en agenda esos viajes postergados. El turismo ha resultado tremendamente golpeado. Si retomamos el movimiento, ayudaremos no solo a aerolíneas y hoteles, sino, sobre todo, a incontables negocios locales, como restaurantes, comercios, taxis, artesanías, que actualmente se encuentran en situación crítica.
El sector tiene la gran responsabilidad de extremar medidas de atención, elevando al máximo la satisfacción y seguridad del turista. Afortunadamente, tenemos un país maravilloso, con infinidad de atractivos. Y qué mejor manera de sacarnos el clavo luego de estos largos meses de encierro que viajando y viviendo experiencias inolvidables en nuestro magnífico Perú; ayudando en el proceso, a reactivar miles de empleos. Hagamos del 2021 el año de conocer el Perú. Por donde se mire, es un win-win.