Juan Carlos Mathews
El Comercio, 3 de noviembre del 2025
“Votar bien significa elegir líderes con visión, capacidad, equipo, ética y compromiso real con el desarrollo del Perú”.
Un funcionario de alto nivel en el Estado Peruano debería cumplir tres condiciones fundamentales.
La primera: una selección rigurosa. Así como en la empresa privada se contrata un ‘head hunter’ para elegir una terna calificada, un ministro de Estado debería pasar por un proceso similar.
La segunda: una remuneración adecuada. Aunque el cargo es un honor, su labor requiere dedicación total y debe estar bien pagada para evitar conflictos de intereses o la búsqueda de ingresos adicionales.
La tercera: sanciones severas. Dado que su sueldo proviene de los impuestos de los peruanos, las faltas deben castigarse con mayor dureza que en el caso de un ciudadano común.
En las próximas elecciones nos jugamos el futuro del país, en un contexto en el que miles de jóvenes optan por emigrar sin tener aún un rumbo claro. Por eso, debemos reflexionar sobre el perfil de nuestros futuros gobernantes, considerando características claves e innegociables.
Una visión prospectiva: el líder debe tener un diagnóstico claro del país, sus recursos, limitaciones y cambios globales que afectan su futuro. No basta con crecer económicamente; se debe buscar desarrollo, es decir, crecimiento acompañado de bienestar. Ejemplos como Singapur muestran la importancia de planificar a largo plazo. El Perú podría aprovechar su posición geográfica y los 23 tratados de libre comercio para convertirse en un ‘hub’ del Asia Pacífico, atrayendo inversión bajo el marco de la nueva Ley de Zonas Económicas Especiales Privadas y fortaleciendo la infraestructura portuaria y aeroportuaria.
Planeamiento estratégico: un gobierno eficaz requiere objetivos claros, medibles y con responsables definidos. Los resultados a corto plazo generan confianza, mientras que los planes a mediano y largo plazo consolidan la estabilidad. La experiencia del Plan Estratégico Nacional Exportador demuestra cómo 1.215 medidas bien articuladas impulsaron el sector exportador, uno de los motores más sólidos de la economía peruana.
Capacidad de gestión: más allá de los títulos, un gobernante debe haber demostrado capacidad para gestionar y resolver problemas, preferiblemente con experiencia en el sector público, por su complejidad. La gestión eficiente se refleja en decisiones oportunas, coordinación institucional y resultados verificables.
Capacidad de articulación: la verdadera articulación requiere diálogo, empatía y escucha activa. Muchas pérdidas millonarias provienen de conflictos evitables, como los proyectos mineros paralizados por falta de coordinación entre empresa, Estado y comunidades. Anticipar y articular intereses es clave para lograr consensos sostenibles.
Comunicación clara, transparente y oportuna: el lenguaje debe adaptarse a cada audiencia. En zonas con altos niveles de anemia y baja comprensión, hablar de “riesgo país” o “reservas internacionales” es inútil. La población necesita mensajes concretos sobre sus necesidades inmediatas: salud, educación, empleo y seguridad. Comunicar bien genera confianza y credibilidad.
El equipo: no basta con un líder carismático; se necesita un equipo técnico sólido. El World Economic Forum identifica 12 pilares del desarrollo, y el Perú está rezagado en educación, salud, infraestructura, ciencia, tecnología e institucionalidad. Los ministros y viceministros cambian con frecuencia, pero debe conservarse un núcleo de alrededor de mil técnicos especializados que sostengan la maquinaria estatal. Su conocimiento y experiencia son fundamentales para la continuidad de las políticas públicas.
Ética: la corrupción ha erosionado la confianza social y expulsado talento. Recuperar la ética pública es condición esencial para reconstruir la credibilidad y el futuro del país. Como advierte Francis Fukuyama en “Trust”: “Un país que no tiene confianza es un país que no tiene futuro”.
En conclusión, votar bien implica evaluar más allá de los discursos y promesas. Significa elegir líderes con visión, capacidad, equipo, ética y compromiso real con el desarrollo del Perú.






