Entrevista a Jorge Zapata
El Comercio, D1, 28 de julio del 2025
Melissa Rodríguez Enciso
«Creemos que (el MEF) ya no tiene el mismo empuje ni fuerza que tenía meses atrás»
«Petro-Perú es una empresa sobre endeudada, mal manejada. Es el ejemplo de lo que no se debe hacer»
Con un tono crítico y a la vez esperanzador, Jorge Zapata, presidente de la Confiep, hace un llamado a no seguir desperdiciando el potencial que tiene nuestro país. En diálogo con Día1, hace un balance del primer semestre en el frente económico, evalúa el papel del Ejecutivo, fija posición sobre Petro-Perú y la minería informal, y explica por qué la agenda de reformas debe reactivarse con liderazgo.
¿Qué balance hace la Confiep del desempeño económico del país en este primer semestre del 2025?
Ha sido positivo. Ha habido crecimiento económico, pero el Perú podría crecer bastante más. El crecimiento que tenemos se debe principalmente a los términos de intercambio, es decir, a los buenos precios de nuestros productos de exportación —extraordinarios, diría yo—. También ha influido la agroexportación, que viene creciendo, y algunos sectores como la pesca y la construcción, que han tenido una buena recuperación.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos que ha enfrentado el sector empresarial en lo que va del año?
El más importante es la incapacidad que tenemos como país para cerrar la brecha de infraestructura. Hace 15 años exportábamos US$500 millones en agroexportación y hoy exportamos US$12.500 millones, es decir, 25 veces más. Pero solo hicimos la mitad de las irrigaciones: Chavimochic I y II se hicieron, pero la etapa III no, y tampoco se completaron Olmos ni la Majes Siguas. Si esos proyectos se hubieran terminado, podríamos estar exportando hoy US$30.000 millones. Además, no hicimos las carreteras necesarias ni los accesos adecuados a puertos como Chancay o el Callao. Tampoco hemos dragado nuestros ríos, lo cual limita el transporte fluvial.

Otro gran obstáculo es la sobrerregulación. Para echar a andar un proyecto minero en el Perú se necesitan 14 o 15 años. Somos demasiado exigentes con el privado y absolutamente permisivos con la minería ilegal, que opera en cuestión de días sin mayores requisitos. Esta lógica también se extiende a la micro y pequeña empresa, que es ahogada por trámites, inspecciones y fiscalizaciones excesivas. Todo esto llama de inmediato a la corrupción y limita el desarrollo económico.
¿Y cómo ha sido el comportamiento de la inversión privada? ¿Hay reactivación o aún persiste la cautela?
Hay señales en los dos sentidos. Las inversiones han empezado a crecer después de mucho tiempo, lo cual es un buen indicador. Las expectativas empresariales venían bien, ahora están regulares, pero no están en terreno negativo. Sin embargo, el ambiente electoral está generando preocupación. Es muy poco predecible, más aún con 43 partidos que van a participar. Nadie sabe cuántos candidatos habrá, y eso naturalmente inquieta a los inversionistas.
Se han retomado los diálogos con el Ejecutivo, ¿cómo describiría la relación con el sector privado?
Hay apertura, nos escuchan. Sería mucho más interesante que se implementen las propuestas que llevamos. Hemos hecho planteamientos adecuados para destrabar proyectos, mejorar la seguridad ciudadana, impulsar la obra pública a través de asociaciones público-privadas y obras por impuestos. Pero no vemos hoy el mismo empuje, liderazgo ni la dinámica que había hace unos meses. En las reuniones hay concordancia con nuestras propuestas —nadie nos dice que no está de acuerdo—, pero falta voluntad para concretarlas.
¿Qué lectura hace la Confiep sobre la gestión económica del Gobierno?
El manejo económico ha permitido crecer al 3% o 3,2%, que es probablemente el número con el que cerraremos el año. Pero podríamos hacer mucho más si afrontáramos con decisión los problemas estructurales. Otro punto crítico son las normas populistas que se vienen promoviendo desde algunos sectores. Hemos pedido al Ministerio de Economía que se mantenga firme y rechace propuestas que le hacen daño al país.

¿Y cómo evalúa el desempeño del Ministerio de Economía, tras el último cambio ministerial?
Creemos que ya no hay el mismo empuje ni fuerza que se tenía meses atrás. Algunos temas clave no se están afrontando con la intensidad que se necesita.
¿Qué espera la Confiep del mensaje presidencial del 28 de julio?
Sin duda, se necesita un plan para combatir la inseguridad ciudadana y la violencia que hoy vive el país. Eso requiere una estrategia bien trazada, con participación de la Policía, investigadores y especialistas en crimen organizado. También se necesita una articulación real entre la Fiscalía y el Ministerio del Interior, y eso pasa por liderazgo desde la Presidencia. Hoy esa coordinación no se está resolviendo. Además, el Congreso ha promovido normas que, según la Fiscalía, dificultan la lucha contra el crimen, aunque también hubo normas que permitían abusos y que fueron modificadas. Por eso hemos pedido —junto con la CGTP— reactivar el Acuerdo Nacional y estamos trabajando una propuesta integral contra la inseguridad.
¿Cuál es su opinión sobre la decisión del Gobierno de aumentar el sueldo presidencial?
La responsabilidad es muy alta y debe ser bien remunerada. No entraremos a discutir si fue el momento adecuado o no, pero era un problema que había que resolver.
Un presidente de la República necesita un sueldo adecuado, como cualquier funcionario que toma decisiones, que tiene en sus manos decisiones complicadas, complejas, difíciles, que debe tomarlas y tener conocimiento para sacar las políticas de Estado adelante.
¿Considera que el Gobierno está manejando adecuadamente estos temas?
Se están tomando algunas decisiones. Creemos que la economía ha marchado, pero podría ir mejor. En seguridad ciudadana hay mucho por mejorar. Sin embargo, saludamos medidas como el plan que se viene implementando en Pataz. Lo que esté bien, hay que reconocerlo; lo que esté mal, hay que criticarlo.
¿Qué expectativas tienen sobre el desempeño económico del segundo semestre?
Va a depender mucho de cómo se proyecte el proceso electoral de abril del próximo año. Con un buen Gobierno, este país puede ponerse en franco proceso de crecimiento, con salida de la pobreza, desarrollo humano y mejores condiciones de vida. Pero también es importante decir que los gobiernos regionales no están haciendo su trabajo. Hay muchas obras paralizadas, déficit en salud y educación, y no se combate la minería ilegal. Todos, como peruanos, tenemos que hacer las cosas mejor.

¿Qué sectores perciben con mayor potencial de crecimiento en lo que resta del año?
Además de la infraestructura, que es de mediano plazo, hay sectores que pueden aportar en el corto plazo: vivienda, construcción, agricultura, minería —con proyectos maduros que hay que empujar—, pesca y turismo. Con la ampliación de aeropuertos como el de Huaraz, hay un potencial turístico muy valioso. El comercio y la demanda interna también vienen jalando la economía hace años y suponemos que seguirán así.
¿Qué opinión tienen sobre la situación actual de Petro-Perú?
Debe reestructurarse. El directorio anterior ya había hecho propuestas para darle salida a la empresa, pero no fueron acogidas. Han pasado unos meses y otra vez se habla de un posible rescate financiero, lo cual sería poco acertado. Petro-Perú es una empresa sobreendeudada, mal manejada, con una planilla enorme. Es el ejemplo de lo que no se debe hacer.
¿Y sobre la ampliación del Reinfo y la Ley MAPE?
La información que tenemos es que el Gobierno excluyó a 50.000 registros del Reinfo y dejó a 30.000 que han actualizado su información, dándoles plazo hasta el 31 de diciembre para formalizarse. En cuanto a la Ley MAPE, impulsada por algunos congresistas, es una ley pésima. Felizmente se fue al archivo.
¿Qué mensaje daría al empresariado peruano por Fiestas Patrias?
Hay que seguir creyendo en el país. Tenemos un gran potencial para desarrollarnos. Hoy contamos con términos de intercambio que no se veían hace 60 o 70 años, y una macroeconomía sólida, con inflación mínima, reservas récord y un tipo de cambio estable. Esas bases construyen un potencial enorme para hacer negocios e industria. Invito a los empresarios a apostar por ese potencial y seguir invirtiendo.