Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 12 de abril de 2019
En el país tenemos una empresa con poco más de 6.5 millones de usuarios y 6 millones de clientes. Atiende en unos 50,000 locales con poco más de 450,000 empleados y tiene un presupuesto de S/30,000 millones al año.
¿Saben cuál es esa empresa? Se llama Ministerio de Educación. Es la más grande del Perú y tiene como uno de sus principales objetivos formular y administrar las políticas educativas, velando por la calidad y cobertura de la prestación de servicios educativos; una gran responsabilidad con el país y los más de 6.5 millones de alumnos.
¿Sabía usted que en los últimos 19 años hemos tenido 14 ministros de Educación? En promedio hemos tenido un ministro cada año y cuatro meses. ¿Cree usted que se puede manejar la empresa más grande del país con un gerente general cada 16 meses? ¿Se imagina a grandes empresas, como Yanacocha, Southern o Alicorp, que cambien de gerente general casi todos los años? Esta es la dura realidad de nuestro sistema educativo y ocurre no solo en el ministerio, también en los gobiernos regionales. Esto se debe a que el funcionamiento de este ministerio está en el ámbito político y no en el técnico. ¿Por qué no sacamos del ámbito político a nuestra empresa, la más grande e importante del país?
¿No sería mejor que el sector Educación funcione como el BCR, que les da continuidad a sus mejores ejecutivos, goza de autonomía y ha desarrollado una tecnocracia que le da alto desempeño? ¿No cree que la designación del ministro de Educación debería ser similar a la del presidente del BCR y que su funcionamiento debe ser independiente del poder político? ¿No creen que la educación estaría mejor con un manejo como el de esta entidad? Ustedes tienen la respuesta.