Entrevista a Jorge Chamot
Exministro de Energía y Minas
Colaborador de Lampadia
El Comercio, 19 de junio del 2025
Christian Silva
El exministro de Energía y Minas consideró que el sector minero podría volver a crecer a doble dígito si se llegan a tener proyectos que impliquen grandes inversiones.
Jorge Chamot, quien fuera titular del Ministerio de Energía y Minas (Minem) entre 1999 y el 2000, conversó con El Comercio sobre la situación minera actual. Para el exministro, también miembro del directorio de Texas A&M University, el sector podría aprovechar su potencial si pone en marcha entre tres y cuatro proyectos mineros grandes. Además, para masificar el gas natural en el país, consideró que se necesita un nuevo proyecto Camisea.
¿Cómo observa la minería peruana? Estamos creciendo 3,88% en los primeros cuatro meses del año en el sector, también nos favorece la demanda del cobre, pero enfrentamos contextos externos no favorables y la presencia de la minería ilegal en el país.
La minería es el motor que mueve la economía del país, pero podría ser mucho más y los últimos gobiernos no la impulsan. Más del 60% de las exportaciones son mineras, el 15% del PBI es minería. Sin embargo, no la estamos desarrollando al ritmo que se debería.
El país crece pese a la informalidad que hay, con minería ilegal a niveles equivalentes a la formal en oro. Con esos detalles, el país podría crecer mucho más y debería, porque las oportunidades están. En los últimos 20 años, los gobiernos, hablando desde el sector de Energía y Minas, no las han aprovechado. Se vive de grandes inversiones traídas en los años 90.
Ahora hay US$64.000 millones en proyectos, pero, ¿qué cosa nueva se ha hecho? Las inversiones que hay [ahora] en minería son para mantener la producción.
En la cartera de proyectos, dentro de los que tienen fecha de inicio de construcción y/o puesta en marcha, hay siete proyectos de reposición, tres de ampliación y uno de optimización de minas. Sin embargo, en la cartera total no hay megaproyectos nuevos del nivel de Quellaveco, salvo Conga que pasó por un conflicto social.
Conga ya lleva más de 10 años. He conversado con gente de Newmont y me dicen que por el momento ni siquiera están contemplando eso. No hay el atractivo que debe haber en Perú, hablando de competencia. Acá no entendemos que estamos compitiendo con otros países. Fíjese Argentina: el nuevo gobierno se abrió a las inversiones extranjeras.
El Comercio señaló en enero el potencial que tiene Argentina con seis proyectos mineros.
Exacto. ¿dónde están los proyectos acá? Anunciamos proyectos, pero no se hacen. Mire Tía María, ¿cuántos años llevamos? Todavía hay gente que no entiende que va a ser un boom para Arequipa y para toda esa zona.
Hay un problema que la población no entiende, y el gobierno y la sociedad civil no entienden la importancia de seguir atrayendo inversiones frescas y desarrollar esos proyectos.
Fíjese los pronósticos de demanda de nuestros metales bandera: cobre y plata. En 5 o 10 años no va a haber suficiente cobre ni plata en el mundo. Tenemos obviamente muchas reservas, ¿dónde están los proyectos que en esos años producirán [estos recursos] para cubrir esa demanda?

Usted fue exministro de Energía y Minas entre 1999 y el 2000. ¿Qué avances se dieron entonces en el sector minero y qué cambios se necesitan hacer hoy? Un problema recurrente ha sido la llamada ‘tramitología’.
No me acuerdo exactamente, pero en nuestra época se hablaba de entre 40 y 50 permisos. Hoy se habla de más de 200 permisos para abrir una mina y el impacto que cualquier cosa tiene en relación a la minería. Por ejemplo, si mañana bloquean Las Bambas, es el 1% de producción mundial de cobre.
Aquí lo vemos como un tema de seguridad y orden. En el mundo, al día siguiente esa noticia se reporta y todo el mundo habla en el mercado de metales de Londres. El impacto de cada uno de estos grandes proyectos es internacional. Acá no nos damos cuenta y no hacemos nada. Lo que hacemos es dormir sobre nuestros laureles.
Hoy en día las empresas mineras son muy sofisticadas y se preocupan mucho, porque el tema ambiental les afecta el valor de sus acciones en los mercados de Nueva York, Toronto, Sidney y Londres.
El caso del cobre es notorio: éramos segundos productores mundiales y el lugar nos lo ha quitado la República Democrática del Congo (RDC).
¿Usted cree que el mercado confía en que se va a suministrar de RDC, que está en una guerra civil en donde se matan todos los días? No, están esperando que Perú y Chile verdaderamente inviertan más y produzcan más. Ahí entra, nuevamente, Argentina.
¿Cuánto podría aportar la minería al PBI si se aprovecha realmente su potencial?
Es un poco utópico pensar que los US$64.000 millones de proyectos se van a invertir y ejecutar en 10 o 20 años. No va a ser así, pero con que se hagan tres o cuatro proyectos grandes, es suficiente. Un proyecto minero grande por sí solo aumenta un punto al PBI.
¿Cómo cuáles? El de mayor inversión en cartera es Conga, que afrontó problemas sociales en Cajamarca.
Llevamos años dándole vueltas a Tía María. También se habla de Michiquillay, de La Granja. Esos proyectos han cambiado de mano [de dueños], porque los antiguos concesionarios se lo vendieron a otros. Ganaron dinero basado en que algún momento eso se va a desarrollar.
¿Hay posibilidad de que la minería crezca de nuevo a dos dígitos?
Claro, pero para eso se necesitan los grandes proyectos. Quizá nos hemos olvidado de pensar en grande. Por ejemplo, la refinería de cobre, en Ilo, necesita aumentar capacidad. ¿Por qué no una refinería en Chancay? Tenemos el contacto para el mercado de Asia. Tenemos proyectos con los que, fácilmente en 15 años, podríamos producir más cobre que Chile. El Perú ha sido y siempre será un país minero.
¿Se observa un potencial minero por explorar y explotar, entonces?
Creo que menos del 40% del país ha sido explorado. ¿Qué zonas tiene posibilidades mineras? Básicamente la sierra.
¿Qué podemos hacer para enfrentar la minería ilegal? El proceso que pasó por el Reinfo no fue del todo efectivo.
Por supuesto que no funciona, y aparentemente por lo poco que sé, no va a funcionar con estas [normas] que hay últimamente. Si bien es cierto una ley que sea más realista para la pequeña minería e informal es necesaria, implica más que haya orden en el país y que la ley existente se cumpla hasta que salgan las nuevas leyes. El problema ya no es uno de minería, sino del sector Interior, de orden respeto al cumplimiento de la ley. Eso nos hace un daño enorme internacionalmente.
¿África, como región, ya es un competidor preocupante para América del Sur o aún hay espacio por aprovechar?
Las dos cosas. Hay espacios que podemos aprovechar, porque la tradición de desarrollo de proyectos en América Latina es mayor y de más largo tiempo que en África, pero África tiene una capacidad de producción de materia prima increíble. Pero los gobiernos no son tan estables.
¿Nuestro país se puede ver afectado con la situación geopolítica exterior?
Si los americanos no quieren venir y los chinos sí, que vengan y respeten la ley. [El escenario geopolítico] sí nos va a afectar como le va a afectar al mundo entero. Esta política de nuevos aranceles es una aberración.
Es una situación muy interesante, tengo que asumir que los gobiernos de China y Estados Unidos no son locos, no va a haber guerra entre ambos, tienen que llegar a un acuerdo. Eso puede afectar la manera en que se desenvuelve el comercio internacional, es cierto. Pero nosotros podemos tener toda la energía que queremos, como país minero tenemos cantidades de reservas, tenemos una agroindustria que ha explosionado. El problema que tenemos aquí es político. Todo el caso político hace que el país no desarrolle todo su potencial.
Gas natural
Sobre el tema de gas natural, en su gestión en el Minem se avanzó con el proyecto de Camisea. Desde entonces, ¿qué ha faltado para que haya una real masificación de este recurso?
Masificar implica tener más gas. El contrato de Camisea es por 40 años y lleva produciendo 20 años. Lo que se debe hacer es lo que llamo ‘Camisea II’. El anterior es Camisea I.
Camisea II implica lo que se hizo con el primero: comprobar, desarrollar nuevos reservorio -que los hay-, hacer un gasoducto en el sur. Así como se justificó Camisea I con un ancla de generación eléctrica, en Mollendo e Ilo hay generación que es reserva fría [para el otro Camisea].
Con ello, verdaderamente se podría hablar de una masificación de gas y lo que más le importa al sur, a Cusco, el GLP.

En temas petroleros, nos encontramos en un contexto geopolítico sensible. En medio de los enfrentamientos entre Irán e Israel se habla de un eventual cierre del Estrecho de Ormuz que puede impactar en el precio del petróleo.
Por Ormuz pasa casi el 30% del volumen de crudo que se mueve en el mercado internacional.
¿Se puede esperar un barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) por encima de los $100?
Por supuesto, por eso la desesperación de que esta historia entre Irán e Israel tiene que parar.
¿A pesar de que Estados Unidos se ha vuelto un jugador importante en el mercado?
Si Ormuz se cierra, su capacidad ociosa no la puede cubrir. Estados Unidos ahora es el mayor productor de petróleo y gas, pero tampoco puede producir 3 o 5 millones de barriles adicionales de la noche a la mañana. Eso sería un desastre.