Ismael Benavides
Expreso, 7 de marzo del 2025
El martes 4 de marzo el presidente Donald Trump dio el discurso denominado “State of the Union”, que realizan los presidentes norteamericanos anualmente ante la representación bicameral del Congreso de ese país. Fue un discurso extenso de 1 hora 40 minutos donde el presidente tocó múltiples temas sin profundizar mayormente en ninguno. Fue un discurso triunfalista con muchas puyas a los demócratas que asistieron estoicamente con cara de palo a los ataques de Trump, sin incidentes mayores que empañaran el evento, y además fue matizado con la presencia de personajes que Trump quería honrar o que habían sufrido los ataques de inmigrantes ilegales violentos. Trump inició su discurso diciendo “America is Back”, America está de regreso, y se inicia una era dorada en los Estados Unidos, regresa el sentido común a nuestro país. Resaltó la rapidez con que habían actuado en los primeros 43 días, y que recién empezaban. Destacó las 100 órdenes ejecutivas que se habían emitido y la actuación de Elon Musk y el departamento de eficiencia gubernamental DOGE para reducir el gasto público.
Insistió en su política de detener la inmigración ilegal para deportar a los ilegales empezando por delincuentes y deteniendo los cruces en la frontera sur. En política económica enfatizó la política arancelaria contra países que tenían grandes superávits comerciales con Estados Unidos como la Unión Europea, México y Canadá que recibieron 25% de arancel y China un 10% adicional al que ya le habían puesto, argumentando que estaba nivelando los aranceles que ellos ponían a productos norteamericanos, además de proteger empleos de ese país, y anunció un arancel para productos agrícolas para abril, que debe de preocuparnos. Anunció gigantescas inversiones de empresas tecnológicas como Apple, Oracle y Taiwan Semiconductor TSMC, y de inversiones en energía como el gasoducto de Alaska y la aceleración de los permisos de perforación petrolera con el lema “Drill Baby Drill”. Un punto que es clave para entender sus medidas económicas es la mención que buscaría un presupuesto balanceado al final de su período presidencial. En política exterior tocó temas controversiales como retomar el Canal de Panamá cuyos puertos de Balboa y Colón ya habían sido comprados por el fondo de inversión Blackrock así como su interés por Groenlandia por temas estratégicos. Finalmente toco el tema de Ucrania en una posición más amigable a Zelensky, insistiendo en el tema de las tierras raras y la necesidad de hacer la paz con Rusia. Finalmente en los temas educativos y sociales insistió que en su gobierno sería el fin de la cultura ”Woke” y en eliminar la ideología de género en la educación, así mismo prohibir a los hombres de los deportes de mujeres, y culminó diciendo que hay solo dos géneros hombre y mujer, claramente una política conservadora, de derecha y de sentido común.
Evidentemente todos estos anuncios y acciones rompen paradigmas en el pensamiento económico mundial hasta ahora y esperemos que no devenga en una guerra comercial generalizada en la cual los países más pequeños sufrimos más. No es explícito, pero está claro que además de los cambios sociales y educativos Trump tiene varios retos económicos que afrontar, el gran déficit fiscal de 6.3% del PBI y la enorme deuda pública de 123% del PBI, así como el gran déficit comercial que viene aunado. Para ello está actuando reduciendo el gasto público, “drenando el pantano” como dice, reduciendo el tamaño del gobierno federal, y buscando ingresos con aranceles, venta de bienes públicos, hasta la tarjeta dorada para la residencia de millonarios. El déficit comercial piensa reducirlo con aranceles y promoviendo la inversión tecnológica y de energía en Estados Unidos.
El Perú debe de estar atento a los posibles cambios y aranceles que nos afecten, especialmente en productos agrícolas, textiles y no tradicionales, que pueden dañar irremediablemente esas actividades. Para ello el gobierno y los gremios deben diseñar estrategias sólidas para enfrentar esta posibilidad, pues el Perú tiene varios argumentos positivos, como un déficit comercial con Estados Unidos, la producción contra estación de los productos agrícolas peruanos, y otros argumentos positivos, pero también tenemos puntos en contra como es la ineficacia de nuestra política antidrogas. El gobierno tiene la palabra y no puede estar sin actuar en este mundo turbulento, donde ya hay acciones y anuncios claros que nos pueden afectar.