Por: Ismael Benavides
Expreso, 6 de octubre del 2023
La inflación es el peor flagelo que un gobierno puede infligir a su pueblo, contrario a lo que asevera Sergio Massa, ministro de Economía de Argentina y candidato presidencial que ha empobrecido a su país mes a mes con una inflación de 124% anual. La causa como dice Javier Milei es el gasto público desaforado, financiado por emisión inorgánica del Banco Central Argentino que no es otra cosa que el envilecimiento del dinero y una constante en otros gobiernos socialistas de la región como Venezuela. Además, piensan que indexando sueldos y salarios y precios solucionan el tema, política cuyos resultados son peores que la enfermedad. La gente busca protegerse y naturalmente migra a una moneda fuerte como el dólar, como ha ocurrido en Venezuela y Argentina, y si gana Milei se anclará definitivamente al dólar.
En el Perú nos habíamos acostumbrado a tener la inflación más baja de la región y la más baja en las últimas décadas gracias a la Constitución del 93 que estableció la autonomía del Banco Central y el impedimento de financiar al gobierno. Más aún su Ley Orgánica establece que el control de la inflación es su principal objetivo. Es por ello que hoy el salto de la inflación que empezó a mediados del 2021 y llegó a su pico en junio del 2022 con 8.81% anual, la mayor desde principios de siglo, cogió a los peruanos con preocupación y dolor por el impacto en sus ingresos.
¿Qué nos llevó a esta tasa tan alta de inflación? Hubo varios factores que impactaron en ella, desde la inyección de liquidez para el salvataje de la economía a través de los préstamos reactiva durante la pandemia, receta semejante a la de varios países desarrollados, reactiva y cumplió su propósito y el BCR ya recogió cerca del 90% de los 60,000 millones de soles que emitió. Adicionalmente los retiros de las AFP contribuyeron con más de 80,000 millones de soles a la masa monetaria para alimentar la inflación. Milton Friedman decía, la inflación es monetaria y solamente monetaria, y además que,” no hay manera de reducir la inflación sin que haya un aumento transitorio del desempleo y una reducción del crecimiento de economía”, que es parte de lo que estamos viviendo hoy y es producto del trago amargo necesario para bajar la lacerante inflación.
Adicionalmente al efecto monetario hubo sin duda lo que se llama shocks de oferta; en primer lugar la violenta alza del dólar por la fuga de capitales que causó el ingreso de Castillo al gobierno en el 2021, que llevó a muchos agentes económicos a anclar sus expectativas y precios de productos, a un dólar más cercano a S/.4.00. Posteriormente el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania en marzo del 2022 llevó a los precios de los alimentos básicos que importamos, maíz, trigo y soya, y el petróleo y gas natural y sus derivados como fertilizantes y agroquímicos a precios altísimos afectando no solo el bolsillo del consumidor si no la productividad de la agricultura nacional. La impericia y corrupción del Gobierno de Castillo impidió un plan de apoyo a los agricultores nacionales que abastecen nuestros mercados encareciendo muchos alimentos ante la baja producción y la escasez que hemos sentido, como la cebolla, el tomate y los limones, entre otros, que recién sienten los consumidores.
El BCR está haciendo su tarea y subió la tasa de interés de política monetaria del 2.25% anual en el 2019 a 7.75% en marzo del 2023 para controlar la inflación, en línea con las economías del mundo y la región. Los resultados se están empezando a ver y la tasa de inflación hoy ha caído un 42% desde su punto máximo de 8.81% a 5.07% en septiembre. Con la inflación debajo de 6% anual el BCR ya inició una pequeña rebaja de su tasa de referencia a 7.5% y continuará en la medida que baje la inflación. La inflación del 0.02% en septiembre y que la anualizada baje a 5.07% es una buena noticia que augura que podemos llegar al 3.8% que el BCR estima para diciembre. La persistencia y credibilidad del BCR en su política y un buen manejo las expectativas empresariales y de los consumidores, augura éxito en combatir al monstruo de la inflación.