Por Hugo Perea., Economista
Peru 21, 09 de enero del 2022
“Las expectativas de inflación a un año vista se encuentran por encima del límite superior del rango meta”.
En diciembre del año que acaba de culminar, la inflación interanual se ubicó en 6.4%, su nivel más alto desde enero de 2009 y significativamente mayor al límite superior del rango meta que se fija el Banco Central (entre 1.0% y 3.0%). Detrás de esta aceleración en el incremento de los precios al consumidor encontramos factores externos como el aumento de las cotizaciones de los commodities agrícolas (maíz, trigo y soya) que se emplean localmente en la producción de alimentos elaborados. Asimismo, el incremento de los precios internacionales del petróleo y gas ha tenido una fuerte incidencia en los precios domésticos de los combustibles. Finalmente, la depreciación de nuestra moneda y problemas con las cadenas globales de suministros han encarecido los precios de los bienes finales e insumos importados.
En primer lugar, las expectativas de inflación a un año vista se encuentran por encima del límite superior del rango meta. Incluso, las de dos años están rozando ya este límite. En este contexto, es probable que muchos de los contratos entre privados (salariales y de otra índole) se estén negociando considerando ajustes por inflación superiores a 3.0%. Un segundo elemento es el ajuste que tendrán los precios de algunos servicios que se recortaron durante la pandemia por las limitaciones en la “calidad” (por ejemplo, educación que seguro registrará un incremento importante ya que la presencialidad implicará que se restaura el tipo de servicio que se tenía en la situación prepandemia). El tercer factor es la recuperación de los márgenes que seguramente buscarán algunas empresas que no pudieron trasladar completamente los mayores costos que tuvieron que enfrentar en los últimos meses (desde luego, esto dependerá de la estructura de cada mercado en particular).