Por: Gustavo Barragán, Expresidente de la Empresa Nacional de Puerto
Expreso, 7 de diciembre de 2020
En 1967 durante el gobierno de Fernando Belaunde Terry el Instituto Nacional de Planificación tenía entre sus prioridades la construcción de la Vía de Los Libertadores y el Terminal Marítimo de Paracas, obras complementarias entre sí e indispensables para el desarrollo regional y la gran minería en Ayacucho, Huancavelica y Apurímac principalmente.
El centenario muelle de lanchonaje de Pisco, por su escasa profundidad y estar enclavado en la zona urbana, no se adecuaba a la realidad del transporte marítimo. Los estudios determinaron que la mejor alternativa era Paracas. Allí se construyó el puerto “San Martín” para todo uso, a sabiendas que sólo la escasa importación/exportación de mercancías tradicionales no hacían rentable la inversión ni solucionaban la exportación de concentrados de minerales. No era la solución perfecta pero no había otra alternativa, como lo ha sido la Planta y Plataforma marítima de Paracas para la exportación de gas.
Pasaron los años, el puerto fue privatizado y el mayor desarrollo de la minería hace necesario habilitar el puerto de Paracas para la exportación de minerales como estaba previsto en el estudio de factibilidad económica del INP. Una ONG “Ambientalista” sostiene que los concentrados contaminarán el ambiente y exterminarán la Reserva de Paracas por lo que esos minerales deberían salir por el Callao. Los organismos competentes no han analizado el sobrecosto de transportar 600,000 toneladas de concentrados 300 kilómetros o más en los precios FOB, la circulación de 30,000 camionadas mensuales en la saturada Carretera Central, Ferrocarril Central o en la Carretera Panamericana Sur, tampoco han estudiado el Impacto Ambiental que significaría pasear esos contenedores a lo largo de 400 kilómetros por las rutas alternas del Mantaro- Carretera Central o la Panamericana Sur y atravesar el casco urbano en Lima y Callao para llegar al puerto del Callao en su afán de impedir su despacho por Paracas. Sin hacer números, el sentido común lo rechaza. La moda es oponerse a todo lo que sea desarrollo nacional, privarnos de estas indispensables divisas y sin querer queriendo, beneficiar a Chile, nuestro competidor en el mercado minero internacional.
Soy chalaco, marino y he trabajado en el Terminal Marítimo del Callao y como submarinista en su vecino la Base Naval del Callao, no padezco de saturnismo pero para evitar cualquier daño a la salud, la solución científica ha sido arrumar los concentrados que llegan en vagones desde la sierra en grandes almacenes sellados a “presión negativa” y transportarlos por tuberías también a presión negativa hasta las naves. Presión negativa significa al vacío, que en el peor de los casos las partículas contaminantes ingresan al sistema en vez de salir de él a la ciudad, sea el Callao, Paracas o poblaciones en la ruta. Ese es el sistema internacional que proponen los concesionarios. Física elemental. Defendamos la economía del Perú.
Un día recibí un e-mail de alguien así como “Change.org” invitándome a participar en la encuesta online con mi opinión, lo hice a favor de la exportación de minerales con sistemas de presión negativa. Para mi sorpresa mi nombre fue incluido en la nómina de los que están en contra de la exportación. Remití un correo a Change. Org expresando mi protesta por la tergiversación de mi opinión y recibí un correo de California, diciéndome que esa dirección era No Reply, es decir no acepta respuestas.