Por: Gabriel Amaro, Director Ejecutivo de AGAP
¿Podemos decir que ya es suficiente el crecimiento de los ingresos de los peruanos y de la economía de nuestro país? A nadie se le ocurriría decir eso, sin embargo, en estos días se escuchan algunas voces afirmando que ya es suficiente el crecimiento que ha dado la Ley de Promoción Agraria o que no ha tenido impacto en el desarrollo del país, entre otros argumentos negativos para con el país y alejados de la realidad.
Imaginemos una familia en situación de pobreza de la costa rural del país, la cual es sostenida por el muy limitado ingreso que le da su pequeña parcela agrícola familiar de muy baja productividad, llegando solo a una fracción de la remuneración mínima vital. En dicha situación, a la madre de ese hogar se le presenta la oportunidad de trabajar en una empresa agrícola formal, que le ofrece todos los beneficios de ley y que le permitiría, por primera vez en su vida, salir de la pobreza extrema y entrar a la economía formal para mejorar la calidad de vida de su familia. Alguien se atrevería a decirle que no lo haga porque ¿ya es suficiente con el ingreso que tiene?, creo que a nadie se le ocurriría decírselo.
Luego que ella ingresa a trabajar logrando un ingreso formal y decente, anima a su esposo y a sus dos hijos mayores de edad a que también ingresen a trabajar en la empresa agrícola, permitiendo así mejorar los ingresos familiares con cuatro sueldos formales. ¿Alguien se atrevería a decirle a esa familia que no trabajen porque ya es suficiente con el ingreso formal aportado por la madre y el nivel de vida que tienen?, nuevamente creo que a nadie se le ocurriría decírselo.
Sería inimaginable que a alguien en su sano juicio se le ocurra decir que ya es suficiente y que no quiere seguir progresando y mejorando sus ingresos, o que ha alguien se le ocurra decir que ya es suficiente el crecimiento que han tenido las empresas productoras agrarias y agroexportadoras, cuando ellas son las que generan el empleo formal que tanto necesitamos los peruanos en las regiones y zonas rurales y que además generan miles de millones de dólares en divisas para el país.
La única manera de salir de la pobreza es logrando que crezca la actividad económica a través de la inversión privada (pequeña, mediana y grande), es la única fuente generadora de empleo formal. Según destacan prestigiosas instituciones y economistas, nuestro Perú debe crecer más del 6% del PBI anual de manera continua para generar el empleo suficiente para toda la Población Económicamente Activa (PEA) y los nuevos jóvenes que ingresan año a año al mercado de trabajo. Por lo tanto, es responsabilidad primigenia de las autoridades del poder ejecutivo y legislativo que las acciones y decisiones que tomen sobre la regulación de los sectores económicos fomenten y promuevan el desarrollo de la actividad privada y la inversión privada en la economía de manera sostenible y al largo plazo. No hay otra forma de generar empleo.
En los últimos años, gracias a la Ley de promoción agraria, el Agro ha sido uno de los motores de la economía peruana, situándo hoy en día a la agroexportación como segundo sector exportador en importancia del Perú, pero más importante aún ha sido el efecto de la Ley con el agro formal en la lucha contra la pobreza de las zonas rurales del país, el cual es más efectivo que cualquier programa social. Pues hagamos que esto no pare, defendámos la Ley prorrogándola y hagamos que el agro siga creciendo e impactando positivamente en el desarrollo y crecimiento del país en el largo plazo por el bien de todos los peruanos.
LOS FRUTOS DE UNA BUENA LEY PARA EL AGRO Y EL PAÍS
La Ley 27360 ha beneficiado directamente a la población. Hay quienes creen que sólo ha beneficiado a las empresas, lo cual es totalmente falso. Las empresas son las que generan empleo formal para la población, y felizmente hoy en día ya hay cerca de 4,000 empresas acogidas al régimen que vienen generando ese empleo que requieren los peruanos. ¿Y cuántos empleos se han generado? Pues, cerca de 400 mil empleos formales en 13 años. ¿Y en dónde? En las zonas rurales de nuestro país que, como todos sabemos, tenían una alta tasa de pobreza, generando una real descentralización económica.
La agricultura es un sector estratégico para los países. En el mundo nadie discute el apoyo a la agricultura, tanto para la agricultura familiar como también para la agroexportación y a la agroindustria. Su valor estratégico se basa en la seguridad alimentaria, en ser el mayor empleador –según la OIT aproximadamente el 30% del empleo está en el sector agro-, en su carácter descentralizador y rural, en su potencia exportadora, entre otros atributos fundamentales para una sociedad. Además, y en nuestro caso, el agro es parte del valor que tenemos como peruanos: el éxito, por ejemplo, de nuestra gastronomía es también un éxito del agro, y parte del éxito del agro se debe a ley de promoción agraria.
¿Y cuánto ha mejorado la productividad? Lo cierto que el Sector Agro es el sector que más ha crecido en productividad en los últimos 14 años: 4.43%, por encima de la minería, comercio y los demás sectores, es de verdad impresionante.
El desarrollo de la agroexportación ha permitido que este sector se convierta en un factor fundamental para la reducción de la pobreza rural en el Perú, propiciando la descentralización económica del país. Es evidente e inobjetable, entonces, que su vigencia ha acompañado el crecimiento del sector a tasas superiores al del resto de la economía, en más del 8% el 2017.
Generación de Empleo
Las cifras oficiales sobre el impacto positivo de la Ley son claras: en las zonas rurales de diversas regiones del Perú en donde antes había poco empleo y mucha precariedad laboral, hoy en día se ha incrementado el empleo formal, pasando de 25% (año 2004) a 44% (año 2017), por encima del avance de formalización de la economía en su conjunto, dinamizando el mercado del trabajo en el sector agrario y agroindustrial con oferta de empleos de diversos niveles desde operarios, hasta técnicos y profesionales.
El número de empleos formales totales generados por la actividad agraria y la agroindustria asciende a 809 mil en el 2017, habiéndose ubicado en 462 mil en 2004, con un aumento promedio de 4.4% anual. Asimismo, el salario promedio aumentó de S/.658 (año 2004) a S/1,472 (año 2017). Los salarios reales, que reflejan el poder adquisitivo de los trabajadores, han crecido a un ritmo de 3.4% al año en promedio desde 2004, por encima del promedio nacional de otros sectores de la economía.
Por otro lado, la ley impulsó al aumento del empleo descentralizado en el agro de manera sostenida, considerando además las urgentes necesidades de formalización del entorno laboral y educacional en el área rural del país.
Gran generador de divisas para el país y promotor del Perú en el mundo
La agricultura es una actividad vital para el país, por lo que su crecimiento sostenido y formalización nos permitirá llegar a la meta de US$10 mil millones de exportaciones al 2021. Este es un primer escalón de un futuro promisorio para el agro.
Desde la promulgación de la Ley en el año 2000, las exportaciones agrarias se multiplicaron por 9, mientras que las exportaciones agrarias no tradicionales por 13, pasando de un total de US$634 millones el 2001 a US$5,795 millones el 2017, posicionándonos como el segundo sector exportador y generador de divisas del país (el 2001 ocupábamos el cuarto lugar). Gracias a las inversiones que ha atraído la ley en el sector agro, el Perú es reconocido en el mundo entero como importante proveedor de alimentos de alta calidad.
Nuestros espárragos, paltas, arándanos, mangos, bananos orgánicos, cebollas, mandarinas, uvas, granadas, entros otros muchos productos del agro, vienen conquistando los más exigentes mercados mundiales posicionándonos entre los 16 mayores exportadores de frutas y hortalizas del mundo en el 2017 (el 2001 ocupábamos el puesto 36).
Ya son 145 países que se deleitan con alguno de nuestro productos del agro, por algo somos el primer país exportador del mundo de espárrago y banano orgánico, y el segundo en paltas y arándano, entre otros.
Un futuro de oportunidades
La Ley de Promoción Agraria nos ha convertido en un referente de captación de inversiones en el mundo, modelo que nuestros competidores están tratando de imitar. A partir de la Ley, el número de empresas y las exportaciones agrarias se han incrementado sustantivamente: a la fecha, hay alrededor de 4,000 empresas afiliadas al régimen de la Ley 27360, y año a año se viene incorporando otras nuevas; hoy en día existen más de 2000 empresas agroexportadoras (el 88% son pequeñas y medianas empresas); la oferta se ha diversificado y tenemos mayor participación en los mercados internacionales.
Para ello, el país tiene una cartera de nuevos proyectos de irrigación que aseguran la ampliación de la frontera agrícola y el crecimiento del sector. Desde el proyecto Majes Siguas II en Arequipa y el trasvase en Ica hasta Chavimochic III en La Libertad y Puyango – Tumbes en el norte.
Para hacernos una idea de la capacidad de atraccion de inversiones en el sector agro, si estos nueve nuevos proyectos estuvieran listos tendríamos en el país 260 mil hectáreas nuevas y más de 180 mil hectáreas mejoradas que entrarían a esta cadena de la agricultura moderna, impulsando el crecimiento económico del país con la inversión privada del agro en más de US$20 mil millones durante los próximos cinco años. Además de generar más de 500 mil nuevos puestos de trabajo formales directos, miles de empleos indirectos (desde viveros, laboratorios, maquinaria, etc.), incluyendo el impulso de los sectores servicios y comercio alrededor de la cadena agroexportadora: vivienda, construcción, transporte, educación, investigación, entre otros.
De estos proyectos son prioritarios por encontrarse en fases avanzada: i) Chavimochic III, que añadirá 60 mil hectáreas nuevas y 40 mil hectáreas mejoradas (la tercera etapa de Chavimochic está construida al ochenta por ciento); la represa Palo Redondo, es un activo del país, pero se corre el riesgo de perderla si no se toman las medidas urgentes para que se continúe con la concesión; ii) Majes – Siguas II que está en plena construcción y que se culminaría en el año 2021 dinamizando la región de Arequipa y; iii) el trasvase de agua a Ica que daría sostenibilidad en el agua a la primera región agroexportadora del país.
Ese es el futuro del agro pero requiere un buen clima de negocios y una regulación estable ¿Cuánto perderíamos entonces si no apoyamos por este sector estratégico para el país?
Avances sociales
La Ley ha permitido que, con su efecto en la generación de empleo formal directo e indirecto, disminuya la pobreza que bajó de 81.3% a 38.3%, esta disminución fue considerablemente mayor en la costa: la pobreza en esta región se redujo de 67% a 19%, es decir, se redujo en 48 puntos porcentuales. El desarrollo del sector agrario ha permitido que la disminución de la pobreza se dé en mayor proporción en las zonas rurales de diversas regiones del país.
A partir de la Ley, el número de empresas y las exportaciones agrarias se han incrementado sustantivamente. El número de empresas agroexportadoras se ha más que duplicado entre el 2001 y el 2017. En el 2001, 83 empresas representaban el 80% de las agroexportaciones del Perú. En el 2017, este número se incrementó a 175, es decir, se duplicó.
En el 2008, había 2,745 empresas acogidas al régimen laboral agrario. Para el 2017, este número se había incrementado en 43%: en ese año había 3,918 empresas bajo ese régimen.
La Ley y el desarrollo del sector agrario han permitido incrementar en casi 8 veces la participación de las mujeres en las actividades del sector, siendo al 2015 cerca del 50% de los trabajadores del sector. Así como también ha permitido una mejora sustancias de las condiciones laborales de personas que no accedían a un sueldo en la actividad formal ya que cuentan con todos los beneficios laborales de acuerdo a ley. Por otro lado el 88% de empresas del sector agro es la que más capacita a sus trabajadores, en comparación del 61% de empresas en el resto de sectores. Se capacita en respuesta al déficit de conocimiento por parte de los trabajadores y a la necesidad de mantenerse en el mercado internacional que es altamente competitivo.
Con la Ley 27360 Ley de Promoción Agraria se ha construido un camino de estabilidad jurídica para crear buen clima de atracción de inversiones y competitividad eficiente en el Agro peruano. Hoy en día tenemos una nueva oportunidad en la agricultura: La Ley de Promoción Agraria ha permitido que el agro peruano sea nuevamente un factor fundamental de cambio positivo en la economía del país y en la vida de todos los peruanos, no dejemos pasar esta oportunidad.
Por: Gabriel Amaro, Director Ejecutivo de AGAP
Fuente: Revista Horizonte – AGAP / Julio 2018