Fernando Calmell del Solar
Expreso,18 de noviembre del 2025
En los tres países, la justicia estaba politizada igual que aquí, los medios estaban tomados, igual que aquí, la ideología estaba por encima de las prioridades de la población, igual que aquí, y la bandera de la mentira reemplazaba a la bandera nacional, así como la corrupción llegó a ser justificada por los gobiernos de izquierda.
La diferencia entre los que defendemos las ideas de la libertad, el desarrollo, la prosperidad y la meritocracia, con la izquierda y la caviarada, es que ellos trabajan siempre, por una razón muy simple: su objetivo es vivir siempre del Estado y hacer fortunas con el control del Estado. Ellos no defienden la libertad, quieren tener el control de todo. Ellos no defienden la prosperidad, quieren un país pobre e ignorante que se pueda controlar y tampoco defienden la justicia porque se sienten dueños del sistema judicial y de las leyes.
La cosa es clara: la izquierda, junto a los caviares, opera de forma constante para mantener el poder. Pero de este lado, del lado de los políticos liberales y del mundo empresarial “no caviar”, esperamos que el péndulo se mueva para nuestro lado. ¿Acaso Argentina superó y se liberó del kirchnerismo (los caviares zurdos argentinos) porque el péndulo se movió debido al anillo magnético del planeta? ¿O Bolivia enmendó el rumbo por casualidad? ¿Acaso Chile está a punto de liberarse porque ha cambiado la dirección del viento? La respuesta es NO.
En los tres países, la justicia estaba politizada igual que aquí, los medios estaban tomados, igual que aquí, la ideología estaba por encima de las prioridades de la población, igual que aquí, y la bandera de la mentira reemplazaba a la bandera nacional, así como la corrupción llegó a ser justificada por los gobiernos de izquierda.
La realidad real es que Argentina, Bolivia y, sobre todo, Chile no esperaron el movimiento mágico del péndulo. Y digo sobre todo Chile porque, cuando los empresarios se agruparon, los liberales vencieron a la izquierda y lograron el rechazo de una constitución comunista. Pero creyeron que el péndulo iba a continuar, dejaron de actuar y recibieron una paliza en las elecciones municipales y de regidores. Se dieron cuenta del error: que las cosas no iban a suceder solas, que el famoso péndulo no era suficiente, y nuevamente se agruparon, aportaron y, con los resultados de este fin de semana, están un paso más cerca de lograrlo.
Señores, en los tres casos, el mundo privado apoyó el proceso de cambio, entendiendo que no son estrategas políticos y que el hecho de ser buenos empresarios no los califica para definir el camino hacia el cambio. Simplemente decidieron apoyar, respaldar y contribuir para que ese cambio se haga realidad.
Estamos a menos de seis meses de la primera vuelta, ¿y qué hacemos? ¿Deshojar margaritas, esperar a ver qué pasa o ver cómo nos acomodamos? Y lo que es peor… ser temerosos de las mafias de izquierda caviar que tienen al país encadenado y condenado. Nuestros empresarios deben dejar de pensar solo en ellos y deben empezar ya mismo a pensar en el país… porque, si al país le va bien, a ellos les irá mejor. Deben dejar de esperar que las cosas sucedan y, en su lugar, hacer que las cosas sucedan.
Hoy el Perú tiene la gran posibilidad de unirse al cambio de ciclo que se ha logrado en Argentina, Bolivia y Chile… solo falta la valentía y el patriotismo para asumir el desafío.






