La República, 28 de noviembre de 2015
Glosado
Esta semana falleció Douglass North, una de las personas que más nos han hecho pensar sobre las instituciones y su importancia para el desarrollo. Es muy frecuente que se reseñe a North (y otros autores) diciendo que nos enseñó los efectos positivos de las “buenas instituciones”, pasando luego a pedir que las adoptemos. Pero hay en North una mirada mucho más realista sobre los retos que esto significa, mirada que es crucial para pensar las reformas institucionales en el Perú y dejar de lado un reformismo ingenuo, legalista, todavía muy presente entre nosotros.
Hay poderosas razones para que las instituciones, esas reglas formales e informales que regulan nuestra conducta, sean difíciles de cambiar. Las instituciones en buena cuenta están fuertemente determinadas, y se sostienen, en el poder que existe en las sociedades, sea económico, político o de organizaciones sociales. En un artículo de 1995, “New Institutional Economics and Third World Development”, North señala que las instituciones serán estables “solo si son apoyadas por organizaciones con un interés en su perpetuación”. Las “buenas” y las “malas” instituciones.
Por ello los intentos de reforma constitucional o legal que choquen contra estos poderes y reglas informales no la tienen fácil. Las nuevas reglas formales que buscan cambiar nuestras sociedades “para bien” muchas veces terminan instrumentalizadas, traducidas, para ser funcionales a esos actores con poder. Del mismo modo, es poco realista pensar que la educación en valores pueda cambiar esta situación si la vida cotidiana te enseña que otras reglas son las que determinan quién gana y quién pierde.
Del mismo modo, la Asociación Civil Transparencia está presentando en CADE una ambiciosa propuesta de urgentes cambios institucionales que no solo pone énfasis en la reforma misma, sino en su implementación y sostenibilidad. Sus voceros plantean alianzas de actores sociales para garantizar que las propuestas no se desvirtúen en el camino y un seguimiento firme de las mismas.
Los desafíos siguen siendo enormes. Pero conocer mejor el reto permite enfrentarlo mejor y entender que sin política y una mirada a largo plazo estos cambios no son posibles.