Domingo García Belaunde
Perú21, 14 de octubre del 2025
«Lo primero es que tenemos un nuevo presidente de la República, a secas, si bien con un mandato corto».
La vacancia de la presidenta Boluarte se veía venir, hasta que se concretó en días pasados. En lo personal tengo mis dudas de si era necesario, por lo menos en estos momentos, pero es una opinión política como cualquier otra. Y efectivamente, el tema puede ser abordado desde varios ángulos, en especial el político y el jurídico. Desde este punto de vista, el procedimiento ha sido ajustado a ley y solo lamento que la presidenta no haya ido al Congreso para hacer sus descargos. En todo caso, los hechos están consumados y hay que esperar que las cosas mejoren. Pero conviene decir alguno sobre el hecho.
Lo primero es que tenemos un nuevo presidente de la República, a secas, si bien con un mandato corto.
Lo segundo es que la vacancia en cuanto tal es una institución nuestra y que es propia del presidencialismo. Nació, como se sabe, en la vigente Constitución de los Estados Unidos de 1787.
Lo tercero es que el nuevo presidente no convoca elecciones, como ordena los Constitución, pues estas ya fueron convocadas, y por tanto debe concluir el periodo presidencial, como en su momento lo hicieron Paniagua y Sagasti.
La vacancia no hay que justificarla… es un acto meramente político y no existe ningún remedio para ponerle fin.
Lo único que se utiliza es lo de “incapacidad moral permanente” que es un concepto jurídico indeterminado. No es algo mental, sino referido a conductas. Moral viene de “mores”, que significa “usos, costumbres” y que tiene un amplio margen de apreciación, como lo confirma la doctrina al uso (en especial la norteamericana).
Y finalmente tener presente que es algo muy propio de nuestro tiempo –no solo aquí sino en Latinoamérica– pues se ha dado básicamente en nuestro siglo. En 1823, el presidente Riva Agüero fue “exonerado del mando”, pues la vacancia se introdujo en la Constitución de 1839. Y a principio del siglo XX, Billinghurst se enfrentó al Congreso y en ese ajetreo de ida y vuelta fue derrocado en febrero de 1914 por el entonces coronel Óscar R. Benavides. Y hace unos años hemos retomado la vacancia…