Daniela Ibañez
El Comercio, 24 de setiembre del 2025
“Estas percepciones equivocadas sobre los 1,5 millones de venezolanos en el Perú son dañinas. No podemos culparlos de problemas que arrastramos desde antes, como el incremento de la delincuencia”.
El otro día tomaba desayuno viendo las noticias, como todas las mañanas, y me topé con una nota periodística que, a mi modo de ver, es un clásico ejemplo de desinformación. En pantalla se mostraba el dato: “75% de los delincuentes extranjeros en el Perú son venezolanos”. Para quienes creen, erróneamente, que la mayoría de delincuentes en el país son extranjeros, esta cifra puede sonar alarmante y reforzar prejuicios. Sin embargo, la realidad es otra: solo el 5% de la población penitenciaria en el Perú es extranjera, lo que significa que apenas el 3,75% corresponde a venezolanos.
Los medios deben ser especialmente cuidadosos al difundir este tipo de cifras, pues alimentan percepciones equivocadas. Una encuesta del IEP en el 2023 mostró que el 83% de peruanos atribuye el aumento de la delincuencia a la presencia venezolana. Si bien los reclusos venezolanos han aumentado en los últimos años y la tecnología del crimen se ha agravado por la presencia de organizaciones criminales como el Tren de Aragua, los peruanos siguen siendo quienes cometen la mayor cantidad de crímenes en el país.
¿Cómo explicar que la percepción pública difiera tanto de la realidad? Los encuadres mediáticos tienen mucho que ver. Al resaltar estadísticas sin contexto, moldean la comprensión de la audiencia desde un ángulo limitado. Quienes ya tienen predisposición negativa hacia los migrantes tienden a caer en lo que la psicología política denomina sesgo de confirmación: interpretan la información de modo que refuerce sus prejuicios. Unido a esto, el error de atribución último lleva a generalizar los actos de unos pocos hacia todo un grupo.
Estas percepciones equivocadas sobre los 1,5 millones de venezolanos en el Perú son dañinas. No podemos culparlos de problemas que arrastramos desde antes, como el incremento de la delincuencia. Más bien, debemos reconocer el valor que representan para nuestro país. Los venezolanos son un capital humano desaprovechado: el 31% tiene educación universitaria, frente al 20% de los peruanos, pero solo el 8% ha logrado revalidar sus títulos por falta de recursos o por trabas burocráticas. Según el BBVA (2019), trabajan 19 horas más en promedio que los nacionales. Es decir, estamos desaprovechando a técnicos, administradores, científicos e intelectuales que podrían contribuir a la industrialización y al crecimiento económico.
Además, su aporte fiscal y económico es significativo. El Banco Mundial calculó que entre el 2018 y el 2022, por cada sol invertido en migrantes venezolanos, el Perú recibió S/2,6 de retorno. Este dato refleja, en parte, el compromiso de quienes quieren construir su vida aquí: en el 2022, el 75% de venezolanos manifestó intención de quedarse permanentemente en el país. Con políticas integradoras adecuadas, los venezolanos podrían llegar a aportar hasta el 4,5% del PBI hacia el 2030, según el FMI.
Las cifras son claras: necesitamos cambiar nuestra percepción. En lugar de dejarnos llevar por discursos xenófobos que alimentan división, debemos reconocer la oportunidad que tenemos frente a nosotros. Y lo digo sin medias tintas: debemos hacer campaña para facilitar la nacionalización de todos los venezolanos residentes en el Perú y brindarles derecho al voto en las elecciones nacionales. No desperdiciemos esta gran oportunidad para crecer juntos, nuestro futuro depende de ello.